4. ¿No oyes todas las acusaciones que presentan en tu contra? le
preguntó Pilato. Para sorpresa del gobernador, Jesús no respondió a
ninguno de esos cargos. Mateo 27:13-14
5. Pilato anunció su veredicto: Me trajeron a este hombre porque lo
acusan de encabezar una revuelta. Detenidamente lo he examinado al
respecto en presencia de ustedes y lo encuentro inocente. Así que lo
haré azotar y luego lo pondré en libertad. Lucas 23:13-16
6. Pero un gran clamor surgió de la multitud, y a una voz la gente
gritó: ¡Mátalo y suéltanos a Barrabás! Lucas 23:18
7. ¿A quién quieren que ponga en libertad, a Barrabás o a Jesús,
llamado el Mesías? Mateo 27:17
8. ¡A Barrabás!, contestó la multitud a gritos. Entonces, ¿qué hago
con Jesús, llamado el Mesías?, preguntó Pilato. ¡Crucifícalo!, le
contestaron a gritos. Mateo 27:21-22
9. Pilato vio que no lograba nada y que se armaba un disturbio. Así que
mandó a buscar un recipiente con agua y se lavó las manos delante de
la multitud a la vez que decía: Soy inocente de la sangre de este
hombre. La responsabilidad es de ustedes. Mateo 27:24
10. Así fue que Pilato dejó a Barrabás en libertad. Mandó azotar a Jesús
con un látigo que tenía puntas de plomo, y después lo entregó a los
soldados romanos para que lo crucificaran. Mateo 27:26
11. En el camino, se encontraron con un hombre llamado Simón, quien era de
Cirene, y los soldados lo obligaron a llevar la cruz de Jesús. Mateo 27:32
12. Cuando llegaron a un lugar llamado «La Calavera», lo clavaron en la cruz y a los
criminales también, uno a su derecha y otro a su izquierda. Jesús dijo: Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y los soldados sortearon su ropa, tirando
los dados. Lucas 23:33-34
13. Al mediodía, la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde. A
eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz fuerte: Eli, Eli, ¿lama
sabactani?, que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?. Mateo 27:45-46
14. Después Jesús gritó: Padre, ¡encomiendo mi espíritu en tus manos! Y
con esas palabras dio su último suspiro. Lucas 23:46
15. El oficial romano y los otros soldados que estaban en la crucifixión quedaron
aterrorizados por el terremoto y por todo lo que había sucedido. Dijeron:
¡Este hombre era verdaderamente el Hijo de Dios! Mateo 27:54
16. Al acercarse la noche, José, un hombre rico de Arimatea que se había convertido
en seguidor de Jesús, fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. José tomó el
cuerpo y lo envolvió en un largo lienzo de lino limpio. Mateo 27:57-59
17. José de Arimatea colocó el cuerpo de Jesús en una tumba nueva, su propia
tumba que había sido tallada en la roca. Luego hizo rodar una gran piedra
para tapar la entrada y se fue. Mateo 27:60