2. Había una vez, un lobo que era muy inteligente
que se llamaba Gastón.
Gastón, era muy listo y tenía una novia que se
llamaba Andreína. Era muy linda.
Ellos tenían tres hijas: Caperucita Roja,
Caperucita Azul y Caperucita Verde.
Las niñas del lobo eran muy traviesas, se
escapaban de la casa para ir al bosque a jugar
a las rondas. Su padre las cuidaba mucho y las
seguía al bosque mientras les decía: -¡Hijas!
¿Qué están haciendo ahí? No ven que puede
haber muchos peligros.
Ellas le contestaban: -Pero estamos jugando.
-Yo las vigilaré desde la casa, jueguen cerca.
Un día, les dijo: -Tomen esto, es un regalo para
ustedes. Para sorpresa de ellas, eran celulares
de última generación hermosos.
Pero, en realidad era para llamarlas y
asegurarse que estuvieran bien.
Entonces, otro día mientras jugaban a las
rondas, detrás de un árbol vieron otro lobo que
les pareció sospechoso. Por lo que, decidieron
utilizar sus celulares para llamar a su padre
para que viniera a buscarlas. Él contestó: -¡sí,
sí, ya voy!. Mientras llegaba su papá, ellas
conversaron con el lobo extraño: -Señor, usted
3. ¿qué hace en éste bosque y qué es eso que
usted tiene en sus oídos?
Él contestó: -Son audífonos conectados a un
ipad que me hace escuchar música romántica.
Las niñas se entusiasmaron y le pidieron
prestado su ipad, pero el lobo desconocido les
dijo: -se los presto con una condición, deben
venir a mi casa conmigo. Y ellas accedieron.
Inmediatamente que llegaron a la casa encerró
las niñas bajo llave para comérselas.
Pero, ellas notaron que el lobo tenía Wi-Fi y
decidieron mandarle un mensaje por internet
diciendo: -¡Papi! Estamos en la casa de un lobo
malvado y ¡nos quiere comer!.
El lobo feroz se dio cuenta de los celulares y
con sus garras se los quitó. Pero Caperucita
Roja tenía su tablet del Plan Ceibal escondida
en su capa; y no se la entregó. Entonces, sacó
una foto del lugar y se la envió a su padre para
que las encontrara.
Mientras el padre recorría el bosque
buscándolas le llegó la foto, por lo que
comenzó a buscar el lugar dónde estaban sus
hijas. Cuando lo encontró irrumpió en la casa,
al mirar atrás el lobo malo se asustó, porque
vio al padre lobo de las Caperucitas parado con
4. una escopeta apuntándolo, dejando ir a las
Caperucitas y desde ese día jamás se volvió a
ver a ese lobo por ese bosque.
Aunque, Papá lobo le dejó en el bolsillo del
pantalón sin que se diera cuenta un GPS para
cuidarlo que no se acerque a sus hijas.
FIN