Tres alpinistas murieron al caer de una montaña. Cuando llegaron a las puertas del cielo, un ángel les preguntó sobre sus últimos pensamientos. El primero pensó en su familia, y el segundo se arrepintió de sus pecados, por lo que ambos fueron rechazados. El tercero disfrutó de la sensación de volar y admirar la naturaleza, por lo que se le permitió la entrada al cielo por su capacidad de disfrutar de la creación.