2. Era una cultura de
cazadores nómadas y
recolectoras.
Eran altos y robustos, del
tipo racial "pámpido".
Los animales cazados eran
ñandúes, venados y toda
clase de roedores.
Las técnicas de caza eran
semejantes a las utilizadas
por los Tehuelches:
persecución de animales
hasta rendirlos por
agotamiento.
Recolectaban frutos y raíces
silvestres, huevos de ñandú
y los cogollos de las flores
del ceibo.
3. Vestimenta
En invierno utilizaban el típico manto patagónico,
con el pelo hacia adentro, exteriormente estaba
adornado con figuras geométricas.
También vestían el "chillipa" o "chiripá", pieza de
cuero triangular que se pasaba entre las piernas y
se sujetaba a la cintura mediante una tira de cuero y
el "chepí" camiseta sin mangas elaborada con piel
de venado o yaguareté.
El tatuaje era común, tanto en la cara como el
cuerpo.
Usaban vinchas y penachos de plumas y brazaletes
de huesos.
4. Ubicaban su vivienda
cerca de ríos y
arroyos. En general la
vivienda consistía en
una estructura simple
de 4 palos clavados
en la tierra sobre los
cuales colocaban
travesaños
horizontales.
La Vivienda
A los costados ataban esteras de juncos o totoras para
protegerse del viento, y en épocas de frío y lluvia
agregaban otras para formar un techo más bien plano.
Eran fáciles de armar y trasladar. A partir del siglo XVIII, con
el aporte del ganado vacuno y caballar, aparecieron las
tolderías, reemplazando las esteras por el cuero.
5. Sociedad
La familia era monogámica, rara vez se separaban las parejas
después de tener hijos; si no los había, ambos se consideraban
libres de formar otro matrimonio.
Es probable que algunos jefes y caciques hayan practicado la
poligamia.
El varón pedía la hija a los padres, y si éstos lo aceptaban, la
llevaba. La mujer nunca se negaba. Desde que se casan forman
una nueva familia. El varón ganaba el status de adulto.
6. La mujer cuidaba de la vivienda, cocinaba,
confeccionaba prendas de pieles, cerámica y
recolectaba frutos. Criaban a sus hijos sin castigarlos; a
las niñas enseñaban los menesteres propios de su sexo
para cuando fueran mayores.
Al hombre le correspondía la caza, pesca, armado de
toldo y fabricación de utensilios y armas: lanzas, flechas
y boleadoras. Los hijos varones los acompañaban en la
práctica con ellas y en las cacerías.
Un conjunto de viviendas conformaba la unidad mínima
a cargo de un cacique. En épocas de guerra, se unían
las diferentes bandas, organizadas bajo un consejo de
caciques.
7. Industria lítica
Se destacaban en el manejo de la piedra, logrando
boleadoras o puntas para flechas y lanzas, tan perfectas
que hacían trascender su prestigio a otras comunidades,
llegando a se usadas como objetos de intercambio.
Fabricaban también pulidores, raspadores, morteros,
hachas de mano, sierras, cuchillos, punzones, etc. La
materia prima era abundante en toda la cuenca del río
Uruguay, obtenían entre otros; ópalo, cuarcita, jaspe,
pizarra, ágata y sílice.