Las dos lecturas describen la vida y costumbres de los venezolanos en la época colonial. Ambas señalan un relajamiento de las normas sociales, con excesos como el consumo de alcohol y la trasgresión de jerarquías. Mientras que el clero también participaba en vicios como el juego y el alcohol, los conquistadores españoles se unieron rápidamente a las mujeres indígenas debido a la ausencia de mujeres españolas, dando inicio a un mestizaje que afectó la estructura social.
1. Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Asignatura: Historia de Venezuela I.
Profesor:Luis Castillo.
Alumna: Yeimmy C Sánchez U.
C.I: 14.275.290
Resumen # 4. Sobre la lectura
“El culto a Baco en el siglo XVIII venezolano y El amor en los tiempos de la conquista”.
El presente resumen, sobre las dos lecturas mencionadas en el título, tienen que ver con la
vida y las costumbres de las diferentes castas venezolanasen la época colonial, dichos trabajos, siguen
la línea de investigación sobre el estudio de las mentalidades de las personas de ésta época; cabe
destacar, que ambos autores, tanto el profesor José Ángel Rodríguez, como la profesora Ermila
Troconis de Veracoechea, han contextualizado sus trabajos, en varios estudios de casos; como bien
es sabido, la sociedad de esta época, es altamente conservadora, en cuanto se trata de tradiciones y
costumbres familiares; sin embargo, con cada una de las lecturas, observo un excesivo relajamiento
y trasgresión a las normas sociales, visto en el desorden de los diferentes estratos o jerarquías de
nuestra sociedad, lo cual altera el orden y el control impuesto por la Corona, es evidente que ninguna
clase social escapó de la acción de “empinar el codo” y el problema tendió a agudizarse, cuando el
propio clero, estuvo inmerso dentro de los vicios del alcohol y juegos de envite y azar, además de
otros escándalos sexuales. La yuxtaposición de los diferentes testimonios, que hace el profesor José
Ángel, con el título del artículo, es una acertada comparación de la vida de los provincianos
venezolanos, con los bacanales griegos de exceso de derroche de placeres,que estuvieron presentes
en nuestra sociedad colonial. Es evidente, que estamos frente a lo que podría llamarse una inicial
descomposición social, además de demostrarse la pérdida de valores, cuando el autor aborda la
problemática de la mala bebida, violencia, despilfarro de dinero y abandono familiar.
De acuerdo con algunos legajos históricos consultados por el profesor José Ángel, se sabe
que antes de la llegada de los españoles, nadie niega que existieran las embriagueces entre los
indígenas, entre los cuales el consumir bebidas embriagantes era parte; sí se quiere decir, de una
acción de carácter social,medicinal y sobre todo, de acuerdo con el autor, de persuasión ante la cruel
realidad vivida; no obstante, a pesar de ser un tema interesante,no se conoce demasiado de la manera
2. como se llevaba a cabo el consumo de estas bebidas embriagantes (aguardiente de caña, aguardiente
de España, guarapo de caña, chicha de maíz1
), por la falta de fuentes.
“El aguardiente de cocuy (de origen prehispánico) tenía un radio de acción más limitado.
Su procesamiento y consumo estaban básicamente alojados,como en la actualidad,en los
estados Lara y Falcón.Su importancia local, como bebida alcohólica y medicinal,queda
referida en tempranas relaciones geográficas2
”
Así pues, había todo un aparato comercial bastante organizado, en torno a la venta y
distribución generalizada de las bebidas espirituosas; e incluso, el contrabando que no podía faltar en
éste tipo de actividad comercial poco lícita, el ambiente de algarabía que se respiraba, en muchos
pueblos y montes, en la mayor parte de la provincia venezolana3
era propicio para que se dieran las
borracheras,tanto en la vía pública como a puerta cerrada de las casasde familias respetables, en este
tiempo se generalizó la embriaguez y cualquier pretexto era bueno para pegarse varios días a la
botella, como relatan algunos testimonios citados por el autor. A pesar de que no se mencionan
medidas para el consumo del alcohol, pero si se sabe de su alto consumo y hasta abuso del mismo,
supongo que el consumo siguió y tuvo que ser tolerado pues era una fuente de ingresos y además era
un mecanismo de control de dominio del grupo dominante de los blancos, para una sociedad que, si
bien tenía un comportamiento impropio, cuando se embriagaban y daban mal aspectoa la vía pública,
los propios gobernantes preferían eso, a las “conchupancias conspirativas” y hasta posibles
rebeliones.
“Todo parece indicar que, si algo abundaba en Venezuela a fines del siglo XVIII, era el
alcohol en sus diversas formas. Las tres fuentes de aprovisionamiento (la variada
producción local,el metropolitano y el de contrabando) mantuvieronocupados tanto a los
adictos como a las autoridades civiles eclesiásticas o, al menos, algunas de ellas,
preocupadas en desterrar su ingestión4
”.
En otro orden de ideas, y tomando en cuenta el texto de la profesora Ermila Troconis, el
encuentro inicial, entre españoles y nativos de nuestra tierra, a partir del descubrimiento y posterior
conquista, fue un choque entre ambos bandos en el ámbito social; por una parte, la inocencia de
muchos indígenas ante los ojos de los colonos, fue fulminante, por otra parte,los hombres que venían
del “Viejo Mundo” (que habían dejado sus familias) y que de paso venían de una sociedad
1 Altamente consumida en los andes,especialmente en el estado Mérida.
2 José Ángel Rodríguez, “El Culto a Baco en el siglo XVIII venezolano”, en: Revista del Centro de
Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry”, “Tiempo y Espacio”, UPEL, Caracas, 1990, p.18.
3 Algunos lugares que se mencionan como lugares de abuso del alcohol: desde los llanos hasta la costa,
específicamente, Maiquetía, estados: Lara, Falcón, Los Andes, Camatagua, Tostós, Caracas, Maracaibo,
Carora, Aregue, Río Tocuyo, Quibor, Cubiro, Sanare, Trujillo, Carache, Santa Ana, Boconó, Duaca, Acarigua,
La Victoria, Altagracia de Orituco, Maracay, Turmero, Cagua, San Mateo, Santa Teresa de los Valles del Tuy,
Caucagua, Barlovento, Macayra, Carora. Otros que se mencionan por su propensión a la sobriedad: Charallave,
Cúa, Panaquire, El Sombrero Tucupido, Mamporal.
4 José Ángel Rodríguez, Ob. Cit. p.17.
3. conservadoramente mojigata, hicieron que rápidamente se comenzaran a amancebar con las
autóctonas locales.
“Cuando al comienzo de la conquista pasaron a América hombres solos, sin compañía
femenina, se inició un acelerado mestizaje entre el español y la india, que obviamente
incidió en la estructura social. Los blancos españoles no tuvieron ningún tipo de
discriminación étnica al unirse a la aborigen5
”
Para muchos indígenas, la consanguinidad con tales hombres, considerados extraordinarios,
era cuestión de gran honor, más se conoce de conquistadores en sus relaciones con indias, en muchos
casos,pasaban a ser propiedad de éstos por derecho legal, como prisioneras de guerra o compradas,
aunque se prohibían los amancebamientos con las indígenas, éstos resultaron inevitables, contribuía
la falta de mujeres españolas que les acompañaran, pues la conquista “era cosa de hombres”, y no se
permitieron mujeres sino hasta muchos años después.
Pero antes que las formalidades legales, la naturaleza ya había obrado su parte, la ingenuidad
de los indígenas, la belleza de las mujeres, y la novedad que representaban los españoles, ya habían
echado los dados de la naturaleza, mas allá de las leyes, la lejanía, la soledad, la sorpresa y la
inevitable atracción humana, habían hecho su parte.
Para concluir puedo decir que, el amor en los tiempos de la colonia, en nuestra sociedad, en
muchos casos de las blancas, estuvo marcado por el interés del dinero prevaleciendo sobre los
sentimientos de ellas mismas, la llamada “dote” de las mujeres, signó a muchas a la tragedia o fortuna
de ser desposadas por algún “buen partido” y a la presión social de un buen matrimonio, las indias y
esclavas,en éste ámbito tuvieron una carga sentimental menos pesada,más sin embargo; esnecesario
acotar que este sentimiento es un elemento importante dentro del orden social.
5 Ermila Troconis de Veracoechea, “El Amor en los Tiempos de la Conquista y la Colonización”,en: Revista
del Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry”, “Tiempo y Espacio”, UPEL, Caracas, 1990,
p.25.