Este documento presenta una tesis sobre las secuelas cognitivas, motoras y conductuales a largo plazo en infantes de nacimiento prematuro. Inicialmente define qué es un bebé prematuro y clasifica los prematuros según su edad gestacional y peso al nacer. Luego analiza cifras y porcentajes de prematuros a nivel mundial, factores que afectan su desarrollo y las posibles secuelas psicológicas a largo plazo como cognitivas, motoras y conductuales. Finalmente aborda la neces
1. Instituto Superior de Estudios Psicológicos
ISEP
TESINA:
“Secuelas cognitivas, motoras, y conductuales
en infantes de nacimiento prematuro”
Hazel Aquino de García
Máster en Psicología Clínica Infantojuvenil
Septiembre de 2013
2. ÍNDICE
Contenido Página
Justificación ………………………………………………………………………………………………………….. i
Objetivos ……………………………………………………………………………………………………………… ii
Mapa Conceptual ………………………………………………………………………………………………… iii
1. Los bebés prematuros ……………………………………………………………………………… 1
1.1 Clasificación de los bebés prematuros según su edad gestacional ……… 3
1.2 Clasificación de los bebés prematuros según su peso al nacer …………… 5
1.3 Cifras y Porcentajes a Nivel Mundial …………………………………………………… 5
1.4 Factores que afectan el desarrollo neurológico …………………………………… 7
1.4.1 Bajo peso al nacer ……………………………………………………………… 9
1.4.2 El ambiente de la UCIN ………………………………………………………. 9
1.4.3 Patrones de sueño …………………………………………………………….. 13
2. Secuelas psicológicas de los prematuros a largo plazo ……………………………. 13
2.1 Secuelas cognitivas ………………………………………………………………………………. 17
2.2 Secuelas motoras …………………………………………………………………………………. 20
2.3 Secuelas conductuales …………………………………………………………………………. 23
3. Seguimiento y Atención a largo plazo ………………………………………………………… 27
4. Propuesta de Atención Integral Temprana …………………………………………………. 29
Anexos
Anexo 1 …..................................................................................................................... 34
Anexo 2 …..................................................................................................................... 35
6. JUSTIFICACIÓN
Actualmente, los niños y las niñas que nacieron antes del término de la gestación tienen
mayores posibilidades de sobrevivencia gracias a los avances en la ciencia médica. Sin
embargo, hay estudios que confirman que nacer antes de tiempo tiene repercusiones no
solo durante los primeros días y meses fuera del vientre materno, sino también a largo plazo
en áreas cognitivas, psicomotrices y conductuales afectando el rendimiento escolar de estos
niños. Pese a estos estudios existe poca evidencia de programas integrales que ayuden
específicamente a eliminar o aminorar estas secuelas en un tiempo oportuno puesto que la
mayoría de ellos han sido realizados por especialistas en medicina y no en psicología.
De esto parte la importancia del presente trabajo a fin de conocer a fondo las secuelas
psicológicas que sufren, a largo plazo, los bebes prematuros y de aportar propuestas de
intervención temprana para prevenir o disminuir las dificultades posteriores que pueden
presentarse en la edad escolar.
7. OBJETIVOS
- Conocer las cifras y porcentajes de niños que nacen prematuros
- Investigar sobre las secuelas psicológicas que sufren a largo plazo los niños nacidos
pre-término.
- Indagar sobre el seguimiento y la atención que se brinda a los niños prematuros.
- Contribuir con propuestas de estimulación e intervención temprana accesibles a la
población.
8. MAPA CONCEPTUAL
SECUELAS
PSICOLÓGICAS DE
LOS PREMATUROS
Bebés prematuros
Menos de 37
semanas
Menos de 2,500
gramos
Clasificación
Según edad
gestacional
Prematuro tardío
Gran prematuro
Prematuro extremo
Según peso
Bajo peso
Muy bajo peso
Extremo bajo peso
Cifras y porcentajes
en el mundo
Factores que afectan
el desarrollo
Bajo peso y edad
gestacional
El ambiente de la
UCIN
Estímulos auditivos
Estímulos visuales
Procedimientos de
dolor crónico
Patrones de sueño
Secuelas psicológicas
a largo plazo
Cognitivas
Motoras
Parálisis cerebral
Dificultades
visomotoras y
visoespaciales
Conductuales
TDAH
Depresión, ansiedad,
baja autoestima,
aislamiento social
Seguimiento a largo
plazo
Propuesta de
Atención Integral
Temprana
9. 1
1. Los bebés prematuros
Se considera prematuro a un bebé que ha nacido antes de completar las 37 semanas de
gestación (259 días después del último periodo menstrual de la madre) (OMS, 2013) o que
pesa menos de 2,500 gramos por lo cual no cuentan con la suficiente madurez biológica
para sobrevivir sin un apoyo externo.
Hasta la fecha no se conoce una causa específica para los partos prematuros; sin embargo
hay una serie de factores de riesgo tan variados como (Kids Health, 2010) (Society of
Pediatric Psychology, 2012):
Ingesta de alcohol y/o consumo de drogas durante el embarazo
Embarazos múltiples
Condiciones médicas de la madre tales como hipertensión y diabetes
Desnutrición u obesidad
Edad muy corta o muy avanzada de la madre
Estrés y horario laboral extenso (Niebler, 2010)
Numerosos estudios han indicado que en la última década las probabilidades de
sobrevivencia de los bebés prematuros han mostrado una notable mejoría gracias a la
tecnología médica y a los avances en los servicios inmediatos al nacimiento, sobre todo en
países desarrollados. No obstante, esta mejoría no se ha visto reflejada en la calidad de vida
que estos niños desarrollan a largo plazo; es por tal razón que los estudios de pediatras
neonatólogos hace veinte años se basaban en la sobrevivencia de éstos bebés, pero, desde
hace algunos años, el enfoque es estudiar las secuelas que sufren a largo plazo y buscar
formas de aminorarlas.
Existen algunos problemas comunes de salud en los prematuros debido a la fragilidad de su
cuerpo, éstos son (Kids Health, 2010):
Problemas respiratorios (displasia broncopulmonar, síndrome de dificultad
respiratoria nenonatal)
Retinopatía
10. 2
Hipotensión arterial
Infecciones
Aunado al diagnóstico biológico, el pronóstico general de los niños prematuros puede verse
afectado por lo que algunos expertos llaman el “Síndrome del infante vulnerable”. Éste se
caracteriza por la percepción errónea de los padres de que los niños están constantemente
en riesgo de sufrir lesiones o enfermedades debido a su prematuridad. Los padres pueden
presentar algunos rasgos tales como:
Incapacidad para establecer límites apropiados
Sobreprotección
Excesiva preocupación por la salud de su hijo/a
Visualización de su hijo/a como incapaz de desarrollar independencia
Esta sobreprotección por parte de los padres de los niños prematuros puede provocar:
Falta de control de la conducta de los niños
Extrema ansiedad por separación
Pobre rendimiento escolar
Dificultades en el desarrollo tales como problemas sociales y de aprendizaje
Percepciones distorsionadas de la propia salud del niño
Finalmente, esto desemboca en una relación tensa entre padres e hijos y en falta de salud
mental y emocional. (Molloy, 2012)
Los pediatras establecen que la edad cronológica de los bebés prematuros debe ser
corregida al momento de querer establecer los logros que han alcanzado en los hitos del
desarrollo. Los pediatras neonatólogos a nivel mundial han llegado a un consenso de que la
edad de estos bebés debe corregirse hasta que lleguen a los 3 años de edad.
La edad corregida se calcula tomando como base la fecha probable de parto, la cual
comúnmente se establece contando 40 semanas a partir del primer día del último periodo
menstrual de la madre; un ultrasonido del feto también puede determinar esta fecha. Se
resta el número de semanas de gestación en que nació el bebé de las 40 semanas que debió
11. 3
haber completado y se obtiene la edad corregida. Por ejemplo: Un bebé que nace a las 35
semanas de gestación, tendrá 5 semanas ó 35 días que deben ser ajustados de su edad
cronológica. (Low Birth Weight Neonatal Intensive Care Unit Graduate, 2005) Se corrige la
edad para la valoración del peso, la talla, el perímetro cefálico, el cociente de desarrollo (CD)
y las adquisiciones motoras; no así para las inmunizaciones.
1.1 Clasificación de los bebés prematuros según su edad gestacional (Pallás, Grupo
PrevInfad/PAPPS, 2012)
Prematuro extremo: menor a 28 semanas de gestación
Algunos países los denominan “micropremies” o “microprematuros”. Éstos son los
bebés que presentan menor probabilidad de sobrevivencia y esta incrementa a
medida que incrementa la edad gestacional. Los bebés con 23 semanas de gestación
tienen de un 15% a un 40% de probabilidades de vida; este porcentaje oscila entre
55% y 70% para los bebés nacidos con 25 semanas y se aumenta un rango de 75% a
85% en los bebés con 26 y 27 semanas de edad gestacional. No obstante la tasa de
supervivencia no garantiza una buena calidad de vida para éstos niños dado que un
alto número sufre consecuencias a largo plazo. En los bebés nacidos hasta las 25
semanas, de un 30% a 40% se desarrollará normalmente sin dificultades mayores;
pero existe un porcentaje de 20 a 35% de niños que pueden presentar parálisis
cerebral, discapacidades intelectuales severas, sordera, ceguera o una combinación
de ambas. En bebés nacidos con 26 y 27 semanas de gestación el panorama mejora.
Solamente del 10% al 15% tienen riesgo de presentar problemas serios tales como
parálisis cerebral, incapacidad intelectual, sordera y ceguera; sin embargo, crece la
probabilidad de que presenten problemas moderados como discapacidad visual,
problemas de control motor, asma crónica, dificultades de aprendizaje y problemas
conductuales llegando a existir de un 50% a un 60% de riesgo. (Preemie Help)
Gran prematuro o muy prematuro: menor a 32 semanas de gestación
12. 4
Estos bebes presentan excelentes probabilidades de superviviencia de 90% a 95%,
sobre todo en los últimos años gracias a los avances en la ciencia médica. De 60% a
75% de estos bebés logran un desarrollo normal y de un 10% a un 15% se encuentra
en riesgo de padecer de dificultades mayores de salud y las dificultades moderadas
pueden presentarse en un 15 a 20 por ciento de los casos.
Prematuro tardío: de 34 a 36 semanas de gestación.
La tasa de sobrevivencia de los prematuros tardíos es mayor al 95%. La mayoría de
estudios con bebé prematuros tiende a darle importancia solamente a los bebés que
son prematuros extremos o grandes prematuros dejando de lado este grupo de
bebés que, aunque alcanzaron una edad gestacional más favorable, siguen siendo
bebés nacidos antes del tiempo esperado. El cerebro de los bebés prematuros
tardíos pesa solamente un 60% del peso aproximado de un bebé nacido a término,
tiene menos surcos en su superficie y está menos mielinizado (Feldman, Weisman,
Magori-Cohen, Louzoun, and Eidelman, 2011) (Pallás, Grupo PrevInfad/PAPPS, 2012); la
tasa de probabilidades de presentar posteriores problemas moderados de salud y
dificultades intelectuales es más alta que la de los bebés con 37 o más semanas de
gestación. Estas dificultades incluyen problemas respiratorios, inestabilidad de la
temperatura, hipoglicemia, apnea, convulsiones, infecciones y problemas de
alimentación. Todas estas morbilidades tienen el potencial de desarrollar secuelas a
largo plazo. Los bebés que nacen entre las semanas 34 y 36 tienen un riesgo que es
3.39 mayor que el de los bebés de término de presentar parálisis cerebral y 1.25
veces mayor de presentar discapacidad cognitiva. Además, los maestros de niños
prematuros tardíos reportan puntajes bajos de lectura y un desempeño por debajo
del alcanzado por niños nacidos a término en habilidades matemáticas. Estos datos
reflejan que es importante darle una atención adecuada también a este grupo de
niño sobre todo si consideramos que es un grupo creciente con porcentajes de 7.3
para el año 1990 y de 9.1 para el año 2005. (Vohr, 2009)
13. 5
1.2 Clasificación de los bebés prematuros según su peso al nacer
Recién nacido de bajo peso extremo: niños que nacen con menos de 1000 g
Recién nacido de muy bajo peso: niños que nacen con menos de 1500 g
Recién nacido de bajo peso: niños con menos de 2500 g
1.3 Cifras y Porcentajes a Nivel Mundial
El “Reporte de Acción Global sobre Partos Prematuros” presentado por la OMS en el 2012
estima que en el año 2010 cerca de 15 millones de bebés a nivel mundial nacieron antes de
término; esto es, 1 de cada 10 bebés en el mundo. Este reporte muestra un alarmante
incremento de partos prematuros nacionales en 65 países con más de 10,000 nacimientos
anuales, aumentando de 2.0 millones en 1990 a cerca de 2.2 millones en el año 2010. (OMS, 2013)
(Anexo 1i)
La prematuridad se ha convertido en la segunda causa principal de muerte en niños menores de 5
años y es actualmente la causa principal de muerte en bebés durante el primer mes de vida fuera del
útero.
Diferentes regiones alrededor del mundo han llevado a cabo estadísticas de nacimientos
prematuros y las han publicado a través de artículos y reportes generados por
organizaciones dedicadas al cuidado de neonatos y por los departamentos estatales de salud
en cada país. Algunas cifras relevantes se presentan a continuación:
África y el Sur de Asia
Más del 60 por ciento de los partos prematuros a nivel mundial ocurren en África y el Sur de
Asia (Anexo 2ii); de los 11 países con tasas anuales de prematuridad mayores de 15%, 9 se
encuentran en el continente africano. En el sur de Asia el rango oscila entre 14% y 20% de
partos prematuros por año.
14. 6
Estados Unidos
El parto prematuro también es la principal causa de muerte de los recién nacidos en este
país; por tanto, se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública en
Estados Unidos. Para el año 2010, 12 de cada 100 bebés había nacido antes de las 37
semanas de gestación y, de 4 millones de bebés que nacen anualmente en Estados Unidos,
más del 1.5% lo representan bebés nacidos antes de las 32 semanas (Varios, 2007); esta cifra
constituye un 30% de incremento desde 1981 (NCHS, 2011). Aunque los porcentajes han ido
mostrando un leve descenso año con año desde 2006 (Anexo 3iii), la tasa anual de
nacimientos prematuros aún sigue siendo de las más altas a nivel mundial. “March of
Dimes”, una organización de fines de lucro en Estados Unidos cuya razón de ser es garantizar
la salud de los neonatos, ha establecido para el año 2020 una meta de 9.6% de niños
prematuros.
Europa
El porcentaje de bebés prematuros oscila entre 5.5 en Irlanda y 11.4 en Austria (Anexo 4)iv,
un promedio de 7.1% de todos los bebés nacidos vivos. Este promedio representa más de
medio millón de niños prematuros por año. (Niebler, 2010) En países como España las cifras
se han duplicado en cuestión de una década, pasando de tener alrededor de 17,000 niños
prematuros en 1997 a más de 33,00 en el 2006. (López Ferrado, 2008)
La Fundación Europea para el Cuidado de los Infantes Neonatos (EFCNI por sus siglas en
inglés) ha tomado la iniciativa de presentar informes con las cifras de nacimientos
prematuros de cada país de la Unión Europea con el fin de concientizar a los diferentes
gobernantes sobre el creciente problema de la prematuridad y la importancia de crear
políticas de salud neonatal y de seguimiento a largo plazo para los niños nacidos pretérmino.
El Salvador
El Ministerio de Salud de El Salvador se une a los países que reportan los nacimientos
prematuros como un problema creciente en nuestra sociedad actual y lo denomina un
15. 7
“problema sanitario de primer orden”. Del año 2006 en que se estimó un 10.1% de partos
prematuros, éstos pasaron a representar el 11.0% de todos los partos a nivel nacional en el
año 2011. (Quinteros, 2012)
El Hospital Nacional Especializado de Maternidad reportó para el año 2010 un 18.2% de partos
prematuros de un total de 13,542 nacimientos. Otro hospital de la región reportó que mensualmente
atienden un promedio de 450 partos, de los cuales al menos 63 son partos prematuros. Además
reportan que del año 2010 al año 2011 hubo un incremento del 7% en nacimientos de bebés
prematuros (Quintanila, 2011). Las cifras en los últimos años comienzan a mostrar leves descensos,
pero aún es demasiado pronto para asegurar que esto será una tendencia en años venideros.
1.4 Factores que afectan el desarrollo neurológico
Existe una diversidad de factores que pueden estar presentes en la vida de los prematuros y
que pueden afectar su salud física y mental a largo plazo. Algunos factores están
relacionados a enfermedades físicas que ocurren frecuentemente en los bebés prematuros,
otros se relacionan con el ambiente y con las situaciones que este grupo de niños debe
atravesar durante su desarrollo.
Dentro del grupo de enfermedades físicas que pueden afectar el desarrollo neurológico
encontramos las siguientes (Araoz, 2010):
Desnutrición
Microcefalia (perímetro cefálico inferior al percentil 3)
Diagnóstico de Retinopatía del prematuro que requirió tratamiento
Enfermedad pulmonar crónica (llamada Displasia Broncopulmonar)
Diagnóstico de enfermedades congénitas del metabolismo o enfermedades
infecciosas
Diagnóstico de Hemorragia intracraneana en sus grados 3 o 4
Diagnóstico de Leucomalacia quística
Convulsiones neonatales (Fernández López T, 2012)
16. 8
Existen también factores biológicos que pueden contribuir al riesgo de dificultades a nivel
neurológico. Uno de ellos es el volumen de masa gris y blanca en el cerebro de los bebés
prematuros. Un estudio ha comprobado que los bebés nacidos antes de término poseen
menores volúmenes de masa gris cortical y de masa blanca mielinizada, así como áreas de
cuerpo calloso más pequeñas en comparación con las de los bebés nacidos a término.
Además, estudios más recientes se refieren no solo a la diferencia en volúmenes sino a la
diferencia entre niveles de conectividad microestructural en el cerebro de los bebés. Al
parecer, los bebés prematuros presentan menor conectividad que los bebés de término.
Pese a la importancia de este estudio, el hallazgo más valioso es que han descubierto que las
intervenciones cognitivas pueden mejorar la conectividad microestructural lo cual es
esperanzador para los niños prematuros y sus padres (Varios, 2009).
Otro factor biológico que incide en el desarrollo neurológico de los bebés prematuros es el
hecho de que sus órganos se encuentran inmaduros y deberán madurar fuera del útero de la
madre lo cual implica una serie de intervenciones. Al madurar fuera del vientre materno,
existe el riesgo de que haya menor aportación de oxígeno y de elementos nutricionales.
Existe un riesgo aún mayor si además hubo dificultades de crecimiento mientras estuvo en el
vientre materno, lo cual ocurre con un 20% de los bebés nacidos pretérmino. Este problema
se refiere a que el feto recibe menos nutrientes y menos oxígeno debido a ciertas anomalías
en la placenta. El doctor Eduard Gratacós, jefe de medicina maternofetal del hospital Clínic
de Barcelona, explica: "Si el cerebro detecta que hay una restricción, redistribuye su sangre,
priorizando el riego de las áreas que controlan los automatismos fisiológicos, como la
respiración, y restringe los aportes a otras áreas superiores relacionadas con tareas
cognitivas y emociones. No hay una verdadera lesión, pero sí una reprogramación que
influye en las áreas relacionadas con las funciones cognitivas.” (López Ferrado, 2008) Explicar
todos los factores biológicos que repercuten en el desarrollo neurológico de los bebés
prematuros se convierte en tarea compleja porque requiere la descripción de una serie de
tareas y procesos que ocurren durante los últimos meses de gestación, tiempo que no
alcanzan muchos de estos bebés. Algunos procesos son: “migración neuronal, proliferación
de células de la glía, formación de axones y espinas dendríticas, establecimiento de sinapsis,
mielinización y muerte celular programada” (Araoz, 2010).
17. 9
Además de todos los factores mencionados anteriormente, hay 3 factores que tienen mucha
incidencia en el desarrollo neurológico de los bebés prematuros. Estos se describen a
continuación:
1.4.1 Bajo peso al nacer y la edad gestacional
Muchos estudios han demostrado que los riesgos de repercusiones a largo plazo aumentan
en una relación inversa al peso y la edad gestacional de los bebés; es decir, que a mayor
peso y edad gestacional, existe menor riesgo de presentar discapacidad o dificultades en el
desarrollo. Las tasas mundiales de discapacidad cognitiva oscilan entre un 14% y un 39% a
las 24 semanas de gestación, de 10% a 30% a las 25 semanas, de 4% a 24% antes de las 26
semanas y de 11% a 18% antes de las 29 semanas. En los infantes con peso menor a 800 g.
las tasas de discapacidad cognitiva van del 13% al 50%, pero en los bebés de peso menor a
1,250 g. la tasa es del 26% (Vohr, 2009) El Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo
Humano (NICHD por sus siglas en inglés) en Estados Unidos ha reportado rangos de 37% a
47% de discapacidad cognitiva en bebés nacidos entre las semanas 22 y 26 de gestación y
rangos de 23% a 30% en bebés nacidos entre las semanas 27 a 32 de desarrollo intrauterino.
Para los bebés con peso menor a 1000 g. el rango oscila entre 34% y 37%. (Ramachandrappa,
2009). Todos estos porcentajes muestran claramente la importancia que una semana puede
significar en el desarrollo y en los efectos a largo plazo en los bebés prematuros; para ellos
cada día cuenta.
1.4.2 El ambiente de la UCIN
La hospitalización desde el nacimiento ha sido detectada como un factor causante de
problemas conductuales a los 5 años de edad ya que las enfermedades y los padecimientos
físicos crónicos en la infancia han mostrado estar ligados a dificultades en la conducta de
niños de muy bajo peso al nacer (Varios, 2009). Si a esto le agregamos el hecho de que en
países no desarrollados y en vías de desarrollo el número creciente de bebés prematuros
sobrepasa la capacidad de los hospitales con unidades de cuidados intensivos para brindar la
atención que estos niños requieren. Al sobresaturarse los hospitales, las medidas de higiene
y seguridad se ven reducidas aumentando el riesgo de contraer enfermedades infecciosas
que, nuevamente ponen el riesgo la vida de los bebés, aumenta el número de días de estadía
18. 10
hospitalaria y como consecuencia, las probabilidades de tener repercusiones a largo plazo
(Quinteros, 2012)
Diversos estudios han hablado sobre los efectos negativos que la UCIN (Unidad de Cuidados
Intensivos Neonatales puede tener en los bebés prematuros. Algunos de los factores dentro
de la UCIN que pueden ser perjudiciales son: los estímulos visuales, los estímulos auditivos y
los procedimientos que involucran dolor crónico.
Los estímulos auditivos pueden provocar dificultades auditivas a largo plazo que
pueden tener como última consecuencia la sordera total. La Academia Americana de
Pediatría (AAP por sus silgas en inglés) ha presentado una comparación de los
sonidos y ruidos escuchados en nuestro ambiente y su traducción en decibeles a lo
que los bebés escuchan dentro de una incubadora en la cual los sonidos se
magnifican. De tal manera que golpear suavemente una incubadora con los dedos es
el equivalente al ruido que se escucha cuando hay tráfico pesado y cerrar la ventana
plástica de la incubadora es equivalente a escuchar el motor de un cortacésped
eléctrico (Anexo 5)v. Los riesgos a los que se enfrenta un bebé que ha recibido
sobreestimulación auditiva son:
Pérdida auditiva
Alteraciones de la atención y el aprendizaje
Pacientes se consideran distraídos, hiperactivos o desinhibidos
Alteración de la memoria auditiva. Comprensión y desordenes de audición y
lenguaje
La AAP recomienda monitorear sonidos en la UCIN y estos no deben exceder los 45
decibeles, es decir, el nivel de ruido que escuchamos durante una noche regular en
zonas residenciales (Noise: A Hazard for the Fetus and Newborn, 1997). Además de
esto, establece algunas recomendaciones para las personas que laboran o ingresan a
una UCIN; algunas de estas recomendaciones son: Evitar escribir o colocar objetos
sobre las incubadoras, cerrar con cuidado las puertas de las incubadoras, realizar las
conversaciones realizarse lejos de la cama del paciente o completamente fuera del
área de cuidados, utilizar zapatos que no hagan ruido, reemplazar equipos de metal
19. 11
con equipos plásticos (basureros) y remover radios, intercomunicadores, o cualquier
objeto que produzca sonidos de las UCIN, uso de alfombras, techos acústicos y
materiales que absorban sonido mantener las incubadoras cubiertas. El objetivo
principal es disminuir todos los sonidos a la mayor medida posible de manera que la
incubadora represente el vientre materno y los niveles de audición que tendría allí.
Los estímulos visuales son igualmente perjudiciales si no se mantienen dentro de los
niveles recomendados y pueden tener las siguientes repercusiones en los bebés
prematuros:
Aumento de la incidencia de retinopatía
Alteración de los ritmos biológicos, alteración del sueño, alteraciones
endocrinológicas
Reducción de niveles de saturación de oxígeno
Impacto en el crecimiento y el desarrollo
Déficits de percepción visual: relación espacial-visual, coordinación viso-motora
y memoria visual
Algunas recomendaciones que establece la Asociación Americana de Pediatría: os
niveles del ambiente de luz no deben de exceder las 60 ftc, excepto cuando se
requiera tratamientos o cuidados especiales, limitar la radiación innecesaria de luz
ultravioleta e infrarroja por medio de filtros o lámparas apropiadas, no tener luz
ambiental directa más que la necesaria para realizar procedimientos, procurar
niveles de luz muy bajos, hasta casi la oscuridad, en algunos momentos del día para
permitir el desarrollo de ritmos circadianos de algunos bebés, usar lámparas
individuales a la par de la cama del bebé, cubrir las incubadoras durante las horas de
descanso del paciente, para crear un periodo de oscuridad, polarizar las ventanas
externas y colocar a los bebes menores de 32 semanas lejos de la luz solar directa.
Procedimientos que involucran dolor crónico
20. 12
Dentro de la UCIN, los bebés deben atravesar procedimientos que causan dolor como
por ejemplo la inserción de sondas, catéteres y otros utensilios médicos. El bebé es
conectado a una gran cantidad de máquinas que lo ayudarán a recibir líquido y
nutrientes, así como también controlarán su presión sanguínea, su frecuencia
cardíaca, su respiración y su temperatura; no obstante, estos procedimientos
tendrán su repercusión más adelante. Estudios han demostrado que las dificultades
del neurodesarrollo alrededor de los 20 meses de edad corregida tienen una relación
directamente proporcional al tiempo de necesidad de ventilación mecánica en la
Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (Vohr, 2009).
1.4.3 Patrones de sueño
Uno de los determinantes de la maduración neurológica en los bebés prematuros es la organización
del sueño; este provee una base para el crecimiento físico, regulación de los estados de excitación y
el desarrollo cognitivo. Puesto que el parto antes del término supone una interrupción del reloj
biológico, los bebés prematuros frecuentemente presentan patrones desorganizados de sueño y
estos patrones se han asociado a consecuencias a corto y largo plazo. Estudios han ligado los índices
del desarrollo mental con la disminución de horas de sueño nocturno en bebés de 6 meses; asimismo
en bebés de 52 semanas han asociado sus puntajes con mayor estabilidad de los periodos
prolongados de sueño sostenido.
En un reciente estudio en Jesuralén, Israel con 143 niños de bajo peso al nacer y con un promedio de
31.8 semanas de gestación se constataron algunas de estas relaciones entre sueño y desarrollo de los
niños. El estudio estaba focalizado en los diferentes estados de sueño, particularmente en los
patrones de transición entre el estado alerta y el estado de reposo. La transición entre estos dos
estados sirve como un índice de maduración del sistema nervioso central. Por lo tanto, los médicos
encargados del estudio predijeron que los bebés nacidos pretérmino cuyo sueño estuviese
caracterizado por transiciones más organizadas entre estados alertas y de reposo, tendrían mayor
consolidación de su reloj biológico lo cual se traduciría en un mejor desempeño en áreas funcionales.
A diferencia de estos, los bebés cuyo patrón de sueño estuviese caracterizado por transiciones entre
estados de mucha excitación, tales como sueño activo y llanto, mostrarían conductas disreguladas
21. 13
resultando en un desempeño más pobre (Feldman, Weisman, Magori-Cohen, Louzoun, and
Eidelman, 2011)
La tabla del anexo 6vi muestra los resultados obtenidos para los 3 grupos evaluados, el grupo
de alta excitación, el grupo de sueño organizado y el grupo de sueño desorganizado
respectivamente. En todos los índices evaluados, los niños del grupo con sueño organizado
obtuvieron mejores puntajes que los otros dos grupos. Puesto que los niños fueron
evaluados en diferentes edades, es interesante notar que a mayor edad la diferencia entre
los puntajes se incrementa igualmente, es por tal razón que las diferencias en el desempeño
y en funciones ejecutivas entre niños prematuros y niños nacidos a término se detectan
generalmente hasta que los niños están en edad escolar puesto que para entonces, las
diferencias son más evidentes y las dificultades más marcadas.
En respuesta a la desorganización de los patrones de sueño de los bebés prematuros y de los
otros aspectos mencionados anteriormente que afectan el desarrollo neurológico, muchos
hospitales en países alrededor del mundo han implementado diferentes programas para
aminorar las repercusiones que estos factores tienen en el desarrollo de los niños. El
programa más común es de la madre canguro. Este se originó en Colombia en 1978 por
iniciativa de los doctores Edgar Rey, Héctor Martínez y Luis Navarrete. El método de la madre
canguro tiene consiste en el contacto piel a piel entre la madre y el bebé por periodos prolongados
de tiempo, así como la lactancia materna de forma exclusiva. Tiene como objetivo mejorar la
regulación de la temperatura de los bebés prematuros, lograr un crecimiento más rápido y una mejor
respuesta de los órganos del bebé a los tratamientos médicos. Esto, finalmente se traduce en una
disminución de los efectos del bajo peso al nacer, disminución de la tasa de mortalidad infantil,
mejoramiento la nutrición y del desarrollo temprano y en una disminución del tiempo de
estancia hospitalaria reduciendo también todos los riesgos que esta conlleva. En El Salvador,
este programa se implementó por primera vez en el año 2010 en el Hospital Nacional
Especializado de Maternidad “Dr. Raúl Argüello Escolán” (Quinteros, 2012).
2. Secuelas psicológicas de los prematuros a largo plazo
Las consecuencias de un parto prematuro a largo plazo son muchas y son variadas, desde
dificultades de tipo físico hasta afectar la conducta y el ambiente familiar. (Anexo 7)vii (OMS,
2013) De acuerdo a la Asociación Americana de Pediatría los niños nacidos antes de término
22. 14
presentan mayor riesgo de tener dificultades socio-emocionales, neuroconductuales y
cognitivas; además, los niños nacidos pretérmino muestran mayores problemas de atención
y aprendizaje y pobre funcionamiento cognitivo a través de la infancia y la adolescencia
(Feldman, Weisman, Magori-Cohen, Louzoun, and Eidelman, 2011). Estas consecuencias
adversas aparecen incluso con frecuencia en aquellos niños en los que las complicaciones
iniciales quedaron resueltas y que tuvieron un curso neonatal normal.
En Estados Unidos la prematuridad se encuentra en 45% de los niños con parálisis cerebral,
en el 35% con alteraciones visuales y en el 25% con alteraciones auditivas y cognitivas
(Fernández López T, 2012). Los estudios han demostrado que los bebés con bajo peso al
nacer tienen más probabilidad de presentar discapacidad neurológica leve (desviaciones del
habla, balance, coordinación, tono, motricidad fina y tareas visomotoras que no implican
disfunción cerebral pero que se encuentran asociadas a dificultades de aprendizaje,
coeficiente intelectual bajo, déficit de atención, autismo y conductas internalizantes y
externalizantes) en comparación con los niños que llegan a término con un peso adecuado.
De un 10% a un 11% de los bebés que presentan bajo peso al nacer muestran signos de
discapacidad neurológica leve; estos porcentajes representan el doble del riesgo que tienen
los niños con peso normal (Ricart, 2008). Estudios realizados en Estados Unidos, Europa y
Australia revelan que al ingresar al colegio, se detectan discapacidades menores de
desarrollo en un 30% a 40% de los niños prematuros y cerca de un 20% presenta
discapacidades mayores. Los déficits presentados por estos infantes pueden persisitir en la
adolescencia y en la adultez. En el grupo de estudio colaborativo de infantes en Victoria,
Australia, 14% de los bebés nacidos pretérmino con extremo bajo peso al nacer fue
clasificado como severamente discapacitado a la edad de 14 años y 15% fue catalogado
como moderadamente discapacitado, mientras que solo un 2% de los bebés de término fue
catalogado en estas categorías. Datos similares se revelaron al evaluar a 1,907 niños en
Holanda nacidos a las 33 semanas de gestación con un peso de 1500 gramos al nacer. A los
14 años más de la mitad de los adolescentes presentó desórdenes de atención, aprendizaje y
habilidades socioemocionales (Varios, 2004).
Un enfoque práctico para evaluar el neurodesarrollo de un niño es recolectar información de
sus habilidades funcionales de ejecución en el día a día. La evaluación funcional se refiere al
proceso de determinar la habilidad de un niño para llevar a cabo tareas de la vida diaria y
23. 15
para cumplir con los roles sociales que se esperan de los niños física y emocionalmente
saludables de su misma edad y de su mismo nivel cultural. Estas tareas pueden ser:
alimentarse solo, bañarse, mantener la continencia, la comunicación y el juego. Los bebés
prematuros que presentan muy bajo peso al nacer muestran mayores tasas de limitaciones
en estas tareas funcionales que los niños con peso normal al momento del parto; esto se
debe a los altos porcentajes de dificultades que se encuentran en áreas cognitivas, motoras,
neurosensoriales y conductuales en los niños de muy bajo peso. Aunque el 93% de los bebés
prematuros de extremo bajo peso logran el equilibrio necesario para sentarse y 86% logran
alimentarse solos entre los 18 y 22 meses de edad corregida, algunos déficits más sutiles de
carácter funcional se vuelven más evidentes al aumentar la edad. Entre los 10 y los 14 años,
27% de los niños con muy bajo peso al nacer y 32% de los niños con extremo bajo peso al
nacer mostraron una actividad física con restricciones; asimismo, el 24% de los niños con
muy bajo al nacer y el 29% de los niños con extremo bajo peso al nacer reportó incapacidad
para participar en actividades deportivas (Vohr, 2009).
En otra región del mundo, el Servicio de Pediatría del Hospital de Móstoles en Madrid,
España desarrolla un programa de seguimiento con niños de peso inferior a 1.500 g o edad
gestacional inferior a 32 semanas. De acuerdo a sus observaciones han catalogado las
secuelas de estos niños a largo plazo en discapacidad leve presentada por 8% a 23% de los
bebés prematuros, discapacidad moderada (8% al 57% de los niños prematuros, y
discapacidad grave presente en 6% a 20% de los bebés nacidos antes de término (Fernández
López T, 2012). En las secuelas leves describen niños con un coeficiente intelectual cercano
al de niños nacidos a término pero con dificultad en el aprendizaje de ciertas materias,
problemas motores y visuales leves, retraso en la adquisición del lenguaje, trastornos de
comunicación, coordinación y aprendizaje. En las secuelas moderadas se refieren a niños con
un coeficiente intelectual perteneciente a un retraso mental moderado (50-75), con
independencia razonable, con alteraciones visuales sin ceguera, parálisis cerebral variable
con la posibilidad de caminar, hipoacusia con probabilidades de mejorar con tratamiento y
trastornos moderados del lenguaje. En las secuelas graves hacen referencia a niños
totalmente dependientes de sus cuidadores, retraso mental con coeficiente intelectual
menor de 50, ceguera, sordera, parálisis cerebral sin posibilidad de caminar y trastornos
graves del lenguaje (Anexo 8)viii (Fernández López T, 2012).
24. 16
Otra área que puede ser perjudicada en los bebés prematuros es el área del lenguaje que se
ve afectada cuando los bebés deben permanecer en incubadora a causa de su bajo peso y/o
de su corto tiempo de gestación. Numerosos estudios han reportado que el habla y el
desarrollo del lenguaje en los bebés prematuros puede retrasarse debido no solo a los
niveles de ruido a los que se encuentra expuesto el bebé, sino también debido a que la
cantidad de lenguaje oral al que tienen alcance es poca en comparación con un bebé que
completa su crecimiento dentro del vientre materno. La voz de la madre es un estímulo
principal que se presenta durante el desarrollo del sistema auditivo del bebé y esto tiene
gran importancia para el desarrollo del habla y para el procesamiento del lenguaje. Cuanto
más escuchan los bebés la voz de sus padres, más rápida es la adquisición del lenguaje y la
expansión de su vocabulario, lo cual finalmente se traduce en mayores coeficientes
intelectuales. Investigadores del Departamento de Pediatría del Hospital de Mujeres e
Infantes en Providence, Rhode Island llevaron a cabo un estudio para determinar si los bebés
nacidos antes de término tendrían más vocalizaciones (sonidos de los bebés), al estar
expuestos a mayor lenguaje adulto. En el estudio participaron 36 bebés prematuros con
peso de 1,250 gramos o menos que fueron evaluados a las 32 y a las 36 semanas. Los
resultados demostraron que los bebés prematuros tienen vocalizaciones desde las 32
semanas y que éstas se incrementaron significativamente a las 36 semanas; es decir, que los
bebés prematuros comienzan a producir vocalizaciones 8 semanas antes de la edad típica
para los recién nacidos. Un hallazgo importante de esta investigación es que el habla por
parte de los padres del bebé es el mayor predictor de vocalizaciones a las 32 semanas y de
turnos conversacionales a las 36 semanas; esto es porque los bebés participaron más en
turnos de conversación cuando sus padres se encontraban presentes en comparación a la
participación que tenían al escuchar lenguaje de otras personas (Molloy, 2012).
De todas las secuelas a largo plazo mencionadas con anterioridad, tres son de gran
importancia para el presente trabajo y se detallarán de manera más minuciosa a
continuación:
25. 17
2.1 Secuelas cognitivas
Los estudios con bebés prematuros y sus secuelas a largo plazo se centran principalmente en
las dificultades cognitivas puesto que esta es el área que generalmente presenta mayores
consecuencias. En un estudio de seguimiento a la edad de 8 años con niños nacidos
prematuros con extremo bajo peso, estos tenían una probabilidad 10 veces mayor de
presentar un coeficiente intelectual con puntuaciones menores a 70 que los bebés de peso
normal al nacer.
Las estadísticas señalan que 65% de los bebés prematuros tienen coeficientes intelectuales
dentro del rango normal o arriba del rango normal, 25% de los bebés prematuros presenta
un coeficiente intelectual limítrofe y de un 5% a un 10% muestra discapacidades cognitivas
severas (Preemie Help). En la infancia, de los 3 a los 8 años, las habilidades verbales son las
más afectadas, principalmente la comprensión gramatical, la comprensión auditiva de
nombres y dibujos y la complejidad de órdenes verbales de complejidad creciente. En los
adolescentes, las dificultades más marcadas son en el CI global, en la lectura (Roth et al.
2001, O’Brien et al., 2004) y en las habilidades de cálculo destacando las operaciones
numéricas y el razonamiento matemático (Isaacs et al., 2001). Muchas de estas dificultades
tienen su origen en la diferencia en peso y tamaño cerebral de los niños prematuros en
comparación con sus pares nacidos a término. Las diferencias se manifiestan en los
ventrículos cerebrales, ganglios basales, el cuerpo calloso, la amígdala, el hipocampo, el
cerebelo y amplias zonas del córtex; dando como resultado un coeficiente intelectual
limítrofe, dificultades de aprendizaje y dificultades de atención entre otros (Araoz, 2010).
Algunas de estas secuelas se pueden detectar a temprana edad; sin embargo las dificultades
más sutiles generalmente se logran detectar hasta que los niños se encuentran en edad
escolar y es alarmante encontrar que estas alteraciones ocurren en un 50% a un 70% de los
niños nacidos antes de término; sobre todo en los bebés con muy bajo peso y con extremo
bajo peso al nacer. "Son problemas que si no los buscas activamente no los ves hasta que el
niño tiene alrededor de 5 años, cuando empieza la escuela, con lo que se pierde la
oportunidad de aprovechar la plasticidad del cerebro del bebé para corregirlos", explica
Eduard Gratacós, médico del Hospital Clínic de Barcelona (López Ferrado, 2008). La
evaluación del neurodesarrollo en la época escolar es mejor apreciada por el hecho de que
26. 18
el psicólogo cuenta con instrumentos de diagnóstico más seguros y veraces que en épocas
anteriores de la edad infantil. Las dificultades pueden incluir problemas en la memoria,
específicamente en la memoria verbal, tareas de procesamiento visual, exámenes de
desempeño académico y funcionamiento adaptativo. Los maestros de niños que
presentaron muy bajo peso al nacer reportaron que del 24% al 41% de los niños presenta un
rendimiento académico debajo del promedio; aproximadamente 25% de los infantes con
muy bajo peso al nacer y de un 25% a un 62% de los infantes con extremo bajo peso al nacer
reciben servicios especiales de educación y entre un 15% y un 34% de niños repiten grado
escolar.
Un estudio realizado en el Reino Unido e Irlanda estuvo compuesto por todos los bebés
nacidos alrededor de las 25 semanas y 6 días desde marzo hasta diciembre del año 1995. Los
niños fueron evaluados por un profesional de psicología con la Batería de Evaluación de
Kaufman para Niños (K-ABC); además, se obtuvo información por parte de los maestros de
los niños acerca del rendimiento académico de ellos. Los resultados obtenidos manifiestan la
incidencia de la prematuridad en el desarrollo cognitivo de los niños. El puntaje de los niños
nacidos a término refleja una media de 105 (99-113) en tanto que la media de los puntajes
de los niños nacidos a las 25 semanas fue de 90 (78-99) (Anexo 9)ix (Marlow,
Hennessy,Bracewell and Wolke, 2007).
En Victoria, Australia se realizó un estudio con 317 prematuros extremos de 28 semanas o
con extremo bajo peso menor a 1000g. nacidos en 1997. Los niños fueron sometidos a
cuidados intensivos y solamente 201 niños alcanzaron los 2 años de edad. A la edad de 8
años estos niños fueron evaluados con la Escala de Inteligencia de Weschler para Niños
(WISC-IV) para medir la habilidad cognitiva general y con el WRAT3 para evaluar el
aprovechamiento académico. Los resultados del WISC-IV mostraron diferencias significativas
entre los puntajes de los bebés con extremo bajo peso y con menos semanas de gestación y
los bebés de término y de peso normal, siendo los puntajes de estos últimos mucho más
elevados. En cuanto a los resultados del WRAT3, los resultados fueron similares; los niños
con prematurez extrema y con extremo bajo peso obtuvieron puntajes más bajos que los
niños de peso normal y de gestación a término (Anexo 10)x (Harvard). Los investigadores
también reportaron resultados de acuerdo a la edad gestacional y al peso, haciendo dos
27. 19
grupos para cada categoría. En relación al peso dividieron a los bebés en un grupo de
infantes con peso menor a 750 gramos y otro con infantes de 750 a 999 gramos; el grupo
con menor peso mostró un desempeño menor en todas las escalas cognitivas en relación al
segundo grupo; no obstante solamente las escalas de Comprensión. El mismo fenómeno
sucedió al comparar los puntajes de aprovechamiento académico. En cuanto a la edad
gestacional, dividieron a los bebés en un grupo con edades gestacionales de 23 a 25
semanas y otro grupo con edades de 26 a 27 semanas de gestación. El grupo con número de
semanas de gestación presentó mejores resultados que aquellos nacidos entre las semanas
23 y 25 de gestación (Anexo 11)xi. Un meta análisis utilizando los resultados de 16 diferentes
estudios realizado en el 2002 concluyó que el coeficiente intelectual de los bebés disminuye
entre 1.5 y 2.5 de media por cada semana que se disminuye de edad gestacional (Fernández
López T, 2012). En un estudio similar realizado por el Instituto Nacional de Salud e
Investigación Médica (INSERM por sus siglas en francés) y publicado por la revista “The
Lancet”, se trabajó con 2,901 bebés prematuros nacidos en Francia entre las 22 y las 23
semanas de embarazo del año 1997. Los resultados muestran que “40% de los grandes
prematuros presentan problemas cognitivos en diferentes grados a la edad de 5 años”
(López Ferrado, 2008). Asimismo, reflejan que la edad gestacional tiene una relación
proporcionalmente inversa con las deficiencias cognitivas pues solo un 16% de los bebés
nacidos a término presenta algún tipo de alteración cognitiva; sin embargo, 31% de los niños
nacidos entre las semanas 29 y 32 requieren de cuidados especiales y este porcentaje se
incrementa a 42% para los niños nacidos entre las semanas 24 y 28.
Estos hallazgos nos permiten afirmar que a mayor edad gestacional y mayor peso al
momento de nacer, menor es la probabilidad de que el infante presente problemas
cognitivos y por ende, menor es la probabilidad de que presente dificultades en su
rendimiento académico.
Es importante realizar mediciones del coeficiente intelectual en diferentes etapas de la vida
de los bebés prematuros con el fin de detectar cambios en el desarrollo a través del tiempo y
predecir la capacidad de estos niños para nivelarse con los niños nacidos a término. Los
estudios demuestran que entre los 2 y los 4 años de edad se pueden detectar trastornos del
habla, trastornos motores finos y conductas anormales; de los 5 años en adelante se pueden
28. 20
observar casos menos graves de torpeza motora, cocientes de desarrollo menores a 85 y
trastornos del aprendizaje; finalmente, en los adolescentes entre 14 y 15 años
aproximadamente se pueden manifestar dificultades de lectura y cálculo así como un CI
disminuido.
Un número creciente de investigaciones ha centrado su atención en los puntajes de
habilidades cognitivas en la adolescencia y en la edad adulta. Las diferencias cognitivas en
estas etapas de la vida de los prematuros son más evidentes en las tareas de percepción
visual y las diferencias académicas se evidencian en lectura y en matemáticas. Como
consecuencia, solamente entre un 56% y un 74% de adolescentes prematuros se gradúan de
la escuela, siendo un porcentaje significativamente menor al de los adolescentes que
nacieron a término. (Vohr, 2009). Un grupo de investigación estudió los cambios cognitivos a
través del tiempo en bebés prematuros nacidos con muy bajo peso y encontraron que la
discrepancia de coeficientes intelectuales entre estos bebés y los bebés de peso normal era
mayor a los 5 años, con 7 puntos de diferencia, que a los 11 años con 4 puntos de diferencia.
Otros estudios llevados a cabo en Estados Unidos, Europa y Australia han revelado bajo
desempeño educativo en los niños que fueron producto de un parto prematuro y muestran
que, al compararlos con los bebés nacidos a término, un menor número de ellos continúa su
educación al graduarse de la escuela, un menor número tiene empleos de tiempo de
completo y un menor número vive fuera de su hogar parental en la adultez. (Varios, 2004).
2.2 Secuelas motoras
Las secuelas motoras de un nacimiento prematuro son tan variadas como las secuelas
cognitivas; desde una parálisis cerebral total hasta dificultades motrices que no se pueden
descubrir a simple vista. Generalmente, para los padres es difícil detectar cuando los niños
tienen una dificultad en el desarrollo de sus habilidades motrices puesto que no tienen un
parámetro de medición sobre qué esperar en cada etapa del desarrollo de los niños y es aquí
donde la evaluación motora cobra mucha importancia dado que las dificultades en esta área
si pueden detectarse mucho antes de que los niños ingresen a la escuela. La evaluación
motora es de gran necesidad en los bebés prematuros, pero se vuelve imprescindible en los
29. 21
prematuros extremos y en los bebés con extremo bajo peso al nacer ya que este grupo
presenta riesgo de sufrir un retraso en el desarrollo de las habilidades motrices finas y
gruesas; dificultades que pueden impactar negativamente el rendimiento académico del
niño así como su relación con otros. En la evaluación, es necesario valorar el tono, los
reflejos, la postura y la calidad del movimiento; así como también es necesario comprobar
que el desarrollo motor se haya dado en el orden correspondiente, tanto en el desarrollo
motor grueso (actividades que involucran a los músculos mayores y que ayudan a los niños a
desplazarse en el ambiente, tales como: mantener el equilibrio de la cabeza, del tronco,
movimiento de las extremidades, gatear, ponerse de pie y desplazarse con facilidad para
caminar y correr) como en el desarrollo motor fino (acciones que involucran movimientos y
músculos menores como: dar palmadas, la habilidad de pinza, realizar torres de piezas, tapar
o destapar objetos, cortar con tijeras, hasta alcanzar niveles muy altos de complejidad).
Al igual que en el área cognitiva, actualmente la valoración en el área motora se centra
mayormente en la capacidad funcional de los niños porque es esta la que determinará la
calidad de vida que el niño tenga; y para tal efecto, el Instituto Nacional de Salud del Niño y
Desarrollo Humano (NICHD) ha establecido una serie de algoritmos y escalas funcionales las
cuales dirigen al profesional paso a paso para determinar la gravedad de la discapacidad
motora (Anexo 12)xii (Fernández López T, 2012). Además, hay algunos signos de alarma por
etapa de desarrollo que pueden ser indicadores de que existe un problema a nivel motor
(Anexo 13)xiii (Fernández López T, 2012).
Para efectos de una mejor comprensión de las secuelas motoras de los bebés prematuros,
estas se dividirán en dos categorías: secuelas mayores o graves y secuelas menores o leves.
Secuelas mayores
La parálisis cerebral se refiere a un grupo de desórdenes del desarrollo del movimiento y la
postura que limitan la actividad en el niño. Los desórdenes motores de la parálisis cerebral
generalmente están acompañados de perturbaciones en la sensación, cognición,
comunicación, percepción y conducta. Es la secuela que se presenta más frecuentemente en
los niños de muy bajo peso y de extremo bajo peso al nacer (alrededor del 10% al 20% de
los bebés (Low Birth Weight Neonatal Intensive Care Unit Graduate, 2005)), así como en los
bebés de menor edad gestacional manteniendo una relación proporcionalmente inversa
30. 22
entre semanas de gestación y porcentaje de bebés que presentan parálisis cerebral.
Aproximadamente un 50% de los niños que presentan esta discapacidad motora ha sido
producto de un parto prematuro. El NICHD establece un algoritmo exclusivo para la
detección de la parálisis cerebral en los niños (Anexo 14)xiv. El diagnóstico definitivo puede
darse a partir de los 4 años de edad.
Secuelas menores
En general, los bebés prematuros tienden a presentar ciertos retrasos en el desarrollo de
habilidades motrices sin que estos retrasos necesariamente signifiquen una discapacidad,
sino solamente un desarrollo más tardío. En estos casos es conveniente contar con una guía
que nos brinde parámetros de edad para los hitos del desarrollo motor en los bebés y los
niños. Una guía confiable es la propuesta por la Academia Americana de Pediatría, AAP
(Anexo 15)xv. Es necesario tomar en cuenta que al observar el desarrollo motor de los bebés
prematuros debe siempre hacerse énfasis en la corrección de la edad. Estudios han
demostrado que el 50% de los bebés nacidos con menos de 1500 gramos logran sentarse sin
apoyo a los 7 meses de edad corregida y el 90% lo logra hasta los 9 meses. Asimismo, el 50%
logra caminar a los 12 meses de edad corregida y el 90% lo logra a los 18 meses. Los datos
también muestran una relación proporcionalmente inversa entre el peso al nacer y la edad
en que alcanzan los diferentes hitos del desarrollo (Anexo 16)xvi
Algunos de los niños prematuros presentan dificultad en las habilidades visoespaciales, estas
son fundamentales para entender la posición de dos o más objetos y su relación entre ellos.
Son útiles en actividades como subir y bajar escaleras sin tropezarnos, bailar, comprender el
espacio y sus límites, aprender derecha e izquierda, usar e interpretar mapas y dibujos,
entender conceptos como tamaño, ángulo, profundidad, altura y orientación. En un estudio
llevado a cabo en el Reino Unido y en Irlanda con 204 niños, encontraron que 180 de ellos
no presentaban secuelas motoras discapacitantes; sin embargo presentaron secuelas
menores, incluidas entre ellas la dificultad en habilidades visoespaciales. Para evaluar esta
área ocuparon 3 elementos de domino visoespacial: copia de un diseño, flechas con las que
debían identificar la orientación y dirección, y búsqueda de rutas para valorar la
31. 23
comprensión de las relaciones visoespaciales y la direccionalidad. Los resultados muestran
un puntaje medio de 80 en los niños prematuros, en tanto que los niños nacidos a término
presentan una media de alrededor de 95 (Marlow, Hennessy,Bracewell and Wolke, 2007).
La coordinación visomotora es otra área que se ve afectada por la prematuridad. En un
estudio con niños de 5 a 7 años nacidos con extremo bajo peso, estos demostraron tener
tiempos de reacción más lentos y menores puntajes de coordinación motora que los niños
de peso normal. Además, en una tarea de ciclismo, su máxima velocidad fue menor que la
máxima velocidad de los niños nacidos con peso normal (Varios, 2004). Los resultados
coinciden con los hallazgos del estudio realizado en el Reino Unido e Irlanda, en el cual
evaluaron 4 actividades visomotrices de los niños: toques con la yema de los dedos,
imitación de posturas manuales, precisión visomotora a través del dibujo de líneas y
discriminación de dedos. Los bebés nacidos antes de término obtuvieron puntajes con una
media aproximada de 87 mientras que los niños control mostraron puntajes medios de 105
(Anexo 17)xvii. Los especialistas reportan que las dificultades en las relaciones viso-espaciales
y viso-motoras afectan el desempeño funcional de la escritura y de otras habilidades
motrices finas de manipulación en los niños.
Un dato interesante encontrado por los investigadores de Irlanda y el Reino Unido es que un
número mayor de niños prematuros prefiere escribir y realizar actividades con la mano
izquierda que el número de niños nacidos a término con esta preferencia (Anexo 18)xviii.
Aunque la predominancia de la mano izquierda no es actualmente visualizada como una
discapacidad, este hallazgo es importante puesto que nos proporciona una idea de las
expectativas que podríamos tener de los niños prematuros y nos alerta a no forzarlos a
convertirse en diestros y retrasar aún más su desarrollo motriz.
2.3 Secuelas conductuales
Hay una serie de secuelas conductuales de los prematuros que han sido investigadas por
diferentes estudios. Los resultados en esta área son más difíciles de comparar por la
variedad de instrumentos de evaluación que existen y porque muchos de estos tienen un
porcentaje de subjetividad como es el caso de los cuestionarios administrados a padres y
32. 24
maestros de los niños. Por otro lado, existen factores incidentes en la conducta de los niños
además de la prematuridad, uno de ellos es el estilo de crianza que sus padres desarrollen el
cual generalmente está marcado por sobreprotección. Sin embargo, los hallazgos se
mencionan a continuación.
La secuela conductual más común en los niños prematuros es, sin duda alguna, el trastorno
de déficit de atención con o sin hiperactividad. Los niños que son producto de un parto
prematuro tienen más dificultades para adaptarse a los cambios, son más agitados y menos
regulares en sus ciclos de actividad y reposo (Avaprem, Avaprem, 2009). Las investigaciones
reportan que además de estas dificultades, los niños buscan gratificación inmediata,
presentan problemas para regular su conducta y “actúan sin pensar” (Preemie Help).
En un estudio con 194 niños prematuros extremos se demostró que este grupo presentaba
mayores puntajes de dificultades de atención, hiperactividad y ansiedad que el grupo
control. Los maestros y padres clasificaron a los bebés prematuros de muy bajo peso y de
extremo bajo peso como más inatentos e hiperactivos; estas conductas parecen tener su
base explicativa en los déficits de la memoria de trabajo y a un retraso intelectual general.
En otro estudio, 23% de los niños prematuros con muy bajo peso al nacer cumplían los
criterios diagnósticos para TDAH, comparado con el 6% por ciento de los niños de la misma
edad, mismo sexo y nivel académico. Un estudio más reportó tasas más altas de inatención e
hiperactividad en niños de muy bajo y de extremo bajo peso al nacer. Al ser evaluados por
sus padres y maestros en edad escolar (8 a 12 años) las tasas fueron de 23% a 27% en niños
nacidos con muy bajo peso y del 33% al 37% en niños nacidos con extremo bajo peso (Vohr,
2009). En otros estudios, las cifras no bajan de un 10% de los adolescentes nacidos con
extremo bajo peso que han sido diagnosticados con Trastorno de Déficit de Atención con
Hiperactividad y 13% de los alumnos en escuela secundaria nacidos con extremo bajo peso
reporta recibir medicamento para el tratamiento del TDAH (Varios, 2004).
Aunque otras alteraciones conductuales y emocionales se presentan en menor escala que el
TDAH, las tasas son significativas. Entre estas se encuentran mayormente alteraciones en la
conducta internalizante, tales como estados depresivos, ansiedad, baja autoestima y poca
confianza en sí mismos. En Francia se llevó a cabo un estudio (The Etude Epide´miologique
33. 25
sur les Petits Ages Gestationnels, EPIPAGE) con 2,382 niños nacidos a las 33 semanas de
gestación y 557 infantes de término nacidos entre las 39 y 40 semanas de gestación en 9
regiones del país (Varios, 2009). El estudio consistió en un seguimiento de los niños desde su
nacimiento hasta la edad de 5 años, a través de cuestionarios anuales que se enviaron a los
hogares de cada uno de los niños. A los 5 años, los niños tuvieron una evaluación médica y
una evaluación psicológica; además, sus padres completaron un cuestionario que incluía una
valoración de la conducta de los infantes. Los cuestionarios fueron finalmente contestados
solamente por los padres de 1690 niños pretérmino y por 391 padres de niños nacidos a
término. Los niños prematuros obtuvieron puntuaciones casi 2 veces más altas en la escala
total de dificultades así como en la hiperactividad, los síntomas emocionales y la relación
con sus pares (Anexo 19)xix. Asimismo, encontraron en este grupo de niños una fuerte
asociación entre las dificultades en habilidades cognitivas y las dificultades conductuales;
relación que también se ha hecho evidente en otros estudios con niños prematuros,
especialmente aquellos de muy y de extremo bajo peso al nacer. Las medias de los puntajes
de procesamiento mental fueron significativamente más bajas en los niños que obtuvieron
puntajes altos en el Cuestionario de Fortalezas y Dificultades (SDQ) (Anexo 20)xx. Es decir,
que en los niños prematuros, a menor puntaje en actividades de procesamiento cognitivo,
obtienen mayor puntaje de dificultades a nivel conductual (Anexo 21)xxi. Los investigadores
también encontraron que los padres de los niños prematuros reportaron un número mayor
de problemas conductuales con sus hijos de 5 años que los padres de los niños nacidos a
término. De los niños que presentaban problemas conductuales a la edad de 5 años, un 41%
ya mostraba dificultades a los 3 años y 46% de los niños que presentaba dificultades
conductuales a los 3 años continuaba presentándolas a los 5 años de edad. Estos porcentajes
a través del tiempo coinciden con otros estudios que demuestran que existe un 50% de
estabilidad de los problemas conductuales entre los 3 y los 5 años de edad. Finalmente, los
investigadores concluyeron que existe una estrecha relación entre el bienestar mental de la
madre y la conducta de los niños nacido pretérmino. Un estudio de niños nacidos con muy
bajo peso a la edad de 3 años reportó que la severidad de la depresión en la madre guarda
una relación significativa con el resultado mental y conductual de los niños; asimismo, se
demostró en otro estudio con adolescentes, que el humor de la madre incide grandemente
en los problemas conductuales de estos.
34. 26
Un metaanálisis de 16 estudios reportó que 81% de los estudios revisados que incluían a
niños y adolescentes entre 5 y 14 años nacidos pretérmino mostraban mayor prevalencia en
índices de ansiedad, depresión y síntomas de deprivación. Asimismo, el 69% mostraba
alteraciones de comportamiento agresivo y delincuencia (Bhutta, Cleves, Casey, Cradock,
Anand, and DPhil, 2002).
En cuanto a la relación con sus pares, los estudios muestran que los niños prematuros tienen
dificultad en comprender las señales sociales de otros, tienen poca conciencia del efecto de
su conducta en otros, presentan dificultad para asumir roles, no aceptan fácilmente la crítica
constructiva, repiten patrones de conducta social autodestructiva sin aprender de la
experiencia y tienden a divagar en sus conversaciones (Preemie Help).
Los niños prematuros de extremo bajo peso son el grupo de bebés nacidos pretérmino que
presenta mayor número de secuelas conductuales. Estos niños presentan más timidez, falta
de asertividad, comportamiento retraído y problemas con las habilidades sociales que los
niños nacidos a término. Además, los compañeros de los niños con extremo bajo peso al
nacer los visualizan como más sensibles y aislados. Al ser evaluados con pruebas cognitivas,
estos niños prefieren tareas de fácil desarrollo, muestran poca confianza en sus propias
habilidades, tienen reacciones inapropiadas al fracaso y manifiestan una necesidad
constante de recibir estímulo y reconocimiento. Asimismo, son niños propensos a la
depresión, la ansiedad y la baja autoestima (Varios, 2004).
Al igual que los problemas cognitivos, las secuelas conductuales tienen permanencia a través
del tiempo si no son tratadas. De un cuarto a la mitad de los niños con muy bajo peso y con
extremo bajo pero al nacer mostraban síntomas de ansiedad y de aislamiento social. Al ser
evaluados entre los 12 y 14 años de edad, de 8% a 14% cumplían los criterios para el
trastorno de ansiedad generalizada, comparado con tasas de 1% a 4% en compañeros
adolescentes nacidos con peso normal. Del 25% al 28% de adolescentes de muy bajo peso al
nacer cumplía con criterios para diagnosticar desórdenes psiquiátricos, comparado a 7% al
10% de sus compañeros. Finalmente, al ser evaluados entre los 17 y 20 años de edad, los
jóvenes que presentaron extremo bajo peso al nacer continuaban mostrando puntajes altos
en dificultades de atención, ansiedad, depresión, conducta retraída y problemas sociales. De
35. 27
igual manera los nacidos con muy bajo peso, continuaban reportando dificultades de
autoestima y falta de confianza en sus habilidades atléticas, académicas, románticas y
laborales a la edad de 14 a 17 años (Vohr, 2009).
Estudios recientes han levantado particular interés y preocupación en una posible relación
existente entre el extremo bajo peso al nacer de los prematuros y los trastornos del espectro
autista. Aunque el bajo peso al nacer puede representar un doble o triple de riesgo de
presentar Trastornos del Espectro Autista, el verdadero riesgo aún es desconocido. Dos
estudios han investigado las tasas de características autistas en niños con muy bajo peso al
nacer. Uno de ellos demostró una tendencia creciente de puntajes de TEA en 56
adolescentes con bajo peso al nacer al ser comparados con adolescentes nacidos con peso
normal. El otro reportó que un 25% de niños con muy bajo peso al nacer marcaba positivo al
ser evaluado con el Cuestionario Modificado para la Detección del Riesgo de Autismo (M-CHAT
por sus siglas en inglés). Sin embargo, alegan que este cuestionario ha sido diseñado
para la población en general y que sus resultados pueden no ser tomados como válidos
totalmente al no estar adaptados a niños que presenten muy bajo peso o extremo bajo peso
al nacer. En conclusión, se requiere de más estudios para determinar el verdadero riesgo del
autismo en esta población de bebés prematuros.
3. Seguimiento y Atención a largo plazo
Actualmente, los estudios que se han dedicado a observar a los bebés prematuros a largo
plazo han revelado una creciente evidencia de que los programas de intervención temprana
mejoran el desarrollo de este grupo de niños (Harvard).
El Programa de Salud y Desarrollo Infantil (Infant Health and Development Program), fue un
programa de intervención llevado a cabo en 8 instituciones médicas en Estados Unidos. Los
resultados demostraron que el coeficiente intelectual a los 3 años y los puntajes en
problemas de conducta pueden mejorar al menos en el periodo inmediato a la intervención
con niños de bajo peso al nacer. Posteriores resultados han mostrado que con una
intervención adecuada, la mejora después de la intervención podría mantenerse a largo
plazo (Brooks-Gunn, McCormick).
36. 28
En otro estudio se desarrolló una intervención con 24 niños con bajo peso al nacer. Al ser
evaluados a los 9 años, los niños mostraron puntajes significativamente más favorables en
pruebas cognitivas y de rendimiento que aquellos que no habían recibido intervención.
Asimismo, la valoración de sus padres y maestros en relación a su desempeño escolar fue
más positiva que la del grupo control. Las mayores diferencias de puntajes se encontraron
en las escalas que medían los problemas de atención y el rendimiento académico .
En un estudio realizado en la Escuela de Salud Pública de Harvard en Estados Unidos se
comprobó que la atención educativa y de intervención con los prematuros y sus padres
puede mejorar las habilidades cognitivas y sociales de los niños. El estudio se realizó con 985
niños prematuros, nacidos con menos de 33 semanas de gestación y peso menor a 2,500
gramos, que recibieron educación intensiva durante los 3 primeros años de vida. La
intervención constaba de una visita semanal de un especialista hasta el primer año de vida y
luego dos veces al mes hasta alcanzar los 3 años; esta visita buscaba orientar a los padres en
cuanto a la crianza. Los niños también debían asistir 5 veces por semana a un centro de día
para seguir un plan de estudios. En la evaluación cognitiva, conductual y de salud general a
los 36 meses, el grupo de mayor peso obtuve una diferencia de 14 puntos en la media del
coeficiente intelectual respecto al grupo de seguimiento. En el grupo de menor peso la
diferencia fue de 8 puntos. Estos resultados se vieron también ligados a una mejora
conductual en los niños (Ambrojo, 2007).
Países como Chile y México han desarrollado propuestas de seguimiento. Algunas regiones
de la Unión Europea también lo hacen, pero sus criterios no están unificados.
Actualmente en España existen programas de atención a prematuros y a sus padres. Estos
programas se dirigen a la reducción de los problemas cognitivos y motores, así como a
educar a los padres en cuanto a los estilos educativos que son más apropiados para las
necesidades que esta población de niños presenta (Fernández López T, 2012). Los programas
son desarrollados por equipos multidisciplinarios a fin de poder abarcar todas las áreas de
desarrollo de los niños. Hay dos intervenciones básicas que estos programas enfatizan:
1. La práctica de la lactancia materna.
37. 29
Numerosos estudios han comprobado que la lactancia materna produce una
diferencia significativa en los cocientes de desarrollo de los bebés. Los programas de
atención y seguimiento promueven y apoyan esta práctica.
2. La comunicación de los padres con sus hijos.
Se trabaja animando a los padres a que hablen mucho con sus hijos, no solo en una
comunicación dirigida hacia él, sino en una comunicación a través de la cual también
puedan expresarles otras ideas, pensamientos, situaciones, etc., aunque el
vocabulario sea complicado para ellos ya que lo que se busca es el contacto, en
cuanto al área emocional, y el enriquecimiento del lenguaje, en cuanto al
aprendizaje. Esta sencilla intervención ha demostrado ser muy efectiva para mejorar
los resultados intelectuales de los niños.
En El Salvador, el Ministerio de Salud presentó en el año 2011 el “Programa de Seguimiento
del Prematuro con peso menor de 2,000 gramos” como iniciativa para paliar las
consecuencias que sufren los bebés prematuros (Quinteros, 2012). Sin embargo, la atención
que reciben estos niños es netamente de médicos especialistas en neurodesarrollo quienes
vigilan si los niños presentan alguna discapacidad durante los primero 3 años de vida. Es
decir, que no hay una evaluación de las secuelas menores en este grupo de niños las cuales,
como se reportó anteriormente, son diversas. Por lo tanto, tampoco hay un seguimiento de
estas dificultades y por ende, tampoco hay un tratamiento de las mismas.
4. Propuesta de Atención Integral Temprana
El objetivo último de esta revisión bibliográfica es elaborar propuestas de intervención
temprana que ayuden a mejorar la calidad de vida de los bebés prematuros y sus familias.
Para tal fin, es necesario difundir primeramente la información relacionada a los bebés
prematuros y sus secuelas a largo plazo, para luego promover estrategias de intervención
que garanticen un mejor desarrollo de estos niños que conforman el grupo más vulnerable
de la población.
38. 30
Se propone entonces un programa que abarca dos ámbitos de trabajo y que se divide en
cuatro áreas:
Ámbito externo
Concientización
Educación
Ámbito interno
Evaluación
Intervención
Se describirá cada una a continuación:
En el ámbito externo
Concientización
Gran parte de la población a nivel mundial y, particularmente, la población
salvadoreña desconoce las tasas de morbilidad que tiene la prematuridad en este
país y las secuelas que esta provoca en los niños. Por ello, se establece como un
punto de partida la necesidad de concientizar a los salvadoreños sobre la importancia
que este tema debe tener en materia de salud pública y privada, así como también es
importante promover la difusión de este mensaje para que ellos lo extiendan a otros
a su alrededor. Esta concientización puede lograrse a través de la participación en
programas de entretenimiento familiar en la televisión y la radio local; sobre todos
los que tienen secciones televisivas y radiales dirigidas a las amas de casa. Un medio
importante y efectivo también serán las redes sociales ya que constituyen un medio
de comunicación fácil, rápido y económico para la difusión de información. Al crear
una página de difusión en Facebook, puede hacerse difusión a través de afiches o
brochures colocados en tiendas de accesorios para mujeres embarazadas y para
bebés, así como también en clínicas gineco-obstétricas. Estos afiches pueden
contener mensajes llamativos tales como “Uno de cada 10 bebés es un bebé
prematuro en todo el mundo; ese bebé podría ser tuyo. Conoce más acerca de los
bebés prematuros y su desarrollo.” Y luego tener una dirección de enlace hacia la
página de Facebook. Esta página puede contener información de esta revisión
39. 31
bibliográfica asi como también puede apoyarse por información gratuita que aporta
la página web de EFCNI en apoyo a la prematuridad y su página de Facebook, ambas
detalladas a continuación:
http://www.socksforlife.org/
https://www.facebook.com/WorldPrematurityDay
Educación
Es necesario educar no solo a los padres de los bebés prematuros sobre las secuelas
menores que estos niños pueden sufrir, sino también a los profesionales de la
medicina que trabajan con ellos, médicos y enfermeras. Se proponen talleres
gratuitos que se pueden ofrecer en las diferentes unidades
pediátricas/neonatológicas de los hospitales de la capital primeramente y
dependiendo del éxito que estas tengan, se puede extender al resto de
departamentos dentro del país. Pueden también organizarse charlas o talleres para
los pediatras con clínicas privadas buscando el patrocinio de empresas dedicadas a la
salud, servicio y entretenimiento de los bebés. Los profesionales en medicina de los
neonatos seguramente conocen las secuelas mayores de los prematuros, pero existe
la posibilidad de que desconozcan detalladamente las secuelas cognitivas, motoras y
conductuales que pueden tener estos niños. Al conocerlas, podrán prevenir a los
padres de sus pacientes prematuros para que estos busquen una atención temprana.
En el ámbito interno
Se pretende la creación de un Centro de Atención Temprana dirigido principal, pero no
exclusivamente, a bebés y niños prematuros. Los costos de los diferentes servicios serán
sufragados por los padres de los niños como una cuota escolar mensual; estos fondos
también serán utilizados para poder atender gratuitamente a los niños prematuros con
padres de escasos recursos. El centro realizará dos funciones internas:
Evaluación
Esta será realizada por los diferentes especialistas quienes, en un principio, prestarán
sus servicios por horas. Para esta fase se requiere de profesionales en psicología,
40. 32
fisioterapia, educación, logopedia y neurología. Cada especialista evaluará su área de
acuerdo a la edad del bebé o el niño y proveerá recomendaciones sobre la frecuencia
con la cual cada niño debería recibir terapia en su área específica y las sub-áreas a
fortalecer. Al tener los resultados de todas las áreas evaluadas, se diseñará un plan
de tratamiento personalizado en el cual se programarán las sesiones terapéuticas en
las que participará el niño.
Intervención
En esta etapa se ejecutarán las sesiones individuales y grupales de terapia en las
diferentes áreas: cognitivas, motoras, conductuales y de orientación a los padres. La
planeación de las sesiones de terapia será desarrollada por los especialistas y la
ejecución de estas podrá ser desarrollada por estudiantes de los últimos dos años de
carrera de las diferentes disciplinas que deban cumplir con servicio social y
voluntarios que deseen formar parte del equipo del centro. Los padres de los niños
fungirán siempre como coterapeutas que participen activamente en el progreso de
sus hijos. El centro contará inicialmente con los recursos básicos para poder
desarrollar las diferentes sesiones de terapia. Los niños deberán asistir a sus sesiones
por un mínimo de 6 meses ya que es el tiempo mínimo requerido para someterse a
una reevaluación.
Puesto que el centro también abrirá sus puertas a niños que no sean prematuros,
también se llevará a cabo una serie de sesiones bajo la modalidad de un gimnasio de
estimulación temprana de las diferentes áreas: cognitivas, motrices, conductuales y
sociales. La finalidad del centro con ambos grupos de niños será la adaptación
motora, cognoscitiva, emotiva y social del niño en el ambiente.
Reevaluación
Luego de 6 meses consecutivos de terapia, se reevaluará al niño a fin de determinar
los avances que ha logrado haciendo énfasis en las áreas que aparecieron deficitarias
al momento de la primera evaluación y nuevamente se darán recomendaciones para
su seguimiento y su finalización del programa.
41. 33
5. Valoración Personal
La prematuridad no es exclusiva de un estrato social, de una región o de un rango de edad.
Es un problema de primer orden a nivel mundial que podría tocar la puerta de cualquiera de
nuestros hogares. Por ello, debemos darle la atención que merece y promover la salud física,
mental y emocional del grupo más indefenso de la población mundial. No hay cosa que
podamos hacer que sea demasiado pequeña para ayudar a estos niños; aún una acción que
parezca muy insignificante como el hecho de compartir la información con alguien, hará una
diferencia puesto que habremos concientizado a una persona más.
43. 35
iii
iv Percentages of live births with a gestational age under 32 weeks and between 32 and 36 weeks
12,80% 12,70% 12,30% 12,20% 12,00% 11,70%
9,60%
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2020 Goal
Pre-term birth rates in the United
States
Pre-term birth rates in the United States
44. 36
v
0
2
4
6
8
10
12
Austria
Belgium
Czech Republic
Denmark
France
Germany
Ireland
Italy
Netherlands
Poland
Portugal
Spain
Sweden
United Kingdom
% of live births 32-36
weeks
% of live births less than
32 weeks
45. 37
vi
Sleep-Wake Transitions in Premature
Neonates Predict Early Development
TABLE 2
Emotional Regulation, Cognitive Development, and Symbolic and Executive Competences in State Transition
Cluster Groups in First 5 Years of Life
High Arousal
(Cluster 1)
(N = 47)
Organized Sleep-
Wake (Cluster 2)
(N= 38)
Disorganized Sleep
(Cluster 3) (N= 58) χ2/U
Negative emotionality
score at 3 and 6 mo,
mean ± SD 1.39 ± 0.70 1.11 ± 0.27 1.56 ± 0.58
14.37, clusters
3 and 1 >
cluster 2a
MDI, mean ± SD
6 mo 92.12 ± 8.27 95.93 ± 6.99 92.48 ± 8.60 NS
12 mo 83.93 ± 11.37 91.03 ± 6.70 85.52 ± 10.06
10.26, cluster
2 > clusters 1
and 3b
24 mo 90.86 ± 14.50 120.70 ± 11.61 91.70 ± 12.94
16.33, cluster
2 > clusters 1
and 3a
PDI, mean ± SD
6 mo 83.23 ± 11.36 89.62 ± 18.83 81.00 ± 12.76
6.17, cluster 2
> cluster 3c
12 mo 90.08 ± 11.92 87.84 ± 12.32 87.07 ± 11.06 NS
24 mo 88.06 ± 10.10 87.58 ± 8.63 87.14 ± 10.37 NS
Executive function
score at 5 y, mean ±
SD 96.23 ± 10.73 102.96 ± 9.85 94.27 ± 13.63
8.96, cluster 2
> clusters 1
and 3c
Symbolic play score at
5 y, mean ± SD 2.04 ± 1.00 2.75 ± 0.92 2.22 ± 0.92
14.37, cluster
2 > clusters 1
and 3a
Verbal IQ at 5 y, mean
± SD 94.80 ± 22.43 110.29 ± 11.26 95.83 ± 16.24
9.86, cluster 2
> clusters 1
and 3b
53. 45
xiii
12
SIGNOS DE ALARMA
2 meses
Irritabilidad permanente, sobresalto exagerado ante cualquier sonido
inesperado, pulgar aducido (el niño tiene el puño cerrado con el pulgar
entre los cuatro dedos y la palma de la mano. Más valor si es unilateral).
3 meses
Asimetría de actividad en las manos. La lateralidad en el uso de las manos
se obtiene alrededor de los dos años y no está firmemente establecida
hasta los tres o cuatro años. Al valorar la manipulación, área motora fina,
debemos comprobar que utiliza ambas manos.
4 meses Pasividad excesiva (pasa la mayor parte del tiempo durmiendo o sin
apenas moverse y sin interesarse por su entorno), hipertonía de
aductores (el ángulo de aductores de las extremidades inferiores no
supera los 90°).
6 meses Persistencia del reflejo de Moro (que se pierde habitualmente a los tres o
cuatro meses), persistencia de la mirada a la mano.
8 meses
Patrón de conducta repetitiva más del 50% del tiempo que pasa despierto
(golpearse la cara o agitar las manos, movimientos de afirmación o
negación cefálicos).
9 meses
Ausencia de desplazamiento autónomo más de dos metros (ya sea
gateando, arrastrándose, volteándose, sentado o de cualquier forma).
12 meses Persistencia de llevarse todo a la boca, persistencia del babeo.
16 meses Hiperactividad sin objeto (pasar constantemente de una actividad a otra,
ser incapaz de mantener la atención o prestar interés por algo),
persistencia de arrojar todo al suelo.
24 meses Estereotipias verbales o manuales (repetir constantemente los mismos
sonidos o palabras), incapacidad de hacer juego simbólico (acunar o dar
de comer a un muñeco, jugar a llamar por teléfono, jugar a indios y
vaqueros).
56. 48
xv Lineamientos para el desarrollo motor de los niños
EDAD DESTREZAS MOTORAS
2 meses Mueve las manos y piernas activamente
Mantiene las manos abiertas la mayor parte del tiempo
Levanta la cabeza y tórax mientras está acostado boca abajo
Controla un poco la cabeza, pero todavía puede necesitar apoyo
Sostiene objetos en sus manos
4 meses Une sus manos o las lleva a la boca
Levanta la cabeza y se empuja con las manos cuando está boca abajo
Alcanza objetos
Voltea o hace movimientos de gateo cuando está sobre su estómago
6 meses Pone el peso sobre sus pies cuando se le sostiene parado
Se sienta solito
Golpea y agita objetos
Traslada objetos de una mano a la otra
Sostiene 2 objetos a la vez, uno en cada mano
Rueda sobre su estómago hacia su espalda
9 meses Recoge objetos pequeños con el pulgar y un dedo
Se mueve con más facilidad (gatea, se mueve a lo largo de un mueble,
camina cuando le sostienen la mano)
Se apoya para pararse
12 meses Se para solo
Da los primeros pasos
Cambia unas cuantas páginas de un libro a la vez
Pone objetos pequeños dentro de un recipiente
15 meses Camina sin ayuda
Escala las sillas y otros muebles
18 meses Hace garabatos
Camina sin ayuda y algunas veces puede correr
Patea una pelota hacia adelante
Empuja un juguete en el patio
24 a 30 meses Garabatea en movimiento circular y puede dibujar líneas verticales
Corre bien, raras veces se cae
Camina y baja las escaleras solo
Se para en un pie sin apoyo
Cambia una sola página en un libro
60. 52
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