Habla sobre política críticamente

2. La política desde una panóptica enteramente autónoma se conceptualiza
como una simple dinámica de tácticas y estrategias, en orden a la
preservación del poder, lo cual implica la ruptura de sus relaciones
metafísicas, axiológicas, éticas y teológicas. Además es preponderante
hacer claridad en que esta idea de política está dispuesta a no ser vista del
modo habitual predominante (moralismo), sino como la instauración de un
nuevo paradigma, que permite comprender e interpretar, en gran
medida, el fenómeno político desde su arraigo histórico y psicológico.
Empero no se trata únicamente de mostrar en forma deductiva el deber
ser de la política, sino de describir cómo funciona en el orden histórico la
política y qué repercusiones acarrean los mandatos y consolidaciones de un
estado. Así mismo, esta idea de política comienza a ser vista como un
fenómeno histórico, como un hecho social en el orden de las descripciones
y no de las prescripciones, y esto trae consigo un tratamiento diferenciado
de su naturaleza y dinamismo.

3. La politiquería se define como la perversión del ideal de política, que
consiste en el ejercicio prolifero de la actividad social pensado en el
beneficio mutuo entre político y politizado, es decir, la politiquería se
puede conceptualizar como la labor hecha por un mando, que pretende a
lo sumo adueñarse del poderío material que tenga a su disposición,
usufructuándose asiduamente de lo politizado . Además de ser una
actividad plenamente caótica, debido a su alto grado de actividad
ordenada dentro de tan idóneo sistema, se puede precisar que la
politiquería es un ejercicio sumamente complicado porque su componente
de rigurosidad al pervertir la política es pesado, ya que según las taxativas
del politiquero se debe controlar, somatizar y transformar a los politizados
para tomar partido de esto, y obtener intrínsecamente el poderío que
tanto ambiciona. Por tal motivo la política se vuelve una utopía, y la
politiquería una realidad.

4. El hacer política es una conceptualización sumamente platónica, debido a
las diferentes acepciones que puede hacer el sujeto político al término,
mas tomando una posición crítica acerca del concepto, se puede precisar
que el hacer política es la actividad social utópica malversada por la
sociedad que consiste en el control por parte de un sujeto político de toda
la sociedad politizada, incluso de los entes que se definen como apolíticos.
Claro está que el quehacer político no exime de obra a los politizados,
porque ellos indefectiblemente también hacer parte del hacer político,
porque es una actividad recíproca, que cualesquier sea su modus
operandi, consta de los mismos partícipes, mejor dicho, el acto político no
se encasilla únicamente a lo realizado por un sujeto, reúne a todos los
politizados, y los correlaciona con el sistema, para que desde su posición
logren tanto crecimiento socio-económico como desarrollo socio-
económico per cápita. Luego de esto, pondera decir que hacer política es
una utopía, más bien lo que sea hace son actos políticos.

5. El hacer investigación política es una conceptualización supremamente
rigurosa, porque no todo se puede denominar como investigación
política, ya que desde la acepción más fidedigna se puede considerar
el hacer investigación política como la practica de la historial ciencia o
historia material que tiene la finalidad de analizar los fenómenos
políticos acontecidos a lo largo de toda la historia y prehistoria de la
humanidad, enfatizando vehemente en el imaginario de las personas, y
como este imaginario se fue pervirtiendo a lo largo del tiempo a través
de una serie de coyunturas que modificaron la estructura material y
por ende diversificó el pensamiento. Por tal motivo esta asidua labor de
la investigación política se aleja de la historia tradicional que se
fundamenta en nombres de presidentes, tipos de gobiernos y años de
mandato. Además es pertinente acotar que el hacer investigación
política es una labor exigua, así sea minusvalorada por la sociedad, ya
que aparte de acarrear mucho trabajo, trae consigo nulos o efímeros
reconocimientos.

6. La demagogia se conceptualiza como la
práctica realizada por retóricos y
expertos en la mercadotecnia política,
que incluye la estética de la campaña y
el estilo publicitario que se puede
abordar. Además, se puede decir que la
esencia de la politiquería es la práctica
oportunista de utilizar las masas
hablando su lenguaje y expresar sus
más sentidas necesidades sin una
intención real de ayudar, es decir,
principios elementales del tratado tan
magnánimo que es la demagogia.

7. La praxis política se puede precisar
como la actividad que tiene la
intencionalidad específica de
determinar a la política como
ciencia por excelencia en cualquier
ejercicio humano. Así mismo la
praxis política la constituyen tres
referencias constructivas: la
orientación hacia el control de los
mecanismo fundamentales del
poder estado, la capacidad de tomar
decisiones públicas del alcance
general y la posibilidad de
restructuración del sistema social
hegemónico.

8. Luego de conceptualizar taxativamente los términos anteriores, es
propicio decir que alrededor de la política existen miles de epítetos y
denominaciones, y esto sucede, porque la política sin lugar a dudas, ha
sido, una ciencia pervertida por los mismos sujetos políticos que la
utilizado a su menester, y de algún modo, han suscitado el
resquebrajamiento del ideal político, convirtiéndolo, a decir verdad, en
una utopía, y de esto modo han ocasionado las diferentes acepciones del
vulgo acerca de ella. Del mismo modo es primordial mencionar que la
política se equipara con muchas ciencias humanas, es decir, de difícil
acceso, ya que para los que tienen hegemonía en los asuntos políticos,
no les convienen que las personas del común disciernan acerca de su
artimañas políticas. Por esta razón, se debe decir que todo lo que gira
entorno a la política está degenerado o al menos trastocado por la
irascible humanidad.