Chárbel Makhlouf fue un religioso maronita libanés nacido en 1828 que quedó huérfano a los 3 años. Se unió como novicio a un monasterio maronita en 1851 y recibió el sacramento del sacerdocio en 1859. Vivió una vida de oración, ayuno, penitencia y trabajo, destacándose por sus milagros de sanación incluso después de su muerte. Es considerado un ejemplo de vida consagrada al sacerdocio.
3. *Quedó huérfano de padre a la
edad de 3 años, y queda al
cuidado de su madre, quien
posteriormente se casa en
segundas nupcias con un
hombre devoto que sería
posteriormente monje maronita
(el hombre casado en el rito
maronita, tiene acceso a
ordenarse como sacerdote).
4. • Aprendió de su padrastro, la devoción a Cristo y la
eucaristía, inició sus estudios primarios en la escuela
parroquial de su pueblo natal
5. • En 1851, viaja a la localidad de
Mayfouq, en cuyo monasterio maronita
ingresó como novicio, y recibe el nombre
de Fray Chárbel, a la edad de 20 años.
Permaneció también en Kfifane, donde
recibió instrucción de su confesor, San
Nimatullah Al-Hardini .
6. EJEMPLO DE VIDA CONSAGRADA
AL SACERDOCIO
• Chárbel, con 25 años de edad, en
los
1853 se consagró al Señor por
tres votos religiosos de
Obediencia, pobreza y
castidad, y tuvo su plena
consagración, recibiendo, a la edad
de 31 años, el sacramento del
sacerdocio, el 23 de julio de 1859 en
la sede patriarcal de Bkerke, por
la imposición de las manos de
Monseñor Yusef El-Marid.
7. MILAGROS
• Fray Chárbel se destacó por su
amor a Cristo y su vida de
oración, ayuno y sufrimientos,
la predicación y por
la taumaturgia (don de sanar
enfermos) que, para los creyentes,
continuó incluso después de su
muerte
8. • de su cuerpo incorrupto salió
líquido sangui-nolento que era
inexplicable desde todo punto
de vista científico
• Después de muerto parecía
un santo vivo, pues ni se le
caía el pelo ni las uñas y su
cuerpo mantenía su
flexibilidad natural.
9. OBRAS
• Vivía intensamente la misa
de cada día y llevaba una
vida de continua penitencia,
trabajando en los campos
del convento en silencio
para ganarse el pan. Su
vida fue: oración, penitencia
y trabajo
10. Es un santo de
todos y para todos,
pues es nuestro
hermano que nos
espera en el cielo y
cuya vida nos
estimula a vivir en
la tierra de cara a
la eternidad.