Rubén Darío fue un poeta nicaragüense y líder del movimiento literario conocido como Modernismo. Tuvo una vida intensa marcada por problemas amorosos y de alcoholismo que lo llevaron a una muerte prematura a los 49 años. Darío es considerado el poeta más importante que escribió en español fuera de España y revolucionó la literatura hispánica con su estilo que mezclaba simbolismo, parnasianismo y romanticismo.
5. Félix Rubén García Sarmiento
Metapa, Nicaragua en 1867 -1916
Huérfano a la edad de 2 años, fue criado por su tía
Se conocía como “el poeta niño”
Aprendió mucho de los jesuitas
Vivía también en El Salvador, Chile, Argentina, Madrid y Paris
Viajó a Europa y a los Estados Unidos
Tenía una vida bastante corta y no tenía mucha felicidad
Poeta nicaragüense, representante del modernismo
Influencia del siglo XX en el ámbito
hispánico, llamado Príncipe de las letras castellanas
6. Su Vida
Fue intensa con muchos problemas
Amor como una telenovela
1886 viaja a Chile y publica AZUL(1888)
1891 se casa Rafaela contreras tuvo un hijo
1893 muere su esposa
Francisca Sánchez, segunda esposa
7. Sus problemas con mujeres
• Era alcohólico
• Murió con 49 años
de cirrosis del hígado
8. Obras:
Poesías y Artículos en prosa (1881)
Abrojos y Rimas (1887)
Azul (1888)
Los Raros y Prosas Profanas (1896)
Cantos de vida y Esperanza (1905)
Poema de otoño y otros poemas
9. El Modernismo
Mezcla de tres movimientos:
El simbolismo
Influencia de las francesas
“Parnasianismo”
El Romanticismo
10. El Modernismo de Darío
La fantasía
La intimidad doliente
Importancia de música y color
Lenguaje directo y sencillo
Nuevos métodos lingüísticos y métricos
La tradición hispánica
Un tono frívolo y preciosa que refleja el universal y la
belleza (cambió más tarde en su vida
11. Rubén Darío es considerado ser el
poeta más importante que escribió
en español afuera de la España y es
fácilmente unos de los personajes
más reverenciados en Nicaragua.
Muere el 6 de febrero de 1916
12. Canción de Otoño en Primavera
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…
Yo era tímido como un niño
Ella, naturalmente, fue,
Para mi amor hecho de armiño
Heroidas y Salome
En sus brazos tomo mi sueno
y lo arrullo como a un bebe…
y le mato, triste y pequeño,
falto de fe…
13. Otra juzgo que era mi boca
el estuche de su pasión;
Y me roería, loca,
Con sus dientes, el corazón
poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
Mientras eran abrazo y beso
Síntesis de la eternidad;
y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la primavera
y la carne acaban también
En vano busque a la princesa
que estaba triste de esperar
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!