Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...
Prueba de lectura comprensiva
1. PRUEBA DE LECTURA COMPRENSIVA
“lee el siguiente cuento y luego responde acerca de él… La
mejor manera de recordarlo es seguir la lectura con atención…
Una vez comenzada la lectura del cuento no se debe interrumpir…
No trates de escribir nada mientras lees, porque pierdes la
concentración debida…”
El Cedro y el Guardabosques
Kioto es una de las ciudades más antiguas del Japón. Está
llena de viejos templos, de castillos y de palacios. También
abundan los estanques con peces de muchos colores. En sus
bosques crecen árboles altos, gruesos, viejos y retorcidos. En el
año 410, en uno de sus bosques crecía un cedro que presumía de
ser el abuelo de todos los demás. Daba sombra en la orilla del
estanque del palacio y entre sus ramas unos ruiseñores habían
puesto su nido.
Todas las mañanas el samurai Asayama daba su paseo hasta
el pie del cedro. Se le quedaba mirando un rato y se volvía
pensativo a su casa. El samurai Asayama era el jefe del ejército
del Emperador. Aquellos días estaba preparando una gran guerra
para conquistar la cercana isla Kurión y en su imaginación daba
vueltas a los modos de atacar y conquistar las murallas enemigas.
El samurai era cruel y para aquella guerra preparaba una catapulta
tan fuerte y potente que aplastase con las piedras que lanzase, las
casas y fortificaciones de la isla vecina. Y para esa catapulta no
había tronco mejor que el del cedro abuelo del borde del estanque.
2. Pero hubo una persona que se enteró por un soldado amigo.
Una persona de más de 80 años que desde niño había visto crecer
el cedro. Era un guarda del bosque que todos los días paseaba
cuidando de los ciervos, de las flores, de los peces del estanque y
de los árboles y que sufría mirando el gigantesco cedro.
Un día el samurai se levantó más temprano que de costumbre
y fue a visitar por última vez al cedro. Al acercarse vio que al pie
del árbol había alguien. Era el guardabosques que, apoyado en su
bastón, le esperaba mirándole fijamente.
- Samurai – dijo el guardabosques -, en nombre del dragón,
protector del bosque, te prohíbo que cortes este cedro. Los
árboles están al servicio de la madre naturaleza, no para
hacer máquinas de guerra.
- Y tú, ¿Quién eres para cruzarte en mi camino?
El guardabosques no contestó. Se quedó mirando fijamente
al samurai como si se hubiera convertido en estatua. El guerrero
no pudo aguantar esa mirada. Se dio media vuelta y volvió a
palacio. Unas horas después, cuatro soldados, con sus hachas al
hombro, se dirigían al bosque con la orden de derribar al gran
cedro.
Al acercarse, volvieron a ver a alguien junto al árbol.
El guardabosques se mantenía inmóvil, como queriendo
proteger el cedro con su débil y encorvado cuerpo.
- No podéis derribar al abuelo de los árboles.
- Venimos por orden del gran samurai.
- Decidle a vuestro jefe que el servidor del gran dragón,
protector del bosque, os lo prohíbe.
Los soldados se miraron unos a otros, volvieron la espalda y
fueron a contárselo a su señor. El samurai Asayama se encolerizó,
3. golpeó la mesa con su guante de hierro y llamó a veinte soldados
de los más fuertes.
- Id al bosque, cortad el cedro y si hay alguien que os lo
quiera impedir, cortadle también a él la cabeza.
La pequeña tropa marchó. Se hacía de noche. Al entrar por el
camino que llevaba junto al estanque notaron una luz extraña. La
luz era fuego. Al llegar frente al cedro, lo vieron rodeado de llamas
que iban subiendo hasta la rama más alta. La hoguera iluminaba la
figura encorvada del guardabosque, que seguía inmóvil junto al
árbol. Los soldados corrieron a salvar lo que pudieran.
Comenzaron a echar arena y a buscar algo con lo que traer agua
del lago. El viejo seguía inmóvil. Los soldados trabajaban
desesperadamente. El árbol se inclinaba cada vez más. Y el fuego
lo seguía envolviendo todo.
Al fin, el árbol se derrumbó. Su tronco ardiendo cayó sobre el
estanque y las llamas se ahogaron allí. La orilla quedó sembrada
de carbones negros. Los soldados se volvieron entonces, furiosos,
para castigar al viejo. Pero lo encontraron también caído en el
suelo, muerto. Temiendo la furia del samurai, no volvieron jamás al
palacio real.
El hermoso tronco del cedro quedó mucho tiempo
ennegrecido en el estanque del bosque, hasta que un joven
guardabosques ocupó el puesto del anciano muerto. Su primera
visita fue para el lugar del cedro quemado. A golpes de hacha
separó de la madera carbonizada lo que había quedado libre del
fuego. Con ella pensó hacer un monumento sobre la tumba del
anciano. Me esculpió a mí, dragón del fuego, protector de los
bosques. Al cabo de dos años me llevó al lugar dónde siempre
había estado el cedro abuelo.
4. (Adaptado de Martín Balmaseda)
PRUEBA DE COMPRENSIÓN LECTORA
1
¿De qué se dice que está llena la ciudad de Kioto?
a. De templos, castillos y palacios. b. De bellos paisajes.
c. De antigüedades.
a b c
2
¿Qué tipo de árboles abundaban en el bosque?
a. Apretados, altos, de madera dura. b. Altos, gruesos, viejos y retorcidos.
c. Viejos, pero de gran altura.
a b c
3
¿Dónde se proyectaba la sombra del cedro?
a. En la orilla del estanque del palacio. b. Junto al palacio del samuray.
c. En el parque central.
a b c
4
¿Cómo se llamaba el samuray?
a.- Kiomani. b. Samaru. c. Asayama.
a b c
5
¿En qué año se cuenta esta historia?
a. En el 410. b. En el 1520. c. En el 480.
a b c
6
¿Cuándo daba el samuray un paseo hasta el cedro?
a.- De vez en cuando. b. Todas las tardes. c. Todas las mañanas.
a b c
7
¿Qué clase de aves habían puesto su nido en las ramas del
cedro?.
a. Unas golondrinas. b. Unos ruiseñores. c. Unos gorriones.
a b c
8
¿Quién era el samuray?
a. Un fabricante de máquinas de guerra. b. El dueño del palacio.
c. El jefe del ejército del Emperador.
a b c
9
¿Qué había inventado esta vez para la conquista?
a. Un cañón lanza - piedras. b. Una catapulta. c. Una embarcación especial.
a b c
10
¿Por qué quería derribar el cedro abuelo?
a. Para construir su máquina de guerra. b. Por su dura madera.
c. Porque ya era viejo.
a b c
11
¿Qué edad tenía el guardabosques?
a. La misma que el cedro. b. Más de 80 años. c. Sólo sabemos que era
anciano.
a b c
¿Desde cuándo el guardabosques había visto el cedro?
5. 17
¿Cuándo habló el samurai con el guardabosques sobre el
cedro?
a. Casi todos los días al visitar el lugar. b. Nunca se encontró
directamente con él. c. La última vez que visitó al cedro.
a b c
18
¿En nombra de quién le prohibió que lo derribase?
a. De la importancia del cedro milenario. b. Del dragón protector del bosque.
c. Del Emperador del Japón.
a b c
19
¿Al servicio de quién dijo el guardabosques que estaban los
árboles?
a.- De la madre naturaleza. b. Del gran dragón. c. Del Emperador.
a b c
20
¿Qué le respondió el samurai?
a. Que era mandato del Emperador. b. Que le iba a cortar ese mismo día.
c. Que no se cruzase en su camino.
a b c
21
¿Cuántos soldados envió la primera vez a derribar el cedro?
a. Tres. b. Cuatro. c. Un grupo armado.
a b c
22
¿En qué se apoyaba el anciano guardabosques?
a. En un bastón. b. En el tronco del cedro. c. No se apoyaba en nada.
a b c
23
¿Con qué parecía querer proteger al cedro?
a. Con la figura del dragón del bosque. b. Con su débil y encorvado cuerpo.
c. Con su mirada penetrante.
a b c
24
¿Cuántos soldados fueron la segunda vez?
a. Toda la guardia. b. Veinte. c. Una docena.
a b c
25
¿Qué les dijo que debían hacer si alguien les impedía cortar el
cedro?
a. Que le encarcelaran. b. Que le matasen si era preciso.
c. Que le cortasen la cabeza.
a b c
26
¿Cómo encontraron el árbol?
a. El anciano lo estaba quemando. b. Ya carbonizado. c. En llamas.
a b c
27
¿Sobre qué cayó el cedro?
a. Sobre el estanque. b. Sobre el camino. c. Sobre el cuerpo del anciano.
a b c
¿Dónde fueron después los soldados?
6. Ejemplo b
1 a
2 b
3 a
4 c
5 a
6 c
7 b
8 c
9 b
10 a
11 b
12 a
13 c
14 c
15 a
16 b
17 c
18 b
19 a
20 c
21 b
22 a
23 b
24 b
Soluciones para el/la Profesor/a: