3. INTRODUCCION
CARL JUNG Carl Gustav Jung nace el 26 de julio de 1875 en un pequeño pueblo
sobre la costa suiza del lago de Constanza, Kesswil, donde su padre era pastor
protestante. Estudia medicina en Basilea, se doctora en 1900 y el mismo año entra
como asistente en la clínica psiquiátrica de la universidad de Zúrich,
distinguiéndose con sus investigaciones incluso a nivel internacional. Universidad
de Zúrich
En 1907 Jung conoce a Sigmund Freud (1859-1939), convirtiéndose en estrecho
colaborador del mismo, constituyéndose de este modo el primer contacto entre
psicoanálisis y ambiente universitario. Sigmond Freud En 1909 renuncia a la
carrera académica para dedicarse totalmente a la investigación psicológica; dos
años después será nombrado presidente de la Sociedad psicoanalítica
internacional, pero la publicación, en 1912, de la primera edición de su obra
Símbolos de transformación , en la que formula una teoría de la libido que se aleja
de la psicoanalítica, le lleva a la ruptura con Freud y a la elaboración de su propio
sistema: la psicología analítica Símbolos de transformación Carl Jung
El psiquiatra suizo agrupa en torno a su figura un grupo inicialmente pequeño de
colaboradores con los que, en 1916, constituye el Club Psicológico de Zúrich. De
1933 a 1942 es profesor en el Politécnico federal de esa ciudad y de 1944 a 1945
en la universidad de Basilea. Con el fin de organizar la enseñanza y la
investigación de la psicología analítica, en 1948, en Küsnacht, ciudad a pocos
kilómetros de Zúrich, junto al lago homónimo, es fundado el Instituto Carl Gustav
Jung. Y en Küsnacht muere Jung el 6 de junio de 1961.
TEORIA
Para la psicología analítica no existe un alma individual: los elementos individuales
del alma son efímeros y perecederos, mientras que la parte impersonal de la
psique pone en relación al singular con un alma única, común no sólo a los
hombres sino también a la naturaleza.
En el libro El problema psíquico del hombre moderno, de 1931, Jung retoma
algunas de las teoría del teósofo sueco Swedenborg: & quot; En cierto modo
somos parte de una gran alma unitaria, o, para expresarnos con Swedenborg, de
un único, inmenso ser humano & quot;. Swedenborg
La dimensión personal del hombre no es considerada autónoma y real, sino
artificial, una especie de interfaz entre el inconsciente colectivo y la sociedad, un
4. rol que la sociedad impone al individuo, una máscara que deja manifestarse
algunos contenidos del inconsciente colectivo, pero que esconde la mayor parte.
Uno de los objetivos de la terapia consiste en la superación de tal unilateralidad y
de la pretensión de alcanzar la perfección, buscando preferiblemente la totalidad a
través de la integración de la & quot; sombra& quot; . La identificación con una
determinada personalidad resulta limitativa y reductiva, impide la completa
autorrealización y causa conflictos, en cuanto que llevaría a una cierta polarización
entre los contenidos inconscientes aceptables y aquellos por el contrario
inconciliables con los principios de la sociedad y destinados a permanecer
inconscientes, formando — según una expresión junguiana — la & quot; sombra &
quot; de la personalidad consciente.
Existen profundas diferencias entre la teoría de Jung y la de Freud. En primer
lugar se encuentra el concepto mismo de inconsciente. Para Freud, este es el
sótano pestilente de la psique, de donde surgen contenidos despreciables,
instintivos y obscuros que intentan desequilibrar a la razón y desintegrar nuestro
yo, y debido a ello, deben ser reprimidos. La concepción del inconsciente por parte
de Jung es totalmente diferente, para el suizo, el inconsciente es un manantial de
donde surge la sabiduría, la fuerza y la frescura de la vida. Freud Jung
La terapia junguiana no intenta hacer triunfar al yo racional, sino enseñarlo a
integrarse de manera instintiva con el flujo de la vida. En Freud, la libido es la
fuerza sexual que intenta perpetuarse en el acto reproductivo. En Jung, la libido es
una energía igualmente poderosa, pero se presenta como amorfa, neutra y
abstracta y cuya representación dependerá del contenido específico de cada
neurosis particular. En Jung, la libido puede ser sexual posteriormente, pero no en
principio. De esta diferente aproximación al inconsciente se deriva una diferente
concepción de la neurosis. Para Freud, toda neurosis, es mala y debe erradicarse
como si se tratase de una enfermedad infecciosa. Para Jung, en cambio, las
neurosis no son necesariamente malas, son una oportunidad de lograr una mejor
experiencia de la vida.
La psicología analítica de Jung es mucho más ambiciosa, su objetivo es la
individuación, que es el término que los terapeutas junguianos utilizan para
referirse al fortalecimiento de la mente en su conjunto (y no solamente del yo) para
el ejercicio gozoso y pleno de la vida, pero también, la aceptación de la
inevitabilidad de la muerte y su significado. & quot; Uno debe vivir como si su vida
durase mil años, -- decía Jung-- y literalmente morirse de vida & quot;.
5. En la psicología analítica el inconsciente está cargado de material atávico,
primordialmente de arquetipos. Los arquetipos son formas milenarias de conducta
que inconscientemente impulsan y condicionan nuestras acciones. Es decir, los
arquetipos son la contraparte psíquica de los instintos: los pájaros tejedores, que
saben cómo construir un nido sin necesidad de aprender, poseen un arquetipo en
su mente, del mismo modo que las ballenas saben en qué momento trasladarse al
sur para tener crías pues poseen al arquetipo de la migración que las obliga a ello.
Existen muchos arquetipos, entre los más importantes se encuentran el arquetipo
de la madre, el de la vida, el de ego, el de sí-mismo, de la sombra, el de la muerte
y el de persona. Persona, eran las máscaras que se colocaban los actores en las
obras de teatro de la Grecia y Roma clásicas. Jung, con este término, se refiere a
la máscara o & quot; pose & quot; que todos nos colocamos al interactuar con las
personas que nos rodean y que incluye la apariencia personal y los objetos con los
que nos rodeamos.
Los arquetipos de anima-animus son de suma importancia, pues conforman la
dualidad masculino-femenina que domina gran parte de nuestro desarrollo.
El arquetipo de la sombra está relacionado con la compensación psíquica de
nuestra consciencia. El arquetipo del ego se construye en base a los ejes
razonamiento-sentimiento, intuición-evaluación que rige la consciencia. Jung
establece, además, dos tipos psicológicos esenciales: el tipo extrovertido y el
introvertido.
Dependiendo de cómo se construya el ego, la sombra lo refleja y compensa en el
inconsciente. Si poseemos un ego demasiado introvertido, sentimental e intuitivo,
nuestra sombra tendrá características extrovertidas, racionales y reflexivas. En
muchos sueños la sombra aparece como portadora de regalos, de objetos que nos
hacen falta.
Elementos estructurales de la personalidad. En la consciencia, el ego y las
persona se relacionan con el mundo y las obligaciones cotidianas. En el
inconsciente, la sombra y la dualidad Animus-Anima.
6. El objetivo esencial de la vida que hasta ese momento consistía en recibir de los
otros y fortalecer un yo inseguro, cambia pues el yo ya ha madurado y está
satisfecho de recibir.
Si el camino de la individuación se lleva a cabo adecuadamente, surgirá una
persona sabia, valiente y generosa que disfruta y está satisfecha con su vida y
carece de temor a la muerte.
La terapia de Jung no es sólo retrospectiva, sino también prospectiva. Para estos
investigadores y a diferencia de Freud, la pregunta interesante con respecto al
inconsciente no es & quot; ¿qué ha pasado? & quot; sino & quot; ¿qué se desea
que pase? & quot;
La psicología analítica no sólo busca desmenuzar la psique en el análisis, sino
integrar a la en una nueva estructura a través de la síntesis psíquica o función
trascendental de la terapia.
Críticas Al igual que el psicoanálisis de Freud y Adler, la psicología analítica de
Jung es una forma de conocimiento que no tiene cabida en el edificio científico.
Ciertamente, mucho del conocimiento que hace que la vida sea digna de vivirse,
—como recordar una línea de Virgilio o saber en qué momento está listo un
pastel— no son conocimientos científicos. El valor actual de la terapia junguina,
radica en la posibilidad que nos brinda de ver más allá de las necesidades
inmediatas de cada día y observar con franqueza el mundo y nuestra breve
estancia en él. Sobre todo, los escritos de Jung son un recordatorio de que no
podemos posponer indefinidamente nuestro proceso de individuación y de que
debemos respetar las obligaciones que mantenemos para/con nosotros mismos.
De no hacerlo así, tarde o temprano sufriremos un castigo psicológico, a veces,
incluso, sin que seamos conscientes de que nuestros días se suceden bajo dicho
castigo.
Las teorías del inconsciente sólo son una de las vías posibles para realizar el viaje
de peregrinación hacia el interior. En muchas personas, prepararse para correr un
maratón, viajar a un país lejano o simplemente adquirir el hábito de andar en
bicicleta será psicológicamente más sano que hacerse un prolongado y costoso
psicoanálisis. Tal como se encuentra formulada por Jung, la psicología analítica es
inaceptable y, peor aún, inverosímil, a menos que creamos ciegamente en un
inconsciente infinitamente versado en mitología alquímica y latín medieval. No
obstante, hay un camino que todo ser humano debe recorrer, y el anciano sabio
de Küsnacht bien puede echarnos una mano.
7. TOMADO DE:
Lucía Mariela Castellón López Nubia Karina Tolosa Hernández Padilla Olivas
Cindy Lourdes Obeso Rodríguez Aarón Wbiarco Cuen Manuel Culiacán, Sin., a 14
de Octubre de 2008 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA FACULTAD DE
CONTADURIA Y ADMINISTRACIÓN.