2. Esta historia no tienen un comienzo
definido, si bien el hombre a dispuesto de
los recursos naturales, animales y
vegetales.
La cuestión se agravó cuando la revolución
industrial llegó, la composición de nuestra
atmósfera sintió el impacto y la
emanaciones fueron incrementándose.
Cada lugar del planeta, hoy en día, tienen su
problema puntual: las ciudades con las
emanaciones de industrias y vehículos a
motor, los montes con la tala y quema, los
casquetes polares con un derretimiento no
muy notorio pero constante, las llanuras
con sobrepastoreo…
3. ¿Es peligrosa la capa de gases de “efecto invernadero”?
En realidad y, contrariamente a lo que se piensa, en su estado original
no es peligrosa ni perjudicial para la vida sobre la Tierra.
Lo peligroso es el aumento en la concentración de los gases que la
forman, ¿por qué?. Sucede que la capa de gases ubicada en nuestra
atmósfera regula la temperatura de la superficie terrestre, permitiendo
que algunos gases queden retenidos cerca de la misma y otros escapen
hacia capas de mayor altitud
Algunos de los gases más importantes que componen la capa de efecto
invernadero son el metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2), este último
considerado como una molécula atrapante de calor.
Si el planeta se sigue calentando, este oso se quedará sin su querido
glaciar.
4. Lejos de los glaciares, los que sufren son los bosques y selvas…
En nuestro país, gran parte de la superficie de bosques y selvas, se han
perdido a consecuencia del avance del “monocultivo” (soja y caña de
azúcar, por ejemplo).
La modificación de estos ambientes naturales trae como consecuencia la
disminución de la biodiversidad, no sólo vegetal, sino también animal.
Muchas especies animales ven modificado el ambiente que habitaron y
se ven obligados a emigrar. En el peor de los casos, se producen
extinciones, son víctimas de la caza furtiva o la cadena trófica propia del
lugar se rompe, pues alguno de sus “eslabones” se vio obligado a
emigrar ó muere.
5. En las grandes ciudades, la cuestión es creciente…
Las emisiones de gases invernadero son muy altas en estos lugares.
Las medidas a tomar no deben ser aisladas, sino a modo de “paquete”…
Menos emisiones y más espacios verdes.
Pensemos… ¿cuál será el beneficio de aumentar los espacios verdes?,
aparte de brindarnos sombra… ¿qué tarea útil para la atmósfera (y para
ellos mismos) realizan los árboles?
Las industrias aportan para el problema: las emanaciones de sus
chimeneas, sumado al incorrecto tratamiento de los desechos.
6. El mal manejo de los suelos…
La labranza del suelo no representa solo una simple remoción, sino
también una “labor cultural” (así se la conoce en el ámbito
agrícola).
El suelo está compuesto por denominados “horizontes”, los cuales
tienen distintas características, como por ejemplo, su cantidad de
materia orgánica.
Cuando el suelo es labrado, se debe tener en cuenta el hecho de no
dejarlo al descubierto, sino que debe tener una pequeña cubierta
vegetal en superficie. De más está decir que los suelos demandan
un tiempo de descanso, para no afectar su productividad.
La no cobertura del suelo puede derivar en dos tipos de erosión
(pérdida de material): la hídrica, provocada por una acción conjunta
entre el agua de lluvia y su golpeteo contra el suelo y la pendiente
del terreno y la erosión eólica, donde por acción del viento, se
desplazan capas de suelo de un lugar a otro, perdiendo éste su
estructura original.
7. ¿Son aventureros estos pingüinos?
Yo diría que no, ¿a qué se debe que anden navegando
así, a la deriva?
La modificación en la temperatura terrestre (2ºC, se
calcula), tiene un efecto negativo para los grandes
glaciares y casquetes polares.
El agua que los conforman pasa de un estado sólido al
estado líquido y posteriormente al estado gaseoso,
como parte de la evaporación de los océanos.
Posiblemente, y como indica otra diapositiva, estos
animalitos se vean obligados a emigrar a causa de esta
modificación de su ambiente.
Sigan el botón de acción que está aquí debajo y verán
que los pingüinos no son los únicos “navegantes”…