How to deal with people with special need/como tratar a personas con necesidades educativas especiales
1. ¿SABES como TRATAR a una PERSONA con DISCAPACIDAD?
Recuerde que una persona con discapacidad, es ante todo una persona igual
a cualquier otra, como usted.
Muchas personas no discapacitadas se quedan confundidas cuando
encuentran a una persona con discapacidad. Esto es natural. Todos nos
podemos sentir incómodos delante del "diferente".
Tenga paciencia, si usted no sabe que hacer o decir, deje que la persona con
discapacidad le ayude a encarar el asunto.
No hagas de cuenta que la discapacidad no existe. Si te relacionas con una
persona discapacitada como si ella no tuviera una deficiencia, vas a estar
ignorando una característica muy importante de ella. De esa forma, no te
estarás relacionando con ella. Acepta la diferencia. Ella existe y precisas
considerarla. No subestimes las posibilidades, ni sobreestimes las
dificultades, y viceversa.
Las personas con deficiencia tienen derecho, pueden y quieren tomar sus
propias decisiones y asumir la responsabilidad por sus elecciones.
Aprecie las cosas positivas que esa persona pueda hacer o tener, más que
remarcar en las que tiene dificultades.
Tener una deficiencia no hace que una persona sea mejor o peor que una
persona no deficiente. Probablemente, por causa de la deficiencia, esa
persona pueda tener dificultades para realizar algunas actividades y, por otro
lado, podrá tener extrema habilidad para hacer otras cosas. Exactamente
como todo el mundo.
A la mayoría de las personas con discapacidad no les importa responder
preguntas, principalmente aquéllas hechas por niños, con respecto a su
deficiencia y cómo con ellas realizan algunas tareas. Pero, si no tienes mucha
intimidad con la persona, evita hacer muchas preguntas muy íntimas.
2. Ofrezca asistencia si se la pide, o si es claramente evidente que la necesita.
Pero no se sobrepase y menos aún insista en ofrecer un servicio que no le
han pedido. Respete los derechos de las personas para indicar que clase de
ayudan necesitan. Hable sobre la discapacidad, si viene al caso, en forma
natural. Deje que la persona con discapacidad lo lleve a ese tema, si así lo
desea. Jamás use un tono de lástima.
Cuando quieras alguna información de una persona discapacitada, dirígete
directamente a ella y no a sus acompañantes o intérpretes.
Recuerde que esas barreras tienen su origen en las o actividades negativas
de la sociedad más que en la misma deficiencia. Sea considerado. Casi
seguramente habrá que pensar que una persona con discapacidad requiere
más tiempo del habitual para tomar cosas, decirlas, hacerlas, o
comprenderlas.
Siempre que quieras ayudar, ofrece la ayuda. Siempre espera a que tu oferta
sea aceptada antes de ayudar. Pero no te ofendas si tu ofrecimiento fue
rechazado. Pues no siempre las personas con deficiencia precisan de auxilio.
A veces, una determinada actividad puede ser mejor desarrollada sin
asistencia.
Si no te sientes cómodo o seguro para hacer alguna cosa solicitada por una
persona discapacitada, siéntete libre para excusarte. En este caso, sería
conveniente buscar otra persona que pudiese ayudar.
Las personas con deficiencia son personas como tú. Tienen los mismos
derechos, los mismos sentimientos, los mismos recelos, los mismos sueños.
No debes tener temor de hacer o decir alguna cosa errada. Actúa con
naturalidad y todo saldrá bien. Si ocurre alguna cosa embarazosa, una buena
dosis de delicadeza, sinceridad y buen humor nunca fallan.
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3. Deje que la persona con discapacidad ponga el ritmo al caminar o al hablar.
Recuerde que todos tenemos obstáculos, en algunos de nosotros son
visibles.
Personas Sordas o con Deficiencia Auditiva.
No es correcto decir que alguien es sordomudo. Muchas personas sordas no hablan
porque no aprendieron a hablar. Muchas hacen lectura labial, otras no.
Cuando quieras hablar con una persona sorda, si ella no te estuviera prestando
atención, haz un gesto o tócala levemente en su brazo. Cuando estés conversando
con una persona sorda, habla de manera clara pronunciando bien las palabras, mas
no exageres. Usa tu velocidad normal, a no ser que te pida que lo hagas más
lentamente. Usa un tono normal de voz, a no ser que te pida hablar más alto. Gritar
nunca resulta. Habla directamente con la persona, no al lado o atrás de ella. Haz
que tu boca sea bien visible. Hacer ademanes o sostener algo delante de la boca
torna imposible la lectura labial. Usar bigote también complica las cosas. Cuando
hables con una persona sorda, trata de quedarte en un lugar iluminado. Evita
quedarte contra la luz (de una ventana, por ejemplo) porque eso le dificulta ver tu
rostro.
Si supieras algún lenguaje de señas, trata de usarlo. Si la persona sorda tuviera
dificultad en entender, avisará. De modo general, tus tentativas serán apreciadas y
estimuladas.
Sé expresivo al hablar. Como las personas sordas no pueden oír cambios sutiles en
el tono de la voz que indican sentimientos de alegría, tristeza, sarcasmo o seriedad,
las expresiones faciales, los gestos y los movimientos de tu cuerpo serán excelentes
indicaciones de lo que quieres decir.
Mientras estés conversando, mantén siempre el contacto visual. Si desvías la vista,
la persona sorda puede pensar que la conversación terminó. No siempre la persona
sorda tiene una buena dicción. Si tuvieras dificultad para comprender lo que ella
está diciendo, no temas en pedir que te repita. Generalmente, las personas sordas
no se incomodan de repetir las veces que sea necesario para ser entendidas.
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4. Si fuera necesario, comunícate a través de tarjetas. Lo importante es comunicarse.
El método no es tan importante.
No tema en pedir que le repitan lo que no han entendido.
Algunas personas mudas prefieren la comunicación escrita, algunas usan lenguaje
en código y otras prefieren códigos propios. Estos métodos pueden ser lentos,
requieren paciencia y concentración. Tal vez tengas que encargarte de gran parte de
la conversación.
Trata de recordar que la comunicación es importante. Tú puedes ir probando con
preguntas cuya respuesta sea sí / no. Si es posible, ayuda a la persona muda a
encontrar la palabra acertada, así ella no precisará de tanto esfuerzo para dar su
mensaje. Pero no te pongas ansioso, pues eso puede entorpecer la conversación.
Para estas personas es muy difícil participar de una conversación en un grupo
numeroso. No podrá mirar el movimiento de los labios de todos al mismo tiempo. En
este caso, si quiere colaborar con él, colóquese de frente y repítale lo que los demás
dicen sin emitir voz. El estar preparado en Lengua de Señas (de Signos) ayuda ya
que habrá más libertad al interpretar la conversación y se hará más rápido.
Asegúrese siempre de que ambos (sordo e intérprete) se han comprendido,
repitiendo el tema cuantas veces sea necesario.
Referencias a tener en cuenta si tratas con personas con deficiencias Auditiva
total o parcial:
¡Utilice métodos de comunicación adecuados!
Ubíquese delante de la persona con el rostro iluminado.
Utilice el lenguaje corporal y la gesticulación.
Hable despacio, con claridad. Utilice palabras sencillas y fáciles de leer en los
labios.
Evite hablarle si la persona se encuentra de espaldas.
Verifiquemos que ha comprendido lo que tratamos de comunicar.
No aparentemos haber comprendido si no es así.
Si tiene dificultad escriba lo que quiere decir.
Muestre naturalidad y refuerce su confianza.
Evite una atención innecesaria debido al problema de audición.
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5. Si tratas con personas con deficiencia para hablar:
Escuche con atención.
Tenga presente que el ritmo y la pronunciación son distintos a lo
acostumbrado.
Si no entendemos lo que expresa, hágaselo saber para que utilice otra manera
de comunicarnos lo que desea.
Sea paciente.
Compórtese con naturalidad.
Personas con Deficiencia Mental.
Debes actuar naturalmente al dirigirte a una persona con deficiencia mental.
Trátalas con respeto y consideración. Si fuera un niño, trátala como a un niño. Si
fuera un adolescente, trátala como a un adolescente. Si fuera una persona adulta,
trátala como tal.
No las ignores. Salúdalas y despídete de ellas normalmente, como harías con
cualquier persona. Dales atención, conversa con ellas, y verás cómo será de
divertido. Sé natural, di palabras amistosas.
No las sobreprotejas. Deja que ellas hagan o traten de hacer solas todo lo que
puedan. Ayúdalas apenas cuando fuera realmente necesario. Las personas con
deficiencia mental llevan más tiempo para aprender, pero pueden adquirir muchas
habilidades intelectuales y sociales.
Recuerda: el respeto está en primer lugar y sólo existe cuando hay intercambio de
ideas, informaciones y voluntades. Por mayor que sea la discapacidad, recuerda las
capacidades de la persona que está ahí.
Las personas con deficiencia mental, generalmente, son muy cariñosas.
Discapacidad mental no debe ser confundida con enfermedad mental.
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6. Referencias a tener en cuenta si tratas con personas con discapacidad
intelectual:
Tiene un funcionamiento intelectual inferior al promedio, junto con limitaciones
asociadas en dos o más de las siguientes habilidades adaptativas.
Comunicación, cuidado personal, vida en el hogar, habilidades sociales,
utilización de la comunidad, autodirección, salud y seguridad, habilidades
académicas funcionales, ocio y trabajo.
El nivel de afectación puede ser leve, moderado, severo o profundo.
Para ayudarle:
Seamos naturales y sencillos.
No tenga miedo, no se burle.
Respondamos a sus preguntas asegurándonos de que no ha comprendido.
Tenga paciencia, sus reacciones suelen ser lentas y pueden tardar en
comprender lo que usted dice.
Entre en contacto con la persona, déle confianza.
Limitemos la ayuda a lo necesario, procurando que se desenvuelva sola en el
resto de las actividades.
Facilitemos su relación con otras personas.
Si tratas con Personas Ciegas o con Deficiencia Visual.
No siempre las personas ciegas o con deficiencia visual precisan auxilio, pero
si encuentras alguna que parezca estar en dificultades, identifícate y hazle
notar que estás hablando con ella y ofrécele tu ayuda. Nunca ayudes sin
preguntar antes cómo debes hacerlo.
Háblele directamente a la persona ciega, en el mismo tono de voz que
cualquier otra persona. Para enfatizar que es a él a quien le habla, puede
tocar ligeramente su brazo.
Si van a sentarse a la mesa, conduzca la mano de la persona ciega al
respaldo de la silla. A partir de ahí, él sabrá cómo desenvolverse. Guíese por
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7. el sentido común para ofrecerle ayuda con la comida o para alcanzarle alguna
cosa.
En el caso de que tu ayuda como guía sea aceptada, coloca la mano de la
persona en tu codo. Ella irá acompañando el movimiento de tu cuerpo en
cuanto tú vayas andando. Y siempre es bueno que le avises,
anticipadamente, la existencia de desniveles, pisos resbaladizos, pozos y
obstáculos en general durante el trayecto. En un corredor estrecho, por donde
sólo es posible pasar una persona, coloca tu brazo para atrás, de modo que
la persona ciega pueda continuar siguiéndote. Para ayudar a una persona
ciega a sentarse, debes guiarla hasta la silla, informándole si ésta tiene
apoya-brazos o no. Deja que la persona se siente sola.
En otras palabras, si usted está ayudando y no está seguro exactamente de
lo que hacer, pregúntele a un experto: ese a quien está ayudando.
Al explicar direcciones para una persona ciega, sé lo más claro y específico
posible, preferentemente indica las distancias en metros ("unos veinte metros
al frente"
Si va a caminar con una persona ciega, no lo tome del brazo. Deje que él o
ella tome el suyo. La persona ciega, por los movimientos de su cuerpo sabrá
cuándo se presentan obstáculos y de que tipo. Para evitar sorpresas, la
persona ciega puede preferir caminar medio paso detrás de usted.
Algunas personas, sin darse cuenta, hablan en un tono de voz más alto
cuando conversan con personas ciegas. A menos que la persona tenga,
también, una deficiencia auditiva que justifique eso, no tiene ningún sentido
gritar. Habla en un tono normal de voz. Por más tentador que sea acariciar al
perro guía, acuérdate de que esos perros tienen la responsabilidad de guiar
un dueño que no ve. No debes distraer al can de su deber de guía.
Jamás tome el bastón del ciego sin su previa autorización. Recuerde que es
un medio de información fundamental para él.
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8. Las personas ciegas o con visión subnormal son como tú, sólo que no ven.
Trátalas con el mismo respeto y consideración que tratas a todas las
personas. En la convivencia social o profesional, no excluyas a las personas
con deficiencia visual de las actividades normales. Deja que ellas decidan
cómo quieren o pueden participar. Proporciona a las personas ciegas o con
deficiencia visual la misma oportunidad que tienes tú de tener éxito en un
cometido o de fallar.
No te incomodes por usar palabras como "mirar" o "ver". Las personas ciegas
las usan con naturalidad. Cuando te vayas del lugar, avisa siempre al
discapacitado visual que está contigo.
La mayor parte de las personas ciegas aprecian que usted espontáneamente
y en voz baja le brinde la información sobre las cosas que él no puede ver,
como las características del lugar en que se encuentra, o de las personas que
están con él.
Referencias a tener en cuenta:
Identifíquese inmediatamente.
Ofrézcale su ayuda si ve que vacila, o bien si usted observa algún
obstáculo.
Ofrézcale su brazo, no lo tome del suyo.
Camine ligeramente por delante.
Si se le ofrece o indica alguna cosa, dígale de que se trata.
Infórmele en que lugar exacto se encuentra lo indicado.
Utilice frases como: izquierda, derecha, adelante, atrás.
Si es necesario, tome su mano y hágale palpar el objeto.
Describa verbalmente escenarios.
No lo deje solo sin advertírselo antes.
Dentro del hogar, trabajo, centro de estudios u otros, evite dejar
obstáculos por el camino.
En el hogar cuando mueva o cambie muebles de lugar, infórmele.
No coloque en el suelo alfombras o tapetes pequeños, evite los
deslizamientos.
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9. Los objetos que utiliza déjelos siempre en el mismo lugar.
Es aconsejable mantener las puertas o ventanas, totalmente cerradas o
completamente abiertas.
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