1. A San José
Fiesta:
19 de marzo.

2. "Si toda la Iglesia está en deuda con la Virgen María,
ya que por medio de ella recibió a Cristo,
de modo semejante le debe a San José, después de ella,
una especial gratitud y reverencia".
San Bernardo de Siena.

3. Santos que más han
propagado la devoción a San
José han sido:
San Vicente Ferrer, Santa
Brígida,
San Bernardino de Siena
y San Francisco de Sales,
que predicó muchas veces
recomendando la devoción al
santo Patriarca.

4. Pero sobre todo, la que más propagó
su devoción fue Santa Teresa de
Ávila,
que fue curada por él de una terrible
enfermedad que la tenía casi
paralizada, enfermedad que ya era
considerada incurable.
Le rezó con fe a San José y obtuvo
de manera maravillosa su curación.

5. Hacia el final de su vida,
la mística fundadora decía:
"Durante 40 años, cada año en la
fiesta de San José le he pedido
alguna gracia o favor especial, y no
me ha fallado ni una sola vez. Yo les
digo a los que me escuchan que
hagan el ensayo de rezar con fe a
este gran santo, y verán que grandes
frutos van a conseguir".
Y es de notar que a todos los
conventos que fundó Santa Teresa
les puso por patrono a San José.

6. "Querría yo persuadir a todos
fuesen devotos de este glorioso
Santo,
por la gran experiencia que tengo
de los bienes que alcanza de Dios.
No he conocido persona,
que de veras le sea devota y haga
particulares servicios,
que no la vea más aprovechada
en la virtud; porque aprovecha en
gran manera a las almas que a él
se encomiendan"
Santa Teresa de Avila

7. "No me acuerdo hasta ahora,
haberle suplicado cosa que la
haya dejado de hacer.
Es cosa que espanta las
grandes mercedes que me ha
hecho Dios por medio de este
bienaventurado santo, de los
peligros que me ha librado, así
de cuerpo como de alma, que a
otros santos parece les dio el
Señor gracia para socorrer en
una necesidad,

8. de este glorioso santo tengo
experiencia que socorre en
todas, y que quiere el Señor
darnos a entender que así como
le fue sujeto en la tierra,
(que como tenía nombre de
padre, siendo ayo, le podía
mandar),
así ahora en el cielo hace todo
cuanto le pide“.
Santa Teresa de Avila

9. “Fue el padre nutricio de Jesús,
y Jesús le estaba sometido.
Admira la humildad del Salvador, que,
pudiendo nacer en el palacio de Augusto o de
Herodes, prefiere elegirse un padre pobre y
desconocido,
un padre que debe trabajar con sus manos
para procurarle alimento y vestido.
A ejemplo de San José, nunca te separes de
Jesús:
que en todos tus actos sea tu compañero,
conversa a menudo con Él.
Haz un lugar a Jesús en medio de tus hijos:
que tu Señor venga a tu familia,
que tu Creador se acerque a su creatura”.
San Agustín.

10. "José fue un hombre
perfecto,
que posee todo género
de virtudes".
San Pedro Crisólogo.

11. “¿Cuánto no es también de creer aumentase la santidad de José el
trato familiar que tuvo con Jesucristo en el tiempo que vivieron juntos?”
José durante esos treinta años fue el mejor amigo,
el compañero de trabajo con quién Jesús conversaba y oraba.

12. José escuchaba las palabras de Vida
Eterna de Jesús, observaba su ejemplo
de perfecta humildad, de paciencia, y de
obediencia, aceptaba siempre la ayuda
servicial de Jesús en los quehaceres y
responsabilidades diarios. Por todo
esto, no podemos dudar que mientras
José vivió en la compañía de Jesús,
creció tanto en méritos y santificación
que aventajó a todos los santos”.
San Alfonso María de Ligorio.

13. Antigua oración a San José:

14. Oh San José,
cuya protección es tan grande,
tan poderosa y eficaz ante el
trono de Dios,
en vuestras manos entrego todos
mis intereses y mis deseos.

15. Oh San José,
asistidme con vuestra poderosa
intercesión.

16. Obtened para mí, de vuestro Divino
Hijo, Nuestro Señor,
todas las bendiciones espirituales que
necesito.

17. A fin de que, habiendo conseguido,
aquí en la tierra,
la ayuda de vuestro poder celestial,
pueda ofrecer mi gratitud y homenaje,
al Padre más Amoroso.

18. Oh San José,
nunca me cansaré de
contemplaros
con el Niño Jesús dormido en
vuestros brazos.

19. No me atrevo a acercarme
mientras que el Niño
reposa sobre vuestro
corazón.

20. Abrazadle fuertemente en mi nombre;
y de parte mía, besad su fina y delicada
Cabecita.

21. Luego, suplicadle que me devuelva ese beso
a la hora de mi último suspiro.

22. San José, patrón de
los moribundos,
rogad por nosotros.
Amén.

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