Planificacion Anual 2do Grado Educacion Primaria 2024 Ccesa007.pdf
Métodos, La Enseñanza de la Lectura y la Escritura. WILLIAM S. Gray.
1. WILLIAM S. Gray.
La enseñanza de la lectura y la escritura.
Unesco, 1957.
MÉTODOS DE ENSEÑANZA DE LA LECTURA
III. Tendencias recientes en los métodos de enseñanza de la lectura.
Hasta ahora se ha llamado la atención hacia una serie de métodos especializados de enseñanza de la lectura, que
difieren profundamente en dos aspectos: la naturaleza de los elementos lingüísticos empleados en las primeras lecciones
de lectura y el proceso mental básico que interviene. Las modificaciones de que han sido objeto dichos métodos tenían
por fin remediar defectos que se observaban en su aplicación, satisfacer objeciones teóricas y, en general hacer posible
un aprendizaje rápido y fácil. De este modo cada uno de los diversos métodos ha adoptado muy diversas formas.
En los años recientes se han efectuado modificaciones más amplias, para tener en cuenta la demanda creciente de
métodos perfeccionados, la evolución del concepto de los fines de la enseñanza y los resultados de la experiencia y la
investigación. Aunque su clasificación es muy difícil se examinarán, para los fines de esta exposición, conforme a los dos
brubros siguientes: la “tendencia ecléctica” y la “tendencia de la enseñanza en función del alumno. Estas tendencias no
se excluyen mutuamente; en cierto modo, algunos métodos que combinan el empleo de técnicas que antes
caracterizaban a otros han sido también concebidos en función del alumno, y algunos de aquellos que se adaptan sobre
todo a la personalidad emplean asimismo diversas técnicas pedagógicas personalizadas.
LA TENDENCIA ECLÉCTICA
Esta tendencia se menciona en el reciente informe sobre lectura, preparado por la Oficina Internacional de Educación de
Gtnebra, en el que se clasifican los métodos corrientes en “sintético”, “analítico” y “analítico-sintético”. Respecto de este
último, en el informe se expresa que “…supone la selección de palabras, sentencias y pasajes sencillos cuidadosamente
graduados, que los niños analizan, comparan y sintetizan en forma más o menos simultánea desde el principio, y en tal
forma que se familiarizan con los elementos del Idioma en el orden deseado, mientras aprenden el mecanismo de la
lectura”.
Para Ilustrar el empleo del análisis y la síntesis en determinado método de enseñanza, hizo breve referencia a una de las
primeras lecciones de un manual muy usado en el Brasil. Después de que la clase ha examinado la primera linea del
ejemplo, se señala a su atención la palabra bola y el cuadro que la acompaña. Mediante la asociación de la forma de la
palabra y el cuadro, se Identifica esa palabra. En seguida se la pronuncia lentamente, dividiéndola en sus elementos
fonémicos bo y la. La etapa siguiente consiste en reconocer las cinco silabas formadas por la letra b y cada una de las
vocales. Se recurre al análisis para aislar el sonido b de la o, y a la síntesis para combinarlo con los otros sonidos de
vocales. La palabra lata se enseña en forma semejante, pareando los sonidos I y t con cada uno de los sonidos
vocálicos. Luego, debe recordarse, mediante el análisis visual, las diversas unidades silábicas antes presentadas y su
combinación para el reconocimiento de determinadas palabras. La etapa final consiste en leer la última línea de la
página. Para la Identificación de los diversos elementos silábicos se requiere el análisis, mientras que su combinación
para formar palabras y su pronunciación suponen la síntesis. Así que en toda la lección se emplean continuamente el
análisis y la síntesis.
Serla imposible mencionar cada uno de los numerosos procedimientos eclécticos que hoy en día existen. Los que tienen
especial significación combinan en un solo programa de enseñanza los métodos que estimulan una actitud reflexiva ante
la lectura y una clara comprensión del significado de lo que se lee y los métodos que capacitan al alumno para el recono-
cimiento de las palabras. El ejemplo siguiente ha sido tomado de un informe presentado a la Unesco en 1949 por el De-
partamento de Educación del gobierno de Tailandia: “En unas dos semanas preparamos un libro de lectura de nueve
lecciones, cada una dividida en dos partes. En la primera se utiliza el método directo, es decir se enseñan las palabras de
proverbios muy bien conocidos; en la segunda se enseñan las letras de esas palabras y se combinan las letras para
formar nuevas oraciones. Por ejemplo, la primera lección empieza con un proverbio siamés muy conocido que dice: “Nai
nam mi pla, nia na mi kau" (en el agua está el pez y en los campos el arroz). Una vez que el maestro repite este pro-
verbio, la persona analfabeta que lo sabe de memoria puede “leerlo”, al igual que diversas versiones del mismo. En la
2. segunda parte de la primera lección se enseña la forma de seis consonantes utilizadas en el proverbio, asociándolas
visualmente con objetos que tienen el mismo nombre que esas consonantes. Las cuatro vocales utilizadas en el primer
proverbio se enseñan asociándolas con la forma de la cara, mientras se pronuncian. En seguida, hay una página de
sentencias nuevas y sencillas formadas por la combinación de las consonantes y vocales, y ésta es la primera lectura
verdaderamente fonética que efectúa el analfabeto en la primera lección”.
Los métodos eclécticos permiten el logro de objetivos más amplios en la enseñanza de la lectura que los métodos alta-
mente especializados a que se ha hecho mención. Por lo tanto, la tendencia ecléctica, que representa un intento para
vencer las limitaciones de los métodos especializados, da grandes esperanzas. Mediante la elección de procedimientos
pedagógicos adecuados, puede organizarse un programa de enseñanza de la lectura que permita el desarrollo, en los
niños y adultos, de todas las capacidades y técnicas indispensables para hacer frente a sus necesidades corrientes.
LA TENDENCIA DE LA ENSEÑANZA EN FUNCION DEL ALUMNO
Esta tendencia se funda en el principio de que el desarrollo del alumno es el propósito principal de la enseñanza, y que el
aprendizaje del tema y la adquisición de técnicas son objetivos secundarios. Como el adelanto en la lectura se considera
un aspecto importante del desarrollo individual, se presta primordial atención en el contenido de la enseñanza y en los
métodos pedagógicos a los intereses del alumno, sus preocupaciones inmediatas, experiencias previas, aptitudes
especiales y deficiencias.
Los procedimientos de enseñanza adaptados a la personalidad del alumno pueden clasificarse, según la naturaleza del
material de lectura, en tres tipos: preparados por especialistas, concebidos por el alumno y el maestro, o preparados
como parte de un programa “instruccional integrado”. En general, los métodos son eclécticos, pero varían en algunos
detalles según el tipo de material de lectura.
Material de lectura preparado por especialistas.
Los libros de lectura preparados por especialistas se utilizan mucho más que cualesquiera otros entre los niños y adultos.
En comparación con la mayoría de los manuales publicados en años anteriores son más pintorescos y atrayentes y su
contenido se relaciona más íntimamente con los intereses de los grupos de edad de que se trata. El contenido de los ma-
nuales para niños reviste la forma de cuentos o episodios sencillos, despierta interés sobre los mismos personajes, y los
manuales para adultos versan sobre sus propias experiencias y necesidades. Los denominados “libros de textos básicos”
van acompañados en general de medios complementarios de instrucción, como gráficos, tarjetas de palabras y frases,
libros de ejercicios, pruebas y libros del maestro. A veces se presentan fotocopias y películas basadas en el contenido de
los libros de lectura. Los métodos que se utilizan en tal caso no son ya los métodos de la palabra, la frase, la oración o el
cuento. Los especialistas utilizan palabras, frases, oraciones o cuentos según sea necesario, y la mayoría de ellos está
de acuerdo en que el análisis de estas unidades en sus elementos es indispensable para que el alumno se habitúe a
reconocer las palabras por sí solo. Difieren, sin embargo, en cuanto al momento en que debe iniciarse el análisis de las
palabras, y a la cuantía y naturaleza de la ayuda que debe darse. Según algunos, hay que dar diariamente desde el prin-
cipio instrucción que capacite al alumno para distinguir y reconocer las palabras; otros opinan que tal formación ha de
darse después de algunas semanas o meses o sólo a solicitud del Interesado.
El argumento principal en favor de los manuales preparados por especialistas es el de que tienen interés para los
alumnos y crean una actitud satisfactoria hacia la lectura. Desde el punto de vista práctico, estos manuales y los ele-
mentos pedagógicos auxiliares que los acompañan ahorran tiempo y energía a los maestros.
El material preparado por especialistas tiene, sin embargo, sus opositores, quienes pretenden, primero, que es imposible
que un especialista prepare material de lectura de igual Interés para muchos grupos diferentes y para todos los miembros
de un curso. Algunos estudios detallados acerca de los intereses comunes de niños y adultos han hecho mucho para
subsanar esta dificultad. Los lingüistas sostienen que los especialistas desconocen o pasan por alto hechos importantes
acerca de la naturaleza del Idioma así como la importancia relativa de las palabras y sus relaciones, y con frecuencia no
seleccionan las palabras ni las organizan con miras a facilitar su aprendizaje; pero, por otra parte, los lingüistas tienden a
hacer caso omiso de los intereses del alumno. La solución de este problema reside en la cooperación entre aquellos que
conocen bien el tipo de alumno para el cual está destinado el material y los que conocen el idioma.
Se observan, por lo menos, tres tendencias importantes en Ios métodos utilizados para la enseñanza de la lectura, me-
diante manuales preparados por especialistas. Para asegurar que se dé a todas las capacidades y técnicas necesarias
para leer correctamente la importancia debida, muchos especialistas seleccionan procedimientos de todas las fuentes
posibles. Además, la enseñanza de la lectura se relaciona íntimamente con la de otras actividades lingüísticas, como
hablar, oír escribir y deletrear. Por último, la formación dada en los primeros ejercicios de lectura proporciona una amplia
3. base para inculcar en el alumno un interés permanente por la lectura y desarrollar en él capacidades y técnicas que
seguirán ampliándose tanto en ulteriores actividades escolares como fuera de ellas.
La segunda tendencia se refiere al empleo de los métodos de identificación de palabras más adaptados al idioma de que
se trate. Por ejemplo, algunos prefieren emplear casi con exclusividad los métodos fonéticos, otros los silábicos (fonémi-
cos) y todavía otros recurren a diversos medios auxiliares para identificar las palabras, como el contexto, claves sobre la
forma de las palabras, el análisis estructural de las palabras, el análisis fonético y el diccionario. Otros han abandonado
técnicas muy especializadas en favor de los métodos eclécticos.
Por último, los autores de manuales para la enseñanza en función del alumno, adaptan sus métodos a las capacidades y
necesidades de los interesados, quienes se organizan en consecuencia en grupos y se les proporciona amplia ayuda
individual. Los maestros están atentos a cualquier impedimento físico, mental, social o emocional que pueda tener el
alumno, y se adoptan procedimientos especiales, como el trazado de la forma de las palabras, para ayudar a los más
lentos.
Material de lectura preparado por alumno y profesor.
Este material de lectura se basa en los intereses inmediatos del grupo al que se ha de dar instrucción, y es preparado por
los alumnos con la orientación del maestro que puede ser necesaria. Por ejemplo, la clase discute una experiencia común
y resume los puntos principales en unas cuantas frases. El maestro ofrece sugestiones, cambia las palabras o formas de
expresión y, en seguida, se utiliza este material para enseñar al grupo a leer en forma muy semejante al método de la
oración o el cuento. El profesor Rodríguez Bou, de la Universidad de Puerto Rico, enseña a los adultos a leer español en
la siguiente forma:
1. Antes de la instrucción propiamente dicha en materia de lectura, se discute ampliamente con los adultos a fin de
ganarse su confianza, intensificar su interés en el aprendizaje de la lectura y la escritura y familiarizarlos más con las
palabras y formas de expresión que se emplearán en las lecciones de lectura y de escritura.
2. Para las primeras lecciones se emplea material de lectura basado en las experiencias reales de los adultos, que se
denomina "unidades de experiencia". Mediante preguntas, el maestro estimula a los miembros de la clase a hablar de la
actividad a que se dedican. A medida que prosigue la discusión, el maestro escribe breves declaraciones sobre el
pizarrón; por ejemplo, en relación con una alumna escribió lo siguiente:
Doña Julia es cocinera.
Cocina muy bien.
Está en la escuela.
Quiere leer.
Quiere escribir.
Quiere expresarse bien.
3. Cuando se ha completado una unidad, el maestro la lee como un todo; a continuación la lee la clase en coro y,
después, cada uno de los alumnos.
4. En seguida, se registran las declaraciones en un cartel y nuevamente son leídas al unísono e individualmente. Durante
estos ejercicios de lectura, la unidad presentada en el cartel se compara con su forma escrita en el pizarrón.
5. Luego se examinan diversas oraciones que los alumnos dictan, leen en coro e individualmente del pizarrón y las
comparan con las incluidas en el cartel. Cada oración leída se recorta del cartel, se vuelve a leer y se coloca debajo de su
equivalente sobre el pizarrón. Después de que todas las oraciones han sido examinadas, se leen en distinto orden y en
seguida se reconstruye la unidad a partir de las oraciones sacadas del cartel.
6. Tan pronto como los alumnos pueden reconocer las diversas oraciones, se presta atención a las frases. Después que
se ha releído determinada oración, ésta se divide en la forma siguiente: “Doña Julia”-“es cocinera”. Cada frase se lee y se
compara con la que está escrita en el pizarrón, y este mismo procedimiento se aplica a cada oración. Luego se leen todas
4. las frases en diverso orden y se localizan en el cartel. Por último las frases se combinan para reconstituir la unidad y se
procede a leerlas.
7. Del mismo modo las frases se dividen en palabras identificables a primera vista.
8. Estas palabras así adquiridas se aplican a la lectura del nuevo material.
Cuando los adultos han aprendido cincuenta palabras y algunas claves para identificarlas, inicia el empleo de una cartilla.
Esta excelente cartilla que el profesor Rodríguez Bou emplea después de una serie de lecciones basadas en la
experiencia inmediata del alumno.
Este tipo de material de lectura, basado en las experiencias inmediatas de los alumnos, suele suscitar profundo interés y
una espontánea cooperación. A medida que los niños o adultos leen el registro de sus experiencias, la simple vista de
algunas palabras les hace evocar en ellos asociaciones similares a las que se establecieron al ocurrir esas experiencias,
y en esa forma se aprenden las palabras con facilidad y rapidez. Estos primeros y amenos ejercicios de lectura in-
tensifican también el interés por la lectura, y, como el material empleado tiene significado, se desarrolla desde el principio
la aptitud para la lectura inteligente. Por otra parte, como los alumnos participan en la preparación del material de lectura,
aumentan rápidamente sus conocimientos del idioma y el mejor perfeccionamiento de la expresión oral refuerza la lectura
y viceversa. En general, Ios maestros que emplean ese método, conocen bien las diferencias entre los alumnos y utilizan
todos los medios posibles para adaptar la enseñanza a la capacidad y a las necesidades de cada uno.
El material de lectura preparado por alumno y profesor, tiene varias limitaciones. Los maestros con inadecuada formación
no siempre eligen bien las palabras ni las organizan metódicamente a fin de facilitar el aprendizaje rápido. La preparación
satisfactoria del material y su duplicación, requieren mucho tiempo y esfuerzo por parte de los maestros. Tan pronto como
los niños y adultos han aprendido a participar en actividades muy sencillas para las que es necesario saber leer, se
observa una gran demanda de material que satisfaga su interés creciente en la lectura y que les permita ejercitarse
debidamente. Por consiguiente, la mayor parte de los maestros que emplean el “método de la experiencia” en los
primeros ejercicios de lectura pronto tienen que recurrir al material impreso.
Materiales de instrucción integrados.
Como un último ejemplo de la tendencia de la enseñanza adaptada a la personalidad del alumno, se hace referencia a
los métodos de enseñanza de la lectura que utilizan materiales de instrucción integrados. Los correspondientes pro-
gramas se basan en un concepto global de la educación del niño y comprenden mucho más que la lectura y la escritura.
El aprendizaje se basa en su mayor parte en los intereses inmediatos de los alumnos y los conocimientos se adquieren
mediante el desarrollo de actividades afines. Primero se perciben las ideas generales y las formas en su totalidad. A
medida que prosigue el aprendizaje, se establecen las distinciones necesarias y el niño va captando, poco a poco, los
detalles. Se afirma que este procedimiento general guarda armonía con la manera natural de aprender del niño.
Una segunda característica de este plan es de que concentra la atención sobre unos pocos puntos de una vez. Como la
enseñanza de la lectura se relaciona con objetos estudiados durante el día, se desarrollan en el niño motivos poderosos
para aprender a leer y el contenido de lo que se lee adquiere significado para él. De este modo, la lectura sirve desde el
principio para enriquecer su experiencia, y no solamente para inculcar en él ciertas técnicas básicas; además, todos los
conocimientos prácticos y teóricos adquiridos durante el día se refuerzan mutuamente. También se afirma que, como
tales actividades varían de un niño a otro según la evolución de los intereses del niño, este método permite una mejor
adaptación a las necesidades Individuales.
El material de lectura empleado en las primeras etapas puede derivar de una experiencia común de interés para todos los
alumnos. Por ejemplo, en una clase, en Bruselas, uno de los alumnos encontró un insecto de apariencia extraña mientras
jugaba afuera. Al ser mostrado en la clase, todos se interesaron por el Insecto, y con la ayuda del profesor se promovió
una detallada discusión sobre el insecto. Lo ocurrido hasta este momento puede considerarse como una experiencia vital
de aprendizaje sobre la naturaleza. Antes de terminar la discusión, Ios alumnos dictaron un cuento acerca del insecto,
que el profesor escribió sobre el pizarrón. En seguida fue leído y examinado y se procedió a identificar las oraciones.
Luego se analizaron algunas palabras con otras palabras del cuento para formar otras nuevas. Más tarde las palabras del
cuento se cambiaron también con otras aprendidas antes y asi los alumnos encontraron una nueva manera de ejercitarse
en la identificación y empleo de las palabras.
El cuento que Ios alumnos prepararon y leyeron en la forma descripta fue empleado en varios ejercicios afines. Lo
escribieron en sus cuadernos y sirvió así de ejercicio de escritura. Después cada alumno lo ilustro con un apropiado
dibujo. En otra sesión se aprendieron a deletrear las nuevas palabras, y algunos de los alumnos fueron a la imprenta,
5. pusieron en tipo las palabras y, por último las imprimieron. De esta manera y de varias otras, la enseñanza de la lectura,
el deletreo, la escritura, la expresión oral y escrita y el dibujo, se organizaron en torno de un interés común
Una vez que se ha preparado y empleado material de lectura para una lección, como se ha indicado antes. Se sacan
varias copias de éste y se da un ejemplar a cada alumno para que lo archive en su libro de lectura. En muchas escuelas
se pide a los alumnos que pongan en tipo cada unidad en la sala de clase, valiéndose de un pequeño aparato de
Imprenta. Este plan familiariza al alumno con los detalles de las palabras y lo estimula a trabajar minuciosamente, porque
ese material “debe estar bien organizado para que pueda leerse”. Cuando ha sido Impreso, suele ilustrarse cada lección.
También en láminas se reprodujeron páginas de un libro preparado en Ginebra, Suiza. Uno o más de estos libros
constituyen el material de lectura principal para todo el primer año. Comúnmente, los libros preparados por clases
anteriores se utilizan como material complementario. Al principio del segundo año escolar, se emplean libros Impresos.
Los principios básicos del plan de enseñanza integrado pueden aplicarse en regiones donde ya están en marcha pro-
gramas de educación fundamental. El material de lectura puede basarse en las necesidades de los niños de las escuelas
primarias o de los adultos en los cursos de alfabetización. Para obtener datos sobre la aplicación de este plan se remite al
lector a tres fuentes. Dottrens y Margairaz examinan los principios psicológicos del concepto global de la enseñanza y
ofrecen numerosos ejemplos de material y procedimientos pedagógicos adecuados. Freínet analiza lo que él denomina
los principios naturales de la enseñanza y la manera de preparar a los niños para participar eficazmente en el plan. Dos
puntos se destacan de manera especial, a saber: la importancia de la escritura en los primeros ejercicios de aprendizaje y
la utilidad de imprentas, revistas e intercambios como incentivos para el trabajo exacto. En un manual que acompaña al
material de lectura danés preparado por Evers, Kuitert y van der Velde se describe con detalle el método global y se
explica la manera en que contribuye al desarrollo completo del alumno.
Los que se oponen al plan integrado alegan que se trata de un procedimiento tan complejo que puede ser aplicado
eficazmente sólo con grupos relativamente pequeños y por maestros con bastante formación profesional, que la
instrucción dada en las técnicas básicas no tiene coherencia y que, al restringir el programa durante el primer año al uso
de material preparado por el alumno, se limita el alcance de la lectura que puede efectuarse y se impone una pesada
carga a los maestros. No obstante, muchos de sus principios básicos están ejerciendo una profunda influencia en la
organización de actividades pedagógicas en las escuelas primarias. Por ejemplo, la lectura se relaciona mucho más
estrechamente que antes con otras actividades escolares, y sirve cada vez más para facilitar el aprendizaje todo el día
escolar.
Además, los maestros que anhelan vitalizar y mejorar la enseñanza de la lectura, adoptan muchas de las técnicas idea-
das para los programas integrados.
CONCLUSIÓN
Si bien los métodos de enseñanza de la lectura fueron en una época muy especializados, han perdido poco a poco mu-
chas de sus cualidades distintivas a medida que han tratado de mejorar su eficacia. Hoy día se observan dos tendencias
distintas: la mayoría de los métodos utilizados en la actualidad combinan en un solo programa técnicas que antes
caracterizaban a determinados métodos, y, por otra parte, tienen cada vez más en cuenta los intereses inmediatos del
alumno. Estas tendencias guardan armonía con los resultados de estudios psicológicos.
A continuación se descubrirán los experimentos realizados para determinar objetivamente, en lo posible; el valor relativo
de los diversos métodos de enseñanza de la lectura.
Revista de Educación. Octubre de 1957, Año II, N° 10 (Nueva Serie)