Propuestas para una agenda compartida entre el Perú y Chile después que la Corte Internacional de Justicia dicte su sentencia en torno al Diferendo Marítimo.
1. La relación peruano – chilena
post La Haya
Dr. Hugo Guerra
Profesor de Derecho Internacional
Lima - Santiago, mayo de 2013
2. 1. Premisa sine qua non
• El fallo de la CIJ debe cumplirse cualquiera sea su sentido.
• El fallo debe ejecutarse:
• El Art. 94 de la Carta de la ONU señala que “cada miembro de las Naciones
Unidas se compromete a cumplir la decisión de la Corte Internacional de
Justicia en todo litigio en que sea parte”. Y el Art. 60 del Estatuto de la Corte
señala que “el fallo será definitivo e inapelable”.
• Las partes concurrieron libremente al Tribunal internacional. Hoy
están obligadas a no perder control sobre las consecuencias de ese
acto soberano.
• Las consecuencias dependen del comportamiento de los Estados
expresado en las acciones ulteriores ejecutadas por los gobiernos en
cumplimiento de la sentencia.
• Solo con esto se cambiará un statu quo relativamente cómodo pero ya
inviable.
3. 2. Cuestiones que no deben interferir
• Las elecciones en Chile no deben tomar como eje la
cuestión del fallo. Sería muy positivo si el presidente
Piñera cierra el caso antes del cambio de mando. Eso
facilitaría la relación, por ejemplo de Bachelet, con el
Perú.
• El caso planteado por Bolivia ante la CIJ no debe ser
argumento ni excusa sobre la ejecución del fallo, pues es
un tema ajeno al Perú.
• Las FF.AA. de ambos países deben mantenerse bajo el
estricto control de los respectivos gobiernos y no intentar
eventuales acciones propias.
4. 3. El punto neurálgico no
paralizante
• Debemos estar conscientes de que tras el fallo será necesario
avanzar bilateralmente en la armonización y complementación
de intereses en la zona económica común.
• El Estado chileno tendría que asumir lo obvio:
• Que ninguna nación enajena su dignidad o empeña sus valores si obedece
una sentencia judicial formulada por jueces expertos e imparciales, en la que
no se juegan intereses vitales de ninguna de las partes. Por tanto, no debe
ceder a las presiones de quienes podrán seguir operando y obteniendo
ganancias, pero a partir de una adecuación a la nueva realidad jurídica
internacional.
5. 4. Revisión de actitudes nacionales
• Es indispensable superar el problema psicológico de las dos
naciones:
• El fallo de la CIJ debe entenderse como la consecuencia natural de un
proceso judicial. Es errado hablar de ganadores y perdedores.
• Debe internalizarse el criterio de que una nueva relación no es
sólo necesaria, sino absolutamente posible.
• No se trata de un “punto de quiebre” y tampoco de desconocer
las lecciones de la historia común, sino de entender que un
Diferendo debe resultar superable para dar paso a la
recuperación de la confianza y a la relación racional entre las
dos naciones.
• Hoy prevalece el divorcio histórico, sociológico y emocional
entre peruanos y chilenos y eso afecta el diseño de la relación
bilateral. El cambio debería orientarse a percibir
progresivamente el vínculo como cooperativo y no solo como
transaccional.
6. 5. Hacia una Agenda Común
• Las diferencias no terminarán con el fallo:
• Compartimos una frontera viva.
• Eso no debe ser un obstáculo para construir una agenda
común, no para el futuro remoto sino para el presente
cercano.
• Esa agenda debe estructurarse sobre la base de una
comprobación muy precisa: la política de las “cuerdas
separadas” es irreal.
• La interdependencia es amplia y compleja, no puede encapsular temas.
• La agenda debe ser fruto de un amplio diálogo político
que incluya a los sectores: públicos, privados y
mediáticos. Lo primero que debe definirse es qué
significa, post La Haya, el bien común para el Perú y
Chile.
7. 6. El Replanteamiento estratégico
• Las partes deben ser realistas: además de la obligación
jurídica, ética y política de respetar y ejecutar el fallo de la
CIJ también existe una necesidad económica y
estratégica.
• Conjuntamente tenemos abierto un abanico de
posibilidades:
• Reforma de la OEA.
• Liderazgo dentro de Unasur.
• Potenciamiento del Arco del Pacífico.
• Liderazgo compartido en APEC.
• Mayor equilibrio frente a Brasil.
• Mejora de la seguridad integral en términos bilaterales, subregionales y
hemisféricos, etc.
8. 7. Nueva agenda de defensa
• Tras la ejecución del fallo de la CIJ se abrirá un nuevo escenario
de defensa, seguridad nacional e integral.
• Debemos estar conscientes de que la doctrina de seguridad y
defensa en ambos países deberá variar progresivamente.
• Muchos esquemas de la institucionalidad castrense deberán
variar. Debemos estar advertidos que eso tomará mucho
tiempo y, seguramente, enfrentará mucha resistencia entre los
mandos militares.
• Sin embargo, solo un proceso de tal naturaleza permitirá
modificar el esquema de trabajo actual, centrado en fomentar
las medidas de confianza mutua, para trabajar en la defensa y
la seguridad cooperativa frente a nuevas amenazas no
convencionales.
9. 9. Reenfoque económico
• Pese al flujo de capitales en ambas vías todavía
prevalece la asimetría en el intercambio. No hay
complementariedad.
• Esto debe romperse incrementando el comercio y
profundizando el TLC, fortaleciendo los ‘joint ventures’ y
‘clusters’ binacionales en sectores como el energético y
desarrollo de la infraestructura, a más de mejorar la
condición migratoria de los respectivos nacionales.
• Pero debe avanzarse en una participación equitativa en la
cadena productiva: el Perú no puede limitarse a vender
materia prima para que Chile la industrialice y exporte.
• La interdependencia económica, es factor de reducción de conflictos, pero se
necesita recuperar la confianza pública (no solo la empresarial) y mejorar las
normas y marcos reguladores.
10. 10. Un nuevo rol empresarial
• Tras la ejecución del fallo de la CIJ se podría avanzar en
la complementación empresarial:
• Por ejemplo, la ‘inversión cruzada’ entre los países es vital para
atraer capitales chinos
• Al margen de nacionalidades, los empresarios deben
apostar por el desarrollo de mercados conjuntos y
configurar un escenario atractivo para las inversiones
asiáticas. Es el turno del sector privado.
11. 11. La clave mediática
• Los medios de comunicación han cumplido hasta hoy dos
roles naturales: información ‘objetiva’ y opinión en
defensa de las respectivas posiciones nacionales.
• Tras el fallo tendrán un papel grave: decodificar la
sentencia, administrar la crisis del impacto inicial y
contribuir a la construcción de la nueva agenda bilateral.
• Es vital que los medios no sean simples cajas de
resonancia de múltiples intereses y sensibilidades que la
mayoría de las veces les son ajenos y poco
comprensibles a la nación.
12. 10. El rol de la Academia
• Todavía prevalecen factores que dificultan los avances en la
agenda bilateral:
• Por ejemplo, imágenes nacionales contrapuestas derivadas de la infausta
Guerra del Pacífico, la influencia desvirtuante de la política interna en los
dos países y la facilidad para la exacerbación de los conflictos.
• Desde la Academia debe trabajarse con mucho más creatividad
para incrementar la fuerza integradora del proceso de
interculturalización. Un modo puede ser el fortalecimiento del
intercambio artístico y cultural.
• El gran aliento debe darse a forjar una nueva visión compartida
para adentrarnos en el siglo XIX.
13. Revisión educativa
• El horizonte compartido debe ser trabajar en aras de una
Cultura de Paz.
• El gran eje debe ubicarse en enriquecer el concepto de la
no – violencia en reemplazo de la polaridad guerra - paz.
• La escuela es fundamental en la formación de los
ciudadanos del futuro. Estos deben conocer y estar
conscientes de las experiencias del pasado, pero deben
tener también buen conocimiento del mundo en que viven
y requieren criterios fundamentados en el respeto de sí
mismos y de los otros.
• Por tanto las estrategias de enseñanza de la historia común
requieren revisarse para que no sea fuente de pasiones
pasadistas ni mera trivialización de las posibilidades
compartidas de futuro.
14. En resumen…
• La sentencia de La Haya tocará fibras muy sensibles de
la identidad nacional de ambos países.
• Pese a ello, confiamos en que el fallo se respetará y la
sentencia se ejecutará.
• Por tanto, el reto es cómo nos preparamos juntos para
este escenario y contribuimos a que todos los estamentos
nacionales (no solo los gubernamentales y empresariales,
sino también entre los sociales, académicos y mediáticos)
se involucren activa y ordenadamente.