Este documento presenta los lineamientos generales para la formación política de la Juventud Comunista del Ecuador. Propone un modelo formativo basado en el marxismo-leninismo con tres componentes: centros de formación, equipo docente y estudiantes. Se enfocará en la autoeducación y encuentros presenciales regulares y formativos. Evaluará el aprendizaje a través de la autoevaluación, tutoría y formadores para mejorar continuamente el sistema de formación política.
1. 2012
Guía General de Formación Política
Secretaria Nacional de Educación y
Formación Política
Juventud Comunista del Ecuador
29/05/2012
2. Introducción
La producción y reproducción de conocimientos no escapa de la lucha de clases, tampoco puede escapar
de las contradicciones propias del capitalismo, su necesidad de socializar el conocimiento y la
apropiación individual, minoritaria e irracional de lo producido, han creado situaciones complejas hacia
adentro del pensamiento humano, de la sociedad y la naturaleza. Tensiones que pueden resumirse en la
bancarrota de la racionalización de la sociedad moderna, la estetización salvaje, la negación de la ciencia
occidental, el calentamiento global, etc. No debe de extrañarse que sociedades altamente desarrolladas
técnica y científicamente, no encuentren cohesión social en su propio desarrollo, desemboquen en un
nihilismo, o en su seno aparezcan nuevas y aberrantes formas de religiosidad, no es de sorprenderse
que su conciencia social esté totalmente distorsionada –lo está el capitalismo-; y es que las
contradicciones del sistema vuelcan sus esfuerzos hacia la destrucción del mundo, su dispositivo
civilizatorio se mantiene pero como un “parásito desmesurado”
Para nosotros que anhelamos construir el Socialismo, la sociedad en que se desarrolle plenamente el
individuo y la sociedad por igual, es necesario emprender la batalla sobre las condiciones de clase en la
producción y reproducción del conocimiento, las cosas no pueden seguir así. Cuando Antonio Gramsci
hablaba del partido leninista en el prologo al Príncipe de Maquiavelo decía:
“que una parte importante [de los esfuerzos] deberá estar dedicada a la cuestión de una reforma
intelectual y moral, es decir a la cuestión de la concepción del mundo […] el nuevo príncipe
[hablando del partido leninista] debe ser y no puede dejar de ser, el abanderado y el organizador
de una reforma intelectual y moral, lo cual significa [también] crear el terreno para un desarrollo
ulterior de la [ciencia, de la] voluntad colectiva nacional-popular hacia el cumplimiento de una
forma superior y total de civilización moderna”
La producción y reproducción de conocimientos debe de cambiar, más que nunca es necesario escuchar
las palabras de Gramsci, por cierto Secretario General del Partido Comunista Italiano en la era del
fascismo, cuando hablaba de la necesidad de una reforma intelectual y moral, pero también hay que
atender a una pregunta que él se plantea posteriormente: “¿Puede haber una reforma intelectual y moral;
es decir, una elevación civil de los estratos deprimidos de la sociedad sin una precedente reforma
económica y un cambio en la posición social y en el mundo económico?” Precisamente la forma concreta
de presentarse la reforma intelectual y moral es a través de un gran proceso de cambio económico, es el
fin en última instancia. Aquí solamente se plantea la necesidad de hacer las dos por igual, ya que las dos
se condicionan y manifiestan en su importancia en la lucha de clases, hoy, en América Latina y el
Ecuador
Recordemos que nuestra máxima cuando nos acercamos al marxismo es desplegar nuestra acción
transformadora, así recordemos la tesis 11 de Marx sobre Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más
que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo” 1, entonces la
filosofía de la praxis nos conduce al desarrollo de nuestra politicidad.
Debo manifestar mis agradecimientos, por su colaboración en la realización de esta Guía General, que
entregamos a todos nuestros camaradas, al c. Yebrail Ramírez, militante de la Juventud Comunista de
Colombia que trabajo varios textos y extractos aquí compilados, así como al c. Felipe Valencia ,
Secretario de Educación Política de la Juventud Comunista de Colombia, por sus aportes, criterios sobre
formación y educación política que conversamos sobre la marcha cuando se realizó la Escuela Binacional
en Quito entre el 11 y 17 de noviembre de 2012. A ellos muchas gracias y aquí dejo un primer producto
formativo.
José Molina Ramón
Secretario Nacional de Educación y Formación Política
Juventud Comunista del Ecuador
1
C. Marx y f. Engels, “tesis sobre Feuerbach”, Obras Escogidas, t. III, Pág. 271
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3. Modelo Formativo
Misión
Se proyecta desde el marxismo-leninismo y el pensamiento crítico, buscando superar la contradicción
teoría-práctica, a través de la acción transformadora. Así recordemos la tesis 11 de Marx sobre
Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que
se trata es de transformarlo” [C. Marx y f. Engels, “Tesis sobre Feuerbach”, Obras Escogidas, t. III, Pág.
271]. Entonces nuestra misión es conocer, aprehender y transformar la realidad a partir del conocimiento
científico de la sociedad
Visión
Se fundamenta en el marxismo-leninismo, en el desarrollo del pensamiento crítico, dialéctico, y abierto,
capaz de posibilitar la comprensión de las contradicciones causadas por la sociedad capitalista de
nuestros días; y así mismo, servir de estimulo para la actividad transformadora de sujetos sociales
La Modalidad Abierta será nuestra forma fundamental de formación para las y los militantes de la
Juventud Comunista del Ecuador, por supuesto que ello demanda de la disciplina militante de todos los
jóvenes que ingresan a la organización, por ello, aquellos que avancen en la formación política darán
muestras de disciplina, y deseo genuino de avanzar en la construcción de la organización.
Aunque esta modalidad aparentemente no exprese la regularidad de la educación formal, es sin duda una
muestra de cómo la revolución de la ciencia y la técnica en el seno del capitalismo, abre el camino para la
consumación de las condiciones indispensables para la realización del Socialismo, es decir el desarrollo
de las fuerzas productivas, de la ciencia y la tecnología, posibilita llegar a plantearnos la “educación para
todos”, de aquí en adelante es disciplina militante. No dejaremos de lado los encuentros regulares, pero
ellos deben convertirse en espacios de discusión fecunda, a profundidad, pues, debemos aprovechar
hasta el último las condiciones favorables que llevarán a nuestros encuentros.
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4. Principios
¿Cuáles son los principios que guían nuestra formación?
Práctica y Criterio de Verdad
• “La originalidad del marxismo leninismo como concepción del mundo y del hombre
en el mundo, es que en lugar de ser una construcción especulativa, una
interpretación puramente teórico-retórica de la realidad – como hasta antes de Marx
y Engels lo fueron algunas filosofías- se funda consciente y deliberadamente sobre
la actividad práctica de la humanidad” [Guy Besse, Práctica social y Teoría, Grijalbo
70, México, 1970, Pág. 9]
Reforma Intelectual y Moral
• Cuando Antonio Gramsci habla del partido leninista en el prologo al Príncipe de
Maquiavelo dice: “que una parte importante [de los esfuerzos] deberá estar
dedicada a la cuestión de una reforma intelectual y moral, es decir a la cuestión de
la concepción del mundo […] el nuevo príncipe [hablando del partido leninista] debe
ser y no puede dejar de ser, el abanderado y el organizador de una reforma
intelectual y moral, lo cual significa [también] crear el terreno para un desarrollo
ulterior de la [ciencia, de la] voluntad colectiva nacional-popular hacia el
cumplimiento de una forma superior y total de civilización moderna” [Antonio
Gramsci, “El partido leninista como el príncipe moderno” en El Príncipe, Editorial
Andreus Ltda., Colombia, 1979, Pág. 22]
Totalidad, Lucha de Clases, y Superación
• Para llegar ha encontrar un principio de unidad y totalidad, que nos permita
concatenar los elementos del mundo: la naturaleza, la sociedad y el pensamiento
humano, tenemos nuevamente que recurrir a Marx. Una forma decisiva de la
práctica es la lucha de clases. Para Marx, que separó definitivamente al
conocimiento de la base ontológica, de esa rigurosidad lógico-especulativa: “la
totalidad es la sociedad de clases; la negación que forma la base de su
contradicción es la negación de las condiciones de clase” [H.C.F. Mansilla, “Sobre
la dialéctica de Marx” en Introducción a la Teoría Critica de la Sociedad, Editorial
Seix barral, Barcelona, 1970, Pág. 77], la totalidad y unidad es la lucha de clases,
nada existente en la sociedad clasista escapa a esta realidad-concreta, la
producción y reproducción del conocimiento también esta embargado de esta
condición, de esta determinación
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5. Componentes
En nuestro sistema hay tres componentes:
• Sede Central y Centros de Formación
Los Centros de Formación son organismos de apoyo a la gestión administrativa y formativa, sirven de
vínculo con la Dirección Nacional, tienen una Sede Central, y su domicilio se halla en donde sesione
el Comité Central como Sede Principal
• Centros Regional de Formación
Son los existentes en las ciudades más pobladas del país Quito, Guayaquil, Cuenca
• Centros Provincial de Formación
Son centros asociados u oficinas de información
Requisitos para los Centros de Formación
Todos los Comités Provinciales llegado un momento deben constituir un Centro de Formación, los
requisitos son los siguientes:
Sede Central Regional Provincial. Asociado u
•Sede del Comité Central del PCE •Ubicado en una de las ciudades Oficina de Información
•Infraestructura propia más pobladas del país •Espacio físico (no
•Equipo de computación donde •Infraestructura propia necesariamente propio)
administre entorno virtual •Equipo de computación donde •Acceso a internet
•Biblioteca física administre entorno virtual •Mobiliario para funcionamiento
•Aulas de formación y auditorio •Biblioteca física •Servicio de información JCE
•Servicio de información JCE •Servicio de información JCE
• Equipo docente
• Formadores
Son aquellos encargados regionales de formación y constituyen el equipo nacional de
formación política, que orienta las tutorías en las provincias encargadas
• Tutores
Son todos aquellos que han concluido una escuela de formación y hacen seguimiento y
evaluación de la formación a otro militante que este cursando una escuela de formación de
menor nivel.
• Estudiante
• En este sistema la autoeducación es la estrategia preferente, sin embargo es necesario
configurar una “pedagogía de lo revolucionario” desde la práctica permanente que se
realizará desde los espacios frentistas, y los centros de la Juventud Comunista del
Ecuador, para que sea más aprehensible la teoría del marxismo-leninismo, en todas
sus variantes, También es importante, la interacción virtual en los espacios creados
para ello.
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6. Recursos
• Guías Didácticas
• Textos básicos: "Fondo Biliográfico"
Material
Impreso
• Aula Virtual. Localizada en la página web www.jcecuador.org
• Recursos Educativos Abiertos. Material upload, compartidos
• Biblioteca Virtual
• Chat
Virtual • Canal de videos, peliculas
• Radio online
• Revista
• Periódico El Pueblo
Apoyo • Boletin Informativo
Jornadas Presenciales
Como anotamos los encuentros entre la militancia destinados a la formación política se realizarán de
acuerdo a los siguientes parámetros:
• Regulares
Escuela de Formación Pre-básica. Al finalizar la temática tratada se realizará una jornada pedagógica de
refuerzo de contenidos por parte del centro
Escuela de Formación Básica. Al finalizar la temática tratada se realizará una jornada pedagógica de
refuerzo de contenidos por parte del centro
• Formativas
Escuela de Formación Media. A cargo del Comité Provincial se realiza en una jornada de 5 días, sirve
para dar profundidad a temas tratados en las escuelas anteriores, así como para desarrollar habilidades
en dirigencia
Escuela de Cuadros. A cargo del Comité Central de la Juventud Comunista, sirve para definir a fondo
temas tratados anteriormente, ahondar en la discusión de temas teóricos y prácticos
Formador de formadores. A cargo de la Secretaria Nacional de Educación y Formación Política. Se
implementa una vez al año para determinar el equipo nacional de docentes.
• Especiales
Investigación. A cargo de Comité Ejecutivo se convocarán para la determinación de un análisis de
coyuntura, y para la formulación de contenidos a discusión en los Frentes de Masa
Entrenamiento Brigadista. A cargo de la Secretaria General y la Secretaria Nacional de Educación y
Formación Política y Secretaria Nacional de Comunicación, Prensa y Propaganda, se convocarán para
dictar los elementos básicos, en prensa y propaganda, e instrucción general
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7. Sistema de evaluación
Es importante evaluar al sistema, como al militante, pero alejado de la tradicional forma punitiva de
evaluación, por ello nos proponemos lo siguiente:
Autoevaluación
• El estudiante debe llevar el control
de su aprendizaje a través de la
lectura comprensiva y la puesta en
práctica de sus conocimientos en la
práctica
Heteroevaluación
• Evaluación que se lleva a cabo por
formadores y tutores en nuestro
sistema. La tutoría comprende un
primer nivel de evaluación a través
de la comprobación de la
realización de los ejercicios al final
de los temas tratados. Los
formadores evalúan el desempeño
a través de la participación en las
Jornadas presenciales
Matriz de evaluación
La siguiente es la matriz de evaluación que debe aplicarse a todos los militantes:
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8. Pensum Secretaria Nacional de Educación y Formación Política
Bibliografía Sugerida
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9. Pre- básico
Unidad 1
El Partido Comunista del Ecuador y su razón histórica
En esta primera unidad planteamos los hechos fundamentales que marcaron el
origen del Partido Comunista del Ecuador. En el texto básico: Entrevista
realizada a César Endara, en 1986, uno de los fundadores del PCE,
encontraremos detalles dados directamente del actor.
Precisaremos algunas ideas antes de empezar: 1) no tenemos el ánimo de
enumerar fechas o hechos con afán de hacer cada vez más exquisita y poco
cercana la historia del Partido, 2) es importante resaltar algunos hechos que
son síntomas de momentos históricos que dan cuenta del devenir/ desarrollo
histórico.
Para comenzar bien anotaba Györ Lukács, en Lenin, que “la misión histórica
del proletariado [consiste] pues, en apartarse de todo entendimiento ideológico
con las otras clases y alcanzar su clara conciencia de clase sobre la base de la
especificidad de su situación de clase y la autonomía de sus intereses clasistas
que derivan de aquella”i. Ese proceso de entendimiento ideológico, y
constitución de clase autónoma, es expuesto por César Endara, para él hay
tres hechos que evidencian el transito hasta la constitución del Partido
Comunista del Ecuador, como vanguardia de la clase proletaria.
15 de noviembre de 1922. bautizo de Sangre de la Clase Obrera
Rafael Ramos Pedrueza y el grupo de Acción y Propaganda Lenin
Ricardo Paredes y LA ANTORCHA
Estos hechos a fondo pueden ser abordados desde el texto básico, o desde
algunos textos históricos, que también demuestran ese proceso de
entendimiento ideológico y constitución de clase autónoma del
proletariado ecuatoriano, por ejemplo desde el texto de Pedro Saad, CTE y
su papel histórico, donde demuestra el papel dirigente que debe tener el
Partido Comunista entre los trabajadores.
Hasta aquí entendemos como el proletariado ecuatoriano llegó al
entendimiento ideológico y su constitución como clase autónoma, con una
vanguardia definida, pero el porqué de la existencia de este Partido se debe
ciertamente, como anotaba Marx, en la Sagrada Familia, en su crítica a la
religión, por la necesidad de levantar el arma de la crítica, y la crítica de las
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Juventud Comunista del Ecuador
10. armas a las expresiones de la miseria real, adornadas del velo sagrado de la
ideología.
Por otro lado, refirmamos lo que dice Marx en el Manifiesto Comunista,
“prácticamente, los comunistas son, pues, el sector más resuelto de los
partidos obreros de todos los países, el sector que siempre impulsa adelante a
los demás; teóricamente, tienen sobre el resto del proletariado la ventaja de su
clara visión de las condiciones, de la marcha y de los resultados generales del
movimiento proletario”ii.
Actividad
Situación de
Creación de la crisis del
15 de Federación capitalismo en
noviembre de Ecuatoriana de América Latina:
1922 Indios neoliberalismo
Partido
Comunista del
Ecuador
Abordando previamente otros textos. Ubique en la línea del tiempo hechos relevantes que
puedan explicar más a fondo la constitución de la clase proletaria ecuatoriana y su
entendimiento ideológico
Para seguir con la unidad 2, debemos aclarar por qué el marxismo guarnecido
en la vanguardia de la clase proletaria, su Partido Comunista, se presenta
como horizonte infranqueable de conocimiento y práctica transformadora.
Por un lado, el proletariado necesito de una teoría revolucionaria, capaz de
cuestionar la versión del estado de cosas del Capitalismo, que “[exigía] del
mundo la misma creencia ilusoria”iii, y a su vez encontrar las salidas
superadoras de ese estado de cosas. Esta “teoría de la revolución proletaria
[…] que lucha por su liberación y encuentra en [ella] una clara conciencia de sí
mismo”iv es el marxismo-leninismo.
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11. Pre- básico
Unidad 2
Normas leninistas de organización
Para ejercer la dirección de la clase trabajadora, y levantar el arma de la crítica
y la crítica de las armas sobre el estado de miseria real, el Partido Comunista,
aplica las normas leninistas de organización. Cuyos principios son los
siguientes:
Centralismo Dirección
Democrático Colectiva
Disciplina Crítica y
Consciente Autocrítica
En el texto básico, Principios y Normas de Organización del Partido
Comunista de Chile, podremos ahondar sobre los principios rectores de
organización del Partido Comunista y de la Juventud Comunista, así mismo es
necesario siempre revisar entre otros, el Estatuto de nuestra organización, así
como lo trabajado por Lenin, en ¿Qué hacer?, como también Las Normas de
Organización Leninistas de Ernest Mandel, pero sobre todo con sentido crítico
reconocer que el marxismo leninismo, así como las normas de organización,
están en permanente reelaboración, como una forma del pensamiento crítico y
abierto, para realimentarse de los errores, y ensayar nuevas y mejores formas.
Por otro lado, es necesario aclarar que la organización posee diversos niveles
de organización:
Organismos de Organismos Organismos
Base Regionales Centrales
•Centro de •Dirige acciones •Dirige la política
trabajo. Frentes conjuntas de general
de Masa Centros
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12. El Partido reconoce mecanismos que aseguran la discusión interna hasta llegar
al Congreso del Partido, de igual manera la Juventud Comunista discute en
estas instancias los temas más plataforma política en materia de juventud,
siempre reconociendo la línea política del Partido.
Actividad
A continuación reconozca y autoevalúe su participación en los diversos niveles de organización, y manifieste su
opinión en reunión de centro sobre los espacios de discusión en los que ha participad.
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13. Pre- básico
Unidad 3
¿Qué debe ser un joven comunista?
Ernesto Guevara decía en su texto, denominado de la misma forma que este
apartado, que “Yo creo que lo primero que debe caracterizar a un Joven
Comunista es el honor que siente por ser Joven Comunista, ese honor que lo
lleva a mostrar ante todo el mundo su condición de Joven Comunista, que no lo
vuelca en la clandestinidad, que no lo reduce a fórmulas sino que lo expresa en
cada momento, que le sale del espíritu, que tiene interés en demostrarlo
porque es su timbre de orgullo. Junto a eso, un gran sentido del deber, un
sentido del deber con nuestra sociedad que estamos construyendo, con
nuestros semejantes como seres humanos y con todos los hombres del
mundo”
Que nos dice sensiblemente Pablo Neruda, sobre qué debe ser un joven
comunista
Quiero que esta carta sea un trébol de cuatro hojas dedico este trébol a la Juventud
Comunista de mi Patria.
La primera hoja es la de la alegría. Los jòvenes deben también aprender a ser jóvenes, y
esto no es tan sencillo. Yo fui un muchacho enlutado. Cayó sobre mi vida la tristeza de los
pobres pueblos del sur, el grito de la lluvia, la intransigente soledad.
Más tarde encontré que la vida mientras más serios problemas nos propone, mientras más
difícil sea el descubrimiento de nuestro camino, cuanto más grave sea el descubrimiento de la
injusticia social, mas razones tenemos para sentirnos dignos de nuestra responsabilidad. Así
nos sentimos dignos de nuestra alegría, que comienza en nosotros mismos y luego quiere
compartirse y repartirse. Luchamos porque nuestra alegría pueda ser compartida y repartida
en toda la tierra.
La segunda hoja es la de la conciencia. Partimos desde la conciencia de un mundo
deformado por el interés, por la rutina, por la codicia, por la hipocresía. El capitalismo y el
imperialismo se cubren con una máscara que dice "mundo libre", y bajo esa máscara se
esconde el terror, la represión de clase, la perversidad social. Los jóvenes deben partir de
esta conciencia: la de una sociedad que debemos elevar a la dignidad de hombre, a la
dignidad suprema del hombre. Y esta dignidad no existirá sin la lucha común que la haga
realidad. Los jóvenes comunistas tienen el deber de representar esta conciencia, continuar y
renovar esta lucha y hacer realidad los más antiguos sueños del hombre.
La tercera hoja es la de la seguridad. Cuando los primeros comunistas expresaron su verdad,
fueron acusados de falsos, de traidores, de extranjeros, de ilusorios. Hoy, inmensas naciones
viven en la Revolución. Los comunistas fueron martirizados, agredidos, calumniados, Hoy
pesan en los destinos del mundo. Ayer los comunistas eran acusados de explosivos, de
extremistas, de fieras humanas. Hoy son acusados de reformistas, de pacatos, de prudentes.
Son los mismos enemigos de ayer que quieren detener el cauce organizado de la Revolución.
Se vistan de conservadores, de fascistas, de ultraizquierdistas, bajo sus vestiduras tienen el
mismo rostro. Saben que los comunistas han cambiado la historia. Ellos, de una o de otra
manera han coincidido con el anticomunismo para detenerla en su marcha. Pero la historia se
vuelve hacia adelante dejando atrás a los retardatarios y a los impacientes.
La cuarta hoja es la del Partido. Yo era ya un hombre cuando entré a la familia de los
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14. comunistas chilenos. Había atravesado la soledad. Había sentido y comprendido tragedias,
desdichas, catástrofes. Había pasado por guerras y derrotas, por golpes y victorias. Creía ya
saberlo todo. Pero encontré, dentro de mi Partido y andando por pueblos y caminos a través
de la extensión de América y Chile, que tenía mucho que aprender, y cada día hombres
anónimos, desconocidos hasta entonces, me dieron las mayores lecciones de sabiduría, de
rectitud, de firmeza. Nadie debe creerse superior al Partido. Este sentimiento de modestia no
significa vasallaje, sino superación de lo personal, aprendizaje de una disciplina que nos
conduce siempre a la verdad.
.
Jóvenes comunistas: éste es el trébol de cuatro hojas que les mando desde lejos. Mis ojos y
mi corazón siguen en Chile. Buena suerte.
.
Pablo Neruda
Saludo escrito por el poeta comunista Pablo Neruda el 19 de septiembre de 1972 en París,
para el 7º congreso de la Juventud Comunista de Chile.
Actividad
Elabore una volante de 15 cm x 19 cm en donde plasme gráficamente la necesidad de
pertenecer a la Juventud Comunista y entréguelo a su Secretario de Prensa y Propaganda
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15. Pre- básico
Unidad 4
Explotados y explotadores
Para esta unidad les dejaremos con un esquema sobre los elementos del
materialismo histórico, aquí es necesario la lectura detenida del texto básico,
de Marta Harnecker, Explotados y explotadores
Actividad
Repise el mapa conceptual o elabore otro según su entendimiento.
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16. Básico Módulo 1
Unidad 1
Introducción al marxismo. Diccionario básico de
categorías marxistas
Dice el autor de este Diccionario “(que) debido a que el pensamiento de Carlos
Marx y sus discípulos constituye una obra abierta, el marxismo integra diversas
tradiciones ideológicas, filosóficas y políticas. No existen en su seno
definiciones únicas y taxativas (…) Cada tradición marxista reinterpreta el
legado de Marx y sus categorías de diverso modo. Este libro, (expresa) una
interpretación posible del marxismo.”
En este apartado creemos conveniente adjuntar como texto básico un
Diccionario básico de categorías marxistas, el que ha sido elaborado por
Néstor Kohan, por su utilidad debemos indicar su lectura detenida, sin esperar
aprehender todas las categorías de entrada si podemos plantearnos lo
siguiente:
Actividad
Taller: con la ayuda del texto anterior evalúa tu capacidad lectora. Reflexione
en centro
1. ¿Qué aspectos sociales y filosóficos motivaron la aparición del marxismo?
2. ¿Qué es el Materialismo Histórico?
3. Explique en qué consiste el método dialéctico
4. De acuerdo al texto guía, explique el origen y lo que se entiende por
alienación.
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17. Básico Modulo 1
Unidad 2
Teoría política marxista o teoría marxista de la política
Planteamos una metodología distinta entre extractos del texto básico, los
argumentos centrales, de aquí en adelante haremos esta forma de exposición,
desde el tema de Atilio Boron denominado Teoría política marxista o teoría
marxista de la política.
Para iniciar, la reflexión política marxiana debe, por derecho propio y
legítimamente, ocupar un lugar destacadísimo en la historia de las ideas
políticas y, más aún, constituirse en uno de los referentes doctrinarios
primordiales para la imprescindible refundación de la filosofía política en
nuestra época.
La opinión más difundida considera a Marx como un economista político, tal
vez como el “gran rebelde” de los economistas políticos clásicos. Otros, sin
embrago, lo consideran un sociólogo, mientras que no pocos dirán que fue un
historiador. Casi todos, además, coinciden en caracterizarlos como el más
grande profeta de la revolución. Autores tan disímiles como Joseph
Schumpeter y Raymond Aron, por ejemplo, señalan reiteradamente este
carácter multifacético del fundador del materialismo histórico. En efecto, Marx
incursionó en cada uno de estos campos, pero ¿cómo olvidar que primero y
antes que nada fue un brillante filósofo político? Sin embargo, hubo que
esperar que pasara poco más de un siglo de su muerte para que el nombre de
Marx comenzara a resonar en los rancios claustros de la filosofía política.
Reseñar la causa de este lamentable extravío excedería con creces los
objetivos de este artículo. Bástenos con recordar la opinión de un intelectual
ubicado en las antípodas de la tradición marxista; nos referimos al teórico
neoconservador Samuel P. Huntington, quien en su famoso libro El orden
político en las sociedades en cambio se hace eco del sentir predominante en
esta materia, al decir que un error muy frecuente es el de considerar a Lenin
como un discípulo de Marx. Huntington asegura que, si se toman en cuenta los
aportes del primero para la comprensión de -y la acción sobre- la vida política,
Marx es apenas un rudimentario predecesor de Lenin, el gran sistematizador
de una teoría del Estado, inventor de una teoría del partido, y gran teórico (y
práctico) de las revoluciones. Huntington refleja así, desde la derecha, una
opinión que es ampliamente compartida inclusive en los medios de izquierda
(Huntington, 2002). Su venturoso retorno se relaciona, sin duda, con el
agotamiento y la pérdida de relevancia de la filosofía política convencional;
pero fue la provocativa pregunta formulada por un gran pensador italiano como
Norberto Bobbio -una suerte de socialista liberal en la tradición de Piero
Gobetti-, quien a mediados de los años setenta preguntaba “si existe una teoría
política marxista”, la que abriría la puerta a la recuperación del Marx filósofo
político (Bobbio, 1976).
Secretaria Nacional de Formación y Educación Política 17
Juventud Comunista del Ecuador
18. En efecto, ¿cómo responder ante esa pregunta? La contestación de Bobbio,
como era de esperarse, fue negativa y mucho más rotunda que la de un teórico
neoconservador como Huntington. Si, para este último, Marx no tenía una
teoría política, para Bobbio, por su parte, ni Marx ni ningún marxista -como
Lenin, por ejemplo- habían desarrollado algo digno de ese nombre. No solo
Marx sino todo el marxismo carecía de una teoría política. Su argumento
podría, en lo sustancial, sintetizarse en estos términos. No podía existir una
teoría política porque Marx fue el exponente de una concepción “negativa” de la
política, lo que, unido al papel tan notable que en su teorización general se le
asignaba a los factores económicos, hizo que no prestara sino una ocasional
atención a los problemas de la política y el Estado. Si, además de lo anterior,
prosigue el profesor de Turín, se tiene en cuenta que su teorización sobre la
transición post-capitalista fue apenas esbozada en las dispersas referencias a
la “dictadura del proletariado”, y que la sociedad comunista sería una sociedad
“sin Estado”, puede concluirse, dice Bobbio, que no solo no existe una teoría
política marxista sino, más aún, que no había razón alguna para que Marx y
sus discípulos acometieran la empresa de crearla, si se tienen a la vista las
preocupaciones intelectuales y políticas que motivaban su obra (Bobbio, 1976:
39-51)
Según nuestro entender, la respuesta de Bobbio es equivocada y, en cuento
tal, insostenible. Lo es en el caso de la reflexión específicamente marxiana, y lo
es mucho más cuando dicho veredicto se refiere al marxismo como una gran
tradición teórico-práctica. Suponer que autores de la talla de Engels, Kautski,
Rosa Luxemburgo, Lenin, Trotsky, Bujarin, Gramsci, Mao, entre otros tantos,
fueron incapaces de enriquecer en un ápice el legado teórico del fundador del
marxismo en el terreno de la política -o de aportar algunas nuevas ideas, en el
caso de que Marx no hubiera producido absolutamente nada en este terreno-
no es sino un síntoma del arraigo de ciertos prejuicios anti-marxistas tienen en
la filosofía política y las ciencias sociales en su conjunto, y ante los cuales ni
siquiera un talento superior como el de Bobbio se encontraba adecuadamente
inmunizado…
…Nos parece que, más allá de los méritos que indudablemente tiene el
diagnóstico bobbiano sobre la parálisis teórica que afectara al marxismo
durante buena parte del siglo XX, su conclusión no le hace justicia a la amplitud
y profundidad del legado teórico-político de Marx.
Finalmente, es preciso señalar que resulta inadmisible buscar una “teoría
política marxista” sin que tal pretensión entre en conflicto con las premisas
epistemológicas fundantes del materialismo histórico.
EL ESCÁNDALO DE LA POLÍTICA
El punto de partida de nuestra reflexión sobre el carácter “negativo” de la
política en Marx exige repensar su significado como una actividad práctica en el
conjunto de la vida social. En relación a esto, identificaremos tres tesis
fundamentales del filósofo de Tréveris, que aún hoy conservan su capacidad
para escandalizar a la filosofía política.
Secretaria Nacional de Formación y Educación Política 18
Juventud Comunista del Ecuador
19. •La crítica radical de la religión y del “cielo” de los ciudadanos… sólo puede ser
tal a condición de ir acompañada de una simultánea crítica del “valles de
lágrimas” terrenal donde desfallecen productores y trabajadores.
•De acuerdo con lo establecido en la tesis onceava sobre Feuerbach, la
filosofía no puede ser un saber meramente especulativo. Tiene una tarea
práctica inexcusable y de la que no debe sustraerse: Transformar el mundo en
que vivimos, desenmascarando y poniendo fin a la auto-enajenación humana
en todas sus formas, sagradas y seculares.
•En las sociedades clasistas, la política es la principal -si bien no la única-
esfera de alienación, y, en cuanto tal, espacio privilegiado de la ilusión y el
engaño. El Estado “realmente existente” -no el postulado teóricamente por
Hegel, sino aquel contra el cual Marx tuvo que enfrentarse en sus escritos
juveniles- es en realidad un complejo dispositivo institucional puesto al servicio
de intereses económicos bien particulares, y garante final de una estructura de
dominación y explotación que la política convencional jamás pone en cuestión.
Una vez comprobado el carácter irremisiblemente clasista de los Estados, y
certificado la radical invalidación del “Estado ético, representante del interés
general de la sociedad”, el joven Marx se abocó a la tarea de explicar las
razones del extravío teórico de Hegel. ¿Qué fue lo que hizo que una de las
mentes más lúcidas de la historia de la filosofía incurriera en semejante error?
Simplificando un razonamiento bastante más complejo, diremos que la
respuesta de Marx se construye en torno a esta línea de razonamiento: si en
Hegel la relación “Estado-sociedad civil” aparece invertida, ello no ocurre a
causa de un vicio de razonamiento del filósofo, sino que obedece a
compromisos ideológicos más profundos, cuyas raíces se hunden en el seno
mismo de la sociedad burguesa, como años más tarde tendría ocasión de
argumentar Marx al examinar el problema del fetichismo de la mercancía. En
otras palabras, si Hegel invirtió la relación “Estado-sociedad civil” haciendo de
ésta un mero epifenómeno de aquel, fue porque en el modo de producción
capitalista todo aparece invertido.
¿EXISTE UNA TEORÍA POLÍTICA MARXISTA?
... la forma misma en que Bobbio se plantea la pregunta remite
inequívocamente a una perspectiva incompatible con los planteamientos
epistemológicos fundamentales del materialismo histórico. En función de tales
planteamientos, redoblamos la apuesta del filósofo italiano al sostener que no
solo no hay sino que no puede haber una teoría “política” marxista. ¿Por qué?
Porque para el marxismo ningún aspecto o dimensión de la realidad social
puede teorizarse al margen -o con independencia- de la totalidad en la cual
dicho aspecto se constituye… Como lo recordara reiteradamente Antonio
Gramsci, las separaciones precedentes solo pueden tener una función
“analítica”, ser recortes conceptuales que permitan delimitar campos de
reflexión a ser explorados de un modo sistemático y riguroso, pero que de
ninguna manera pueden ser pensados -en realidad, reificados- como
realidades autónomas e independientes. Se convierte “una distinción
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20. metodológica” como la que separa la economía de la política, advierte Gramsci,
“en una distinción orgánica y presentada como tal” (Gramsci, 1999: 41).
… Frente a una realidad como esta, la expresión teoría “política” marxista no
haría otra cosa que convalidar, desde la tradición del materialismo histórico, el
frustrado empeño por construir teorías fragmentadas y saberes disciplinarios
que, desde su unilateralismo, deforman la realidad que pretenden explicar. No
hay ni puede haber una “teoría económica” del mercado o del capitalismo en
Marx; tampoco hay ni puede haber una “teoría sociológica” de la sociedad
burguesa. Lo que debe haber, y afortunadamente hay, es un corpus teórico
totalizante que unifica diversas perspectivas de análisis sobre la sociedad
contemporánea, ninguna de las cuales puede, por sí sola, iluminar
satisfactoriamente un aspecto aislado de la realidad. Es este, precisamente, el
rasgo distintivo del materialismo histórico.
Esperamos que con este abre boca puedan introducirse en la cuestión
siguiendo a fondo el texto básico.
Actividad
Extraiga el argumento central del texto básico y redáctelo en las siguientes líneas
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21. Básico Modulo 1
Unidad 3
Trabajo asalariado y capital
Abordaremos la Introducción de Federico Engels a la edición de 1891, pues
creemos expone el sentido del texto, y seguramente aclarará algunos puntos
sobre la exposición de Carlos Marx.
… En la década del cuarenta, Marx no había terminado aún su crítica de la
Economía Política. Fue hacia fines de la década del cincuenta cuando dio
término a esta obra. Por eso, los trabajos publicados por él antes de la
aparición del primer fascículo de la Contribución a la crítica de la Economía
Política (1859), difieren en algunos puntos de los que vieron la luz después de
esa fecha, contienen expresiones y frases enteras que, desde el punto de vista
de las obras posteriores, parecen poco afortunadas y hasta inexactas.
…Mis modificaciones giran todas en torno a un punto. Según el texto original, el
obrero vende al capitalista, a cambio del salario, su trabajo; según el texto
actual, vende su fuerza de trabajo. Y acerca de esta modificación, tengo que
dar las necesarias explicaciones. Tengo que darlas a los obreros, para que
vean que no se trata de ninguna sutileza de palabras, ni mucho menos, sino de
uno de los puntos más importantes de toda la Economía Política. Y a los
burgueses, para que se convenzan de cuán por encima están los incultos
obreros, a quienes se pueden explicar con facilidad las cuestiones económicas
más difíciles, de nuestros petulantes hombres “cultos”, que jamás, mientras
vivan, llegarán a comprender estos intrincados problemas.
La Economía Política clásica tomó de la práctica industrial la idea, en boga
entre los fabricantes, de que éstos compran y pagan el trabajo de sus obreros.
Esta idea servía perfectamente a los fabricantes para administrar sus negocios,
para la contabilidad y el cálculo de los precios. Pero, trasplantada
simplistamente a la Economía Política, causó aquí extravíos y embrollos
verdaderamente notables.
… Así, la Economía Política clásica encontró que el valor de una mercancía los
determinaba el trabajo necesario para su producción encerrado en ella. Y se
contentó con esta explicación. También nosotros podemos detenernos,
provisionalmente, aquí. Recordaré tan sólo, para evitar equívocos, que hoy
esta explicación es del todo insuficiente. Marx investigó de un modo minucioso
por vez primera la propiedad que tiene el trabajo de crear valor, y descubrió
que no todo trabajo aparentemente y aun realmente necesario para la
producción de una mercancía añade a ésta en todo caso un volumen de valor
equivalente a la cantidad de trabajo consumido. Por tanto, cuando hoy decimos
simplemente, con economistas como Ricardo, que el valor de una mercancía
se determina por el trabajo necesario para su producción, damos por
sobreentendidas siempre las reservas hechas por Marx. Aquí, basta con dejar
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22. sentado esto; lo demás lo expone Marx en su Contribución a la crítica de la
Economía Política (1859), y en el primer tomo de El Capital.
Pero, tan pronto como los economistas aplicaban este criterio de determinación
del valor por el trabajo a la mercancía “trabajo”, caían de contradicción en
contradicción. ¿Cómo se determina el valor del “trabajo”? Por el trabajo
necesario encerrado en él. Pero, ¿cuánto trabajo se encierra en el trabajo de
un obrero durante un día, una semana, un mes, un año? El trabajo de un día,
una semana, un mes, un año. Si el trabajo es la medida de todos los valores, el
“valor del trabajo” sólo podrá expresarse en trabajo. Sin embargo, con saber
que el valor de una hora de trabajo es igual a una hora de trabajo, es como si
no supiésemos nada acerca de él. Con esto, no hemos avanzado ni un pelo
hacia nuestra meta; no hacemos más que dar vueltas en un círculo vicioso.
La Economía Política clásica intentó, entonces, buscar otra salida. Dijo: el valor
de una mercancía equivale a su coste de producción. Pero, ¿cuál es el coste
de producción del trabajo? Para poder contestar a esto, los economistas vense
obligados a forzar un poquito la lógica. En vez del coste de producción del
propio trabajo, que, desgraciadamente, no se puede averiguar, investigan el
coste de producción del obrero. Éste sí que puede averiguarse. Varía según los
tiempos y las circunstancias, pero, dentro de un determinado estado de la
sociedad, de una determinada localidad y de una rama de producción dada,
constituye una magnitud también dada, a lo menos dentro de ciertos límites,
bastante reducidos. Hoy, vivimos bajo el dominio de la producción capitalista,
en la que una clase numerosa y cada vez más extensa de la población sólo
puede existir trabajando, a cambio de un salario, para los propietarios de los
medios de producción: herramientas, máquinas, materias primas y medios de
vida. Sobre la base de este modo de producción, el coste de producción del
obrero consiste en la suma de medios de vida -o en su correspondiente precio
en dinero- necesarios por término medio para que aquél pueda trabajar y
mantenerse en condiciones de seguir trabajando, y para sustituirle por un
nuevo obrero cuando muera o quede inservible por vejez o enfermedad, es
decir, para asegurar la reproducción de la clase obrera en la medida necesaria.
Supongamos que el precio en dinero de estos medios de vida es, por término
medio, de tres marcos diarios.
… Lo que los economistas consideraban como coste de producción del trabajo
era el coste de producción, no del trabajo, sino del propio obrero viviente. Y lo
que este obrero vendía al capitalista no era su trabajo. “Allí donde comienza
realmente su trabajo -dice Marx, éste ha dejado ya de pertenecer a él y no
puede, por tanto, venderlo”… Pero esta fuerza de trabajo está unida
orgánicamente a su persona y es inseparable de ella. Por eso su coste de
producción coincide con el coste de producción de su propia persona; lo que
los economistas llamaban coste de producción del trabajo en el coste de
producción del obrero, y, por tanto, de la fuerza de trabajo.
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23. Actividad
Extraiga los argumentos centrales del texto básico y redáctelo en las siguientes líneas. Prepare una exposición
sobre el tema
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24. Básico Modulo 1
Unidad 4
Globalización Neoliberal
En este apartado tenemos una primera interpretación de la globalización
neoliberal, en dos entrevistas que ponen en evidencia los límites de desarrollo
del capitalismo en su faceta globalizadora, en su versión neoliberal, es
importante ir focalizando más que adjetivos a esta etapa del capitalismo, el
modelo de acumulación vigente, que dará cuenta de los cambios operados en
el capitalismo moderno. Más ahora que se presenta la crisis del sistema como
crisis de civilización, multifacética, alimentaria, ambiental, financiera, etc.
ENTREVISTA A FRANZ JOSEPH HINKELAMMERT
Por Estela Fernández Nadal y Gustavo David Silnik
Estela Fernández Nadal (EFN): Franz, ¿a qué llamas, exactamente, “crisis de
los límites del crecimiento”? ¿Cómo se pone en evidencia?
Franz Joseph Hinkelammert (FJH): Se pone en evidencia en el hecho de que
un crecimiento lineal, alto, no es sostenible, y esto se hace presente hoy en el
plano del petróleo y de los cereales. En el caso del petróleo, la experiencia
empírica demuestra que una tasa de crecimiento del 5%, más o menos,
presupone un crecimiento del consumo de petróleo del 2% al 3%. Si lo
calculamos a veinte años, un crecimiento así representa un aumento de 1/3 en
el consumo de petróleo. Imagínate: ¡no hay suficiente petróleo para eso! Y
entonces ¿cómo quieren sustituir el consumo del petróleo? Con los cereales.
Entonces, aumenta la producción de cereales y baja la de alimentos de seres
humanos. ¿Quiénes aparecen ahora como los hambrientos más urgentes y con
poder de compra suficiente para desplazarlos? Los automóviles; ellos
demandan ahora cereales, y tienen poder de compra. En cambio, la gente
hambrienta no tiene poder de compra. ¿Entonces, quién gana? Los
automóviles, ellos devoran a la gente. Entonces, tienes las dos energías
básicas: la energía básica para el cuerpo humano es el cereal, y la energía
básica para las máquinas es el petróleo. Fíjate, ya el barril de petróleo está en
90 dólares. Y se habla de que va a subir de nuevo a 100 dólares. Bueno, con
100 dólares todavía podemos vivir. Pero ¿si la tasa de crecimiento sigue alta a
nivel mundial? Entonces va a subir más y llegará a 140 dólares, como en 2008,
y habrá otra crisis, que será considerada como una nueva crisis financiera. Eso
está en el tapete.
EFN: Y paralelo a esto (la gente hambrienta y la producción de cereales para
agrocombustibles), está el impacto sobre el ambiente.
FJH: Los impactos están todos interrelacionados: la falta de alimentos para la
gente, la escasez de energía para las máquinas y la crisis del medio ambiente.
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25. Es todo una gran crisis, una crisis global; la enfocan como si fuera una crisis
del clima, pero es una crisis de los límites del crecimiento, una rebelión de los
límites. Como no se los ha respetado para nada, ahora los propios límites se
rebelan. Y ahí aparece de nuevo la necesidad de otra civilización, por el lado
de la producción misma de alimentos y de energía. No solamente a partir del
problema de la convivencia, que es siempre subvertida más y más. La
convivencia está en crisis, pero es a la vez un aspecto de la crisis de la rebelión
de los límites. La de 2008 es la primera crisis cuya raíz es la rebelión de los
límites. Y aunque no se habla públicamente de una rebelión de los límites del
crecimiento, los militares lo tienen completamente claro, por eso las guerras
son por el petróleo, quien tiene el petróleo domina el mundo.
Y no surge ningún pensamiento de consenso, pura guerra. Solamente en
guerra piensa el sistema y, sobre todo, los Estados Unidos. Los Estados
Unidos son los herederos del nazismo en este sentido, sólo pueden pensar
soluciones a partir de la guerra, no pueden pensar en términos de lograr un
acuerdo, no les entra en la cabeza, porque el cálculo de la utilidad propia
siempre lleva a la guerra, siempre la guerra parece lo más útil, nunca la paz.
EFN: Tú has caracterizado esa actitud como “cortar la rama del árbol donde se
está sentado”, ¿no es cierto?
FJH: Sí, así es.
EFN: En América Latina, particularmente en Bolivia, pero también en Ecuador,
en Venezuela, tal vez en Brasil, sus gobiernos tienen –en distintos grados–
cierta conciencia de estos límites, y en muchos casos se discute qué forma de
crecimiento promover, que no resulte destructora del medio ambiente y del ser
humano. Pero como tú decías, no siempre se sabe cómo hacerlo, porque a la
vez son países con muchas carencias, muy atrasados desde el punto de vista
de sus infraestructuras, necesitan construir presas, caminos, gasoductos,
etcétera.
FJH: Sí, ese es el problema. Pero hay una cosa ahí: las culturas que se han
considerado siempre como atrasadas indican hoy el camino que hay que
tomar, porque las culturas anteriores no eran tan suicidas como la moderno-
occidental. Entonces, ¿por dónde habría que hacer el camino? Se ve desde
estas culturas mucho más claro que desde las culturas del progreso. Ellas se
convierten en muy actuales, tienen plena actualidad.
17 de marzo de 2011
DESPUÉS DE LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL. ¿QUÉ ESTADO EN
AMÉRICA LATINA?
Mabel Thwaites Rey
LA GLOBALIZACIÓN Y SU CRISIS
El contexto actual de la crisis mundial
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26. La crisis actual del capitalismo mundial abrió un escenario de incertidumbre
que ha habilitado los más encarnizados debates y las más diversas
perspectivas. Más allá del carácter que se le atribuya a la crisis desencadenada
en septiembre de 2008, el consenso sobre su profundidad es unánime, así
como sobre el advenimiento de un nuevo ciclo histórico del capitalismo mundial
de contornos aún indescifrables y en disputa. En palabras de Joseph Stiglitz
(2008), la crisis de Wall Street es para el mercado lo que la caída del Muro de
Berlín fue para el comunismo.
Las polémicas giran en torno a las causas de esta crisis, las posibles
consecuencias y las propuestas sobre la acción política encaminada a
superarla. Para gran parte de los analistas (Walden Bello, Immanuel
Wallerstein, Vincenç Navarro, Torres López y otros), a lo que estamos
asistiendo es a una crisis sistémica de sobreproducción y sobreacumulación,
producida por la reducción de la capacidad de consumo de las clases
populares. Esta crisis arraiga en la tendencia del capitalismo a construir una
ingente capacidad productiva que termina por rebasar la capacidad de
consumo de la población, debido a las desigualdades que limitan el poder de
compra popular, lo cual redunda en la erosión de las tasas de beneficio.
Precisamente, la etapa neoliberal supuso la más fenomenal transferencia de
recursos desde los sectores populares a los segmentos más ricos y
concentrados de la población mundial.
En efecto, la polarización en la distribución de las rentas producida desde los
años ochenta está en la base de esta crisis. En la mayoría de los países de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y los de
la periferia capitalista, la desregulación de los mercados laborales y financieros,
el aumento de la regresividad fiscal a partir de la promoción del mundo
empresarial y de los sectores más ricos, la privatización de los servicios
públicos y el desarrollo de políticas monetarias favorables al capital financiero a
costa de la producción crearon las condiciones para la crisis actual. Tales
políticas fueron promovidas a nivel mundial por el Fondo Monetario
Internacional (FMI) y por el Banco Mundial (BM), la Comisión Europea y el
Banco Central Europeo. Como resultado de tales políticas ha habido en la
mayoría de los países de la Unión Europea (UE), por ejemplo, un aumento del
desempleo (mayor en el período 1980-2005 que en el período anterior 1950-
1980, cuando las políticas existentes eran de corte keynesiano) y un descenso
muy marcado de las rentas del trabajo como porcentaje de la renta nacional,
descenso especialmente notable en los países de la Eurozona, que fueron los
que siguieron con mayor celo tales políticas (Navarro, 2009). La consecuencia
directa de esto fue la restricción de recursos disponibles por los sectores
populares para destinarlos al consumo (Monereo, 2009). Para paliar esta
deficiencia en la demanda, los centros de poder financiero pergeñaron la
expansión del crédito sin sustento efectivo en la economía real, lo que llevó a la
conformación de una burbuja gigantesca, cuyo estallido colocó al sistema
completo al borde del colapso.
Uno de los debates importantes gira en torno a qué papel tendrá EE. UU.
después de esta debacle: si conservará o no su carácter de hegemón universal
o si lo resignará para compartirlo con Europa y Asia. Autores como Leo Panitch
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27. y Sam Gindin (2009) sostienen que esta crisis refuerza la centralidad del
Estado norteamericano en la economía capitalista global, mientras se
multiplican las dificultades asociadas a su manejo. Otros autores sostienen que
se asiste a un debilitamiento del proyecto imperial yanqui y a un
reacomodamiento del sistema mundial imperialista, con la emergencia de
rivales de la talla de Rusia y China. David Harvey (2009b), por su parte,
recupera los aportes de Braudel y Arrighi para mostrar cómo la evidente
declinación de la hegemonía norteamericana, expuesta en la crisis financiera
actual, no traerá de modo lineal el predominio de China, pero bien podría ser el
preludio “de una fragmentación de la economía global en estructuras
hegemónicas regionales que podrían terminar pugnando ferozmente entre sí
con tanta facilidad como colaborando en la miserable cuestión de dirimir quién
tiene que cargar con los estropicios de una depresión duradera”.
Lo que parece merecer pocas dudas es que el fin de ese ciclo supone el cierre
de la etapa neoliberal de capitalismo abierto de libre mercado, con acotado
control estatal. Y parece también ponerle fin a la fe irrefutable en las bondades
de la globalización, dominante durante las últimas dos décadas. Al decir de
Hobsbawm (2009), “no sabemos aún cuán graves y duraderas serán las
consecuencias de la presente crisis mundial, pero señalan ciertamente el fin del
tipo de capitalismo de mercado libre que entusiasmó al mundo y a sus
gobiernos en los años transcurridos desde Margaret Thatcher y el presidente
Reagan”.
El “resurgimiento” del papel activo de los Estados parece confirmarse por la
masiva intervención de los gobiernos del mundo desarrollado, comenzando por
el de Estados Unidos, para salvar al sistema financiero de la debacle. Y la
otrora repudiada estrategia de la nacionalización se baraja como alternativa
inevitable para salvar de la quiebra a bancos y empresas en problemas. Sin
embargo, es preciso señalar que ni el Estado nacional perdió su importante
papel en la constitución de estructuras de dominación a diversas escalas
territoriales durante el auge neoliberal, ni parece verosímil que ahora recobre
sin más las capacidades perdidas.
Como señalan Carnoy y Castells (1999), sin la decisiva intervención estatal la
globalización no habría tenido lugar. La desregulación, la liberalización y la
privatización, tanto doméstica como internacionalmente, conformaron las bases
que allanaron el camino para las nuevas estrategias de negocios de alcance
global. Las políticas de Ronald Reagan y Margaret Thatcher fueron clave para
conformar la base ideológica para que esto sucediera, pero fue durante los
noventa que las nuevas reglas de juego se expandieron por todo el mundo. La
administración de Clinton, el Tesoro estadounidense y el FMI fueron decisivos
en promover la globalización, imponiendo políticas a los países reticentes
mediante la amenaza de exclusión de la nueva y dinámica economía global.
El poder global no se ha desplegado de manera autónoma, sino por medio de
los Estados nacionales. Como destaca Guillén (2007), la globalización
neoliberal ha sido impulsada activa y directamente por los Estados, tanto del
centro como de las periferias del sistema: “La apertura comercial y financiera,
la desregulación, los tratados de libre comercio, las privatizaciones, la
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28. flexibilización de las legislaciones laborales, etc., han sido todas ellas medidas
tomadas y aplicadas en la esfera estatal”. Es más, los organismos
multilaterales como el FMI y el BM, si bien son instancias supranacionales,
constituyen prolongaciones estatales de los Estados Unidos y de los países del
Grupo de los Siete (G7).
Por eso es preciso discernir qué fue lo que realmente resignaron los Estados
nacionales durante la globalización, para poder ver si existe la posibilidad de
que recuperen facultades anuladas o acotadas. Porque lo que resignaron los
Estados nacionales, comparado con la etapa benefactora precedente, fueron
las facultades ligadas a la inclusión de los sectores no dominantes en los
procesos de decisión colectiva y participación en la renta y aquellas relativas al
control del funcionamiento del mercado y la protección de la sociedad en
función de objetivos nacionales. Pero los Estados fueron el vehículo mediante
el cual se configuraron las alianzas de clase necesarias para el despliegue del
capital global.
El auge neoliberal en América Latina y las lecturas de la globalización
En América Latina, el apogeo mundial de la perspectiva y las políticas
neoliberales de las décadas pasadas se sostuvo sobre dos ejes básicos. Uno:
el profundo cuestionamiento al tamaño que el Estado-nación había adquirido y
a las funciones que había desempeñado durante el predominio de las
modalidades interventoras-benefactoras. Dos: la pérdida de entidad de los
Estados nacionales en el contexto del mercado mundial, provocada por el
proceso de “globalización”. La receta neoliberal clásica propuso, entonces,
achicar el aparato estatal (vía privatizaciones y desregulaciones) y ampliar
correlativamente la esfera de la “sociedad”, en su versión de economía abierta
e integrada plenamente al mercado mundial. Es decir, la lectura neoliberal logró
articular en un mismo discurso el factor “interno”, caracterizado por la
acumulación de tensiones e insatisfacciones por el desempeño del Estado para
brindar prestaciones básicas a la población enmarcada en su territorio, y el
factor “externo”, resumido en la imposición de la globalización, como fenómeno
que connota la inescapable subordinación de las economías domésticas a las
exigencias de la economía global.
El proceso de globalización capitalista supuso un cambio significativo en el
proceso productivo mundial, con impacto sobre las formas de ejercicio de
soberanía estatal en cuestiones tan básicas como la reproducción material
sustantiva.
La puja entre los distintos espacios territoriales nacionales por capturar
porciones cada vez más volátiles del capital global y anclarlas de manera
productiva dentro de sus fronteras llevó a Hirsch a denominar a esta etapa
como la del “Estado competitivo” (o “Estado de competencia”). Este es el
resultado de la crisis del modelo de intervención fordista y propio de la etapa
neoliberal (Hirsch, 2005).
Sin embargo, tal articulación con el mercado mundial no es un dato novedoso
(Amin, 1998; Wallerstein, 1979; Arrighi, 1997; Kagarlinsky, 1999). La
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29. emergencia del capitalismo como sistema mundial en el que cada parte se
integra en forma diferenciada supone una tensión originaria y constitutiva entre
el aspecto general –modo de producción capitalista dominante-, que
comprende a cada una de las partes de un todo complejo, y el específico de las
economías de cada Estado-nación (formaciones económico-sociales insertas
en el mercado mundial). Las contradicciones constitutivas que diferencian la
forma en que cada economía establecida en un espacio territorial determinado
se integra en la economía mundial se despliegan al interior de los Estados
adquiriendo formas diversas. La problemática de la especificidad del Estado
nacional se inscribe en esta tensión, que involucra la distinta "manera de ser"
capitalista y se expresa en la división internacional del trabajo. De ahí que las
crisis y reestructuraciones de la economía capitalista mundial y las cambiantes
formas que adopta el capital global afecten de manera sustancialmente distinta
a unos países y a otros, según sea su ubicación y desarrollo relativos e
históricamente condicionados. La crisis actual no hace sino mostrar el desigual
posicionamiento de los diversos Estados nacionales y, paradójicamente, la
menor vulnerabilidad de corto plazo que tiene América Latina en esta etapa,
por haber quedado menos expuesta a la volatilidad financiera que sacude a las
economías del centro. Esta situación peculiar se funda en las políticas
posneoliberales que varios países de la región vienen adoptando en lo que va
de este siglo.
Comprender el límite estructural que determina la existencia de todo Estado
capitalista como instancia de dominación territorialmente acotada es un paso
necesario pero no suficiente para entender su funcionamiento. La reciente
literatura sobre los cambios que ha impuesto la propia dinámica del capitalismo
global a la definición de los “espacios” sobre los cuales se ejerce la soberanía
atribuida al Estado-nación (Brenner, 2002; Harvey, 1999; Jessop, 1990, 2002)
aporta una nueva mirada a incorporar en el análisis. Esta literatura sobre el
proceso de globalización y su impacto tempo-espacial, sin embargo, suele
focalizarse en el análisis de los espacios estatales del centro capitalista, y muy
especialmente de Europa. Por tanto, muchos de los rasgos que son leídos
como novedad histórica para el caso de los Estados nacionales europeos
(como, por ejemplo, la pérdida relativa de autonomía para fijar reglas a la
acumulación capitalista en su espacio territorial, comparada con los márgenes
de acción más amplios de la etapa interventora-benefactora) no son
idénticamente inéditos en la periferia.
Por eso hace falta avanzar en determinaciones más concretas, en tiempo y
espacio, para entender la multiplicidad de expresiones que adoptan los Estados
nacionales capitalistas particulares, que no son inocuas ni irrelevantes para la
práctica social y política. Porque sigue siendo en el marco de realidades
específicas donde se sitúan y expresan las relaciones de fuerza que
determinan formas de materialidad estatal que tienen consecuencias
fundamentales sobre las condiciones y calidad de vida de los pueblos. En este
plano se entrecruzan las prácticas y las lecturas que operan sobre tales
prácticas, para justificar o impugnar acciones y configurar escenarios proclives
a la adopción de políticas expresivas de las relaciones de fuerza que se
articulan a escala local, nacional y global. Una tensión permanente atraviesa
realidades y análisis: determinar si lo novedoso reside en la configuración
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30. material o en el modo en que ésta es interpretada en cada momento histórico.
Probablemente la respuesta no esté en ninguno de los dos polos, pero del
modo en que se plantee la pregunta sobre lo nuevo y lo viejo, lo que cambia y
lo que permanece, lo equivalente y lo distinto, se obtendrán hipótesis y
explicaciones alternativas. Y la importancia de tales explicaciones no reside
meramente en su coherencia lógica interna o en su solvencia académica sino
en su capacidad de constituir sentidos comunes capaces de guiar y/o legitimar
cursos de acción con impacto efectivo en la realidad que pretenden interpretar
y modelar.
Actividad
Extraiga los argumentos centrales de las entrevistas y redáctelo en las siguientes líneas. Prepare una exposición
sobre el tema de la crisis civilizatoria
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31. Básico Modulo 2
Unidad 1
Teoría marxista
Aquí nos proponemos, con la misma metodología, realizar un refuerzo de
algunas categorías marxistas, en la exposición de Agustín Cueva, en su obra
Teoría Marxista.
Recordamos que la lectura de los textos básicos son de estricta
responsabilidad de los estudiantes. Aqui solo ofrecemos una exposición,
o recorte de algunos elementos que son importantes abordarlos
La concepción marxista de las clases sociales
Agustín Cueva
l. Introducción
En la teoría marxista el concepto de clase social difiere fundamentalmente del
que pueden asignarle otras escuelas sociológicas por varias razones:
(a) El marxismo no concibe a las clases sociales como simples categorías
nominales construidas a partir de un esquema lógico-formal aplicable a
cualquier sociedad. Le es por lo tanto extraña la clásica división de la sociedad
en tres clases: alta, media y baja, por más que tal división aparezca "refinada"
con nuevas subdivisiones (clase media alta, clase media' media, clase media
baja, etc.) o que dichas categorías se rellenen con datos empíricos
provenientes de la combinación de múltiples "indicadores".
(b) El marxismo tampoco' cree que la estructura de clases consista en las
simples diferencias de ingresos, nivel educativo, prestigio, etc. Desde luego
tales datos reflejan, a grosso modo, posiciones sociales distintas, pero se trata
de los efectos más visibles de determinadas estructuras de clases y no de
elementos fundadores de tales estructuras.
(c) Ni siquiera la magnitud de la "fortuna" o "riqueza" de los miembros de una
sociedad es para el marxismo el elemento fundamental de la estructura de
clases. No sólo que aquellos términos son bastante imprecisos sino que,
además, en el interior de una misma clase la magnitud de la riqueza puede
diferir notablemente de unos individuos a otros, así como, en sentido inverso, la
fortuna de los miembros de dos o más clases puede coincidir.
(d) En todo caso, el marxismo sostiene que el problema de las clases sociales
no puede estudiarse correctamente si no es a partir de una teoría general de la
sociedad y de la historia. Por eso, antes de abordar dicho problema es
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32. menester comenzar definiendo algunas cuestiones básicas del materialismo
histórico.
2. La sociedad civil y su "anatomía": constitución del materialismo histórico
En su famoso "Prólogo" de la Contribución a la crítica de la economía política
Marx resume en los términos siguientes lo que podríamos llamar su camino
hacia el materialismo histórico: "Mi investigación desembocaba en el resultado
de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden
comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu
humano, sino que radican, por el contrario, en las condiciones materiales de
vida cuyo conjunto resume Hegel, siguiendo el precedente de ingleses y
franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de 'sociedad civil' ,y que la anatomía
de la sociedad civil hay que buscarla en la Economía Política” . En efecto,
podría afirmarse en un primer acercamiento que el materialismo histórico
consiste en buscar siempre el sentido profundo de la “sociedad civil" en el
sustrato de su economía. Pero el texto resulta además interesante de releer en
un momento en que el concepto de "sociedad civil" ha vuelto a la circulación,
mas casi siempre con un uso premarxista. ¿Por qué? Porque en la medida en
que dicho concepto sea privado de su médula económica, o, si se prefiere la
metáfora original de Marx, de su "anatomía" proporcionada por la economía
política, lejos de superar un supuesto "economicismo" se está retrocediendo
hacia la prehistoria del materialismo histórico. Recordemos que el texto citado
no es ningún desliz de la pluma de Marx, si no que condensa una reflexión que
él y Énge1shan venido elaborando por 10 menos desde la época de La
ideología alemana, donde aparte de señalar que la "sociedad civil es el
verdadero hogar y escenario de toda la historia", insiste en su contextura
primordialmente material:
"La sociedad civil abarca todo el intercambio material de los individuos, en una
determinada fase de desarrollo de lis fuerzas productivas. Abarca toda la vida
comercial e industrial de una fase y, en este sentido, trasciende los límites del
Estado y de la nación..."
La sociedad civil efectivamente abarca eso... y mucho más. Pero justamente
por esta característica abarcante resulta que el concepto de sociedad civil
termina por revelarse meramente descriptivo (empírico), es decir, carente de
todo poder de explicación. Es lo que no acaba de entender Proudhon, al menos
a juicio de Marx:
"A determinada fase de desarrollo de la producción, del comercio, del consumo,
corresponden formas de constitución social, una determinada organización de
la familia, de los estamentos o de las clases: en una palabra, una determinada
sociedad civil. A una determinada sociedad civil, corresponde un determinado
orden político (état politique), que no es más que la expresión oficial de la
sociedad civil. Esto es lo que el señor Proudhon jamás llegará a comprender,
pues él cree que ha hecho una gran cosa apelando del Estado a la sociedad
civil, es decir, del resumen oficial de la sociedad a la sociedad oficial”.
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33. "El Estado ("resumen oficial") no flota efectivamente en el vacío: se sustenta en
la sociedad. Pero esa sociedad, a su turno, no puede ser comprendida a
cabalidad si se la examina simplemente a nivel "oficial", o sea como sociedad
civil sin más determinación: sin sus determinaciones económicas y sin sus
determinaciones de clase. En esta idea reside la piedra angular del
materialismo histórico.
Actividad
Extraiga el argumento central del texto básico y redáctelo en las siguientes líneas
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34. Básico Modulo 2
Unidad 2
Filosofía Marxista: Materialismo Histórico y
Materialismo Dialéctico
Seguimos reforzando categorías marxista, ahora desde tres extractos de textos
fundamentales del marxismo: El Manifiesto del Partido Comunista, Las Tesis
sobre Feuerbach, Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo.
MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA
Carlos Marx y Federico Engels
Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de
la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma: el
papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes
alemanes.
¿Qué partido de oposición no ha sido motejado de comunista por sus
adversarios en el poder? ¿Qué partido de oposición, a su vez, no ha lanzado,
tanto a los representantes de la oposición más avanzados, como a sus
enemigos reaccionarios, el epíteto zahiriente de comunista?
De este hecho resulta una doble enseñanza:
Que el comunismo está ya reconocido como una fuerza por todas las potencias
de Europa.
Que ya es hora de que los comunistas expongan a la faz del mundo entero sus
conceptos, sus fines y sus tendencias, que opongan a la leyenda del fantasma
del comunismo un manifiesto del propio partido.
1. Burgueses y Proletarios
La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las
luchas de clases.
Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y
oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre,
mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta;
lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la
sociedad o el hundimiento de las clases en pugna.
… La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la
sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha
sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas
formas de lucha por otras nuevas.
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35. Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber
simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose,
cada vez más en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que
se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado.
De los siervos de la Edad Media surgieron los vecinos libres de las primeras
ciudades; de este estamento urbano salieron los primeros elementos de la
burguesía.
El descubrimiento de América y la circunnavegación de África orecieron a la
burguesía en ascenso un nuevo campo de actividad. Los mercados de la India
y de China, la colonización de América, el intercambio con las colonias, la
multiplicación de los medios de cambio y de las mercancías en general
imprimieron al comercio, a la navegación y a la industria un impulso hasta
entonces desconocido y aceleraron, con ello, el desarrollo del elemento
revolucionario de la sociedad feudal en descomposición.
… La gran industria ha creado el mercado mundial, ya preparado por el
descubrimiento de América. El mercado mundial aceleró prodigiosamente el
desarrollo el comercio, de la navegación y de los medios de transporte por
tierra. Este desarrollo influyó, a su vez, en el auge de la industria, y a medida
que se iban extendiendo la industria, el comercio, la navegación y los
ferrocarriles, desarrollábase la burguesía, multiplicando sus capitales y
relegando a segundo término a todas las clases legadas por la Edad Media.
La burguesía moderna, como vemos, es ya de por sí fruto de un largo proceso
de desarrollo, de una serie de revoluciones en el modo de producción y de
cambio.
Cada etapa de la evolución recorrida por la burguesía ha ido acompañada del
correspondiente progreso político. Estamento oprimido bajo la dominación de
los señores feudales; asociación armada y autónoma en la comuna, en unos
sitios República urbana independiente; en otros, tercer estado tributario de la
monarquía; después, durante el periodo de la manufactura, contrapeso de la
nobleza en las monarquías estamentales o absolutas y, en general, piedra
angular de las grandes monarquías, la burguesía, después del establecimiento
de la gran industria y del mercado universal, conquistó finalmente la hegemonía
exclusiva del poder político en el Estado representativo moderno. El gobierno
del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios
comunes de todo la clase burguesa.
La burguesía ha desempeñado en la historia un papel altamente revolucionario.
Donde quiera que ha conquistado el poder, la burguesía ha destruido las
relaciones feudales, patriarcales, idílicas. La abigarradas ligaduras feudales
que ataban al hombre a sus “superiores naturales” las ha desgarrado sin
piedad para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres que el frio interés,
el cruel “pago al contado”. Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el
entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las
aguas heladas del cálculo egoísta. Ha hecho de la dignidad personal un simple
valor de cambio. Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y
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36. adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio. En una palabra, en
lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido
una explotación abierta, descarada, directa y brutal.
La burguesía ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta
entonces se tenían por venerables y dignas de piadoso respeto. Al médico, al
jurisconsulto, al sacerdote, al poeta, al hombre de ciencia, los ha convertido en
sus servidores asalariados.
… la burguesía suprime cada vez más el fraccionamiento de los medios de
producción, de la propiedad y de la población. Ha aglomerado la población,
centralizado los medios de producción y concentrado la propiedad en manos de
unos pocos. La consecuencia obligada de ello ha sido la centralización política.
Las provincias independientes, ligadas entre sí casi únicamente por lazos
federales, con intereses, leyes, gobiernos y tarifas aduaneras diferentes han
sido consolidadas en una sola nación, bajo un solo gobierno, una sola ley, un
solo interés nacional de clase y una sola línea aduanera.
… En la misma proporción en que se desarrolla la burguesía, es decir, el
capital, desarrollarse también el proletariado, la clase de los obreros modernos
que no viven sino a condición de encontrar trabajo, y lo encuentran únicamente
mientras su trabajo acrecienta el capital. Estos obreros, obligados a venderse
al detalle, son una mercancía como cualquier otro artículo de comercio, sujeta,
por tanto, a todas las vicisitudes de la competencia, a todas las fluctuaciones
del mercado.
… Como resultado de la creciente competencia de los burgueses entre sí y de
las crisis comerciales que ella ocasiona, los salarios son cada vez más
fluctuantes; el constante y acelerado perfeccionamiento de la máquina coloca
al obrero en situación cada vez más precaria; las colisiones entre el obrero
individual y el burgués individual adquieren más y más el carácter de colisiones
entre dos clases. Los obreros empiezan a formar colisiones contra los
burgueses y actúan en común para la defensa de sus salarios. Llegan hasta
formar asociaciones permanentes para asegurarse los medios necesarios, en
previsión de estos choques eventuales. Aquí y allá la lucha estalla en
sublevación. A veces los obreros triunfan; pero es un triunfo efímero. El
verdadero resultado de sus luchas no es el éxito inmediato, sino la unión cada
vez más extensa de los obreros… Y basta ese contacto para que las
numerosas luchas locales, que en todas partes revisten el mismo carácter, se
centralicen en una lucha nacional, en una lucha de clases. Mas toda lucha de
clases es una lucha política.
… Esta organización del proletariado en clase y, por tanto, en partido político,
vuelve sin cesar a ser socavada por la competencia entre los propios obreros.
Pero resurge, y siempre más fuerte, más firme, más potente.
… De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía, solo el
proletariado es una clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases
van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria; el
proletariado, en cambio, es su producto más peculiar.
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37. Los estamentos medios -el pequeño industrial, el pequeño comerciante, el
artesano, el campesino-, todos ellos luchan contra la burguesía para salvar de
la ruina su existencia como tales estamentos medios. No son, pues,
revolucionarios, sino conservadores. Más todavía, son reaccionarios, ya que
pretenden volver atrás la rueda de la historia. Son revolucionarios únicamente
por cuanto tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado,
defendiendo así no sus intereses presentes, sino sus intereses futuros, por
cuanto abandonan sus propios puntos de vista para adoptar los del
proletariado.
2. Proletarios y Comunistas
¿Cuál es la posición de los comunistas con respecto a los proletarios en
general?
Los comunistas no forman un partido aparte, opuesto a los otros partidos
obreros.
No tienen intereses que los separen del conjunto del proletariado.
No proclaman principios especiales a los que quisieran amoldar el movimiento
proletario.
Los comunistas solo se distinguen de los demás partidos proletarios en que,
por una parte, en las diferentes luchas nacionales de los proletarios, destacan y
haces valer los intereses comunes a todo el proletariado, independientemente
de la nacionalidad; y, por otra parte, en que, en las diferentes fases de
desarrollo porque pasa la lucha entre el proletariado y la burguesía representan
siempre los intereses del movimiento en su conjunto.
Prácticamente, los comunistas son, pues, el sector más resuelto de los partidos
obreros de todos los países, el sector que siempre impulsa adelante a los
demás; teóricamente, tienen sobre el resto del proletariado la ventaja de su
clara visión de las condiciones, de la marcha y de los resultados generales del
movimiento proletario.
El objetivo inmediato de los comunistas es el mismo que el de todos los demás
partidos proletarios: constitución de los proletarios en clase, derrocamiento de
la dominación burguesa, conquista del poder político por el proletariado.
TESIS SOBRE FEUERBACH
Carlos Marx
1. El defecto fundamental de todo el materialismo anterior -incluido el de
Feuerbach- es que sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la
forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad sensorial
humana, no como práctica, no de un modo subjetivo. De aquí que el lado activo
fuese desarrollado por el idealismo, por oposición al materialismo, pero sólo de
un modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce la actividad
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38. real, sensorial, como tal. Feuerbach quiere objetos sensoriales, realmente
distintos de los objetos conceptuales; pero tampoco él concibe la propia
actividad humana como una actividad objetiva. Por eso, en La esencia del
cristianismo sólo considera la actitud teórica como la auténticamente humana,
mientras que concibe y fija la práctica sólo en su forma suciamente judaica de
manifestarse. Por tanto, no comprende la importancia de la actuación
“revolucionaria”, “práctico-crítica”.
2. El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad
objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la
práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y
el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la realidad o
irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica, es un problema
puramente escolástico.
3. La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias
y de la educación, y de que, por tanto, los hombres modificados son producto
de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los
hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el
propio educador necesita ser educado. Conduce, pues, forzosamente, a la
división de la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la
sociedad.
La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad
humana solo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica
revolucionaria.
4. Feuerbach arranca de la autoenajenación religiosa, del desdoblamiento del
mundo en un mundo religioso, imaginario, y otro real. Su cometido consiste en
disolver el mundo religioso, reduciéndolo a su base terrenal. No advierte que,
después de realizada esta labor, queda por hacer lo principal. En efecto, el que
la base terrenal se separe de sí misma y se plasme en las nubes como reino
independiente, sólo puede explicarse por el propio desgarramiento y la
contradicción de esta base terrenal consigo mismo. Por tanto, lo primero que
hay que hacer es comprender ésta en su contradicción y luego revolucionarla
prácticamente eliminando la contradicción. Por consiguiente, después de
descubrir, en la familia terrenal el secreto de la sagrada familia, hay que criticar
teóricamente y revolucionar prácticamente aquella.
5. Feuerbach, no contento con el pensamiento abstracto, apela a la
contemplación sensorial; pero no concibe la sensoriedad como una actividad
sensorial humana práctica.
6. Feuerbach diluye la esencia religiosa en le esencia humana. Pero la esencia
humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el
conjunto de las relaciones sociales.
Feuerbach que no se ocupa de la crítica de esta esencia real, se ve, por tanto,
obligado:
-A hacer abstracción de la trayectoria histórica, enfocando para sí el
sentimiento religioso y presuponiendo un individuo humano abstracto, aislado.
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39. -En él, la esencia humana solo puede concebirse como “género”, como una
generalidad interna, muda, que se limita a unir naturalmente los muchos
individuos.
7. Feuerbach no ve, por tanto, que el “sentimiento religioso” es también un
producto social y que el individuo abstracto que él analiza pertenece, en
realidad, a una determinada forma de sociedad.
8. La vida social es, en esencia, práctica. Todos los misterios que descarrían la
teoría hacia el misticismo, encuentran su solución racional en la práctica
humana y en la comprensión de esta práctica.
9. A lo que más llega el materialismo contemplativo, es decir, el materialismo
que no concibe la sensoriedad como actividad práctica, es a contemplar a los
distintos individuos dentro de la “sociedad civil”.
10. El punto de vista del antiguo materialismo es la sociedad “civil”; el del nuevo
materialismo, la sociedad humana o la humanidad socializada.
11. Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el
mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.
TRES FUENTES Y TRES PARTES INTEGRANTES DEL MARXISMO
Vladimir I. Lenin
La doctrina de Marx suscita en todo el mundo civilizado la mayor hostilidad y el
mayor odio de toda la ciencia burguesa (tanto oficial como liberal), que ve en el
marxismo algo así como una “secta perniciosa”. Y no puede esperarse otra
actitud, pues en una sociedad erigida sobre la lucha de clases no puede haber
una ciencia social “imparcial”.
I
… La filosofía del marxismo es el materialismo. A lo largo de toda la historia
moderna de Europa, y especialmente a fines del siglo XVIII, en Francia, donde
se libró la batalla decisiva contra toda la basura medieval, contra la gazmoñería
en las instituciones y en las ideas, el materialismo demostró ser la única
filosofía consecuente, fiel a todos los principios de las ciencias naturales, hostil
a la superstición, a la hipocresía, etc. Por eso, los enemigos de la democracia
trataban con todas sus fuerzas de “refutar”, de minar, de calumniar el
materialismo, y defendían las diversas formas de idealismo filosófico, que se
reduce siempre, de uno u otro modo, a la defensa o al apoyo de la religión.
Marx y Engels defendieron del modo más enérgico el materialismo filosófico y
explicaron reiteradas veces el profundo error que significaba todo en cuanto
fuera desviarse de él. Donde con mayor claridad y detalle aparecen expuestas
sus opiniones es en las obras de Engels Ludwing Feuerbach y el Anti-Düring,
que -al igual que el Manifiesto Comunista- son libros que no deben faltar en las
manos de ningún obrero consciente.
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40. Pero Marx no se detuvo en el materialismo del siglo XVIII, sino que llevó más
lejos la filosofía. La enriqueció con adquisiciones de la filosofía clásica
alemana, especialmente del sistema de Hegel, que, a su vez, había conducido
al materialismo de Feuerbach. La principal de estas adquisiciones es la
dialéctica, es decir, la doctrina del desarrollo en su forma más completa, más
profunda y más exenta de unilateralidad, la doctrina de la relatividad del
conocimiento humano, que nos da un reflejo de la materia en constante
desarrollo.
… Marx profundizó y desarrolló el materialismo filosófico, lo llevó a su término e
hizo extensivo su conocimiento de la naturaleza al conocimiento de la sociedad
humana. El materialismo histórico de Marx es una conquista formidable del
pensamiento científico. Al caos y a la arbitrariedad, que hasta entonces
imperaban en las concepciones relativas a la historia y a la política, le sucedió
una teoría científica asombrosamente completa y armónica, mostrando que de
un tipo de vida social se desarrolla, en virtud del crecimiento de las fuerzas
productivas, otro más alto, que del feudalismo, por ejemplo, nace el
capitalismo.
Del mismo modo que el conocimiento del hombre refleja la naturaleza, que
existe independientemente de él, es decir, la materia en desarrollo, el
conocimiento social del hombre (es decir, las diversas opiniones y doctrinas
filosóficas, religiosas, políticas, etc.) refleja el régimen económico de la
sociedad. Las instituciones políticas son la superestructura que se alza sobre la
base económica. Así vemos, por ejemplo, que las diversas formas políticas de
los Estados europeos modernos sirven para reforzar la dominación de la
burguesía sobre el proletariado.
II
… Una vez comprobado que el régimen económico es la base sobre la que se
alza la superestructura política, Marx centró su atención en el estudio de este
régimen económico. La obra principal de Marx, El Capital, está consagrada al
estudio del régimen económico de la sociedad moderna, es decir, de la
sociedad capitalista.
La Economía Política clásica anterior a Marx se había formado en Inglaterra, el
país capitalista más desarrollado. Adam Smith y David Ricardo sentaron en sus
investigaciones del régimen económico los fundamentos de la teoría del trabajo
base del valor. Marx prosiguió su obra, fundamentando con toda precisión y
desarrollando consecuentemente esa teoría, y poniendo de manifiesto que el
valor de toda mercancía lo determina la cantidad de tiempo de trabajo
socialmente necesario invertido en su producción.
Allí donde los economistas burgueses veían relaciones entre objetos (cambio
de unas mercancías por otras), Marx descubrió relaciones entre personas. El
cambio de mercancías expresa el lazo establecido por mediación del mercado
entre los distintos productores. El dinero indica que este lazo se hace más
estrecho, uniendo indisolublemente en un todo la vida económica de los
productores. El capital significa un mayor desarrollo de este lazo: la fuerza de
trabajo del hombre se transforma en mercancía. El obrero asalariado vende su
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