Este documento describe una criatura sobrenatural que se creía era el demonio en forma de perro con cuernos que emitía fuego de sus ojos. Se dice que Dios lo envió del infierno para asustar a los frailes y personas que molestaban a la sociedad. La criatura arrastraba una pesada cadena y producía sonidos aterradores como aullidos que coincidían con graznidos de búhos, lo que se consideraba un mal augurio especialmente para los campesinos e indígenas que podrían morir pronto.