1. Historia de una Escalera
Este fragmento forma parte del III acto de Historia de una Escalera. La obra fue escrita
por Antonio Buero Vallejo (Guadalajara, 1916 –Madrid, 2000). Se estrenó en 1949,
época en la que habían pasado diez años desde la Guerra Civil, había más pobreza,
ruinas…. Después de la Guerra se instaura una dictadura y una fuerte censura en las
obras literarias. A finales de los 40 y principios de los 50, los escritores encuentran un
camino: el realismo social (se plasma la situación en el entorno con intención de
denunciar. La crítica es posible porque el autor no se manifiesta en 1ª persona).
Cabe destacar los personajes principales en el fragmento:
Fernando, hijo: tiene un papel de protagonista en el III acto. Posee las mismas
características que su padre. No tenía los pies en la tierra, hacía muchos planes de
futuro y no los llevaba a cabo. Está enamorado de Carmina y pertenece a la 3º
generación de habitantes de la casa.
Carmina, hija: también es una de las protagonistas del III acto, está enamorada de
Fernando, hijo, es ilusa y apocada. Forma parte de la 3º generación.
Fernando, padre y Carmina, madre aparecen en el fragmento, pero no hablan, solo se
miran: Sin embargo, su protagonismo en esencial, porque esa mirada melancólica
simboliza el tema de la obra: la frustración, la desilusión…, ven que la historia se repite
y que ellos nunca podrán evitarlo.
En esta obra se rompe la unidad de tiempo, ya que transcurren 30 años desde el
primer al tercer acto. Poco a poco van desapareciendo personajes, pero, a su vez,
aparecen otros nuevos.
El espacio no cambia, los tres actos transcurren en el rellano de una escalera, donde
aparecen cuatro puertas que dan acceso a cuatro viviendas, con dos ventanas. <Hay
que destacar también el casinillo, donde ocurren las escenas principales (peleas, de
amor y las largas conversaciones de los personajes).
Las acotaciones son breves aclaraciones que sustituyen al narrador. En la obra
podemos observar acotaciones extensas, en las que se encuentran momentos
narrativos (“El la lleva al primer escalón”). En otras ocasiones, apreciamos toques
descriptivos (“Se contemplan extasiados”). La última acotación tiene un valor
importantísimo porque en ella se ve el tema de la obra, la frustación de los personajes
por no poder realizar sus ideales.
Dentro de las características de la lengua literaria, podemos destacar que se utiliza un
lenguaje sencillo y directo, lo que es un rasgo distintivo del realismo social. Sin
embargo, eso no impide que esté cuidado. El autor intenta reflejar la forma de hablar
2. del momento, así Vemos la abundancia de oraciones exclamativas, propias de una
situación cargada de emotividad. Fernando, hijo, personaje que, como su padre,
intenta convencer mediante palabras, es el que más habla. Carmina apenas toma la
palabra, y cuando lo hace, es para demostrar su aprobación. En este diálogo
encontramos algún coloquialismo (“pequeña” y otras formas de dirigirse Fernando a
su novia). Al mismo tiempo, se aprecia la presencia de alguna metáfora (“este nido de
odio…”) y de una anáfora (“Ya sabes, ya sabes, ya sabes”).
María Hidalgo, 2º B BAC