La sirenita Karonlay vivía felizmente en el fondo del mar con su familia. Cuando cumplió 15 años, pudo salir a la superficie por primera vez y quedó fascinada con el cielo y las estrellas. Un día vio a un príncipe llamado Alan y se enamoró de él. Al día siguiente, Karonlay salvó al príncipe de ahogarse y él también se enamoró de ella. Después de conversar, Karonlay y el príncipe Alan decidieron casarse y tuvieron una hija, viviendo felices para siempre.