Los Reyes Católicos unieron las Coronas de Castilla y Aragón a través de su matrimonio, conquistaron el Reino Nazarí de Granada e incorporaron Navarra. Organizaron el Estado moderno fortaleciendo el poder real, la administración y el ejército permanente, e impulsaron una política exterior que buscaba la unidad religiosa de la Península Ibérica y el equilibrio de poderes en Europa.