2. Autorretrato en la Capilla Sixtina
Miguel Ángel Buonarrotti, en italiano
Michelangelo; Caprese, actual Italia,
1475 - Roma, 1564)
Escultor, pintor y arquitecto.
Habitualmente se reconoce a Miguel Ángel como la gran
figura del Renacimiento italiano, un hombre cuya excepcional
personalidad artística dominó el panorama creativo del siglo
XVI y cuya figura está en la base de la concepción del artista
como un ser excepcional, que rebasa ampliamente las
convenciones ordinarias.
3. Durante los cerca de setenta años que
duró su carrera, Miguel Ángel cultivó
por igual la pintura, la escultura y la
arquitectura, con resultados
extraordinarios en cada una de estas
facetas artísticas. Aunque la escultura,
según había declarado, era su
predilecta y la primera a la que se
dedicó. Sus coetáneos veían en las
realizaciones de Miguel Ángel una
cualidad, denominada terribilità, a la
que puede atribuirse la grandeza de su
genio; dicho término se refiere a
aspectos como el vigor físico, la
intensidad emocional y el entusiasmo
creativo, verdaderas constantes en las
obras de este creador que les confieren
su grandeza y su personalidad
inimitables. Triunfó en todas las artes
en las que trabajó, caracterizándose
por su perfeccionismo.
4. BIOGRAFÍA
La vida de Miguel Ángel transcurrió entre
Florencia y Roma, ciudades en las que dejó
sus obras maestras. Aprendió pintura en el
taller de Ghirlandaio y escultura en el jardín
de los Médicis, que habían reunido una
excepcional colección de estatuas antiguas.
Dio sus primeros pasos haciendo copias de
frescos de Giotto o de Masaccio que le
sirvieron para definir su estilo. Adoración de los Magos (1488).
Ghirlandaio
En 1496 se trasladó a Roma, donde realizó dos esculturas que
lo proyectaron a la fama: el Baco y la Piedad de San Pedro.
Esta última, su obra maestra de los años de juventud, es una
escultura de gran belleza y de un acabado impecable que
refleja su maestría técnica.
5. Al cabo de cinco años
regresó a Florencia,
donde recibió diversos
encargos, entre ellos el
David.
En 1505, cuando trabajaba en el cartón preparatorio de la
Batalla de Cascina (inconclusa) para el Palazzo Vecchio, el papa
Julio II lo llamó a Roma para que esculpiera su tumba; Miguel
Ángel trabajó en esta obra hasta 1545 y sólo terminó tres
estatuas, el Moisés y dos Esclavos; dejó a medias varias
estatuas de esclavos que se cuentan en la actualidad entre sus
realizaciones más admiradas, ya que permiten apreciar cómo
extraía literalmente de los bloques de mármol unas figuras que
parecían estar ya contenidas en ellos.
6. Julio II le pidió también que decorase el
techo de la Capilla Sixtina, encargo que
Miguel Ángel se resistió a aceptar, puesto
que se consideraba ante todo un escultor.
Julio II
Rafael
Lorenzo de Medici
Verrochio
En 1516, regresó a Florencia para ocuparse de
la fachada de San Lorenzo, obra que le dio
muchos quebraderos de cabeza y que por último
no se realizó; pero el artista proyectó para
Lorenzo dos obras magistrales: la Biblioteca
Laurenciana y la capilla Medicea o Sacristía
Nueva. Ambas realizaciones son en el aspecto
arquitectónico herederas de la obra de
Brunelleschi. Sección de la cúpula de Florencia
Brunelleschi
7. En 1534, Miguel Ángel se estableció
definitivamente en Roma, donde
realizó el fresco del Juicio Final en la
capilla Sixtina y supervisó las obras de
la basílica de San Pedro, en la que
modificó sustancialmente los planos y
diseñó la cúpula, que es obra suya. Su
otra gran realización arquitectónica fue
la finalización del Palacio Farnesio,
comenzado por Sangallo el Joven.
Murió el año 1564 en Roma, antes de
ver acabada su obra, a la edad de
ochenta y ocho años. Había dejado
escrito que deseaba ser enterrado en
Florencia. Hizo testamento en Sepulcro de Miguel Ángel
presencia de su médico Federigo diseñado por Vasari en la
Basilica de la Santa Croce de
Donati, «dejando su alma en manos Florencia.
de Dios, su cuerpo a la tierra y sus
bienes a los familiares más próximos».
8. Obras escultóricas
Aunque dejó notables obras arquitectónicas y pictóricas, él
se consideró ante todo escultor.
El aspecto dominante en la obra escultórica de Miguel Ángel
es el que sus coetáneos llamaron terribilitá, esto es, el
intenso dramatismo de sus figuras, pletóricas de fuerza
fisica y de fuerza espiritual. Serenas exteriormente, parecen
agitadas por una infranqueable energía psíquica que no
encuentra salida en la acción fisica; de ahí su dinamismo
contenido.
A lo largo de su trayectoria artística se aprecian cambios
muy significativos. El primer Miguel Ángel es un escultor
plenamente renacentista, que busca ante todo la belleza, la
perfección, y sus ideales artísticos son el equilibrio y la
armonía tanto del cuerpo como del espíritu de las figuras.
9. Dos obras de idéntica temática reflejan perfectamente este
cambio de valores en el artista: La Piedad del Vaticano, obra
juvenil (realizada el 1498-99), y la Piedad Rondanini
(empezada hacia el 1555 y que quedó sin acabar al morir).
La Piedad del Vaticano,
enmarcada en un esquema
piramidal, es un conjunto
delicado y suave, que
transmite una sensación de
armonía y calma; el rostro de
la virgen como el cuerpo de
Cristo está idealizados. El
dolor de aquella es íntimo,
evitando la tensión dramática;
todo es serenidad, de cuerpo
y de espíritu.
10. Medio siglo después, en la Piedad
Rondanini, Miguel Ángel busca ante
todo la impresión patética, intenta
expresar el dolor, no la belleza formal. Ha
abandonado definitivamente la
concepción clásica de la belleza:los
cuerpos de la Virgen y de Cristo,
alargados y delgados, presentan una
posición inverosímil y distorsionada; las
dos figuras se fusionan configurando un
tronco único sin seguir ningún esquema
compositivo. Además, frente al fino
acabado de la primera, la Pietá
Rondanini presenta una textura áspera,
totalmente despreocupada de la
perfección anatómica y de la belleza
externa. El artista ha optado por el
antinaturalismo para presentar la
expresión de su idea: la unión espiritual,
íntima, de la Madre con el Hijo.
11. El David, de clara inspiración clásica,
es otra obra de juventud; en ella,
Miguel Ángel estudia la anatomía
masculina de un joven que observa
atentamente a su rival, preparando las
fuerzas para el asalto. Es un ejemplo
perfecto de la tensión contenida de las
figuras de Miguel Ángel.
12. El Mausoleo de Julio II, grandioso proyecto
escultórico pensado para ser colocado bajo la
cúpula de san Pedro del Vaticano, fue el gran
fracaso de Miguel Ángel. Éste, que emprendió con
gran ilusión la obra, vio como el ambicioso
proyecto inicial quedó reducido a un sepulcro
mural colocado en la iglesia romana de San Pietro
in Vincoli.
Una de sus piezas fundamentales, es el Moisés,
máxima expresión de la terribilitá: la figura es
grandiosa tanto espiritual como fisicamente: el
rostro airado de Moisés refleja su cólera al ver
como los suyos adoraban falsos ídolos. Para este
mausoleo estaban destinadas también los
famosos Esclavos, que Miguel Ángel dejara sin
acabar, y que expresan como el alma humana,
presa de la materia, lucha por liberarse. Tanto en
los Esclavos como en el Moisés, está presente la
influencia de Laocoonte, la escultura helenística
descubierta en 1506 y que produjo un fuerte
impacto en el arte de nuestro artista.
13. Otra obra genial de Miguel Ángel es el Sepulcro de los Médici, ubicado en la
capilla funeraria que éstos tenían en la iglesia de San Lorenzo de Firenze: allí
realizó los mausoleos de Guiliano y de Lorenzo de Médici; las figuras
sepulcrales de los dos se nos ofrecen sentadas: el primero, con presencia de
general romano, representa al hombre de acción; el segundo, en actitud
pensativa (il pensiero) expresa el temperamento contrario. Apoyadas sobre las
urnas funerarias aparecen cuatro figuras desnudas; los cuatro momentos
principales del día: la tarde (el anciano decrépito de carnes flácidas), la noche
(figura femenina pletórica de fuerza), la aurora (mujer desperezándose) y el día
(joven lleno de vigor). En estas figuras -símbolo del poder destructor del
tiempo- se impone el Manierismo: no descansan serenas, ya que su posición
es inestable, resbaladiza, y están marcadas por la tensión y la tragedia.
14. Obras arquitectónicas
En 1546, Miguel Angel se hace cargo de la
Basilica de San Pedro de Roma. Transforma
el proyecto de Bramante suprimiendo el anillo
con columnas de la cúpulas y las torres, lo que
hace que la cúpula sea el elemento más
expresivo de la construcción. Es una cúpula
pesada y maciza pero esbelta, levantada sobre
un robusto tambor decorado con columnas,
ventanas y guirnaldas como si se tratara de la
fachada de un edificio. Son gigantescas
pilastras pareadas entre las que se abren las
ventanas cubiertas con frontones alternandos
triangulares y curvos. Esta será y es la cúpula
por excelencia, de referencia para posteriores
artistas.
15. Miguel Angel nos traslada hacia el
Barroco en la Escalera de la
Biblioteca Laurenciana (1559).
Utiliza las ilusiones y los engaños
que serán característicos del
estilo posterior en este espacio.
La puerta de acceso es pequeña,
así como el espacio. Miguel Angel
la monumentaliza al añadirle
grandes peldaños abiertos en
abanico, lo que hace ópticamente
más grande la entrada, toda ello
teatralizado por sus pilastras
apoyadas sobre ménsulas curvas.
16. Como arquitecto, y en sus últimos
años, Miguel Angel realiza la
ordenación de la Plaza del Capitolio,
centrada por la estatua de Marco
Aurelio, de planta oval, adaptada a la
forma de la colina, y creando una fácil
comunicación con el resto de la ciudad.
La decoración de la planta semeja un
cielo estrellado, reforzando la idea de
Roma como centro del mundo.
Es una plaza dinámica reforzada por la
planta cerrada del óvalo y el trapecio
abierto formado por el palacio del
Senado, el palacio Capitolio y el
palacio de los Conservadores, todos
ellos con la utilización de un tamaño
colosal de pilastras.
17. Miguel Angel como pintor
Desde muy joven Miguel Ángel mostró su habilidad pictórica; a los trece
años ya estaba trabajando en los talleres de Ghirlandario.
Para él la pintura era un arte secundario con respecto a la escultura, por
esta razón en su pintura domina el volumen. Sus figuras humanas
participan de valores escultóricos: volúmenes, distorsiones violentas de
la anatomía, musculosos, y figuras con movimiento tenso. Deja en un
segundo plano, o incluso omite, el paisaje, el fondo o la perspectiva.
El protagonista es el hombre, con un cuerpo colosal y monumental.
Se creyó que Miguel Ángel había concedido poca importancia al color,
pero tras la limpieza a la que se ha sometido su obra, se ha descubierto
que fue un gran colorista y que usaba colores claros y brillantes.
18.
19. En 1508, Julio II encargó a Miguel Ángel la decoración de la bóveda de la
Capilla Sixtina, lo cual contrarió bastante a Miguel Ángel.
De 1508 a 1512, Miguel Ángel pintó la bóveda, respetando la obra de los
pintores anteriores.
Es una bóveda de cañón muy rebajada, pero con sus trazos pictóricos,
consiguió crear la sensación de que era más peraltada.
Miguel Ángel organizó la bóveda según el sistema de quadratura.
Arquitectura, pintura y escultura se sintetizan según la teoría de Miguel
Ángel.
Miguel Ángel representó toda la historia de la humanidad, según el
cristianismo. También decoró con sibilas y profetas; las sibilas eran
mujeres, pitonisas, capaces de comunicarse con el más allá y hacer
profecías. Sibilas y profetas, tanto en el mundo clásico como en el Antiguo
Testamento, habían profetizado la venida de Cristo.
Miguel Ángel representó toda la grandeza de la Creación, bajo el impulso
titánico de Dios Creador, Principio Motor, lleno de fuerza y vigor.
20. Representaciones:
Creación de Adán: Sentido del
volumen. Le preocupó el cuerpo
humano y no la perspectiva.
Expulsión: El hombre titán creado por
Dios se convierte en un ser
atormentado.
Sibila Délfica: Gran desarrollo
muscular, casi como de hombre.
21. “EL JUICIO FINAL”.- En 1534
Miguel Ángel regresa a la Capilla
Sixtina. El mundo occidental estaba
sufriendo los avatares de la
Reforma. Esta circunstancia hace
más sombría esta obra. La
humanidad, tanto la salvada como
la condenada, se apiña en
apretujados grupos que piden
misericordia a un Dios airado.
Son más de cuatrocientas figuras
organizadas rompiendo con los
cánones renacentistas de
perspectiva. Representa el Destino
Trágico , organizado por su Ser
Dominante.
22. En la parte más alta, los ángeles con
los símbolos de la Pasión: columna,
cruz, corona de espinas…
A la derecha de Jesús se encuentra la
Virgen María, y a la izquierda San
Juan, ambos intercediendo por el alma
de los difuntos.
También aparece un Dios con aspecto
terrible y justiciero.
En el centro de la obra, Ángeles
trompeteros. En la parte inferior, el
mundo del Hades, la condenación. No
siguió ninguna composición clásica,
sino racimos de figuras que ascienden
o se precipitan al abismo. Destacan las
torsiones violentas y giros.