1. LLAMÓ A LOS QUE ÉL QUISO
MONICIÓN DE ENTRADA
La oración vocacional de este mes tiene un marcado carácter de
alegría y esperanza. Al final del curso es tiempo de recoger siempre los
frutos de todo un año de dedicación y trabajo.
Con una sola alma y un sólo corazón, nos reunimos como
verdadera familia. Queremos vivir y celebrar nuestro encuentro como
verdaderos hijos de Dios. Celebremos el don de la vocación, fruto de
alegría de Dios en nosotros. Sintamos el gozo de vivir la entrega y el amor
de Dios dentro de la Iglesia y pidamos al Señor que sean muchos los que
se sientan llamados.
Pero, antes de nada, vamos a tomar conciencia de que tú estás
aquí, sentimos tu presencia, vas penetrando dentro de nuestra alma,
calientas nuestro corazón con tu amor y nos mueves a decirte: «Aquí
estoy, Señor, ¿qué quieres que haga?»
CANTO: Nadie te ama como yo (1)
Cuánto he esperado este momento,
cuánto he esperado que estuvieras aquí
Cuánto he esperado que me hablaras,
cuánto he esperado que vinieras a mí.
Yo sé bien lo que has vivido,
yo sé bien por qué has llorado,
yo sé bien lo que has sufrido,
pues de tu lado no me he ido.
Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama como yo.
Mira la cruz,
esa es mi más grande prueba
nadie te ama como yo
Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama como yo,
mira la cruz,
fue por ti, fue porque te amo,
nadie te ama como yo.
ALGUNOS PASOS PARA ENCONTRARME CON CRISTO
1. Colocarme ante su presencia y hacerme presente ante él.
2. Dejarme amar por él con todos mis problemas, mis miserias, mis miedos, mis defectos. Jesús tiene su
proyecto de amor sobre mi vida.
3. Calentar mi corazón: colocándome, amándole, es un encuentro de amor.
4. Invocar al Espíritu para que lleve mi oración. Es la oración de Dios en mí. Es dejar que Dios ore en mí, que
Cristo a través de mí hable al Padre, le dejo a Cristo mis oídos para que me hable.
5. Relajo mi cuerpo.
6. Hago silencio interior. Silencio mi interior, mi mente, mi imaginación, mis sentimientos. Dejo que Dios
hable, yo sólo espero y escucho.
7. Abro mi corazón y mi ser para acoger lo que él quiere. Y mi voluntad se une a lo que quiere el Señor de
mí.
8. Doy una respuesta a la vida, infundiendo las virtudes en las acciones concretas que él quiere que realice.
Toda realidad puede cambiar, cuando te pones en las manos de Dios. Sientes la fe, confías y te pones en
sus manos, poniendo todo tu amor y haciendo la voluntad del Padre. Si pones mucho amor, el amor da
paz, y la paz, alegría.
CANTO: Nadie te ama como yo (2)
Yo sé bien lo que me dices,
aunque a veces no me hablas.
Yo sé bien lo que en ti sientes,
aunque nunca lo compartas.
Yo a tu lado he caminado,
junto a ti yo siempre he ido;
aún a veces te he cargado,
yo he sido tu mejor amigo.
Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama como yo.
Mira la cruz,
esa es mi más grande prueba
nadie te ama como yo
Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama como yo,
mira la cruz,
fue por ti, fue porque te amo,
nadie te ama como yo.
LECTURA EVANGÉLICA: Mc 3,13-19
«Subió a la montaña, fue llamando a los que él quiso y se fueron con él. Nombró a Doce para que
convivieran con él y para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios. A Simón lo llamó Pedro; a
Santiago de Zebedeo y a su hermano Juan, a quienes llamó "Boanerges", que significa "Hijos del trueno"; a Andrés
y Felipe; a Bartolomé y Mateo; a Tomás, Santiago de Alfeo y Tadeo; a Simón el de Caná y a Judas Iscariote, el que
le traicionó.»
2. REFLEXIÓN
Jesús sube a la montaña a orar y piensa en ti… lo está haciendo en estos momentos…
Piensa en ti porque te quiere… y te quiere con predilección para una misión especial…
Lo primero que quiere de ti es que estés con él, que vivas en él, que seas una sola cosa con él… que no es
lo mismo que rezar algunos ratos…
También te quiere para que extiendas su nombre por todo el mundo, que seas su testigo, que no te
avergüences de Cristo cuando tienes que hablar de él, que vives para él, que eres de él…
¿No escuchas tu nombre? Te está llamando una y otra vez… ¿Por qué te haces el sordo? No mires para
otro lado, es Jesús quien te llama…
¿A mí…? Pero si yo no valgo nada, si fallo más que… No importa, no te llama el Señor porque seas tú el
mejor de todo el mundo, ni por tus méritos, sino porque él te quiere… sólo por eso…
Y quiere contar contigo, ¿qué respondes?... Los apóstoles lo dejaron todo y le siguieron… ¿qué estás
dispuesto a realizar tú?...
CANTO: Nadie te ama como yo (3)
Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama como yo.
Mira la cruz,
esa es mi más grande prueba
nadie te ama como yo
Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama como yo,
mira la cruz,
fue por ti, fue porque te amo,
nadie te ama como yo.
PRECES
Llenos de alegría y gozo por sentirnos llamados a la gran misión de anunciar el Evangelio a todos los
hombres, dirijamos al Padre nuestra oración confiada.
1. Por la santa Iglesia de Dios, necesitada de pastores, para que sean muchos los llamados al servicio de Dios
y de los hombres. Roguemos al Señor.
2. Por los jóvenes de nuestro mundo, para que sientan la fortaleza del Señor y no tengan miedo a seguir a
Jesús en la vocación sacerdotal o religiosa, con radical libertad y absoluta disponibilidad. Roguemos al
Señor.
3. Por las familias cristianas, para que sean hogar donde puedan nacer futuras vocaciones para el servicio de
la Iglesia. Roguemos al Señor.
4. Por los miembros de nuestras comunidades, para que vivamos con alegría y mayor entrega, cada día,
nuestra vocación y fomentemos entre nosotros la auténtica fraternidad. Roguemos al Señor.
Elevemos al Padre eterno, sustento de toda vocación, la oración que su hijo, Jesucristo, nos enseñó: Padre
nuestro…
ORACIÓN
Señor Jesús, que llamas a quien quieres, llama a muchos de nosotros a trabajar contigo.
Tú que iluminaste con tu palabra a los que llamaste, ilumínanos con el don de la fe en ti.
Tú que los sostuviste en las dificultades, ayuda a vencer las dificultades de los jóvenes de hoy.
Y si llamas a alguno de nosotros para consagrarlo como tuyo,
que tu amor caldee esta vocación desde su nacimiento
y la haga crecer y perseverar hasta el fin. Amén.
CANTO A MARÍA: Quiero decir que “sí”
1. Quiero decir que “sí”, como tú, María,
como tú un día, como tú, María.
2. Quiero entregarme a él, como tú María,
como tú un día, como tú, María.
3. Quiero vivir con él, como tú, María,
como tú un día, como tú, María.