El amor entre padres e hijos no es obligatorio sino voluntario. Aunque suele ser recíproco, a veces las relaciones familiares se ven afectadas por desencuentros y frustraciones. El amor filial depende de que los padres hayan sabido demostrar afecto a lo largo de la vida; si no, los hijos no están obligados a amarles. Aunque el amor también se aprende, y si la relación es insana, lo más saludable es no sentir obligación de amar pero sí deber de cuidado básico.