El ozono (O3) se forma de manera natural por la acción de las emisiones producidas por la vegetación, erupciones volcánicas y procesos de fermentación, esto origina concentraciones muy pequeñas e inofensivas que van al aire. Pero cuando la cantidad de este gas aumenta considerablemente por factores artificiales como los desechos industriales y expulsión de gases tóxico producen efectos nocivos.