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Instituto Superior de Estudios Psicológicos 
ISEP 
TESINA: 
“Secuelas cognitivas, motoras, y conductuales 
en infantes de nacimiento prematuro” 
Hazel Aquino de García 
Máster en Psicología Clínica Infantojuvenil 
Septiembre de 2013
ÍNDICE 
Contenido Página 
Justificación ………………………………………………………………………………………………………….. i 
Objetivos ……………………………………………………………………………………………………………… ii 
Mapa Conceptual ………………………………………………………………………………………………… iii 
1. Los bebés prematuros ……………………………………………………………………………… 1 
1.1 Clasificación de los bebés prematuros según su edad gestacional ……… 3 
1.2 Clasificación de los bebés prematuros según su peso al nacer …………… 5 
1.3 Cifras y Porcentajes a Nivel Mundial …………………………………………………… 5 
1.4 Factores que afectan el desarrollo neurológico …………………………………… 7 
1.4.1 Bajo peso al nacer ……………………………………………………………… 9 
1.4.2 El ambiente de la UCIN ………………………………………………………. 9 
1.4.3 Patrones de sueño …………………………………………………………….. 13 
2. Secuelas psicológicas de los prematuros a largo plazo ……………………………. 13 
2.1 Secuelas cognitivas ………………………………………………………………………………. 17 
2.2 Secuelas motoras …………………………………………………………………………………. 20 
2.3 Secuelas conductuales …………………………………………………………………………. 23 
3. Seguimiento y Atención a largo plazo ………………………………………………………… 27 
4. Propuesta de Atención Integral Temprana …………………………………………………. 29 
Anexos 
Anexo 1 …..................................................................................................................... 34 
Anexo 2 …..................................................................................................................... 35
Anexo 3 …..................................................................................................................... 35 
Anexo 4 …..................................................................................................................... 36 
Anexo 5 …..................................................................................................................... 36 
Anexo 6 …..................................................................................................................... 37 
Anexo 7 …..................................................................................................................... 38 
Anexo 8 …..................................................................................................................... 39 
Anexo 9 …..................................................................................................................... 40 
Anexo 10 ..................................................................................................................... 41 
Anexo 11 …..................................................................................................................... 42 
Anexo 12 …..................................................................................................................... 44 
Anexo 13 …..................................................................................................................... 45 
Anexo 14 …..................................................................................................................... 46 
Anexo 15 ....................................................................................................................... 47 
Anexo 16 …..................................................................................................................... 49 
Anexo 17 …..................................................................................................................... 50 
Anexo 18 …..................................................................................................................... 50 
Anexo 19 …..................................................................................................................... 51 
Anexo 20 …..................................................................................................................... 51 
Anexo 21 …..................................................................................................................... 51 
Referencias Biliográficas …………………………………………………………………………………………. 52
JUSTIFICACIÓN 
Actualmente, los niños y las niñas que nacieron antes del término de la gestación tienen 
mayores posibilidades de sobrevivencia gracias a los avances en la ciencia médica. Sin 
embargo, hay estudios que confirman que nacer antes de tiempo tiene repercusiones no 
solo durante los primeros días y meses fuera del vientre materno, sino también a largo plazo 
en áreas cognitivas, psicomotrices y conductuales afectando el rendimiento escolar de estos 
niños. Pese a estos estudios existe poca evidencia de programas integrales que ayuden 
específicamente a eliminar o aminorar estas secuelas en un tiempo oportuno puesto que la 
mayoría de ellos han sido realizados por especialistas en medicina y no en psicología. 
De esto parte la importancia del presente trabajo a fin de conocer a fondo las secuelas 
psicológicas que sufren, a largo plazo, los bebes prematuros y de aportar propuestas de 
intervención temprana para prevenir o disminuir las dificultades posteriores que pueden 
presentarse en la edad escolar.
OBJETIVOS 
- Conocer las cifras y porcentajes de niños que nacen prematuros 
- Investigar sobre las secuelas psicológicas que sufren a largo plazo los niños nacidos 
pre-término. 
- Indagar sobre el seguimiento y la atención que se brinda a los niños prematuros. 
- Contribuir con propuestas de estimulación e intervención temprana accesibles a la 
población.
MAPA CONCEPTUAL 
SECUELAS 
PSICOLÓGICAS DE 
LOS PREMATUROS 
Bebés prematuros 
Menos de 37 
semanas 
Menos de 2,500 
gramos 
Clasificación 
Según edad 
gestacional 
Prematuro tardío 
Gran prematuro 
Prematuro extremo 
Según peso 
Bajo peso 
Muy bajo peso 
Extremo bajo peso 
Cifras y porcentajes 
en el mundo 
Factores que afectan 
el desarrollo 
Bajo peso y edad 
gestacional 
El ambiente de la 
UCIN 
Estímulos auditivos 
Estímulos visuales 
Procedimientos de 
dolor crónico 
Patrones de sueño 
Secuelas psicológicas 
a largo plazo 
Cognitivas 
Motoras 
Parálisis cerebral 
Dificultades 
visomotoras y 
visoespaciales 
Conductuales 
TDAH 
Depresión, ansiedad, 
baja autoestima, 
aislamiento social 
Seguimiento a largo 
plazo 
Propuesta de 
Atención Integral 
Temprana
1 
1. Los bebés prematuros 
Se considera prematuro a un bebé que ha nacido antes de completar las 37 semanas de 
gestación (259 días después del último periodo menstrual de la madre) (OMS, 2013) o que 
pesa menos de 2,500 gramos por lo cual no cuentan con la suficiente madurez biológica 
para sobrevivir sin un apoyo externo. 
Hasta la fecha no se conoce una causa específica para los partos prematuros; sin embargo 
hay una serie de factores de riesgo tan variados como (Kids Health, 2010) (Society of 
Pediatric Psychology, 2012): 
 Ingesta de alcohol y/o consumo de drogas durante el embarazo 
 Embarazos múltiples 
 Condiciones médicas de la madre tales como hipertensión y diabetes 
 Desnutrición u obesidad 
 Edad muy corta o muy avanzada de la madre 
 Estrés y horario laboral extenso (Niebler, 2010) 
Numerosos estudios han indicado que en la última década las probabilidades de 
sobrevivencia de los bebés prematuros han mostrado una notable mejoría gracias a la 
tecnología médica y a los avances en los servicios inmediatos al nacimiento, sobre todo en 
países desarrollados. No obstante, esta mejoría no se ha visto reflejada en la calidad de vida 
que estos niños desarrollan a largo plazo; es por tal razón que los estudios de pediatras 
neonatólogos hace veinte años se basaban en la sobrevivencia de éstos bebés, pero, desde 
hace algunos años, el enfoque es estudiar las secuelas que sufren a largo plazo y buscar 
formas de aminorarlas. 
Existen algunos problemas comunes de salud en los prematuros debido a la fragilidad de su 
cuerpo, éstos son (Kids Health, 2010): 
 Problemas respiratorios (displasia broncopulmonar, síndrome de dificultad 
respiratoria nenonatal) 
 Retinopatía
2 
 Hipotensión arterial 
 Infecciones 
Aunado al diagnóstico biológico, el pronóstico general de los niños prematuros puede verse 
afectado por lo que algunos expertos llaman el “Síndrome del infante vulnerable”. Éste se 
caracteriza por la percepción errónea de los padres de que los niños están constantemente 
en riesgo de sufrir lesiones o enfermedades debido a su prematuridad. Los padres pueden 
presentar algunos rasgos tales como: 
 Incapacidad para establecer límites apropiados 
 Sobreprotección 
 Excesiva preocupación por la salud de su hijo/a 
 Visualización de su hijo/a como incapaz de desarrollar independencia 
Esta sobreprotección por parte de los padres de los niños prematuros puede provocar: 
 Falta de control de la conducta de los niños 
 Extrema ansiedad por separación 
 Pobre rendimiento escolar 
 Dificultades en el desarrollo tales como problemas sociales y de aprendizaje 
 Percepciones distorsionadas de la propia salud del niño 
Finalmente, esto desemboca en una relación tensa entre padres e hijos y en falta de salud 
mental y emocional. (Molloy, 2012) 
Los pediatras establecen que la edad cronológica de los bebés prematuros debe ser 
corregida al momento de querer establecer los logros que han alcanzado en los hitos del 
desarrollo. Los pediatras neonatólogos a nivel mundial han llegado a un consenso de que la 
edad de estos bebés debe corregirse hasta que lleguen a los 3 años de edad. 
La edad corregida se calcula tomando como base la fecha probable de parto, la cual 
comúnmente se establece contando 40 semanas a partir del primer día del último periodo 
menstrual de la madre; un ultrasonido del feto también puede determinar esta fecha. Se 
resta el número de semanas de gestación en que nació el bebé de las 40 semanas que debió
3 
haber completado y se obtiene la edad corregida. Por ejemplo: Un bebé que nace a las 35 
semanas de gestación, tendrá 5 semanas ó 35 días que deben ser ajustados de su edad 
cronológica. (Low Birth Weight Neonatal Intensive Care Unit Graduate, 2005) Se corrige la 
edad para la valoración del peso, la talla, el perímetro cefálico, el cociente de desarrollo (CD) 
y las adquisiciones motoras; no así para las inmunizaciones. 
1.1 Clasificación de los bebés prematuros según su edad gestacional (Pallás, Grupo 
PrevInfad/PAPPS, 2012) 
 Prematuro extremo: menor a 28 semanas de gestación 
Algunos países los denominan “micropremies” o “microprematuros”. Éstos son los 
bebés que presentan menor probabilidad de sobrevivencia y esta incrementa a 
medida que incrementa la edad gestacional. Los bebés con 23 semanas de gestación 
tienen de un 15% a un 40% de probabilidades de vida; este porcentaje oscila entre 
55% y 70% para los bebés nacidos con 25 semanas y se aumenta un rango de 75% a 
85% en los bebés con 26 y 27 semanas de edad gestacional. No obstante la tasa de 
supervivencia no garantiza una buena calidad de vida para éstos niños dado que un 
alto número sufre consecuencias a largo plazo. En los bebés nacidos hasta las 25 
semanas, de un 30% a 40% se desarrollará normalmente sin dificultades mayores; 
pero existe un porcentaje de 20 a 35% de niños que pueden presentar parálisis 
cerebral, discapacidades intelectuales severas, sordera, ceguera o una combinación 
de ambas. En bebés nacidos con 26 y 27 semanas de gestación el panorama mejora. 
Solamente del 10% al 15% tienen riesgo de presentar problemas serios tales como 
parálisis cerebral, incapacidad intelectual, sordera y ceguera; sin embargo, crece la 
probabilidad de que presenten problemas moderados como discapacidad visual, 
problemas de control motor, asma crónica, dificultades de aprendizaje y problemas 
conductuales llegando a existir de un 50% a un 60% de riesgo. (Preemie Help) 
 Gran prematuro o muy prematuro: menor a 32 semanas de gestación
4 
Estos bebes presentan excelentes probabilidades de superviviencia de 90% a 95%, 
sobre todo en los últimos años gracias a los avances en la ciencia médica. De 60% a 
75% de estos bebés logran un desarrollo normal y de un 10% a un 15% se encuentra 
en riesgo de padecer de dificultades mayores de salud y las dificultades moderadas 
pueden presentarse en un 15 a 20 por ciento de los casos. 
 Prematuro tardío: de 34 a 36 semanas de gestación. 
La tasa de sobrevivencia de los prematuros tardíos es mayor al 95%. La mayoría de 
estudios con bebé prematuros tiende a darle importancia solamente a los bebés que 
son prematuros extremos o grandes prematuros dejando de lado este grupo de 
bebés que, aunque alcanzaron una edad gestacional más favorable, siguen siendo 
bebés nacidos antes del tiempo esperado. El cerebro de los bebés prematuros 
tardíos pesa solamente un 60% del peso aproximado de un bebé nacido a término, 
tiene menos surcos en su superficie y está menos mielinizado (Feldman, Weisman, 
Magori-Cohen, Louzoun, and Eidelman, 2011) (Pallás, Grupo PrevInfad/PAPPS, 2012); la 
tasa de probabilidades de presentar posteriores problemas moderados de salud y 
dificultades intelectuales es más alta que la de los bebés con 37 o más semanas de 
gestación. Estas dificultades incluyen problemas respiratorios, inestabilidad de la 
temperatura, hipoglicemia, apnea, convulsiones, infecciones y problemas de 
alimentación. Todas estas morbilidades tienen el potencial de desarrollar secuelas a 
largo plazo. Los bebés que nacen entre las semanas 34 y 36 tienen un riesgo que es 
3.39 mayor que el de los bebés de término de presentar parálisis cerebral y 1.25 
veces mayor de presentar discapacidad cognitiva. Además, los maestros de niños 
prematuros tardíos reportan puntajes bajos de lectura y un desempeño por debajo 
del alcanzado por niños nacidos a término en habilidades matemáticas. Estos datos 
reflejan que es importante darle una atención adecuada también a este grupo de 
niño sobre todo si consideramos que es un grupo creciente con porcentajes de 7.3 
para el año 1990 y de 9.1 para el año 2005. (Vohr, 2009)
5 
1.2 Clasificación de los bebés prematuros según su peso al nacer 
 Recién nacido de bajo peso extremo: niños que nacen con menos de 1000 g 
 Recién nacido de muy bajo peso: niños que nacen con menos de 1500 g 
 Recién nacido de bajo peso: niños con menos de 2500 g 
1.3 Cifras y Porcentajes a Nivel Mundial 
El “Reporte de Acción Global sobre Partos Prematuros” presentado por la OMS en el 2012 
estima que en el año 2010 cerca de 15 millones de bebés a nivel mundial nacieron antes de 
término; esto es, 1 de cada 10 bebés en el mundo. Este reporte muestra un alarmante 
incremento de partos prematuros nacionales en 65 países con más de 10,000 nacimientos 
anuales, aumentando de 2.0 millones en 1990 a cerca de 2.2 millones en el año 2010. (OMS, 2013) 
(Anexo 1i) 
La prematuridad se ha convertido en la segunda causa principal de muerte en niños menores de 5 
años y es actualmente la causa principal de muerte en bebés durante el primer mes de vida fuera del 
útero. 
Diferentes regiones alrededor del mundo han llevado a cabo estadísticas de nacimientos 
prematuros y las han publicado a través de artículos y reportes generados por 
organizaciones dedicadas al cuidado de neonatos y por los departamentos estatales de salud 
en cada país. Algunas cifras relevantes se presentan a continuación: 
África y el Sur de Asia 
Más del 60 por ciento de los partos prematuros a nivel mundial ocurren en África y el Sur de 
Asia (Anexo 2ii); de los 11 países con tasas anuales de prematuridad mayores de 15%, 9 se 
encuentran en el continente africano. En el sur de Asia el rango oscila entre 14% y 20% de 
partos prematuros por año.
6 
Estados Unidos 
El parto prematuro también es la principal causa de muerte de los recién nacidos en este 
país; por tanto, se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública en 
Estados Unidos. Para el año 2010, 12 de cada 100 bebés había nacido antes de las 37 
semanas de gestación y, de 4 millones de bebés que nacen anualmente en Estados Unidos, 
más del 1.5% lo representan bebés nacidos antes de las 32 semanas (Varios, 2007); esta cifra 
constituye un 30% de incremento desde 1981 (NCHS, 2011). Aunque los porcentajes han ido 
mostrando un leve descenso año con año desde 2006 (Anexo 3iii), la tasa anual de 
nacimientos prematuros aún sigue siendo de las más altas a nivel mundial. “March of 
Dimes”, una organización de fines de lucro en Estados Unidos cuya razón de ser es garantizar 
la salud de los neonatos, ha establecido para el año 2020 una meta de 9.6% de niños 
prematuros. 
Europa 
El porcentaje de bebés prematuros oscila entre 5.5 en Irlanda y 11.4 en Austria (Anexo 4)iv, 
un promedio de 7.1% de todos los bebés nacidos vivos. Este promedio representa más de 
medio millón de niños prematuros por año. (Niebler, 2010) En países como España las cifras 
se han duplicado en cuestión de una década, pasando de tener alrededor de 17,000 niños 
prematuros en 1997 a más de 33,00 en el 2006. (López Ferrado, 2008) 
La Fundación Europea para el Cuidado de los Infantes Neonatos (EFCNI por sus siglas en 
inglés) ha tomado la iniciativa de presentar informes con las cifras de nacimientos 
prematuros de cada país de la Unión Europea con el fin de concientizar a los diferentes 
gobernantes sobre el creciente problema de la prematuridad y la importancia de crear 
políticas de salud neonatal y de seguimiento a largo plazo para los niños nacidos pretérmino. 
El Salvador 
El Ministerio de Salud de El Salvador se une a los países que reportan los nacimientos 
prematuros como un problema creciente en nuestra sociedad actual y lo denomina un
7 
“problema sanitario de primer orden”. Del año 2006 en que se estimó un 10.1% de partos 
prematuros, éstos pasaron a representar el 11.0% de todos los partos a nivel nacional en el 
año 2011. (Quinteros, 2012) 
El Hospital Nacional Especializado de Maternidad reportó para el año 2010 un 18.2% de partos 
prematuros de un total de 13,542 nacimientos. Otro hospital de la región reportó que mensualmente 
atienden un promedio de 450 partos, de los cuales al menos 63 son partos prematuros. Además 
reportan que del año 2010 al año 2011 hubo un incremento del 7% en nacimientos de bebés 
prematuros (Quintanila, 2011). Las cifras en los últimos años comienzan a mostrar leves descensos, 
pero aún es demasiado pronto para asegurar que esto será una tendencia en años venideros. 
1.4 Factores que afectan el desarrollo neurológico 
Existe una diversidad de factores que pueden estar presentes en la vida de los prematuros y 
que pueden afectar su salud física y mental a largo plazo. Algunos factores están 
relacionados a enfermedades físicas que ocurren frecuentemente en los bebés prematuros, 
otros se relacionan con el ambiente y con las situaciones que este grupo de niños debe 
atravesar durante su desarrollo. 
Dentro del grupo de enfermedades físicas que pueden afectar el desarrollo neurológico 
encontramos las siguientes (Araoz, 2010): 
 Desnutrición 
 Microcefalia (perímetro cefálico inferior al percentil 3) 
 Diagnóstico de Retinopatía del prematuro que requirió tratamiento 
 Enfermedad pulmonar crónica (llamada Displasia Broncopulmonar) 
 Diagnóstico de enfermedades congénitas del metabolismo o enfermedades 
infecciosas 
 Diagnóstico de Hemorragia intracraneana en sus grados 3 o 4 
 Diagnóstico de Leucomalacia quística 
 Convulsiones neonatales (Fernández López T, 2012)
8 
Existen también factores biológicos que pueden contribuir al riesgo de dificultades a nivel 
neurológico. Uno de ellos es el volumen de masa gris y blanca en el cerebro de los bebés 
prematuros. Un estudio ha comprobado que los bebés nacidos antes de término poseen 
menores volúmenes de masa gris cortical y de masa blanca mielinizada, así como áreas de 
cuerpo calloso más pequeñas en comparación con las de los bebés nacidos a término. 
Además, estudios más recientes se refieren no solo a la diferencia en volúmenes sino a la 
diferencia entre niveles de conectividad microestructural en el cerebro de los bebés. Al 
parecer, los bebés prematuros presentan menor conectividad que los bebés de término. 
Pese a la importancia de este estudio, el hallazgo más valioso es que han descubierto que las 
intervenciones cognitivas pueden mejorar la conectividad microestructural lo cual es 
esperanzador para los niños prematuros y sus padres (Varios, 2009). 
Otro factor biológico que incide en el desarrollo neurológico de los bebés prematuros es el 
hecho de que sus órganos se encuentran inmaduros y deberán madurar fuera del útero de la 
madre lo cual implica una serie de intervenciones. Al madurar fuera del vientre materno, 
existe el riesgo de que haya menor aportación de oxígeno y de elementos nutricionales. 
Existe un riesgo aún mayor si además hubo dificultades de crecimiento mientras estuvo en el 
vientre materno, lo cual ocurre con un 20% de los bebés nacidos pretérmino. Este problema 
se refiere a que el feto recibe menos nutrientes y menos oxígeno debido a ciertas anomalías 
en la placenta. El doctor Eduard Gratacós, jefe de medicina maternofetal del hospital Clínic 
de Barcelona, explica: "Si el cerebro detecta que hay una restricción, redistribuye su sangre, 
priorizando el riego de las áreas que controlan los automatismos fisiológicos, como la 
respiración, y restringe los aportes a otras áreas superiores relacionadas con tareas 
cognitivas y emociones. No hay una verdadera lesión, pero sí una reprogramación que 
influye en las áreas relacionadas con las funciones cognitivas.” (López Ferrado, 2008) Explicar 
todos los factores biológicos que repercuten en el desarrollo neurológico de los bebés 
prematuros se convierte en tarea compleja porque requiere la descripción de una serie de 
tareas y procesos que ocurren durante los últimos meses de gestación, tiempo que no 
alcanzan muchos de estos bebés. Algunos procesos son: “migración neuronal, proliferación 
de células de la glía, formación de axones y espinas dendríticas, establecimiento de sinapsis, 
mielinización y muerte celular programada” (Araoz, 2010).
9 
Además de todos los factores mencionados anteriormente, hay 3 factores que tienen mucha 
incidencia en el desarrollo neurológico de los bebés prematuros. Estos se describen a 
continuación: 
1.4.1 Bajo peso al nacer y la edad gestacional 
Muchos estudios han demostrado que los riesgos de repercusiones a largo plazo aumentan 
en una relación inversa al peso y la edad gestacional de los bebés; es decir, que a mayor 
peso y edad gestacional, existe menor riesgo de presentar discapacidad o dificultades en el 
desarrollo. Las tasas mundiales de discapacidad cognitiva oscilan entre un 14% y un 39% a 
las 24 semanas de gestación, de 10% a 30% a las 25 semanas, de 4% a 24% antes de las 26 
semanas y de 11% a 18% antes de las 29 semanas. En los infantes con peso menor a 800 g. 
las tasas de discapacidad cognitiva van del 13% al 50%, pero en los bebés de peso menor a 
1,250 g. la tasa es del 26% (Vohr, 2009) El Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo 
Humano (NICHD por sus siglas en inglés) en Estados Unidos ha reportado rangos de 37% a 
47% de discapacidad cognitiva en bebés nacidos entre las semanas 22 y 26 de gestación y 
rangos de 23% a 30% en bebés nacidos entre las semanas 27 a 32 de desarrollo intrauterino. 
Para los bebés con peso menor a 1000 g. el rango oscila entre 34% y 37%. (Ramachandrappa, 
2009). Todos estos porcentajes muestran claramente la importancia que una semana puede 
significar en el desarrollo y en los efectos a largo plazo en los bebés prematuros; para ellos 
cada día cuenta. 
1.4.2 El ambiente de la UCIN 
La hospitalización desde el nacimiento ha sido detectada como un factor causante de 
problemas conductuales a los 5 años de edad ya que las enfermedades y los padecimientos 
físicos crónicos en la infancia han mostrado estar ligados a dificultades en la conducta de 
niños de muy bajo peso al nacer (Varios, 2009). Si a esto le agregamos el hecho de que en 
países no desarrollados y en vías de desarrollo el número creciente de bebés prematuros 
sobrepasa la capacidad de los hospitales con unidades de cuidados intensivos para brindar la 
atención que estos niños requieren. Al sobresaturarse los hospitales, las medidas de higiene 
y seguridad se ven reducidas aumentando el riesgo de contraer enfermedades infecciosas 
que, nuevamente ponen el riesgo la vida de los bebés, aumenta el número de días de estadía
10 
hospitalaria y como consecuencia, las probabilidades de tener repercusiones a largo plazo 
(Quinteros, 2012) 
Diversos estudios han hablado sobre los efectos negativos que la UCIN (Unidad de Cuidados 
Intensivos Neonatales puede tener en los bebés prematuros. Algunos de los factores dentro 
de la UCIN que pueden ser perjudiciales son: los estímulos visuales, los estímulos auditivos y 
los procedimientos que involucran dolor crónico. 
 Los estímulos auditivos pueden provocar dificultades auditivas a largo plazo que 
pueden tener como última consecuencia la sordera total. La Academia Americana de 
Pediatría (AAP por sus silgas en inglés) ha presentado una comparación de los 
sonidos y ruidos escuchados en nuestro ambiente y su traducción en decibeles a lo 
que los bebés escuchan dentro de una incubadora en la cual los sonidos se 
magnifican. De tal manera que golpear suavemente una incubadora con los dedos es 
el equivalente al ruido que se escucha cuando hay tráfico pesado y cerrar la ventana 
plástica de la incubadora es equivalente a escuchar el motor de un cortacésped 
eléctrico (Anexo 5)v. Los riesgos a los que se enfrenta un bebé que ha recibido 
sobreestimulación auditiva son: 
 Pérdida auditiva 
 Alteraciones de la atención y el aprendizaje 
 Pacientes se consideran distraídos, hiperactivos o desinhibidos 
 Alteración de la memoria auditiva. Comprensión y desordenes de audición y 
lenguaje 
La AAP recomienda monitorear sonidos en la UCIN y estos no deben exceder los 45 
decibeles, es decir, el nivel de ruido que escuchamos durante una noche regular en 
zonas residenciales (Noise: A Hazard for the Fetus and Newborn, 1997). Además de 
esto, establece algunas recomendaciones para las personas que laboran o ingresan a 
una UCIN; algunas de estas recomendaciones son: Evitar escribir o colocar objetos 
sobre las incubadoras, cerrar con cuidado las puertas de las incubadoras, realizar las 
conversaciones realizarse lejos de la cama del paciente o completamente fuera del 
área de cuidados, utilizar zapatos que no hagan ruido, reemplazar equipos de metal
11 
con equipos plásticos (basureros) y remover radios, intercomunicadores, o cualquier 
objeto que produzca sonidos de las UCIN, uso de alfombras, techos acústicos y 
materiales que absorban sonido mantener las incubadoras cubiertas. El objetivo 
principal es disminuir todos los sonidos a la mayor medida posible de manera que la 
incubadora represente el vientre materno y los niveles de audición que tendría allí. 
 Los estímulos visuales son igualmente perjudiciales si no se mantienen dentro de los 
niveles recomendados y pueden tener las siguientes repercusiones en los bebés 
prematuros: 
 Aumento de la incidencia de retinopatía 
 Alteración de los ritmos biológicos, alteración del sueño, alteraciones 
endocrinológicas 
 Reducción de niveles de saturación de oxígeno 
 Impacto en el crecimiento y el desarrollo 
 Déficits de percepción visual: relación espacial-visual, coordinación viso-motora 
y memoria visual 
Algunas recomendaciones que establece la Asociación Americana de Pediatría: os 
niveles del ambiente de luz no deben de exceder las 60 ftc, excepto cuando se 
requiera tratamientos o cuidados especiales, limitar la radiación innecesaria de luz 
ultravioleta e infrarroja por medio de filtros o lámparas apropiadas, no tener luz 
ambiental directa más que la necesaria para realizar procedimientos, procurar 
niveles de luz muy bajos, hasta casi la oscuridad, en algunos momentos del día para 
permitir el desarrollo de ritmos circadianos de algunos bebés, usar lámparas 
individuales a la par de la cama del bebé, cubrir las incubadoras durante las horas de 
descanso del paciente, para crear un periodo de oscuridad, polarizar las ventanas 
externas y colocar a los bebes menores de 32 semanas lejos de la luz solar directa. 
 Procedimientos que involucran dolor crónico
12 
Dentro de la UCIN, los bebés deben atravesar procedimientos que causan dolor como 
por ejemplo la inserción de sondas, catéteres y otros utensilios médicos. El bebé es 
conectado a una gran cantidad de máquinas que lo ayudarán a recibir líquido y 
nutrientes, así como también controlarán su presión sanguínea, su frecuencia 
cardíaca, su respiración y su temperatura; no obstante, estos procedimientos 
tendrán su repercusión más adelante. Estudios han demostrado que las dificultades 
del neurodesarrollo alrededor de los 20 meses de edad corregida tienen una relación 
directamente proporcional al tiempo de necesidad de ventilación mecánica en la 
Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (Vohr, 2009). 
1.4.3 Patrones de sueño 
Uno de los determinantes de la maduración neurológica en los bebés prematuros es la organización 
del sueño; este provee una base para el crecimiento físico, regulación de los estados de excitación y 
el desarrollo cognitivo. Puesto que el parto antes del término supone una interrupción del reloj 
biológico, los bebés prematuros frecuentemente presentan patrones desorganizados de sueño y 
estos patrones se han asociado a consecuencias a corto y largo plazo. Estudios han ligado los índices 
del desarrollo mental con la disminución de horas de sueño nocturno en bebés de 6 meses; asimismo 
en bebés de 52 semanas han asociado sus puntajes con mayor estabilidad de los periodos 
prolongados de sueño sostenido. 
En un reciente estudio en Jesuralén, Israel con 143 niños de bajo peso al nacer y con un promedio de 
31.8 semanas de gestación se constataron algunas de estas relaciones entre sueño y desarrollo de los 
niños. El estudio estaba focalizado en los diferentes estados de sueño, particularmente en los 
patrones de transición entre el estado alerta y el estado de reposo. La transición entre estos dos 
estados sirve como un índice de maduración del sistema nervioso central. Por lo tanto, los médicos 
encargados del estudio predijeron que los bebés nacidos pretérmino cuyo sueño estuviese 
caracterizado por transiciones más organizadas entre estados alertas y de reposo, tendrían mayor 
consolidación de su reloj biológico lo cual se traduciría en un mejor desempeño en áreas funcionales. 
A diferencia de estos, los bebés cuyo patrón de sueño estuviese caracterizado por transiciones entre 
estados de mucha excitación, tales como sueño activo y llanto, mostrarían conductas disreguladas
13 
resultando en un desempeño más pobre (Feldman, Weisman, Magori-Cohen, Louzoun, and 
Eidelman, 2011) 
La tabla del anexo 6vi muestra los resultados obtenidos para los 3 grupos evaluados, el grupo 
de alta excitación, el grupo de sueño organizado y el grupo de sueño desorganizado 
respectivamente. En todos los índices evaluados, los niños del grupo con sueño organizado 
obtuvieron mejores puntajes que los otros dos grupos. Puesto que los niños fueron 
evaluados en diferentes edades, es interesante notar que a mayor edad la diferencia entre 
los puntajes se incrementa igualmente, es por tal razón que las diferencias en el desempeño 
y en funciones ejecutivas entre niños prematuros y niños nacidos a término se detectan 
generalmente hasta que los niños están en edad escolar puesto que para entonces, las 
diferencias son más evidentes y las dificultades más marcadas. 
En respuesta a la desorganización de los patrones de sueño de los bebés prematuros y de los 
otros aspectos mencionados anteriormente que afectan el desarrollo neurológico, muchos 
hospitales en países alrededor del mundo han implementado diferentes programas para 
aminorar las repercusiones que estos factores tienen en el desarrollo de los niños. El 
programa más común es de la madre canguro. Este se originó en Colombia en 1978 por 
iniciativa de los doctores Edgar Rey, Héctor Martínez y Luis Navarrete. El método de la madre 
canguro tiene consiste en el contacto piel a piel entre la madre y el bebé por periodos prolongados 
de tiempo, así como la lactancia materna de forma exclusiva. Tiene como objetivo mejorar la 
regulación de la temperatura de los bebés prematuros, lograr un crecimiento más rápido y una mejor 
respuesta de los órganos del bebé a los tratamientos médicos. Esto, finalmente se traduce en una 
disminución de los efectos del bajo peso al nacer, disminución de la tasa de mortalidad infantil, 
mejoramiento la nutrición y del desarrollo temprano y en una disminución del tiempo de 
estancia hospitalaria reduciendo también todos los riesgos que esta conlleva. En El Salvador, 
este programa se implementó por primera vez en el año 2010 en el Hospital Nacional 
Especializado de Maternidad “Dr. Raúl Argüello Escolán” (Quinteros, 2012). 
2. Secuelas psicológicas de los prematuros a largo plazo 
Las consecuencias de un parto prematuro a largo plazo son muchas y son variadas, desde 
dificultades de tipo físico hasta afectar la conducta y el ambiente familiar. (Anexo 7)vii (OMS, 
2013) De acuerdo a la Asociación Americana de Pediatría los niños nacidos antes de término
14 
presentan mayor riesgo de tener dificultades socio-emocionales, neuroconductuales y 
cognitivas; además, los niños nacidos pretérmino muestran mayores problemas de atención 
y aprendizaje y pobre funcionamiento cognitivo a través de la infancia y la adolescencia 
(Feldman, Weisman, Magori-Cohen, Louzoun, and Eidelman, 2011). Estas consecuencias 
adversas aparecen incluso con frecuencia en aquellos niños en los que las complicaciones 
iniciales quedaron resueltas y que tuvieron un curso neonatal normal. 
En Estados Unidos la prematuridad se encuentra en 45% de los niños con parálisis cerebral, 
en el 35% con alteraciones visuales y en el 25% con alteraciones auditivas y cognitivas 
(Fernández López T, 2012). Los estudios han demostrado que los bebés con bajo peso al 
nacer tienen más probabilidad de presentar discapacidad neurológica leve (desviaciones del 
habla, balance, coordinación, tono, motricidad fina y tareas visomotoras que no implican 
disfunción cerebral pero que se encuentran asociadas a dificultades de aprendizaje, 
coeficiente intelectual bajo, déficit de atención, autismo y conductas internalizantes y 
externalizantes) en comparación con los niños que llegan a término con un peso adecuado. 
De un 10% a un 11% de los bebés que presentan bajo peso al nacer muestran signos de 
discapacidad neurológica leve; estos porcentajes representan el doble del riesgo que tienen 
los niños con peso normal (Ricart, 2008). Estudios realizados en Estados Unidos, Europa y 
Australia revelan que al ingresar al colegio, se detectan discapacidades menores de 
desarrollo en un 30% a 40% de los niños prematuros y cerca de un 20% presenta 
discapacidades mayores. Los déficits presentados por estos infantes pueden persisitir en la 
adolescencia y en la adultez. En el grupo de estudio colaborativo de infantes en Victoria, 
Australia, 14% de los bebés nacidos pretérmino con extremo bajo peso al nacer fue 
clasificado como severamente discapacitado a la edad de 14 años y 15% fue catalogado 
como moderadamente discapacitado, mientras que solo un 2% de los bebés de término fue 
catalogado en estas categorías. Datos similares se revelaron al evaluar a 1,907 niños en 
Holanda nacidos a las 33 semanas de gestación con un peso de 1500 gramos al nacer. A los 
14 años más de la mitad de los adolescentes presentó desórdenes de atención, aprendizaje y 
habilidades socioemocionales (Varios, 2004). 
Un enfoque práctico para evaluar el neurodesarrollo de un niño es recolectar información de 
sus habilidades funcionales de ejecución en el día a día. La evaluación funcional se refiere al 
proceso de determinar la habilidad de un niño para llevar a cabo tareas de la vida diaria y
15 
para cumplir con los roles sociales que se esperan de los niños física y emocionalmente 
saludables de su misma edad y de su mismo nivel cultural. Estas tareas pueden ser: 
alimentarse solo, bañarse, mantener la continencia, la comunicación y el juego. Los bebés 
prematuros que presentan muy bajo peso al nacer muestran mayores tasas de limitaciones 
en estas tareas funcionales que los niños con peso normal al momento del parto; esto se 
debe a los altos porcentajes de dificultades que se encuentran en áreas cognitivas, motoras, 
neurosensoriales y conductuales en los niños de muy bajo peso. Aunque el 93% de los bebés 
prematuros de extremo bajo peso logran el equilibrio necesario para sentarse y 86% logran 
alimentarse solos entre los 18 y 22 meses de edad corregida, algunos déficits más sutiles de 
carácter funcional se vuelven más evidentes al aumentar la edad. Entre los 10 y los 14 años, 
27% de los niños con muy bajo peso al nacer y 32% de los niños con extremo bajo peso al 
nacer mostraron una actividad física con restricciones; asimismo, el 24% de los niños con 
muy bajo al nacer y el 29% de los niños con extremo bajo peso al nacer reportó incapacidad 
para participar en actividades deportivas (Vohr, 2009). 
En otra región del mundo, el Servicio de Pediatría del Hospital de Móstoles en Madrid, 
España desarrolla un programa de seguimiento con niños de peso inferior a 1.500 g o edad 
gestacional inferior a 32 semanas. De acuerdo a sus observaciones han catalogado las 
secuelas de estos niños a largo plazo en discapacidad leve presentada por 8% a 23% de los 
bebés prematuros, discapacidad moderada (8% al 57% de los niños prematuros, y 
discapacidad grave presente en 6% a 20% de los bebés nacidos antes de término (Fernández 
López T, 2012). En las secuelas leves describen niños con un coeficiente intelectual cercano 
al de niños nacidos a término pero con dificultad en el aprendizaje de ciertas materias, 
problemas motores y visuales leves, retraso en la adquisición del lenguaje, trastornos de 
comunicación, coordinación y aprendizaje. En las secuelas moderadas se refieren a niños con 
un coeficiente intelectual perteneciente a un retraso mental moderado (50-75), con 
independencia razonable, con alteraciones visuales sin ceguera, parálisis cerebral variable 
con la posibilidad de caminar, hipoacusia con probabilidades de mejorar con tratamiento y 
trastornos moderados del lenguaje. En las secuelas graves hacen referencia a niños 
totalmente dependientes de sus cuidadores, retraso mental con coeficiente intelectual 
menor de 50, ceguera, sordera, parálisis cerebral sin posibilidad de caminar y trastornos 
graves del lenguaje (Anexo 8)viii (Fernández López T, 2012).
16 
Otra área que puede ser perjudicada en los bebés prematuros es el área del lenguaje que se 
ve afectada cuando los bebés deben permanecer en incubadora a causa de su bajo peso y/o 
de su corto tiempo de gestación. Numerosos estudios han reportado que el habla y el 
desarrollo del lenguaje en los bebés prematuros puede retrasarse debido no solo a los 
niveles de ruido a los que se encuentra expuesto el bebé, sino también debido a que la 
cantidad de lenguaje oral al que tienen alcance es poca en comparación con un bebé que 
completa su crecimiento dentro del vientre materno. La voz de la madre es un estímulo 
principal que se presenta durante el desarrollo del sistema auditivo del bebé y esto tiene 
gran importancia para el desarrollo del habla y para el procesamiento del lenguaje. Cuanto 
más escuchan los bebés la voz de sus padres, más rápida es la adquisición del lenguaje y la 
expansión de su vocabulario, lo cual finalmente se traduce en mayores coeficientes 
intelectuales. Investigadores del Departamento de Pediatría del Hospital de Mujeres e 
Infantes en Providence, Rhode Island llevaron a cabo un estudio para determinar si los bebés 
nacidos antes de término tendrían más vocalizaciones (sonidos de los bebés), al estar 
expuestos a mayor lenguaje adulto. En el estudio participaron 36 bebés prematuros con 
peso de 1,250 gramos o menos que fueron evaluados a las 32 y a las 36 semanas. Los 
resultados demostraron que los bebés prematuros tienen vocalizaciones desde las 32 
semanas y que éstas se incrementaron significativamente a las 36 semanas; es decir, que los 
bebés prematuros comienzan a producir vocalizaciones 8 semanas antes de la edad típica 
para los recién nacidos. Un hallazgo importante de esta investigación es que el habla por 
parte de los padres del bebé es el mayor predictor de vocalizaciones a las 32 semanas y de 
turnos conversacionales a las 36 semanas; esto es porque los bebés participaron más en 
turnos de conversación cuando sus padres se encontraban presentes en comparación a la 
participación que tenían al escuchar lenguaje de otras personas (Molloy, 2012). 
De todas las secuelas a largo plazo mencionadas con anterioridad, tres son de gran 
importancia para el presente trabajo y se detallarán de manera más minuciosa a 
continuación:
17 
2.1 Secuelas cognitivas 
Los estudios con bebés prematuros y sus secuelas a largo plazo se centran principalmente en 
las dificultades cognitivas puesto que esta es el área que generalmente presenta mayores 
consecuencias. En un estudio de seguimiento a la edad de 8 años con niños nacidos 
prematuros con extremo bajo peso, estos tenían una probabilidad 10 veces mayor de 
presentar un coeficiente intelectual con puntuaciones menores a 70 que los bebés de peso 
normal al nacer. 
Las estadísticas señalan que 65% de los bebés prematuros tienen coeficientes intelectuales 
dentro del rango normal o arriba del rango normal, 25% de los bebés prematuros presenta 
un coeficiente intelectual limítrofe y de un 5% a un 10% muestra discapacidades cognitivas 
severas (Preemie Help). En la infancia, de los 3 a los 8 años, las habilidades verbales son las 
más afectadas, principalmente la comprensión gramatical, la comprensión auditiva de 
nombres y dibujos y la complejidad de órdenes verbales de complejidad creciente. En los 
adolescentes, las dificultades más marcadas son en el CI global, en la lectura (Roth et al. 
2001, O’Brien et al., 2004) y en las habilidades de cálculo destacando las operaciones 
numéricas y el razonamiento matemático (Isaacs et al., 2001). Muchas de estas dificultades 
tienen su origen en la diferencia en peso y tamaño cerebral de los niños prematuros en 
comparación con sus pares nacidos a término. Las diferencias se manifiestan en los 
ventrículos cerebrales, ganglios basales, el cuerpo calloso, la amígdala, el hipocampo, el 
cerebelo y amplias zonas del córtex; dando como resultado un coeficiente intelectual 
limítrofe, dificultades de aprendizaje y dificultades de atención entre otros (Araoz, 2010). 
Algunas de estas secuelas se pueden detectar a temprana edad; sin embargo las dificultades 
más sutiles generalmente se logran detectar hasta que los niños se encuentran en edad 
escolar y es alarmante encontrar que estas alteraciones ocurren en un 50% a un 70% de los 
niños nacidos antes de término; sobre todo en los bebés con muy bajo peso y con extremo 
bajo peso al nacer. "Son problemas que si no los buscas activamente no los ves hasta que el 
niño tiene alrededor de 5 años, cuando empieza la escuela, con lo que se pierde la 
oportunidad de aprovechar la plasticidad del cerebro del bebé para corregirlos", explica 
Eduard Gratacós, médico del Hospital Clínic de Barcelona (López Ferrado, 2008). La 
evaluación del neurodesarrollo en la época escolar es mejor apreciada por el hecho de que
18 
el psicólogo cuenta con instrumentos de diagnóstico más seguros y veraces que en épocas 
anteriores de la edad infantil. Las dificultades pueden incluir problemas en la memoria, 
específicamente en la memoria verbal, tareas de procesamiento visual, exámenes de 
desempeño académico y funcionamiento adaptativo. Los maestros de niños que 
presentaron muy bajo peso al nacer reportaron que del 24% al 41% de los niños presenta un 
rendimiento académico debajo del promedio; aproximadamente 25% de los infantes con 
muy bajo peso al nacer y de un 25% a un 62% de los infantes con extremo bajo peso al nacer 
reciben servicios especiales de educación y entre un 15% y un 34% de niños repiten grado 
escolar. 
Un estudio realizado en el Reino Unido e Irlanda estuvo compuesto por todos los bebés 
nacidos alrededor de las 25 semanas y 6 días desde marzo hasta diciembre del año 1995. Los 
niños fueron evaluados por un profesional de psicología con la Batería de Evaluación de 
Kaufman para Niños (K-ABC); además, se obtuvo información por parte de los maestros de 
los niños acerca del rendimiento académico de ellos. Los resultados obtenidos manifiestan la 
incidencia de la prematuridad en el desarrollo cognitivo de los niños. El puntaje de los niños 
nacidos a término refleja una media de 105 (99-113) en tanto que la media de los puntajes 
de los niños nacidos a las 25 semanas fue de 90 (78-99) (Anexo 9)ix (Marlow, 
Hennessy,Bracewell and Wolke, 2007). 
En Victoria, Australia se realizó un estudio con 317 prematuros extremos de 28 semanas o 
con extremo bajo peso menor a 1000g. nacidos en 1997. Los niños fueron sometidos a 
cuidados intensivos y solamente 201 niños alcanzaron los 2 años de edad. A la edad de 8 
años estos niños fueron evaluados con la Escala de Inteligencia de Weschler para Niños 
(WISC-IV) para medir la habilidad cognitiva general y con el WRAT3 para evaluar el 
aprovechamiento académico. Los resultados del WISC-IV mostraron diferencias significativas 
entre los puntajes de los bebés con extremo bajo peso y con menos semanas de gestación y 
los bebés de término y de peso normal, siendo los puntajes de estos últimos mucho más 
elevados. En cuanto a los resultados del WRAT3, los resultados fueron similares; los niños 
con prematurez extrema y con extremo bajo peso obtuvieron puntajes más bajos que los 
niños de peso normal y de gestación a término (Anexo 10)x (Harvard). Los investigadores 
también reportaron resultados de acuerdo a la edad gestacional y al peso, haciendo dos
19 
grupos para cada categoría. En relación al peso dividieron a los bebés en un grupo de 
infantes con peso menor a 750 gramos y otro con infantes de 750 a 999 gramos; el grupo 
con menor peso mostró un desempeño menor en todas las escalas cognitivas en relación al 
segundo grupo; no obstante solamente las escalas de Comprensión. El mismo fenómeno 
sucedió al comparar los puntajes de aprovechamiento académico. En cuanto a la edad 
gestacional, dividieron a los bebés en un grupo con edades gestacionales de 23 a 25 
semanas y otro grupo con edades de 26 a 27 semanas de gestación. El grupo con número de 
semanas de gestación presentó mejores resultados que aquellos nacidos entre las semanas 
23 y 25 de gestación (Anexo 11)xi. Un meta análisis utilizando los resultados de 16 diferentes 
estudios realizado en el 2002 concluyó que el coeficiente intelectual de los bebés disminuye 
entre 1.5 y 2.5 de media por cada semana que se disminuye de edad gestacional (Fernández 
López T, 2012). En un estudio similar realizado por el Instituto Nacional de Salud e 
Investigación Médica (INSERM por sus siglas en francés) y publicado por la revista “The 
Lancet”, se trabajó con 2,901 bebés prematuros nacidos en Francia entre las 22 y las 23 
semanas de embarazo del año 1997. Los resultados muestran que “40% de los grandes 
prematuros presentan problemas cognitivos en diferentes grados a la edad de 5 años” 
(López Ferrado, 2008). Asimismo, reflejan que la edad gestacional tiene una relación 
proporcionalmente inversa con las deficiencias cognitivas pues solo un 16% de los bebés 
nacidos a término presenta algún tipo de alteración cognitiva; sin embargo, 31% de los niños 
nacidos entre las semanas 29 y 32 requieren de cuidados especiales y este porcentaje se 
incrementa a 42% para los niños nacidos entre las semanas 24 y 28. 
Estos hallazgos nos permiten afirmar que a mayor edad gestacional y mayor peso al 
momento de nacer, menor es la probabilidad de que el infante presente problemas 
cognitivos y por ende, menor es la probabilidad de que presente dificultades en su 
rendimiento académico. 
Es importante realizar mediciones del coeficiente intelectual en diferentes etapas de la vida 
de los bebés prematuros con el fin de detectar cambios en el desarrollo a través del tiempo y 
predecir la capacidad de estos niños para nivelarse con los niños nacidos a término. Los 
estudios demuestran que entre los 2 y los 4 años de edad se pueden detectar trastornos del 
habla, trastornos motores finos y conductas anormales; de los 5 años en adelante se pueden
20 
observar casos menos graves de torpeza motora, cocientes de desarrollo menores a 85 y 
trastornos del aprendizaje; finalmente, en los adolescentes entre 14 y 15 años 
aproximadamente se pueden manifestar dificultades de lectura y cálculo así como un CI 
disminuido. 
Un número creciente de investigaciones ha centrado su atención en los puntajes de 
habilidades cognitivas en la adolescencia y en la edad adulta. Las diferencias cognitivas en 
estas etapas de la vida de los prematuros son más evidentes en las tareas de percepción 
visual y las diferencias académicas se evidencian en lectura y en matemáticas. Como 
consecuencia, solamente entre un 56% y un 74% de adolescentes prematuros se gradúan de 
la escuela, siendo un porcentaje significativamente menor al de los adolescentes que 
nacieron a término. (Vohr, 2009). Un grupo de investigación estudió los cambios cognitivos a 
través del tiempo en bebés prematuros nacidos con muy bajo peso y encontraron que la 
discrepancia de coeficientes intelectuales entre estos bebés y los bebés de peso normal era 
mayor a los 5 años, con 7 puntos de diferencia, que a los 11 años con 4 puntos de diferencia. 
Otros estudios llevados a cabo en Estados Unidos, Europa y Australia han revelado bajo 
desempeño educativo en los niños que fueron producto de un parto prematuro y muestran 
que, al compararlos con los bebés nacidos a término, un menor número de ellos continúa su 
educación al graduarse de la escuela, un menor número tiene empleos de tiempo de 
completo y un menor número vive fuera de su hogar parental en la adultez. (Varios, 2004). 
2.2 Secuelas motoras 
Las secuelas motoras de un nacimiento prematuro son tan variadas como las secuelas 
cognitivas; desde una parálisis cerebral total hasta dificultades motrices que no se pueden 
descubrir a simple vista. Generalmente, para los padres es difícil detectar cuando los niños 
tienen una dificultad en el desarrollo de sus habilidades motrices puesto que no tienen un 
parámetro de medición sobre qué esperar en cada etapa del desarrollo de los niños y es aquí 
donde la evaluación motora cobra mucha importancia dado que las dificultades en esta área 
si pueden detectarse mucho antes de que los niños ingresen a la escuela. La evaluación 
motora es de gran necesidad en los bebés prematuros, pero se vuelve imprescindible en los
21 
prematuros extremos y en los bebés con extremo bajo peso al nacer ya que este grupo 
presenta riesgo de sufrir un retraso en el desarrollo de las habilidades motrices finas y 
gruesas; dificultades que pueden impactar negativamente el rendimiento académico del 
niño así como su relación con otros. En la evaluación, es necesario valorar el tono, los 
reflejos, la postura y la calidad del movimiento; así como también es necesario comprobar 
que el desarrollo motor se haya dado en el orden correspondiente, tanto en el desarrollo 
motor grueso (actividades que involucran a los músculos mayores y que ayudan a los niños a 
desplazarse en el ambiente, tales como: mantener el equilibrio de la cabeza, del tronco, 
movimiento de las extremidades, gatear, ponerse de pie y desplazarse con facilidad para 
caminar y correr) como en el desarrollo motor fino (acciones que involucran movimientos y 
músculos menores como: dar palmadas, la habilidad de pinza, realizar torres de piezas, tapar 
o destapar objetos, cortar con tijeras, hasta alcanzar niveles muy altos de complejidad). 
Al igual que en el área cognitiva, actualmente la valoración en el área motora se centra 
mayormente en la capacidad funcional de los niños porque es esta la que determinará la 
calidad de vida que el niño tenga; y para tal efecto, el Instituto Nacional de Salud del Niño y 
Desarrollo Humano (NICHD) ha establecido una serie de algoritmos y escalas funcionales las 
cuales dirigen al profesional paso a paso para determinar la gravedad de la discapacidad 
motora (Anexo 12)xii (Fernández López T, 2012). Además, hay algunos signos de alarma por 
etapa de desarrollo que pueden ser indicadores de que existe un problema a nivel motor 
(Anexo 13)xiii (Fernández López T, 2012). 
Para efectos de una mejor comprensión de las secuelas motoras de los bebés prematuros, 
estas se dividirán en dos categorías: secuelas mayores o graves y secuelas menores o leves. 
Secuelas mayores 
La parálisis cerebral se refiere a un grupo de desórdenes del desarrollo del movimiento y la 
postura que limitan la actividad en el niño. Los desórdenes motores de la parálisis cerebral 
generalmente están acompañados de perturbaciones en la sensación, cognición, 
comunicación, percepción y conducta. Es la secuela que se presenta más frecuentemente en 
los niños de muy bajo peso y de extremo bajo peso al nacer (alrededor del 10% al 20% de 
los bebés (Low Birth Weight Neonatal Intensive Care Unit Graduate, 2005)), así como en los 
bebés de menor edad gestacional manteniendo una relación proporcionalmente inversa
22 
entre semanas de gestación y porcentaje de bebés que presentan parálisis cerebral. 
Aproximadamente un 50% de los niños que presentan esta discapacidad motora ha sido 
producto de un parto prematuro. El NICHD establece un algoritmo exclusivo para la 
detección de la parálisis cerebral en los niños (Anexo 14)xiv. El diagnóstico definitivo puede 
darse a partir de los 4 años de edad. 
Secuelas menores 
En general, los bebés prematuros tienden a presentar ciertos retrasos en el desarrollo de 
habilidades motrices sin que estos retrasos necesariamente signifiquen una discapacidad, 
sino solamente un desarrollo más tardío. En estos casos es conveniente contar con una guía 
que nos brinde parámetros de edad para los hitos del desarrollo motor en los bebés y los 
niños. Una guía confiable es la propuesta por la Academia Americana de Pediatría, AAP 
(Anexo 15)xv. Es necesario tomar en cuenta que al observar el desarrollo motor de los bebés 
prematuros debe siempre hacerse énfasis en la corrección de la edad. Estudios han 
demostrado que el 50% de los bebés nacidos con menos de 1500 gramos logran sentarse sin 
apoyo a los 7 meses de edad corregida y el 90% lo logra hasta los 9 meses. Asimismo, el 50% 
logra caminar a los 12 meses de edad corregida y el 90% lo logra a los 18 meses. Los datos 
también muestran una relación proporcionalmente inversa entre el peso al nacer y la edad 
en que alcanzan los diferentes hitos del desarrollo (Anexo 16)xvi 
Algunos de los niños prematuros presentan dificultad en las habilidades visoespaciales, estas 
son fundamentales para entender la posición de dos o más objetos y su relación entre ellos. 
Son útiles en actividades como subir y bajar escaleras sin tropezarnos, bailar, comprender el 
espacio y sus límites, aprender derecha e izquierda, usar e interpretar mapas y dibujos, 
entender conceptos como tamaño, ángulo, profundidad, altura y orientación. En un estudio 
llevado a cabo en el Reino Unido y en Irlanda con 204 niños, encontraron que 180 de ellos 
no presentaban secuelas motoras discapacitantes; sin embargo presentaron secuelas 
menores, incluidas entre ellas la dificultad en habilidades visoespaciales. Para evaluar esta 
área ocuparon 3 elementos de domino visoespacial: copia de un diseño, flechas con las que 
debían identificar la orientación y dirección, y búsqueda de rutas para valorar la
23 
comprensión de las relaciones visoespaciales y la direccionalidad. Los resultados muestran 
un puntaje medio de 80 en los niños prematuros, en tanto que los niños nacidos a término 
presentan una media de alrededor de 95 (Marlow, Hennessy,Bracewell and Wolke, 2007). 
La coordinación visomotora es otra área que se ve afectada por la prematuridad. En un 
estudio con niños de 5 a 7 años nacidos con extremo bajo peso, estos demostraron tener 
tiempos de reacción más lentos y menores puntajes de coordinación motora que los niños 
de peso normal. Además, en una tarea de ciclismo, su máxima velocidad fue menor que la 
máxima velocidad de los niños nacidos con peso normal (Varios, 2004). Los resultados 
coinciden con los hallazgos del estudio realizado en el Reino Unido e Irlanda, en el cual 
evaluaron 4 actividades visomotrices de los niños: toques con la yema de los dedos, 
imitación de posturas manuales, precisión visomotora a través del dibujo de líneas y 
discriminación de dedos. Los bebés nacidos antes de término obtuvieron puntajes con una 
media aproximada de 87 mientras que los niños control mostraron puntajes medios de 105 
(Anexo 17)xvii. Los especialistas reportan que las dificultades en las relaciones viso-espaciales 
y viso-motoras afectan el desempeño funcional de la escritura y de otras habilidades 
motrices finas de manipulación en los niños. 
Un dato interesante encontrado por los investigadores de Irlanda y el Reino Unido es que un 
número mayor de niños prematuros prefiere escribir y realizar actividades con la mano 
izquierda que el número de niños nacidos a término con esta preferencia (Anexo 18)xviii. 
Aunque la predominancia de la mano izquierda no es actualmente visualizada como una 
discapacidad, este hallazgo es importante puesto que nos proporciona una idea de las 
expectativas que podríamos tener de los niños prematuros y nos alerta a no forzarlos a 
convertirse en diestros y retrasar aún más su desarrollo motriz. 
2.3 Secuelas conductuales 
Hay una serie de secuelas conductuales de los prematuros que han sido investigadas por 
diferentes estudios. Los resultados en esta área son más difíciles de comparar por la 
variedad de instrumentos de evaluación que existen y porque muchos de estos tienen un 
porcentaje de subjetividad como es el caso de los cuestionarios administrados a padres y
24 
maestros de los niños. Por otro lado, existen factores incidentes en la conducta de los niños 
además de la prematuridad, uno de ellos es el estilo de crianza que sus padres desarrollen el 
cual generalmente está marcado por sobreprotección. Sin embargo, los hallazgos se 
mencionan a continuación. 
La secuela conductual más común en los niños prematuros es, sin duda alguna, el trastorno 
de déficit de atención con o sin hiperactividad. Los niños que son producto de un parto 
prematuro tienen más dificultades para adaptarse a los cambios, son más agitados y menos 
regulares en sus ciclos de actividad y reposo (Avaprem, Avaprem, 2009). Las investigaciones 
reportan que además de estas dificultades, los niños buscan gratificación inmediata, 
presentan problemas para regular su conducta y “actúan sin pensar” (Preemie Help). 
En un estudio con 194 niños prematuros extremos se demostró que este grupo presentaba 
mayores puntajes de dificultades de atención, hiperactividad y ansiedad que el grupo 
control. Los maestros y padres clasificaron a los bebés prematuros de muy bajo peso y de 
extremo bajo peso como más inatentos e hiperactivos; estas conductas parecen tener su 
base explicativa en los déficits de la memoria de trabajo y a un retraso intelectual general. 
En otro estudio, 23% de los niños prematuros con muy bajo peso al nacer cumplían los 
criterios diagnósticos para TDAH, comparado con el 6% por ciento de los niños de la misma 
edad, mismo sexo y nivel académico. Un estudio más reportó tasas más altas de inatención e 
hiperactividad en niños de muy bajo y de extremo bajo peso al nacer. Al ser evaluados por 
sus padres y maestros en edad escolar (8 a 12 años) las tasas fueron de 23% a 27% en niños 
nacidos con muy bajo peso y del 33% al 37% en niños nacidos con extremo bajo peso (Vohr, 
2009). En otros estudios, las cifras no bajan de un 10% de los adolescentes nacidos con 
extremo bajo peso que han sido diagnosticados con Trastorno de Déficit de Atención con 
Hiperactividad y 13% de los alumnos en escuela secundaria nacidos con extremo bajo peso 
reporta recibir medicamento para el tratamiento del TDAH (Varios, 2004). 
Aunque otras alteraciones conductuales y emocionales se presentan en menor escala que el 
TDAH, las tasas son significativas. Entre estas se encuentran mayormente alteraciones en la 
conducta internalizante, tales como estados depresivos, ansiedad, baja autoestima y poca 
confianza en sí mismos. En Francia se llevó a cabo un estudio (The Etude Epide´miologique
25 
sur les Petits Ages Gestationnels, EPIPAGE) con 2,382 niños nacidos a las 33 semanas de 
gestación y 557 infantes de término nacidos entre las 39 y 40 semanas de gestación en 9 
regiones del país (Varios, 2009). El estudio consistió en un seguimiento de los niños desde su 
nacimiento hasta la edad de 5 años, a través de cuestionarios anuales que se enviaron a los 
hogares de cada uno de los niños. A los 5 años, los niños tuvieron una evaluación médica y 
una evaluación psicológica; además, sus padres completaron un cuestionario que incluía una 
valoración de la conducta de los infantes. Los cuestionarios fueron finalmente contestados 
solamente por los padres de 1690 niños pretérmino y por 391 padres de niños nacidos a 
término. Los niños prematuros obtuvieron puntuaciones casi 2 veces más altas en la escala 
total de dificultades así como en la hiperactividad, los síntomas emocionales y la relación 
con sus pares (Anexo 19)xix. Asimismo, encontraron en este grupo de niños una fuerte 
asociación entre las dificultades en habilidades cognitivas y las dificultades conductuales; 
relación que también se ha hecho evidente en otros estudios con niños prematuros, 
especialmente aquellos de muy y de extremo bajo peso al nacer. Las medias de los puntajes 
de procesamiento mental fueron significativamente más bajas en los niños que obtuvieron 
puntajes altos en el Cuestionario de Fortalezas y Dificultades (SDQ) (Anexo 20)xx. Es decir, 
que en los niños prematuros, a menor puntaje en actividades de procesamiento cognitivo, 
obtienen mayor puntaje de dificultades a nivel conductual (Anexo 21)xxi. Los investigadores 
también encontraron que los padres de los niños prematuros reportaron un número mayor 
de problemas conductuales con sus hijos de 5 años que los padres de los niños nacidos a 
término. De los niños que presentaban problemas conductuales a la edad de 5 años, un 41% 
ya mostraba dificultades a los 3 años y 46% de los niños que presentaba dificultades 
conductuales a los 3 años continuaba presentándolas a los 5 años de edad. Estos porcentajes 
a través del tiempo coinciden con otros estudios que demuestran que existe un 50% de 
estabilidad de los problemas conductuales entre los 3 y los 5 años de edad. Finalmente, los 
investigadores concluyeron que existe una estrecha relación entre el bienestar mental de la 
madre y la conducta de los niños nacido pretérmino. Un estudio de niños nacidos con muy 
bajo peso a la edad de 3 años reportó que la severidad de la depresión en la madre guarda 
una relación significativa con el resultado mental y conductual de los niños; asimismo, se 
demostró en otro estudio con adolescentes, que el humor de la madre incide grandemente 
en los problemas conductuales de estos.
26 
Un metaanálisis de 16 estudios reportó que 81% de los estudios revisados que incluían a 
niños y adolescentes entre 5 y 14 años nacidos pretérmino mostraban mayor prevalencia en 
índices de ansiedad, depresión y síntomas de deprivación. Asimismo, el 69% mostraba 
alteraciones de comportamiento agresivo y delincuencia (Bhutta, Cleves, Casey, Cradock, 
Anand, and DPhil, 2002). 
En cuanto a la relación con sus pares, los estudios muestran que los niños prematuros tienen 
dificultad en comprender las señales sociales de otros, tienen poca conciencia del efecto de 
su conducta en otros, presentan dificultad para asumir roles, no aceptan fácilmente la crítica 
constructiva, repiten patrones de conducta social autodestructiva sin aprender de la 
experiencia y tienden a divagar en sus conversaciones (Preemie Help). 
Los niños prematuros de extremo bajo peso son el grupo de bebés nacidos pretérmino que 
presenta mayor número de secuelas conductuales. Estos niños presentan más timidez, falta 
de asertividad, comportamiento retraído y problemas con las habilidades sociales que los 
niños nacidos a término. Además, los compañeros de los niños con extremo bajo peso al 
nacer los visualizan como más sensibles y aislados. Al ser evaluados con pruebas cognitivas, 
estos niños prefieren tareas de fácil desarrollo, muestran poca confianza en sus propias 
habilidades, tienen reacciones inapropiadas al fracaso y manifiestan una necesidad 
constante de recibir estímulo y reconocimiento. Asimismo, son niños propensos a la 
depresión, la ansiedad y la baja autoestima (Varios, 2004). 
Al igual que los problemas cognitivos, las secuelas conductuales tienen permanencia a través 
del tiempo si no son tratadas. De un cuarto a la mitad de los niños con muy bajo peso y con 
extremo bajo pero al nacer mostraban síntomas de ansiedad y de aislamiento social. Al ser 
evaluados entre los 12 y 14 años de edad, de 8% a 14% cumplían los criterios para el 
trastorno de ansiedad generalizada, comparado con tasas de 1% a 4% en compañeros 
adolescentes nacidos con peso normal. Del 25% al 28% de adolescentes de muy bajo peso al 
nacer cumplía con criterios para diagnosticar desórdenes psiquiátricos, comparado a 7% al 
10% de sus compañeros. Finalmente, al ser evaluados entre los 17 y 20 años de edad, los 
jóvenes que presentaron extremo bajo peso al nacer continuaban mostrando puntajes altos 
en dificultades de atención, ansiedad, depresión, conducta retraída y problemas sociales. De
27 
igual manera los nacidos con muy bajo peso, continuaban reportando dificultades de 
autoestima y falta de confianza en sus habilidades atléticas, académicas, románticas y 
laborales a la edad de 14 a 17 años (Vohr, 2009). 
Estudios recientes han levantado particular interés y preocupación en una posible relación 
existente entre el extremo bajo peso al nacer de los prematuros y los trastornos del espectro 
autista. Aunque el bajo peso al nacer puede representar un doble o triple de riesgo de 
presentar Trastornos del Espectro Autista, el verdadero riesgo aún es desconocido. Dos 
estudios han investigado las tasas de características autistas en niños con muy bajo peso al 
nacer. Uno de ellos demostró una tendencia creciente de puntajes de TEA en 56 
adolescentes con bajo peso al nacer al ser comparados con adolescentes nacidos con peso 
normal. El otro reportó que un 25% de niños con muy bajo peso al nacer marcaba positivo al 
ser evaluado con el Cuestionario Modificado para la Detección del Riesgo de Autismo (M-CHAT 
por sus siglas en inglés). Sin embargo, alegan que este cuestionario ha sido diseñado 
para la población en general y que sus resultados pueden no ser tomados como válidos 
totalmente al no estar adaptados a niños que presenten muy bajo peso o extremo bajo peso 
al nacer. En conclusión, se requiere de más estudios para determinar el verdadero riesgo del 
autismo en esta población de bebés prematuros. 
3. Seguimiento y Atención a largo plazo 
Actualmente, los estudios que se han dedicado a observar a los bebés prematuros a largo 
plazo han revelado una creciente evidencia de que los programas de intervención temprana 
mejoran el desarrollo de este grupo de niños (Harvard). 
El Programa de Salud y Desarrollo Infantil (Infant Health and Development Program), fue un 
programa de intervención llevado a cabo en 8 instituciones médicas en Estados Unidos. Los 
resultados demostraron que el coeficiente intelectual a los 3 años y los puntajes en 
problemas de conducta pueden mejorar al menos en el periodo inmediato a la intervención 
con niños de bajo peso al nacer. Posteriores resultados han mostrado que con una 
intervención adecuada, la mejora después de la intervención podría mantenerse a largo 
plazo (Brooks-Gunn, McCormick).
28 
En otro estudio se desarrolló una intervención con 24 niños con bajo peso al nacer. Al ser 
evaluados a los 9 años, los niños mostraron puntajes significativamente más favorables en 
pruebas cognitivas y de rendimiento que aquellos que no habían recibido intervención. 
Asimismo, la valoración de sus padres y maestros en relación a su desempeño escolar fue 
más positiva que la del grupo control. Las mayores diferencias de puntajes se encontraron 
en las escalas que medían los problemas de atención y el rendimiento académico . 
En un estudio realizado en la Escuela de Salud Pública de Harvard en Estados Unidos se 
comprobó que la atención educativa y de intervención con los prematuros y sus padres 
puede mejorar las habilidades cognitivas y sociales de los niños. El estudio se realizó con 985 
niños prematuros, nacidos con menos de 33 semanas de gestación y peso menor a 2,500 
gramos, que recibieron educación intensiva durante los 3 primeros años de vida. La 
intervención constaba de una visita semanal de un especialista hasta el primer año de vida y 
luego dos veces al mes hasta alcanzar los 3 años; esta visita buscaba orientar a los padres en 
cuanto a la crianza. Los niños también debían asistir 5 veces por semana a un centro de día 
para seguir un plan de estudios. En la evaluación cognitiva, conductual y de salud general a 
los 36 meses, el grupo de mayor peso obtuve una diferencia de 14 puntos en la media del 
coeficiente intelectual respecto al grupo de seguimiento. En el grupo de menor peso la 
diferencia fue de 8 puntos. Estos resultados se vieron también ligados a una mejora 
conductual en los niños (Ambrojo, 2007). 
Países como Chile y México han desarrollado propuestas de seguimiento. Algunas regiones 
de la Unión Europea también lo hacen, pero sus criterios no están unificados. 
Actualmente en España existen programas de atención a prematuros y a sus padres. Estos 
programas se dirigen a la reducción de los problemas cognitivos y motores, así como a 
educar a los padres en cuanto a los estilos educativos que son más apropiados para las 
necesidades que esta población de niños presenta (Fernández López T, 2012). Los programas 
son desarrollados por equipos multidisciplinarios a fin de poder abarcar todas las áreas de 
desarrollo de los niños. Hay dos intervenciones básicas que estos programas enfatizan: 
1. La práctica de la lactancia materna.
29 
Numerosos estudios han comprobado que la lactancia materna produce una 
diferencia significativa en los cocientes de desarrollo de los bebés. Los programas de 
atención y seguimiento promueven y apoyan esta práctica. 
2. La comunicación de los padres con sus hijos. 
Se trabaja animando a los padres a que hablen mucho con sus hijos, no solo en una 
comunicación dirigida hacia él, sino en una comunicación a través de la cual también 
puedan expresarles otras ideas, pensamientos, situaciones, etc., aunque el 
vocabulario sea complicado para ellos ya que lo que se busca es el contacto, en 
cuanto al área emocional, y el enriquecimiento del lenguaje, en cuanto al 
aprendizaje. Esta sencilla intervención ha demostrado ser muy efectiva para mejorar 
los resultados intelectuales de los niños. 
En El Salvador, el Ministerio de Salud presentó en el año 2011 el “Programa de Seguimiento 
del Prematuro con peso menor de 2,000 gramos” como iniciativa para paliar las 
consecuencias que sufren los bebés prematuros (Quinteros, 2012). Sin embargo, la atención 
que reciben estos niños es netamente de médicos especialistas en neurodesarrollo quienes 
vigilan si los niños presentan alguna discapacidad durante los primero 3 años de vida. Es 
decir, que no hay una evaluación de las secuelas menores en este grupo de niños las cuales, 
como se reportó anteriormente, son diversas. Por lo tanto, tampoco hay un seguimiento de 
estas dificultades y por ende, tampoco hay un tratamiento de las mismas. 
4. Propuesta de Atención Integral Temprana 
El objetivo último de esta revisión bibliográfica es elaborar propuestas de intervención 
temprana que ayuden a mejorar la calidad de vida de los bebés prematuros y sus familias. 
Para tal fin, es necesario difundir primeramente la información relacionada a los bebés 
prematuros y sus secuelas a largo plazo, para luego promover estrategias de intervención 
que garanticen un mejor desarrollo de estos niños que conforman el grupo más vulnerable 
de la población.
30 
Se propone entonces un programa que abarca dos ámbitos de trabajo y que se divide en 
cuatro áreas: 
Ámbito externo 
 Concientización 
 Educación 
Ámbito interno 
 Evaluación 
 Intervención 
Se describirá cada una a continuación: 
En el ámbito externo 
 Concientización 
Gran parte de la población a nivel mundial y, particularmente, la población 
salvadoreña desconoce las tasas de morbilidad que tiene la prematuridad en este 
país y las secuelas que esta provoca en los niños. Por ello, se establece como un 
punto de partida la necesidad de concientizar a los salvadoreños sobre la importancia 
que este tema debe tener en materia de salud pública y privada, así como también es 
importante promover la difusión de este mensaje para que ellos lo extiendan a otros 
a su alrededor. Esta concientización puede lograrse a través de la participación en 
programas de entretenimiento familiar en la televisión y la radio local; sobre todos 
los que tienen secciones televisivas y radiales dirigidas a las amas de casa. Un medio 
importante y efectivo también serán las redes sociales ya que constituyen un medio 
de comunicación fácil, rápido y económico para la difusión de información. Al crear 
una página de difusión en Facebook, puede hacerse difusión a través de afiches o 
brochures colocados en tiendas de accesorios para mujeres embarazadas y para 
bebés, así como también en clínicas gineco-obstétricas. Estos afiches pueden 
contener mensajes llamativos tales como “Uno de cada 10 bebés es un bebé 
prematuro en todo el mundo; ese bebé podría ser tuyo. Conoce más acerca de los 
bebés prematuros y su desarrollo.” Y luego tener una dirección de enlace hacia la 
página de Facebook. Esta página puede contener información de esta revisión
31 
bibliográfica asi como también puede apoyarse por información gratuita que aporta 
la página web de EFCNI en apoyo a la prematuridad y su página de Facebook, ambas 
detalladas a continuación: 
http://www.socksforlife.org/ 
https://www.facebook.com/WorldPrematurityDay 
 Educación 
Es necesario educar no solo a los padres de los bebés prematuros sobre las secuelas 
menores que estos niños pueden sufrir, sino también a los profesionales de la 
medicina que trabajan con ellos, médicos y enfermeras. Se proponen talleres 
gratuitos que se pueden ofrecer en las diferentes unidades 
pediátricas/neonatológicas de los hospitales de la capital primeramente y 
dependiendo del éxito que estas tengan, se puede extender al resto de 
departamentos dentro del país. Pueden también organizarse charlas o talleres para 
los pediatras con clínicas privadas buscando el patrocinio de empresas dedicadas a la 
salud, servicio y entretenimiento de los bebés. Los profesionales en medicina de los 
neonatos seguramente conocen las secuelas mayores de los prematuros, pero existe 
la posibilidad de que desconozcan detalladamente las secuelas cognitivas, motoras y 
conductuales que pueden tener estos niños. Al conocerlas, podrán prevenir a los 
padres de sus pacientes prematuros para que estos busquen una atención temprana. 
En el ámbito interno 
Se pretende la creación de un Centro de Atención Temprana dirigido principal, pero no 
exclusivamente, a bebés y niños prematuros. Los costos de los diferentes servicios serán 
sufragados por los padres de los niños como una cuota escolar mensual; estos fondos 
también serán utilizados para poder atender gratuitamente a los niños prematuros con 
padres de escasos recursos. El centro realizará dos funciones internas: 
 Evaluación 
Esta será realizada por los diferentes especialistas quienes, en un principio, prestarán 
sus servicios por horas. Para esta fase se requiere de profesionales en psicología,
32 
fisioterapia, educación, logopedia y neurología. Cada especialista evaluará su área de 
acuerdo a la edad del bebé o el niño y proveerá recomendaciones sobre la frecuencia 
con la cual cada niño debería recibir terapia en su área específica y las sub-áreas a 
fortalecer. Al tener los resultados de todas las áreas evaluadas, se diseñará un plan 
de tratamiento personalizado en el cual se programarán las sesiones terapéuticas en 
las que participará el niño. 
 Intervención 
En esta etapa se ejecutarán las sesiones individuales y grupales de terapia en las 
diferentes áreas: cognitivas, motoras, conductuales y de orientación a los padres. La 
planeación de las sesiones de terapia será desarrollada por los especialistas y la 
ejecución de estas podrá ser desarrollada por estudiantes de los últimos dos años de 
carrera de las diferentes disciplinas que deban cumplir con servicio social y 
voluntarios que deseen formar parte del equipo del centro. Los padres de los niños 
fungirán siempre como coterapeutas que participen activamente en el progreso de 
sus hijos. El centro contará inicialmente con los recursos básicos para poder 
desarrollar las diferentes sesiones de terapia. Los niños deberán asistir a sus sesiones 
por un mínimo de 6 meses ya que es el tiempo mínimo requerido para someterse a 
una reevaluación. 
Puesto que el centro también abrirá sus puertas a niños que no sean prematuros, 
también se llevará a cabo una serie de sesiones bajo la modalidad de un gimnasio de 
estimulación temprana de las diferentes áreas: cognitivas, motrices, conductuales y 
sociales. La finalidad del centro con ambos grupos de niños será la adaptación 
motora, cognoscitiva, emotiva y social del niño en el ambiente. 
 Reevaluación 
Luego de 6 meses consecutivos de terapia, se reevaluará al niño a fin de determinar 
los avances que ha logrado haciendo énfasis en las áreas que aparecieron deficitarias 
al momento de la primera evaluación y nuevamente se darán recomendaciones para 
su seguimiento y su finalización del programa.
33 
5. Valoración Personal 
La prematuridad no es exclusiva de un estrato social, de una región o de un rango de edad. 
Es un problema de primer orden a nivel mundial que podría tocar la puerta de cualquiera de 
nuestros hogares. Por ello, debemos darle la atención que merece y promover la salud física, 
mental y emocional del grupo más indefenso de la población mundial. No hay cosa que 
podamos hacer que sea demasiado pequeña para ayudar a estos niños; aún una acción que 
parezca muy insignificante como el hecho de compartir la información con alguien, hará una 
diferencia puesto que habremos concientizado a una persona más.
34 
i 
ii
35 
iii 
iv Percentages of live births with a gestational age under 32 weeks and between 32 and 36 weeks 
12,80% 12,70% 12,30% 12,20% 12,00% 11,70% 
9,60% 
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2020 Goal 
Pre-term birth rates in the United 
States 
Pre-term birth rates in the United States
36 
v 
0 
2 
4 
6 
8 
10 
12 
Austria 
Belgium 
Czech Republic 
Denmark 
France 
Germany 
Ireland 
Italy 
Netherlands 
Poland 
Portugal 
Spain 
Sweden 
United Kingdom 
% of live births 32-36 
weeks 
% of live births less than 
32 weeks
37 
vi 
Sleep-Wake Transitions in Premature 
Neonates Predict Early Development 
TABLE 2 
Emotional Regulation, Cognitive Development, and Symbolic and Executive Competences in State Transition 
Cluster Groups in First 5 Years of Life 
High Arousal 
(Cluster 1) 
(N = 47) 
Organized Sleep- 
Wake (Cluster 2) 
(N= 38) 
Disorganized Sleep 
(Cluster 3) (N= 58) χ2/U 
Negative emotionality 
score at 3 and 6 mo, 
mean ± SD 1.39 ± 0.70 1.11 ± 0.27 1.56 ± 0.58 
14.37, clusters 
3 and 1 > 
cluster 2a 
MDI, mean ± SD 
6 mo 92.12 ± 8.27 95.93 ± 6.99 92.48 ± 8.60 NS 
12 mo 83.93 ± 11.37 91.03 ± 6.70 85.52 ± 10.06 
10.26, cluster 
2 > clusters 1 
and 3b 
24 mo 90.86 ± 14.50 120.70 ± 11.61 91.70 ± 12.94 
16.33, cluster 
2 > clusters 1 
and 3a 
PDI, mean ± SD 
6 mo 83.23 ± 11.36 89.62 ± 18.83 81.00 ± 12.76 
6.17, cluster 2 
> cluster 3c 
12 mo 90.08 ± 11.92 87.84 ± 12.32 87.07 ± 11.06 NS 
24 mo 88.06 ± 10.10 87.58 ± 8.63 87.14 ± 10.37 NS 
Executive function 
score at 5 y, mean ± 
SD 96.23 ± 10.73 102.96 ± 9.85 94.27 ± 13.63 
8.96, cluster 2 
> clusters 1 
and 3c 
Symbolic play score at 
5 y, mean ± SD 2.04 ± 1.00 2.75 ± 0.92 2.22 ± 0.92 
14.37, cluster 
2 > clusters 1 
and 3a 
Verbal IQ at 5 y, mean 
± SD 94.80 ± 22.43 110.29 ± 11.26 95.83 ± 16.24 
9.86, cluster 2 
> clusters 1 
and 3b
38 
vii
39 
viii
40 
ix
41 
x 
TABLE 2 
Cognitive and Academic Outcomes (Mean ± SD) for the EP/ELBW and T/NBW Cohorts at 8 Years of Age, 
Including Adjustment for Sociodemographic Variables and Neurosensory Impairment 
Outcome 
EP/ELBW 
(n = 189) 
Controls 
(n = 173) 
Mean 
Difference 
(95% CI) 
Adjusted Mean 
Difference 
95% CI)a 
Adjusted Mean 
Difference 
95% CI)b 
WISC-IV 
FSIQ 93.1 ± 16.1 105.6 ± 
12.4 
−12.5 (–15.5 
to –9.5)* 
−10.2 (–13.7 to 
–6.6)* 
−8.8 (–12.2 to – 
5.3)* 
Verbal comprehension 93.1 ± 14.3 103 2 ± 
12.6 
−10.2 (–13.0 
to –7.4)* 
−7.8 (–11.1 to – 
4.5)* 
−7.0 (–10.2 to – 
3.9)* 
Perceptual reasoning 95.9 ± 16.8 108.2 ± 
12.8 
−12.3 (–15.4 
to –9.2)* 
−10.1 (–13.9 to 
–6.4)* 
−8.0 (–11.5 to – 
4.7)* 
Working memory 94.0 ± 16.3 102.4 ± 
12.9 
−8.5 (–11.6 to 
–5.4)* 
−7.1 (–10.9 to – 
3.4)* 
−6.1 (–9.7 to – 
2.6)** 
Processing speed 94.7 ± 15.9 101.1 ± 
11.9 
−6.4 (–9.4 to 
–3.5)* 
−5.7 (–9.3 to – 
2.3)*** 
−4.3 (–7.7 to – 
1.0)*** 
WRAT3 
Reading 98.0 ± 16.1 105.5 ± 
13.8 
−7.6 (–10.7 to 
–4.4)* 
−6.7 (–10.4 to – 
3)* 
−6.7 (–10.4 to – 
3)* 
Spelling 96.8 ± 15.2 104.2 ± 
14.4 
−7.5 (–10.6 to 
–4.3)* 
−7.4 (–11.1 to – 
3.6)* 
−7.7 (–11.5 to – 
4)* 
Arithmetic 90.0 ± 16.9 99.1 ± 
14.5 
−9.2 (–12.5 to 
–5.8)* 
−6.9 (–11 to – 
2.9)** 
−6.8 (–10.9 to – 
2.8)** 
SDQ 
Total 11.0 ± 6.3 7.9 ± 5.4 3.1 (1.9 to 
4.4)* 
3.3 (2.0 to 4.6)* 3.4 (2.0 to 4.7)* 
Emotional symptoms 2.9 ± 2.4 1.7 ± 1.7 1.2 (0.8 to 
1.6)* 
1.2 (0.7 to 1.7)* 1.2 (0.7 to 1.7)* 
Conduct problems 1.7 ± 1.7 1.4 ± 1.5 0.3 (–0.1 to 
0.6) 
0.3 (–0.1 to 0.6) 0.3 (–0.1 to 0.7)
42 
Hyperactivity/inattention 
4.3 ± 2.7 3.2 ± 2.5 1.1 (0.5 to 
1.6)* 
1.3 (0.7 to 1.9)* 1.3 (0.7 to 1.9)* 
Peer rela ionships 2.1 ± 2.1 1.5 ± 1.8 0.6 (0.2 to 
1.0)** 
0.7 (0.2 to 
1.1)*** 
0.6 (0.2 to 1.1)** 
Prosocial behavior 8.3 ± 1.9 8.6 ± 1.7 –0.3 (–0.7 to 
–0.0) 
–0.3 (–0.7 to – 
0.1) 
–0.4 (–0.8 to 
0.1) 
Impact 1.1 ± 1.9 0.6 ± 1.4 0.5 (0.1 to 
0.8)*** 
0.4 (0.1 to 
0.8)*** 
0.3 (–0.1 to 0.7) 
xi 
TABLE 3 
Comparisons of Outcomes Between Birth Weight and GA Subgroups 
Outcome 
Mean ± SD Birth Weight 
<750 g(n = 60) 750–999 g(n = 96) Mean Difference (95% CI) 
WISC-IV 
FSIQ 91.3 (12.9)a 95.5 (15.2) −4.2 (–9.0 to –0.6), P = .09 
Verbal comprehension 90.2 (12.2)b 95.7 (12.6) –5.5 (–9.6 to –1.4), P = .009 
Perceptual reasoning 93.4 (14.9)c 99.0 (14.8)b –5.6 (–10.5 to – 0.7), P = .025 
Working memory 92.3 (15.5)b 96.6 (14.8) −4.3 (–9.3 to 0.7), P = .09 
Processing speed 92.3 (15.4)d 96.8 (13.6)b −4.6 (–9.3 to –0.2), P = .06 
WRAT3 
Reading 93.7 (16.5)c 100.8 (14.8)a –7.1 (–12.2 to –2.0), P = .007 
Spelling 93.3 (15.9)c 99.5 (14.3)d –6.2 (–11.1 to – 1.3), P = .014 
Arithmetic 85.3 (17.0)d 92.2 (15.9)a –6.9 (–12.4 to –1.4), P = .014 
SDQ 
Total 11.2 (6.6) 10.6 (6.3) 0.5 (–1.6 to 2.6), P = .62 
Emotional symptoms 3.0 (2.5) 2.8 (2. ) 0.2 (–0.5 to 1.0), P = .56
43 
Conduct problems 1.6 (1.6) 1.7 (1.9) −0.1 (–0.7 to 0.5), P = .67 
Hyperactivity/i attention 4.3 (2.8) 4.1 (2.6) 0.2 (–0.7 to 1.1), P = .68 
Peer relationships 2.3 (2.2) 2.0 (2.0) 0.3 (–0.4 to 1.0), P = .43 
Prosocial beha ior 8.3 (2.0) 8.3 (1.8) 0.0 (–0.6 to 0.6), P = .93 
Impact 1.4 (2.5) 0.9 (1.7) 0.5 (–0.2 to 1.1), P = .15 
Mean ± SD GA 
Outcome 23–25 wk (n= 59) 26–27 wk (n= 79) Mean Difference (95% CI) 
WISC-IV 
FSIQ 93.5 (14.8)d 95.3 (12.3)a −1.7 (–6.4 to 3.0), P = .46 
Verbal comprehension 93.7 (12.2) 93.7 (11.0)a −0.0 (–4.0 to 4.0), P = .99 
Perceptual reasoning 94.6 (16.2)c 99.7 (12.5)a –5.1 (–10.0 to – 0.2), P = .04 
Working memory 94.5 (16.6) 95.0 (12.2)a −0.5 (–5.4 to 4.4), P = .84 
Proce sing speed 93.7 (16.0)d 97.9 (12.3)e −4.2 (–9.1 to 0.7), P = .09 
WRAT3 
Reading 95.3 (15.5)d 98.7 (17.5)d −3.4 (–9.2 to 2.4), P = .25 
Spelling 95.9 (14.0)d 97.1 (17.2)b −1.2 (–6.7 to 4.4), P = .67 
Arithmetic 87.4 (15.8)e 92.3 (17.8)d −4.8 (–10.8 to 1.2), P = .11 
SDQ 
Total 10.1 (6.8) 11.3 (6.1) −1.2 (–3.4 to 1.0), P = .29 
Emotional symptoms 2.3 2.2) 3.3 (2.4) –0.9 (–1.7 to –0.1), P = .02 
Conduct problems 1.7 (1.8) 1.7 (1.7) 0.1 (–0.5 to 0.7), P = .78 
H peractivity/inattention 4.2 (2.9) 4.4 (2.7) −0.2 (–1.1 to 0.8), P = .74 
Peer relationships 1.9 (2.2) 2.0 (1.8) −0.1 (–0.8 to 0.6), P = .70 
Prosocial behavior 8.3 (2.0) 8.4 (1.8) −0.1 (–0.7 to 0.6), P = .80 
Impact 1.1 (2.2) 1.2 1.9) −0.1 (–0.8 to 0.6), P = .81
44 
xii
45 
xiii 
12 
SIGNOS DE ALARMA 
2 meses 
Irritabilidad permanente, sobresalto exagerado ante cualquier sonido 
inesperado, pulgar aducido (el niño tiene el puño cerrado con el pulgar 
entre los cuatro dedos y la palma de la mano. Más valor si es unilateral). 
3 meses  
 Asimetría de actividad en las manos. La lateralidad en el uso de las manos 
se obtiene alrededor de los dos años y no está firmemente establecida 
hasta los tres o cuatro años. Al valorar la manipulación, área motora fina, 
debemos comprobar que utiliza ambas manos. 
4 meses  Pasividad excesiva (pasa la mayor parte del tiempo durmiendo o sin 
apenas moverse y sin interesarse por su entorno), hipertonía de 
aductores (el ángulo de aductores de las extremidades inferiores no 
supera los 90°). 
6 meses  Persistencia del reflejo de Moro (que se pierde habitualmente a los tres o 
cuatro meses), persistencia de la mirada a la mano. 
8 meses 
 Patrón de conducta repetitiva más del 50% del tiempo que pasa despierto 
(golpearse la cara o agitar las manos, movimientos de afirmación o 
negación cefálicos). 
 
9 meses 
 Ausencia de desplazamiento autónomo más de dos metros (ya sea 
gateando, arrastrándose, volteándose, sentado o de cualquier forma). 
12 meses  Persistencia de llevarse todo a la boca, persistencia del babeo. 
16 meses  Hiperactividad sin objeto (pasar constantemente de una actividad a otra, 
ser incapaz de mantener la atención o prestar interés por algo), 
persistencia de arrojar todo al suelo. 
24 meses  Estereotipias verbales o manuales (repetir constantemente los mismos 
sonidos o palabras), incapacidad de hacer juego simbólico (acunar o dar 
de comer a un muñeco, jugar a llamar por teléfono, jugar a indios y 
vaqueros). 

46 
xiv
47
48 
xv Lineamientos para el desarrollo motor de los niños 
EDAD DESTREZAS MOTORAS 
2 meses  Mueve las manos y piernas activamente 
 Mantiene las manos abiertas la mayor parte del tiempo 
 Levanta la cabeza y tórax mientras está acostado boca abajo 
 Controla un poco la cabeza, pero todavía puede necesitar apoyo 
 Sostiene objetos en sus manos 
4 meses  Une sus manos o las lleva a la boca 
 Levanta la cabeza y se empuja con las manos cuando está boca abajo 
 Alcanza objetos 
 Voltea o hace movimientos de gateo cuando está sobre su estómago 
6 meses  Pone el peso sobre sus pies cuando se le sostiene parado 
 Se sienta solito 
 Golpea y agita objetos 
 Traslada objetos de una mano a la otra 
 Sostiene 2 objetos a la vez, uno en cada mano 
 Rueda sobre su estómago hacia su espalda 
9 meses  Recoge objetos pequeños con el pulgar y un dedo 
 Se mueve con más facilidad (gatea, se mueve a lo largo de un mueble, 
camina cuando le sostienen la mano) 
 Se apoya para pararse 
12 meses  Se para solo 
 Da los primeros pasos 
 Cambia unas cuantas páginas de un libro a la vez 
 Pone objetos pequeños dentro de un recipiente 
15 meses  Camina sin ayuda 
 Escala las sillas y otros muebles 
18 meses  Hace garabatos 
 Camina sin ayuda y algunas veces puede correr 
 Patea una pelota hacia adelante 
 Empuja un juguete en el patio 
24 a 30 meses  Garabatea en movimiento circular y puede dibujar líneas verticales 
 Corre bien, raras veces se cae 
 Camina y baja las escaleras solo 
 Se para en un pie sin apoyo 
 Cambia una sola página en un libro
49 
xvi
50 
xvii 
xviii Puntajes de preferencia manual en niños prematuros y de término. (0 es izquierda y 1 es derecha)
51 
xix 
xx 
xxi
52 
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b=12968039.4.10.1374784470&__utmc=12968039&__utmx=- 
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Secuelas cognitivas-motoras-y-conductuales-en-infantes-de-nacimiento-prematuro

  • 1. Instituto Superior de Estudios Psicológicos ISEP TESINA: “Secuelas cognitivas, motoras, y conductuales en infantes de nacimiento prematuro” Hazel Aquino de García Máster en Psicología Clínica Infantojuvenil Septiembre de 2013
  • 2. ÍNDICE Contenido Página Justificación ………………………………………………………………………………………………………….. i Objetivos ……………………………………………………………………………………………………………… ii Mapa Conceptual ………………………………………………………………………………………………… iii 1. Los bebés prematuros ……………………………………………………………………………… 1 1.1 Clasificación de los bebés prematuros según su edad gestacional ……… 3 1.2 Clasificación de los bebés prematuros según su peso al nacer …………… 5 1.3 Cifras y Porcentajes a Nivel Mundial …………………………………………………… 5 1.4 Factores que afectan el desarrollo neurológico …………………………………… 7 1.4.1 Bajo peso al nacer ……………………………………………………………… 9 1.4.2 El ambiente de la UCIN ………………………………………………………. 9 1.4.3 Patrones de sueño …………………………………………………………….. 13 2. Secuelas psicológicas de los prematuros a largo plazo ……………………………. 13 2.1 Secuelas cognitivas ………………………………………………………………………………. 17 2.2 Secuelas motoras …………………………………………………………………………………. 20 2.3 Secuelas conductuales …………………………………………………………………………. 23 3. Seguimiento y Atención a largo plazo ………………………………………………………… 27 4. Propuesta de Atención Integral Temprana …………………………………………………. 29 Anexos Anexo 1 …..................................................................................................................... 34 Anexo 2 …..................................................................................................................... 35
  • 3. Anexo 3 …..................................................................................................................... 35 Anexo 4 …..................................................................................................................... 36 Anexo 5 …..................................................................................................................... 36 Anexo 6 …..................................................................................................................... 37 Anexo 7 …..................................................................................................................... 38 Anexo 8 …..................................................................................................................... 39 Anexo 9 …..................................................................................................................... 40 Anexo 10 ..................................................................................................................... 41 Anexo 11 …..................................................................................................................... 42 Anexo 12 …..................................................................................................................... 44 Anexo 13 …..................................................................................................................... 45 Anexo 14 …..................................................................................................................... 46 Anexo 15 ....................................................................................................................... 47 Anexo 16 …..................................................................................................................... 49 Anexo 17 …..................................................................................................................... 50 Anexo 18 …..................................................................................................................... 50 Anexo 19 …..................................................................................................................... 51 Anexo 20 …..................................................................................................................... 51 Anexo 21 …..................................................................................................................... 51 Referencias Biliográficas …………………………………………………………………………………………. 52
  • 4.
  • 5.
  • 6. JUSTIFICACIÓN Actualmente, los niños y las niñas que nacieron antes del término de la gestación tienen mayores posibilidades de sobrevivencia gracias a los avances en la ciencia médica. Sin embargo, hay estudios que confirman que nacer antes de tiempo tiene repercusiones no solo durante los primeros días y meses fuera del vientre materno, sino también a largo plazo en áreas cognitivas, psicomotrices y conductuales afectando el rendimiento escolar de estos niños. Pese a estos estudios existe poca evidencia de programas integrales que ayuden específicamente a eliminar o aminorar estas secuelas en un tiempo oportuno puesto que la mayoría de ellos han sido realizados por especialistas en medicina y no en psicología. De esto parte la importancia del presente trabajo a fin de conocer a fondo las secuelas psicológicas que sufren, a largo plazo, los bebes prematuros y de aportar propuestas de intervención temprana para prevenir o disminuir las dificultades posteriores que pueden presentarse en la edad escolar.
  • 7. OBJETIVOS - Conocer las cifras y porcentajes de niños que nacen prematuros - Investigar sobre las secuelas psicológicas que sufren a largo plazo los niños nacidos pre-término. - Indagar sobre el seguimiento y la atención que se brinda a los niños prematuros. - Contribuir con propuestas de estimulación e intervención temprana accesibles a la población.
  • 8. MAPA CONCEPTUAL SECUELAS PSICOLÓGICAS DE LOS PREMATUROS Bebés prematuros Menos de 37 semanas Menos de 2,500 gramos Clasificación Según edad gestacional Prematuro tardío Gran prematuro Prematuro extremo Según peso Bajo peso Muy bajo peso Extremo bajo peso Cifras y porcentajes en el mundo Factores que afectan el desarrollo Bajo peso y edad gestacional El ambiente de la UCIN Estímulos auditivos Estímulos visuales Procedimientos de dolor crónico Patrones de sueño Secuelas psicológicas a largo plazo Cognitivas Motoras Parálisis cerebral Dificultades visomotoras y visoespaciales Conductuales TDAH Depresión, ansiedad, baja autoestima, aislamiento social Seguimiento a largo plazo Propuesta de Atención Integral Temprana
  • 9. 1 1. Los bebés prematuros Se considera prematuro a un bebé que ha nacido antes de completar las 37 semanas de gestación (259 días después del último periodo menstrual de la madre) (OMS, 2013) o que pesa menos de 2,500 gramos por lo cual no cuentan con la suficiente madurez biológica para sobrevivir sin un apoyo externo. Hasta la fecha no se conoce una causa específica para los partos prematuros; sin embargo hay una serie de factores de riesgo tan variados como (Kids Health, 2010) (Society of Pediatric Psychology, 2012):  Ingesta de alcohol y/o consumo de drogas durante el embarazo  Embarazos múltiples  Condiciones médicas de la madre tales como hipertensión y diabetes  Desnutrición u obesidad  Edad muy corta o muy avanzada de la madre  Estrés y horario laboral extenso (Niebler, 2010) Numerosos estudios han indicado que en la última década las probabilidades de sobrevivencia de los bebés prematuros han mostrado una notable mejoría gracias a la tecnología médica y a los avances en los servicios inmediatos al nacimiento, sobre todo en países desarrollados. No obstante, esta mejoría no se ha visto reflejada en la calidad de vida que estos niños desarrollan a largo plazo; es por tal razón que los estudios de pediatras neonatólogos hace veinte años se basaban en la sobrevivencia de éstos bebés, pero, desde hace algunos años, el enfoque es estudiar las secuelas que sufren a largo plazo y buscar formas de aminorarlas. Existen algunos problemas comunes de salud en los prematuros debido a la fragilidad de su cuerpo, éstos son (Kids Health, 2010):  Problemas respiratorios (displasia broncopulmonar, síndrome de dificultad respiratoria nenonatal)  Retinopatía
  • 10. 2  Hipotensión arterial  Infecciones Aunado al diagnóstico biológico, el pronóstico general de los niños prematuros puede verse afectado por lo que algunos expertos llaman el “Síndrome del infante vulnerable”. Éste se caracteriza por la percepción errónea de los padres de que los niños están constantemente en riesgo de sufrir lesiones o enfermedades debido a su prematuridad. Los padres pueden presentar algunos rasgos tales como:  Incapacidad para establecer límites apropiados  Sobreprotección  Excesiva preocupación por la salud de su hijo/a  Visualización de su hijo/a como incapaz de desarrollar independencia Esta sobreprotección por parte de los padres de los niños prematuros puede provocar:  Falta de control de la conducta de los niños  Extrema ansiedad por separación  Pobre rendimiento escolar  Dificultades en el desarrollo tales como problemas sociales y de aprendizaje  Percepciones distorsionadas de la propia salud del niño Finalmente, esto desemboca en una relación tensa entre padres e hijos y en falta de salud mental y emocional. (Molloy, 2012) Los pediatras establecen que la edad cronológica de los bebés prematuros debe ser corregida al momento de querer establecer los logros que han alcanzado en los hitos del desarrollo. Los pediatras neonatólogos a nivel mundial han llegado a un consenso de que la edad de estos bebés debe corregirse hasta que lleguen a los 3 años de edad. La edad corregida se calcula tomando como base la fecha probable de parto, la cual comúnmente se establece contando 40 semanas a partir del primer día del último periodo menstrual de la madre; un ultrasonido del feto también puede determinar esta fecha. Se resta el número de semanas de gestación en que nació el bebé de las 40 semanas que debió
  • 11. 3 haber completado y se obtiene la edad corregida. Por ejemplo: Un bebé que nace a las 35 semanas de gestación, tendrá 5 semanas ó 35 días que deben ser ajustados de su edad cronológica. (Low Birth Weight Neonatal Intensive Care Unit Graduate, 2005) Se corrige la edad para la valoración del peso, la talla, el perímetro cefálico, el cociente de desarrollo (CD) y las adquisiciones motoras; no así para las inmunizaciones. 1.1 Clasificación de los bebés prematuros según su edad gestacional (Pallás, Grupo PrevInfad/PAPPS, 2012)  Prematuro extremo: menor a 28 semanas de gestación Algunos países los denominan “micropremies” o “microprematuros”. Éstos son los bebés que presentan menor probabilidad de sobrevivencia y esta incrementa a medida que incrementa la edad gestacional. Los bebés con 23 semanas de gestación tienen de un 15% a un 40% de probabilidades de vida; este porcentaje oscila entre 55% y 70% para los bebés nacidos con 25 semanas y se aumenta un rango de 75% a 85% en los bebés con 26 y 27 semanas de edad gestacional. No obstante la tasa de supervivencia no garantiza una buena calidad de vida para éstos niños dado que un alto número sufre consecuencias a largo plazo. En los bebés nacidos hasta las 25 semanas, de un 30% a 40% se desarrollará normalmente sin dificultades mayores; pero existe un porcentaje de 20 a 35% de niños que pueden presentar parálisis cerebral, discapacidades intelectuales severas, sordera, ceguera o una combinación de ambas. En bebés nacidos con 26 y 27 semanas de gestación el panorama mejora. Solamente del 10% al 15% tienen riesgo de presentar problemas serios tales como parálisis cerebral, incapacidad intelectual, sordera y ceguera; sin embargo, crece la probabilidad de que presenten problemas moderados como discapacidad visual, problemas de control motor, asma crónica, dificultades de aprendizaje y problemas conductuales llegando a existir de un 50% a un 60% de riesgo. (Preemie Help)  Gran prematuro o muy prematuro: menor a 32 semanas de gestación
  • 12. 4 Estos bebes presentan excelentes probabilidades de superviviencia de 90% a 95%, sobre todo en los últimos años gracias a los avances en la ciencia médica. De 60% a 75% de estos bebés logran un desarrollo normal y de un 10% a un 15% se encuentra en riesgo de padecer de dificultades mayores de salud y las dificultades moderadas pueden presentarse en un 15 a 20 por ciento de los casos.  Prematuro tardío: de 34 a 36 semanas de gestación. La tasa de sobrevivencia de los prematuros tardíos es mayor al 95%. La mayoría de estudios con bebé prematuros tiende a darle importancia solamente a los bebés que son prematuros extremos o grandes prematuros dejando de lado este grupo de bebés que, aunque alcanzaron una edad gestacional más favorable, siguen siendo bebés nacidos antes del tiempo esperado. El cerebro de los bebés prematuros tardíos pesa solamente un 60% del peso aproximado de un bebé nacido a término, tiene menos surcos en su superficie y está menos mielinizado (Feldman, Weisman, Magori-Cohen, Louzoun, and Eidelman, 2011) (Pallás, Grupo PrevInfad/PAPPS, 2012); la tasa de probabilidades de presentar posteriores problemas moderados de salud y dificultades intelectuales es más alta que la de los bebés con 37 o más semanas de gestación. Estas dificultades incluyen problemas respiratorios, inestabilidad de la temperatura, hipoglicemia, apnea, convulsiones, infecciones y problemas de alimentación. Todas estas morbilidades tienen el potencial de desarrollar secuelas a largo plazo. Los bebés que nacen entre las semanas 34 y 36 tienen un riesgo que es 3.39 mayor que el de los bebés de término de presentar parálisis cerebral y 1.25 veces mayor de presentar discapacidad cognitiva. Además, los maestros de niños prematuros tardíos reportan puntajes bajos de lectura y un desempeño por debajo del alcanzado por niños nacidos a término en habilidades matemáticas. Estos datos reflejan que es importante darle una atención adecuada también a este grupo de niño sobre todo si consideramos que es un grupo creciente con porcentajes de 7.3 para el año 1990 y de 9.1 para el año 2005. (Vohr, 2009)
  • 13. 5 1.2 Clasificación de los bebés prematuros según su peso al nacer  Recién nacido de bajo peso extremo: niños que nacen con menos de 1000 g  Recién nacido de muy bajo peso: niños que nacen con menos de 1500 g  Recién nacido de bajo peso: niños con menos de 2500 g 1.3 Cifras y Porcentajes a Nivel Mundial El “Reporte de Acción Global sobre Partos Prematuros” presentado por la OMS en el 2012 estima que en el año 2010 cerca de 15 millones de bebés a nivel mundial nacieron antes de término; esto es, 1 de cada 10 bebés en el mundo. Este reporte muestra un alarmante incremento de partos prematuros nacionales en 65 países con más de 10,000 nacimientos anuales, aumentando de 2.0 millones en 1990 a cerca de 2.2 millones en el año 2010. (OMS, 2013) (Anexo 1i) La prematuridad se ha convertido en la segunda causa principal de muerte en niños menores de 5 años y es actualmente la causa principal de muerte en bebés durante el primer mes de vida fuera del útero. Diferentes regiones alrededor del mundo han llevado a cabo estadísticas de nacimientos prematuros y las han publicado a través de artículos y reportes generados por organizaciones dedicadas al cuidado de neonatos y por los departamentos estatales de salud en cada país. Algunas cifras relevantes se presentan a continuación: África y el Sur de Asia Más del 60 por ciento de los partos prematuros a nivel mundial ocurren en África y el Sur de Asia (Anexo 2ii); de los 11 países con tasas anuales de prematuridad mayores de 15%, 9 se encuentran en el continente africano. En el sur de Asia el rango oscila entre 14% y 20% de partos prematuros por año.
  • 14. 6 Estados Unidos El parto prematuro también es la principal causa de muerte de los recién nacidos en este país; por tanto, se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública en Estados Unidos. Para el año 2010, 12 de cada 100 bebés había nacido antes de las 37 semanas de gestación y, de 4 millones de bebés que nacen anualmente en Estados Unidos, más del 1.5% lo representan bebés nacidos antes de las 32 semanas (Varios, 2007); esta cifra constituye un 30% de incremento desde 1981 (NCHS, 2011). Aunque los porcentajes han ido mostrando un leve descenso año con año desde 2006 (Anexo 3iii), la tasa anual de nacimientos prematuros aún sigue siendo de las más altas a nivel mundial. “March of Dimes”, una organización de fines de lucro en Estados Unidos cuya razón de ser es garantizar la salud de los neonatos, ha establecido para el año 2020 una meta de 9.6% de niños prematuros. Europa El porcentaje de bebés prematuros oscila entre 5.5 en Irlanda y 11.4 en Austria (Anexo 4)iv, un promedio de 7.1% de todos los bebés nacidos vivos. Este promedio representa más de medio millón de niños prematuros por año. (Niebler, 2010) En países como España las cifras se han duplicado en cuestión de una década, pasando de tener alrededor de 17,000 niños prematuros en 1997 a más de 33,00 en el 2006. (López Ferrado, 2008) La Fundación Europea para el Cuidado de los Infantes Neonatos (EFCNI por sus siglas en inglés) ha tomado la iniciativa de presentar informes con las cifras de nacimientos prematuros de cada país de la Unión Europea con el fin de concientizar a los diferentes gobernantes sobre el creciente problema de la prematuridad y la importancia de crear políticas de salud neonatal y de seguimiento a largo plazo para los niños nacidos pretérmino. El Salvador El Ministerio de Salud de El Salvador se une a los países que reportan los nacimientos prematuros como un problema creciente en nuestra sociedad actual y lo denomina un
  • 15. 7 “problema sanitario de primer orden”. Del año 2006 en que se estimó un 10.1% de partos prematuros, éstos pasaron a representar el 11.0% de todos los partos a nivel nacional en el año 2011. (Quinteros, 2012) El Hospital Nacional Especializado de Maternidad reportó para el año 2010 un 18.2% de partos prematuros de un total de 13,542 nacimientos. Otro hospital de la región reportó que mensualmente atienden un promedio de 450 partos, de los cuales al menos 63 son partos prematuros. Además reportan que del año 2010 al año 2011 hubo un incremento del 7% en nacimientos de bebés prematuros (Quintanila, 2011). Las cifras en los últimos años comienzan a mostrar leves descensos, pero aún es demasiado pronto para asegurar que esto será una tendencia en años venideros. 1.4 Factores que afectan el desarrollo neurológico Existe una diversidad de factores que pueden estar presentes en la vida de los prematuros y que pueden afectar su salud física y mental a largo plazo. Algunos factores están relacionados a enfermedades físicas que ocurren frecuentemente en los bebés prematuros, otros se relacionan con el ambiente y con las situaciones que este grupo de niños debe atravesar durante su desarrollo. Dentro del grupo de enfermedades físicas que pueden afectar el desarrollo neurológico encontramos las siguientes (Araoz, 2010):  Desnutrición  Microcefalia (perímetro cefálico inferior al percentil 3)  Diagnóstico de Retinopatía del prematuro que requirió tratamiento  Enfermedad pulmonar crónica (llamada Displasia Broncopulmonar)  Diagnóstico de enfermedades congénitas del metabolismo o enfermedades infecciosas  Diagnóstico de Hemorragia intracraneana en sus grados 3 o 4  Diagnóstico de Leucomalacia quística  Convulsiones neonatales (Fernández López T, 2012)
  • 16. 8 Existen también factores biológicos que pueden contribuir al riesgo de dificultades a nivel neurológico. Uno de ellos es el volumen de masa gris y blanca en el cerebro de los bebés prematuros. Un estudio ha comprobado que los bebés nacidos antes de término poseen menores volúmenes de masa gris cortical y de masa blanca mielinizada, así como áreas de cuerpo calloso más pequeñas en comparación con las de los bebés nacidos a término. Además, estudios más recientes se refieren no solo a la diferencia en volúmenes sino a la diferencia entre niveles de conectividad microestructural en el cerebro de los bebés. Al parecer, los bebés prematuros presentan menor conectividad que los bebés de término. Pese a la importancia de este estudio, el hallazgo más valioso es que han descubierto que las intervenciones cognitivas pueden mejorar la conectividad microestructural lo cual es esperanzador para los niños prematuros y sus padres (Varios, 2009). Otro factor biológico que incide en el desarrollo neurológico de los bebés prematuros es el hecho de que sus órganos se encuentran inmaduros y deberán madurar fuera del útero de la madre lo cual implica una serie de intervenciones. Al madurar fuera del vientre materno, existe el riesgo de que haya menor aportación de oxígeno y de elementos nutricionales. Existe un riesgo aún mayor si además hubo dificultades de crecimiento mientras estuvo en el vientre materno, lo cual ocurre con un 20% de los bebés nacidos pretérmino. Este problema se refiere a que el feto recibe menos nutrientes y menos oxígeno debido a ciertas anomalías en la placenta. El doctor Eduard Gratacós, jefe de medicina maternofetal del hospital Clínic de Barcelona, explica: "Si el cerebro detecta que hay una restricción, redistribuye su sangre, priorizando el riego de las áreas que controlan los automatismos fisiológicos, como la respiración, y restringe los aportes a otras áreas superiores relacionadas con tareas cognitivas y emociones. No hay una verdadera lesión, pero sí una reprogramación que influye en las áreas relacionadas con las funciones cognitivas.” (López Ferrado, 2008) Explicar todos los factores biológicos que repercuten en el desarrollo neurológico de los bebés prematuros se convierte en tarea compleja porque requiere la descripción de una serie de tareas y procesos que ocurren durante los últimos meses de gestación, tiempo que no alcanzan muchos de estos bebés. Algunos procesos son: “migración neuronal, proliferación de células de la glía, formación de axones y espinas dendríticas, establecimiento de sinapsis, mielinización y muerte celular programada” (Araoz, 2010).
  • 17. 9 Además de todos los factores mencionados anteriormente, hay 3 factores que tienen mucha incidencia en el desarrollo neurológico de los bebés prematuros. Estos se describen a continuación: 1.4.1 Bajo peso al nacer y la edad gestacional Muchos estudios han demostrado que los riesgos de repercusiones a largo plazo aumentan en una relación inversa al peso y la edad gestacional de los bebés; es decir, que a mayor peso y edad gestacional, existe menor riesgo de presentar discapacidad o dificultades en el desarrollo. Las tasas mundiales de discapacidad cognitiva oscilan entre un 14% y un 39% a las 24 semanas de gestación, de 10% a 30% a las 25 semanas, de 4% a 24% antes de las 26 semanas y de 11% a 18% antes de las 29 semanas. En los infantes con peso menor a 800 g. las tasas de discapacidad cognitiva van del 13% al 50%, pero en los bebés de peso menor a 1,250 g. la tasa es del 26% (Vohr, 2009) El Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD por sus siglas en inglés) en Estados Unidos ha reportado rangos de 37% a 47% de discapacidad cognitiva en bebés nacidos entre las semanas 22 y 26 de gestación y rangos de 23% a 30% en bebés nacidos entre las semanas 27 a 32 de desarrollo intrauterino. Para los bebés con peso menor a 1000 g. el rango oscila entre 34% y 37%. (Ramachandrappa, 2009). Todos estos porcentajes muestran claramente la importancia que una semana puede significar en el desarrollo y en los efectos a largo plazo en los bebés prematuros; para ellos cada día cuenta. 1.4.2 El ambiente de la UCIN La hospitalización desde el nacimiento ha sido detectada como un factor causante de problemas conductuales a los 5 años de edad ya que las enfermedades y los padecimientos físicos crónicos en la infancia han mostrado estar ligados a dificultades en la conducta de niños de muy bajo peso al nacer (Varios, 2009). Si a esto le agregamos el hecho de que en países no desarrollados y en vías de desarrollo el número creciente de bebés prematuros sobrepasa la capacidad de los hospitales con unidades de cuidados intensivos para brindar la atención que estos niños requieren. Al sobresaturarse los hospitales, las medidas de higiene y seguridad se ven reducidas aumentando el riesgo de contraer enfermedades infecciosas que, nuevamente ponen el riesgo la vida de los bebés, aumenta el número de días de estadía
  • 18. 10 hospitalaria y como consecuencia, las probabilidades de tener repercusiones a largo plazo (Quinteros, 2012) Diversos estudios han hablado sobre los efectos negativos que la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales puede tener en los bebés prematuros. Algunos de los factores dentro de la UCIN que pueden ser perjudiciales son: los estímulos visuales, los estímulos auditivos y los procedimientos que involucran dolor crónico.  Los estímulos auditivos pueden provocar dificultades auditivas a largo plazo que pueden tener como última consecuencia la sordera total. La Academia Americana de Pediatría (AAP por sus silgas en inglés) ha presentado una comparación de los sonidos y ruidos escuchados en nuestro ambiente y su traducción en decibeles a lo que los bebés escuchan dentro de una incubadora en la cual los sonidos se magnifican. De tal manera que golpear suavemente una incubadora con los dedos es el equivalente al ruido que se escucha cuando hay tráfico pesado y cerrar la ventana plástica de la incubadora es equivalente a escuchar el motor de un cortacésped eléctrico (Anexo 5)v. Los riesgos a los que se enfrenta un bebé que ha recibido sobreestimulación auditiva son:  Pérdida auditiva  Alteraciones de la atención y el aprendizaje  Pacientes se consideran distraídos, hiperactivos o desinhibidos  Alteración de la memoria auditiva. Comprensión y desordenes de audición y lenguaje La AAP recomienda monitorear sonidos en la UCIN y estos no deben exceder los 45 decibeles, es decir, el nivel de ruido que escuchamos durante una noche regular en zonas residenciales (Noise: A Hazard for the Fetus and Newborn, 1997). Además de esto, establece algunas recomendaciones para las personas que laboran o ingresan a una UCIN; algunas de estas recomendaciones son: Evitar escribir o colocar objetos sobre las incubadoras, cerrar con cuidado las puertas de las incubadoras, realizar las conversaciones realizarse lejos de la cama del paciente o completamente fuera del área de cuidados, utilizar zapatos que no hagan ruido, reemplazar equipos de metal
  • 19. 11 con equipos plásticos (basureros) y remover radios, intercomunicadores, o cualquier objeto que produzca sonidos de las UCIN, uso de alfombras, techos acústicos y materiales que absorban sonido mantener las incubadoras cubiertas. El objetivo principal es disminuir todos los sonidos a la mayor medida posible de manera que la incubadora represente el vientre materno y los niveles de audición que tendría allí.  Los estímulos visuales son igualmente perjudiciales si no se mantienen dentro de los niveles recomendados y pueden tener las siguientes repercusiones en los bebés prematuros:  Aumento de la incidencia de retinopatía  Alteración de los ritmos biológicos, alteración del sueño, alteraciones endocrinológicas  Reducción de niveles de saturación de oxígeno  Impacto en el crecimiento y el desarrollo  Déficits de percepción visual: relación espacial-visual, coordinación viso-motora y memoria visual Algunas recomendaciones que establece la Asociación Americana de Pediatría: os niveles del ambiente de luz no deben de exceder las 60 ftc, excepto cuando se requiera tratamientos o cuidados especiales, limitar la radiación innecesaria de luz ultravioleta e infrarroja por medio de filtros o lámparas apropiadas, no tener luz ambiental directa más que la necesaria para realizar procedimientos, procurar niveles de luz muy bajos, hasta casi la oscuridad, en algunos momentos del día para permitir el desarrollo de ritmos circadianos de algunos bebés, usar lámparas individuales a la par de la cama del bebé, cubrir las incubadoras durante las horas de descanso del paciente, para crear un periodo de oscuridad, polarizar las ventanas externas y colocar a los bebes menores de 32 semanas lejos de la luz solar directa.  Procedimientos que involucran dolor crónico
  • 20. 12 Dentro de la UCIN, los bebés deben atravesar procedimientos que causan dolor como por ejemplo la inserción de sondas, catéteres y otros utensilios médicos. El bebé es conectado a una gran cantidad de máquinas que lo ayudarán a recibir líquido y nutrientes, así como también controlarán su presión sanguínea, su frecuencia cardíaca, su respiración y su temperatura; no obstante, estos procedimientos tendrán su repercusión más adelante. Estudios han demostrado que las dificultades del neurodesarrollo alrededor de los 20 meses de edad corregida tienen una relación directamente proporcional al tiempo de necesidad de ventilación mecánica en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (Vohr, 2009). 1.4.3 Patrones de sueño Uno de los determinantes de la maduración neurológica en los bebés prematuros es la organización del sueño; este provee una base para el crecimiento físico, regulación de los estados de excitación y el desarrollo cognitivo. Puesto que el parto antes del término supone una interrupción del reloj biológico, los bebés prematuros frecuentemente presentan patrones desorganizados de sueño y estos patrones se han asociado a consecuencias a corto y largo plazo. Estudios han ligado los índices del desarrollo mental con la disminución de horas de sueño nocturno en bebés de 6 meses; asimismo en bebés de 52 semanas han asociado sus puntajes con mayor estabilidad de los periodos prolongados de sueño sostenido. En un reciente estudio en Jesuralén, Israel con 143 niños de bajo peso al nacer y con un promedio de 31.8 semanas de gestación se constataron algunas de estas relaciones entre sueño y desarrollo de los niños. El estudio estaba focalizado en los diferentes estados de sueño, particularmente en los patrones de transición entre el estado alerta y el estado de reposo. La transición entre estos dos estados sirve como un índice de maduración del sistema nervioso central. Por lo tanto, los médicos encargados del estudio predijeron que los bebés nacidos pretérmino cuyo sueño estuviese caracterizado por transiciones más organizadas entre estados alertas y de reposo, tendrían mayor consolidación de su reloj biológico lo cual se traduciría en un mejor desempeño en áreas funcionales. A diferencia de estos, los bebés cuyo patrón de sueño estuviese caracterizado por transiciones entre estados de mucha excitación, tales como sueño activo y llanto, mostrarían conductas disreguladas
  • 21. 13 resultando en un desempeño más pobre (Feldman, Weisman, Magori-Cohen, Louzoun, and Eidelman, 2011) La tabla del anexo 6vi muestra los resultados obtenidos para los 3 grupos evaluados, el grupo de alta excitación, el grupo de sueño organizado y el grupo de sueño desorganizado respectivamente. En todos los índices evaluados, los niños del grupo con sueño organizado obtuvieron mejores puntajes que los otros dos grupos. Puesto que los niños fueron evaluados en diferentes edades, es interesante notar que a mayor edad la diferencia entre los puntajes se incrementa igualmente, es por tal razón que las diferencias en el desempeño y en funciones ejecutivas entre niños prematuros y niños nacidos a término se detectan generalmente hasta que los niños están en edad escolar puesto que para entonces, las diferencias son más evidentes y las dificultades más marcadas. En respuesta a la desorganización de los patrones de sueño de los bebés prematuros y de los otros aspectos mencionados anteriormente que afectan el desarrollo neurológico, muchos hospitales en países alrededor del mundo han implementado diferentes programas para aminorar las repercusiones que estos factores tienen en el desarrollo de los niños. El programa más común es de la madre canguro. Este se originó en Colombia en 1978 por iniciativa de los doctores Edgar Rey, Héctor Martínez y Luis Navarrete. El método de la madre canguro tiene consiste en el contacto piel a piel entre la madre y el bebé por periodos prolongados de tiempo, así como la lactancia materna de forma exclusiva. Tiene como objetivo mejorar la regulación de la temperatura de los bebés prematuros, lograr un crecimiento más rápido y una mejor respuesta de los órganos del bebé a los tratamientos médicos. Esto, finalmente se traduce en una disminución de los efectos del bajo peso al nacer, disminución de la tasa de mortalidad infantil, mejoramiento la nutrición y del desarrollo temprano y en una disminución del tiempo de estancia hospitalaria reduciendo también todos los riesgos que esta conlleva. En El Salvador, este programa se implementó por primera vez en el año 2010 en el Hospital Nacional Especializado de Maternidad “Dr. Raúl Argüello Escolán” (Quinteros, 2012). 2. Secuelas psicológicas de los prematuros a largo plazo Las consecuencias de un parto prematuro a largo plazo son muchas y son variadas, desde dificultades de tipo físico hasta afectar la conducta y el ambiente familiar. (Anexo 7)vii (OMS, 2013) De acuerdo a la Asociación Americana de Pediatría los niños nacidos antes de término
  • 22. 14 presentan mayor riesgo de tener dificultades socio-emocionales, neuroconductuales y cognitivas; además, los niños nacidos pretérmino muestran mayores problemas de atención y aprendizaje y pobre funcionamiento cognitivo a través de la infancia y la adolescencia (Feldman, Weisman, Magori-Cohen, Louzoun, and Eidelman, 2011). Estas consecuencias adversas aparecen incluso con frecuencia en aquellos niños en los que las complicaciones iniciales quedaron resueltas y que tuvieron un curso neonatal normal. En Estados Unidos la prematuridad se encuentra en 45% de los niños con parálisis cerebral, en el 35% con alteraciones visuales y en el 25% con alteraciones auditivas y cognitivas (Fernández López T, 2012). Los estudios han demostrado que los bebés con bajo peso al nacer tienen más probabilidad de presentar discapacidad neurológica leve (desviaciones del habla, balance, coordinación, tono, motricidad fina y tareas visomotoras que no implican disfunción cerebral pero que se encuentran asociadas a dificultades de aprendizaje, coeficiente intelectual bajo, déficit de atención, autismo y conductas internalizantes y externalizantes) en comparación con los niños que llegan a término con un peso adecuado. De un 10% a un 11% de los bebés que presentan bajo peso al nacer muestran signos de discapacidad neurológica leve; estos porcentajes representan el doble del riesgo que tienen los niños con peso normal (Ricart, 2008). Estudios realizados en Estados Unidos, Europa y Australia revelan que al ingresar al colegio, se detectan discapacidades menores de desarrollo en un 30% a 40% de los niños prematuros y cerca de un 20% presenta discapacidades mayores. Los déficits presentados por estos infantes pueden persisitir en la adolescencia y en la adultez. En el grupo de estudio colaborativo de infantes en Victoria, Australia, 14% de los bebés nacidos pretérmino con extremo bajo peso al nacer fue clasificado como severamente discapacitado a la edad de 14 años y 15% fue catalogado como moderadamente discapacitado, mientras que solo un 2% de los bebés de término fue catalogado en estas categorías. Datos similares se revelaron al evaluar a 1,907 niños en Holanda nacidos a las 33 semanas de gestación con un peso de 1500 gramos al nacer. A los 14 años más de la mitad de los adolescentes presentó desórdenes de atención, aprendizaje y habilidades socioemocionales (Varios, 2004). Un enfoque práctico para evaluar el neurodesarrollo de un niño es recolectar información de sus habilidades funcionales de ejecución en el día a día. La evaluación funcional se refiere al proceso de determinar la habilidad de un niño para llevar a cabo tareas de la vida diaria y
  • 23. 15 para cumplir con los roles sociales que se esperan de los niños física y emocionalmente saludables de su misma edad y de su mismo nivel cultural. Estas tareas pueden ser: alimentarse solo, bañarse, mantener la continencia, la comunicación y el juego. Los bebés prematuros que presentan muy bajo peso al nacer muestran mayores tasas de limitaciones en estas tareas funcionales que los niños con peso normal al momento del parto; esto se debe a los altos porcentajes de dificultades que se encuentran en áreas cognitivas, motoras, neurosensoriales y conductuales en los niños de muy bajo peso. Aunque el 93% de los bebés prematuros de extremo bajo peso logran el equilibrio necesario para sentarse y 86% logran alimentarse solos entre los 18 y 22 meses de edad corregida, algunos déficits más sutiles de carácter funcional se vuelven más evidentes al aumentar la edad. Entre los 10 y los 14 años, 27% de los niños con muy bajo peso al nacer y 32% de los niños con extremo bajo peso al nacer mostraron una actividad física con restricciones; asimismo, el 24% de los niños con muy bajo al nacer y el 29% de los niños con extremo bajo peso al nacer reportó incapacidad para participar en actividades deportivas (Vohr, 2009). En otra región del mundo, el Servicio de Pediatría del Hospital de Móstoles en Madrid, España desarrolla un programa de seguimiento con niños de peso inferior a 1.500 g o edad gestacional inferior a 32 semanas. De acuerdo a sus observaciones han catalogado las secuelas de estos niños a largo plazo en discapacidad leve presentada por 8% a 23% de los bebés prematuros, discapacidad moderada (8% al 57% de los niños prematuros, y discapacidad grave presente en 6% a 20% de los bebés nacidos antes de término (Fernández López T, 2012). En las secuelas leves describen niños con un coeficiente intelectual cercano al de niños nacidos a término pero con dificultad en el aprendizaje de ciertas materias, problemas motores y visuales leves, retraso en la adquisición del lenguaje, trastornos de comunicación, coordinación y aprendizaje. En las secuelas moderadas se refieren a niños con un coeficiente intelectual perteneciente a un retraso mental moderado (50-75), con independencia razonable, con alteraciones visuales sin ceguera, parálisis cerebral variable con la posibilidad de caminar, hipoacusia con probabilidades de mejorar con tratamiento y trastornos moderados del lenguaje. En las secuelas graves hacen referencia a niños totalmente dependientes de sus cuidadores, retraso mental con coeficiente intelectual menor de 50, ceguera, sordera, parálisis cerebral sin posibilidad de caminar y trastornos graves del lenguaje (Anexo 8)viii (Fernández López T, 2012).
  • 24. 16 Otra área que puede ser perjudicada en los bebés prematuros es el área del lenguaje que se ve afectada cuando los bebés deben permanecer en incubadora a causa de su bajo peso y/o de su corto tiempo de gestación. Numerosos estudios han reportado que el habla y el desarrollo del lenguaje en los bebés prematuros puede retrasarse debido no solo a los niveles de ruido a los que se encuentra expuesto el bebé, sino también debido a que la cantidad de lenguaje oral al que tienen alcance es poca en comparación con un bebé que completa su crecimiento dentro del vientre materno. La voz de la madre es un estímulo principal que se presenta durante el desarrollo del sistema auditivo del bebé y esto tiene gran importancia para el desarrollo del habla y para el procesamiento del lenguaje. Cuanto más escuchan los bebés la voz de sus padres, más rápida es la adquisición del lenguaje y la expansión de su vocabulario, lo cual finalmente se traduce en mayores coeficientes intelectuales. Investigadores del Departamento de Pediatría del Hospital de Mujeres e Infantes en Providence, Rhode Island llevaron a cabo un estudio para determinar si los bebés nacidos antes de término tendrían más vocalizaciones (sonidos de los bebés), al estar expuestos a mayor lenguaje adulto. En el estudio participaron 36 bebés prematuros con peso de 1,250 gramos o menos que fueron evaluados a las 32 y a las 36 semanas. Los resultados demostraron que los bebés prematuros tienen vocalizaciones desde las 32 semanas y que éstas se incrementaron significativamente a las 36 semanas; es decir, que los bebés prematuros comienzan a producir vocalizaciones 8 semanas antes de la edad típica para los recién nacidos. Un hallazgo importante de esta investigación es que el habla por parte de los padres del bebé es el mayor predictor de vocalizaciones a las 32 semanas y de turnos conversacionales a las 36 semanas; esto es porque los bebés participaron más en turnos de conversación cuando sus padres se encontraban presentes en comparación a la participación que tenían al escuchar lenguaje de otras personas (Molloy, 2012). De todas las secuelas a largo plazo mencionadas con anterioridad, tres son de gran importancia para el presente trabajo y se detallarán de manera más minuciosa a continuación:
  • 25. 17 2.1 Secuelas cognitivas Los estudios con bebés prematuros y sus secuelas a largo plazo se centran principalmente en las dificultades cognitivas puesto que esta es el área que generalmente presenta mayores consecuencias. En un estudio de seguimiento a la edad de 8 años con niños nacidos prematuros con extremo bajo peso, estos tenían una probabilidad 10 veces mayor de presentar un coeficiente intelectual con puntuaciones menores a 70 que los bebés de peso normal al nacer. Las estadísticas señalan que 65% de los bebés prematuros tienen coeficientes intelectuales dentro del rango normal o arriba del rango normal, 25% de los bebés prematuros presenta un coeficiente intelectual limítrofe y de un 5% a un 10% muestra discapacidades cognitivas severas (Preemie Help). En la infancia, de los 3 a los 8 años, las habilidades verbales son las más afectadas, principalmente la comprensión gramatical, la comprensión auditiva de nombres y dibujos y la complejidad de órdenes verbales de complejidad creciente. En los adolescentes, las dificultades más marcadas son en el CI global, en la lectura (Roth et al. 2001, O’Brien et al., 2004) y en las habilidades de cálculo destacando las operaciones numéricas y el razonamiento matemático (Isaacs et al., 2001). Muchas de estas dificultades tienen su origen en la diferencia en peso y tamaño cerebral de los niños prematuros en comparación con sus pares nacidos a término. Las diferencias se manifiestan en los ventrículos cerebrales, ganglios basales, el cuerpo calloso, la amígdala, el hipocampo, el cerebelo y amplias zonas del córtex; dando como resultado un coeficiente intelectual limítrofe, dificultades de aprendizaje y dificultades de atención entre otros (Araoz, 2010). Algunas de estas secuelas se pueden detectar a temprana edad; sin embargo las dificultades más sutiles generalmente se logran detectar hasta que los niños se encuentran en edad escolar y es alarmante encontrar que estas alteraciones ocurren en un 50% a un 70% de los niños nacidos antes de término; sobre todo en los bebés con muy bajo peso y con extremo bajo peso al nacer. "Son problemas que si no los buscas activamente no los ves hasta que el niño tiene alrededor de 5 años, cuando empieza la escuela, con lo que se pierde la oportunidad de aprovechar la plasticidad del cerebro del bebé para corregirlos", explica Eduard Gratacós, médico del Hospital Clínic de Barcelona (López Ferrado, 2008). La evaluación del neurodesarrollo en la época escolar es mejor apreciada por el hecho de que
  • 26. 18 el psicólogo cuenta con instrumentos de diagnóstico más seguros y veraces que en épocas anteriores de la edad infantil. Las dificultades pueden incluir problemas en la memoria, específicamente en la memoria verbal, tareas de procesamiento visual, exámenes de desempeño académico y funcionamiento adaptativo. Los maestros de niños que presentaron muy bajo peso al nacer reportaron que del 24% al 41% de los niños presenta un rendimiento académico debajo del promedio; aproximadamente 25% de los infantes con muy bajo peso al nacer y de un 25% a un 62% de los infantes con extremo bajo peso al nacer reciben servicios especiales de educación y entre un 15% y un 34% de niños repiten grado escolar. Un estudio realizado en el Reino Unido e Irlanda estuvo compuesto por todos los bebés nacidos alrededor de las 25 semanas y 6 días desde marzo hasta diciembre del año 1995. Los niños fueron evaluados por un profesional de psicología con la Batería de Evaluación de Kaufman para Niños (K-ABC); además, se obtuvo información por parte de los maestros de los niños acerca del rendimiento académico de ellos. Los resultados obtenidos manifiestan la incidencia de la prematuridad en el desarrollo cognitivo de los niños. El puntaje de los niños nacidos a término refleja una media de 105 (99-113) en tanto que la media de los puntajes de los niños nacidos a las 25 semanas fue de 90 (78-99) (Anexo 9)ix (Marlow, Hennessy,Bracewell and Wolke, 2007). En Victoria, Australia se realizó un estudio con 317 prematuros extremos de 28 semanas o con extremo bajo peso menor a 1000g. nacidos en 1997. Los niños fueron sometidos a cuidados intensivos y solamente 201 niños alcanzaron los 2 años de edad. A la edad de 8 años estos niños fueron evaluados con la Escala de Inteligencia de Weschler para Niños (WISC-IV) para medir la habilidad cognitiva general y con el WRAT3 para evaluar el aprovechamiento académico. Los resultados del WISC-IV mostraron diferencias significativas entre los puntajes de los bebés con extremo bajo peso y con menos semanas de gestación y los bebés de término y de peso normal, siendo los puntajes de estos últimos mucho más elevados. En cuanto a los resultados del WRAT3, los resultados fueron similares; los niños con prematurez extrema y con extremo bajo peso obtuvieron puntajes más bajos que los niños de peso normal y de gestación a término (Anexo 10)x (Harvard). Los investigadores también reportaron resultados de acuerdo a la edad gestacional y al peso, haciendo dos
  • 27. 19 grupos para cada categoría. En relación al peso dividieron a los bebés en un grupo de infantes con peso menor a 750 gramos y otro con infantes de 750 a 999 gramos; el grupo con menor peso mostró un desempeño menor en todas las escalas cognitivas en relación al segundo grupo; no obstante solamente las escalas de Comprensión. El mismo fenómeno sucedió al comparar los puntajes de aprovechamiento académico. En cuanto a la edad gestacional, dividieron a los bebés en un grupo con edades gestacionales de 23 a 25 semanas y otro grupo con edades de 26 a 27 semanas de gestación. El grupo con número de semanas de gestación presentó mejores resultados que aquellos nacidos entre las semanas 23 y 25 de gestación (Anexo 11)xi. Un meta análisis utilizando los resultados de 16 diferentes estudios realizado en el 2002 concluyó que el coeficiente intelectual de los bebés disminuye entre 1.5 y 2.5 de media por cada semana que se disminuye de edad gestacional (Fernández López T, 2012). En un estudio similar realizado por el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (INSERM por sus siglas en francés) y publicado por la revista “The Lancet”, se trabajó con 2,901 bebés prematuros nacidos en Francia entre las 22 y las 23 semanas de embarazo del año 1997. Los resultados muestran que “40% de los grandes prematuros presentan problemas cognitivos en diferentes grados a la edad de 5 años” (López Ferrado, 2008). Asimismo, reflejan que la edad gestacional tiene una relación proporcionalmente inversa con las deficiencias cognitivas pues solo un 16% de los bebés nacidos a término presenta algún tipo de alteración cognitiva; sin embargo, 31% de los niños nacidos entre las semanas 29 y 32 requieren de cuidados especiales y este porcentaje se incrementa a 42% para los niños nacidos entre las semanas 24 y 28. Estos hallazgos nos permiten afirmar que a mayor edad gestacional y mayor peso al momento de nacer, menor es la probabilidad de que el infante presente problemas cognitivos y por ende, menor es la probabilidad de que presente dificultades en su rendimiento académico. Es importante realizar mediciones del coeficiente intelectual en diferentes etapas de la vida de los bebés prematuros con el fin de detectar cambios en el desarrollo a través del tiempo y predecir la capacidad de estos niños para nivelarse con los niños nacidos a término. Los estudios demuestran que entre los 2 y los 4 años de edad se pueden detectar trastornos del habla, trastornos motores finos y conductas anormales; de los 5 años en adelante se pueden
  • 28. 20 observar casos menos graves de torpeza motora, cocientes de desarrollo menores a 85 y trastornos del aprendizaje; finalmente, en los adolescentes entre 14 y 15 años aproximadamente se pueden manifestar dificultades de lectura y cálculo así como un CI disminuido. Un número creciente de investigaciones ha centrado su atención en los puntajes de habilidades cognitivas en la adolescencia y en la edad adulta. Las diferencias cognitivas en estas etapas de la vida de los prematuros son más evidentes en las tareas de percepción visual y las diferencias académicas se evidencian en lectura y en matemáticas. Como consecuencia, solamente entre un 56% y un 74% de adolescentes prematuros se gradúan de la escuela, siendo un porcentaje significativamente menor al de los adolescentes que nacieron a término. (Vohr, 2009). Un grupo de investigación estudió los cambios cognitivos a través del tiempo en bebés prematuros nacidos con muy bajo peso y encontraron que la discrepancia de coeficientes intelectuales entre estos bebés y los bebés de peso normal era mayor a los 5 años, con 7 puntos de diferencia, que a los 11 años con 4 puntos de diferencia. Otros estudios llevados a cabo en Estados Unidos, Europa y Australia han revelado bajo desempeño educativo en los niños que fueron producto de un parto prematuro y muestran que, al compararlos con los bebés nacidos a término, un menor número de ellos continúa su educación al graduarse de la escuela, un menor número tiene empleos de tiempo de completo y un menor número vive fuera de su hogar parental en la adultez. (Varios, 2004). 2.2 Secuelas motoras Las secuelas motoras de un nacimiento prematuro son tan variadas como las secuelas cognitivas; desde una parálisis cerebral total hasta dificultades motrices que no se pueden descubrir a simple vista. Generalmente, para los padres es difícil detectar cuando los niños tienen una dificultad en el desarrollo de sus habilidades motrices puesto que no tienen un parámetro de medición sobre qué esperar en cada etapa del desarrollo de los niños y es aquí donde la evaluación motora cobra mucha importancia dado que las dificultades en esta área si pueden detectarse mucho antes de que los niños ingresen a la escuela. La evaluación motora es de gran necesidad en los bebés prematuros, pero se vuelve imprescindible en los
  • 29. 21 prematuros extremos y en los bebés con extremo bajo peso al nacer ya que este grupo presenta riesgo de sufrir un retraso en el desarrollo de las habilidades motrices finas y gruesas; dificultades que pueden impactar negativamente el rendimiento académico del niño así como su relación con otros. En la evaluación, es necesario valorar el tono, los reflejos, la postura y la calidad del movimiento; así como también es necesario comprobar que el desarrollo motor se haya dado en el orden correspondiente, tanto en el desarrollo motor grueso (actividades que involucran a los músculos mayores y que ayudan a los niños a desplazarse en el ambiente, tales como: mantener el equilibrio de la cabeza, del tronco, movimiento de las extremidades, gatear, ponerse de pie y desplazarse con facilidad para caminar y correr) como en el desarrollo motor fino (acciones que involucran movimientos y músculos menores como: dar palmadas, la habilidad de pinza, realizar torres de piezas, tapar o destapar objetos, cortar con tijeras, hasta alcanzar niveles muy altos de complejidad). Al igual que en el área cognitiva, actualmente la valoración en el área motora se centra mayormente en la capacidad funcional de los niños porque es esta la que determinará la calidad de vida que el niño tenga; y para tal efecto, el Instituto Nacional de Salud del Niño y Desarrollo Humano (NICHD) ha establecido una serie de algoritmos y escalas funcionales las cuales dirigen al profesional paso a paso para determinar la gravedad de la discapacidad motora (Anexo 12)xii (Fernández López T, 2012). Además, hay algunos signos de alarma por etapa de desarrollo que pueden ser indicadores de que existe un problema a nivel motor (Anexo 13)xiii (Fernández López T, 2012). Para efectos de una mejor comprensión de las secuelas motoras de los bebés prematuros, estas se dividirán en dos categorías: secuelas mayores o graves y secuelas menores o leves. Secuelas mayores La parálisis cerebral se refiere a un grupo de desórdenes del desarrollo del movimiento y la postura que limitan la actividad en el niño. Los desórdenes motores de la parálisis cerebral generalmente están acompañados de perturbaciones en la sensación, cognición, comunicación, percepción y conducta. Es la secuela que se presenta más frecuentemente en los niños de muy bajo peso y de extremo bajo peso al nacer (alrededor del 10% al 20% de los bebés (Low Birth Weight Neonatal Intensive Care Unit Graduate, 2005)), así como en los bebés de menor edad gestacional manteniendo una relación proporcionalmente inversa
  • 30. 22 entre semanas de gestación y porcentaje de bebés que presentan parálisis cerebral. Aproximadamente un 50% de los niños que presentan esta discapacidad motora ha sido producto de un parto prematuro. El NICHD establece un algoritmo exclusivo para la detección de la parálisis cerebral en los niños (Anexo 14)xiv. El diagnóstico definitivo puede darse a partir de los 4 años de edad. Secuelas menores En general, los bebés prematuros tienden a presentar ciertos retrasos en el desarrollo de habilidades motrices sin que estos retrasos necesariamente signifiquen una discapacidad, sino solamente un desarrollo más tardío. En estos casos es conveniente contar con una guía que nos brinde parámetros de edad para los hitos del desarrollo motor en los bebés y los niños. Una guía confiable es la propuesta por la Academia Americana de Pediatría, AAP (Anexo 15)xv. Es necesario tomar en cuenta que al observar el desarrollo motor de los bebés prematuros debe siempre hacerse énfasis en la corrección de la edad. Estudios han demostrado que el 50% de los bebés nacidos con menos de 1500 gramos logran sentarse sin apoyo a los 7 meses de edad corregida y el 90% lo logra hasta los 9 meses. Asimismo, el 50% logra caminar a los 12 meses de edad corregida y el 90% lo logra a los 18 meses. Los datos también muestran una relación proporcionalmente inversa entre el peso al nacer y la edad en que alcanzan los diferentes hitos del desarrollo (Anexo 16)xvi Algunos de los niños prematuros presentan dificultad en las habilidades visoespaciales, estas son fundamentales para entender la posición de dos o más objetos y su relación entre ellos. Son útiles en actividades como subir y bajar escaleras sin tropezarnos, bailar, comprender el espacio y sus límites, aprender derecha e izquierda, usar e interpretar mapas y dibujos, entender conceptos como tamaño, ángulo, profundidad, altura y orientación. En un estudio llevado a cabo en el Reino Unido y en Irlanda con 204 niños, encontraron que 180 de ellos no presentaban secuelas motoras discapacitantes; sin embargo presentaron secuelas menores, incluidas entre ellas la dificultad en habilidades visoespaciales. Para evaluar esta área ocuparon 3 elementos de domino visoespacial: copia de un diseño, flechas con las que debían identificar la orientación y dirección, y búsqueda de rutas para valorar la
  • 31. 23 comprensión de las relaciones visoespaciales y la direccionalidad. Los resultados muestran un puntaje medio de 80 en los niños prematuros, en tanto que los niños nacidos a término presentan una media de alrededor de 95 (Marlow, Hennessy,Bracewell and Wolke, 2007). La coordinación visomotora es otra área que se ve afectada por la prematuridad. En un estudio con niños de 5 a 7 años nacidos con extremo bajo peso, estos demostraron tener tiempos de reacción más lentos y menores puntajes de coordinación motora que los niños de peso normal. Además, en una tarea de ciclismo, su máxima velocidad fue menor que la máxima velocidad de los niños nacidos con peso normal (Varios, 2004). Los resultados coinciden con los hallazgos del estudio realizado en el Reino Unido e Irlanda, en el cual evaluaron 4 actividades visomotrices de los niños: toques con la yema de los dedos, imitación de posturas manuales, precisión visomotora a través del dibujo de líneas y discriminación de dedos. Los bebés nacidos antes de término obtuvieron puntajes con una media aproximada de 87 mientras que los niños control mostraron puntajes medios de 105 (Anexo 17)xvii. Los especialistas reportan que las dificultades en las relaciones viso-espaciales y viso-motoras afectan el desempeño funcional de la escritura y de otras habilidades motrices finas de manipulación en los niños. Un dato interesante encontrado por los investigadores de Irlanda y el Reino Unido es que un número mayor de niños prematuros prefiere escribir y realizar actividades con la mano izquierda que el número de niños nacidos a término con esta preferencia (Anexo 18)xviii. Aunque la predominancia de la mano izquierda no es actualmente visualizada como una discapacidad, este hallazgo es importante puesto que nos proporciona una idea de las expectativas que podríamos tener de los niños prematuros y nos alerta a no forzarlos a convertirse en diestros y retrasar aún más su desarrollo motriz. 2.3 Secuelas conductuales Hay una serie de secuelas conductuales de los prematuros que han sido investigadas por diferentes estudios. Los resultados en esta área son más difíciles de comparar por la variedad de instrumentos de evaluación que existen y porque muchos de estos tienen un porcentaje de subjetividad como es el caso de los cuestionarios administrados a padres y
  • 32. 24 maestros de los niños. Por otro lado, existen factores incidentes en la conducta de los niños además de la prematuridad, uno de ellos es el estilo de crianza que sus padres desarrollen el cual generalmente está marcado por sobreprotección. Sin embargo, los hallazgos se mencionan a continuación. La secuela conductual más común en los niños prematuros es, sin duda alguna, el trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad. Los niños que son producto de un parto prematuro tienen más dificultades para adaptarse a los cambios, son más agitados y menos regulares en sus ciclos de actividad y reposo (Avaprem, Avaprem, 2009). Las investigaciones reportan que además de estas dificultades, los niños buscan gratificación inmediata, presentan problemas para regular su conducta y “actúan sin pensar” (Preemie Help). En un estudio con 194 niños prematuros extremos se demostró que este grupo presentaba mayores puntajes de dificultades de atención, hiperactividad y ansiedad que el grupo control. Los maestros y padres clasificaron a los bebés prematuros de muy bajo peso y de extremo bajo peso como más inatentos e hiperactivos; estas conductas parecen tener su base explicativa en los déficits de la memoria de trabajo y a un retraso intelectual general. En otro estudio, 23% de los niños prematuros con muy bajo peso al nacer cumplían los criterios diagnósticos para TDAH, comparado con el 6% por ciento de los niños de la misma edad, mismo sexo y nivel académico. Un estudio más reportó tasas más altas de inatención e hiperactividad en niños de muy bajo y de extremo bajo peso al nacer. Al ser evaluados por sus padres y maestros en edad escolar (8 a 12 años) las tasas fueron de 23% a 27% en niños nacidos con muy bajo peso y del 33% al 37% en niños nacidos con extremo bajo peso (Vohr, 2009). En otros estudios, las cifras no bajan de un 10% de los adolescentes nacidos con extremo bajo peso que han sido diagnosticados con Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad y 13% de los alumnos en escuela secundaria nacidos con extremo bajo peso reporta recibir medicamento para el tratamiento del TDAH (Varios, 2004). Aunque otras alteraciones conductuales y emocionales se presentan en menor escala que el TDAH, las tasas son significativas. Entre estas se encuentran mayormente alteraciones en la conducta internalizante, tales como estados depresivos, ansiedad, baja autoestima y poca confianza en sí mismos. En Francia se llevó a cabo un estudio (The Etude Epide´miologique
  • 33. 25 sur les Petits Ages Gestationnels, EPIPAGE) con 2,382 niños nacidos a las 33 semanas de gestación y 557 infantes de término nacidos entre las 39 y 40 semanas de gestación en 9 regiones del país (Varios, 2009). El estudio consistió en un seguimiento de los niños desde su nacimiento hasta la edad de 5 años, a través de cuestionarios anuales que se enviaron a los hogares de cada uno de los niños. A los 5 años, los niños tuvieron una evaluación médica y una evaluación psicológica; además, sus padres completaron un cuestionario que incluía una valoración de la conducta de los infantes. Los cuestionarios fueron finalmente contestados solamente por los padres de 1690 niños pretérmino y por 391 padres de niños nacidos a término. Los niños prematuros obtuvieron puntuaciones casi 2 veces más altas en la escala total de dificultades así como en la hiperactividad, los síntomas emocionales y la relación con sus pares (Anexo 19)xix. Asimismo, encontraron en este grupo de niños una fuerte asociación entre las dificultades en habilidades cognitivas y las dificultades conductuales; relación que también se ha hecho evidente en otros estudios con niños prematuros, especialmente aquellos de muy y de extremo bajo peso al nacer. Las medias de los puntajes de procesamiento mental fueron significativamente más bajas en los niños que obtuvieron puntajes altos en el Cuestionario de Fortalezas y Dificultades (SDQ) (Anexo 20)xx. Es decir, que en los niños prematuros, a menor puntaje en actividades de procesamiento cognitivo, obtienen mayor puntaje de dificultades a nivel conductual (Anexo 21)xxi. Los investigadores también encontraron que los padres de los niños prematuros reportaron un número mayor de problemas conductuales con sus hijos de 5 años que los padres de los niños nacidos a término. De los niños que presentaban problemas conductuales a la edad de 5 años, un 41% ya mostraba dificultades a los 3 años y 46% de los niños que presentaba dificultades conductuales a los 3 años continuaba presentándolas a los 5 años de edad. Estos porcentajes a través del tiempo coinciden con otros estudios que demuestran que existe un 50% de estabilidad de los problemas conductuales entre los 3 y los 5 años de edad. Finalmente, los investigadores concluyeron que existe una estrecha relación entre el bienestar mental de la madre y la conducta de los niños nacido pretérmino. Un estudio de niños nacidos con muy bajo peso a la edad de 3 años reportó que la severidad de la depresión en la madre guarda una relación significativa con el resultado mental y conductual de los niños; asimismo, se demostró en otro estudio con adolescentes, que el humor de la madre incide grandemente en los problemas conductuales de estos.
  • 34. 26 Un metaanálisis de 16 estudios reportó que 81% de los estudios revisados que incluían a niños y adolescentes entre 5 y 14 años nacidos pretérmino mostraban mayor prevalencia en índices de ansiedad, depresión y síntomas de deprivación. Asimismo, el 69% mostraba alteraciones de comportamiento agresivo y delincuencia (Bhutta, Cleves, Casey, Cradock, Anand, and DPhil, 2002). En cuanto a la relación con sus pares, los estudios muestran que los niños prematuros tienen dificultad en comprender las señales sociales de otros, tienen poca conciencia del efecto de su conducta en otros, presentan dificultad para asumir roles, no aceptan fácilmente la crítica constructiva, repiten patrones de conducta social autodestructiva sin aprender de la experiencia y tienden a divagar en sus conversaciones (Preemie Help). Los niños prematuros de extremo bajo peso son el grupo de bebés nacidos pretérmino que presenta mayor número de secuelas conductuales. Estos niños presentan más timidez, falta de asertividad, comportamiento retraído y problemas con las habilidades sociales que los niños nacidos a término. Además, los compañeros de los niños con extremo bajo peso al nacer los visualizan como más sensibles y aislados. Al ser evaluados con pruebas cognitivas, estos niños prefieren tareas de fácil desarrollo, muestran poca confianza en sus propias habilidades, tienen reacciones inapropiadas al fracaso y manifiestan una necesidad constante de recibir estímulo y reconocimiento. Asimismo, son niños propensos a la depresión, la ansiedad y la baja autoestima (Varios, 2004). Al igual que los problemas cognitivos, las secuelas conductuales tienen permanencia a través del tiempo si no son tratadas. De un cuarto a la mitad de los niños con muy bajo peso y con extremo bajo pero al nacer mostraban síntomas de ansiedad y de aislamiento social. Al ser evaluados entre los 12 y 14 años de edad, de 8% a 14% cumplían los criterios para el trastorno de ansiedad generalizada, comparado con tasas de 1% a 4% en compañeros adolescentes nacidos con peso normal. Del 25% al 28% de adolescentes de muy bajo peso al nacer cumplía con criterios para diagnosticar desórdenes psiquiátricos, comparado a 7% al 10% de sus compañeros. Finalmente, al ser evaluados entre los 17 y 20 años de edad, los jóvenes que presentaron extremo bajo peso al nacer continuaban mostrando puntajes altos en dificultades de atención, ansiedad, depresión, conducta retraída y problemas sociales. De
  • 35. 27 igual manera los nacidos con muy bajo peso, continuaban reportando dificultades de autoestima y falta de confianza en sus habilidades atléticas, académicas, románticas y laborales a la edad de 14 a 17 años (Vohr, 2009). Estudios recientes han levantado particular interés y preocupación en una posible relación existente entre el extremo bajo peso al nacer de los prematuros y los trastornos del espectro autista. Aunque el bajo peso al nacer puede representar un doble o triple de riesgo de presentar Trastornos del Espectro Autista, el verdadero riesgo aún es desconocido. Dos estudios han investigado las tasas de características autistas en niños con muy bajo peso al nacer. Uno de ellos demostró una tendencia creciente de puntajes de TEA en 56 adolescentes con bajo peso al nacer al ser comparados con adolescentes nacidos con peso normal. El otro reportó que un 25% de niños con muy bajo peso al nacer marcaba positivo al ser evaluado con el Cuestionario Modificado para la Detección del Riesgo de Autismo (M-CHAT por sus siglas en inglés). Sin embargo, alegan que este cuestionario ha sido diseñado para la población en general y que sus resultados pueden no ser tomados como válidos totalmente al no estar adaptados a niños que presenten muy bajo peso o extremo bajo peso al nacer. En conclusión, se requiere de más estudios para determinar el verdadero riesgo del autismo en esta población de bebés prematuros. 3. Seguimiento y Atención a largo plazo Actualmente, los estudios que se han dedicado a observar a los bebés prematuros a largo plazo han revelado una creciente evidencia de que los programas de intervención temprana mejoran el desarrollo de este grupo de niños (Harvard). El Programa de Salud y Desarrollo Infantil (Infant Health and Development Program), fue un programa de intervención llevado a cabo en 8 instituciones médicas en Estados Unidos. Los resultados demostraron que el coeficiente intelectual a los 3 años y los puntajes en problemas de conducta pueden mejorar al menos en el periodo inmediato a la intervención con niños de bajo peso al nacer. Posteriores resultados han mostrado que con una intervención adecuada, la mejora después de la intervención podría mantenerse a largo plazo (Brooks-Gunn, McCormick).
  • 36. 28 En otro estudio se desarrolló una intervención con 24 niños con bajo peso al nacer. Al ser evaluados a los 9 años, los niños mostraron puntajes significativamente más favorables en pruebas cognitivas y de rendimiento que aquellos que no habían recibido intervención. Asimismo, la valoración de sus padres y maestros en relación a su desempeño escolar fue más positiva que la del grupo control. Las mayores diferencias de puntajes se encontraron en las escalas que medían los problemas de atención y el rendimiento académico . En un estudio realizado en la Escuela de Salud Pública de Harvard en Estados Unidos se comprobó que la atención educativa y de intervención con los prematuros y sus padres puede mejorar las habilidades cognitivas y sociales de los niños. El estudio se realizó con 985 niños prematuros, nacidos con menos de 33 semanas de gestación y peso menor a 2,500 gramos, que recibieron educación intensiva durante los 3 primeros años de vida. La intervención constaba de una visita semanal de un especialista hasta el primer año de vida y luego dos veces al mes hasta alcanzar los 3 años; esta visita buscaba orientar a los padres en cuanto a la crianza. Los niños también debían asistir 5 veces por semana a un centro de día para seguir un plan de estudios. En la evaluación cognitiva, conductual y de salud general a los 36 meses, el grupo de mayor peso obtuve una diferencia de 14 puntos en la media del coeficiente intelectual respecto al grupo de seguimiento. En el grupo de menor peso la diferencia fue de 8 puntos. Estos resultados se vieron también ligados a una mejora conductual en los niños (Ambrojo, 2007). Países como Chile y México han desarrollado propuestas de seguimiento. Algunas regiones de la Unión Europea también lo hacen, pero sus criterios no están unificados. Actualmente en España existen programas de atención a prematuros y a sus padres. Estos programas se dirigen a la reducción de los problemas cognitivos y motores, así como a educar a los padres en cuanto a los estilos educativos que son más apropiados para las necesidades que esta población de niños presenta (Fernández López T, 2012). Los programas son desarrollados por equipos multidisciplinarios a fin de poder abarcar todas las áreas de desarrollo de los niños. Hay dos intervenciones básicas que estos programas enfatizan: 1. La práctica de la lactancia materna.
  • 37. 29 Numerosos estudios han comprobado que la lactancia materna produce una diferencia significativa en los cocientes de desarrollo de los bebés. Los programas de atención y seguimiento promueven y apoyan esta práctica. 2. La comunicación de los padres con sus hijos. Se trabaja animando a los padres a que hablen mucho con sus hijos, no solo en una comunicación dirigida hacia él, sino en una comunicación a través de la cual también puedan expresarles otras ideas, pensamientos, situaciones, etc., aunque el vocabulario sea complicado para ellos ya que lo que se busca es el contacto, en cuanto al área emocional, y el enriquecimiento del lenguaje, en cuanto al aprendizaje. Esta sencilla intervención ha demostrado ser muy efectiva para mejorar los resultados intelectuales de los niños. En El Salvador, el Ministerio de Salud presentó en el año 2011 el “Programa de Seguimiento del Prematuro con peso menor de 2,000 gramos” como iniciativa para paliar las consecuencias que sufren los bebés prematuros (Quinteros, 2012). Sin embargo, la atención que reciben estos niños es netamente de médicos especialistas en neurodesarrollo quienes vigilan si los niños presentan alguna discapacidad durante los primero 3 años de vida. Es decir, que no hay una evaluación de las secuelas menores en este grupo de niños las cuales, como se reportó anteriormente, son diversas. Por lo tanto, tampoco hay un seguimiento de estas dificultades y por ende, tampoco hay un tratamiento de las mismas. 4. Propuesta de Atención Integral Temprana El objetivo último de esta revisión bibliográfica es elaborar propuestas de intervención temprana que ayuden a mejorar la calidad de vida de los bebés prematuros y sus familias. Para tal fin, es necesario difundir primeramente la información relacionada a los bebés prematuros y sus secuelas a largo plazo, para luego promover estrategias de intervención que garanticen un mejor desarrollo de estos niños que conforman el grupo más vulnerable de la población.
  • 38. 30 Se propone entonces un programa que abarca dos ámbitos de trabajo y que se divide en cuatro áreas: Ámbito externo  Concientización  Educación Ámbito interno  Evaluación  Intervención Se describirá cada una a continuación: En el ámbito externo  Concientización Gran parte de la población a nivel mundial y, particularmente, la población salvadoreña desconoce las tasas de morbilidad que tiene la prematuridad en este país y las secuelas que esta provoca en los niños. Por ello, se establece como un punto de partida la necesidad de concientizar a los salvadoreños sobre la importancia que este tema debe tener en materia de salud pública y privada, así como también es importante promover la difusión de este mensaje para que ellos lo extiendan a otros a su alrededor. Esta concientización puede lograrse a través de la participación en programas de entretenimiento familiar en la televisión y la radio local; sobre todos los que tienen secciones televisivas y radiales dirigidas a las amas de casa. Un medio importante y efectivo también serán las redes sociales ya que constituyen un medio de comunicación fácil, rápido y económico para la difusión de información. Al crear una página de difusión en Facebook, puede hacerse difusión a través de afiches o brochures colocados en tiendas de accesorios para mujeres embarazadas y para bebés, así como también en clínicas gineco-obstétricas. Estos afiches pueden contener mensajes llamativos tales como “Uno de cada 10 bebés es un bebé prematuro en todo el mundo; ese bebé podría ser tuyo. Conoce más acerca de los bebés prematuros y su desarrollo.” Y luego tener una dirección de enlace hacia la página de Facebook. Esta página puede contener información de esta revisión
  • 39. 31 bibliográfica asi como también puede apoyarse por información gratuita que aporta la página web de EFCNI en apoyo a la prematuridad y su página de Facebook, ambas detalladas a continuación: http://www.socksforlife.org/ https://www.facebook.com/WorldPrematurityDay  Educación Es necesario educar no solo a los padres de los bebés prematuros sobre las secuelas menores que estos niños pueden sufrir, sino también a los profesionales de la medicina que trabajan con ellos, médicos y enfermeras. Se proponen talleres gratuitos que se pueden ofrecer en las diferentes unidades pediátricas/neonatológicas de los hospitales de la capital primeramente y dependiendo del éxito que estas tengan, se puede extender al resto de departamentos dentro del país. Pueden también organizarse charlas o talleres para los pediatras con clínicas privadas buscando el patrocinio de empresas dedicadas a la salud, servicio y entretenimiento de los bebés. Los profesionales en medicina de los neonatos seguramente conocen las secuelas mayores de los prematuros, pero existe la posibilidad de que desconozcan detalladamente las secuelas cognitivas, motoras y conductuales que pueden tener estos niños. Al conocerlas, podrán prevenir a los padres de sus pacientes prematuros para que estos busquen una atención temprana. En el ámbito interno Se pretende la creación de un Centro de Atención Temprana dirigido principal, pero no exclusivamente, a bebés y niños prematuros. Los costos de los diferentes servicios serán sufragados por los padres de los niños como una cuota escolar mensual; estos fondos también serán utilizados para poder atender gratuitamente a los niños prematuros con padres de escasos recursos. El centro realizará dos funciones internas:  Evaluación Esta será realizada por los diferentes especialistas quienes, en un principio, prestarán sus servicios por horas. Para esta fase se requiere de profesionales en psicología,
  • 40. 32 fisioterapia, educación, logopedia y neurología. Cada especialista evaluará su área de acuerdo a la edad del bebé o el niño y proveerá recomendaciones sobre la frecuencia con la cual cada niño debería recibir terapia en su área específica y las sub-áreas a fortalecer. Al tener los resultados de todas las áreas evaluadas, se diseñará un plan de tratamiento personalizado en el cual se programarán las sesiones terapéuticas en las que participará el niño.  Intervención En esta etapa se ejecutarán las sesiones individuales y grupales de terapia en las diferentes áreas: cognitivas, motoras, conductuales y de orientación a los padres. La planeación de las sesiones de terapia será desarrollada por los especialistas y la ejecución de estas podrá ser desarrollada por estudiantes de los últimos dos años de carrera de las diferentes disciplinas que deban cumplir con servicio social y voluntarios que deseen formar parte del equipo del centro. Los padres de los niños fungirán siempre como coterapeutas que participen activamente en el progreso de sus hijos. El centro contará inicialmente con los recursos básicos para poder desarrollar las diferentes sesiones de terapia. Los niños deberán asistir a sus sesiones por un mínimo de 6 meses ya que es el tiempo mínimo requerido para someterse a una reevaluación. Puesto que el centro también abrirá sus puertas a niños que no sean prematuros, también se llevará a cabo una serie de sesiones bajo la modalidad de un gimnasio de estimulación temprana de las diferentes áreas: cognitivas, motrices, conductuales y sociales. La finalidad del centro con ambos grupos de niños será la adaptación motora, cognoscitiva, emotiva y social del niño en el ambiente.  Reevaluación Luego de 6 meses consecutivos de terapia, se reevaluará al niño a fin de determinar los avances que ha logrado haciendo énfasis en las áreas que aparecieron deficitarias al momento de la primera evaluación y nuevamente se darán recomendaciones para su seguimiento y su finalización del programa.
  • 41. 33 5. Valoración Personal La prematuridad no es exclusiva de un estrato social, de una región o de un rango de edad. Es un problema de primer orden a nivel mundial que podría tocar la puerta de cualquiera de nuestros hogares. Por ello, debemos darle la atención que merece y promover la salud física, mental y emocional del grupo más indefenso de la población mundial. No hay cosa que podamos hacer que sea demasiado pequeña para ayudar a estos niños; aún una acción que parezca muy insignificante como el hecho de compartir la información con alguien, hará una diferencia puesto que habremos concientizado a una persona más.
  • 43. 35 iii iv Percentages of live births with a gestational age under 32 weeks and between 32 and 36 weeks 12,80% 12,70% 12,30% 12,20% 12,00% 11,70% 9,60% 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2020 Goal Pre-term birth rates in the United States Pre-term birth rates in the United States
  • 44. 36 v 0 2 4 6 8 10 12 Austria Belgium Czech Republic Denmark France Germany Ireland Italy Netherlands Poland Portugal Spain Sweden United Kingdom % of live births 32-36 weeks % of live births less than 32 weeks
  • 45. 37 vi Sleep-Wake Transitions in Premature Neonates Predict Early Development TABLE 2 Emotional Regulation, Cognitive Development, and Symbolic and Executive Competences in State Transition Cluster Groups in First 5 Years of Life High Arousal (Cluster 1) (N = 47) Organized Sleep- Wake (Cluster 2) (N= 38) Disorganized Sleep (Cluster 3) (N= 58) χ2/U Negative emotionality score at 3 and 6 mo, mean ± SD 1.39 ± 0.70 1.11 ± 0.27 1.56 ± 0.58 14.37, clusters 3 and 1 > cluster 2a MDI, mean ± SD 6 mo 92.12 ± 8.27 95.93 ± 6.99 92.48 ± 8.60 NS 12 mo 83.93 ± 11.37 91.03 ± 6.70 85.52 ± 10.06 10.26, cluster 2 > clusters 1 and 3b 24 mo 90.86 ± 14.50 120.70 ± 11.61 91.70 ± 12.94 16.33, cluster 2 > clusters 1 and 3a PDI, mean ± SD 6 mo 83.23 ± 11.36 89.62 ± 18.83 81.00 ± 12.76 6.17, cluster 2 > cluster 3c 12 mo 90.08 ± 11.92 87.84 ± 12.32 87.07 ± 11.06 NS 24 mo 88.06 ± 10.10 87.58 ± 8.63 87.14 ± 10.37 NS Executive function score at 5 y, mean ± SD 96.23 ± 10.73 102.96 ± 9.85 94.27 ± 13.63 8.96, cluster 2 > clusters 1 and 3c Symbolic play score at 5 y, mean ± SD 2.04 ± 1.00 2.75 ± 0.92 2.22 ± 0.92 14.37, cluster 2 > clusters 1 and 3a Verbal IQ at 5 y, mean ± SD 94.80 ± 22.43 110.29 ± 11.26 95.83 ± 16.24 9.86, cluster 2 > clusters 1 and 3b
  • 48. 40 ix
  • 49. 41 x TABLE 2 Cognitive and Academic Outcomes (Mean ± SD) for the EP/ELBW and T/NBW Cohorts at 8 Years of Age, Including Adjustment for Sociodemographic Variables and Neurosensory Impairment Outcome EP/ELBW (n = 189) Controls (n = 173) Mean Difference (95% CI) Adjusted Mean Difference 95% CI)a Adjusted Mean Difference 95% CI)b WISC-IV FSIQ 93.1 ± 16.1 105.6 ± 12.4 −12.5 (–15.5 to –9.5)* −10.2 (–13.7 to –6.6)* −8.8 (–12.2 to – 5.3)* Verbal comprehension 93.1 ± 14.3 103 2 ± 12.6 −10.2 (–13.0 to –7.4)* −7.8 (–11.1 to – 4.5)* −7.0 (–10.2 to – 3.9)* Perceptual reasoning 95.9 ± 16.8 108.2 ± 12.8 −12.3 (–15.4 to –9.2)* −10.1 (–13.9 to –6.4)* −8.0 (–11.5 to – 4.7)* Working memory 94.0 ± 16.3 102.4 ± 12.9 −8.5 (–11.6 to –5.4)* −7.1 (–10.9 to – 3.4)* −6.1 (–9.7 to – 2.6)** Processing speed 94.7 ± 15.9 101.1 ± 11.9 −6.4 (–9.4 to –3.5)* −5.7 (–9.3 to – 2.3)*** −4.3 (–7.7 to – 1.0)*** WRAT3 Reading 98.0 ± 16.1 105.5 ± 13.8 −7.6 (–10.7 to –4.4)* −6.7 (–10.4 to – 3)* −6.7 (–10.4 to – 3)* Spelling 96.8 ± 15.2 104.2 ± 14.4 −7.5 (–10.6 to –4.3)* −7.4 (–11.1 to – 3.6)* −7.7 (–11.5 to – 4)* Arithmetic 90.0 ± 16.9 99.1 ± 14.5 −9.2 (–12.5 to –5.8)* −6.9 (–11 to – 2.9)** −6.8 (–10.9 to – 2.8)** SDQ Total 11.0 ± 6.3 7.9 ± 5.4 3.1 (1.9 to 4.4)* 3.3 (2.0 to 4.6)* 3.4 (2.0 to 4.7)* Emotional symptoms 2.9 ± 2.4 1.7 ± 1.7 1.2 (0.8 to 1.6)* 1.2 (0.7 to 1.7)* 1.2 (0.7 to 1.7)* Conduct problems 1.7 ± 1.7 1.4 ± 1.5 0.3 (–0.1 to 0.6) 0.3 (–0.1 to 0.6) 0.3 (–0.1 to 0.7)
  • 50. 42 Hyperactivity/inattention 4.3 ± 2.7 3.2 ± 2.5 1.1 (0.5 to 1.6)* 1.3 (0.7 to 1.9)* 1.3 (0.7 to 1.9)* Peer rela ionships 2.1 ± 2.1 1.5 ± 1.8 0.6 (0.2 to 1.0)** 0.7 (0.2 to 1.1)*** 0.6 (0.2 to 1.1)** Prosocial behavior 8.3 ± 1.9 8.6 ± 1.7 –0.3 (–0.7 to –0.0) –0.3 (–0.7 to – 0.1) –0.4 (–0.8 to 0.1) Impact 1.1 ± 1.9 0.6 ± 1.4 0.5 (0.1 to 0.8)*** 0.4 (0.1 to 0.8)*** 0.3 (–0.1 to 0.7) xi TABLE 3 Comparisons of Outcomes Between Birth Weight and GA Subgroups Outcome Mean ± SD Birth Weight <750 g(n = 60) 750–999 g(n = 96) Mean Difference (95% CI) WISC-IV FSIQ 91.3 (12.9)a 95.5 (15.2) −4.2 (–9.0 to –0.6), P = .09 Verbal comprehension 90.2 (12.2)b 95.7 (12.6) –5.5 (–9.6 to –1.4), P = .009 Perceptual reasoning 93.4 (14.9)c 99.0 (14.8)b –5.6 (–10.5 to – 0.7), P = .025 Working memory 92.3 (15.5)b 96.6 (14.8) −4.3 (–9.3 to 0.7), P = .09 Processing speed 92.3 (15.4)d 96.8 (13.6)b −4.6 (–9.3 to –0.2), P = .06 WRAT3 Reading 93.7 (16.5)c 100.8 (14.8)a –7.1 (–12.2 to –2.0), P = .007 Spelling 93.3 (15.9)c 99.5 (14.3)d –6.2 (–11.1 to – 1.3), P = .014 Arithmetic 85.3 (17.0)d 92.2 (15.9)a –6.9 (–12.4 to –1.4), P = .014 SDQ Total 11.2 (6.6) 10.6 (6.3) 0.5 (–1.6 to 2.6), P = .62 Emotional symptoms 3.0 (2.5) 2.8 (2. ) 0.2 (–0.5 to 1.0), P = .56
  • 51. 43 Conduct problems 1.6 (1.6) 1.7 (1.9) −0.1 (–0.7 to 0.5), P = .67 Hyperactivity/i attention 4.3 (2.8) 4.1 (2.6) 0.2 (–0.7 to 1.1), P = .68 Peer relationships 2.3 (2.2) 2.0 (2.0) 0.3 (–0.4 to 1.0), P = .43 Prosocial beha ior 8.3 (2.0) 8.3 (1.8) 0.0 (–0.6 to 0.6), P = .93 Impact 1.4 (2.5) 0.9 (1.7) 0.5 (–0.2 to 1.1), P = .15 Mean ± SD GA Outcome 23–25 wk (n= 59) 26–27 wk (n= 79) Mean Difference (95% CI) WISC-IV FSIQ 93.5 (14.8)d 95.3 (12.3)a −1.7 (–6.4 to 3.0), P = .46 Verbal comprehension 93.7 (12.2) 93.7 (11.0)a −0.0 (–4.0 to 4.0), P = .99 Perceptual reasoning 94.6 (16.2)c 99.7 (12.5)a –5.1 (–10.0 to – 0.2), P = .04 Working memory 94.5 (16.6) 95.0 (12.2)a −0.5 (–5.4 to 4.4), P = .84 Proce sing speed 93.7 (16.0)d 97.9 (12.3)e −4.2 (–9.1 to 0.7), P = .09 WRAT3 Reading 95.3 (15.5)d 98.7 (17.5)d −3.4 (–9.2 to 2.4), P = .25 Spelling 95.9 (14.0)d 97.1 (17.2)b −1.2 (–6.7 to 4.4), P = .67 Arithmetic 87.4 (15.8)e 92.3 (17.8)d −4.8 (–10.8 to 1.2), P = .11 SDQ Total 10.1 (6.8) 11.3 (6.1) −1.2 (–3.4 to 1.0), P = .29 Emotional symptoms 2.3 2.2) 3.3 (2.4) –0.9 (–1.7 to –0.1), P = .02 Conduct problems 1.7 (1.8) 1.7 (1.7) 0.1 (–0.5 to 0.7), P = .78 H peractivity/inattention 4.2 (2.9) 4.4 (2.7) −0.2 (–1.1 to 0.8), P = .74 Peer relationships 1.9 (2.2) 2.0 (1.8) −0.1 (–0.8 to 0.6), P = .70 Prosocial behavior 8.3 (2.0) 8.4 (1.8) −0.1 (–0.7 to 0.6), P = .80 Impact 1.1 (2.2) 1.2 1.9) −0.1 (–0.8 to 0.6), P = .81
  • 53. 45 xiii 12 SIGNOS DE ALARMA 2 meses Irritabilidad permanente, sobresalto exagerado ante cualquier sonido inesperado, pulgar aducido (el niño tiene el puño cerrado con el pulgar entre los cuatro dedos y la palma de la mano. Más valor si es unilateral). 3 meses   Asimetría de actividad en las manos. La lateralidad en el uso de las manos se obtiene alrededor de los dos años y no está firmemente establecida hasta los tres o cuatro años. Al valorar la manipulación, área motora fina, debemos comprobar que utiliza ambas manos. 4 meses  Pasividad excesiva (pasa la mayor parte del tiempo durmiendo o sin apenas moverse y sin interesarse por su entorno), hipertonía de aductores (el ángulo de aductores de las extremidades inferiores no supera los 90°). 6 meses  Persistencia del reflejo de Moro (que se pierde habitualmente a los tres o cuatro meses), persistencia de la mirada a la mano. 8 meses  Patrón de conducta repetitiva más del 50% del tiempo que pasa despierto (golpearse la cara o agitar las manos, movimientos de afirmación o negación cefálicos).  9 meses  Ausencia de desplazamiento autónomo más de dos metros (ya sea gateando, arrastrándose, volteándose, sentado o de cualquier forma). 12 meses  Persistencia de llevarse todo a la boca, persistencia del babeo. 16 meses  Hiperactividad sin objeto (pasar constantemente de una actividad a otra, ser incapaz de mantener la atención o prestar interés por algo), persistencia de arrojar todo al suelo. 24 meses  Estereotipias verbales o manuales (repetir constantemente los mismos sonidos o palabras), incapacidad de hacer juego simbólico (acunar o dar de comer a un muñeco, jugar a llamar por teléfono, jugar a indios y vaqueros). 
  • 55. 47
  • 56. 48 xv Lineamientos para el desarrollo motor de los niños EDAD DESTREZAS MOTORAS 2 meses  Mueve las manos y piernas activamente  Mantiene las manos abiertas la mayor parte del tiempo  Levanta la cabeza y tórax mientras está acostado boca abajo  Controla un poco la cabeza, pero todavía puede necesitar apoyo  Sostiene objetos en sus manos 4 meses  Une sus manos o las lleva a la boca  Levanta la cabeza y se empuja con las manos cuando está boca abajo  Alcanza objetos  Voltea o hace movimientos de gateo cuando está sobre su estómago 6 meses  Pone el peso sobre sus pies cuando se le sostiene parado  Se sienta solito  Golpea y agita objetos  Traslada objetos de una mano a la otra  Sostiene 2 objetos a la vez, uno en cada mano  Rueda sobre su estómago hacia su espalda 9 meses  Recoge objetos pequeños con el pulgar y un dedo  Se mueve con más facilidad (gatea, se mueve a lo largo de un mueble, camina cuando le sostienen la mano)  Se apoya para pararse 12 meses  Se para solo  Da los primeros pasos  Cambia unas cuantas páginas de un libro a la vez  Pone objetos pequeños dentro de un recipiente 15 meses  Camina sin ayuda  Escala las sillas y otros muebles 18 meses  Hace garabatos  Camina sin ayuda y algunas veces puede correr  Patea una pelota hacia adelante  Empuja un juguete en el patio 24 a 30 meses  Garabatea en movimiento circular y puede dibujar líneas verticales  Corre bien, raras veces se cae  Camina y baja las escaleras solo  Se para en un pie sin apoyo  Cambia una sola página en un libro
  • 58. 50 xvii xviii Puntajes de preferencia manual en niños prematuros y de término. (0 es izquierda y 1 es derecha)
  • 59. 51 xix xx xxi
  • 60. 52 Referencias Bibliográficas (1997). Noise: A Hazard for the Fetus and Newborn. Illinois: Pediatrics. (2005). Low Birth Weight Neonatal Intensive Care Unit Graduate. Washington: Medical Home. Kids Health. (2010). Recuperado el 20 de agosto de 2013, de http://www.kidshealth.org/parent/en_espanol/crecimiento/preemies_esp.html# March of Dimes. (2010). Obtenido de http://www.marchofdimes.com/mission/global-preterm.aspx Society of Pediatric Psychology. (2012). Obtenido de http://www.apadivisions.org/division- 54/evidence-based/preterm-birth. aspx?__utma=12968039.1145556775.1374725200.1374725200.1374784470.2&__utm b=12968039.4.10.1374784470&__utmc=12968039&__utmx=- &__utmz=12968039.1374784470.2.2.utmcsr=apa.org|utmccn=(referral Organización Mundial de la Salud. (2013). Recuperado el agosto de 2013, de http://www.who.int/features/qa/preterm_babies/es/ Aarnoudse-Moens, Weisglas-Kuperus, Goudoever and Oosterlaan. (27 de julio de 2009). Pediatrics - The Official Journal of the Academy of Pediatrics. Recuperado el agosto de 2013, de http://pediatrics.aappublications.org/content/124/2/717.full.pdf+html Alabsi, S. (agosto de 2010). Healthy Children. Recuperado el 13 de agosto de 2013, de http://kidshealth.org/parent/en_espanol/crecimiento/preemies_esp.html# Ambrojo, C. (19 de junio de 2007). PDF Sociedad. Obtenido de http://www.siis.net/documentos/hemeroteca/706196.pdf Araoz, L. I. (septiembre de 2010). PDF UNICEF. Obtenido de http://www.unicef.org/argentina/spanish/escuelas_prematuros2.pdf Avaprem. (2009). Avaprem. Obtenido de http://www.avaprem.org/avaprem_cas/sensibilizacion_difusion_y_comunicacion.html Avaprem. (2009). Y después del Hospital...¿Qué? Aylward, G. p. (December de 2005). Learning Ace. Obtenido de http://www.learningace.com/doc/5279845/a68f7855c2471a41a0053db5666f6761/brunssen 3 Botting, Powls, Cooke, and Marlow. (12 de noviembre de 2008). Wiley Online Library. Recuperado el julio de 2013, de http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1469- 8749.1998.tb12324.x/pdf
  • 61. 53 Esther A. Hutchinson, C. R. (18 de marzo de 2013). Obtenido de http://pediatrics.aappublications.org/content/131/4/e1053.full.pdf+html Feldman, Weisman, Magori-Cohen, Louzoun, and Eidelman. (12 de septiembre de 2011). Pediatrics - The Official Journal of the Academy of Pediatrics. Recuperado el agosto de 2013, de http://pediatrics.aappublications.org/content/128/4/706.full.pdf+html Fernández López T, A. M. (5 de 10 de 2012). Pediatría Atención Primaria. Obtenido de http://www.pap.es/FrontOffice/PAP/front/Articulos/Articulo/_IXus5l_LjPrFG1u0ScQLBwI4RH KSh05H Gabriela Arreola-Ramírez, *. L.-C.-L. (julio de 2011). Perinatólogia y reproducción humana. Obtenido de http://www.medigraphic.com/pdfs/inper/ip-2011/ip113e.pdf Harvard. (s.f.). School-age outcomes of extremely preterm or extremely low birth weight children. Iwata, Nakamura, Hizume, Kihara, Takashima, Matsuishi and Iwata. (23 de abril de 2010). Pediatrics - The Official Journal of the Academy of Pediatrics. Recuperado el agosto de 2013, de http://pediatrics.aappublications.org/content/129/5/e1138.full.pdf+html López Ferrado, M. (15 de abril de 2008). El pais. Recuperado el agosto de 2013, de www.elpais.com/diario/2008/04/15/sociedad/ M., R. (2008). el impacto de nacer. Obtenido de www.elimpactodenacer.pangea.org Marlow, Hennessy,Bracewell and Wolke. (2007). Motor and Executive Function at 6 Years of Age After Extremely Preterm Birth. Illionois: Pediatrics. Molloy, C. (2012). The Guide to Preemie Development. Niebler, A. (2010). PDF EFCNI. Obtenido de http://www.efcni.org/fileadmin/Daten/Web/Brochures_Reports_Factsheets_Position_Paper s/benchmarking_report/EFCNI_report_light_copyright.pdf organization, W. h. (2012). World health organization. Obtenido de http://www.who.int/pmnch/media/news/2012/201204_borntoosoon-report.pdf Pallás, Grupo PrevInfad/PAPPS. (9 de julio de 2012). Revista Pediatría Atención Primaria. Recuperado el agosto de 2013, de http://www.pap.es/FrontOffice/PAP/front/Articulos/Articulo/_IXus5l_LjPqlUW3MgBYqUJy_Z f4Prirz Preemie Help. (s.f.). Obtenido de http://www.preemiehelp.com/about-preemies/preemie-facts-a-figures Quintanila, L. (14 de Julio de 2011). El Salvador. Obtenido de http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6375&idArt=6007330
  • 62. 54 Quinteros, P. F. (2012). PDF USAID. Obtenido de http://www.maternoinfantil.org/archivos/smi_D265.pdf Ramachandrappa. (abril de 2009). National Child and Maternal Health Education Program. Recuperado el agosto de 2013, de http://www.nichd.nih.gov/ncmhep/Documents/NCHMEP_Abstract_PTB_Outcomes.pdf Ramey, Bryant, Wasik, Sparling, Fendt, La Vange. (1 de marzo de 1992). Pediatrics - The Official Journal of the Academy of Pediatrics. Recuperado el agosto de 2013, de http://pediatrics.aappublications.org/content/89/3/454.abstract?sid=8c78230a-c6fc-42c9- bb58-d914e1c9640f Roberts, Anderson, Doyle. (14 de octubre de 2009). Archives of Diseases in Childhood. Recuperado el julio de 2013, de http://adc.bmj.com/content/95/10/786.full.pdf+html Segarra, A. N. (2004). Anales de psicologia. Obtenido de http://revistas.um.es/analesps/article/view/27511/26681 Siims, Cragg, Gilmore, Marlos, and Johnson. (12 de junio de 2013). BMJ Journals. Recuperado el julio de 2013, de http://fn.bmjjournals.com/content/early/2013/06/11/archdischild-2013- 303777.abstract STEINMACHER, POHLANDT, BODE, SANDER, KRON, and FRANZ. (2008). Neurodevelopmental Follow-up of Very Preterm Infants after Proactive Treatment at a Gestational Age of >23 Weeks. Alemania: JPeds. Varios. (marzo de 2004). Extremely Low Birth Weight NICU Graduate Supplement. Washington: Medical Home. Varios. (2004). Pediatrics - The Official Journal of the Academy of Pediatrics. Recuperado el julio de 2013 Varios. (6 de enero de 2005). the new england journal of medicine. Obtenido de http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa041367#t=articleResults Varios. (2007). Pediatrics - Official Journal of the American Academy of Pediatrics. Obtenido de http://www.pediatrics.aappublications.org/content/120/4/793.full.pdf+html Varios. (2009). Behavioral Problems and Cognitive Performance at 5 Years of Age After Very Preterm Birth:. Recuperado el Agosto de 2013, de Pediatrics - A Journal of the American Academy of Pediatrics. Varios. (28 de septiembre de 2009). Pediatrics - The Official Journal of the Academy of Pediatrics. Recuperado el julio de 2013, de http://pediatrics.aappublications.org/content/124/4/1009.full.pdf+html Varios. (2011). Microstructural and Functional Connectivity in the Developing Preterm Brain. Connecticut: Seminars in Perinatology.
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