2. ESCUELA COLOMBIANA DE CARRERAS INDUSTRIALES
BOGOTÁ DC MAYO 27 DE 2014
Solemos interesarnos por una serie de temas polémicos, en los cuales
cualquier persona puede opinar al respecto, en incluso dar una sentencia
basada en su propia experiencia. Aborto, homosexualismo, discriminación,
bullyng, drogas, política, amistad, amor, etc. Sin embargo, existen ciertos
temas que despiertan la curiosidad de las personas. Son pocos los que se
atreven a poner estos temas sobre la mesa por la crudeza con la que
tendrían que exponerlos. Y es que es inevitable ser un poco amarillistas
cuando se trata de violencia y muerte. La mayoría de los exponentes de
estos temas suelen relatar mucho los sucesos sin preguntarse el ¿por qué?
de estas personas, los asesinos.
Hace muchas décadas, la muerte ha sido una de las preocupaciones más
grandes de la humanidad. Ha sido tan grande la preocupación, que incluso
las personas han tratado se suprimir los elementos con los cuales se
ejecutan los asesinatos. Por ejemplo, la espada: esta era un arma con la cual
las personas no podían salir debido a que la vida en ese entonces no era
respetada y en cualquier momento podías terminar muerto. Pero debido a
las muchas guerras civiles y alzamientos contra la monarquía, se
prohibieron el uso de estas con excepción de los soldados y personas
autorizadas.
Hoy en día, las personas protestan para que haya un mundo sin armas, y de
esta manera obtener la paz mundial. ¡Gran error!, la maldad no radica en
un objeto inerte, la maldad radica en la persona que maneja el objeto. Así
que, con o sin armas cuando una persona tiene en su corazón hacer el mal
se vale de cualquier medio para hacerlo. Por lo tanto, para entender por qué
el mundo no va a hallar la paz con solo deshacerse de las armas, trataremos
de entender primero a la persona que utiliza el arma, ¡el asesino!
Según la psicología la definición de "asesino" es muy amplia debido a las
múltiples definiciones originadas por su forma de ser, actuar, etc. Sin
3. embargo, se puede afirmar que un asesino es todo aquel que comete un
asesinato. Cualquier persona predispuesta al asesinato por su estructura
psíquica o genética, puede nunca llegar a hacerlo si no se le presentan las
circunstancias propicias. Pero también cualquiera de nosotros podría llegar
a cometer un asesinato impulsado por las circunstancias. He ahí el hecho
de que a un asesino le den pena de muerte en lugar de llevarlo a un
manicomio ya que claramente tuvo en sus manos la decisión de cometer o
no el acto. Todo se reduce a una palabra llamada "circunstancia". Las
circunstancias hacen de la persona la manera en cómo se forme y por esta
misma razón no hay defensa en ellas.
En nuestro día a día, en las personas con las que interactuamos, todo,
absolutamente todo nos dice a gritos que las excusas no existen. Por
ejemplo la pobreza: ¿Es culpa de un ser humano nacer pobre? ¡Claro que
no!, sin embargo, se convierte en culpa cuando no solo nacemos pobres sino
que también morimos pobres. Existen bastantes testimonios en donde
personas con escasez tomaron un día una decisión de cambiar sus vidas y
hoy en día son las personas más afortunadas. Como Pelé, este hombre quien
era hijo de un zapatero, anduvo descalzo por las playas de Río de Janeiro,
pero un día decidió que su vida tendría que cambiar y los resultados de su
esfuerzo hoy en día la mayoría los conoce.
Día a día noticias funestas rondan por los medios de comunicación sobre
lamentables muertes causadas por situaciones pasionales, en donde el
equilibrio psíquico de una persona ha sido puesto a prueba. Puede matar
por celos, por provocación, en defensa propia, por accidente, por la ingesta
de una sustancia o por cualquier situación debilitante, angustiante,
estresante, y no puede contenerse a ello.
Estos crímenes pasionales pueden presentarse en cualquier persona común
y corriente, dadas las condiciones mencionadas. Sin embargo la realidad es
que todas las personas viven día a día situaciones que ponen a prueba su
equilibrio psíquico. Entonces, ¿por qué no todos matan? ¿Por qué si una
misma circunstancia se presenta en dos personas sin nada en común, uno
comete el crimen y el otro no? He ahí el grado de culpabilidad de una
4. persona y las sentencias creadas para ello. Sencillamente la violencia no se
justifica por ningún medio.
Además del asesino neurótico, existe otro tipo de asesino del cual los
psicólogos han tratado de entender por décadas y nosotros hemos tratado
de buscar justificación a sus actos. Es el tipo de asesino para el cual no se le
puede atribuir un "crimen pasional", ya que para este asesino no hay
circunstancia de por medio en el momento de cometer el acto. Es el bien
llamado "perverso psicópata".
Según el psicólogo Julio Cabrales de México, este es el típico asesino serial
que comete por lo menos tres asesinatos para identificarlo como tal y
cuando es arrestado antes suele clasificarse entre los asesinos corrientes, es
decir, aunque cumpla el perfil psicológico del asesino en serie, un solo
asesinato lógicamente no lo colocaría en tal categoría. Su estructura
psíquica goza de un yo que le permite controlar la situación, planear sus
actos, diferir el placer, burlar a la víctima y no mostrar sentimientos de
arrepentimiento. Aparentemente es fuerte y puede controlar por lo menos
temporalmente sus instintos pero es permisivo cuando le exigen placer, por
lo que su fortaleza puede ser cuestionada. Se presta conscientemente al
placer sanguinario pero sabe que está violando las leyes por lo que actúa de
la manera más cautelosa evitando la impulsividad.
El asesino serial se caracteriza por lo estereotipado de sus asesinatos. En
primer lugar, utiliza un arma fetiche como un palo, un hacha, un lazo o
algún otro objeto para asesinar a sus víctimas. En segundo lugar, puede
utilizar un método específico: estrangulamiento, ahogamiento, calcinación,
etc. Aunque algunos autores creen que "asesinarla" no sea su fin sino que
en el proceso de sentir placer viendo a su víctima sufrir se les pasa la mano
y terminan matándola. Y en tercer lugar, su víctima cumple con cierta
característica que permite predecir quien pudiera ser su siguiente víctima.
Su patrón de asesinato puede por ejemplo orientarse a prostitutas,
homosexuales, jóvenes bonitas, blancos, negros, etc. Este es el tipo de
asesino que precisamente por sus características inspira los relatos y
novelas de algunos escritores, periodistas, etc.
5. John Katzenbach nos relata muy bien este tipo de asesino en su novela “Un
final perfecto”, en el que el protagonista no es precisamente la víctima sino
el asesino. En esta novela podemos percibir el éxtasis con la que el asesino
planea su cometido y el placer que le produce el hecho de asesinar y que
hace que sus pasos sean lentos, sigilosos y precisos con el fin de saborear
profundamente la muerte y sus componentes.
Del mismo modo, Mario Vargas Llosa en su libro "El sueño del celta" en el
que nos relata las aventuras de Roger Casement en el Congo en 1903, en
donde los africanos eran torturados, abusados y discriminados. En esta
novela no percibimos un asesino disfrutando del placer y planeando sus
delitos, sino una gran canasta de asesinos mecánicos que solo matan por
deber o "progreso" como algunos de ellos lo llaman para el supuesto
bienestar del mismo Congo.
Aun cuando es un horror una persona como ésta, la sociedad vuelve a los
asesinatos un arte debido a la tempestuosa atención que le prestan. ¡El arte
de matar! Claro que estos asesinos solo podrían matar "artísticamente", de
otro modo no serían tan elaborados sus macabros planes. Pero ¿qué pasa
cuando estas personas son llevadas a la cárcel?, después de los años
reclaman libertad basados en un supuesto cambio. ¿Pena de muerte?, ¡como
podrían ser tan crueles si todos tenemos derecho a la vida y al perdón! He
ahí el error de las personas, compadecerse fácilmente por el sufrimientos
de ellos, ¿y después qué? Lamentablemente, después nada, la mayoría de
este tipo de delincuentes cuando salen de la cárcel reincide en el asesinato.
No es lo mismo con los asesinos neuróticos cuyos actos fueron
circunstanciales. Debido a que la hipófisis del asesino en serie se ha dañado
ya, es imposible que deje de asesinar. Por ejemplo, Garavito: este hombre
hasta ha dicho que se quiere convertir en un pastor. Puede que realmente
lo desee, no dudo de que personas como estas quieran cambiar de corazón,
sin embargo los psicólogos han dicho que por buenas intenciones que
tenga, ya no lo pueden dejar en libertad debido a que volvería a asesinar y
a violar. La única manera de que una persona como esta se restablezca es
un milagro debido a que ya es una enfermedad. Algo similar ocurre con los
6. soldados que vienen de combate, sienten la impetuosa necesidad de apretar
el gatillo. La mayoría necesita acompañamiento psicológico por largo
tiempo y los que no lo logran terminan por convertirse en asesinos masivos
o en serie.
Este problema no solo sucede con los asesinos, sucede en los violadores, los
ladrones y en todos nosotros. Somos nosotros los causantes de la
destrucción, somos los responsables de los daños y las perversiones. La
sociedad cada vez va de mal a peor, la intolerancia crece y cada vez nos
enteramos de cosas más bochornosas. Por lo tanto, decir que el cambio está
en nuestras manos suena bastante bonito y es verdad, pero eso no va a pasar.
Solo existen dos caminos: O que el mal se detenga o que continúe creciendo,
pero cada vez nos dañamos más. No hay mejoría en ningún sentido, ni ética,
ni moral, ni física, ni mental y ni mucho menos ambientalmente. No solo
nosotros nos estamos dañando sino que también nuestro entorno se está
acabando. Y entonces, ¿que pasará con nosotros cuando el lugar en el que
habitamos se destruya? Ya sabemos que el calentamiento global va en
aumento y los científicos ya han dicho que los Ángeles California quedará
bajo el agua, debido al descongelamiento de los polos. Y aún así no nos
basta, seguimos contaminando nuestro hogar y seguimos dañando nuestras
virtudes.
Ahora no se trata de buscar la "paz mundial", ya el problema va con cada
uno de nosotros. ¿Quién se salvará?, ¿el que haya hechos más obras
caritativas tal vez? Todos tenemos nuestras creencias, yo tengo la mía y
estoy convencida de ello. La pregunta es ¿Cómo te salvarás tú?
En conclusión, la perversión en nuestra humanidad es ya tan grande que
aunque firmen tratados de paz e incluso se deshagan de las armas, los robos
seguirán existiendo, los crímenes seguirán existiendo, y el medio ambiente
se seguirá deteriorando. Sin embargo el tipo de personas que seamos no
depende de las circunstancias, depende de la manera en cómo nos hayamos
formado, tomaremos las decisiones cuando las circunstancias se presenten.
No se trata de religión ni política, se trata de nosotros mismos y las
decisiones buenas o malas que tomemos en nuestras vidas.
7. Katherin: un ensayo muy bien elaborado, con un estilo propio, reflexivo y
propositivo. Planteas preguntas muy profundas y das, claro, con una verdad
que muchos colombianos no queremos ver: nuestra vida depende de
nosotros mismos y no de nuestros gobernantes de turno. Muchas gracias
por el compromiso con la clase el cual es, la verdad, una gran muestra del
compromiso que tienes con la vida y contigo misma.
C. 5.0