Elementos del Dibujo: La línea como elemento principal
Charly García despide a Gustavo Cerati con anécdotas y recuerdos inéditos
1. “Cuando nos
reunamos en el cielo
seremos un grupo”
EL ADIOS
Eso dice Charly García, que
en una charla con GENTE
despide a Gustavo con una
colección de anécdotas,
encuentros y gestos que
nunca había contado antes.
Como cuando, junto a
Pedro Aznar y el ex Soda,
fueron un trío “a lo Led
Zeppelin” y grabaron un
disco inédito. O la canción
que el Say No More le regaló
a Benito para su padre.
Además, las sentidas
despedidas de Andrés
Calamaro e Indio Solari.
DE LOS GRANDES
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Abrazo
de ídolos
En octubre de 2007,
cuando Charly
cumplió 56 y los
festejó en El Roxy,
donde Gustavo, uno
de sus célebres
invitados, disfrutó el
recital desde una
mesa en medio del
escenario.
Por Karina Noriega. Fotos: Maximiliano Vernazza y archivo Atlántida
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Indio Solari
Mi aplauso
para vos
“Ahora sí vas a poder evitar el cansancio
de huir de la muerte. Todo este tiempo
dormido fue necesario, quizá, para
enseñarte a morir consolando a tus
queridos. Los verdaderos artistas, estoy
convencido, conocen la muerte antes de
morir. No se dejan llevar ni un minuto antes
ni uno después de reconciliarse con la
vida. Dicen por allí que al morir nos es
dado conocer el secreto de la música en
nuestro primer llanto al nacer. En cuanto a
lo que me toca, me has hecho disfrutar de
tu dulce voz y de tus espléndidos juegos
con las guitarras. Tu etapa solista fue
sólida y aventurera y es lo que más me
gusta de lo que nos has dejado. Bueno...
A comenzar de nuevo en tierra incógnita.
Mi aplauso para vos”.
Hay algo paradójico”, nos recuerda del otro
lado del teléfono Charly García el mis-mo
día de la partida de Gustavo: “Ma-las
noticias como éstas nos llegan ha-bitualmente
a través de los programas
de espectáculos”. Hace un rato dormía. Acongojada
hasta las lágrimas su novia, Mecha Iñigo, no sabía có-mo
iba a despertarlo para darle la noticia. “De la
muerte de Spinetta fijate que me enteré por el pro-grama
de Viviana Canosa”, recordará más tarde, en
una suerte de déjà vu. Otro tanto pasó en la casa de
Todo lo que queda. En los ochenta, esos raros peinados nuevos. En el centro y a la derecha, en 1999, Charly y Gus en el departamento de García, en Coronel Díaz, retratados por Nora Lezano.
Andrés Calamaro. Micaela Breque, su chica, nos ad-vertía
vía WhatsApp: “La noticia que no queríamos
que llegue jamás. Poné América”. AC suele decir que
cada vez que tiene que ir a los Gardel, ese día “recibe
una noticia de mierda”. Y Charly, que habla con GEN-TE
porque “no tengo redes sociales y quiero decir lo
que siento”, lo escupe sin rodeos y con una carcajada
final: “Esos premios están mufados. ¿Viste Spinal Tap,
cuando le dan el disco negro? Bueno, es eso”.
Charly, que lo fue a ver a Gustavo Cerati una única vez
a la clínica ALCLA, donde le cantó canciones de Los
Beatles junto a Pedro Aznar y hasta se desmayó, fluye
casi sin pausas.
“Estoy un poco triste. Caliente, te diría. Al principio
pensé que era lo mejor, pero ya lo empecé a extra-ñar.
Te voy a contar algo que nunca le conté a na-die.
Una vez, con Gustavo y Pedro (Aznar) grabamos
un disco que es inédito. Tango 3 se iba a llamar. Co-mo
yo estaba internado y me dejaban salir en cuen-tagotas,
finalmente no lo terminamos. Cuando Ce-rati
fue a grabar el tema Vampiro a la casa de Pedro,
cayó con el Marshall completo, que tiene una condi-ción
sine qua non: a los cinco minutos de usarlo, se
quema. Vino sabiendo que lo iba a quemar, pero Gus
como rockero tenía que tener el sonido auténtico. Y
claro que el equipo se quemó. Sacó una botella de
champagne y brindamos”.
Recuerda que bromeaba con que los Soda “eran los
culpables del agujero en la capa de ozono, de tanto
usar spray”. A pesar de la humorada, reconoce que
“nunca fuimos enemigos ni competidores, ni nada
de eso. Ellos siempre hablaron del cambio que impu-sieron,
pero para bien, y por suerte éramos todas
personas inteligentes, artistas, y tuvimos la oportuni-dad
de tocar bastantes veces (...) Nos vimos muchas
veces en la casa de Punta del Este, y en lo de Faena
(Alan). Con él fue la primera vez que vi un iPad. Me
acuerdo que le pregunté: ‘¿Qué hacés con eso?’. El
me respondía: ‘Y... toco la guitarra’”, lanza el ex Serú,
que recapitula las veces que Gustavo lo invitó a cantar,
como aquella en que terminaron haciendo Pasajera
en trance “y él se olvidó la letra y dijo cualquier co-sa,
pero salió airoso”.
EL DIA QUE LE PRESENTO A YOKO ONO. “La
noche anterior a la comida en la que conocí a Yoko
(en su visita a Buenos Aires en 1998) pasó algo muy
loco. Tuve una visión: vi que me salían de las manos
dos rayos como los que usé en el Colón, que se cho-caban
contra la pared, y al instante las paredes pa-raban
de tocarse y se caían en el baño. Al toque tuve
miles de conexiones de ideas, y de ahí surgió eso de
que las Líneas paralelas no se tocan nunca”, cuenta
Charly. Esa noche, camino a la exposición de la viuda
de Lennon, compró “un Obelisco, tipo pirámide”.
Aunque no sabía bien qué iba a decirle, le dio un beso
y se puso a hablarle. “Le fui con la pregunta sobre el
significado del triángulo que se formaría en el baño
si las líneas se tocaran. ¿Sabés qué dijo? Una cosa in-creíble:
que significaba la antimateria, el Triángulo
de las Bermudas. Y nos quedamos a hablar millones
de horas. Ahí lo vi a Cerati y lo llamé...Yoko, cuando
te ve, te saca la ficha al toque. Gus estaba muy emo-cionado
y fue algo muy revelador”, se entusiasma, y
aclara: “No es que sea una persona que crea en lo so-brenatural,
pero ese día fue mágico”.
ANECROCKTARIO. Charly también vivió con Gus-tavo
el festejo de varios de sus cumpleaños. Como
cuando García celebró los 56 en una fiesta-concierto
en El Roxy, donde “invité a un montón de gente, pu-se
una mesa en el escenario detrás del telón, hubo
champagne, velas, y compré dos coronas de flores
que decían ‘Fue sin querer’. Se abrió el telón y empe-zamos
a tocar con la banda, y entre mis invitados a
la mesa estaban Gus, Nacha Guevara, Alan Faena.
Fue muy loco y Gus estaba muy emocionado, se di-virtió
un montón”, recuerda, y hace zapping inme-diato
a cuando compartieron grabaciones y cantaron
Rasguña las piedras: “Yo venía muy al mango con
todo lo de Say No More, y cuando él cantó me acuer-do
la emoción que me dio escucharlo. Es un can-tante
tremendo. Yo siempre decía que cada día
cantaba mejor”.
La única vez
que Charly
fue a visitar
a Cerati a
la clínica
ALCLA junto a
Pedro Aznar,
le cantaron
una tema de
Los Beatles.
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Andrés Calamaro
“Fue un encuentro
entrañable”
“Conocí a Gustavo hace mucho, mucho
tiempo atrás. Entonces Soda Stereo no era ni
siquiera una semilla del gigante grupo
conquistador de América. Para decirlo en
términos futboleros pero precisos:
Libertadores de América. Pues sí, el rock
representa eso... Ilumina el camino del pueblo
hacia la libertad, acompaña a los hombres y
las mujeres a soportar la soledad, a bailar la
alegría, a superar la tristeza o evocarla. Es
imposible recordar cada encuentro con
Gustavo y los Soda, con su gente amiga y
compañera, aquellos que trabajaron y giraron
con ellos, testigos de semejante campaña de
gloria. Nos encontramos –finalmente– para
cantarle al hermano país, Chile, sacudido por
un terremoto. Fue un encuentro entrañable
con este gran artista que hoy evocamos. Y
también con mis queridos Fernando y
Richard. Escuché el ensayo al lado de Uriel
hasta que me tocó cantar a mí. Practicamos
Crimen y propuse cantar Trátame
suavemente, porque una sola canción se
pasa volando. Porque es una canción
hermosa y sabia, que escribió Daniel Melero.
Siempre damos las gracias, y siempre son
totales. ¡Viva la música!”
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Con el repaso de las anécdotas, a medida
que revive el resplandor de lo vivido jun-tos,
especifica lo mágico que era interac-tuar
con él. “Una vez hice un tema de él
al piano, y me acuerdo que no lo toqué
como aprendiéndolo, sino a pedazos,
como si me diera instrucciones un pin-tor,
un artista”, comparte García, que
minutos antes de esta charla habló con
Pedro Aznar y rememoraron cuando habí-an
grabado ese disco que nunca salió.
“Justo el doctor Kalina, ese médico que
habla de drogadictos en la tevé, me vol-vió
a encerrar. Cuando salí una vez, fui
a grabar a la sala de Pedro, y con Gus to-camos
tipo Led Zeppelin. Lo que sonó eso no se pudo
Ya está
escrito
Diciembre de
2011. En el Gran
Rex, Benito saluda
a Charly en el
back. Allí se
prometieron
tocar juntos la
canción que el ex
Serú le hizo a su
padre.
creer. Es una pena. Cuando nos reunamos en el cie-lo,
seguramente seremos un grupo”.
Hay algo que sólo sabe Benito Cerati y ahora, todos
los que lean esta nota. Un día, Charly le dedicó a Gus
una canción secreta. Estaba en el estudio, ecualizando
el material del Colón, cuando le vino a la mente. De-cía:
“Gustavo querido/ qué mierda te pasó/ Parece
que estás durmiendo/ parece que estás aquí/ Parece
que estás volando/ Yo tenía un amigo/ alguien con
quien tocar/ aunque no vivía conmigo/ el mundo
era nuestro hogar”. Hay una promesa: “Quedamos
en hacerla juntos algún día”. Hay algo de lo que no
hay dudas: mañana es mejor. n
Argentina abraza a Chile
Juntos, en el show gratuito por las víctimas del
terremoto transandino, el 13 de marzo de 2010.