Las reformas borbónicas trajeron varios cambios a las instituciones políticas de la Nueva España entre 1786 y 1804. Se crearon 12 intendencias que dividieron el territorio y le quitaron poder al virrey. También se reestructuró la Real Audiencia para incluir más españoles. La iglesia, la institución más poderosa, fue objeto de ataques como la expulsión de los jesuitas en 1767 y la orden de vender sus bienes raíces para préstamos reales en 1804.