1. Las vitaminas en nuestro cuerpo
-Carbohidratos.
Los carbohidratos, también conocidos como glúcidos, hidratos de carbono y sacáridos son
aquellas moléculas orgánicas compuestas por carbono, hidrógeno y oxígeno que resultan
ser la forma biológica primaria de almacenamiento y consumo de energía.
De acuerdo a la cantidad de moléculas que intervienen en su formación nos encontramos
con diferentes tipos de carbohidratos, los monosacáridos (una sola molécula), los
disacáridos (dos moléculas), los oligosacáridos (de tres a nueve moléculas) y los
polisacáridos (cadenas ramificadas de más diez moléculas).
Si bien desempeñan una multiplicidad de funciones, la reserva de energía y la formación
de estructuras son las dos más importantes que encarnan, porque la glucosa,
inmediatamente, le reportará a los organismos vivos la energía necesaria para vivir,
crecer y desarrollarse, es decir, permite la tradicional actividad de los músculos, el
mantenimiento de la temperatura corporal, de la tensión arterial, el
buen funcionamiento del intestino y la actividad neuronal.
Asimismo, los carbohidratos resultan ser una parte fundamental dentro de cualquier dieta,
por ejemplo, se supone que entre el 55 y 60 % de la energía diaria que un organismo
necesita deberá provenir de los carbohidratos, ya sea a través de la ingesta de alimentos
ricos en almidón como puede ser el caso de la papa y las pastas o bien de las reservas
que vaya acumulando el cuerpo, sin embargo, lo que una correcta y balanceada dieta
desaconseja es el consumo abusivo de algunos glúcidos como el azúcar por su poder
altamente oxidante que acelerará el envejecimiento celular. De todas maneras, la buena
dieta también deberá tener en cuenta que una actitud sedentaria facilitará la mala
metabolización de las grasas y de los carbohidratos, por eso, será necesario que los
mismos estén acompañados por algún tipo de actividad corporal.
Por otra parte, los carbohidratos también son muy importantes a la hora de la fabricación
de algunos productos como por ejemplo los tejidos, películas fotográficas y plásticos entre
otros. Por ejemplo, la celulosa puede convertirse en productos de papel y rayón de
viscosa, la hemicelulosa, se usa para modificar el papel durante su fabricación y el sulfato
de heparina como anticoagulante de la sangre, entre otros.
-Proteínas.
Las proteínas son macromoléculas formadas por aminoácidos dispuestos en formas de
cadenas lineales y que ostentan una determinante importancia en la vida de los seres
vivos ya que son las responsables de la concreción de una importante cantidad de
funciones como ser estructural, reguladora, transportadora, defensiva y enzimática.
Preeminentemente, las proteínas de cualquier ser vivo estarán determinadas por su
genética y por esta razón es que las mismas son absolutamente susceptibles y
permeables a los factores externos que se sucedan y las afecten directamente.
Como señalamos sucintamente al comienzo de esta reseña, a las proteínas se le deben la
mayoría de los procesos biológicos que tienen lugar en los seres vivos. Por ejemplo,
muchas hormonas que regulan la actividad celular, la hemoglobina que tiene como
principal función el transporte de la sangre o en el caso de los anticuerpos que tienen
como principal funcional la de defender al cuerpo de la nociva acción de agentes extraños
o infecciones, entre otras. La ingesta de proteínas en una correcta y adecuada medida
resulta fundamental para la supervivencia de cualquier especie, está demostradísimo que
aquellas personas que no muestran una adecuada y balanceada dieta en materia de
proteínas son más susceptibles a observar una inteligencia reducida o retardo mental.
2. -Lípidos.
Se conoce con el término de lípidos al conjunto de moléculas orgánicas, la mayoría de
ellas biomoléculas, compuestas de carbono e hidrógeno, en menor medida de oxígeno y
también por fósforo, azufre y nitrógeno y cuya principal característica resulta ser que son
hidrofóbicas, es decir, insolubles al agua y sí plausibles de ser disueltas en sustancias
orgánicas como el alcohol, la bencina, el benceno y el cloroformo.
Los lípidos, erróneamente llamados por algunas grasas, ya que en realidad las grasas son
un tipo de lípidos provenientes de los animales, cumplen diversas funciones en los seres
vivos, entre las más importantes de reserva energética, estructural y la reguladora.
A través de la función de reserva energética, los triglicéridos les proporcionan a los
animales una incalculable e importantísima fuente de energía. Respecto de la función de
tipo estructural, la misma se materializa en la protección y consistencia que estos le
brindan a los órganos, la protección mecánica de estructuras que ejercen o bien como
aislantes térmicos de algunas estructuras.
La función reguladora, también conocida como hormonal o de comunicación celular se
encargará de regular el metabolismo y lo concerniente a las funciones de reproducción y
finalmente, la función relajante que ostentan los lípidos acumulándose en el tejido adiposo
para luego formar tejidos grasosos los cuales aumentarán de peso en caso de haber un
marcado comportamiento de sedentarismo, aumentando por consiguiente la concentración
de la hormona TRL en la sangre.
Resulta muy común que sin demasiado conocimiento al respecto, se hable de los lípidos
de una manera negativa casi demonizándolos, sin embargo, tal como decíamos más arriba
cumplen funciones realmente elementales y decisivas a la hora de mejorar la calidad de
vida de los individuos. Porque por ejemplo, los lípidos, nos permiten que tengamos una
piel y un cabello con salud, aíslan a los órganos corporales contra el shock, mantienen
la temperatura corporal y contribuyen a que el funcionamiento celular sea óptimo y
saludable.
Por esto mismo es que resulta una gran equivocación extirpar de las dietas las grasas,
porque algunos ácidos grasos resultan ser nutrientes esenciales, ya que al no poder ser
generados por el propio organismo, entonces, es necesario que sean consumidos en
pequeñas cantidades para que realicen lo propio en nuestro organismo.
-Vitaminas.
Se designa con el término de vitaminas a aquellos compuestos heterogéneos que resultan
imprescindibles para la vida porque al tomarlas de manera equilibrada, las mismas, en dosis
esenciales resultan ser trascendentales a la hora de promover el correcto funcionamiento del
organismo de un ser vivo.
Casi todas las vitaminas esenciales no pueden ser de ninguna manera sintetizadas por el propio
organismo, es decir, elaboradas por este, por lo cual la única manera de poder obtenerlas y que
ingresen a nuestro cuerpo es a través de los alimentos naturales.
Básicamente las vitaminas son nutrientes, las cuales en conjunto con otros elementos nutricionales
hacen las veces de catalizadores de todos aquellos procesos fisiológicos directos e indirectos.
No resulta ser muy alto el grado de requerimiento de vitaminas que necesita el cuerpo diariamente,
sino tan solo dosis de microgramos o miligramos contenidas en grandes cantidades de alimentos
naturales. Lo ideal es un equilibrio, porque tanto el consumo en exceso como su falta puede
desencadenar enfermedades que van desde trastornos leves a graves y muy graves, como la
demencia y en los casos más extremos hasta puede peligrar la vida.
Entre sus principales beneficios se destaca su función antioxidante que ayudará a prevenir las
distintas formas del cáncer, por ejemplo, consumir alimentos ricos en la vitamina E será una buena
manera de prevenir el cáncer de próstata.
3. En tanto existe un nombre para designar ese exceso o escasez en cuanto a vitaminas,
avitaminosis, cuando se registra deficiencia e hipervitaminosis, cuando nos encontramos
con un caso de exceso en el consumo de las mismas.
Las vitaminas se clasifican según su solubilidad: si es en agua, hidrosolubles o en lípidos,
liposolubles.
En los seres humanos hay 13 vitaminas, 9 de ellas hidrosolubles, 8 correspondientes al
complejo B y la vitamina C y 4 liposolubles, A, D, E, K.
Las vitaminas pertenecientes al grupo B resultan fundamentales para el correcto
funcionamiento del cerebro y el metabolismo y corresponden al grupo de las
hidrosolubles, lo cual implica que fundamentalmente serán eliminadas a través de la orina,
hecho que obliga a tener que consumirlas casi diariamente.
Ahora bien, dónde encontrarlas es la cuestión…principalmente en los vegetales crudos,
por ello lo recomendable es igualar o superar el consumo de 5 raciones de vegetales o
frutas secas al día y evitar aquellos procesos que provoquen la pérdida de estas en
exceso, como ser: evitar cocciones muy largas de los alimentos que las contienen, evitar
aquellos alimentos preparados, comer las pieles de las frutas y las cáscaras de los
cereales porque allí es donde más se concentran, entre otros.