1. “Me busco y no me encuentro”
Josefina de la Torre (1907, Las Palmas de Gran Canaria - 2002, Madrid) es una poeta
canaria, autora del poema que nos ocupa: “Me busco y no me encuentro”. Dicha
grancanaria destacó por su carácter polifacético, pues aparte de la poesía dedicó
parte de su vida a otras actividades, como el periodismo, el canto lírico… Además, fue
un referente en la cultura de la época y fue realmente conocida por el modernismo.
El tema principal del poema es el intimismo, puesto que mediante el uso de un tono
existencial la poeta expresa su vacío interior, fruto de su inexistente maternidad. Este
sentimiento se ve claramente reflejado de manera figurada en la parte central del
texto (“Y no pude ser tierra, ni esencia, ni armonía”).
Con respecto a la métrica, no encontramos una estructura concreta. A pesar de que
Josefina de la Torre en muchas ocasiones empleó metros clásicos, como sonetos, en el
poema hace uso del versolibrismo, que es representado en un reducido poema de trece
versos.
Desde el punto de vista estilístico, este poema fue escrito mediante el empleo de una
lengua cuidada y de un léxico con claras connotaciones pesimistas, con el que la poeta
nos expresa su frustración y tristeza, como hemos nombrado anteriormente (“herida”,
“sombra”, “desalentada”, “incertidumbres”, “vacío”…). Por otro lado, se debe destacar
el elevado número de recursos empleados en tan reducida extensión, entre los cuales
mencionaremos los siguientes:
El poema se encuentra encabezado por una significativa sentencia (“Me busco y no me
encuentro”), que roza casi la paradoja, con la canaria expresa su estado de ánimo de
confusión y desorientación.
También observamos la aparición de numerosos epítetos, usados para expresar una
serie de sentimientos, como su anhelo por no alcanzar la realización personal (“torpe
vacío”), su sensación de “descomponerse” poco a poco (“desalentado y lento
desgranarse”) o la falta de respuestas (“sordas paredes”).
Cabe destacar el empleo de varias personificaciones (“interrogo al silencio”, “sordas
paredes”), con las que dota de personalidad a diversas realidades y con las que, a su
vez, representa nuevamente su sufrimiento ante la situación presentada.
Además, las metáforas juegan un importante papel en la obra (“Tanteando la noche de
todas las esquinas”, “El eco de mis incertidumbres”), entre las que podemos encontrar
una metáfora de gran relevancia, con la que reitera su desorientación en la vida y su
incapacidad para ver la luz (“Como dormida en las tinieblas”).
De hecho, la poeta expone tras una serie de metáforas sus más profundos
pensamientos y su dolor ante la imposibilidad de haber engendrado vida y
concretamente, en esta parte del poema, encontramos sentido completo al mismo, pues
es donde se descubre la causa de las penas de la autora. Estas sensaciones las expresa
en el primer verso mediante el uso de polisíndeton, para así ralentizar la acción (“Y no
2. pude ser tierra, ni esencia, ni armonía”) y en el segundo, con otra enumeración de
metáforas, pero en esta ocasión con el uso de asíndeton (“Fruto, sonido, creación,
universo”), con los que esta canaria proporciona rapidez, para evitar centrarse en dicha
realidad.
Guacimara Velázquez Otero, 2º BACH B.