1. LUCHAR CON RAZÓN, VENTAJA Y SIN SOBREPASARSE
Gilberto Meza Aguirre
Cada vez que una huelga nacional del SUTEP ingresa a un período que podría significar de
desenlace, surgen las voces interesadas del sector anarquista para generar confusión entre
los maestros y las bases y desconfianza en la dirigencia.
Sucedió hasta en la huelga de 1990, en la que logramos la conquista más grande de la
historia del SUTEP, que estos mismos anarquistas que hoy dicen defender la ley del
profesorado quienes, con el argumento de que la ley no se come, acusaron de traición a la
dirigencia nacional.
Por lo tanto, con la responsabilidad de haber participado en las diez huelgas nacionales del
SUTEP, en diferentes responsabilidades, nos permitimos reflexionar con los maestros del
Perú respecto de las difíciles y complejas condiciones en las que se está desarrollando
nuestra X Huelga Nacional iniciada el 5 de setiembre.
Cada huelga del SUTEP ha sido diferente una de la otra, en término de logro de
reivindicaciones. Ni la duración ni la contundencia de la huelga son directamente
proporcionales a los logros obtenidos. La histórica huelga de 1979, la más larga de todas,
terminó sin ningún logro reivindicativo; la huelga de 1990, que pudo durar cuatro días,
conquistó la reivindicación más grande e importante de todas, la Ley 25212.
Hoy se viene desarrollando el trato directo, conquistado en momentos en los que el gobierno
mostraba suma dureza al respecto, manifestando que para dialogar había que suspender la
huelga primero. Las multitudinarias movilizaciones y otras acciones de lucha desarrolladas en
diversos lugares del país, así como haber ganado a la opinión pública a nuestro favor han
permitido esa apertura del diálogo.
Los dirigentes del Comité Nacional de lucha han informado sobre los avances de ese diálogo
y señalando que se está esperando la respuesta del ministerio de economía sobre el
incremento económico propuesto por la dirigencia, para luego ponerlo en consideración del
magisterio en huelga.
En ese momento corresponderá pronunciarse a las bases, teniendo en cuenta lo logrado en la
mesa de diálogo, pero principalmente teniendo en cuenta las condiciones de las bases para
persistir en la lucha, superando lo hecho hasta ahora en cantidad y calidad. Mientras no se
tome otra decisión las acciones de lucha deben continuar al margen del debate.
Otro factor que debe considerarse es la necesidad de mantener la unidad del magisterio para
seguir luchando por el objetivo más importante que es el de lograr que la nueva ley del
profesorado, que se está debatiendo en el Congreso de la República, tome en cuenta
principalmente la propuesta del SUTEP. Esa lucha no tiene plazo definido pues no depende ni
del SUTEP ni del ejecutivo sino del Congreso.
Una experiencia aleccionadora al respecto es la huelga de 1991 de la que el magisterio salió
unido y con su organización intacta que le permitió derrotar el primer intento abierto de
privatizar la educación a través del D. Leg. 699 dictado por Fujimori en noviembre de 1991,
que logramos hacer derogar por el Congreso en febrero de 1992.
Lima, 30 de setiembre del 2012