1. Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia.
No está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre los que lo temen;
como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos.
Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por los que lo temen.
SEAMOS TESTIGOS DE TU MISERICORDIA
Señor Jesús, que podamos vivir la misericordia.
Padre santo, te pedimos, por los méritos y la misericordia de
Cristo, que nos dones el Espíritu del amor, el espíritu de tu Hijo.
Danos ojos para ver las necesidades y los sufrimientos de nuestros
hermanos; infunde en nosotros la luz de tu Palabra para confortar a los
cansados y oprimidos; haz que nos comprometa lealmente al servicio de
los pobres, los enfermos y los que sufren.
Haz, Padre bueno, que –siguiendo el ejemplo de Jesús, tu Hijo y
nuestro hermano– anunciemos al mundo que tú eres Padre
misericordioso, grande en el amor y cercano a todos tus hijos.
Padre, te ofrecemos nuestra disponibilidad para que sobre toda la
tierra pueda llegar tu reino, reino de amor, de justicia y de paz.
2. Parroquia de la Asunción de Ntra. Sra.
Villargordo (Jaén)
24 horas para el Señor
17 de marzo de 2016
3. LLAMADOS Y ACOGIDOS POR TI
Nos ponemos con humildad ante ti, Señor Jesús. Haz que
abandonemos todo temor. Estamos ante ti, necesitados de misericordia,
de perdón, de ternura, de amor. Pedimos a tu Espíritu que purifique
nuestro corazón y abra nuestra mente a tu Palabra.
Señor Jesús, eres la imagen de Dios invisible, irradiación de su
gloria, nos revelas la misericordia de tu Padre.
Toda tu vida fue un continuo acercarte a los pobres, a los débiles
en el cuerpo y en el espíritu. Lo hiciste con gestos de bondad, de piedad,
de dulzura. Te conmoviste ante las necesidades espirituales y físicas de
muchos hombres y mujeres. También nosotros experimentamos
momentos de debilidad y, en ellos, tú manifiestas la fuerza y la grandeza
de tu misericordia.
La misericordia como don del amor del Padre que tú nos has
trasmitido. Por esta revelación tuya, Señor, te alabamos y te glorificamos.
Verdaderamente eres también hoy la Buena Noticia, porque eres
memoria viva del inmenso amor con el que Dios nos ha amado y nos ha
mostrado la riqueza de su misericordia.
PALABRA DE DIOS: Ef 2,4-7
Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó,
estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho revivir con Cristo
–estáis salvados por pura gracia–; nos ha resucitado con Cristo Jesús, nos
ha sentado en el cielo con él, para revelar en los tiempos venideros la
inmensa riqueza de su gracia, mediante su bondad para con nosotros.
Dios actúa movido por
su misericordia y su amor.
¡Cuántas veces Dios
ha descendido a lo más
profundo de nuestra vida y
nos ha elevado hasta Él, para
gustar la dulzura de su
perdón misericordioso!
EXAMEN DE CONCIENCIA
1. ¿Me preocupo de colaborar en la búsqueda de las ovejas perdidas,
esto es, de los que viven alejados de Cristo y su Iglesia?
2. ¿Valoro a los demás y busco a los que están perdidos y
marginados para que vuelvan a la familia de la fe y a vivir en la
4. sociedad?, ¿o paso de los demás pensando que no son mi
problema?
3. Mi relación con Dios ¿es de amor desinteresado o solo me acuerdo
de él cuando necesito algo?
4. ¿Cómo uso los bienes espirituales y materiales que Dios me ha
dado? ¿Los malgasto pecando como el hijo pródigo?
5. Cuando he pecado y voy a confesar, ¿me mueve de verdad el amor
de Dios, el arrepentimiento por mis pecados?; ¿o voy únicamente
por temor, para quedarme tranquilo, pero en el fondo sin un
verdadero propósito de agradecer con mi vida la misericordia de
Dios, mi Padre?
6. ¿Cómo reacciono ante las necesidades de los demás? ¿Imito a
Jesús en su misericordia hacia todos, hacia los pobres, los
hambrientos, los enfermos?
7. ¿Me molesta y rechazo el hecho de que personas que no me
gustan por maneras de pensar distintas de las mías o porque son
considerados pecadores entren a formar parte de mi comunidad?
8. ¿Me considero más digno de formar parte de la Iglesia que los
demás? ¿Miro por encima del hombro a los que viven en barrios
difíciles o marginales o a los emigrantes, dejándome llevar por el
racismo?
9. ¿Vivo el amor de Dios y su misericordia de tal manera que sea
testigo de esa misericordia de Dios para los venidos de otras
culturas o religiones?
10. ¿Me dejo llevar por los celos y la envidia hacia los demás y desde
ahí los critico hablando mal de ellos?
11. ¿Estoy dispuesto a perdonar de verdad a quienes me han ofendido
y así ser testigo de la misericordia de Dios, que nos ama y tantas
veces nos perdona?
12. ¿Practico las obras de misericordia corporales y espirituales: dar de
comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo,
acoger al forastero, asistir a los enfermos, visitar a los presos,
enterrar a los muertos, dar consejo al que lo necesita, enseñar al
que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las
ofensas, soportar con paciencia a las personas molestas, rogar a
Dios por los vivos y difuntos?
SALMO 103
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.