1. Volver a adaptarnos a la rutina diaria tras el parón veraniego nos cuesta a todos. Cada vez es
más común oír hablar de estrés postvacacional, cuyos síntomas (fatiga, falta de sueño,
cansancio generalizado, nerviosismo…) tienen más probabilidades de aparecer en
determinados colectivos. Los profesores de secundaria, por ejemplo, son más proclives a
padecerlo, ya que en torno al 50% de éstos profesionales sufren altos niveles de estrés.
También los escolares pueden presentar algunos síntomas de estrés postvacacional, tales
como llanto, insomnio o somatizaciones digestivas.
Pero seamos positivos: el estrés postvacacional se puede combatir, y por eso hoy os traemos
algunos consejos para afrontar con energía el final del verano:
.- Conocer nuestros propios límites: hemos de saber reconocer qué tareas nos son prioritarias.
Somos humanos, no podemos abarcarlo todo de golpe.
.- No apurar las vacaciones: resulta más beneficioso volver a nuestro ritmo de vida habitual un
par de días antes. De este modo nuestro cuerpo se habituará mejor a los horarios de descanso
y comidas.
.- No analizar los problemas continuamente: en ocasiones exageramos las perspectivas que
tenemos ante un problema, lo cual nos crea ansiedad.
.- Dormir lo suficiente: las famosas 8 horas diarias de sueño son fundamentales, no sólo para
evitar el estrés postvacacional, sino también para enfrentarnos de mejor humor y con mejor
actitud a nuestras tareas cotidianas.
.- Tener momentos de ocio y/o deporte: compatibilizar nuestras obligaciones con actividades
deportivas o de ocio nos ayudará a distraernos y relajarnos. También es recomendable
socializar con nuestros amigos y familiares a las horas de las comidas o en momentos de
descanso.
.- Actitud: ser optimistas y positivos, contribuyendo a crear un buen ambiente en cualquier
ámbito de nuestra vida, nos ayudará a solventar las dificultades y a hacer más llevaderas
nuestras tareas.
Siguiendo estas pequeñas pautas nos sentiremos mucho mejor y afrontaremos los retos con
mayor energía y vitalidad.