Este documento describe diferentes tipos de fracturas del extremo superior del húmero, incluyendo la cabeza humeral, el troquíter y el cuello del húmero. Explica los síntomas, hallazgos de rayos X y opciones de tratamiento para cada tipo de fractura, ya sea conservador con inmovilización o quirúrgico con osteosíntesis. El pronóstico suele ser bueno cuando los fragmentos óseos están bien encajados, permitiendo una rehabilitación temprana.
4. Fracturas del extremo superior del Humero
Corresponde a
las fracturas de:
• La cabeza
humeral
• Del troquíter
(a)
• Del cuello del
húmero
(b: del cuello
anatómico)
5.
6. 1. Fracturas de la cabeza humeral aislada
(epífisis proximal)
Son muy poco frecuentes y
consisten en hundimientos o rasgos de
fractura que habitualmente necesitan
tratamiento conservador.
Tratamiento conservador para el
manejo del dolor e inmovilización con
cabestrillo y rehabilitación.
7. 2. Fracturas del troquíter
Se refiere básicamente a la fractura de la gran
tuberosidad de la cabeza humeral (troquíter) que da
inserción al músculo supraespinoso.
Se describen tres tipos de fracturas del troquíter:
• * Fractura conminuta con gran compromiso óseo.
• * Fractura sin desplazamiento del fragmento.
• * Fractura con desplazamiento del fragmento.
8. Fractura del macizo del troquíter
Generalmente se produce por un violento
golpe directo de la cabeza humeral, en una caída
de lado contra el suelo.
En la mayoría de los casos compromete
todo el cuerpo del troquíter, que se fragmenta
en dos o más segmentos y a veces adquiere el
carácter de una fractura conminuta.
A pesar de ello, los fragmentos no se
desplazan.
El pronóstico es bueno y la consolidación
es rápida.
9. Fractura del macizo del troquíter
El brazo se mantiene sostenido por
un cabestrillo por 2 a 3 semanas, cuidando
desde el primer momento de ejercitar
movimientos de flexión anterior y posterior del
hombro, rotación y luego movimientos de
abducción controlados y sin que provoquen
dolor.
Al cabo de 2 a 3 semanas la
movilidad del hombro se empieza a recuperar y
la función se hace completa entre 1 a 2 meses.
10. Fractura del macizo del troquíter
El grado de recuperación así como el plazo
para conseguirla, depende de:
• * Edad del enfermo; pasados los 45 años el riesgo
de limitación a la abducción es progresivo.
• * Grado de contusión muscular, especialmente del
deltoides.
• * Grado de la potencia de los músculos del
hombro.
• * Obesidad.
• * Grado de comprensión y cooperación del
paciente.
En ello juega un papel trascendente la acción
estimulante psicoterápica del médico.
11. Fractura del macizo del troquíter
Estos enfermos deben estar sometidos a un
control muy estrecho.
En la mayoría de los casos es innecesaria
la inmovilización con un vendaje tipo Velpeau.
Iniciar de inmediato la actividad muscular y
articular.
12. Fractura del vértice del troquíter sin
desplazamiento
Es una típica fractura por arrancamiento. La
tracción arranca la base de la zona de inserción del
músculo.
Con frecuencia el fragmento desprendido no se
desplaza; el pronóstico es bueno y el tratamiento sólo
requiere de inmovilizar el brazo en un cabestrillo por 2 a
3 semanas, cuidando de mantener la movilidad del
hombro en actividad.
Las medidas de rehabilitación deben ser muy
controladas en enfermos de más de 45 años.
13. Fractura del troquíter con desplazamiento
Por la violencia de la caída, la tracción del
supraespinoso es extremadamente violenta, la
radiografía lo muestra sobre la cabeza humeral o bajo el
acromion.
El fragmento desprendido debe ser reducido y
fijado en su posición normal.
Ello requiere una intervención quirúrgica (osteosíntesis) e
inmovilización en férula de abducción.
Si el fragmento del troquíter queda definitivamente
desprendido de la cabeza humeral, la acción del
supraespinoso queda abolida y el movimiento de
abducción del brazo queda fuertemente limitado.
14. Fracturas del troquíter Sintomatología
Las distintas fracturas de este grupo presentan
una sintomatología común.
Hay dolor de regular intensidad, limitación o
imposibilidad al movimiento de abducción. Los
movimientos de extensión anterior y posterior son
posibles.
No es infrecuente la consulta tardía, sea porque el
dolor es poco relevante o porque el movimiento de
extensión anterior y posterior del hombro se conservan,
a veces en rangos muy amplios.
15. Fracturas del troquíter Sintomatología
El pronóstico en general es muy bueno; la
movilidad del hombro se recupera.
El músculo deltoides, motor principal del
movimiento, se atrofia con extraordinaria
rapidez y su recuperación suele ser muy lenta y
difícil.
Los ejercicios de rehabilitación deben ser
iniciados tan pronto haya una unión sólida del
segmento óseo fracturado.
16. Fracturas del troquíter
Sintomatología
Factores adversos a la buena recuperación:
• Inadecuada rehabilitación
• Pasados los 45 a 50 años de edad la rehabilitación
es progresivamente más difícil.
• Musculatura con desarrollo deficiente.
• Obesos.
• Arrancamiento óseo con desplazamiento del
fragmento.
• Diagnóstico tardío.
17. 3. FRACTURAS DEL CUELLO DEL
HUMERO
También denominada por algunos
autores como "fractura subcapital",
estimando que no procede diferenciar
aquellas propiamente subcapitales de
aquéllas ocurridas a nivel del cuello
anatómico.
En algunos textos son tratadas en
un capítulo común.
18.
19. FRACTURAS DEL CUELLO DEL
HUMERO
GENERALIDADES
Son fracturas que se producen generalmente
en personas mayores de 50 años.
En la mayoría de los casos, es consecuencia de
un mecanismo indirecto en que el enfermo cae hacia
adelante o hacia el lado, y busca apoyo con todo el
miembro superior extendido y apoyado contra el suelo.
20. FRACTURAS DEL CUELLO DEL
HUMERO
GENERALIDADES
El brazo se constituye en un largo brazo de
palanca con apoyo fijo en la articulación del hombro.
A esa edad, generalmente hay ya un proceso de
osteoporosis, el hueso cede y la fractura se produce.
Al movimiento referido se agrega una torsión
interna o externa del brazo, y el extremo distal de la
fractura puede girar en uno u otro sentido.
21. FRACTURAS DEL CUELLO DEL
HUMERO - Síntomas
Son muy claros e inequívocos. Sin
embargo suelen no serlo tanto para los enfermos. Por
ello no es infrecuente la consulta tardía.
La aparente levedad del traumatismo, el dolor
tolerable y la movilidad parcialmente conservada por el
encajamiento de los fragmentos, hacen que el paciente
atribuya todo ello a una contusión del hombro; no es
infrecuente que para el médico de poca experiencia
piense lo mismo.
22. FRACTURAS DEL CUELLO DEL
HUMERO - Síntomas
La consulta se realiza ante la
persistencia de los signos y la aparición de una
extensa equímosis que desciende a lo largo de
la cara interna del brazo.
Dolor, impotencia funcional al movimiento
de abducción del brazo y equímosis tardía en la
cara interna del brazo, son los signos
prominentes de las fracturas de este tipo.
23. FRACTURAS DEL CUELLO DEL
HUMERO - Radiografia
Son necesarias radiografías en dos planos:
antero posterior y axial.
La sola proyección antero posterior no nos
informa de la verdadera posición del extremo distal de la
fractura; puede corresponder a una fractura no
encajada, en que el fragmento distal está por delante o
por detrás del proximal.
No resulta fácil ni conveniente elevar el brazo para
conseguir la proyección céfalo-caudal; más apropiada
es la proyección lateral o retro-esternal.
24. Fracturas por contusión
Producidas por un mecanismo directo,
al golpear la cara externa del hombro contra el
suelo o al recibir una contusión por un impacto
directo.
En ellas hay una fractura de rasgo
transversal, que cruza el cuello del húmero, en
general sin gran desplazamiento de los
fragmentos ni deformación de los ejes; con
frecuencia las superficies de fractura se
encuentran firmemente encajadas.
La contusión directa contra el extremo
superior del húmero, suele determinar además
una fractura, a veces con uno o varios rasgos de
la masa del troquíter.
25. Fracturas por contusión
Son fracturas estables, de buen pronóstico
y para su tratamiento requieren inmovilización
relativa del brazo en cabestrillo, Velpeau o yeso
que comprometa desde el hombro hasta el codo,
sin que impida su movilidad.
Como en las fracturas anteriormente
descritas, debe cuidarse de mantener activos los
movimientos de flexión anterior y posterior del
hombro, y ya a las 2 a 3 semanas, se inician los
movimientos de abducción del brazo.
Si fuese necesario una inmovilización con Velpeau,
generalmente debido al dolor de la fractura, debe ser
retirado antes de los 15 a 20 días e iniciar los movimientos
del hombro. La recuperación se logra en el curso de 1 a 2
meses y no debe esperarse limitación del movimiento de la
articulación.
26. Fracturas por aducción
Se produce por caída directa,
golpeando el hombro contra el suelo,
quedando el brazo en posición de aducción.
El rasgo de fractura es sensiblemente
horizontal, impactado contra la cabeza humeral
en su mitad interna, de modo que el ángulo
céfalo-diafisiario del húmero se encuentra más
cerrado en 15, 20 ó más grados; el eje del
brazo se ha desviado en aducción.
Es frecuente que además el
segmento diafisiario gire en su eje longitudinal,
en un movimiento de rotación interna.
27. FRACTURAS DEL CUELLO DEL
HUMERO - Tratamiento
En la mayoría de los casos no es necesaria
ninguna maniobra de reducción. Desde respetarse lo
impactado en que se encuentran ambos fragmentos; la
estabilidad queda así asegurada, el proceso de
consolidación es rápido y la rehabilitación puede iniciarse
con relativa rapidez.
Puede bastar la inmovilización con un yeso que
descienda desde el hombro hasta el codo, sin
comprometer su movilidad. El brazo se sostiene en un
cabestrillo.
Se mantiene esta inmovilización por 3 a 4 semanas,
con ejercicios pendulares del brazo, iniciando los
movimientos de abducción después de 2 a 3 semanas.
28. FRACTURAS DEL CUELLO DEL
HUMERO - Tratamiento
Ninguno de los movimientos con que se inicia
la recuperación deben provocar dolor.
Si en un principio se consideró necesaria la
inmovilización con un Velpeau, debe ser retirada a los 15
ó 20 días, y la rehabilitación del movimiento del hombro
debe ser fuertemente estimulada.
La angulación de los ejes céfalo-diafisiarios,
no determinan una incapacidad importante en el
movimiento de abducción del brazo, considerando que la
desviación no sobrepasa en general más allá de los 20 a
30 grados.
Más trascendente que esto, es el haber
respetado la impactación de los fragmentos de fractura,
que permitieron una consolidación rápida y una
rehabilitación precoz.
29. FRACTURAS DEL CUELLO DEL
HUMERO - Tratamiento
Sin embargo, debieran ser consideradas dos
situaciones en que esta tolerancia tiene límites:
** Gran desplazamiento de los
fragmentos. El extremo distal de la fractura
está descoaptado en forma completa,
colocándose enteramente por delante, atrás o
dentro del fragmento proximal.
La reducción ortopédica suele
ser muy difícil, la estabilidad de los fragmentos
es precaria y con frecuencia exige un
tratamiento quirúrgico.
** Fracturas con acentuada
desviación en varo del segmento distal en
pacientes de menos de 40 a 45 años.
30. FRACTURAS DEL CUELLO DEL
HUMERO - Tratamiento
La acentuada desviación en varo del húmero,
se constituye en una fuerte limitante del
movimiento de abducción del hombro.
Ello puede ser poco trascendente en el
enfermo de edad avanzada; en él adquiere
mucho más valor el encajamiento de los
fragmentos, que garantiza una consolidación
rápida, y una movilización precoz, aun cuando la
abducción pueda quedar parcialmente limitada.
Esta situación no debe ser tolerada en el
paciente joven, en quién la limitación del
movimiento de abducción se constituye en una
grave incapacidad.
31. FRACTURAS DEL CUELLO DEL
HUMERO - Tratamiento
Los fragmentos deben ser reducidos;
las superficies de fractura deben ser
desimpactadas y el húmero se lleva en un
movimiento de abducción.
Recuperado el eje del hueso, se inmoviliza
en un yeso hombro-brazo péndulo, en una
férula de abducción, según sea el grado de
estabilidad de la fractura.
Se retira el yeso de abducción (toraco-
braquial), en un plazo de 30 a 50 días y se
continúa con el brazo suspendido de un
cabestrillo.
37. Generalidades
En la inmensa mayoría de los casos se
presentan en adultos, en plena actividad y
como consecuencia de acciones violentas,
directamente aplicadas sobre el brazo.
Golpes directos, caídas de lado en que el
brazo se estrella contra un borde duro sobre
el cual se hace palanca, accidentes
automovilísticos, impacto de bala contra el
hueso, son mecanismos muy frecuentes.
38. Generalidades
En general la fractura se produce por un
trauma violento y por ello es dable esperar que
haya lesiones secundarias, ya sea producidas
por el agente traumático mismo o por el
segmento óseo fracturado.
La lesión del radial y, menos frecuente, de
la arteria humeral, obedecen a algunas de
estas causas.
39. Generalidades
Si la fractura se ha
producido por un trauma de poca
intensidad al apoyarse
simplemente sobre el codo, o al
lanzar con fuerza una piedra,
etc., debe hacer sospechar de
inmediato en una fractura en
hueso patológico (metástasis,
mieloma, quistes, displasia
fibrosa, etc.).
40. Variedades Anatómicas
Son múltiples las formas de fracturas
y ello está determinado por el
mecanismo de producción.
Un golpe directo sobre el brazo
provoca una fractura de rasgo único y
horizontal;
Será oblícuo o espiroídeo, en un
movimiento de rotación brusco e
intenso;
Habrá varios fragmentos en un
41. Síntomas
Como en toda fractura diafisiaria, es
posible encontrar casi todos los síntomas
y signos: dolor, impotencia funcional,
movilidad anormal, crépito, deformación
del contorno del brazo, alteración de los
ejes, etc.
Con frecuencia el desplazamiento de los
fragmentos es evidente, y está
determinado, sea por la fuerza del impacto
mismo, o por la acción de las masas
musculares insertadas en los fragmentos
libres.
El nivel de la fractura, en relación a los
puntos de inserción muscular, es
42. Tratamiento
Hay ciertas circunstancias que
rodean a estas fracturas, que hacen
necesario tener presente algunas medidas
de tratamiento urgente:
Ocurren en campos deportivos,
accidentes automovilísticos, caídas del
caballo, de la bicicleta, de patines, en el
esquí, etc.
Son dolorosas y el brazo péndulo
exacerba el dolor; la movilidad anormal y
la contractura de las masas musculares
acrecientan el dolor y la angustia del
43. Tratamiento
Se debe proceder con rapidez:
Si resulta fácil, sacar la ropa y
descubrir el brazo fracturado.
Si fuese posible, inyectar
analgésico intramuscular o
endovenoso.
Si las condiciones aún son
mejores, inyectar anestésico en el
foco de fractura (novocaína,
xilocaína).
Tracción en el eje suave y
sostenido para alinear y desrotar los
44. Tratamiento
Inmovilizar el brazo con férulas rígidas
de cartón, tablillas de madera o yeso,
desde el hombro hasta el codo,
manteniendo la tracción.
Si ello no fuese posible, fijar el brazo al
tórax e inmovilizarlo con un vendaje
tipo Velpeau con vendas de género o
yeso.
Es importante investigar la existencia
de una parálisis radial y, de existir,
dejar consignado el hecho.
Así inmovilizado, enviar a un servicio de la
especialidad.
45. Tratamiento Definitivo
La diáfisis del húmero se encuentra
envuelta por masas musculares muy bien
vascularizadas, que le aportan al hueso
una abundante irrigación.
La masa muscular y la aponeurosis
que la envuelve, se constituyen en un
activo manguito compresivo, que ayuda a
fijar y mantener la alineación de los
fragmentos.
El peso mismo del brazo actúa como
una suave tracción longitudinal, y
consigue deshacer las angulaciones y el
acabalgamiento si los hubiera.
46. Tratamiento Definitivo
La reducción así conseguida se
conserva, gracias al manguito muscular
que le es propio al húmero.
Ello hace que la reducción sea fácil
de conseguir y de mantener; en la
mayoría de los casos no son necesarias
complejas maniobras de reducción ni
mucho menos están indicadas la
intervención quirúrgica con este objetivo.
En estas condiciones, la
consolidación es rápida y clínicamente el
foco de fractura está bastante firme a la
47. Tratamiento Definitivo
La inmovilización definitiva se
consigue con un férula de yeso que
desciende desde el acromion por la cara
externa del brazo, rodea al codo y se
dirige hacia arriba por la cara interna
hasta la axila. (U)
Mientras se coloca el yeso debe
mantenerse una sostenida tracción desde
el codo, para conseguir la corrección de
la angulación y del acabalgamiento si los
hubiera.
Se fija la férula con un yeso circular,
o con un vendaje elástico suavemente
49. Tratamiento Definitivo
Deben iniciarse movimientos del
hombro, codo, mano y dedos, desde el
primer día.
En circunstancias especiales, la
inmovilización de yeso descrita puede ser
sustituida por un manguito plástico que
abarca desde el borde inferior de la axila
hasta encima de la epitroclea.
Sujeto con correas circulares permite
ajustar la compresión en la medida que el
edema vaya desapareciendo (técnica de
Sarmiento).
50. Tratamiento Definitivo
Cualquiera sea el tipo de
inmovilización elegido, se mantiene por
un plazo de 6 a 8 semanas.
Se comprueba firmeza en el foco de
fractura, ausencia de dolor y
posibilidad de movilizar las
articulaciones.
El control radiográfico realizado en
esta oportunidad puede no demostrar
signos suficientes de consolidación.
El callo aún no esta osificado del
todo, pero el proceso de consolidación
existe y llegará a su fin en poco tiempo
más.
51. Tratamiento Definitivo
Los signos clínicos de
firmeza del foco de fractura,
ausencia de dolor, mayor libertad
para realizar movimientos simples,
tienen una significación mayor que
la imagen radiográfica.
La inmovilización puede ser
retirada, el brazo queda sostenido
por un cabestrillo y se continúa con
la actividad de todas las
articulaciones y masas musculares.
52. Tratamiento Definitivo
El procedimiento terapéutico
descrito es suficiente para tratar en
forma correcta la gran mayoría de las
fracturas de la diáfisis humeral.
Se consigue la corrección de
angulaciones, rotaciones y
cabalgamiento de los fragmentos que
en un principio pudieron ser muy
notorias, y que quizás despertaron la
sospecha que no pudieran ser
reducidas con tan simples métodos
ortopédicos.
53. Tratamiento Definitivo
La consolidación es rápida y los
resultados funcionales en general
son excelentes.
Pequeñas angulaciones (5 a 10°)
o cabalgamiento (1 a 2 cm), o
rotación de los fragmentos, no
interfieren en los buenos resultados
estéticos ni funcionales.
56. Compromiso del nervio radial
Es una complicación relativamente
frecuente (19%).
Se presenta en fracturas que
comprometen la porción media de la diáfisis,
dada la estrecha relación entre el nervio y la
diáfisis del húmero.
No son raras la lesiones del nervio en
fracturas del tercio distal, con
desplazamiento, angulación y
acabalgamiento del segmento distal.
A este nivel, el tronco nervioso va
firmemente aplicado al hueso por los
músculos y tabiques aponeuróticos;
difícilmente puede escapar al
desplazamiento óseo y queda comprimido o
traccionado por ellos.
57. Compromiso del nervio radial
La reducción manual del
desplazamiento de los fragmentos no logra
liberar al tronco nervioso de su
aprisionamiento junto a los fragmentos y en
los intentos de reducción puede agravarse el
daño ya producido.
En otro sentido, la lesión del radial por
fracturas del húmero por armas de fuego o
por graves fracturas expuestas, adquieren
una especial gravedad, y con frecuencia la
lesión es candidata a una exploración y
reparación quirúrgica.
• Exceptuando estas dos circunstancias,
en todas las demás la lesión del nervio
corresponde a una neuropraxia, de carácter
benigno, de recuperación espontánea.
58. Compromiso del nervio radial
El diagnóstico de la lesión es fácil y los
signos que la identifican son evidentes:
1. • Mano caída o mano péndula.
2. • El movimiento de supinación está
perdido.
3. • También lo está el movimiento de
extensión de los dedos en las
articulaciones metacarpo falángicas y del
pulgar.
4. • Disminución de la sensibilidad del
dorso de la mano, lado radial.
59. Compromiso del nervio radial
La complicación debe ser diagnosticada
de inmediato y consignada en el protocolo de
ingreso.
No son pocos los casos en que el
médico ha sido injustamente inculpado como
responsable de la complicación.
Resulta poco menos que imposible liberarse
de la imputación, si ella no fue registrada en
forma previa a la iniciación del tratamiento.
Resulta aconsejable informar de
inmediato de la existencia de la complicación y
sus consecuencias a sus familiares directos; si
las circunstancias lo permiten, debe pedirse la
asesoría del neurólogo, que confirma y
perfecciona el diagnóstico.
60. Compromiso del nervio radial
Teniendo presente que en no
menos del 85% de los casos la lesión
neurológica se recupera en forma
espontánea en un plazo variable de 4 a
12 semanas, no está indicada la
exploración quirúrgica precoz.
Si transcurrido este plazo no
existieran signos clínicos ni
electromiográficos de recuperación, se
debe pensar en la conveniencia de una
exploración quirúrgica y neurológica del
tronco nervioso.
61. Compromiso del nervio radial
Mientras la recuperación se va
produciendo, debe cuidarse que la función
muscular comprometida sea por una correcta
kinesiterapia, complementada con
estimulación eléctrica de la función
muscular.
Así mismo, debe cuidarse de la
posición de la mano y dedos, evitando, con
férula antebraquio-palmar, la posición
viciosa de la mano.
No debe descuidarse el apoyo psíquico
del enfermo, que puede caer en estados de
angustia y depresión frente a una
recuperación más lenta de lo que esperaba.
62. Indicaciones Quirúrgicas de las
Fracturas de diáfisis de húmero
Son extremadamente raras, y su
indicación debe ser considerada como
excepcional.
Son pocos los servicios de la
especialidad en que todavía se mantiene
como norma la osteosíntesis como
tratamiento de elección en este tipo de
fracturas.
Son mucho más frecuentes y
graves las complicaciones derivadas del
acto quirúrgico, que aquéllas generadas
por el tratamiento ortopédico.
63. Indicaciones Quirúrgicas de las
Fracturas de diáfisis de húmero
Retardo de consolidación,
Pseudo artrosis,
Elementos de osteosíntesis que se
desprenden de los extremos óseos.
Compromiso del Nervio radial,
Secuelas cicatriciales en los
músculos del brazo,
Infecciones, constituyen una lista
de complicaciones no poco frecuentes.
64. Indicaciones Quirúrgicas de las
Fracturas de diáfisis de húmero
Las indicaciones legítimas nacen de
situaciones directa o indirectamente creadas
por la fractura misma:
Importantes desviaciones de los
fragmentos, irreductibles.
Casi siempre la causa está en la
interposición de partes blandas.
Signos clínicos y radiológicos evidentes, que
revelen un acentuado retardo o ausencia de
consolidación transcurridos 2 a 3 meses de un
tratamiento correctamente realizado.
Deben ser objeto de una exploración,
seguida de fijación quirúrgica.
65. Indicaciones Quirúrgicas de las
Fracturas de diáfisis de húmero
Compromiso del radial que, después de 2
a 3 meses de evolución, aún no manifieste
signos de recuperación.
La intervención va dirigida a resolver el
problema neurológico; la fractura suele estar
ya consolidada.
El compromiso tardío del radial por
atrapamiento del tronco nervioso por el callo
óseo es excepcional.
En el politraumatizado, el manejo de las
múltiples lesiones de estos enfermos se ve
grandemente entorpecido por la fractura del húmero,
que difícilmente puede ser inmovilizada por métodos
ortopédicos.
66. Indicaciones Quirúrgicas de las
Fracturas de diáfisis de húmero
Fracturas del húmero en enfermos
agitados, excitados, con patología
psíquica, alcohólica, etc. En ellos
resulta imposible mantener la
inmovilización ni la reducción por métodos
ortopédicos.
Fracturas en hueso patológico
(metástasis, mieloma, quistes, etc.).
La indicación quirúrgica es doble:
resolver el problema de la fractura con
una osteosíntesis estabilizadora, y
obtener material para una biopsia que
determine el diagnóstico correcto.
69. FRACTURA DE HUMERO DISTAL
Las fracturas del humero distal plantean
difíciles decisiones terapéuticas .
Las fracturas con mal pronostico son las
articulares completas, bicondíleas y las
supracondileas multifragmentarias.
La inmovilización prolongada como la
tracción provocan rigidez, para evitarlo se
requiere la reducción y fijación estable estas
fracturas e iniciar una movilización activa
precoz para obtener el mejor resultado posible.
Otros factores que influyen en el resultado son:
Edad
Tipo de fractura
Lesiones de partes blandas
70. Fracturas del extremo distal del
Humero
Las Fx de esta región son causadas con mayor
frecuencia por un traumatismo indirecto del
codo como resultado de una caída del brazo en
extensión.
En adultos se producen con más frecuencia
como consecuencia de un traumatismo directo
ej. Lesión por rozamiento oblicuo del codo
apoyado en la ventanilla de un auto.
Aplastamiento por objetos , traumatismo sobre
codo directamente.
El resultado es una fractura intercondílea en
T, donde la carilla articular puede estar
comprometida.
El pronostico de este tipo de fx en adultos es
peor que en los niños, al menos en términos de
recuperación de la función.
71. Tipos de Fracturas del extremo
distal del humero
Fx sin desplazamiento
Fx en extensión
Fx supracondileas con
desplazamiento
Fx en flexión
Fx epifisiaria del extremo distal
Fx del còndilo humeral y de la
epífisis distal
Fx epitrocleares y trocleares
72. FRACTURA DE HUMERO DISTAL
Clasificación
º Tipo A ( extra articulares)
las fracturas son por avulsión de los
cóndilos se asocian habitualmente con
luxaciones
Tipo B son fx multifragmentarias
Tipo C son poco frecuentes y
fáciles de fijar
73. Tipos de Fracturas intercondileas en
T ( Riseborough y Radin )
Tipo I Fx intercondílea en T con separación de
los fragmentos ( tróclea y còndilo humeral),
pero sin rotación apreciable en el plano
frontal.
Tipo II Separación y significativo
desplazamiento rotacional.
Tipo III Fx tipo intercondílea en T con grave
lesión conminuta de las caras articulares y
amplía separación de los condilos.
74. FRACTURA DE HUMERO DISTAL
Problemas neuro vasculares
Pueden producirse graves lesiones de
cualquiera de los nervios y vasos que
atraviesan el codo.
Si la arteria humeral se encuentra
seccionada la excelente circulación colateral
mantiene la irrigación de los tejidos del
antebrazo.
La sedición o la anestesia permiten
emplear una ligera tracción durante el
estudio radiográfico.
La fijación y el acceso quirúrgico varían
según el tipo se fractura, por lo que una
clasificación precisa de la fractura es
esencial.
76. FRACTURA DE HUMERO DISTAL
Clasificación
Tipo A: la fijación es
raramente necesaria, ya que la
lesión principal es la luxación,
para ello se usa los tornillos
canulados de 4 mm que son mas
seguros que las agujas de
Kirtschner.
Tipo B es esta se sospecha de
lesión troclear y se puede usar
una placa o tornillos introducidos
de atrás hacia delante sin penetrar
en la articulación.
Tipo C se requiere placas para
una estabilidad adecuada y agujas
de Kirtschner solo para fijación
provisional.
77. FRACTURA DE HUMERO DISTAL
Tratamiento quirúrgico
En estas fracturas se requiere
una fijación interna estable clásica no
basta solo tornillos y agujas ya que la
movilidad es frecuente los movimientos
activos deben comenzarse a las 24h.
Las fracturas articulares
requieren una deducción abierta y fijación
interna clásica con reconstrucción
anatómica y osteosintesis rígida.
80. FRACTURA DE HUMERO DISTAL
Tratamiento post – operatorio
Después de una fijación no es necesario
poner yeso por el riesgo de Síndrome
Compartimental.
Riesgos y complicaciones
Rigidez
Pseudoartrosis
Infección
Neuroapraxia
Movilización de fijación sólida
81. FRACTURA DE HUMERO DISTAL
Resultados
Valoración por la Escala de Eassebaum
Excelente: no dolor, pérdida de
flexión o extensión menor de 15º
Bueno: extensión entre 20
-120 º
Regular: flexión menor a 110º
75 -80% Fractura de humero distal con
buenos resultados