Este documento presenta un resumen de Mateo 13: 44-52. Jesús usa tres parábolas para describir el Reino de los Cielos: como un tesoro escondido que alguien encuentra y vende todo para comprar, como una perla fina que alguien vende todo para comprar, y como una red llena de peces buenos y malos. Al final, los ángeles separarán a los buenos de los malos. Jesús pregunta a sus discípulos si entienden, y ellos dicen que sí.
3. Ambientación: Al centro un cofre o joyero con perlas de fantasía; frase: “Tú eres nuestro tesoro”. “Tú eres nuestro tesoro”. Cantos sugeridos: Anunciaremos tu Reino .
4. AMBIENTACIÓN: La verdadera sabiduría es la del que sabe despojarse para adquirir el nuevo modo de ver la realidad que trae el Reino inaugurado por Jesús. Ese tesoro del Reino está dentro de nosotros mismos, y quien lo descubre experimenta una gran alegría.
5. Oración inicial Jesús, Tú que nos has dado el don de la fe, que nos has regalado la gracia de conocerte de saber lo que Tú has hecho por nosotros, y así darnos cuenta del amor infinito del Padre, de la esperanza que tenemos en ti, de la seguridad que nos das con tu muerte y resurrección,
6. sabiendo que ya nos has redimido haciéndonos partícipes del Reino de los Cielos, te pedimos que nos ayudes a poner en ti toda nuestra confianza y nuestra esperanza, buscando que seas Tú el sentido de todo lo que somos,
7. de todo lo que esperamos, de todo lo que vivimos, para que Tú nos llenes de tu alegría y de tu paz, de tu amor y de tu fortaleza, y así desde ya vivamos con el corazón puesto en ti, optando siempre por ti,
8. siendo Tú la razón de todo lo que somos, de todo lo que hacemos, de todo lo que buscamos y anhelamos. Amén.
9. I. LECTIO ¿Qué dice el texto? Mateo 13, 44-52 Motivación: El valor del Reino es el valor supremo para el discípulo de Jesús. Eso es lo que Jesús no ha enseñado y así es como lo siente el cristiano. Para pertenecer al Reino, es necesario despojarse de otras cosas. Ninguna es tan valiosa para el creyente como aquélla con la que se ha quedado. Lo demás es siempre secundario. Escuchemos.
10. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13, 44-52 En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
11. 44El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra aquel campo.
12. 45El Reino de los cielos se parece también a un comerciante que busca perlas finas que, 46al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.
13. 47El Reino de los cielos se parece también a la red que se echa al mar y recoge toda clase de peces; 48cuando está llena, la sacan a la orilla y sentándose recogen en canastos los buenos, y tiran los malos.
14. 49Lo mismo sucederá al fin del mundo. Saldrán los ángeles separarán a los malos de los buenos, 50y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
15. 51Jesús preguntó a sus discípulos: -¿Entienden bien todo esto? Ellos le contestaron: -Sí
16. 52Y Jesús les dijo: - “Ya ven, un maestro de la ley que entiende del Reino de los Cielos, se parece a un dueño de casa que va sacando de sus tesoros lo nuevo y lo antiguo”. Palabra de Dios
17. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención ( Del evangeliosegún san Mateo ) Mt 13: 44-52 Sucede con el reino de los cielos lo que con un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo deja oculto y, lleno de alegría, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.También sucede con el reino de los cielos lo que con un mercader que busca ricas perlas, y que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.También sucede con el reino de los cielos lo que con una red que echan al mar y recoge toda clase de peces; una vez llena, los pescadores la sacan a la playa, se sientan, seleccionan los buenos en cestos, y tiran los malos. Así será el fin del mundo. Saldrán los ángeles a separar a los malos de los buenos, y los echarán al horno de fuego; allí llorarán y les rechinarán los dientes. Jesús preguntó a sus discípulos: -¿Habéis entendido todo esto?Ellos le contestaron: -Sí. Y Jesús les dijo: -Todo maestro de la ley que se ha hecho discípulo del reino de los cielos, es como un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas.
18. Preguntas para la lectura: ¿Cuál es el sentimiento de la persona que ha encontrado el tesoro? ¿Qué acciones que realiza?
19. ¿Qué hace el comerciante que encuentra la joya más fina?
20. ¿Qué hacen los pescadores con la Red luego de que la sacan del mar?
22. ¿Qué pasa con el maestro de la ley que se convierte en discípulo de Dios?
23. II. MEDITATIO ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto? Motivación: Nosotros hemos recibido un tesoro con la fe. Pero solamente podremos sacer de él cosas nuevas y viejas si lo buscamos, lo desenterramos, lo vendemos todo y lo adquirimos como algo precioso. Meditemos y descubramos lo nuevo que se encierra en estas parábolas.
24. ¿Es la fe para mí un tesoro escondido o una perla de gran valor? ¿Por qué?
25. ¿Qué me pide vender hoy el gozoso descubrimiento de la fe?
29. Viendo que para “adquirir” el Reino de los Cielos es necesario “vender todo” (13,44.46), ¿qué debo vender en mi vida, de qué cosas debo desprenderme para poder adquirir y poseer aquello que es vital y fundamental en la vida, como es el Reino de Dios?
30. Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
31. III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra? Motivación: Para descubrir los preciosos tesoros que esconde la Palabra de Dios tenemos la ayuda imprescindible de la oración, que abre los ojos del corazón y permite desentrañar su novedad. Dispongámonos a rezar pidiendo la luz y la sabiduría de Dios.
32. Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada. Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo (salmo 118).
33. Salmo 118 El Señor es mi herencia; he prometido guardar tus palabras.Más vale para mí tu ley, que montones de oro y plata. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor !
34. Que tu amor me consuele, según la promesa que me hiciste.Gracias a tu compasión, viviré, pues tu ley es mi delicia. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor !
35. Por eso amo yo tus mandatos, y los prefiero al oro más fino.Por eso me ajusto a todos tus decretos, y odio la mentira. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!
36. Tus preceptos son una maravilla, por eso los observo.La explicación de tu palabra es luz que ilumina y proporciona instrucción a los sencillos. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor !
37. Señor, haz que conscientes de los tesoros que llevamos escondidos, los pongamos al SERVICIO de los demás
38. ¿Qué me lleva a hacer el texto? IV. CONTEMPLATIO Del Catecismo de la Iglesia Católica II VENGA A NOSOTROS TU REINO 2816 En el Nuevo Testamento, la palabra "basileia" se puede traducir por realeza (nombre abstracto), reino (nombre concreto) o reinado (de reinar, nombre de acción). El Reino de Dios está ante nosotros. Se aproxima en el Verbo encarnado, se anuncia a través de todo el Evangelio, llega en la muerte y la Resurrección de Cristo. El Reino de Dios adviene en la Ultima Cena y por la Eucaristía está entre nosotros. El Reino de Dios llegará en la gloria cuando Jesucristo lo devuelva a su Padre: Incluso puede ser que el Reino de Dios signifique Cristo en persona, al cual llamamos con nuestras voces todos los días y de quien queremos apresurar su advenimiento por nuestra espera. Como es nuestra Resurrección porque resucitamos en él, puede ser también el Reino de Dios porque en él reinaremos (San Cipriano, Dom. orat. 13). Motivación:
39. 2817 Esta petición es el "MaranaTha", el grito del Espíritu y de la Esposa: "Ven, Señor Jesús": Incluso aunque esta oración no nos hubiera mandado pedir el advenimiento del Reino, habríamos tenido que expresar esta petición , dirigiéndonos con premura a la meta de nuestras esperanzas. Las almas de los mártires, bajo el altar, invocan al Señor con grandes gritos: “¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar sin hacer justicia por nuestra sangre a los habitantes de la tierra?” (Ap 6, 10). En efecto, los mártires deben alcanzar la justicia al fin de los tiempos. Señor, ¡apresura, pues, la venida de tu Reino! (Tertuliano, or. 5).
40. 2819 "El Reino de Dios es justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo" (Rm 14, 17). Los últimos tiempos en los que estamos son los de la efusión del Espíritu Santo. Desde entonces está entablado un combate decisivo entre "la carne" y el Espíritu (Cf. Ga 5, 16-25): Sólo un corazón puro puede decir con seguridad: “¡Venga a nosotros tu Reino!”. Es necesario haber estado en la escuela de Pablo para decir: “Que el pecado no reine ya en nuestro cuerpo mortal” (Rm 6, 12). El que se conserva puro en sus acciones, sus pensamientos y sus palabras, puede decir a Dios: “¡Venga tu Reino!” (San Cirilo de Jerusalén, catech. myst. 5, 13). 2820 Discerniendo según el Espíritu, los cristianos deben distinguir entre el crecimiento del Reino de Dios y el progreso de la cultura y la promoción de la sociedad en las que están implicados. Esta distinción no es una separación. La vocación del hombre a la vida eterna no suprime sino que refuerza su deber de poner en práctica las energías y los medios recibidos del Creador para servir en este mundo a la justicia y a la paz (Cf. GS 22; 32; 39; 45; EN 31).
41. Compromiso: Durante la semana, desprenderme de algún “tesoro” que exprese mi deseo de hacerme Discípulo del Reino.
42. Llenos del gozo que el Espíritu infunde en nuestro corazón, te bendecimos, Señor Jesús, por descubrirnos en tu evangelio, en tu persona, en toda tu vida y en tu amor hacia nosotros, el tesoro escondido y la perla fina del reino de Dios, por el que vale la pena arriesgarlo todo sabia y generosamente.
43. Bendito seas también porque nos hablaste del reino con parábolas y signos de liberación que unen el anuncio del reino de Dios con la salvación y la felicidad del hombre.
44. Haz, Señor, que la buena nueva del tesoro de tu reino transforme nuestras vidas pequeñas a la medida de tu proyecto, y alcanzaremos de tu amor todo lo demás por añadidura. Amén.