El documento argumenta que los colombianos son pobres debido a una falta de inversión en educación de calidad y un pensamiento mediocre sobre las propias capacidades. Propone que si los líderes y ciudadanos invierten más en educación en lugar de preparación para la guerra, y adoptan una mentalidad más emprendedora en lugar de una percepción mediocre, Colombia podría aprovechar mejor sus recursos naturales y prosperar.