1. Biografía de la capilla Sixtina
La Capilla Sixtina es la capilla más famosa del Palacio Apostólico de la Ciudad del
Vaticano, la residencia oficial del Papa. Se encuentra a la derecha de la Basílica de San
Pedro y originalmente servía como capilla de la fortaleza vaticana. Conocida
originalmente como Cappella Magna, toma su nombre del papa Sixto IV, quien ordenó
su restauración entre 1473 y 1481. Desde entonces la capilla ha servido para celebrar
diversos actos y ceremonias papales. Actualmente es la sede del cónclave, la reunión en
la que los cardenales electores del Colegio Cardenalicio eligen a un nuevo Papa. La
fama de la Capilla Sixtina se debe principalmente a su decoración al fresco, y
especialmente a la bóveda y El Juicio Final, obras de Miguel Ángel.
Durante el pontificado de Sixto IV, un grupo de pintores renacentistas que incluía a
Sandro Botticelli, Pietro Perugino, Pinturicchio, Domenico Ghirlandaio, Cosimo
Rosselli y Luca Signorelli realizó dos series de paneles al fresco sobre la vida de Moisés
(a la izquierda del altar, mirando hacia El Juicio Final) y la de Jesucristo (a la derecha
del altar), acompañadas por retratos de los Papas que habían gobernado la Iglesia hasta
entonces en la zona superior y por cortinas pintadas con trampantojo en la zona inferior.
Las pinturas fueron concluidas en 1482, y el 15 de agosto de 1483, con motivo de la
festividad de la Asunción, Sixto IV celebró la primera misa en la capilla y la consagró a
la Virgen María.1 2
Entre 1508 y 1512, por encargo del papa Julio II, Miguel Ángel decoró la bóveda,
creando una obra de arte sin precedentes que cambiaría el curso del arte occidental.3 4
Años después, tras el Saco de Roma, pintó también El Juicio Final en la pared del altar
entre 1536 y 1541, para los papas Clemente VII y Pablo III.5 Más de 500 años después,
los frescos de Miguel Ángel siguen atrayendo a multitudes de visitantes a la capilla.