Este documento discute el rol del docente moderno. Define el rol como una intersección entre las necesidades sociales y temporales de la sociedad. Las necesidades sociales incluyen características como dominar el contenido académico, comprender las realidades locales, y ser un aprendiz permanente. Las necesidades temporales incluyen preparar a los estudiantes para un futuro sostenible en un mundo en constante cambio. El documento concluye que el nuevo rol docente requiere compromiso y sacrificio, pero no a costa de la calidad de vida, ya que el objetivo
2. En el año 2008 se estrenó en el cine la película “Batman: The Dark Knight”. Película que se
convertiría en una de las más grandes obras de superhéroes, y al mismo tiempo, de crítica social
que existe en la actualidad. Es su escena final (y me disculpo si tú, lector, no la has visto –de
hecho podrías parar ahora, verla, y luego regresar a este documento-), Batman decide culparse a
sí mismo por los crímenes que, en sus horas finales, cometiera aquella persona que se levantaba
como “el ciudadano ideal” que iba a devolverle la fe a todas las personas de la ciudad. Hizo esto,
ya que decidió que no era justo para la gente perder la fe en un ideal, en una lucha por lo
correcto. Al huir del lugar, el comisionado Gordon, consiente de toda la situación, dice “él es el
héroe que la ciudad merece, no el que necesita en este momento”. En una ciudad de valores
olvidados, de desigualdades sociales tremendas y donde el valor a la vida se ha perdido. Y son
las necesidades de una ciudad las que definen aquello que debe hacerse en ella, para construir un
mejor futuro para sus habitantes.
De la misma forma, el mundo moderno y sus sociedades definen el rol docente: en función de
aquello que necesita, del tipo de ciudadano que lo formará en el futuro próximo y no tan
próximo.
Esto plantea una definición sumamente versátil, compleja y dispersa, ya que el mundo es un
lugar muy grande, y sus necesidades varían en cada uno de sus rincones. Sin embargo, podemos
consensuar que este rol nace de la intersección de dos fuentes de necesidades: las de tipo social
(la gente con quienes habita la misma zona, el mismo país, los valores primordiales en ese lugar,
la cultura local) y las de tipo temporal (el nivel de “desarrollo” de su gente, sus conexiones con
el resto del mundo globalizado, su tecnología).
I. Según la UNESCO1
, los aspectos sociales necesarios para definir a este ser humano que
llamaremos “docente”, tienen como meta un profesional sumamente plástico y dinámico,
adaptable a la mayor cantidad de situaciones locales y diarias que puedan nacer de su
interacción con el estudiantado, sus pares profesionales y sus supervisores. Varios autores
han acordado que este profesional debe ser capaz de:
- Dominar los saberes propios de su especialidad.
1
Torres, R. M., “Nuevo Rol Docente”.
3. - Provocar y ayudar el aprendizaje de sus estudiantes.
- Seleccionar contenidos y pedagogías adecuados.
- Comprender las realidades locales que le toquen.
- Desarrollar una pedagogía activa y grupal.
- Participar en el proyecto educativo de su establecimiento.
- Trabaja y aprende en equipo.
- Investiga constantemente.
- Toma la iniciativa.
- Reflexiona críticamente sobre sí mismo y su práctica.
- Asume compromisos éticos.
- Detecta problemas oportunamente en sus estudiantes y en el sistema en el cual está
inmerso.
- Desarrolla en sus estudiantes y en sus pares la capacidad de aprender a aprender, de
aprender a hacer, de aprender a ser y de aprender a convivir con los demás.
- Desarrollar cualidades consideradas como indispensables para que se desenvuelvan en la
sociedad.
- Impulsa actividades educativas fuera del aula.
- Se acepta como un “aprendiz permanente”.
- Está abierto a las nuevas TICs.
- Es informado respecto a la situación del mundo que lo rodea (acontecer noticioso).
- Prepara a sus estudiantes para seleccionar y utilizar críticamente la información que
puedan encontrar en los medios de comunicación.
- Propicia la participación de los padres y responde a sus expectativas.
- Está atento a los problemas de la comunidad.
- Y es percibido como “amigo y modelo” por sus estudiantes.
No sé a ustedes, pero como docente, esta lista en primera instancia, me provocó temor. Temor a
no ser capaz de poseer todas esas características y a que me faltara vida para desarrollarla
completa. Luego me motivó, ya que, más allá que para un docente, esto se ve como una lista de
un “ser humano ideal”, que puede convertirse en el ladrillo para esa “sociedad ideal” con la que
4. soñamos. Es decir, responde a la necesidad que tenemos de superarnos como raza humana, y
generar un futuro sustentable.2
Destaco el aceptarse como aprendiz permanente como uno de los elementos fundamentales
dentro del rol del docente, ya que implica un perfeccionamiento constante. Implica reconocer las
falencias y debilidades, luego de un trabajo consiente de reflexión pedagógica. Implica una
supervisión y una evaluación docente eficaz y responsable3
. Implica un compromiso maravilloso
con el futuro propio y con el de tus estudiantes.
Basado en este último, destaco la importancia del proceso de Formación Docente. Proceso en el
cual todas estas habilidades deben ser consideradas. Claramente el conocimiento académico de la
especialidad es el primer paso, pero también es sabido que “no cualquier puede ser un profesor”.
Definir un rol docente implica reconocer que todas estas habilidades y características
mencionadas, son intrínsecas a la persona, y que están en función de su experiencia (formativa y
de vida), de su personalidad y hasta de su carisma. Para ser profesor, hay que tener “aura de
profesor” como le llamó Stenhouse (1982). Y valor, mucho valor.
II. Desde un punto de vista temporal4
, el docente actual vive en una época intermedia, de
cambios constantes y de acelerados avances tecnológicos y grandes diferencias
socioeconómicas. Este “mundo en desarrollo”, que presenta “arritmia cardíaca” en su
vida diaria, nos presenta escenarios tan dispares, que las prioridades y necesidades de
cada sociedad dan una base, un caldo de cultivo para definir la otra parte del rol docente.
No obstante, en general podemos decir que un docente posee el rol (y casi “el deber”) de
llevarnos de la mano hasta la sociedad que queremos. De la mano hasta que seamos
suficientemente maduros como especie para tomar decisiones globales, en conjunto,
responsables. Donde las diferencias personales sean olvidadas por el ideal de vida que todas y
todos buscamos. Ahí es cuando el docente se vuelve el agente de cambio principal, aunque no el
único5
.
2
Prieto, E., “El Papel del profesorado en la Actualidad. Su función docente y social”.
3
De la Herrán, Agustín y González I, “El Ego docente: punto ciego de la Tarea profesional del maestro”
4
, “El Rol del Docente en el Contexto Actual”.
5
Soto Hilda, “Modelos y Estrategias en la formación de profesores”
5. Es la sociedad misma, en muchos casos (incluida nuestra realidad nacional) la que se ha
encargado de deteriorar la imagen y la calidad de vida de este profesional tal necesario. E,
irónicamente, es la misma sociedad la que pone sobre él todas estas responsabilidades. Por lo
tanto, el rol del docente no se limita a sus propias manos, a lo que él como individuo puede
hacer, sino que se extiende hasta las autoridades mismas, hasta las políticas de Estado, que le den
el espacio y el estímulo necesario a este profesional de labor tan compleja y heterogénea.
Se desea que el docente sea un sujeto polivalente, un profesional competente, un agente de
cambio practicante y reflexivo, un investigador, un intelectual crítico y transformador. Pero en
cambio se le exigen más labores administrativas, y se le quita el descanso en forma poco
práctica, lo que repercute directamente en su calidad, en todos los aspectos anteriormente
mencionados en este documento.
El nuevo rol Docente.
En nuestra sociedad específicamente, se busca un profesional que sea capaz de generar
ciudadanos cultos, críticos y activos. En lo personal, sin colores políticos. Ciudadanos que
prioricen las necesidades básicas de su comunidad, de su sociedad y de su país, y que sean
capaces de desarrollarse en vías de un futuro sustentable y sostenible.
Este “docente ideal” no es una idea nueva, ya que “el ser humano ideal” tampoco lo es. Si es
nuevo el reconocimiento de que su Rol no es una constante ni en el espacio ni en el tiempo, sino
que es algo que está definido entre dos sectores, como planteo en este documento.
Observando lo necesario para este nuevo docente, este aparece ahora como una figura casi
“inalcanzable”, un caso ideal como un sistema de movimiento perpetuo, como un sistema que no
respeta la ley cero de la termodinámica. Como ser humano, tenemos una vida completa y
compleja, donde nuestras labores profesionales se mezclan con nuestras familias, nuestra vida
personal y nuestras amistades. El nuevo docente muchas veces se verá obligado a sacrificar sus
tiempos personales en pro de las metas pedagógicas de sus estudiantes, al menos, si el sistema
nacional actual sigue como está.
El nuevo Rol Docente implica compromiso, responsabilidad y sacrificio. Pero no en deterioro de
la calidad de vida, ya que eso es exactamente lo que uno busca para el futuro del estudiante. Y
6. como dijo Celestín Freinet, ¿cómo prepara a nuestros estudiantes para construir el mundo de sus
sueños, si nosotros mismos ya no creemos en esos sueños?
Suena lindo pero, ¿es posible?
Dentro de todo ser humano habitan dos extremos. Y no hablo “del bien y el mal”, sino que de
dos naturalezas en constante lucha, y que definen nuestra personalidad y nuestra vida: el orden y
el caos. Ninguno es bueno ni malo, ambos son dos caras de la misma moneda. En la novela de
1886, “El extraño caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde”, se presenta esto como el instinto
salvaje dentro de todo ser humano, y de su lucha por controlarlo o dejarse controlar por este. El
protagonista de esta novela tenía miedo de lo que era capaz de hacer, y ahí estaba su lucha. En
contenerse a sí mismo.
Todos tenemos miedo de cambiar, de dejarnos llevar por fuerzas superiores a nosotros mismos, a
instintos que no podemos controlar. Personalmente creo que ese “esfuerzo extra” que es
menester en el nuevo Rol Docente está dentro de nosotros, pero tenemos miedo de llegar a él,
debido a las injusticias del sistema, y a la falta de gratitud y recompensas del mismo si no
obtenemos resultados (que dicho sea de paso se ha convertido en la meta del sistema,
lamentablemente). Tenemos miedo de liberar nuestro verdadero potencial y nuestras energías, ya
que esto muchas veces implica aumento de responsabilidades y compromisos, que te terminan
perdiendo profesionalmente y dejando en la oscuridad a tu creatividad.
Si me preguntas ahora, ¿cómo definirías tú el Nuevo Rol Docente?, te diría que este se define a
partir de una lucha, una lucha dentro de la misma persona entre lo que la sociedad donde está
inmerso merece, y lo que necesita. Llamados estamos entonces, como Batman, a ser más que
simples héroes. A ser pioneros e innovadores. A dejarse llevar por las ganas, y a disfrutar de tu
vida y de tu relación con tu equipo de trabajo, y sobretodo, con tus estudiantes.