Criterios ESG: fundamentos, aplicaciones y beneficios
El efecto de las bolsas plásticas en la biodiversidad
1. El efecto de la bolsa plástica en la biodiversidad
Las bolsas plásticas, un grave y silencioso peligro
Es un problema dormido en las calles que asfixia a seres silenciosos que se
deshace en partículas, las cuales se dispersan y contaminan el aire llegando
hasta lugares inimaginables. Se dice que son impermeables, que son fáciles de
manejar, que no ocupan espacio y que te las dan gratis en cualquier puesto de
venta o súper mercado. Sin embargo una vez creadas es casi imposible
destruirlas.
Las bolsas plásticas tienen una vida de 1.000 años y se producen entre medio
y un billón anual. Este producto para cualquier persona le resulta muy cómodo
de utilizar al ser, como dijimos: Liviano, manejable, impermeable y por
supuesto fácil de adquirir. Cuando vamos al mercado o a cualquier tienda la
bolsa plástica es gratuita y se consigue con sólo comprar cualquier producto.
Empero ¿Cuán caro nos sale lo cómodo y lo barato? sí damos otro paso a las
calles de nuestra ciudad vemos como éstas han invadido cada rincón, salen de
los basureros domiciliares, son extraídas de ahí por perros callejeros, son
arrastradas por el viento en las aceras, se enredan en los árboles y cables de
luz, tapan las bocas de tormenta e incluso se enmarañan en las pequeñas
patas de algunas aves como las palomas de nuestra plaza Luís de Fuentes.
A menudo vamos al mercado y observamos que este tipo de bolsas se utilizan
para todo desde comprar pan hasta para llevar la sopa al hogar, lo mismo
sucede en todas las ferias de nuestra ciudad, ¿Dame caserita una bolsita? Se
escucha el ruego de la ama de casa. Pero hay también, en las ferias, niños
que ofrecen las bolsas plásticas, con gran insistencia. “Tres bolsas por un
pesito, llévame amiga”, es un pedido que muchas veces termina por
convencernos aunque no necesitemos las famosas bolsas pero pensamos “Un
peso no nos hace nada y tres insignificantes bolsitas no ocupan espacio y nos
pueden ser útiles para cualquier compra”.
Sin embargo tras de este simple pensamiento ignoramos que estamos
fomentando una peligrosa amenaza para la naturaleza. Estas bolsas son
residuos sólidos inorgánicos, producidos en base a petróleo, en cuya
producción se genera dióxido de carbono que empeora el calentamiento global
y el cambio climático. “Las insignificantes bolsas” tardan un segundo en
producirse, veinte minutos en utilizarse y tienen una vida estimada de 1.000
años, antes de romperse en pequeñas partículas tóxicas y reintegrarse a la
naturaleza. Mientras tanto ocasionan daños al medio ambiente y a la salud de
los suelos y animales.
Y es que este problema silencioso se ha convertido en el símbolo más
destacado de la comodidad y por supuesto de la cultura social de “Usar y tirar”
en Bolivia, a tal punto de estar avanzando en todas las ciudades de nuestro
país, lo cual fue calificado de “dramático” por el coordinador nacional de
Capacitación y Educación Ambiental de la Liga de Defensa del Medio Ambiente
(Lidema), Edwin Alvarado. Según dijo, se estima que una familia boliviana usa
anualmente 365 bolsas de plástico sólo en la compra de pan. Si se calcula que
existen 300.000 familias, añadió, son alrededor de 100 millones de bolsas que
se utilizan cada año.
2. La generación de bolsas y botellas plásticas representa el 8,5 por ciento de los
residuos sólidos que se generan diariamente en las ciudades del país, lo que
significa 46 mil kilogramos diarios en La Paz, 25 mil kilos diarios en El Alto, 9
mil kilos diarios en Oruro, 34 mil kilos diarios en Cochabamba, 46 mil kilos
diarios en Santa Cruz. Esto nos da una idea de la cantidad de botellas y bolsas
plásticas que se venden diariamente.
Otro vértice del problema va más allá de las tradicionales ferias y la compra
indiscriminada de bolsas por parte de los consumidores. Radica en los
contratos que cierran cada día las grandes fabricas de bolsas plásticas con
empresas de marketing, las cuales, pos su costo económico, encargan la
creación de miles de bolsas a utilizarse en campañas publicitarias, por lo que
también las empresas contratantes exigen la impresión de su logotipo, lo cual
complica aún más su degradación. Esta situación es mucho más preocupante
debido a que sin necesidad de hacer una compra, las bolsas nos las regalan en
las calles o súper mercados. En Bolivia una de las empresas más conocidas
en la venta de bolsas plásticas es la Industria Belén de Santa Cruz de la Sierra,
empresa líder en la fabricación de productos plásticos para lo cual cuenta con
una amplia gama que van desde bolsas de polietileno de alta y baja densidad
como bolsas de polipropileno. Este tipo de empresas generan una gran
cantidad de bolsas plásticas por día ya sea para cubrir la demanda en los
mercados o para las ya mencionadas campañas publicitarias.
Como analizamos, las bolsas plásticas están inmersas en la economía de la
gente, en su cultura y en el comercio empresarial. Es una paradoja la simpleza
con la que optamos por una bolsa plástica y el daño y complejo problema que
éstas representan para el medio ambiente. Pero aún nos preguntamos ¿Cuán
caro nos sale lo cómodo y lo barato?
Algunos países están tomando medidas drásticas frente a este problema y es
que este peligro está despertando cada vez más. Ahora requerimos de políticas
locales y nacionales para enfrentar la plaga. Las autoridades tienen un gran
reto y la obligación de establecer regulaciones para disminuir su uso. La
población debe cooperar y tomar conciencia de esta amenaza.
Nuestra comodidad no puede estar por encima de tan complejo daño. La
muerte de seres vivos, la degradación del paisaje, la erosión de suelos y otras
potenciales amenazas nos muestran lo “caro” de un simple decir: “Caserita
regálame una bolsita”.
Tarija no está exenta del complejo problema
La cantidad de población ya no es una limitante para este problema, debido a
que Tarija al ser uno de los departamentos, en extensión, más pequeños de
Bolivia y una de las ciudades más limpias también es víctima de esta
amenaza. Aunque no existen datos estadísticos sobre la problemática regional,
ésta se proyecta en varios niveles de nuestra realidad donde observamos que
las personas no le prestan la debida atención al problema.
- Las bolsas en los mercados
3. Las bolsas plásticas generalmente se usan en la compra de pan, verduras y
fruta. Los mercados son los principales lugares de expendio de éstas. Según
las vendedoras del mercado Central cada paquete de 100 bolsas plásticas
cuesta Bs. 5, aspecto que les permite el fácil acceso a ellas, además de ser
éstas un instrumento fundamental para su trabajo.
“Es muy difícil vender el pan en otra cosa, a no ser que los que vienen a
comprar traigan sus bolsas de tela, pero es raro el que trae su bolsón, más
bien nos retan cuando se acaban las bolsitas”, contaba María Farfán
vendedora del mercado Central. “UTA las verduras imposible vender en otra
cosa o las frutas, lindo sería que cada cliente venga con su bolsita pa no
gastar nosotros”, decía Martha Vega verdulera del mercado Campesino.
- En los ríos
Otra situación preocupante es que las bolsas plásticas finalizan en nuestro río
Guadalquivir, dañando sus aguas y la vida acuática existente en él. Se
convierten en mortales trampas para las pequeñas garzas que se alimentan en
las orillas. También dañan el organismo de animales domésticos como perros
que buscan en ellas sobras de comida y muchas veces ingieren un pedazo de
éstas. “Las bolsas llegan al río por el viento y porque la gente viene a hacer día
de campo, trae sus víveres y deja las bolsas tiradas”, señaló Patricia Molinedo
vecina de San Luís, zona aledaña a las orillas del Guadalquivir.
- En el campo
Otro efecto preocupante en nuestro departamento se da en el campo
refiriéndonos al perjuicio que ocasionan, las bolsas plásticas, a la fertilidad de
la tierra debido a que ésta queda contaminada por más de 120 años, sin que la
misma pueda ser mejorada en el ámbito de la productividad agrícola. Afecta
también al ganado, al cual, la ingestión de este tipo de bolsas, le provoca la
muerte. Factor que empeora la crisis económica para las familias. “Aquí hay
bolsas de años enterradas en la tierra, cuando cavas pa plantar encuentras
muchas, las vacas a veces no se dan cuenta de las bolsas que están en medio
de las champas y se comen pedazos, esto es grave pal animalito y claro pal
dueño también”, nos comentó Florencio Carrillo, campesino de Esquís.
- Las bolsas en las calles
La población consume diferentes productos que vienen contenidos en
pequeños envoltorios, los cuales son tirados en las aceras. Empero la mayor
parte de estas bolsas residuales que permanecen en las calles son recogidas
por Emat (Empresa Municipal de Aseo Tarija) y son trasladadas a vertederos,
sin embargo tardan más de 150 años en descomponerse y degradarse. La
pequeña fracción que se recicla supone, por su parte, un elevado coste
económico. Por lo que se refiere a su valorización energética (incineración), no
está exenta de problemas ambientales (emisiones a la atmósfera). “Bueno
ahorita he tirado la bolsa del tostado en la calle no porque no sepa que hay que
ponerlas en los basureros sino que los contenedores no están en cada cuadra,
sólo en las plazas”, manifestó Carla una adolescente que sorprendimos tirando
una bolsita de helado en una esquina.
4. - Las bolsas en los parques
Llevar a los niños al parque zoológico “Oscar Alfaro” los fines de semana y
comprarles una bolsa de papas fritas o de tostado, es una costumbre ya en
Tarija. Sin embargo muchas veces no enseñamos, a los pequeños, a tirar las
bolsas en los basureros y sin darnos cuenta ya han depositado los envoltorios
en un rincón de alguna jaula, en el césped o en el pequeño lago que adorna
nuestro parque. “A los niños les gusta dar tostado a los monos o a los patos,
es difícil enseñarles que hay un basurero, las mamás debemos quitarles las
bolsitas plásticas y ponerlas a nuestra cartera”, señalaba una madre de familia
que paseaba con su niño en el parque zoológico.
Daños
-Ecosistemas acuáticos
El mar y ríos se han inundado de bolsas plásticas, estos desechos cubren
miles de kilómetros de su fondo, atacando a peces, corales y arrecifes, puesto
que les impide su normal desarrollo. Los ríos los arrastran en sus aguas,
dejando en su camino daños a la biodiversidad. De acuerdo con la Sociedad
Océano Azul 46.000 pedazos de basura plástica flotan en cada milla cuadrada
de superficie del mar, y cerca de 100.000 mamíferos marinos y un millón de
aves mueren anualmente al ingerirlos o quedar atrapados en su trama.
- La biodiversidad
Las bolsas plásticas atrapan a débiles animales asfixiándolos. Otros al
tragarlas obstruyen sus intestinos y mueren por hemorragias e inanición,
rompiendo por ende la cadena alimenticia y entre otros efectos un porcentaje
de las bolsas es incinerado expulsando tóxicos y venenos al aire.
- El paisaje
Las bolsas plásticas se dispersan en campos y sembradíos, en algunos lugares
se han convertido en parte del paisaje; quedan atrapadas en las malezas, en
las riberas de los ríos y afluentes. En las ciudades obstruyen desagües y
canales, provocando filtraciones y debilitando terrenos.
- La microflora del suelo
Las bolsas plásticas causan daños a la fertilidad de la tierra debido a que ésta
queda contaminada por más de 120 años, generan grandes índices de erosión
sin que la tierra pueda ser mejorada en el ámbito de la productividad agrícola.
El ganado es una gran victima de las bolsas plásticas.
Acciones en el país para reducir el consumo de bolsas plásticas
Son diversas las acciones que se están llevando a cabo contra este problema.
El Programa de Capacitación, Movilización y Educación Ambiental de Lidema
ha iniciado el 2007 una campaña nacional de reducción y desincentivo del uso
de bolsas plásticas. A la fecha, Lidema ha puesto en circulación cerca de
12.000 bolsas de tela en las nueve ciudades capitales más El Alto y Villa
Montes, donde se han distribuido más de 500 bolsas de tela con el propósito de
5. reducir el uso de bolsas plásticas. Básicamente se hizo énfasis en el uso de
estas bolsas para la compra de Pan.
Por otra parte en los últimos meses, en Tarija, la concejal Ana Sorich realizó,
en el pasado día mundial de la tierra, una propuesta al Concejo Municipal para
aprobar una ordenanza de prohibición sobre el uso de bolsas plásticas en la
ciudad. La iniciativa tiene su soporte legal en los Arts. 33, 34 y otros de la
Nueva Constitución Política del Estado, concordantes a la Ley de
Municipalidades, la Ley de Medio Ambiente y el Código de Salud Pública entre
otras. La propuesta está siendo impulsada por Grenn Hearts Project,
institución que en nuestro departamento viene impulsando varias normativas
“verdes”. De manera colateral se busca hacer una campaña para la
recuperación del uso de bolsas de tela “a la vieja usanza de la Abuela”.
Según los ejecutivos de Green Hearts, El objetivo es limitar los desechos no
biodegradables, los que causan enormes daños a la salud y al medioambiente
tanto en su proceso de fabricación con enormes emisiones de gases de efecto
invernadero como en la forma de producto terminado. Un ejemplo cercano
citado por los ejecutivos fue la riada en la ciudad de La Paz del 19 de febrero
de 2002 donde las bocas de tormenta fueron tapadas por las bolsas, matando
así a 68 personas.
La isla de plástico
Una isla misteriosa del tamaño de Francia, un nuevo continente de plásticos
perdido en el Pacífico, un basurero marino tan grande como dos veces EE UU.
Ya en 1999, un estudio realizado por Charles Moore, fundador de Algalita,
advertía de la existencia de densidades excepcionalmente altas de residuos
plásticos flotando en lo que se llama el Giro Central del Pacífico Norte. La
abundancia de plástico flotante, que se había recogido con redes, era por
término medio de 334.271 trozos por cada km2. Además, el estudio llamaba la
atención sobre un dato sorprendente: "la cantidad de plásticos frente a la
cantidad de plancton presente en esta zona era de seis a uno".
6. La descubrió por casualidad en 1997 durante un crucero de Los Ángeles a
Hawai al navegar por un vórtice que los marineros generalmente evitan porque
hay poco viento y mucha presión.
Según el oceanógrafo Curtis Ebbesmeyer, la mancha es como un ser vivo: "Se
mueve como si fuera un gran animal sin correa", capaz de provocar catástrofes
cuando se acerca a la costa. "Con frecuencia se aproxima al archipiélago
hawaiano, dejando la costa cubierta de plástico".
Según Naciones Unidas, la contaminación del océano provoca la muerte de
más de un millón de pájaros marinos cada años y de 100.000 mamíferos
acuáticos. Jerguillas, cigarrillos y cepillos de dientes han sido encontrados en
los estómagos de muchos animales muertos.
7. Según asegura un informe de Greenpeace , el remolino oceánico de desechos
es una de las áreas más estudiadas de acumulación de plástico en nuestros
océanos. Está compuesto por todo tipo de elementos, desde pequeños trozos
de restos de plástico hasta grandes redes a la deriva procedentes de la
industria pesquera. La isla de basura se compone en un 80% de plástico y
pesa más de 3,5 millones de toneladas.
"En este momento, limpiarla no es una opción”, comentó Parry. “Mientras dure
nuestra dependencia del plástico, simplemente se irá haciendo más grande”.