El documento describe la historia y características de los manuscritos iluminados. Explica que eran libros manuscritos ilustrados y pintados entre el final del Imperio Romano y la invención de la imprenta en 1450. Su producción era muy costosa y requería mucho tiempo, utilizando materiales como pergamino, tintas naturales y hojas de oro. Los estilos incluyen el clásico romano, el celta irlandés con diseños intrincados, y el carolingio bajo Carlomagno que reformó la escritura.
Fundamentos de la Ergonomía y sus características principales
Manuscritos Iluminados
1. l término de manuscrito iluminado deriva
de la luminosidad de las láminas de oro, que
reflejaban la luz desde sus páginas y daba la sensa-
ción de que literalmente la página estuviese ilu-
minada. Actualmente se denomina así a todos los
libros manuscritos ilustrados y pintados durante
el final del Imperio Romano y hasta que los libros
impresos sustituyeron a los manuscritos hacia 1450.
Los manuscritos iluminados eran escritos sagrados,
los cuales tenían mucho sentido para cristianos, ju-
díos y musulmanes; el uso de adornos visuales para
aumentar la palabra llegó a ser muy importante,
siendo éstos libros producidos con mucho cuidado
y con un diseño delicado.
La producción de los manuscritos iluminados era
muy costosa y requería mucho tiempo de prepa-
ración, se usaba como soporte el pergamino o la
vitela. Un libro grande podía llegar a necesitar
la piel de 300 ovejas. Para las tintas se utilizaban
pigmentos naturales, como el hollín para el negro,
goma y agua con sanguínea o tiza roja para el rojo,
“agalla de hierro” (sulfato de hierro mezclado con
manzanas de roble) para el color castaño, y para el
azul vibrante se utilizaba lapislázuli, un mineral
precioso proveniente de Afganistán.
El oro y la plata, con menos frecuencia, se aplicaban
de dos maneras, a veces se molía hasta extraer pol-
vo y se mezclaba para hacer pintura dorada, pero
esto generaba una superficie granulada, así que se
optó más por golpear el oro con un martillo hasta
obtener una lámina de oro que se aplicaba sobre un
fondo adhesivo. Los libros era encuadernados con
maderas y forrados con piel labrada, a menudo los
escritos litúrgicos tenían piedras preciosas en su
exterior.
Durante los primeros tiempos de la era cristiana
se crearon los scriptorium o sala de escritura de
los monasterios, dirigida por el scrittori, que sabía
varios idiomas y se encargaba del diseño y pro-
ducción. Quien escribía las letras era el copisti, y el
iluminator o ilustrador era el artista que se ocupaba
de los adornos y márgenes.
Además de preservar la literatura medieval, los
escribas que trabajaban en los monasterios inventa-
ron la notación musical.
Entre las producciones de manuscritos iluminados
existen diversos estilos.
ESTILO CLÁSICO
El manuscrito iluminados más antiguo que se con-
serva data del final de la antigüedad y comienzos
de la era cristiana. Se trata del Virgilio Vaticano (fin
s IV ppio. V), que posee dos obras del más grande
poeta de Roma, Publius Vergilius Maro (70 – 19
a.C); sus Geórgicas, sobre la agricultura y el cam-
po y la Eneida, narrativa épica sobre Eneas, que
se marchó de las ruinas en llamas de Troya para
fundar otra ciudad.
En el Virgilio Vaticano se utiliza un método de di-
seño homogéneo, el texto está escrito en mayúscu-
las rústicas apretadas, con una sola columna ancha
en cada página.
El Virgilio Vaticano. La Muerte de Laoconte
Ppios. siglo V.
Manuscritos Iluminados
E
2. Las ilustraciones se enmarcaban con franjas de un
rojo vivo, del mismo ancho que la columna de tex-
to. Las ilustraciones recuerdan a los frescos murales
de Pompeya.
En éste período evolucionan los tipos de letras, en
una búsqueda permanente de formas más sencillas
y más rápidas de hacer, de fácil escritura.
Se destacaron dos técnicas dentro de la iglesia cris-
tiana desde el siglo IV hasta el IX, unas fueron las
unciales, así llamadas porque se escribían entre dos
directrices con una separación de uncia (pulgada
romana), inventada en realidad por los griegos en
el siglo III a.C. Son letras mayúsculas redondeadas,
trazadas de forma libre, más adecuadas para es-
cribir con rapidez que las mayúsculas cuadradas o
rústicas. Un paso hacia la aparición de las minúscu-
las fueron las semiunciales, en las que se utilizaban
cuatro directrices en vez de dos, y los trazos podían
elevarse o descender más allá de las dos líneas prin-
cipales, produciendo verdaderas astas ascendentes
y descendentes. Algunas semiunciales aparecieron
en el siglo III, pero no prosperaron hasta fines del
siglo VI.
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, en
el 476 d.C, hubo un período de dislocación e incer-
tidumbre. Las ciudades se deterioraron y se convir-
tieron en aldeas, los funcionarios abandonaron sus
obligaciones y se trasladaron a sus fincas rurales,
dejaron de existir el gobierno y la legislación.
Comenzaron a formarse en zonas aisladas lenguas
regionales, costumbres y las divisiones geográficas
europeas.
DISEÑO DE LIBRO CELTA
A principios del siglo V el legendario San Patricio
y otros misioneros comenzaron a convertir rápi-
damente a los celtas al cristianismo. En ésta fusión
fascinante de cultura y religión, los templos pa-
ganos se convirtieron en iglesias y se adoraron
con motivos celtas los cálices y las campanillas
que los misioneros habían llevado a Irlanda.
Sus diseños eran intrincados, abstractos con
texturas visuales gruesas y colores brillantes y
puros.
El primer libro celta fue el Durrow (aprox. 680)
y se suponía que había sido hecho en Irlanda,
pero luego se creyó que procedía de las Islas Bri-
tánicas, y que fue hecho y adornado por escribas
irlandeses.
La obra maestra de la época fue El Libro de
Kells, creado en el monasterio insular de Iona
alrededor del 800 d.C.
Se creaban orlas o marcos ornamentales en torno
a ilustraciones que ocupaban toda una página,
se elegían las páginas principales del evangelio
y otros pasajes importantes para iluminarlas, y
se encuadernaba con el manuscrito unas páginas
completas de diseño decorativo llamadas “pá-
ginas tapiz”, debido a que el diseño atestado e
intrincado se asociaba con el tapiz oriental.
Las cintas ornamentales entretejidas que de-
coran la página, se denominan “lacerías”, se
utilizaban instrumento de dibujo mecánico para
crearlas. Las lacerías que provienen de formas
de animales se llamaban lacertines.
Una característica de estos libros eran las gran-
des iniciales, lo cual presentaba un problema
Letra semiuncial siglo VI.
Letra uncial, Libro de Kells.
3. El Libro de Durrow, página inicial del Evangelio
según San Marcos, 680.
para integraras al texto, probablemente fue resuel-
to mediante un principio gráfico, llamado “dimi-
nuendo”, que es una escala decreciente de la in-
formación gráfica, muchas veces la inicial doble va
seguida por otra más pequeña descendiente en los
primeros 3 o 4 renglones.
Ésta escala descendente vincula la gran inicial con
el resto del texto y unifica más los elementos.
Los celtas dejaban espacio entre las palabras, para
que el lector pudiera distinguirlas enseguida en la
sucesión de letras, ésta fue su mayor innovación.
La escritura semiuncial viajó a Irlanda con los
primeros misioneros y tras experimentar unos
cambios se convirtió en scriptura scottica o escritu-
ra insular. Éstas semiunciales se convirtieron en el
estilo de forma de letra nacional de Irlanda y se usa
todavía para escritos especiales. Los caracteres a
menudo se unían por el centro o la base.
GRÁFICA CAROLINGIA
Durante el gobierno de Carlomagno (724 – 814), rey
de los francos en el 768 y gobernante principal de
Europa Central, todo el centro de Europa se unificó
en un Imperio que no fue ni romano ni sacro, resta-
bleció en Occidente el concepto de Imperio, intro-
dujo el sistema feudal y fomentó el renacimiento
del saber y las artes.
Algunos manuscritos ilustrados eras casi imposi-
bles de leer por la complejidad de sus letras, esta-
ban mal preparados y tenían faltas de ortografía,
por lo que en el 789 se decretó un mandato real.
Se congregó en Aquisgrán una turba scriptorium
(multitud de escribas) para preparar copias matri-
ces de textos religiosos importantes, a continuación
se enviaron los libros y los escribas por toda Euro-
pa para difundir las reformas.
Se reformó el alfabeto, se eligió como modelo de
escritura ordinaria una nueva combinada con las
semiunciales celtas denominadas minúsculas caro-
lingias, precursora del alfabeto actual de caja baja.
Los caracteres estaban separados en vez de unidos,
y se combinó con las mayúsculas romanas para
encabezados, algo innovador ya que hasta entonces
los tipos de letra evolucionaron por separado.
Las ilustraciones de los manuscritos iluminados
carolingios poseían más naturalidad y realismo que
los celtas, el espacio retrocedía en la página desde
un marco decorativo y la ropa parecía envolver las
formas de unas figuras humanas vivas. Éste estilo
se llamó “de ventanal”.
Letra carolingia, precursora de la
minúscula actual.