LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
Mentiras
1. ¿PORQUE DECIMOS MENTIRAS? Omitir o mentir.
Para nadie es un secreto que las mentiras hacen parte de
nuestro diario discurrir
Christian Muñoz Farias
http://www.mipsiquiatra.com/detalles_articulo.php?id_art=38
¿PORQUE DECIMOS MENTIRAS? OMITIR O MENTIR
Para nadie es un secreto que las mentiras hacen parte de nuestro diario discurrir. Desde
siempre -y la historia nos avala para reforzar nuestra afirmación- la humanidad ha
mentido por diferentes razones: para evitar un castigo, para no decepcionar a sus seres
queridos, para no ser rechazados, para proteger a alguien, para lograr un objetivo, para
alcanzar una meta, para ser aceptados; en fin, existen un sin fin de razones que nos
impulsan a mentir.
Pero, ¿Cuándo esta situación se convierte en algo patológico?
La mentira se vuelve una condición, comportamiento o conducta patológica que amerita
una evaluación y apoyo psicológico cuando se vuelve sistemática, intencional, repetitiva y
se utiliza para pasar por encima de los otros, sin importar el daño que pueda causarle al
individuo en cuestión o la sociedad en la cual esta inmersa.
Los estudiosos del tema han acuñado la palabra Mitomanía, para referirse a las personas
que tienen esta clase de conducta y que mienten sistemáticamente. Si bien la mentira
puede ser útil y es un comportamiento social frecuente, el mitómano se caracteriza por
recurrir a esta conducta continuamente sin valorar las consecuencias, con tal de
transformar una realidad que considera inaceptable fraguando todo tipo de sistemas
delirantes. Esta característica está asociada a trastornos de personalidad severos y se
puede relacionar con dos tipos de caracteres: por un lado, los necesitados de estimación, y
por otro, los que sufren un trastorno de personalidad hipertimica, es decir, las personas
que tienen un ánimo muy elevado (alegres, superficiales, frívolos), que carecen de
perseverancia y responsabilidad. La asociación de estos dos rasgos puede desembocar en
una conducta mentirosa, con frecuencia padecida más por las personas del entorno del
mitómano que por él mismo.
La mentira en las diferentes etapas del desarrollo
En el desarrollo psicológico de los niños la mentira aparece desde temprana edad y es
utilizada por el menor con el ánimo de evitar un castigo por parte de sus padres, por
miedo a decepcionarlos, por conseguir algo que desean inmediatamente y por la dificultad
de retardar la gratificación, utilizando así la mentira como una conducta para alcanzar sus
objetivos.
Existen muchos niños que son llevados por sus padres, al consultorio de los profesionales
en salud mental, porque dicen que no les ponen tareas, acusan a sus compañeros de sus
travesuras, niegan enfáticamente cualquier acción a pesar de que la evidencia muestre lo
contrario. De igual forma existen otros niños involucrados en otros escenarios que son
dramáticos, donde la mentira encontraría un ánimo de justificación y es cuando el menor
miente para evitar ser maltratado u objeto de castigo permanente.
Existen otros escenarios donde la mentira podría sería justificable, como por ejemplo, las
situaciones de intimidación escolar, donde los niños son objeto de de acoso y burla por
parte de su compañeros. Ellos prefieren ocultar información al ser confrontados por los
profesores o mienten para evitar perpetuar el acoso y tratar de congraciarse con sus
agresores. Obviamente el decir la verdad sería la solución más fácil y viable, pero
pregúntenle a un menor en dicha situación, si lo considera así.
La mentira también se origina por la falta de amor y seguridad en el hogar, por una
disciplina estricta, por los problemas domésticos, o por el mal ejemplo de los padres que
favorecen y defienden la deshonestidad de su hijo, fundamentados en que este actúa de
tal manera dado a que es muy listo.
En la adolescencia, la mentira se convierte a menudo en una herramienta de aceptación. El
adolescente miente con el ánimo de pertenecer a un grupo y no duda en cambiar o
modificar parte de su historia personal, si esto hace que los demás lo involucren en sus
actividades. Muchos son los y las adolescentes que se aumentan la edad, cambian su
estrato socioeconómico, modifican sus nombres, el colegio donde estudian, sus gustos, su
orientación sexual, preferencias, etc. con tal de sentirse admitidos y aceptados.
¿Que hay detrás de todos estos adolescentes que necesitan mentir u omitir para estar
dentro de un grupo?
Generalmente encontramos inseguridad, baja autoestima, necesidad de ser centro de
atención, falta de confianza, miedo a ser aislado, problemas de autopercepción e historias
2. de utilización de la mentira como un recurso exitoso, pero a la vez peligroso; porque esta
en juego el ser aceptado o al mismo tiempo el fracaso social que implica ser identificado
como mentiroso - porque como reza el viejo y conocido refrán - primero cae un mentiroso
que un cojo.
En la vida adulta la mentira se convierte en un escudo de batalla y hace parte del famoso
slogan, “No quiero hacerte daño”, esta frase nos hace sentir menos culpables y
responsables por nuestros actos. Y es que los adultos tienen que mentir para conservar la
familia, la pareja, su trabajo y su imagen social. El éxito social para el adulto depende del
nivel de desarrollo que se haya alcanzado en diferentes contextos y la mentira seduce y en
ocasiones obliga a contar historias y relatos que carecen de veracidad, pero que para el
individuo que las utiliza son una forma de evitar el quedar mal socialmente. Historias como
me atracaron en el camino, este apartamento es mío y estoy buscando comprar uno en un
mejor sector, este es mi número de celular por favor llámame, el presidente del club es
amigo mío….son frases frecuentes en el repertorio de los adultos que tratan de justificar
con mentiras blancas o piadosas su vergüenza o temor a represalias por parte del
interlocutor con el cual esta interactuando. En últimas tapan sus carencias con las
fantasías que creen puede hacerles mejores personas.
Aunque en diferentes etapas de la vida nos encontremos siempre con “excusas” para
poder mentir, es importante considerar el alcance de nuestras acciones y palabras, dado
que en la medida en la que vamos creciendo y adquiriendo más responsabilidades, la
repercusión de las mentiras es más seria y de mayor trascendencia. Si se miente en una
edad temprana acerca de los años que se tiene, para poder conquistar a una niña, será
bien diferente al mentir sobre una edad al momento de firmar un contrato de trabajo por
ejemplo. Como este, encontramos miles de ejemplos que nos permiten ilustrar de manera
clara, el impacto de las mentiras que como los seres humanos aumentan en repercusión
con el transcurrir de los días. En consecuencia, se hace imperante, que tanto padres y/o
acudientes, guíen desde una edad temprana a cada miembro de la sociedad, para así
hacer de ellos unos seres auténticos, orgullosos de ser como son.