El documento discute la importancia del amor propio. Explica que no podemos dar a los demás lo que no tenemos, citando la Biblia que dice que debemos amar a los demás como a nosotros mismos. También señala que el amor propio implica una buena autoestima, la cual afecta las relaciones e interacciones sociales de una persona. Además, las personas que se aman a sí mismas pueden establecer relaciones sociales sólidas y expresar amor hacia los demás, como una fuente que fluye hacia fuera.
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AmorPropio
1. Amor a sí mismo
¿Por qué es tan importante el amarse a uno mismo?
Todo lo bueno que una persona desea dar, debe comenzar por tenerlo. El principio
anterior de que no se puede dar algo que no se posee, es muy real. No podemos
tomar agua de un recipiente que no posee agua. Esta verdad es afirmada por las
Sagradas Escrituras, en la cual se apoya Fromm (1990), para firmar sobre el amor
a sí mismo, lo siguiente:
“La idea expresada en el bíblico «Ama a tu prójimo como a ti mismo», implica
que el respeto por la propia integridad y unicidad, el amor y la comprensión del
propio sí mismo, no pueden separarse del respeto, el amor y la comprensión
del otro individuo. El amor a sí mismo está inseparablemente ligado al amor a
cualquier otro ser”. (Fromm, 1990: 63)
Este amor hacia nuestra propia persona, implica el buen desarrollo de autoestima,
la cual revela la calidad de la relación diada-simbiótica madre-hijo y el
reforzamiento de las características personales del individuo; ya que la autoestima
revela el valor que la persona considera tener para sí y para los demás, afectando
de esta manera las relaciones e interacciones sociales del individuo en su
contexto.
2. Tal como Carbajal (2002) se refiere a la autoestima: “es la valoración que cada
uno de nosotros hace de sí mismo. Cuando esa valoración es baja, se crean
muchos problemas en nuestra personalidad y comportamiento. En cambio,
mientras más fortalecida se encuentre, nos permitirá alcanzar mejores niveles de
bienestar y eficiencia.” Un adolescente con baja autoestima, comenta Carbajal
(2002), ignora sus propias cualidades o desconfía de estas, reprimiendo así su
deseo de realizar alguna actividad, por lo que tienen miedo a ser rechazadas y
juzgadas negativamente, por si fuera poco, le temen a las relaciones sociales.
Dichas actitudes que muchos adolescentes, y aún personas mayores presentan,
expresan la falta de amor a sí mismos. Las personas que se aman a sí mismos,
confían identifican sus cualidades y habilidades de manera que son capaces de
confiar en ellas, conocen sus deficiencias y reconocen sus faltas, se autoaceptan;
tienden a establecer relaciones sociales sólidas.
La persona con este tipo de amor, se puede comparar a una fuente abundante de
agua, que no solamente está llena en sí, sino que fluye hacia el exterior. Los
sujetos que se aman a sí mismos, tienen la facultad de expresar y dar ese amor a
otros.
Para el autor, es este tipo de amor que se desplaza hacia los demás, quién posee
amor a sí mismo, no se preocupa por que se le ame, su principal interés es la de
dar de ese amor en sí, hacia los demás; manifiesta una autoestima alta, pero no
una sobre estimación – es decir, no es narcisista, ni egocéntrico.
Meister Eckhart (en Fromm, 1990) sintetizó las ideas del amor a sí mismo: “Si te
amas a ti mismo, amas a todos los demás como a ti mismo. Mientras ames a otra
persona menos que a ti mismo, no lograrás realmente amarte, pero si amas a
todos por igual, incluyéndote a ti, los amarás como una sola persona… Así pues,
es una persona grande y virtuosa la que amándose a sí misma, ama igualmente a
todas las demás”.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
FROMM, Erich. El arte de amar. Paidós Studio. Barcelona 1990. 128 p.
CARBAJAL, Huerta Elizabeth. Ser adolescente. Editorial Santillana. México D. F. 2002. 64 p.
Las Sagradas Escrituras (La Biblia)/Mateo 22:39; Lucas 10:27; 1a. Corintios 13.