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VI. Aprendiendo avivir en aldeas 

£s PROBABLE que, en los valles de Tehuadn y Oaxaca, eI tipo de agriculwra mas
amiguo practicado en eI Arcaico Tardio se basara en las P!ecipitaciones pluviales.
lncluso en la acmalidad, eI cultivo de maf1: de temporal cs eI tipo de agricultura
mas comun en eI Valle de Oaxaca. y tambien eI de mayor riesgo. EI valle recibe un
promedio anual de 550 mm de lIuvia, pero tsta apenas es suficiente para sustentar
una cosecha de maiz en un ano promedio.' Es probable que en tres de cada 10 anos
la precipitaci6n decline por debajo de 500 mm. amenazando con la perdida de las
cosechas.
Sin embargo. a 10 largo de los rios principales del Valle de Oaxaca, corre una
faja de tierra en la que eI manlO frd.tico se halla tan cerca de la superficie que crea
una zona de aluvi6n permanentemente humeda ~ue los zapotecas Haman yuh
kohp en su lengua-. Cuando eI ma{z se siembra en aquella zona, sus rakes pue­
den eXHaer agua continuamente por acci6n capHar, ayudando ala planta a sobre­
vivir entre lIuvia y lluvia. Los campesinos zapotecas tambitn conservan el agua en
eI suelo mediante una cuidadosa escarda, a fin de que la humedad no sea acapara­
da por orras plantas. En las areas en donde aun se siembra con el antiguo bast6n
de plantar, los campesinos hacen cavidades poco profundas para cada semilla, alte­ lem
rando 10 menos posible eI resto de [a superficie.
La faja de manto frdtico alto, 0 yuh kohp, fue esencial para eI esrablecimiento
de la vida sedentaria en el Valle de Oaxaca, ya que casi codas las primeras al­ FIGURA VI.1. HaeM la Ipoea
m qu~ fa vida aftUana S~
deas del valle (1700-1200 a.c.) se hallan contiguas a este tipo de terreno. Debido
tstabkcio m aAltiplano
a que la yuh kohp s610 existe en menos de 10% del terreno del valle, los sitios de mocieano, las mazoreas tiLL
las aldeas antiguas deben de haberse escogido con cuidado, a mas de hallarse muy malz hablan alca1W1do
espaciados para reducir al mfnimC? la competencia por aquel preciado recurso. tl tamafia d~ uta mutstra
proatiLnu d~ una curoa uea tiL
Induso Gheo-Shih, eI campamento de macrogrupo arcruco descriw en el capItulo IV,
las areanfas tiL uhuaedn.
se hallaba simado cerca de una faja de yuh kohp a 10 largo del Rio Mitla.
No sabemos cuando decidieron los indios de Oaxaca hacer del cultivo del mafz
su actividad economica mas imporrante, opci6n que cambi6 para siempre tanto
, Kirkby, !<)7J. p. 31. 79
ht;l'R~ ·L~. Creodll del Rio AtoYlir. cerra del Sino 5-8-128 (Santa Ine.. Yatuche) en el Valle Grande. !l}70.
LtI/:,j" de ,z!lI/!f()1I p('m"lf~entemellf(, /J/lntrdfl 11 10 Ifligo da rio s(·llama )'uh kohp en zaporero.
i1!&2iȣ5&W2E
los parrones de asenramiento como las insriruciones sociales. Sin embargo, su
decision pllede haberse basado en 1<1 crecienre producrividad del mail. al aumenrar
d Um;110 de 1.1 mazorca ~l 10 largo de siglos de seleccion humana.
Los esrudim de campo de la geograf<l Anne Kirkby muesrran que los campe­
,111m zapOlecas no considcran que valga Ia pena limpiar y cultivar Ia rierra a menos
que se pueda esperar un rendimienro de 200 d 250 kg/ha demaiz.desgranado.!!
Kirkb' rambien descllbrio una relacion estadistic cnue Ia longimd y eI rendi­
mienro promedios de 13 mazorca demaiz..Segunsusdlculos.elmaiz.primirivo de
Tehllacin put·de haber rendido unicamenre de 60 a 80 kg/ha. Con aque! rendi­
mielHo era dificil que valiera Ia pena erradicar 105 ~irboles de mez.quj[e (que a su
'ez producel1 de 160 a 180 kg/ha de vainas) para sembrar maiz..4 Sin embargo.
hacia 1700-1)00 a.C.. las ma20rcas de md!Z habian aumelHado de camano gracias
.l Ia ~de(cion humana. al grado de que tal vez hayan rendido 200-2S0 kg/ha. Este
hecho Ilo(.lble ocurrio cerca de Ia fecil;l en que los indios de OaxaCI se habian
propuesro vivir en aldeas perm:lnellres cercana" a Ia me;nr tierra de labranza.
iCuJb tiJeron las Implicaciones de :Iquel proposiro? Es evidenre que nuestros ;lC­
rores prehis!oricos habian decidido que 1) erradicar arboles de la yllh Irohp; 2) sem­
brar maiz, frijol y calabaza con basron de pbnrar; 3) escardar: 4) cosechar. y 5) al­
macenar granos constiwia una mejor esrrategia que recorrer miles de kil6merros
cuadrados en busea de alimento. Sill duda, siguieron c:lzando animales del monee
y recolecranJo planras silvestre,. pero esras acrividades ahora corrian a cargo de
"g.rupos de traba;o" enviados desde la aldea.
(ada bll1lilia consrruia Sll casa en el si[io eseogido para est:lblecer la aldea. Los pi­
I,lre~ de bs Llsas eran postes de pinos [latdos de las l11ontailJS, y sus {echos esraban
"-"kl" "r;
nnl.  r )-..:,rkl)', !'):"-. "lnJiv'dtl.d ,IIlJ CnmflH.1f11f:- R."potl:(.'~ [0 R.lin(dl ',Iri.lhilit:, In ();D'::~ICI, .1..");io)".
,11 .:u,,,,r/ fl.1:.ud, 1.0,"'- Rrglll",d. filJd (;/O/hr!. Cilhcrt F Vhi!" kH,nr·). 1'1'. II,)-"H
. ;"'".111  l'I.H)Hl'IT. 1')- i. -'TIll" lhi~in" 01 :!!rtlllhUft,". Annual J<1'1'Irlf' 0/ Anti'l"flpn/ngr !;, pp. .!"K~2.)9.
Aprendiendo II uiv/r
en aldefl.i
FIGURA VLJ. Las Cilifl; de 

bajareque con lee/,O, 

de paja. semejanlfs " f{u dr 

1500-1000 a.C. todil!'ia.'1' 

wan en a/gulla5 partf; del Val/,' 

d" OilXtlrd
0 COl
FIGURA VIA- LO;J050S
dr almaanamien{(J usados por
:los primeros aMrllllo,
ollxaqueiios tel/iall Jontttl
de bo({'/Ia di' t/(lf{'rr/o
('on HI ('orte tmllS/'I'rilil.
~ . . .
I
I
Aprmdimdo a IJillir
I I'll alclem
I
I
I FIGURA v1.5. Lecho rocoso bajo 

10/11 de Ins primailS aldens 

dc' Oaxaca. Lo; hoym pequeiios

I .iOIl pam IOJ pi/ares de la casa; 

10.; /luis grandes fon foso; 

dr IIllllilcenamiento 

I /I homos de fierm. 

I
cubierros de juncos 0 hierbas. Las paredes se hacian de fardos de canas atadas unJS
a orras y luego recubiertas de arc!lla segun el esrilo arquirectonico lIamado de
I "bajareque". Sob'~e el simple suelo de tierra apisonada iba una capa de arena del
rio para proveer una superflcie seca y tal vez una 0 dos esteras de juncos para dor­
mir, Cerca de la casa, cada familia cavaba fosos de almacenamienro para eI malz
cosechado. De rTi:lyor ramano que los fosos visros en Guila Naquitz. aquellas uni­
dades de almaccnamienro tal vcz hayan comenido hasta una ronelada metrica de
maiz desgranado, 0 eI abasro anual para una familia de cuatro a cinco personas.
I 	 La lJida en asentamientos mayores
Una de las consecuencias involuntarias del sedenrarismo fue que, para enronces. b
I genre vivia de manera permanenre en grupos mayores. Algunas aldeas primitiva~
tenian de 50 a 100 personas. superando por amplio margen a los campamenros de
macrogrupo del Arcaico. La poblacion humana se hallaba en crecimiento. Una
I 	 de las posibles razones es que la prodllctiva agricuitllra en terreno de aluvion lUI'
medo hahia elevado 13 capacidad del valle para alimenrar a la genre. Una menos
obvia es que, por si solo, eI proceso de volverse sedentarios incrementa la pobla.
,
I cion. Con frecuencia, los cazadores y recolecrores migranres sufren de monalid,ld
infalHii relacionada con el viaje, yes posible que espacien los nacimienros de Slh
hijos a 10 largo de l1luchos ailos par resultarles problematico lIevar ninos pequelw,
en viajes largos. Habiendose animado a vivir en aldeas en forma sedenuria, algu­
nos cazadores y recolectores antes nomadas vieron crecer sus poblaciones, en pane
por b menor mortalidad infanril y en pane debido al menor espaciamiento entre
uno y otro .1Iumhr;lmienro.'
/
'Lew., H. BinfnrJ ... X , J. (:tl.l~ko. JL. l~r:-6. "~ull.Hnilir nl,'mn~rarhir Hi-aory: A Pro'(h.'.HI'l' (:.bl" ~'Il
J 

s~ 	 {)('1IIo.~r"fjlii ..-11Jlhrop"/o"f!..Y: fj:flIt!11ft1lll'(, ,,1flwt};/d'I'..;. FILl 1-. Xto Zuhn).- ((OInp. i. pr. (l -14  

1J
Sea como fuere. hacia 1700-1200 a.c.. los ocupames del Valle de Oaxaca vivIan.
como nunca ames, en asemamiemos mayores. Durance todo eI Arcaico, es posible
que cualesquiera conflictos sociales se resoivieran dividiendo eI campamemo. siendo
las familias descomemas 0 mal avenidas las que tenlan que parrir. Asi. las familias
ames n6madas empezaron a establecerse, pues hablan adquirido vlnculos con una
franja de tierra humeda del fondo del valle. tal vez una 0 dos hectareas que habian
sido apartadas para su uso. Tambien habfan inverrido trabajo en una casa y una
serie de hoyos de almacenamiemo, por 10 que se mostraban reacios a abandonar eI
lugar.
Por consiguience, uno de los grandes reros a los que se enfremaron los aldeanos
del periodo de 1700-1200 a.c. fue hallar modos para imegrar comunidades mayores
y resolver los conflicros sin escindirse. Oero de los desaffos consisti6 en defender eI
area de buena tierra en que se hablan asemado, protegiendo su autonomfa de los
vecinos envidiosos. Ambos retos condujeron hacia instituciones sociales descono­
cidas en periodos ameriores.
De nuestra lectura de los datos etnograficos y de la teoria social de la evolu­
cion, hemos inferido la aparici6n de esas instiruciones; sin embargo, como hemos
de ver en capitulos subsiguienres. detectarlas en eI regisero arqueol6gico exige
ciecta labor.
Aprendiendo a vivir
en ald~as
FIGURA VI.6. Algunos
tU loi lugam dontU
los arqu~ologos buscan
ahora los orlg~n~s tU fa vido
s~tUntaria y fa fobricacion
d~ alfor~ria tn M~soarnlrica.
FIGURA VI.7. Algunas de las
vasijas de Cl'rdmica mas
antiguas de Mexico imitaban
fa forma de una escudilfa
de cafabauz.
FIGURA v1.8. Una escudilfa de
cafabauz (arriba) comparada
con una primitiva vasy'a de
barro I'n forma hemisftrica de
Oaxaca (abajo). Nowe
que fa vasija de barro inc/uso
til'ne "hoyuelos" en el borde.
en donde fa escudiLfa de
cafabauz tiene fas marcas
de su rabiLLo. Didmetro de fa
escudiLfa de cafaba:m: IJ) cm.
Los origenes de fa aldea
Nadie esta seguro de como ocurrio la uansicion a la vida aldeana. Puede haber
sido un proceso erdtico, en eI cual varios grupos arcaicos se aproximaron al seden­
tarismo en afios buenos, alejandose de el en anos de sequia para luego volver a
aproximarse. La cada vez mayor dependencia de las plantas domesticas ejerce una
atraccion centripeta para permanecer en la mejor tierra, en tanto que la dificultad
de transportar una tonelada metrica de ma{z desalienta la migraci6n. Por oua
parte. es posible que un ano de s610 100 mm de precipitaci6n pluvial consriruyera
un fuerte impulso centrifugo a dispersarse de nuevo en microgrupos familiares.
En Tlapacoya, a orillas del Lago de Chalco, en eI sur de la Cuenca de Mexico,
Christine Niederberger excavo los restOs de un grupo arcaico que a su juicio ya
habia establecido "residencia prolongada 0 permanence en eI mismo sirio".6 Su
argumemo es que eI encorno ins61iramence rico de las riberas del Lago de Chalco
puede haber proporcionado alimemo para todo eI ana; pero no se enconrraron
casas permanenres en eI sirio. En eI desecho habia plancas y animales de las rempo­
radas de lIuvias y de secas; 10 mismo puede decirse de Guila Naquin. Todo 10 que se
necesiraba para recolectarlos era que un grupo lIegara en agosro (a fines de la tem­
porada de Ilutias) y se quedara hasra enero (a mediados de la remporada de secas).
Sea como fuere, los daros de Niederberger nos recuerdan que el Alriplano mexica­
no era un mosaico de entornos ricos y pobres. Algunos entornos ricos, como la ribera
del Lago de Chalco, pueden haber aportado suficiente alimenro silvesrre comple­
memario para mantener jUntOS en un campamento de macrogrupo (0 en una aldea
incipience) a los primeros campesinos durante los anos de bajo renltimiento de maiz.
En eI surgimienro de las artesanias. que resulran mas comunes en una aldea que
en un campamento temporal, pueden encomrarse indicios de creciente sedenra­
rismo. Una de esas artesanias es la manufacrura de ceramica. La ceramica riene
vemajas sobre las calabazas, dado que con ella se pueden fabricar recipienres de
mucho mayor ramano y ponerse directamente sobre eI fuego. A su vez, aquellos
recipienres mas grandes y mas pesados son 10 ultimo que un buscador hubiera
querido arrasrrar a 10 largo de 50 km de senderos montanosos. En una aldea, una
tinaja de agua de IO lirros se consriruye en rrasro permanenteen la esquina de la
cabana rechada de paja, con una escudilla de calabaza mas pequena que sirve de
cucharon.
Los complejos de Purron y Espiridion
En algun momento entre 1900 y 1400 a.c.. los indios de los valles de Tehuadn y
Oaxaca empezaron a hacer ceramica de color amarillo a marron. sin decorar, de
algunas formas simples: vasijas hemisfericas y jarrones redondos con y sin cuello.
La mayor parte de esas formas semejan imitaciones en ceramica de recipienres de
calabaza. La muesrra que obruvimos de esta antigua cera.mica eSta limirada a 389
fragmentos proveniences de dos sitios arqueologicos. La muestra mas antigua. 127 frag­
• Chrisr;ne Niederberger. 1979. "Early Sedentary Economy in .he Basin of Mexico". Scimo: 20). p. 1)7.
Aprendiendo tl IJilll},
('II tlldcd,
FiGURA VJ.9. f~m{'
dl'la rertimim mtis allfiglla
dl' Mixiro jil(, hallada I'll III
CUI'Ifa dl' PI/non, fit ('/,irido
Valle de TrI'wlCtill,
FIGURA VLlO. StIIl/a_,,;
Alof,ote. un sitio al 011'(' lib/'{,
('// el men05 dndo tidl"
dl' OIlXlI(I', prorilli" iglltllllll"ll"
ratill/im /,I'i",illl'll
IllUH'i'. fHmil'l1C dc' b (:lIeva dc Pmroll. en d Valle de ldllladn, que h;1 sido de­
IlIlIHin.lcl.l (:1lIllf1kjo de Purnin.' Un:1 mUl'Slr;l Ill;i~ rl'cil'nre. 2.(,2 fr:lt:m<.:IHOS, pro­
"',Ie- ,Iv .111 1,1,,: iln~"{C:I orilias dd Rio AWY:1(' en el Valle de OaX;1(a,' Esta
uiIIIH.1 Il1UnlLI. Il:lI1ud,1 Compll'lo EspiriLiH)Il. ful' as<)ci:lJa;1 I()~ vt'sti~im de una
,.1'.1 ,Ie- h.II,lrc·cluc lociliuLia en 10 qut' apal'l'IHl'lllc'IlIC hahL1 sido una aldea. La
I11lIl"II.l ,Ic- I'ur!.ill. que pJ'Ovillo dc dos habrracioliD ubicadas en lin abrigo roco­
'''. ul 0 rUe' .Ih.llldoll.lda pm Ull "grupo de ILlb:ljo" elWlado dl'sde :t1gull;l aldea
l"d.ni.1 11" dc,cubll'rt:l. Inuli/ada C'11 :1lgllll lugar de 1m alrl'dedon:s,
( ."Ilt.iI11')' (lll1 t;111 POLO, il1dicio,s de cStc periodo qUl' IIns cs imposihk n:lOI1S­
lrllil JllII.'>[IO p.l([(ll1 de .ISl'I1t.lIl1icmo y .,uhsi,ceIKi;'. y UHl mavor rnoll SlI orgalli­
1.1 1,'11 ,,,ci.d Todn I" L]1,C podl'll1oS dccir <.:s que Lt primer:1 ;ddcl perm;11ll'tHt'
,1"111111.11'.1 .1,,1 .• II,ioJl hl'IIl1c,d" llc-I Rio .'IOV,ll. ,'Il "1 Valle lk ()axacl.
I),;l.d.j' 1.1. "~I'!. I fld.lhl.. , Pl'I~'I"fln  i(nH ' 1LlilIlt'I. I',-n, li,,' {',,-/t"iPJi' of ;1lt' l;dln flj
"~I ' I, ,111/1, '. PI' ,.(,
LIlI I:" I'}')_~. I'f'· -~,.,-. gs
VII. La creaci6n del prestigio
en la sociedad igualitaria
LA PALABRA "IGUALITARlO" es una de las peor entendidas en la reoda evolucionista.
Casi todas las sociedades de cazadores y recolectores son descritas como igualita­
rias; 10 mismo ocurre con las sociedades aldeanas auronomas.'
Sin embargo. pidase a 10 arqueologos definir una sociedad igualitaria y cinco de
ellos contestaran: "una sociooad en que £Odos son iguales en prestigio y posicion".
Respuesta erronea, dado que no hay ningunasociedad en la que todos sean igua­
les en prestigio 0 posicion. EI hombre diestro al que se e1ige como lfder de ca'la
durante una batida de antClopes en la Gran Cuenca goza de mayor prestigio que d
cazador y recolecror comtin y corriente.1
En Nueva Guinea, el comerciante chimbu
que acumula recursos a fin de construir la Casa de los Hombres para su pueblo
tiene mayor prestigio que el miembro promedio de la tribu.l
Los etnologos que calihcan de "igualitarias" a las sociedades de caz.adores y reco­
lectores y de aldea auronoma no quieren decir que carezcan de diferencias de posi­
cion. Quieren decir que cualesquiera diferencias de posicion u adqui~rm, no S~
h~redan. En las sociedades igualitarias, los individuos pueden adquirir prestigio
por su edad avanzada, por sus hazanas personales 0 por la acumuladon de bienes
cuamificables. Pero no heretian una posicion e1evada, como ocurre en las socieda­
des compuestas principalmeme de linajes 0 de un estraro noble.
Lamenrablememe. muchos arqueologos consideran que "igualitario" significa~
"homogeneo". Asumen que las personas de aqudlas sociedades son una especie de
monedas acunadas en la misma casa, y cuando encuenrran indidos de heteroge­
neidad .....-.como es inevitable que ocurra-, erroneamente concluyen que han des­
cubierro un "senorio".
Con frecuencia cada vez mayor. en los libros de arqueologfa vemos frases como
"recolectores complejos de alimenros" 0 "complejidad precoz". Los adjetivos son
superfluos. Solo nos dicen que, en la sociedad igualitaria, algunos de nuesrros
colegas esperaban una simplicidad y una homogeneidad que, por principio de
, Monon A. Fried. 1967. Thr Evolution ofPolitical Socirty. 

, Julian H. Steward. 1938. &<in-Plauau Aboriginal Sociopolitical Groups. 

, Paula Brown. 1972. Tht Chimb,,: A Study ofChangt in tht Nrw Guinta Highlands.
La creacion delprestigio
m fa sociedad igualitaria
~ 
I
I
I
I
I
~ I
cuentas. no estaba aliI. Para gritar "sociedad jerarquica. 10 unico que algunos ar­
que610gos necesitan es hallar unos cuantos entierros con objetos de concha, como
si los miembros de las sociedades igualitarias nunca hubieran usado ornamentos.
Elprestigio en las sociedades igualitarias
Como ejemplo de heterogeneidad en la sociedad igualitaria, podemos volvernos a
los indios pueblo del suroeste de los Estados Unidos. Sus aldeas tal vel. sean aut6­
nomas, pero su sociedad esta lIena de diferencias de posici6n social. Por ejemplo,
entre los tewas, hay tres niveles de "ser" en la tierra y tres mas en e1 mundo del
esp{riru.4
En 10 alto de la escala terrestre estin los patowaJ 0 Personas Hechas, cuyos ailos
de servicio calificado a la comunidad han hecho de ellos Ifderes rituales. Se han
elevado a su posicion por medio de una jerarqufa de ordenes fraternas, empezan­
do por la sociedad de la "cabellera" para elevarse por las sociedades de "cal.a".
"bufon ardiente" y "medicina de oso". En eI fondo de Ja escala se hallan las Per­
sonas de Comida Seca, tewas comunes que no ocupan ninguna posicion oficial en
el sistema politico 0 ritual. Por 10 general. las Personas Hechas pueden escoger
asistentes rituales 0 towa I entre las Personas de Comida Seca. pero eras determi­
nado periodo de servicio, estos asistentes regresan a la reserva de la Comida Seca.
En tanto estan de servicio, los towa I median entre las Personas Hechas y las
Personas de Comida Seca; por oua parte, las Personas Hechas median entre eI
mundo humano yel mundo de los espfritus.
Los tewas nos ensefian muchas cosas acerca de las instituciones de la sociedad
de aldea autonoma. La aldea se divide en grupos de familias ligadas entre sf, en
tanto que los grupos se vinculan mediante ordenes fraternas que atraen a miem­
bros de ambas unidades. La base para pertenecer a una de aquellas ordenes es el
servicio ritual y comunitario. EI punto focal es una eseructura especial (Hamada
kiva en el caso de los tewas) yen los ritos se induyen trajes, artefactos y paraferna­
lia especiales. Si bien no hay jerarqufa hereditaria -rodos los miembros de la
aldea nacen te6ricamente iguales-, entre los adultos existen grandes diferencias
•de presrigio porque algunos tienen la habilidad y la ambici6n de ascender en la es­
cala ritual en tanto que otros no. Significativamente. se cree que los individuos de
mayor prestigio mantienen una relaci6n mas estrecha con el mundo de los esp{rirus.
En las tierras altas de Nueva Guinea es posible encontrar otra serie de socieda­
des aldeanas autOnomas.l·g
Una vel. mas y en ausencia de jerarqufas hereditarias.
corresponde al sistema ritualla responsabilidad de producir diferencias de posi­
ci6n adqu!rida, 10 que Raymond Kelly llama "una jerarqufa de fa virrud".9
• Alfonso Ortiz. 1969. Tht TtWIt WorM: Spae<. Timt. Bling and B«oming in a Pr"blo Socitty. 

, Roy A. Rappaport. 1968, Pig, for tht Anwtorr: Ritu4/ in tht Ecology o/N~ Guinta PtOpli-. 

, Paula Brown. 1972, Tht Chimbu: A Study o/Changt in Iht N~ Guinta Highlands. 

, Frcdrik Ba"h. 1987. COlm%gitJ in Iht Malring: A Gm('rativ(' Approach 10 Cultural Variation in Inn('r 

Ntw Guinta.
• Bruce M. Knaufr. 1993. Sourh COilJI Ntw Guinta Cu/tum: Hiltory. CompllriIun. Dia/uNt:.
88 • Raymond C. Kelly. 1993. ConJlTucring Intqultlity: Tht Fllbrit:lltion 0/11 Hi"lIrr:hy o/Virtllt Among tht EtorQ.
"'.. ..-.. .....
Entre los chimbues hay yomba pondo, 0 Grandes Hombres prominenres que
hablan en las reuniones del clan. participan ampliamenre en eI inrercambio entre
regiones y mantienen nexos fuera de su propia comunidad.'o Por debajo de dlos
est:in los Hombres Prominenres, que son mas productivos que el promedio, tienen
dos 0 mas esposas y reclaman algunos dependientes y seguidores. Los Hombres
Ordinarios producen 10 suficienre para sus familias, pero tienen pocas aspiracio­
nes a la prominencia. En eI fondo de la escala estan los yogos. Hombres de Nada
u Hombres Basura, que no pueden mantener una esposa, producen poco y s610
parricipan marginalmente en eI intercambio.
Los Grandes Hombres chimbues se constituyen en lfderes s610 por su ambici6n
personal y sus logros en la producci6n de alimentos. las actividades en grupo, la
guerra entre aldeas y las ceremonias. Segun Paula Brown. "proponen empresas y
atraen seguidores. pero no pueden castigar a quienes no puedan seguirlos".11 Los
Grandes Hombres patrocinan fiestas, son fanfarrones. amenazan. asesinan yenca­
bezan ataques contra orros grupos para vengar insultos 0 araques a sus seguidores.
Tambien reunen los recursos y la fuerza de trabajo para construir la Casa de los
Hombres que, como la kiva de los tewas, es eI punto focal de la actividad ritual.
Fredrik Barth nos ha ofrecido una fascinante mirada a aquellas Casas de los
Hombres 0 Utemplos" de recho de paja entre los oks montafieses de Nueva
Guinea." Un ejemplo de elias es eI katiam. un templo destinado a curar trofeos de
caza y ofrecer sacrificios cuyo objeto es e1evar los rendimientos agricolas. En eel se
pueden guardar diversos huesos de los antepasados. Entrar en eI katiam depende
de que un hombre no sea iniciado, de que 10 sea en parte 0 de que 10 sea por com­
pleto en eI sistema ritual. En una aldea ok, se encontr6 a II hombres totalmente
iniciados que vivian en el katiam; 15 parcialmenre iniciados habian asistido en
diferentes ritos en eI templo y a 128 no iniciados nunca se les habCa permitido la
entrada. Los hombres iniciados por complero habian planeado algunas cacerias
secretas que luego realizaban con ayuda de los hombres parcialmente iniciados.
Luego de la caza, se ofreda a los antepasados algunos ani males que habian sido
consumidos alrededor de uno de los diversos fuegos sagrados.
Un segundo tipo de remplo ok, el yo/am 0 Casa de los Antepasados, es una
estructura no residencial dedicada a riws de mejoramiento agricola y guerra. EI
yol4m puede contener dos fuegos sagrados, asi como multiples craneos de antepa­
sados de muchos c1anes diferentes. Solo los hombres iniciados por completo pue­
den entrar en eI a decir plegarias y hacer ofrendas; esta excluida la mayor parte de
los miembros de la aldea. Alii se planean ataques contra enemigos de la aldea y se
realizan ritos para que rengan exiro. No es sorprendente que esos templos con fre­
cuen'cia sean las primeras esuuCturas incendiadas cuando una aldea es atacada.
Nuestros ejemplos de Nueva Guinea revelali algunas orras instituciones de la
sociedad aldeana amonoma: J) Es muy importante conservar a los antepasados en
las inmediaciones. Un individuo se integra a un gran grupo de familiares mediante
'0 Paula Brown. '972. Th( Chimbu: A Study ./Changf: in the N(w Guin(a HighlnndJ.
"Ibid. p 53.
" Fredrik Barth. '987. COlmoiogirs in the Malting: A Generative Approach to Cllitllral Variation in Inna
/Vru' Guinta.
La cr~aci6n tk/pmtigio
m 14 Joci~dad igualitaria
La cr~acion dapmtigio
en fa Jociedad igualitaria
FIGURA VILI. Las vasijas
d~ forma hemisftrica d~ fafas~
Tiaras Largas confr~cuencia
osuntan barras () galones
de pintura roja.
la descendencia compartida; los espfritus de los antepasados estan invitados a parti~
cipar en las a~tividades de los descendientes; fa constante presencia de los amepasa~
dos, sea en entierros. sea con partes de esqueleto curadas, hacen que la agriculcura y
la guerra sean satisfactorias, fortaJedendo e! derecho de una persona a determinada
parcela. 2) Los ritos masculinos y femeninos se llevan a efecto en lugares distintos:
los masculinos en la Casa de los Hombres, los femeninos en el hogar. 3) Pese a la
ideologfa igualiraria, eI punto focal delrito masculino es una casa en la que no se
puede entrar sin antes aJcanzar deem nive! de presrigio. 4) Es probable que la cons~
trucci6n de la Casa de los Hombres haya sido dirigida por algun comerciante
importante: algun hombre que haya acumulado excedemes. comeeciado, organi­
zado fiestas, alimentado trabajadores. dirigidola mano de obra y encabezado un
araque.
Opciones de asentamiento en la fase Tierras Largas
Demos ahora una mirada aJ primer periodo de la prehisroria del VaJle de Oaxaca,
en que son detectables las instituciones de la aldea aut6noma. Aquel periodo fue
la fase Tierras Largas (I400~Il50 a.c.). tsta fue rambien la primera fase cuya alfa­
reria esta desorada de tal manera que, al estudiarIa. resulta reconocible de inme­
diato. AqueHa decoraci6n --<.:aracterizada por las franjas. las barras y los galones
.de pintura roja- hizo posible que eI proyecro de Parronesde Asentamiento ubi­
cara cuando fnenos 19 asentamientos permanentes de la 'fase T'ierras Largas!J
EI examen de los patrones de asentamiemo de la fase T'ierras Largas revela varias
dases de het~rogeneidad. Todos menos uno de los 19 asemamientos permanentes
fueron aldeas de menos de tres hecrareas. A decir verdad. en su mayor parte no
pasan de una hect:irea. 0 sea aJrededor de las dimensiones de Gheo-Shih. Ello sig­
ninca que 1a aldea mas pequena conocida de la fase T'ierras Largas tenfa aproxima­
damente eI tamano del campamento arcaico mas grande que se conoce.
£1 segundo asentamiento de la fase Tierras Largas es un grupo de nueve areas
residenciales discretas en forma de herradura, con un total de apenas siete hecta­
reas. Esta aldea vagamente totalizada, San Jose Mogote. tal vez tenga tres veces el
tamano del segundo sitio mas grande del periodo.y siete veces el.de unaaJdea'd­
pica. Tambitn posee caracrerfsticas que no seencuentran enningunacomunidad
mas pequena, 10 mal sugiere que eI ramano no era 10 mas importame.
Hay varias maneras de estimar la poblaci6n del valle durante la fase Tierras
.Largas. £1 proyecro de Parrones de Asentamiento us6 el coenciente de 10-25 perso­
nas/ha'1 de la "aJdea compacta de baja densidad"j este coenciente arroja estimacio­
nes que van de 185 a 463 personas, cuya media es 325. Por orca parte, nosotfos
basamos nuestras esrimaciones en excavaciones practicadas en la aJdea de Tierras
Largas (el sitio tipo para aquella fase), las cuales sugieren que' una hectarea de
asentamiento puede haber tenido de cinco a 10 familias' 0 25-50 personas.'! Este
enfoque produce estimaciones que van de 463 a 925 personas para eI valle, con
'J Kowalewski rt ttl. 1989. p, 56. 

.. William T. Sanders. 1965. Thf Cultural Ecology oftht Hotih"""cdn Vall". p. so. 

•, Marcus C. Winter. 1971. <csis de docrorado in~dita,
Ch,., Ill. 100% laborabl.,
cras., III, 10% laborable
Sin cuhivar
No "slUdiadas
L.~_ _L.~~~.--' km
FaS<' Tiaras Largas
una media de 693. EI proyecto de Patrones de Asentamienro esrima que San Jose
Mogore, la mayor comunidad del valle. puede haber tenido 71-186 habirantes. Ba­
sada en las excavaciones, nuesrra esrimaci6n seria de 170-340 personas, Pese a los
diferentes merodos usados, esras esrimaciones se rraslapan en eI rango de 170-186
personas.
Considerese ahora oua fuente de hererogeneidad: las aldeas de la fase Tierras
Largas no esraban distribuidas uniformemente por £Odo eI valle. Mas de 50% de la
poblacion esrimada de Tierras Largas vivia en nueve comunidades de la region de
Eda, eI menor de los rres brazos del valle. Un grupo de cuarro aldeas se agrupaba en
el centro del Valle Grande pero, fuera de e1lo, esre brazo mayor del valle esraba
FIGURA VII. 1. Aldens de Ia flue
Tierras fargas. sobrepuestas en
un mapa del Valle de Oaxaca
que muestra clases de tierra
agricola.
91
he fl·, '11.;.1:1 uw [.[.[f"
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de' 1.1, 12(401);1 de lilTLl de Clast' J dd Valle ,it- O:lxao, ) 117 ha f)lInkn "lh'l!1
ILlrSl' ell el slIhvalk de ErL!.'" Orra,, qi ha (;'xisrell t'll ('I Valle Gr;lnd" ..Il'l ll{lnL
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pane dd v;llic se ie..; cOl1lp;ua. pues Ia n:git'm orienc}1 d~ Tlacolub (Ielle ml'llm ~k
La clasificacion de tierra agricola en el Valle de Oaxaca
La ~aciJn d~1prmigio
en la lociedad igualitaria
En 1973, la ge6grafa cultural Anne Kirkby hizo una divisi6n de la tierra de culti­
vo del Valle de Oaxaca en seis categorfas, con base en eI modo en que era usada:
1 Agricultura de manto fre;hico
2 Agriculrura de manro freatico marginal
3 Riego por canal
4 Agricultura de abundance agua de desbordamienco
5 Agricultura de poca agua de desbordamiemo
6 Agriculrura seca
En 1989, la arqueologa Linda Nicholas consolid6 las seis categorfas de Kirkby
en tfes dases, con base en los rendimienros del mall.:
I. La Ti~rra tk Cwe Jconsiste de "tierra de manro freatico" y "tierra de riego
por canal" que produce los rendimientos mas altos y seguros (habitllalmente
mas de dos roneladas metricas de mall. por hectarea con las variedades de mall.
actuales).
II. La Ti~a de Cwe 1I consiste de tierra "de manto frea.tico marginal" y "de
agricultura de abundante agua de desbordamiemo", que suele producir 1.2-2.0
toneladas metricas de mall. por hectarea con las variedades de mall. actuales.
III. La Tiara de ClaSt III consiste de tierra "de agriculrura de poca agua de
desbordamiento", que suele producir menos de 1.2 toneladas merricas de mall.
por hectarea con las variedades de mall. actuales.
Para d traze de los pianos de sitios arqueologicos de todo eI valle sobre tipos
de tierra, son mas conveniences las areas de uso del rerreno de Nicholas, por ser
mayores y formar menos mosaico que las de Kirkby. Sin embargo, para cienos
periodos primitivos, en ocasiones se debe usar la c1asificacion mas fina de esta
investigadora, porque separa la agriculrura de manco frdtico (que era importan­
te hacia 1300 a.c.) del riego por canales (que puede haber surgido con posterio­
ridad).
400 ha. Cuando se sobreponen rodas las comunidades de la fuse lierras Largas en
eI mapa de uso de la rierra del valle trazadopor Nicholas, 16 de 19 sitios son adya­
centes a tierra de Clase I.
Nuesrra conclusion esque, con algunas excepciones no explicadas, las familias
de Tierras Largas consrrulan sus casas sobre pendientes libres de inundaciones que
dominaban de manera inmediata la tierra de ClaseI(habitualmente yuh kohp 0
aluvion humedo). La region de Edano solo contaba con mayor extension de esta
c1ase de tierra sino que rambien era el brazo mas angosto del valle. Por tanto, para
los campesinos de Eda el trayecro era mas corro a las montafias boscosas, en las
cuales se provefan de venado, plantas silvesrres y madera para la construcdon.
Aquellas diferencias de entorno quiza ayuden a explicar las diferencias de pobla­
cion entre los varios brazos del valle, pero son insuficientes para explicar eI rama­
no desproporcionadamente grande de San Jose Mogore.
93
• •
La creacion dt'iprestigio
m &. sociedad igualitaria
FIGURA VII+ Plantas
carboniuuias de aldeas
de 1S00-S00 a. C 1m aValle de
Oaxaca. a) Mawrca de ma{z
fragmlmtatUz, fase Tiaras
Largas; b, c) pequdias ma:wrcas
de malz can gluma..< mduruitids
(multado de la croZtl
can u:osinte), faSt San Josl;
d) fragmmto de ma:wrca de
matz, fase San Josl; c) vaina de
teosinte, fase San Jost;
f) frijoks comunes, fast
GuatUzlupe; g) Stmilla de
calabaZtl, fase San Jost;
h) semilla de tuna, fase Tiaras
Largas; i) semillas
de chile, faSt San Jost;
j, k) semillas de aguacau, fiJI!
GuatUzlupe; I, m) mascaduras
dejibra de agave,
fise Rosario. Longitud
de a: 3.2 cm.
La agricultura de fa fase Tierras Largas
Expuestas como estan a los elementos, las aldeas primitivas carecen de los abun­
dantes vestigios vegetales de las cuevas secas. No obstante, sumergiendo en agua
los residuos de ceniza se puede lograr que la vegetaci6n carbonizada flote en la su­
perficie.'7 Entre las plantas carbonizadas de las comunidades campesinas primiti­
vas del Valle de Oaxaca se induyen cereales. legumbres y orros vegetales, condi­
mentos e incluso cosechas de huerto. Aunque hubo adiciones posteriores al
inventario, la mayor parte de los producros b:isicos de la civilizaci6n zapoteca tar­
dfa se haHaban presentes hacia 1500-500 a.c.
Durante eI ultimo milenio, del que la fase lierras Largas no file sino el capitulo
inicial. los aideanos oaxaquefios culrivaron mall. emparentado con el nal-tel yel
chapalote. dos variedades antiguas que todavia se encuentran en Mexico y Cen­
troamerica. Como es obvio. el teosinte creda junto con eI mall., como hierba del
campo 0 como culrivo deliberado; eI mail. adquiere resistencia a la sequia y vigor
c
b
~
e
0 .­
t.h • • i
I
" Fiann<ry (comp.), 1976, pp. 104-105.94
hfbrido cuando se cruzan ambas plantas. Tambien se sembraba calabaza y frijol
comun, ral vez directamente entre el maIz.EI chile agregaba sab~r y vitaminas ala
dieta, en ranto que eI aguacare se habra consticuido en eI primer cultivo de arbot.
Se comian ranto eI agave como eI nopal. pero como ambas plantas se propagan
vegetativamente, es dificil decir si los restos carbonizados eran silvescres 0 domes­
rlCos.
De las estribaciones y las montaiias. los aldeanos segufan recolectando plantas
silvestres. como nuez negra. vainas de la familia de las acacias y fruta del almez y
del organo. Con los carbohidratos que aportaban el mafz y eI agave asado, la pro­
teina del frijol y de la carne de venado, las grasas del aguacate y de las piezas de
caza, ademas de las vitaminas de la feuta y del chile, los aldeanos de Tierras Largas
tenlan a su disposici6n una dieta variada. Es mas, dado el camano y la productivi­
dad de las mazorcas de maiz de la fase Tierras Largas, sospechamos que eI Valle de
Oaxaca incluso pudo haber mantenido a muchas mas personas de las que tenemos
noticia.'8
Aquellos primeros agriculrores continuaban cazando venado y pecad. pero su
esuategia de caza habia cambiado: al parecer, ya no usaban dardos de adad con
puntas de pedemal. ya que estas se hal/an virtualmente ausenres en su desecho.
No eS[a claro 10 que significa este cambio. Podrfa reflejar un paso a partidas de
caza mas nurridas, que usaban dardos de madera endurecida al fuego y largas redes
extendidas entre dos 0 mas cazadores; estas esnacegias eran conocidas en Chiapas,
al sur de Oaxaca.'9
Los aldeanos de la·fase Tierras Largas tambiln atrapaban conejos. palomas,
codornices y orras pequenas piezas de caza, extraian ropos de sus milpas y reco­
gian rortugas de cenegal de los remansos de los rios. Los perros domesticos -que
se cree que fueron introducidos en eI Altiplano mexicano desde America del Norte
entre 2500 y 1500 a.C.- medraron en las aldeas de la fase Tierras Largas y eran
comidos regularmente. Hasta donde podemos decirlo. roda familia disponfa de
carne de venado. Esta situadon igualitaria cambiaria en'periodos ulreriores, cuan­
do la poblaci6n credo tanto que dejo de haber sullciente venado para rodos.
La vida en unaaldea de lafase Tierras Largas
Para cener una idea de la vida en una aldea de la fase Tierras Largas, veamos eI "sitio
ripo" que da su nombre al periodo. Situado en las esuibaciones de una montana
como la que se muestra en la Ilgura VII.3, lierras Largas domina eI terreno de alu­
vi6n del Rio Acoyac, en la parte sur del subv~lIe de Eda. Aunque Tierras Largas
((~cnicamente domina tierras de Clase II (vease recuadro, p. 93), ellugar se halla
muy cerca del minimo de 2 000 kg/ha para la tierra de Clase I.
Durante la fase Tierras Largas, esce sido fue una aldea de cinco a 10 familias que
cubrfa un area de 1.58 a 2.24 ha.1<) Cada propiedad familiar parece haber consisrido
La creaciOn delpmtigio
en La Iociedad igualitana
" Nicholas. 1989. p. 463. 

'. Gareth W. Lowe. 1959. Arrha~obtgi('(I1 Explcrarion ofw Upp~r GrijalVd: Riva; Chiapas. Mmco. p. 7. 

,. Marcus C.Wintct. 1972. (csis de doctor~do incdita. 
 95
:..................................---------­
La creacion delpmtigio
en fa sociedad igualitaria
FIGURA VI1.5. Ruomtruccion
artistica dlt fa Casa LTL-I
en Tierras Largas.
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de una casa, un patio de entrada para actividades en d exterior y una serie de fosos de
almacenamiento cercanos. La Casa LTL-I de la fase Tierras Largas Tard{a puede
servir de ejemplo. Blanqueada con lechada de caJ, la casa de bajareque cubria alre­
dedor de 4 x 6 m; al oeste del patio de entrada, hab{a una serie de fosos de almace­
namiento con una capacidad promedio de 1.5 ml.
Aquella familia de quid cuano a cinco personas estaba dedicada a la agriculrura
(como 10 demuestran los granos de ma{z y las semillas de aguacate carbonizados),
a preparar alim.~nros (como 10 demuestran I4 fragmentos de piedras de moler), a
cazar y arrapar animales con trampa (como 10 demuestran los huesos de venado, .
conejo, liebre, topO y tortuga de cenegal) y a coser (como 10 indican las agujas de
hueso). Asimisino habfa indicios de vida social y ritual. En un foso de almacena­
miento se encol1traronhuesos de ala de Ara mifitans. 0 guacamayo azul verdoso,
usado profusamente por sus plumas. Quo foso revel6 fragmenros de un tambor
hecho del caparaz6n de una tonuga, perteneciente a Ia especie Damatemys maw;i
de las tierras bajas.
Tanro el guacamayo como el tambor fueron importados de regiones rropicales
fuera del Valle de Oaxaca. Como ya hemos mencionado, las sociedades de aldea
am6noma practican numerosos ritos, en los que generalmenre se induye comida,
bebida. musica y rrajes hechos de partes de animales, plumas y concha marina. Es
claro que alguiende la sociedad de Tierras Largas negociaba para obtener parafer­
',' nalia ritual de otras regiones de Mexico, la cual era mas valiosa segun la distancia
de la que provenfa.
Desde el Arcako Tard{o en Cueva Blanca, los ocupantes del valle hablan recibi­
do pequefias cantidades de conchas marinas de la costa. Ahora, al aumentar las
necesidades ntuales y con una poblaci6n estimada cinco a IO veces mayor que: la
del Arcaico, eI tcafico de conchas cobraba visos de flujo constante. Las comuni­
dades de la fase de Tierras Largas Tard{a importaban de la costa del Padfico
madreperla (Pinctada sp.), ostra marina (Spondylus sp.) y caracoles de estuario.
AI parecer, durante la ocupaci6n de la Casa LTL-I, ~rios miembIOs de la familia
murieron y fueron sepultados cerca de ella. Una mujer, de 20-30 afios de edad, fue
entercada al oeste del patio de entrada; orca mujer adulta 10 fue en un foso de alma­
cenamiento, tal vez par hallarse convenientemenre abierto y fuera de uso en el
momento de su muerte.
.,. . - ~ ~ .... --.. . _.... ~ - .. •• - I'
. . .
En orro foso de almacenamiento, un hombre de 40 anos fue sepultado totalmen­
te exrendido boca arriba. Resulta significativo que en el reUeno de aquel foso se·
incluyeran mas de 70 fragmentos quemados de argamasa con impresiones de cana
procedentes de las paredes de una casa. Es posible que aquel hombre fuera un jefe
de familia mayor de edad, tras cuya muerte la casa fue incendiada deliberadamen­
re y sus vesrigios enterrados con el. Tambien podrla ser que eI hombre y su casa
hubieran sido vfctimas de algtin ataque.
La muertey los antepasados
Los antepasados desempenaron diversos papeles importames en la sociedad de la
fase Tierras Largas. Una de las maneras en que se integran las aldeas aut6nomas es
mediante Ja pretensi6n de grandes grupos de personas de descender de un antepa­
sado comtin. Asimismo, sepultando a sus antepasados.en tumbas 0 cementerios
del asentamiento, los aldeanos se: de:muestran a sf mismos y demuestran a sus veci­
nos que poseen derechos heredirarios a dererminado trow del mundo.
Los cerros y eI pie de la montana del Valle de Oaxaca segufan siendo
"campo abieno" de las tierras no desarrolladas: eI quijxi, como 10 Haman los
zaporecas hoy en dfa. Lo mas probable es que aquel campo abieno fuera com­
partido amis£Osamente, ya que £Odos lo~ aldeanos nec;sitaban disponer de postes
de pino, pedernal, cal, pigmento de: he:madta, piezas de cata y sal. Pero alrede:dor
de cada aldea habIa entonces un "campo interior" mejorado por la consrrucci6n
de casas, la excavaci6n de fosos, el desmollte de yuh kohp y la sepulwra de los ante­
pasados. Existe fa certeza implkita de que aquel campo interior era defendido de
los forasreros."· 11
.. Eric R. Wolf. 1966. PtltJants. p. 21. 

a Rich.rd I. Ford. 1968. (csis de docror.do inedif2. 

La creacion cUIpmtigio
en fa sociedad igualitaria
Vasija hcmisferica rojo
··'" sobre am2rillo
1. :---.j~
. ':., j
CDc?­
FIGURA VlI.6. Entierro 29
tk SanJosl Mogott, un hombre
tk mds tk 40 anos tk edad.
Jepuitado en posicion setknu.
FIGURA Vl1.7. Trabajadom 1tk SanJosl Mogote excavan
ef mtierro tk un varon untado.
97 	 1
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'I,fll,;//,' tI,< FrI,l. /.,1/'''(['' IIlfi, dliligu" d"I,iffl))i" 111," tI I,'re·,! drIN,:" Amy,/,<. /} )111' I',,{(; 1'1/ Itl 1'111'/1' iIIl'l'rior dr I" jn/o<
l'" ...... _ _ _ .. _ _ . . . . . _ _ _ _ _ _ - . . . .. . . as~; .
La forma en que se enterraba a los antepasados nos dice que la sociedad de
la fase Tierras Largas aun careda de muchas de las instituciones ulteriores de los
zapotecas hist6ricos. Ninguno de los entierros halladoshasta la fecha muestra
algun signo de bienes suntuarios. No tenemos casos de entierros de esposo y
esposa; todos, hombre 0 mujer, eran rratados como individuos. Lasposiciones
de inhumaci6n no se apegaban a ninguna norma. Si bien la mayorfa de los difun­
tos se colocaban en posici6n rendida, podian estar pronos 0 supinos; rener los
brazos a los costados 0 plegados sobre eI pecho; y orienrarse casi hacia cualquier
direcci6n.
Tres entierros de la fase Tierras Largas Tardia (uno de Tierras Largas y dos de
San Jose Mogore) sobresalen por su diferencia. Todos son hombres de mediana
edad y estan enterrados en posici6n sedente, muy flexionados, 10 que sugiere que
estaban firmemenre envueltos. Por diversas razones, sospechamos que eran indivi­
duos que habfan obtenido e1evada posici6n, tal vez analogos a los hombres "total­
mente iniciados" de las.tierras altas de Nueva Guinea o las. Personas Hechas que
habfan pasado por todos losniveles de la sociedad de los indios pueblo. A este res-,­
pecto, estamos influenciados por la importancia de enrierros sedenres en socieda­
des mexicanas y cenrroamericanas ulteriores (capitulo VIII). Sin embargo. insisti­
mos en que nada de 10 enconrrado en esos enrierros de la fase Tierras Largas
implica una posici6n h"~dada.
Otra dave de la importancia de los anrepasado~ en la vida aldeana puede en­
conrrarse en las figurillas humanas de la fase Tierras Largas; hechas del mismo
barro cocido de las vasijas de alfarerfa, su frecuencia aumenr6 en eI transcurso del
periodo. En su mayoria represenran mujeres y todas se enconrraron en casas 0 en
sus desechos.2
) No estaban presenres denrro ni en los alrededores de los pequefios
'.' Robar D. Drennan. "Rimal and Ceremonial Development a[ the Early Village Level", en Flannery y
Marcus (comps.). [98,. pp. 46-50.
La cr~acion delpmtigio
m fa soci~dad igualitaria
FIGURA VlI.9. Figuriilds
tk lafast' Til'TTas lArgas.
(Izquierda) Fnnmina;
(derecha) mascuiina.
99
La cr~acion d~Ipmtigio
en fa soci~dad igualitaria
FIGURA VII.IO.
Ruonstruccion artfstica d( una
Casa d( los Hombr(s
,u !Lz fas( Ti(rras Largas.
SDem
1 Cal
apagada
FIGURA VII.lI. P!Lzno y vista
transvasal,u un foso limo d(
cal m un~ Casa ,u los
Hombm iU !Lz fas( Ti(rras
Largas.
edificios publicos que se describiran Ifneas adelante, a los que consideramos anilo­
gos a las Casas de los Hombres 0 a los "tempios de iniciados" de las aldeas aut6no­
mas. Pensamos que la mayor parte de aque!las figurillas representan antepasados
femeninos y forman parte de un complejo ritual femenino cenrrado en el hagar.
Creemos que habia un complejo ritual masculino aparte, concentrado en las Casas
de los Hombres, a cierta distancia de la casa familiar.
La vida en fa aLdea masgrande del valle
Como ya hemos visto, San Jose Mogote era la mayor comunidad del Valle de
Oaxaca por diversos 6rdenes de magnitud. EI sitio es disperso en el nivel
domestico, pero agrupado respecto del resro de la regi6n de Eda.
Consiste de nueve areas residenciales discretas -cada cual aparen­
temente de las dimensiones de una aldea en cualquier otro lugar del
valle-, que ocupaban siete hectareas de estribaci6n del pie de la mon­
tana en la margen izquierda del Rio Atoyac. La estribaci6n esta rodeada por tres
lados de tierra de Clase I, hecho que por si solo no basta para explicar su ins61ito
tamano y configuraci6n. Alguien, 0 alguna instituci6n, mantenfa aglutinado a un
mimero sin precedente de personas.
Para la comprensi6n del sido consideramos importante el area residencial del
extremo oeste, donde se destinaron ala arquitectura no residencial 300 m'. En
cierto momento de la fase, aquella area estuvo dominada por un edificio de una
camara que creemos analogo al yofam de los oksmontaneses, 0 el kiva de algun
pueblo sudoccidental. Peri6dicamente se arrasaba cada uno de aquellos edificios y
se construia uno nuevo, aparentemente en eI mismo sitio. Por medir no mas de
4 x 6 m, aquellas construcciones s610 podian haber albergado a una fracci6n de la
comunidad. Dado su pequeno tamano. creemos que estaban restringidas al
equivalente de los "totalmente iniciados", esto es, un subgrupo de los hombres de
la aldea.
Si bien tenian paredes de canas y arcilla, los edificios diferfan de las residencias
ordinarias por diversos conceptos: I) se orientabanaproximadamente ocho gra­
dos al oeste del norte verdadero, orientaci6n compartida por edificios religio­
sos ulteriores de Oaxaca; 2) contenfan de dos a tres pilotes de pino mas que las
casas ordinarias; 3) a los pisos y las paredes '(interiores y exteriores) se les apli­
caban multiples capas de argamasa de cal, que les daban un color blanco puro;
4) los edificios en si se colocaban sobre plataformas rectangulares de hasta 40 cm
de altura, recubiertas de cal, yel acceso a la puerta se hacfa mediante pequenos
escalones insertos en la plataforma; 5) algunos de aquellos edificios tenian un
foso de almacenamiento incorporado en el piso, recubierto de cal y ubicado en
el centro.
Cuando se les descubrfa intactos, los fosos mencionados se hallaban !lenos de
cal en polvo, almacenada tal vez para usarse con alguna planta ritual como el taba­
co silvestre (queeza en zapoteco), el estramonio (nocu?ma COhUlJ 0 el dompedro.
En tiempos de la conquista espanola, tanto los zapotecas como los mixtecas utili­100
zaban tabaco silvestre mezclado con cal durante sus ritos.4 •16 Los zapotecas crdan
que poseia poderes curativos y podia aumentar la forraleza fIsica;7 10 que hada de
eJ una droga adecuada para ser usada antes de las incursiones.18
No creemos que alguien viviera realmente en aquellos edificios, los cuales fue­
ron dejados virtualmente limpios. De tal suerte, no pueden compararse con edi­
ficios como el katiam de Nueva Guinea, donde realmente residen algunos varones
mayores. Los consideramos estructuras de entrada restringida en donde un peque­
no numero de hombres "totalmente iniciados" podian reunirse a planear incursio··
nes 0 batidas de caza, realizar ri[Os agrkolas, fumar 0 ingerir plantas sagradas ylo
comunicarse con los espfritus. Aunque en aquellos pequenos edificios blancos no
se encontraron huesos ni reliquias de los antepasados, tal vez sea significati­
vo haber encontrado cerca dos de nuestros entierros sedentes de hombres de
mediana edad.
,Quien construy6 aquellos edificios? En primer lugar, ni en eI esfuerzo de la
mano de obra ni en las materias primas involucradas hay alguna sugerencia de que
interviniera nadie ajeno a San Jose Mogote. Pese a sus dimensiones, no poseemos
indicios de que esta aldea haya superado la au[Onomfa de las aldeas cercanas. En
segundo lugar. un enfoque centrado en el actor nos obliga a reconocer que alguien
pJane6 la construcci6n de cada uno de aquellos edificios, organizo y alimento a los
obreros. dirigio eI trabajo y obruvo eI credito por hacerJo. Por consiguiente, San
Jose Mogo[e debe de haber tenido una sucesi6n de dirigentes socialmente ambicio­
sos seleccionados por sf mismos, que sablan como transformar en obras publicas
presrigiosas su excedente agrkola difkilmente logrado. El registro etnografico nos
dice que esta c1ase de hombres acumula mas que su cuota de esposas, familiares y
allegados. tanto como un cuerpo de seguidores que Jes obedecen a cambio de favo­
res y de gloria. Es probable que durante la fase Tierras Largas aquella c1ase de
FIGURA VILl2.. Unos trabajtUiom
comtruym un muro tU protfccitin
alrrduior tUipiso rrcubiato tU cal dr
Ia Estructura 6, una Cl1Sa dr los
Hombm dr San Josl Mogotr.
Es claramrntr visibir rlfoso ubicado
rn rtcrntro para Ia cal m polvo.
" Mezd.do can cal en paiva. d .,b.cn era us.do par los zaporec2S p.ra I••divin.ci6n. Vbse Jos" Alcin.
Franch. 1993, Calt:ndario y rrligion mm 10, rAPOl_COl, pp. 84.85.
" Los miXlec.s ,.mbi"n us.b.n t.b.co pulverizado par. sus rito•. Veasc Jill L. Furst, 1978. Cod",
Vin,u,bonmli, M(xicanu, I: A Commmlary. pp. 9. 18.
,. Los moras masricaban ,.baco pulveri12do. Vease CCU1 Pacheco. 1960. U'Of. cortumbuf, rdigion: fUpn-slicio­
n",u 10, maYIlJ. p. III.
" Whireco[{on, 19n. p. 137.
•• Redmond. '994.
La creacion delpmtigio
m fa sociedad igualitaria
101
La creacion delpmtigio
en fa sociedad igualitaria
liderazgo y no simplemente la tierra de la Clase I haya atrafdo a nueve grupos de
familias a San Jose Mogote.
Ahora, permftasenos considerar por un momenco como puede el "sistema"
haber conformadoa los actores de la fase Tierras Largas. Recordemos la dicotom{a
de Wiessner encre: I) eI riesgo compartido entre los miembros del grupo, y 2) eI
riesgo aceptado por la familia.>? Remonrandonos al Arcaico, los habitantes de
Oaxaca habfan empezado a aceptar eI riesgo familiar. En las aldeas de 1a fase
Tierras Largas, 1a familia nuclear de cuatro a cinco personas aun parece represen­
tar una importance unidad de residencia. siembra, almacenamienco yaceptacion
del riesgo, separada por 20 0 40 m de su vecino mas proximo.
En un sistema basado en eI almacenamiento privado, siempre hay potencial
para que una familia siembre mas, trabaje con mayor ahfnco y acumule mayor
excedente agrkola que sus vecinos. Andando eI tiempo, d jefe de esa familia puede
sufragar mas esposas, atraer mas seguidores, realizar mayores incercambios y sus­
cribir la construccion de mas edificios publicos que otras familias. Potencialmente.
e110 podrfa violar dena etica igualitaria. pero puede haber circunstancias mirigantes.
En algunas sociedades, eI exito agricola se atribuye a la ayuda sobrenatural del
mundo del espfritu y la edificacion de una Casa de los Hombres se considera parrio­
rico. Con trabajo arduo, generosidad evidente y un poco de ayuda del mundo es­
piritual, pueden crearse grandes diferencias de prestigio en una sociedad igualitaria.
Ef contexto mas ampfio de fa /llJe TierrllJ LargllJ
Desde luego, los cambios sociales de la fase Tierras Largas no se dieron en el vado.
Pese a las agrestes montanas que rodean eI Valle de Oaxaca, los aldeanos de la fase
Tierras Largas se hallaban en concacto con sociedades que experimentaban cam­
bios simi/ares.
Estilos ampliamente compartidos en la decoracion de la alfarerfa vinculan eI Valle
de Oaxaca con muchas otras regiones. Por ejemplo, la fase Tierras Largas com­
parte un complejo de vasijas, botellas y jarras rojo sobre amarillo con comunida­
des de la Cuenca de Mexico. el Valle de. Tehuadn ..en Puebla, el Valle de
Nochixtlan en el norte de Oaxaca y la Canada de Cuicatian. futa esfera del "rojo
sobre amarillo" de las derras altas se disipa a medida que se lIega a las tierras bajas
de Tehuancepec, donde la sustituye una esfera ceramica que vincula a Chiapas
con el sur de Veracruz.J°
Las familias de Tierras Largas recibian productos exoticos de orras regiones.
tal vez mediante la estrategia de establecer "sodos comerciales". Algunos, como la
obsidiana, aparentemente Ilegaban a las familias, incluso en las aldeas mas pe­
quenas. Otros. como la cera~ica negra lustrosa de barro no local, solo parecen
haber Ilegado a San Jose Mogote. Orros productos mas, como las conchas mari­
., Pauline Wiessner, 1981. "Beyond Willow Smoke and Dogs' Tails: A Comment on Binford's Analysis of
Hunter-gatherer Settlement Systems'. Amrrican Antiquity 47. pp. 17H78.
l<' John E. Clark. "The Beginnings of Mcsoamnica: Apologia for ,he Soconusco Early Formative", en Thr
Formatu:m ofComplt:r Socirty in S()uthraJUm Mrroamaua, William R. Fowler, Jr. (camp.), '99', fig. 8.102
La creacion delprestigio
en fa sociedadigualitaria
FIGURA Vll.I}. Lfmiw
aproximados d~ fa zona d~
~stilo aramica "raja sabr~
amarillo"a fa qu~ p~rtm~da t!
Vall~ tk Oaxaca durant~ fa fau
Ti~rras Largas. Al~sU fJuuiaba
fa zona tk ~$tilo aramico
Locona.
nas, lIegaban a San Jose Mogote en mayores cantidades que a las aldeas pequefias.
Ello podrfa significar que los mismos Grandes Hombres que atra'an a tantos segui­
dores a San Jose Mogote tambien participaban intensamente en el intercambio.
Algunos de los mecanismos de aquel intercambio se puedendeducir siguiendo
la pista del movimiento de la obsidiana gris desde un yacimiento cercano a Otumba.
en fa Cuenca de Mexico. Un estudio de Jane Pires-Ferreira muestra que cuanto
mas lejos de Otumba quedara una aldea menos obsidiana recibia de aquel yaci­
mienra." Las aldeas ubicadas en un radio de 40 km ~e Otumba (un viaje de uno a
dos dias) recibian casi toda su obsidi~na; aquellas localizadas a una distancia de
245-390 km (un viaje de 8-12 dias) recibfan tal vez una tercera parte. Este patron
sugiere que la obsidiana de Otumba paso lentamente de las aldeas de la Cuenca de
Mexico a las aldeas de Tehuadn y Oaxaca, guardando cada aldea parte de 10 que
recibia y pasando el resto "a 10 largo de la linea"Y
Igualmente interesante era la heterogeneidad de su uso una vez que la obsidiana
habia lIegado a aldeas como Tierras Largas.ll Al parecer, rados los hogares ten'an
cierto acceso a ella, pero las fuentes y las cancidades variaban considerablemente
de una casa a ona. La Casa LTL-t(descrita previamente en este cap'tulo) recib'a
84% de su obsidiana de una fuente situadaa 100 km al norte de Tehuadn. Una
casa cercana recibfa 70% de la suya de Otumba. Algunas casas tuvieron hasta 25
piezas de obsidiana, orras solo una. tste es eI patron que podrfa esperarse si cada
casa se hubiera procurado su obsidiana por sf sola. Se trata de un patron t1pico de
las sociedades aldeanas autonomas, en el que cada familia puede tener socios comer­
ciales. parientes politicos, amigos 0 parientes ficticios en las regiones vecinas.
Creemos que este tipo de intercambio, negociado individualmente por cada
" Jane W. Pires-Fer«ira, 'Obsidian Exchange in Formative Mesoamerica", cn Flannery (comp.), 1976,
pp. 292-)06.
.. EI concepto d... inr...rcambio -. 10 largo de la Ifnea" fue propu..-<!O prim...ram...nre por A. A.• Rendrcw,
J. E. Dixon y J. R. Cann, 1968, -Further Analysis orNear Eastern Obsidians". Proudingsofthr Prrhistoric
Socirry )4. p. )29·
" Marcus C. Wimer y Jane W. Pires-Ferreira. "Distribution ofObsidian Among Households in Two Oaxacan
Villages", cn Flann...ry (comp.), 1976. pp. 306-311. 103
La creadem delprestigio
en fa sociedadigualitaria
F!GURA Vl1.I4. Cuarte planta
tklMonticulo 6 tNtk Paso tk Ia Amada,
base tk un posibu "umplo
Itk inicil1dos"en Ia costa tk
Chiapas. Nouu o J
I I
el dobu portico. Metros
familia con socios comerciales -y presumiblemente redproco--, era eI "comer­
cio" dominante de la fase Tierras Largas. Solo en San Jose Mogote vemos indicios
de que empezaba a surgir un comercio mas elaborado, acaso negociado por los
mismos Grandes Hombres que dirigieron la construccion de las Casas de los Hom­
bres. Aquel comercio puede haberse extendido mas alia de la esfera del rojo sobre
amarillo, vinculando a Oaxaca con regiones mas lejanas.
(Que estaba ocurriendo en aquellas regiones mas lejanas? Algunas de elIas pasa­
ban por cambios evolutivos similares a los de Oaxaca, en tanto que otras no.
AI parecer, la costa chiapaneca del Padfico fue una segunda region de Me­
soamerica en la que surgran dirigentes fuertes de la comunidad, atrayendo seguido­
res y compitiendo para erigir "templos de iniciados" cada vez mas grandes. Sin
embargo, las estructuras de Chiapas no eran similares a las de San Jose Mogote,
que actualmeme son unicas en su forma rectangular, su uso primitivo del estuco
. blanco, sus fosos Henos de cal y su orientacion. Los edificios de Chiapas son tan
.,.diferentes que sugieren una tradici6n arquitect6nica independiente de las tierras
bajas; tambien son mucho mayores que sus comraparres oaxaquefias.
Para echar un vistaw a aquellos edificios nos volvemos hacia el vilIorrio costero
de Paso de Ja Amada, excavado por John Clark y Michael Blake.H·J! EI Momfculo 6,
uno de los mayores tumulos de tierra de aquel sido, contenfa una secuencia de
cuando menOI siete estructuras -tal vez mas- reconstruid~ una sabre otra entre
1400 y IIOO a.C. AI parecer, todas tenian identica orientacion, aproximadamente
noroeste-sureste.
!. John E. Clark y Michad Blake. 1990. "Investigaciones del Formalivo Temprano dellitoral chiapane,o.
Temporada 1990". informe multicopiado dirigido allnstim!o Nadonal de Antropologfa e His!or;a.
" Michael Blake. "An Emerging Early Formative Chiefdom a! Paso de I.. Am..da. Chi.pas, Mexico", en Th,
Fonnl1fioll 0/Compl,,( Socifl] i1l Soulhrafurn M(fOamcritd. William R. Fowler. Jr. (comp.), 1991, pp. 27-46.
La cr~aci&n tklpmtigio
m ia Ioci~dad igualitaria
N magnbico
• Hoyo del poste 

- - LImite del piso 
 Metcos
Como puede apreciarse en las figuras VIl.14 y.YII.I5, aquellas estruccuras eran
edificios ovales de bajareque. El que se asocia con la cuarta plama (vease la figu­
ra Vl1.14) tenia 21 m de largo y II de ancho y des~ansaba sobre una plataforma de
tierra de 0.75 m de alto. Estaba abierta en ambos de sus lados longitudinales y
cada una de aquellas entradas estaba flanqueada por un p6rtico que remacaba una
escalinata de tierra. En los excremos opuescos del edificio habfa un par de fogones,
<:Jue recuerdan los "fuegos sagrados" gemelos del joiam de Nueva Guinea.
A semejanza de las Casas de los Hombres de fu fase Tierras Largas, de las que
son comemporaneas. las estructuras chiapanecas se conscruyeron una encima de
ona sobre el Monticulo 6. Una etapa posterior. asociada a la segunda planta.
media 17.5 por 9 my tenia un plano absidal con rres grandes pilotes centrales para
soporrar el techo; cuando menos 25 pilotes mas aparedan a 10 largo de las paredes.
<:Jue no estaban recubiercas de mortero de cal sino de arcilla. Blake estima que 25
personas se habrfan llevado 20dfas en construir aquella estructura)6
Si bien no siempre es facil saber si las estructuras de ba;areque son residencias 0
edificios publicos, existen siete razones por las cuales interpretamos como publicas
aquellas imporrantisimas estructuras de Paso de la Amada. I) Todas elIas fueron
conscruidas sobre uno de los momIculos mas elevados de la aldea, ubicaci6n tfpica
para edillcios publicos. 2) Varias de las estructuras conten{an ofrendas de dedica­
cion debajo del piso, rasgo comun de los cemplos, pero no de las residencias
primitivas. J) Cada estructura represencaba inversi6n en mana de obra muy su­
perior a las posibilidades de una familia; asociamos ese esfuerzo con la cons­
truccion publica. 4) Si bien no era raro que los templos !11esoamericanos prirni­
"'ldrm.
FIGURA VlI.I5. Srgunda planta
tkl Montlculo 6 m Paso
tk Ia Amada. bau tk un
pOJibk "trmplo tk iniciadm"
comtruido sobrr Ia cuarta
planta. con Ia misma
orimtacion.
La creacion delpmtigio
en fa sociedad igualitana
I06
tivos se reconstruyeran sobre eI mismo lugar. siguiendo eI mismo plano. no cono­
Cemos ejemplos de residencias primitivas reconstruidas siete veces de ese modo. sJ Los
fogones gemelos y las grandes puertas gemelas de la cuarta planta nos parecen
caracterCsticas de una estructura ritual. A semejanza de los cemplos posteriores de
Monte Negro (vease eI capftulo xn). sugieren un edillcio en el que los iniciados
entraban por una puerta. panicipaban en el rito y salfan por la puerta opuesta. 6) Va­
rios edificios de la secuencia fueron incendiados. posiblemente de manera in­
tencional. Como hemos visto en eI caso de los oks montafieses y los que veremos
posteriormente en Oaxaca. los templos eran con frecuencia blanco de incursiones.
1) Varios de losedificios contenfan grandes vasijas decoradas de servicio y desecho
de alimentos asociados con elias. Los banquetes rituales son una de las actividades
frecuentes en edificios donde se congregan las personas "totalmente iniciadas".
Por tamo, abrigamos la fuerte sospecha de que eI Valle de Oaxaca fue la unica
de varias regiones de Mexico en la que individuos carismaticos fueron capaces de
organizar la mano de obra para obras publicas, atraer gran mimero de seguidores,
organizar asimismo eI comercio y estimular la producci6n de artesanias. Sin
embargo. en ninguna de aquellas areas encontramos todavfa testimonio de que los di­
rigentes dominaran mas de una aldea. Como los de la fase Tierras Largas. los edi­
ficios de Paso de la Amada no muestran indicios de materiales de consrrucci6n
aportados por orras comunidades. Lo que sf muesrran es una forma y una orienra­
ci6n ran diferehtes de las de Oaxaca que las dos rradiciones arquitect6nicas deben
de haber tenido origenes independiemes. ~ste es un pumo importante. porque
sugiere que nos hallamos ante una evoluci6n paralela.
Por ulrimo. nos sorprende nuestra acrual falta de indicios de edificios publicos
simi/ares en la cosra del Golfo. al sur de Veracruz y Tabasco. Hace 30 afios. aquella
lIanura cosrera, en ocasiones denominada region olmeca, se calillcaba de "precoz"
por su evolucion social. Las dos ultimas decadas han mostrado que aquel criterio
era en parte acerrado, en parte hiperb61ico y en parte resultado de nuestro descono­
cimiemo previo de Chiapas y Oaxaca. Entre 1400 y I200 a.c., ciertamente hubo
aldeas en la regi6n oimeca, pero en fechas recientes su ceramica ha sido calificada
de "versi6n provinciana" de la ceramica mas evolucionada de sirios comempora­
neos de la costa chiapaneca.l7
Las limitaciones al crecimiento:
continuidades con elArcaico
Una de las continuidades mas importantes con eI Arcaico que muestra la sociedad
de Tierras Largas es que la dirigencia todavfa no se heredaba. AI acumular seguido­
res, un Gran Hombre elegido por el mismo puede superar remporalmeme la ren­
dencia de su aldea a la escisi6n cuando 6ta alcanza determinado camano; cuando
el mu~re, ya no hay modo de mantenerla unida. Mediante su liderazgo en las
incursiones, puede inspirar la alianza efimera de dos aldeas en contra de un ene­
.1 Mich2d D. Coc y RiCh2ro A. Diehl. 1980, In tht Lana oftlu Olma, vo!' I: Tht Arr:hatology o[San Lounzo
'Ttnochtitldn. p. 137.
migo comun;cuando muere, cada cual va por su lado. Sin dirigencia permanenre.
es menos probable que las aldeas realmente lleguen a ser grandes 0 que a su alre­
dedor se desarrollen redes de caserfos dominados.
£sras limiraciones al crecimiento fueron puestas en claro por Douglas Oliver en
su esrudio de los mumis 0 Grandes Hombres de Bougainville, en las Islas Salom6n.l!
La comperencia de estos lCderes carismaricos por e! presrigio esrimulaba la produc­
cion agricola, la construcci6n de las Casas de los Hombres, la acumulaci6n de los
ornamentos de concha, la manufactura de ardculos para los rims y la coma de pri­
sioneros de orras aldeas. £1 alto nive! de presrigio del mumi se toleraba porque
otros hombres crdan que posela magia 0 recibfa ayuda de poderosos demonios;
cuando moria, su deceso se arribula al sorrilegio realizado por hechiceros de algu­
na aldea enemiga. La muerre de un mumi excepcionalmente poderoso con fre­
cuencia conducia a la ruptura violenta de su rdno de influencia, a menudo para
evirar la magia negra que habfa causado su fallecimiento. Gran parte de su "di­
nero" de concha podia incinerarse en su pira funeraria y su fanrasma ser invocado
mucho ri~mpo despues de su muerte, en la creencia de que aque! fantasma con­
servaba su magia.
Si bien nos muesrra 10 estimulante que un Gran Hombre puede ser para la pro­
ducrividad de una sociedad igualitaria, d esrudiode Oliver tambien ensefia las
limiraciones del mumi. Este podfa organizar veintenas de seguidores, pero no tras­
mirir eI papd de dirigente a su hijo. Se Ie considera~a poseedor de ayuda sobrena­
rural, pero no se esperaba que sus hijos la tuvieran. Podia ordenar a sus propios
seguidores que 10 ayudaran y multarlos si se ~egaban; tambien podfa pagar a
miembros de orras aldeas por su ayuda, pero como aquelJas aldeas segufan siendo
autonomas, no podfa ordenaries que 10 hicieran ni multados en caso de que se
negaran.
,Que ortos cambios deben producitse para que s~ superen las limitaciones ante­
riores? Primero, una manera de garantizar que la aldea siempre esruviera bajo Ja
direccion de alguien con re!aciones sobrenaturales poderosas; segundo, una mane­
ra de indudr a pequenas aldeas a renunciar a su auronomfa y ser sarclires de aldeas
mayores. Creemos que ambos cambios tuvieron lugar en Oaxaca en d transcurso
de los 300 anos siguientes.
La cr~acitJn tktpmtigio
m fa soci~d.u1 igwditaria
,r Douglas L. Oliver. 1955. A Solomon Island Soci~ty: Kinship and L~admhjp among Ih, Siltai ofBoltgainvill(, I07
VIII. El surgimiento de la jerarquia
y la perdida de la autonoffiia
EN LA EVOLUCl6N de cualquier civilizacion hay momentos definitorios, puntos
decisivos en los que se adopta una nueva estructura social. Creemos que eI periodo
que va de 1200 a IlSO a.c. puede haber sido ese punto en la evolucion de la civili­
zaci6n zapoteca. Parecerfa que en aque! entonces se dio un paso importante, un
paso cuyos efectos se pueden ver durante eI periodo de los 300 afios siguientes.
A ese periodo se Ie denomina fase San Jose (Uso-Sso a.C.). y creemos que fue
entonces cuando surgio la jerarqula en e! Valle de Oaxaca. Este capitulo estara
dedicado a la interrogante de como empezo la jerarqufa y a la manera en que pue­
den identificarla los arqueologos.
Los arqueologos difieren en sus explicaciones acerca de la jerarquia. Para algu­
nos, es el resultado inevitable de la presion poblacional sobre los recursos; para
orros, es resulrado de un cambio de id(ologla 0 filosoffa politica. Ironicamente, es
probable que incluso aquellos que buscan las causas de la desigualdad hereditaria
en la presion poblacional 0 en eI dominio de los recursos estrategicos se valgan del
cambio ideologico como prueba de que ha surgido la jerarquia. Esto es, se vuelven
hacia los sfmbolos de la posicion hereditaria y las maneras especiales en que se
sepulta a las personas de e1evada jerarqufa.
En este capitulo, consideramos primero eI testimonio de desigualdad heredita­
ria, sello distintivo de la sociedad jerarquica..Luego consideramos los indicios de
la perdida de amonomia a1deana, sello distintivo que Roberto Carneiro otorga al
sefiorio.
Un modelo de 10J origeneJ de fa jerarqufa
Uno de los estudios c1asicos sobre la jerarqufa es eI trabajo de Edmund Leach sobre
los kachines de las [ierras altas de Birmania.' A 10 largo de los siglos, aquel pueblo de
montafieses mantuvo una gum/ao, 0 sociedad igualitaria, que contrastaba con la de los
reinos shanes de las tierras bajas cercanas. Pero la region kachin era Fuente del jade
, Edmund R. L<:ach, 19)4, Polhind SyIlom ofHighland Burma: A Study ofMchin SocialStruetuu.
£1surgimiento Nats superiores Nan superiores
tk faj~rarqu{a Segunda
I
I Segunda : '" ald
d"o . I . , I IVat etflO
y fa plrdida me lac) n I medlaClon I An d
I : tepasa os
tk fa autonom{a ~ Unidad superior", nat aldeana ---- --- ...... c;:J de jere .
/',. .
Primera " " : ~" ... Linajesefiorial
I  '', Primera':' ~'"
mcdiaci6n
I' /
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" I 1  ',, ,',I  '''~''
(Iinaje: vago)
" I :  , , ' , '  '"
, / . .  ' '-1- ... '
Figura VilLI. El modtdo .. - .. ---- Linajes ._-.... - . . .
deJonathan Friedman para
t t t t t Producci6n- t t t t td cambio tk sociedad I t . . ' I ' I I •
igualitaria a Jociedad t t t t t apropiacion t t t t tjt:rdrquica en t:lsudesu
asiatico. Nat z espfritu
codiciado por los prfncipes shanes, raz6n por la cual estos empez.aron a enviar mu­
jeres de la nobleza a casar con dirigentes kachines. Aquellos matrimonios e1evaron
la posici6n de los dirigentes kachinesy abrieron las puertas del jade a sus suegros
shanes.
EI casamiento con mujeres shanes se impuso a la filosoffa igualitaria de algunos
linajes kachines, dando lugar a la sociedad gurma 0 jerarquica. Considerandose
entonces una elite hereditaria, algunos kachines empezaron a vestirse y a actuar
como nobles shanes. emuhindolos indwo en la adopci6n del budismo. Sin embargo.
eI cambio no fue irreversible, pues aquel comportamiento aristocratico irritaba a
otros kachines que no habfan aceptado la nueva ideologfa. estos derrocaban peri6­
dicamente a sus "nobles" kachines y regresaban al viejo sistema igualitario. Los ka­
chines oscilaron durante decadas entre la gumlao y la gurma.
EI estudio de Leach nos advierte que nQ se puede obligar a la gente a aceptar la
jerarqufa si esta va en contra de su filosoffa polftica. Como aprendimos de los
Grandes Hombres de Bougainville, una cosa es dar 6rdenes y oua muy distinta
ser obedecido.
En tanto que los kachines s6lo aceptabanla sociedad jerarquica peri6dicamente,
.. muchos pueblos del sudeste asiatico 10 hacende manera permanente..Basandose
tanto enlaobra de Leach como en la propia, Jonathan Friedman ha modelado los
cambios filos6ficos necesarios para la evoluci6n de aquellas "formaciones sociales
asiaticas".' Su reconstrucci6n del cambio ideol6gico de la sociedad igualitaria a la
sociedad jerarquica es pertinente para nuestro estudio de los zapotecas.
EI moddo de Friedman empieza con una sociedad igualitaria como las de
Birmania (figura VIII.I). Aquellas sociedades esran compuestas de una serie de Ii­
najes de igual prestigio. Cada linaje local tiene su'propio grupo de esplritus ances­
trales, dispuesto en genealogfas de tres 0 cuatro generaciones. Tarnbien hay un espiri­
tu aldeano. lIarnado nat. que representa d territorio local yal que se considera su
propietario. Este nat aldeanose concibe como antepasadoremoto de todos los
no •Jona!han Fri.dm.n. 1979. Systrm. StTUc/urr, lJ'u/ ContTMiction: Tht" Evolurion of"AJUzric·Sodai Formations.
linajes locales. En un plano todavfa mas elevado, se ubica una serie de nats celes­
dales a los que, en su etapa igualitaria, puede acercarse cualquier linaje con ayuda
de sus espfritus ancestrales.
En eI nivel igualitario, todos los linajes se tuman para patrocinar fiestas riwales
a las que se invita a miembros de las comunidades vecinas. Ofrecer una fiesta ver­
daderamente impresionante se considera testimonio de que los nats han sonrddo
al linaje del anfitrion, puesto que solo con la aprobaci6n sobrenatural puede este
amasar suficientes recursos. Es un poco como la creencia que existe en Bougainville
de que los Grandes Hombres logran el exito gracias al respaldo sobrenatural.
Se da por sentado que cada linaje asume su tumo patrocinando ritos comuna­
les. Sin embargo, en el modelo de Friedman, un linaje trabaja cOD extraordinario
ahinco. acumulando gradualmente suficientes recursos para empezar a hacerse
cargo de la tarea de anfitri6n sobre bases permanentes. En muchas sociedades, este
hecho despertaria celos, pero en el modelo de Friedman se interpreta como indi­
cio de una asociacion mas cercana con los nats. en otras palabras, indicio de que el
linaje opulento realmente Mscimde de esplritus poderosos.
La transici6n a una sociedad jerarquica se logra cuando los vecinos de este lina­
je opulento empiezan a verlo como descendiente directo del nat de la aldea que
posee todas las tierras pertenecientes a la comunidad. Andando el tiempo, tam­
bien los nat! celestiales se transforman; ahora se les ordena por edad (siguiendo las
regJas terrenas de sucesi6n), razon por la que ellinaje humano de alcumia puede
hacerse remOntar hasta eI nat celestial mas alto.
Puesto que genealogicamente se Jo relaciona c9n los esplritus en cuyas manos
esd el bienestar de la aldea, el jefe d~' aquellinaje de elite se constituye en dirigen­
te hereditario. y sirve como mediador entre su comunidad y 10 sobrenatural. Su
~I
ubicaci6n genealogica favorecida Ie da derecho a privilegios especiales, que se tole­
. ran porque la vieja filosofia igualitaria ya ha sido remplazada por una filosofIa de
desigualdad hereditaria.
En rerminos de teoria de la acci4n, este cambio se realiza adoptando uno de los vie­
jos teoremas de la vida igualitaria -Ia creencia de que para amasar recursos se debe
contar con ayuda sobrenarural- y convirtiendolo enla creencia de que eI linaje
mas exitoso debe rener antepasados sobrenaturales. Esrilisto ya el escenario de la per­
dida de la autonomia aldeana.;Como. el nat celestial mas alto gobierna una region en..,
tendida mucho mas alIa de la aldea individual, la autoridad de esos descendientes.
humanos tambien debe ser regional. Entonces se pueden usar matrimonios estrategi­
cos para arar a los dirigentes de las aldeas cercanas allinaje de elite de la aldea de ma­
yor dimension.
El surgimiento de fa "Tierra''yel "Cielo"
EI modelo de Friedman sobre los orIgenes de la jerarquizaci6n es pertinente para
el Valle de Oaxaca por su insistencia en la relaci6n geneal6gica entre los seres
humanos y los esplrims celestiales.· Durante la fase San Jose vemos en el valle de
Oaxaca, grabados en ce'ramica, nuestros primeros ejemplos de los que pudie~an ser
los antepasados celestiales de los linajes humanos.
El surgimimto
M lajaarqula
yla ptlrdida
M la autonomla
III
cundo, mejor ejemplificado por un Rayo (Cocijo), cuyo acompa­
fiante era eI Trueno 0 X60 Cocijo, "Terremoto del Rayon. Los
antiguos oaxaquenos representaban al Rayo como a una fiera ser­
a d piente de lengua b{fida, de cuyos ojos brotaban llamas.~
El surgimimto
de fa jerarqula
y fa ptrditk
de fa autonomla
1
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1
?,' (
~~-J!.. '.C c
FIGURA V1I1.2. La.~uolucidn
tk motivos ntilizados del'
Rayoy tkl Tt:mml:/to
m fa urdmica tk fa fau
San lost. a) EI Rayo
como "urpimu d.:fiu'go
r~alista':' b) vasidn ~stilizati4
tpica tk a; c) vasija fabrada
tk Abasow; d) a Tt:rumoto
como mascardn tk "cab~za
hmdida" r~alista; e) v~rsidn
~stilizada tfpica tk d;
f) vasija fabrada ~ indsa tk
Tiaras Largas.
Para la mayor parte de los hablames de lenguas otomangueanas, entre elias el
zapoteco. la TIerra y eI Cielo eran entidades sobrenaturales importames. En tanto
que, por 10 general. se Ie consideraba benevola, la Tierra posda Ia capacidad de
mostrar ira. La Tierra resenda que la hirieran 0 la quemaran. como cuando se
cavaban fosas para pilotes en su superficie, se recogfan cosechas 0 se desbrozaba
la tierra incendiandola.l Una de las maneras en que la Tierra mosrraba su ira a
los zapotecas era a tcaves de X60, 0 eI Terremoto. cuando su superficie rugfa y se
abrfan grietas en ella. Fue aquella faz iracunda de Ia Tierra la que mas mostraron
en eI arte los zapotecas posteriores. valiendose de un glifo para movimiento 0 de
un mascar6n terrestre malencarado. con una hendidura en e1 craneo. Era fre­
cuente representar plantas que credan desde 1a hendidura de la tierra.
EI Cielo era un lugac tamo de esplritus celestiales como de ante­
pasados metamorfoseados en nubes; el tambien tenCa su lado ira­
La primera vez que el Terremoto y eI Rayo aparecieron en Ia
ceramica del Valle de Oaxaca -alrededor de II50 a.C.- fueron
sumameme estilizados. De tal suerte que bien pueden haber sido
fuerzas sobrenaturales en las que se crda desde tiempo awls y que
s610 en fechas recientes sido habran represemadas en a la ceramica.
EI Rayo se representaba mediante barras grabadas profundamente.
como "u" invertidas equivalemes a las endas de la "serpiente de
fuego" y volutas 0 cuevas que figuraban las llamas de sus cejas. La
Tierra podra representarse como un mapa, con un centro y cuatro
cuadrantes, 0 como Terremoto: un mascar6n finamente inciso con
la boca rugiente de un fdino de craneo hendido.
Al parecer, la TIerra yel Cielo fueron antc:pasados de dertos gru­

pos de descendientes masculinos de algunas aldeas de la fase San 

Jose. AIgunas vasijas que ostentaban esos motivos fueron haJladas en 

entierros de, aI parecer, personajes varones; pero las sepulturas son tan viejas que no 

es posible saber con precision eI sexo de los personajes. Estas vasijas aparecen tam­

bien en entierros de nifios, pero tan pequefios, que tampoco se ha podido deter­

minar su sexo, aunque presumimos que eran varones, pues se han encontrado 

otros entierros de nifios con vasijas, como las anteriores, pero con mujeres adultas. 

Estos dos motivos fueron casi mutuamente excluyentes por su distribudon. Las
a1deas pequefias como Abasolo y Tomaltepec tuvieron unicamente vasijas de Cielo
(0 Rayo); TIerras Largas ruvo casi exdusivamente vasijas de Tierra (0 Terremoto).
En la gran a1dea de San Jose Mogote hubo diferentes barrios residenciales, algunos
de ellos ocupados por personas descendientes de la TIerra y otrOS por descendientes
del Cielo. Aquella dicotomla de los "espfritus celestiales" de los antepasados se
refleja tanto en los entierros como en eI desecho domestico.4
I Julio de la Fuente. '949. YtzLtLtg: 111111 "illa UpDftcll UTTtfntf. p. 165.
• Flann"ry y Marcus. 1994. PP' 136-149.III
El rurgimiento del estatus en los descendientes
Pese a nuesrra incapacidad para identificar el momenta preciso en que tuvo lugar
el cambio a sociedad jer:hquica, para la sociedad de la fase San Jost se puede docu­
mentar una esfera de posiciones sociales mucho mayor que para la fase precedente
de Tierras Largas . Una linea de indicios involucra diferencias de posicion social
que podrian ser heredadas 0 adquiridas, cuando no 10 uno y 10 Otro. Una segunda
linea implica diferencias que debm de haber sido heredadas, pues se presentan en
niiios demasiado pequeiios como para haber alcanzado por sf solos una elevada
posicion social.
Un posible testimonio de autoridady subordinaci6n
En periodos ulreriores de la prehistaria mesoamericana, los gobernantes
rea/zaban su nobleza evitando que varias partes de sus cuerpos tocaran eI
sueh Usaban sandalias en va de ir descalzos; pon(anesteras de junco 0
palma sobre los pisos de sus salas de audiencia, y se sentaban sobre tabu­
retes, bancas 0 troncos. Con el tiempo, los artistas mesoamericanos usa­
ron motivos de esteras y taburetes como simbolos de autoridad,l
En la fase San Jose vemos por primera va eI uso del morivo de esrera, gra­
bado en cera.mica de San Jose Mogore. En aquel entonces tenemos rambien
nuesuas primeras copias en miniatura de los rabureres de cuarro paras,
hechas del mismo barro y en la misma escala de las figurillas humanas. En eI
siglo XVI, muchos jefes cemroamericanos tenlan taburetes especiales que lIe­
vaban adondequiera que viajaban, a modo de estar sel1rados siempre por arriba
de sus subordinados. Sospechamos que nuestras versiones en miniarura fueron
hechas para usarse con figurillas sedenres de individuos de elevada posicion social.
Creemos que esta es posible, porque en el cercano Chiapas se han hallado figuri­
lias de aquella epoca de varones vestidos de traje y sentados sobre taburetes de
cuatro patas.6
De los emierros y las figurillas de la fase San Jose provienen mas indicios de
diferenciaci6n social. Unos y orras muestran una dicotomaaentre: r) individuos
en posturas de auroridad esrereoripadas, y 2) individuos en "posturas deobedien­
cia" esrereotipadas, como las descriras respecro a los sefiorios de orras latitudes.7
Cerca de Tomalrepec. localizado al pie de las monraiias del subvalle de Tla­
colula, Michael Whalen descubrio un gran cementerio en las inmediaciones de
una aldea de 1.2 ha, perteneciente ala fase San Jose.s En eI cementerio habfa mas
de 60 tumbas y. como algunas de elias comenian mas de una persona, d numero de
individuos se acercaba a los 80. Por primera vez vemos allf entierros apareados
de hombres y mujeres, 10 cual significa que para entonces se trataba a algunas per­
• Marcus 1991l. pp. 195. 198. 304-305. 334· 

, John E. Clark. -Th~ B~ginnings of M~soam~rica: Ap%gia for th~ Soconusco Early Forma{iv~". en Th, 

Fomu"ion o/Comp/a Soci'fJ in Sourh,asum Mmammcl1. William R. Fowler (comp.), 1991, fig. 5c. d.
Marshall D. Sahlin,. 19S8. Socil1l Strafijic4fion in Po/ynnia.
• Whalen. [981.
El surgimimto
de fa jerarquia
y faplrdida
tk fa autanomia
o ) 1 3
L..l-l-'(m
FIGURA Vlll.3. EI motiva 

dt: t:staa, slmbolo 

dt: autoridad, grabado sabrt: 

urdmica tit: 14fait: 

San Josi. 

FIGURA VlI1.4. Taburt:tt: m
miniatura dt: cuatro paras
ptrtt:nt:cit:ntt: a una casa
dt: 14 fast: San Josi.
Didmt:tra: 3 em.
El surgimiento
de fa jerarquia
y fa pirditb
de fa llutonomia
FIGURA V1I1.5. Entierro II
de lOmaltepee. varon de
elevatb posicion tk rom:
30-40 arios, sumamenu
jlexionado, aeompafiado
de do! entierros secundarios.
II4
Huesos de dos.
, /
o----CLJPequefia escudilla hemisfcrica
Vasija con motivos de serpiemes
de fuego grabadas
sonas como esposo y esposa y no individualmente. Una de aqueIIas parejas consis­
rfa de una mujer con un espejo de mineral de hierro y un hombre con una vasija
grabada para representar eI Rayo. Tambien habfa entierros primarios acompafia­
dos de entierros secundarios, 10 cual sugiere que, en ocasiones, las personas que
morian antes eran exhumadas, a fin de sepulrarlas de nuevo con sus c6nyuges 0
sus familiares. EI cementerio contiene unicamente'personas de edad suficience
como para haber pasado por la iniciaci6n de la puberrad: esto es, nohabia meno- .
res ni ninos pequenos. Casi todos los entierros primarios se hallaban totalmente
exrendidos, boca abajo con los brazos a los costados.
Sin embargo, en el cementerio desracaba, por su diferencia, un grupo de seis
hombres. Todos fueron sepultados de rodillas, ran flexionados que deben de haber
sido arados 0 e.nvuelros. Aunque consrituian s610 12.7% del cementerio. aquellos
seis varones re~ian 50% de las vasijas con motivos de Rayo y 88% de las cuentas
de jade. Dos tercios de los entierros cubiertos con losas de piedra pertenedan a
aquel pequeno grupo; la mayor parte de las inhumaciones secundarias del cemen­
terio rambien se habian agregado a las rumbas de los seis hombres flexionados.
sugiriendo que algunos pueden haber renido mas de una esposa. Es casi seguro
que se rratara de entierros de dirigemes de la comunidad de Tomalrepec.
Un pequeno cemencerio vecinal de San Jose Mogote agrega mas informaci6n a
' - - - - - ­
l___
Cuenta dc jade
(en la boca)
Coigantcs de concha
sumamcn~
descompuestos
(sobre d pecho)
Cubiertos
de pigmemo rojo
Losas
de piedra caliza
--+.ii+'!'r.i':.­
Craneo con
dcformacion tabular
Cuema de jade
en la boca
Cucnta de Jade
y colgante de
.,'"--- malaquita
(en la boca)
Jarra sin cuello
:/griSbrUftida
" @f}.~". "'.-#:
.---:"--- Jarro rojo pardu2co
Escudilla cilfndrica gris
Vasija blanco
amarillema
FIGU:..tA VUI.6.
Una probabkparqa tk
mariM y mtij" upultadoI
en San JOII Mogou.
EI hombrt: (izquic:rda) tenIa
3S-40 anos tk t:d4d, Y Uz
mujt:r (dc:rc:cha), 2{)-29 anos.
FIGUItA VlII.7. Enttt:rTo 17
tk San Jos! Mogou, una
mujt:r tk mdstk So anos tk
t:dad, mt~ boca abajo.
d
FIGURA VIILg. a) Figurilkz de
un hombre untado con
colganft', orqtrasy
posibkmmft' dimm afikzdos,
de San Josl Mogott'. Altura:
6.8 cm. b) Figurilkz ,
tU hombre smtado, haJiada
en un entiaro del caruntt'rio
de Tomaftepec (vistas frontal
y kztt'raO. Altura: 8.1 cm.
c) Esta figurilkz de San Josl
Mogott' podria represmtar a
un hombre preparado para su
entierrl) m posicion sedenft'.
Altura: 8.5 cm. d) Una
figurilkz m posibie "postura
de obedimcia': San Josl
Mogott'. Altura: 15 em.
n6
a b
la posicion funeraria. A diferencia del cementerio aldeano mayor de Tomaltepec,
este contenfa menores y nifios pequefios. ademas de adultos. Estaban presentes
ambos sexos y en su mayorfa se hallaban sepultados totalmente extendidos, boca
abajo. Casi todos los adultos tenfan una sola cuenta de jade en la boca y una 0
mas vasijas de barro; como de cosrumbre, las vasijas con representaciones de Cielo
(e1 Rayo) se encdntraron unicamente con los hombres. Habfa parejas de marido y
mujer, como la pareja de la figura VIII.6. EI varon se hallaba inclinado en una
tumba delimitada y cubierta de losas de piedra, precursora tal vez de la tumba
zapoteca ulterior; la mujer fue sepultada a su lado, pero sin losas. Todos los emie­
rros de este vecindario tenIan ofrendas relativamente modestas y no habia hom­
bres en posicion sedeme 0 Aexionada.
Consideramos que los entierros sumamente flexionados de esta fase eran perso­
nas de importancia, cuyos cuerpos fueron liados y conservados durante algtin
tiempo antes de su sepultura. Algunos parecen haber sido enterrados con las pier­
nas plegadas, en tanto que otros tenlan las rodillas hacia arriba. Algunos indivi­
duos de uno u ouo grupo tal vez fueron sepultados en posicion sedente sobre
taburetes de madera que posteriormeme se desintegraron.
En cambio. consideramos que los hombres y las mujeres emerradosboca abajo
y totalmente extendidos se hallaban en posicion mas subordinada. Es Ja posicion
sepulcral mas comtin del periodo y pareceda aplicarseal mayor grupo de adultos
de la sociedad de San Jose. Enterrados en esa posicion, sus cabezas siempre habrlan
estado mas abajo que alguien de posicion superior. AI mismo tiempo, las ofrendas
con estos entierros inclinados forman un continuum que va de pobre (esto es, nada
en absoluto) a re!ativamente rico (es decir, orejeras de jade, colgantes de madre­
perla y ceramica fina).
Cuando miramos las pequefias figuras hechas a mano de Ia fase San Jose, nos im­
presiona una dicotomfa de posiciones similar a la de los emierros. Algunas figuri­
lias, como las que mostramos en las figuras VIII.8a y VIII.8b, representan hombres
sentados con las manos sobre las rodiIlas. Orras, como la de la figura VIII.SC, podrian
representar cadaveres masculinos envueltos hermeticamente para ser enterrados.
Otras mas, como la que se mUe5tra en la figura VIll.8d, representan a hombres y mu­
... ----* . ,._. 

I
c
jeres en posicion erecta, algunas con los brazos a los coscados y otras plegados
sobre eI cuerpo. La posicion de los brazos plegados se ancoja esrereotipada. como si
eI creador de la figurilla hubiera tracado de represemar una "postura de obediencia".
Independiemememe de 10 que trarara de comunicar e1 conjumo de figurillas de
aQuei periodo, uno de sus mensajes parece ser que habla personas con autoridad y
personas subordinadas a ellas. Creemos que aquellas figurillas fueron hechas por
mujeres y usadas en ricos de invocacion a sus antepasados recientes, algunos de los
cuales tal vex hayan sido personas de auroridad en ramo que otros eran subordinados.
La posible representacitfn de un entierro de alcurnia
En su oportunidad. las figurillas al parecer fueron dispuestas a modo de formar
pequenas escenas rituales. Una de aquellas escenas habfa sido enrerrada bajo e1
piso de la Casa 16, colgadizo agregado a la Casa 17 de San Jose Mogote. Tres figu­
ras humanas yacen enteramente extendidas boca abajo, con los brazos cruzados
sobre eI pecho. Arriba de elIas estaba una figurilla en posicion sedente con las
manos sobre las rodillas. Originalmenre, esta puede haberse hallado en posicion
verrical, antes de caer bajo e1 peso de la tierra. Todas las figurillas usan colgame y
ofqeras.
Esta escena puede representar a un individuo en una de nuestras posiciones de
amoridad, enterrado sobre tres individuos en posicion de subordinacion. Aunque
a diferente escala, 1a escena hace recordar la Tumba 26 del sitio de Code, en
Panama, eI enrierro de un jefe con 21 dependiemes. tstos fueron enterrados total­
mente extendidos (18 boca abajo, uno boca arriba, dos de costado). E1 Esqueleto
n, el jefe, se hallaba en posicion sedenre sobre ellos. Sin duda, el entierro de
E/1urgimimto
de fa jaarqula
y faptrdit14
de fa autonomla
FIGURA VIIJ.9.
£Ita ucma ritual compu~sta tk cuatro figurillas
podrla r~pr~untar a ~ntit:rro d~ un individuo tk alcurnia
con tr~s d~pmdimtu. Casa 10, SanjoII Mogot~.
Altura tk Ia figurilla mds alta: 15 em.
Il7
Ei IUrgimimto
tk fa jerarqula
y fa plrdida
tk fa autonomla
Codt era mas e1aborado que tOdo 10 encomrado en lafase San Jost. Pero eI con­
cepto -sentar a un individuo de la elite sobre sus subordinados reclinados- tal
vez haya sido eI mismo.
Los datos etnohistoricos sugieren que los jefes panarnefios con frecuencia eran
sepultados en bultos cornpactOs, tras ser desecados en una camara de ahumar.9
A algunos se les emerraba semados en taburetes. Los dependientes sepultados con
ellos podlan ser prisioneros tOrnados de senocios enemigos 0 incluso mujeres de su
propio grupo que se ofredan como voluntarias para que se les enterrara con eI
jefe. Los dependientes sepultados en posici6n inclinada tenlan los brazos a los cos­
(ados 0 plegados sobre eI pecho. Algunos de los entierros boca abajo incluso lleva­
ban oro consigo, sugiriendo que la posicion boca abajo no necesariamente impli­
caba situacion inferior. Postrarse uno rnismo en presencia de un jefe quiz;i. s610
haya sido una manera de mostrar deferencia.
FIGURA VlILIO. Tumba 26
ck Codi, Panamd: a mrierro
de un jcfi m posicion udmte
(Esqutkto 12) con 21
ckpendimtes. Se cree que esta
rumba pueckftcharu
aproximadammte
en 1000 a.c.
1 rn
lIS 'Samud K. Lothrop. 1937. Codl: An Arr:ha~o[ogica[ Srudy DfCmtrlll Panama.
Posibles bienes suntuarios
En las sociedades mesoamericanas ulreriores. losindividuos de la elite utilizaban
una variedad de bienes sunruarios para distinguirse de los plebeyo. La nobleza ves~
ria manros de algodon, mienrras que los plebeyos usaban manros de fibra de agave.
La nobleza usaba carretes de jade en los 16bulos de las orejas, collares de jade,
obwraciones de jade 0 wrquesa para los labios y ornamenros en eI tabique
nasal. Sus prendas tenfan flecos de tubos de concha que campaniJlaban wando
se movlan; usaban capas tejidas con plumas de variedades de quetzal, colibri,
cardenal y pico duro. EI jade, la mrquesa y eI plumaje de quetzal eran aprccia­
dos por ser azul verdosos, color comparrido con eI centro del universo.
Muchos de aquellos mareriales aparecen en la fase San Jose y algunos sin
duda estaban asociados a las diferencias de posicion. EI problema es demosrrar
que aquellas diferencias de posicion eran hm:dadas y no adquiridas. Con fre~
cuencia nos es imposible mosrrar una clara dicoromia entre las personas que
podian 0 no usar bienes sunmarios. Para la mayor parte de los mareriales hay
un cOlJtinuum de uso mayor a menor; este continuum es dpico de las sociedades
jerarquicas.
Son ejemplos de ella concha marina, la mica y el jade. Los aldeanos de la
fase San Jose evidenremenre se engalanaban con piezas de mica, cortadas de
"arados" de surgimienro esponraneo 0 de capas de hojas de esre material. Algunas
casas no los renian; orras poseian unos cuamos fragmentos; orras mas los renfan
por docenas. evidencia de sobra del rrabajo real de la mica.
No era inusual que hombres y mujeres mvieran una simple cuenra de jade colo~
cada en la boca al ser sepulrados. Sin embargo, no cualquiera tenia un collar de jefe
como eI hallado en el Enrierro 40 de Tierras Largas. Y el Enrierro 18 de San Jose
EIsurgimimto
de fa jerarquia
y faperdida
de fa autonomia
FIGURA VIII.II. Trow de mica
negra decorada, lase San Jose.
Longirud: 7 em.
FIGURA VIII.I2. Ornamentos
de concha de San Jost! Mi/gote.
E/objeto de arriba"a fa
iZiJuierda podrla ser un
. saporte de madrcperfa para
un espejo de magnetita; a fa
tkrecha estd una va/va casi
. compkta de ostra per//ftra.
Il9
E1,urgimiento
de fa jerarqufa
y la perdida
de fa autonomia
FIGURA VIII.I]. En San}ose
f.1ogote se waron perforadores
de mlcedonia pam hacer
ornamenros de concha. Cnda
otlll tiene una 0 mas
peqllenlls proyaclones en
forllltl de terilla en el borde
sUjJeriOl: Alwm de la
herramienra superior
izqllierda: 2.4 cm.
rem
FIGURA VII1.14. Pequenos
espejos de maglletira de San
jose /vfogore,
I!O
Mogore, una mujer de 50 anos, resulr6 extraordinario por tener dos orejeras
de jad~ y rres cuemas del mismo material. Aunque las sociedades mesoame­
ricanas ulreriores restringieron eI uso de las joyas de jade a la nobleza, en 13
sociedad de la fase San Jose hubo un continuum de las personas que no re­
nian ninguna. a las que poseian unas cuamas y a aquellas que tentan muchas,
Las variaciones en disponibilidad de concha eran aun mas complejas,
porque los anesanos que hacian los ornamenros pueden haber [enido
diferemes socios comerciales 0 patrocinadores de la elite. Cerca de los
I.mites occidenrales de San Jose Mogote. los ocupantes de la Casa 4 [raba­
jaban principalmente concha del Pacifico; los de la Casa 9 nabajaban
sobre wdo la del Atlamico. lnduso hay casos en que una familia parecia
haber rrabajado un tipo de concha. pero haber tenidoacceso aornamenros
acabados de ono [ipo. La Casa C3, proxima al exnemo oriental de la
aldea. posefa ornamenros de concha de'la costa'del Padfico;enrre ellos un
sopone de madreperla para un espejo de mineral de hierro; por o[ra pane.
los productos hechos con eI desperdicio familiar de concha estaban consti­
tuidos principalmeme de almeja del Adantico.1o
Pese a:nuesrra sospecha de que los ornamentos de madreperla y de ostra
espinosa pueden haber servido como bienes sunruarios, no nos es posible
mosuar ninguna dicotomia entre la genre que podia 0 no usarlos. En cambio, [e­
nemos familias con poca 0 nula disponibilidad de concha; familias con unos cuan­
ros ornamenros. pero sin indicios de rrabajos de concha. y familias con finlsimos
ornamenros e indicios de trabajos de concha. Algo que tal vez complique nuestro
'" Pires· Ferreira, 1975. p 78.
an:l.lisis e:s c:I he:cho de: que: los arte:sanos que: hadan los ornamenros de: concha no
sie:mpre: constitufan la elite: sobre: cuyos cuerpos eventualmenre se haria gala de ellos.
Ironicameme, es gracias a los minerales de hierro disponibles localmenre y no a
las importaciones exoticas extranjeras como podemos dar la mejor explicacion
sobre los bienes sunruarios. Un estudio superficial de San Jose Mogote revelo una
unica concentracion en una hecrarea de 500 trozos de mineral de hierro, entre
ellos magnetita, hematita e ilmenira." Esta cifra equivale a 99% de todo eI mineral
de hierro arqueologico hallado en eI valle. Cada casa excavada en aquella parte de
la aldea se dedicaba al brufiido yel pulimemo de peguenos espejos, en su mayor
parte de magnetita, usando como abrasivo polvo de hematira.
La magnerira no muestra eI continuum de disponibilidad observado en la mica,
1a concha y d jade; al parecer, su usc fue mucho mas resrringido. Una mujer de
aJcurnia de Tomaltepec fue sepulrada con un espejo de magnerita, pero en eI sido
no hubo indicio de que se rrabajara el mineral de hierro. En Tierras Largas se
enconrro un trOW de magnetira, pero no se hallaron ornamenros. Tampoco las
demas areas residenciales de San Jose Mogore muestran signos del rrabajo de la
magnerira, 10 cual sugiere que eI pulimento de espejos puede haberse hallado bajo
eI es[ricro control de un grupo de familias.
Mas aun, algunos de los espejos hechos en San.Jose Mogote fueron destinados
al inrercatnbio con individuos de laelite de orras fegiones de Mexico. Dos espejos
hechos de magnetita de Oaxaca fueron encontrados en San Lorenzo, Veracruz, en
la costa sur del Golfo; otro se hallo en Etlarongo, Valle de Nochixdan. Un rerron de
magnetita oaxaquena de alta calidad lIego al sitio de San Pablo, en eI estado de Mo­
relos." Hay razon para sospechar que en las tres aldeas hubo una elite naciente.
Es claro que los gobernames de la sociedad de la fase San Jose se engalanaban
con mica, concha. jade y magnetita. Sin embargo. solo en eI caso de la magnetita
podemos argumentar que su uso esruvo restringido por las reglas sunruarias. En
cuamo a la concha, eI jade y la mica, apreciamos un continuum que va de la genre
que poseia muy poco a la que poseia demasiado.
Hay dos razones por las cuales no debe sorprendernos el patron mencionado.
Primero, porque los senorlos muestran rendencia a tener una gradacion de posicio­
nes sociales mas que una division en dos clases. Segundo, porque las diferencias en
logros. como la habilidad para acumular articulos comerciales, sigue siendo im­
portante incluso en las sociedades con jerarquia hereditaria:
Gradaciones en la posicion social de la casafamiliar
Las moradas de la sociedad de San Jose rambien sugieren una gradacion de prestigio
que va de 10 bajo a 10 alro, sin division en estratos sociales. Cerca de uno de los
extremos habfa modestas residencias como la Casa 13 de San Jose Mogote; cerca
del ouo habia residencias mas e1aboradas como las Casas 16-17. Ademas de sus
" Pires- Ferreira. 1975, p. 58. 

" Ibid, P 60. 

EI JUrgimimto
de fa jerarqula
y fa plrdida
de fa autonomia
HI
Aprendiendo a vivir en comunidades sedentarias: los orígenes de la agricultura y la vida aldeana en Oaxaca
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Aprendiendo a vivir en comunidades sedentarias: los orígenes de la agricultura y la vida aldeana en Oaxaca

  • 1. VI. Aprendiendo avivir en aldeas £s PROBABLE que, en los valles de Tehuadn y Oaxaca, eI tipo de agriculwra mas amiguo practicado en eI Arcaico Tardio se basara en las P!ecipitaciones pluviales. lncluso en la acmalidad, eI cultivo de maf1: de temporal cs eI tipo de agricultura mas comun en eI Valle de Oaxaca. y tambien eI de mayor riesgo. EI valle recibe un promedio anual de 550 mm de lIuvia, pero tsta apenas es suficiente para sustentar una cosecha de maiz en un ano promedio.' Es probable que en tres de cada 10 anos la precipitaci6n decline por debajo de 500 mm. amenazando con la perdida de las cosechas. Sin embargo. a 10 largo de los rios principales del Valle de Oaxaca, corre una faja de tierra en la que eI manlO frd.tico se halla tan cerca de la superficie que crea una zona de aluvi6n permanentemente humeda ~ue los zapotecas Haman yuh kohp en su lengua-. Cuando eI ma{z se siembra en aquella zona, sus rakes pue­ den eXHaer agua continuamente por acci6n capHar, ayudando ala planta a sobre­ vivir entre lIuvia y lluvia. Los campesinos zapotecas tambitn conservan el agua en eI suelo mediante una cuidadosa escarda, a fin de que la humedad no sea acapara­ da por orras plantas. En las areas en donde aun se siembra con el antiguo bast6n de plantar, los campesinos hacen cavidades poco profundas para cada semilla, alte­ lem rando 10 menos posible eI resto de [a superficie. La faja de manto frdtico alto, 0 yuh kohp, fue esencial para eI esrablecimiento de la vida sedentaria en el Valle de Oaxaca, ya que casi codas las primeras al­ FIGURA VI.1. HaeM la Ipoea m qu~ fa vida aftUana S~ deas del valle (1700-1200 a.c.) se hallan contiguas a este tipo de terreno. Debido tstabkcio m aAltiplano a que la yuh kohp s610 existe en menos de 10% del terreno del valle, los sitios de mocieano, las mazoreas tiLL las aldeas antiguas deben de haberse escogido con cuidado, a mas de hallarse muy malz hablan alca1W1do espaciados para reducir al mfnimC? la competencia por aquel preciado recurso. tl tamafia d~ uta mutstra proatiLnu d~ una curoa uea tiL Induso Gheo-Shih, eI campamento de macrogrupo arcruco descriw en el capItulo IV, las areanfas tiL uhuaedn. se hallaba simado cerca de una faja de yuh kohp a 10 largo del Rio Mitla. No sabemos cuando decidieron los indios de Oaxaca hacer del cultivo del mafz su actividad economica mas imporrante, opci6n que cambi6 para siempre tanto , Kirkby, !<)7J. p. 31. 79
  • 2. ht;l'R~ ·L~. Creodll del Rio AtoYlir. cerra del Sino 5-8-128 (Santa Ine.. Yatuche) en el Valle Grande. !l}70. LtI/:,j" de ,z!lI/!f()1I p('m"lf~entemellf(, /J/lntrdfl 11 10 Ifligo da rio s(·llama )'uh kohp en zaporero. i1!&2i»£5&W2E
  • 3. los parrones de asenramiento como las insriruciones sociales. Sin embargo, su decision pllede haberse basado en 1<1 crecienre producrividad del mail. al aumenrar d Um;110 de 1.1 mazorca ~l 10 largo de siglos de seleccion humana. Los esrudim de campo de la geograf<l Anne Kirkby muesrran que los campe­ ,111m zapOlecas no considcran que valga Ia pena limpiar y cultivar Ia rierra a menos que se pueda esperar un rendimienro de 200 d 250 kg/ha demaiz.desgranado.!! Kirkb' rambien descllbrio una relacion estadistic cnue Ia longimd y eI rendi­ mienro promedios de 13 mazorca demaiz..Segunsusdlculos.elmaiz.primirivo de Tehllacin put·de haber rendido unicamenre de 60 a 80 kg/ha. Con aque! rendi­ mielHo era dificil que valiera Ia pena erradicar 105 ~irboles de mez.quj[e (que a su 'ez producel1 de 160 a 180 kg/ha de vainas) para sembrar maiz..4 Sin embargo. hacia 1700-1)00 a.C.. las ma20rcas de md!Z habian aumelHado de camano gracias .l Ia ~de(cion humana. al grado de que tal vez hayan rendido 200-2S0 kg/ha. Este hecho Ilo(.lble ocurrio cerca de Ia fecil;l en que los indios de OaxaCI se habian propuesro vivir en aldeas perm:lnellres cercana" a Ia me;nr tierra de labranza. iCuJb tiJeron las Implicaciones de :Iquel proposiro? Es evidenre que nuestros ;lC­ rores prehis!oricos habian decidido que 1) erradicar arboles de la yllh Irohp; 2) sem­ brar maiz, frijol y calabaza con basron de pbnrar; 3) escardar: 4) cosechar. y 5) al­ macenar granos constiwia una mejor esrrategia que recorrer miles de kil6merros cuadrados en busea de alimento. Sill duda, siguieron c:lzando animales del monee y recolecranJo planras silvestre,. pero esras acrividades ahora corrian a cargo de "g.rupos de traba;o" enviados desde la aldea. (ada bll1lilia consrruia Sll casa en el si[io eseogido para est:lblecer la aldea. Los pi­ I,lre~ de bs Llsas eran postes de pinos [latdos de las l11ontailJS, y sus {echos esraban "-"kl" "r; nnl. r )-..:,rkl)', !'):"-. "lnJiv'dtl.d ,IIlJ CnmflH.1f11f:- R."potl:(.'~ [0 R.lin(dl ',Iri.lhilit:, In ();D'::~ICI, .1..");io)". ,11 .:u,,,,r/ fl.1:.ud, 1.0,"'- Rrglll",d. filJd (;/O/hr!. Cilhcrt F Vhi!" kH,nr·). 1'1'. II,)-"H . ;"'".111 l'I.H)Hl'IT. 1')- i. -'TIll" lhi~in" 01 :!!rtlllhUft,". Annual J<1'1'Irlf' 0/ Anti'l"flpn/ngr !;, pp. .!"K~2.)9. Aprendiendo II uiv/r en aldefl.i FIGURA VLJ. Las Cilifl; de bajareque con lee/,O, de paja. semejanlfs " f{u dr 1500-1000 a.C. todil!'ia.'1' wan en a/gulla5 partf; del Val/,' d" OilXtlrd 0 COl FIGURA VIA- LO;J050S dr almaanamien{(J usados por :los primeros aMrllllo, ollxaqueiios tel/iall Jontttl de bo({'/Ia di' t/(lf{'rr/o ('on HI ('orte tmllS/'I'rilil. ~ . . .
  • 4. I I Aprmdimdo a IJillir I I'll alclem I I I FIGURA v1.5. Lecho rocoso bajo 10/11 de Ins primailS aldens dc' Oaxaca. Lo; hoym pequeiios I .iOIl pam IOJ pi/ares de la casa; 10.; /luis grandes fon foso; dr IIllllilcenamiento I /I homos de fierm. I cubierros de juncos 0 hierbas. Las paredes se hacian de fardos de canas atadas unJS a orras y luego recubiertas de arc!lla segun el esrilo arquirectonico lIamado de I "bajareque". Sob'~e el simple suelo de tierra apisonada iba una capa de arena del rio para proveer una superflcie seca y tal vez una 0 dos esteras de juncos para dor­ mir, Cerca de la casa, cada familia cavaba fosos de almacenamienro para eI malz cosechado. De rTi:lyor ramano que los fosos visros en Guila Naquitz. aquellas uni­ dades de almaccnamienro tal vcz hayan comenido hasta una ronelada metrica de maiz desgranado, 0 eI abasro anual para una familia de cuatro a cinco personas. I La lJida en asentamientos mayores Una de las consecuencias involuntarias del sedenrarismo fue que, para enronces. b I genre vivia de manera permanenre en grupos mayores. Algunas aldeas primitiva~ tenian de 50 a 100 personas. superando por amplio margen a los campamenros de macrogrupo del Arcaico. La poblacion humana se hallaba en crecimiento. Una I de las posibles razones es que la prodllctiva agricuitllra en terreno de aluvion lUI' medo hahia elevado 13 capacidad del valle para alimenrar a la genre. Una menos obvia es que, por si solo, eI proceso de volverse sedentarios incrementa la pobla. , I cion. Con frecuencia, los cazadores y recolecrores migranres sufren de monalid,ld infalHii relacionada con el viaje, yes posible que espacien los nacimienros de Slh hijos a 10 largo de l1luchos ailos par resultarles problematico lIevar ninos pequelw, en viajes largos. Habiendose animado a vivir en aldeas en forma sedenuria, algu­ nos cazadores y recolectores antes nomadas vieron crecer sus poblaciones, en pane por b menor mortalidad infanril y en pane debido al menor espaciamiento entre uno y otro .1Iumhr;lmienro.' / 'Lew., H. BinfnrJ ... X , J. (:tl.l~ko. JL. l~r:-6. "~ull.Hnilir nl,'mn~rarhir Hi-aory: A Pro'(h.'.HI'l' (:.bl" ~'Il J s~ {)('1IIo.~r"fjlii ..-11Jlhrop"/o"f!..Y: fj:flIt!11ft1lll'(, ,,1flwt};/d'I'..;. FILl 1-. Xto Zuhn).- ((OInp. i. pr. (l -14 1J
  • 5. Sea como fuere. hacia 1700-1200 a.c.. los ocupames del Valle de Oaxaca vivIan. como nunca ames, en asemamiemos mayores. Durance todo eI Arcaico, es posible que cualesquiera conflictos sociales se resoivieran dividiendo eI campamemo. siendo las familias descomemas 0 mal avenidas las que tenlan que parrir. Asi. las familias ames n6madas empezaron a establecerse, pues hablan adquirido vlnculos con una franja de tierra humeda del fondo del valle. tal vez una 0 dos hectareas que habian sido apartadas para su uso. Tambien habfan inverrido trabajo en una casa y una serie de hoyos de almacenamiemo, por 10 que se mostraban reacios a abandonar eI lugar. Por consiguience, uno de los grandes reros a los que se enfremaron los aldeanos del periodo de 1700-1200 a.c. fue hallar modos para imegrar comunidades mayores y resolver los conflicros sin escindirse. Oero de los desaffos consisti6 en defender eI area de buena tierra en que se hablan asemado, protegiendo su autonomfa de los vecinos envidiosos. Ambos retos condujeron hacia instituciones sociales descono­ cidas en periodos ameriores. De nuestra lectura de los datos etnograficos y de la teoria social de la evolu­ cion, hemos inferido la aparici6n de esas instiruciones; sin embargo, como hemos de ver en capitulos subsiguienres. detectarlas en eI regisero arqueol6gico exige ciecta labor. Aprendiendo a vivir en ald~as FIGURA VI.6. Algunos tU loi lugam dontU los arqu~ologos buscan ahora los orlg~n~s tU fa vido s~tUntaria y fa fobricacion d~ alfor~ria tn M~soarnlrica.
  • 6. FIGURA VI.7. Algunas de las vasijas de Cl'rdmica mas antiguas de Mexico imitaban fa forma de una escudilfa de cafabauz. FIGURA v1.8. Una escudilfa de cafabauz (arriba) comparada con una primitiva vasy'a de barro I'n forma hemisftrica de Oaxaca (abajo). Nowe que fa vasija de barro inc/uso til'ne "hoyuelos" en el borde. en donde fa escudiLfa de cafabauz tiene fas marcas de su rabiLLo. Didmetro de fa escudiLfa de cafaba:m: IJ) cm. Los origenes de fa aldea Nadie esta seguro de como ocurrio la uansicion a la vida aldeana. Puede haber sido un proceso erdtico, en eI cual varios grupos arcaicos se aproximaron al seden­ tarismo en afios buenos, alejandose de el en anos de sequia para luego volver a aproximarse. La cada vez mayor dependencia de las plantas domesticas ejerce una atraccion centripeta para permanecer en la mejor tierra, en tanto que la dificultad de transportar una tonelada metrica de ma{z desalienta la migraci6n. Por oua parte. es posible que un ano de s610 100 mm de precipitaci6n pluvial consriruyera un fuerte impulso centrifugo a dispersarse de nuevo en microgrupos familiares. En Tlapacoya, a orillas del Lago de Chalco, en eI sur de la Cuenca de Mexico, Christine Niederberger excavo los restOs de un grupo arcaico que a su juicio ya habia establecido "residencia prolongada 0 permanence en eI mismo sirio".6 Su argumemo es que eI encorno ins61iramence rico de las riberas del Lago de Chalco puede haber proporcionado alimemo para todo eI ana; pero no se enconrraron casas permanenres en eI sirio. En eI desecho habia plancas y animales de las rempo­ radas de lIuvias y de secas; 10 mismo puede decirse de Guila Naquin. Todo 10 que se necesiraba para recolectarlos era que un grupo lIegara en agosro (a fines de la tem­ porada de Ilutias) y se quedara hasra enero (a mediados de la remporada de secas). Sea como fuere, los daros de Niederberger nos recuerdan que el Alriplano mexica­ no era un mosaico de entornos ricos y pobres. Algunos entornos ricos, como la ribera del Lago de Chalco, pueden haber aportado suficiente alimenro silvesrre comple­ memario para mantener jUntOS en un campamento de macrogrupo (0 en una aldea incipience) a los primeros campesinos durante los anos de bajo renltimiento de maiz. En eI surgimienro de las artesanias. que resulran mas comunes en una aldea que en un campamento temporal, pueden encomrarse indicios de creciente sedenra­ rismo. Una de esas artesanias es la manufacrura de ceramica. La ceramica riene vemajas sobre las calabazas, dado que con ella se pueden fabricar recipienres de mucho mayor ramano y ponerse directamente sobre eI fuego. A su vez, aquellos recipienres mas grandes y mas pesados son 10 ultimo que un buscador hubiera querido arrasrrar a 10 largo de 50 km de senderos montanosos. En una aldea, una tinaja de agua de IO lirros se consriruye en rrasro permanenteen la esquina de la cabana rechada de paja, con una escudilla de calabaza mas pequena que sirve de cucharon. Los complejos de Purron y Espiridion En algun momento entre 1900 y 1400 a.c.. los indios de los valles de Tehuadn y Oaxaca empezaron a hacer ceramica de color amarillo a marron. sin decorar, de algunas formas simples: vasijas hemisfericas y jarrones redondos con y sin cuello. La mayor parte de esas formas semejan imitaciones en ceramica de recipienres de calabaza. La muesrra que obruvimos de esta antigua cera.mica eSta limirada a 389 fragmentos proveniences de dos sitios arqueologicos. La muestra mas antigua. 127 frag­ • Chrisr;ne Niederberger. 1979. "Early Sedentary Economy in .he Basin of Mexico". Scimo: 20). p. 1)7.
  • 7. Aprendiendo tl IJilll}, ('II tlldcd, FiGURA VJ.9. f~m{' dl'la rertimim mtis allfiglla dl' Mixiro jil(, hallada I'll III CUI'Ifa dl' PI/non, fit ('/,irido Valle de TrI'wlCtill, FIGURA VLlO. StIIl/a_,,; Alof,ote. un sitio al 011'(' lib/'{, ('// el men05 dndo tidl" dl' OIlXlI(I', prorilli" iglltllllll"ll" ratill/im /,I'i",illl'll IllUH'i'. fHmil'l1C dc' b (:lIeva dc Pmroll. en d Valle de ldllladn, que h;1 sido de­ IlIlIHin.lcl.l (:1lIllf1kjo de Purnin.' Un:1 mUl'Slr;l Ill;i~ rl'cil'nre. 2.(,2 fr:lt:m<.:IHOS, pro­ "',Ie- ,Iv .111 1,1,,: iln~"{C:I orilias dd Rio AWY:1(' en el Valle de OaX;1(a,' Esta uiIIIH.1 Il1UnlLI. Il:lI1ud,1 Compll'lo EspiriLiH)Il. ful' as<)ci:lJa;1 I()~ vt'sti~im de una ,.1'.1 ,Ie- h.II,lrc·cluc lociliuLia en 10 qut' apal'l'IHl'lllc'IlIC hahL1 sido una aldea. La I11lIl"II.l ,Ic- I'ur!.ill. que pJ'Ovillo dc dos habrracioliD ubicadas en lin abrigo roco­ '''. ul 0 rUe' .Ih.llldoll.lda pm Ull "grupo de ILlb:ljo" elWlado dl'sde :t1gull;l aldea l"d.ni.1 11" dc,cubll'rt:l. Inuli/ada C'11 :1lgllll lugar de 1m alrl'dedon:s, ( ."Ilt.iI11')' (lll1 t;111 POLO, il1dicio,s de cStc periodo qUl' IIns cs imposihk n:lOI1S­ lrllil JllII.'>[IO p.l([(ll1 de .ISl'I1t.lIl1icmo y .,uhsi,ceIKi;'. y UHl mavor rnoll SlI orgalli­ 1.1 1,'11 ,,,ci.d Todn I" L]1,C podl'll1oS dccir <.:s que Lt primer:1 ;ddcl perm;11ll'tHt' ,1"111111.11'.1 .1,,1 .• II,ioJl hl'IIl1c,d" llc-I Rio .'IOV,ll. ,'Il "1 Valle lk ()axacl. I),;l.d.j' 1.1. "~I'!. I fld.lhl.. , Pl'I~'I"fln i(nH ' 1LlilIlt'I. I',-n, li,,' {',,-/t"iPJi' of ;1lt' l;dln flj "~I ' I, ,111/1, '. PI' ,.(, LIlI I:" I'}')_~. I'f'· -~,.,-. gs
  • 8. VII. La creaci6n del prestigio en la sociedad igualitaria LA PALABRA "IGUALITARlO" es una de las peor entendidas en la reoda evolucionista. Casi todas las sociedades de cazadores y recolectores son descritas como igualita­ rias; 10 mismo ocurre con las sociedades aldeanas auronomas.' Sin embargo. pidase a 10 arqueologos definir una sociedad igualitaria y cinco de ellos contestaran: "una sociooad en que £Odos son iguales en prestigio y posicion". Respuesta erronea, dado que no hay ningunasociedad en la que todos sean igua­ les en prestigio 0 posicion. EI hombre diestro al que se e1ige como lfder de ca'la durante una batida de antClopes en la Gran Cuenca goza de mayor prestigio que d cazador y recolecror comtin y corriente.1 En Nueva Guinea, el comerciante chimbu que acumula recursos a fin de construir la Casa de los Hombres para su pueblo tiene mayor prestigio que el miembro promedio de la tribu.l Los etnologos que calihcan de "igualitarias" a las sociedades de caz.adores y reco­ lectores y de aldea auronoma no quieren decir que carezcan de diferencias de posi­ cion. Quieren decir que cualesquiera diferencias de posicion u adqui~rm, no S~ h~redan. En las sociedades igualitarias, los individuos pueden adquirir prestigio por su edad avanzada, por sus hazanas personales 0 por la acumuladon de bienes cuamificables. Pero no heretian una posicion e1evada, como ocurre en las socieda­ des compuestas principalmeme de linajes 0 de un estraro noble. Lamenrablememe. muchos arqueologos consideran que "igualitario" significa~ "homogeneo". Asumen que las personas de aqudlas sociedades son una especie de monedas acunadas en la misma casa, y cuando encuenrran indidos de heteroge­ neidad .....-.como es inevitable que ocurra-, erroneamente concluyen que han des­ cubierro un "senorio". Con frecuencia cada vez mayor. en los libros de arqueologfa vemos frases como "recolectores complejos de alimenros" 0 "complejidad precoz". Los adjetivos son superfluos. Solo nos dicen que, en la sociedad igualitaria, algunos de nuesrros colegas esperaban una simplicidad y una homogeneidad que, por principio de , Monon A. Fried. 1967. Thr Evolution ofPolitical Socirty. , Julian H. Steward. 1938. &<in-Plauau Aboriginal Sociopolitical Groups. , Paula Brown. 1972. Tht Chimb,,: A Study ofChangt in tht Nrw Guinta Highlands.
  • 9. La creacion delprestigio m fa sociedad igualitaria ~ I I I I I ~ I cuentas. no estaba aliI. Para gritar "sociedad jerarquica. 10 unico que algunos ar­ que610gos necesitan es hallar unos cuantos entierros con objetos de concha, como si los miembros de las sociedades igualitarias nunca hubieran usado ornamentos. Elprestigio en las sociedades igualitarias Como ejemplo de heterogeneidad en la sociedad igualitaria, podemos volvernos a los indios pueblo del suroeste de los Estados Unidos. Sus aldeas tal vel. sean aut6­ nomas, pero su sociedad esta lIena de diferencias de posici6n social. Por ejemplo, entre los tewas, hay tres niveles de "ser" en la tierra y tres mas en e1 mundo del esp{riru.4 En 10 alto de la escala terrestre estin los patowaJ 0 Personas Hechas, cuyos ailos de servicio calificado a la comunidad han hecho de ellos Ifderes rituales. Se han elevado a su posicion por medio de una jerarqufa de ordenes fraternas, empezan­ do por la sociedad de la "cabellera" para elevarse por las sociedades de "cal.a". "bufon ardiente" y "medicina de oso". En eI fondo de Ja escala se hallan las Per­ sonas de Comida Seca, tewas comunes que no ocupan ninguna posicion oficial en el sistema politico 0 ritual. Por 10 general. las Personas Hechas pueden escoger asistentes rituales 0 towa I entre las Personas de Comida Seca. pero eras determi­ nado periodo de servicio, estos asistentes regresan a la reserva de la Comida Seca. En tanto estan de servicio, los towa I median entre las Personas Hechas y las Personas de Comida Seca; por oua parte, las Personas Hechas median entre eI mundo humano yel mundo de los espfritus. Los tewas nos ensefian muchas cosas acerca de las instituciones de la sociedad de aldea autonoma. La aldea se divide en grupos de familias ligadas entre sf, en tanto que los grupos se vinculan mediante ordenes fraternas que atraen a miem­ bros de ambas unidades. La base para pertenecer a una de aquellas ordenes es el servicio ritual y comunitario. EI punto focal es una eseructura especial (Hamada kiva en el caso de los tewas) yen los ritos se induyen trajes, artefactos y paraferna­ lia especiales. Si bien no hay jerarqufa hereditaria -rodos los miembros de la aldea nacen te6ricamente iguales-, entre los adultos existen grandes diferencias •de presrigio porque algunos tienen la habilidad y la ambici6n de ascender en la es­ cala ritual en tanto que otros no. Significativamente. se cree que los individuos de mayor prestigio mantienen una relaci6n mas estrecha con el mundo de los esp{rirus. En las tierras altas de Nueva Guinea es posible encontrar otra serie de socieda­ des aldeanas autOnomas.l·g Una vel. mas y en ausencia de jerarqufas hereditarias. corresponde al sistema ritualla responsabilidad de producir diferencias de posi­ ci6n adqu!rida, 10 que Raymond Kelly llama "una jerarqufa de fa virrud".9 • Alfonso Ortiz. 1969. Tht TtWIt WorM: Spae<. Timt. Bling and B«oming in a Pr"blo Socitty. , Roy A. Rappaport. 1968, Pig, for tht Anwtorr: Ritu4/ in tht Ecology o/N~ Guinta PtOpli-. , Paula Brown. 1972, Tht Chimbu: A Study o/Changt in Iht N~ Guinta Highlands. , Frcdrik Ba"h. 1987. COlm%gitJ in Iht Malring: A Gm('rativ(' Approach 10 Cultural Variation in Inn('r Ntw Guinta. • Bruce M. Knaufr. 1993. Sourh COilJI Ntw Guinta Cu/tum: Hiltory. CompllriIun. Dia/uNt:. 88 • Raymond C. Kelly. 1993. ConJlTucring Intqultlity: Tht Fllbrit:lltion 0/11 Hi"lIrr:hy o/Virtllt Among tht EtorQ. "'.. ..-.. .....
  • 10. Entre los chimbues hay yomba pondo, 0 Grandes Hombres prominenres que hablan en las reuniones del clan. participan ampliamenre en eI inrercambio entre regiones y mantienen nexos fuera de su propia comunidad.'o Por debajo de dlos est:in los Hombres Prominenres, que son mas productivos que el promedio, tienen dos 0 mas esposas y reclaman algunos dependientes y seguidores. Los Hombres Ordinarios producen 10 suficienre para sus familias, pero tienen pocas aspiracio­ nes a la prominencia. En eI fondo de la escala estan los yogos. Hombres de Nada u Hombres Basura, que no pueden mantener una esposa, producen poco y s610 parricipan marginalmente en eI intercambio. Los Grandes Hombres chimbues se constituyen en lfderes s610 por su ambici6n personal y sus logros en la producci6n de alimentos. las actividades en grupo, la guerra entre aldeas y las ceremonias. Segun Paula Brown. "proponen empresas y atraen seguidores. pero no pueden castigar a quienes no puedan seguirlos".11 Los Grandes Hombres patrocinan fiestas, son fanfarrones. amenazan. asesinan yenca­ bezan ataques contra orros grupos para vengar insultos 0 araques a sus seguidores. Tambien reunen los recursos y la fuerza de trabajo para construir la Casa de los Hombres que, como la kiva de los tewas, es eI punto focal de la actividad ritual. Fredrik Barth nos ha ofrecido una fascinante mirada a aquellas Casas de los Hombres 0 Utemplos" de recho de paja entre los oks montafieses de Nueva Guinea." Un ejemplo de elias es eI katiam. un templo destinado a curar trofeos de caza y ofrecer sacrificios cuyo objeto es e1evar los rendimientos agricolas. En eel se pueden guardar diversos huesos de los antepasados. Entrar en eI katiam depende de que un hombre no sea iniciado, de que 10 sea en parte 0 de que 10 sea por com­ pleto en eI sistema ritual. En una aldea ok, se encontr6 a II hombres totalmente iniciados que vivian en el katiam; 15 parcialmenre iniciados habian asistido en diferentes ritos en eI templo y a 128 no iniciados nunca se les habCa permitido la entrada. Los hombres iniciados por complero habian planeado algunas cacerias secretas que luego realizaban con ayuda de los hombres parcialmente iniciados. Luego de la caza, se ofreda a los antepasados algunos ani males que habian sido consumidos alrededor de uno de los diversos fuegos sagrados. Un segundo tipo de remplo ok, el yo/am 0 Casa de los Antepasados, es una estructura no residencial dedicada a riws de mejoramiento agricola y guerra. EI yol4m puede contener dos fuegos sagrados, asi como multiples craneos de antepa­ sados de muchos c1anes diferentes. Solo los hombres iniciados por completo pue­ den entrar en eI a decir plegarias y hacer ofrendas; esta excluida la mayor parte de los miembros de la aldea. Alii se planean ataques contra enemigos de la aldea y se realizan ritos para que rengan exiro. No es sorprendente que esos templos con fre­ cuen'cia sean las primeras esuuCturas incendiadas cuando una aldea es atacada. Nuestros ejemplos de Nueva Guinea revelali algunas orras instituciones de la sociedad aldeana amonoma: J) Es muy importante conservar a los antepasados en las inmediaciones. Un individuo se integra a un gran grupo de familiares mediante '0 Paula Brown. '972. Th( Chimbu: A Study ./Changf: in the N(w Guin(a HighlnndJ. "Ibid. p 53. " Fredrik Barth. '987. COlmoiogirs in the Malting: A Generative Approach to Cllitllral Variation in Inna /Vru' Guinta. La cr~aci6n tk/pmtigio m 14 Joci~dad igualitaria
  • 11. La cr~acion dapmtigio en fa Jociedad igualitaria FIGURA VILI. Las vasijas d~ forma hemisftrica d~ fafas~ Tiaras Largas confr~cuencia osuntan barras () galones de pintura roja. la descendencia compartida; los espfritus de los antepasados estan invitados a parti~ cipar en las a~tividades de los descendientes; fa constante presencia de los amepasa~ dos, sea en entierros. sea con partes de esqueleto curadas, hacen que la agriculcura y la guerra sean satisfactorias, fortaJedendo e! derecho de una persona a determinada parcela. 2) Los ritos masculinos y femeninos se llevan a efecto en lugares distintos: los masculinos en la Casa de los Hombres, los femeninos en el hogar. 3) Pese a la ideologfa igualiraria, eI punto focal delrito masculino es una casa en la que no se puede entrar sin antes aJcanzar deem nive! de presrigio. 4) Es probable que la cons~ trucci6n de la Casa de los Hombres haya sido dirigida por algun comerciante importante: algun hombre que haya acumulado excedemes. comeeciado, organi­ zado fiestas, alimentado trabajadores. dirigidola mano de obra y encabezado un araque. Opciones de asentamiento en la fase Tierras Largas Demos ahora una mirada aJ primer periodo de la prehisroria del VaJle de Oaxaca, en que son detectables las instituciones de la aldea aut6noma. Aquel periodo fue la fase Tierras Largas (I400~Il50 a.c.). tsta fue rambien la primera fase cuya alfa­ reria esta desorada de tal manera que, al estudiarIa. resulta reconocible de inme­ diato. AqueHa decoraci6n --<.:aracterizada por las franjas. las barras y los galones .de pintura roja- hizo posible que eI proyecro de Parronesde Asentamiento ubi­ cara cuando fnenos 19 asentamientos permanentes de la 'fase T'ierras Largas!J EI examen de los patrones de asentamiemo de la fase T'ierras Largas revela varias dases de het~rogeneidad. Todos menos uno de los 19 asemamientos permanentes fueron aldeas de menos de tres hecrareas. A decir verdad. en su mayor parte no pasan de una hect:irea. 0 sea aJrededor de las dimensiones de Gheo-Shih. Ello sig­ ninca que 1a aldea mas pequena conocida de la fase T'ierras Largas tenfa aproxima­ damente eI tamano del campamento arcaico mas grande que se conoce. £1 segundo asentamiento de la fase Tierras Largas es un grupo de nueve areas residenciales discretas en forma de herradura, con un total de apenas siete hecta­ reas. Esta aldea vagamente totalizada, San Jose Mogote. tal vez tenga tres veces el tamano del segundo sitio mas grande del periodo.y siete veces el.de unaaJdea'd­ pica. Tambitn posee caracrerfsticas que no seencuentran enningunacomunidad mas pequena, 10 mal sugiere que eI ramano no era 10 mas importame. Hay varias maneras de estimar la poblaci6n del valle durante la fase Tierras .Largas. £1 proyecro de Parrones de Asentamiento us6 el coenciente de 10-25 perso­ nas/ha'1 de la "aJdea compacta de baja densidad"j este coenciente arroja estimacio­ nes que van de 185 a 463 personas, cuya media es 325. Por orca parte, nosotfos basamos nuestras esrimaciones en excavaciones practicadas en la aJdea de Tierras Largas (el sitio tipo para aquella fase), las cuales sugieren que' una hectarea de asentamiento puede haber tenido de cinco a 10 familias' 0 25-50 personas.'! Este enfoque produce estimaciones que van de 463 a 925 personas para eI valle, con 'J Kowalewski rt ttl. 1989. p, 56. .. William T. Sanders. 1965. Thf Cultural Ecology oftht Hotih"""cdn Vall". p. so. •, Marcus C. Winter. 1971. <csis de docrorado in~dita,
  • 12. Ch,., Ill. 100% laborabl., cras., III, 10% laborable Sin cuhivar No "slUdiadas L.~_ _L.~~~.--' km FaS<' Tiaras Largas una media de 693. EI proyecto de Patrones de Asentamienro esrima que San Jose Mogore, la mayor comunidad del valle. puede haber tenido 71-186 habirantes. Ba­ sada en las excavaciones, nuesrra esrimaci6n seria de 170-340 personas, Pese a los diferentes merodos usados, esras esrimaciones se rraslapan en eI rango de 170-186 personas. Considerese ahora oua fuente de hererogeneidad: las aldeas de la fase Tierras Largas no esraban distribuidas uniformemente por £Odo eI valle. Mas de 50% de la poblacion esrimada de Tierras Largas vivia en nueve comunidades de la region de Eda, eI menor de los rres brazos del valle. Un grupo de cuarro aldeas se agrupaba en el centro del Valle Grande pero, fuera de e1lo, esre brazo mayor del valle esraba FIGURA VII. 1. Aldens de Ia flue Tierras fargas. sobrepuestas en un mapa del Valle de Oaxaca que muestra clases de tierra agricola. 91
  • 13. he fl·, '11.;.1:1 uw [.[.[f" '·'.,....1ti,' I" /-IdO"Jlr/" IlIillli·.! ,'Ii "I 'IIIJ/',dk (I,· FElli, 111/((',1111 lOt pllin;" nplO) (/1' itl,- ,dr/t'ri) ti,' I" (i'l' 1;(,/,,;1, r,ng,l', 1:1"/1/11 Of/J!'!' ff}ld (,.,'{I'il}flC/(h, IhI!d .Ii /'[" tI,'1 /Jllil/II' mr/,..[(Id til' /I,T,,; tI" (},{i{' / (Id Iidl/I/I'ri ,';"/'1.;/ rid Hio .,1[(11',1,) '1'/.1 /'ddil t'/ :'11]' f F'IO,'.!Jd//" tI(' {I)-oj f),)hbdo (k 111;l1I:r;1 ,lIsper,.;;!. EI !ll;i~ dl~p'r.'() til' rodos era l'1 ;lSl'lHalllielllo ,It-I 'lib· .llk tit' Tbcoillb. ;Por qu.; d SUhV:llk de Erb arr.ljo a r.11H;1 g..·rHc~ Cre<:lllos que 1.1 rcspu,'l.1 Lldl' C.l l'1l L1 disrrihllci!:)Il dit~rellcial tit: la rinra dt' CLls:" L ZDlla SUl1larm:'IHl' ;ll'rni.!,LI que .lLru:timelHt' lit'llt' relldirnit'll£os de m;l.' de Jm {ollebdas merric;Js lit- IlLIII ,')1 he([;ll'e.l (veast' n:cuadro). D, :lcuerdo CUll Ull nrudio rl':tlizado pOl' Limb l"idl,ILh. de' 1.1, 12(401);1 de lilTLl de Clast' J dd Valle ,it- O:lxao, ) 117 ha f)lInkn "lh'l!1 ILlrSl' ell el slIhvalk de ErL!.'" Orra,, qi ha (;'xisrell t'll ('I Valle Gr;lnd" ..Il'l ll{lnL d ;ire;] <':011 l'l segundo 111:1'01' IlllIlH·rn d~ ;lld<:',IS dl' TicrLb L~rg;ls. NillgUI1;l "ll',l pane dd v;llic se ie..; cOl1lp;ua. pues Ia n:git'm orienc}1 d~ Tlacolub (Ielle ml'llm ~k
  • 14. La clasificacion de tierra agricola en el Valle de Oaxaca La ~aciJn d~1prmigio en la lociedad igualitaria En 1973, la ge6grafa cultural Anne Kirkby hizo una divisi6n de la tierra de culti­ vo del Valle de Oaxaca en seis categorfas, con base en eI modo en que era usada: 1 Agricultura de manto fre;hico 2 Agriculrura de manro freatico marginal 3 Riego por canal 4 Agricultura de abundance agua de desbordamienco 5 Agricultura de poca agua de desbordamiemo 6 Agriculrura seca En 1989, la arqueologa Linda Nicholas consolid6 las seis categorfas de Kirkby en tfes dases, con base en los rendimienros del mall.: I. La Ti~rra tk Cwe Jconsiste de "tierra de manro freatico" y "tierra de riego por canal" que produce los rendimientos mas altos y seguros (habitllalmente mas de dos roneladas metricas de mall. por hectarea con las variedades de mall. actuales). II. La Ti~a de Cwe 1I consiste de tierra "de manto frea.tico marginal" y "de agricultura de abundante agua de desbordamiemo", que suele producir 1.2-2.0 toneladas metricas de mall. por hectarea con las variedades de mall. actuales. III. La Tiara de ClaSt III consiste de tierra "de agriculrura de poca agua de desbordamiento", que suele producir menos de 1.2 toneladas merricas de mall. por hectarea con las variedades de mall. actuales. Para d traze de los pianos de sitios arqueologicos de todo eI valle sobre tipos de tierra, son mas conveniences las areas de uso del rerreno de Nicholas, por ser mayores y formar menos mosaico que las de Kirkby. Sin embargo, para cienos periodos primitivos, en ocasiones se debe usar la c1asificacion mas fina de esta investigadora, porque separa la agriculrura de manco frdtico (que era importan­ te hacia 1300 a.c.) del riego por canales (que puede haber surgido con posterio­ ridad). 400 ha. Cuando se sobreponen rodas las comunidades de la fuse lierras Largas en eI mapa de uso de la rierra del valle trazadopor Nicholas, 16 de 19 sitios son adya­ centes a tierra de Clase I. Nuesrra conclusion esque, con algunas excepciones no explicadas, las familias de Tierras Largas consrrulan sus casas sobre pendientes libres de inundaciones que dominaban de manera inmediata la tierra de ClaseI(habitualmente yuh kohp 0 aluvion humedo). La region de Edano solo contaba con mayor extension de esta c1ase de tierra sino que rambien era el brazo mas angosto del valle. Por tanto, para los campesinos de Eda el trayecro era mas corro a las montafias boscosas, en las cuales se provefan de venado, plantas silvesrres y madera para la construcdon. Aquellas diferencias de entorno quiza ayuden a explicar las diferencias de pobla­ cion entre los varios brazos del valle, pero son insuficientes para explicar eI rama­ no desproporcionadamente grande de San Jose Mogore. 93
  • 15. • • La creacion dt'iprestigio m &. sociedad igualitaria FIGURA VII+ Plantas carboniuuias de aldeas de 1S00-S00 a. C 1m aValle de Oaxaca. a) Mawrca de ma{z fragmlmtatUz, fase Tiaras Largas; b, c) pequdias ma:wrcas de malz can gluma..< mduruitids (multado de la croZtl can u:osinte), faSt San Josl; d) fragmmto de ma:wrca de matz, fase San Josl; c) vaina de teosinte, fase San Jost; f) frijoks comunes, fast GuatUzlupe; g) Stmilla de calabaZtl, fase San Jost; h) semilla de tuna, fase Tiaras Largas; i) semillas de chile, faSt San Jost; j, k) semillas de aguacau, fiJI! GuatUzlupe; I, m) mascaduras dejibra de agave, fise Rosario. Longitud de a: 3.2 cm. La agricultura de fa fase Tierras Largas Expuestas como estan a los elementos, las aldeas primitivas carecen de los abun­ dantes vestigios vegetales de las cuevas secas. No obstante, sumergiendo en agua los residuos de ceniza se puede lograr que la vegetaci6n carbonizada flote en la su­ perficie.'7 Entre las plantas carbonizadas de las comunidades campesinas primiti­ vas del Valle de Oaxaca se induyen cereales. legumbres y orros vegetales, condi­ mentos e incluso cosechas de huerto. Aunque hubo adiciones posteriores al inventario, la mayor parte de los producros b:isicos de la civilizaci6n zapoteca tar­ dfa se haHaban presentes hacia 1500-500 a.c. Durante eI ultimo milenio, del que la fase lierras Largas no file sino el capitulo inicial. los aideanos oaxaquefios culrivaron mall. emparentado con el nal-tel yel chapalote. dos variedades antiguas que todavia se encuentran en Mexico y Cen­ troamerica. Como es obvio. el teosinte creda junto con eI mall., como hierba del campo 0 como culrivo deliberado; eI mail. adquiere resistencia a la sequia y vigor c b ~ e 0 .­ t.h • • i I " Fiann<ry (comp.), 1976, pp. 104-105.94
  • 16. hfbrido cuando se cruzan ambas plantas. Tambien se sembraba calabaza y frijol comun, ral vez directamente entre el maIz.EI chile agregaba sab~r y vitaminas ala dieta, en ranto que eI aguacare se habra consticuido en eI primer cultivo de arbot. Se comian ranto eI agave como eI nopal. pero como ambas plantas se propagan vegetativamente, es dificil decir si los restos carbonizados eran silvescres 0 domes­ rlCos. De las estribaciones y las montaiias. los aldeanos segufan recolectando plantas silvestres. como nuez negra. vainas de la familia de las acacias y fruta del almez y del organo. Con los carbohidratos que aportaban el mafz y eI agave asado, la pro­ teina del frijol y de la carne de venado, las grasas del aguacate y de las piezas de caza, ademas de las vitaminas de la feuta y del chile, los aldeanos de Tierras Largas tenlan a su disposici6n una dieta variada. Es mas, dado el camano y la productivi­ dad de las mazorcas de maiz de la fase Tierras Largas, sospechamos que eI Valle de Oaxaca incluso pudo haber mantenido a muchas mas personas de las que tenemos noticia.'8 Aquellos primeros agriculrores continuaban cazando venado y pecad. pero su esuategia de caza habia cambiado: al parecer, ya no usaban dardos de adad con puntas de pedemal. ya que estas se hal/an virtualmente ausenres en su desecho. No eS[a claro 10 que significa este cambio. Podrfa reflejar un paso a partidas de caza mas nurridas, que usaban dardos de madera endurecida al fuego y largas redes extendidas entre dos 0 mas cazadores; estas esnacegias eran conocidas en Chiapas, al sur de Oaxaca.'9 Los aldeanos de la·fase Tierras Largas tambiln atrapaban conejos. palomas, codornices y orras pequenas piezas de caza, extraian ropos de sus milpas y reco­ gian rortugas de cenegal de los remansos de los rios. Los perros domesticos -que se cree que fueron introducidos en eI Altiplano mexicano desde America del Norte entre 2500 y 1500 a.C.- medraron en las aldeas de la fase Tierras Largas y eran comidos regularmente. Hasta donde podemos decirlo. roda familia disponfa de carne de venado. Esta situadon igualitaria cambiaria en'periodos ulreriores, cuan­ do la poblaci6n credo tanto que dejo de haber sullciente venado para rodos. La vida en unaaldea de lafase Tierras Largas Para cener una idea de la vida en una aldea de la fase Tierras Largas, veamos eI "sitio ripo" que da su nombre al periodo. Situado en las esuibaciones de una montana como la que se muestra en la Ilgura VII.3, lierras Largas domina eI terreno de alu­ vi6n del Rio Acoyac, en la parte sur del subv~lIe de Eda. Aunque Tierras Largas ((~cnicamente domina tierras de Clase II (vease recuadro, p. 93), ellugar se halla muy cerca del minimo de 2 000 kg/ha para la tierra de Clase I. Durante la fase Tierras Largas, esce sido fue una aldea de cinco a 10 familias que cubrfa un area de 1.58 a 2.24 ha.1<) Cada propiedad familiar parece haber consisrido La creaciOn delpmtigio en La Iociedad igualitana " Nicholas. 1989. p. 463. '. Gareth W. Lowe. 1959. Arrha~obtgi('(I1 Explcrarion ofw Upp~r GrijalVd: Riva; Chiapas. Mmco. p. 7. ,. Marcus C.Wintct. 1972. (csis de doctor~do incdita. 95 :..................................---------­
  • 17. La creacion delpmtigio en fa sociedad igualitaria FIGURA VI1.5. Ruomtruccion artistica dlt fa Casa LTL-I en Tierras Largas. '­ ,~- -- ~". ' .,....... ...-:~". :.-=~ ....&.... - ~ ...""""",.,- ..~ .... - ~.,...';" ~. . . . ~,"'&' _.' ..r~: ."':':;..­ - ! ;~ ::......;..: .'. de una casa, un patio de entrada para actividades en d exterior y una serie de fosos de almacenamiento cercanos. La Casa LTL-I de la fase Tierras Largas Tard{a puede servir de ejemplo. Blanqueada con lechada de caJ, la casa de bajareque cubria alre­ dedor de 4 x 6 m; al oeste del patio de entrada, hab{a una serie de fosos de almace­ namiento con una capacidad promedio de 1.5 ml. Aquella familia de quid cuano a cinco personas estaba dedicada a la agriculrura (como 10 demuestran los granos de ma{z y las semillas de aguacate carbonizados), a preparar alim.~nros (como 10 demuestran I4 fragmentos de piedras de moler), a cazar y arrapar animales con trampa (como 10 demuestran los huesos de venado, . conejo, liebre, topO y tortuga de cenegal) y a coser (como 10 indican las agujas de hueso). Asimisino habfa indicios de vida social y ritual. En un foso de almacena­ miento se encol1traronhuesos de ala de Ara mifitans. 0 guacamayo azul verdoso, usado profusamente por sus plumas. Quo foso revel6 fragmenros de un tambor hecho del caparaz6n de una tonuga, perteneciente a Ia especie Damatemys maw;i de las tierras bajas. Tanro el guacamayo como el tambor fueron importados de regiones rropicales fuera del Valle de Oaxaca. Como ya hemos mencionado, las sociedades de aldea am6noma practican numerosos ritos, en los que generalmenre se induye comida, bebida. musica y rrajes hechos de partes de animales, plumas y concha marina. Es claro que alguiende la sociedad de Tierras Largas negociaba para obtener parafer­ ',' nalia ritual de otras regiones de Mexico, la cual era mas valiosa segun la distancia de la que provenfa. Desde el Arcako Tard{o en Cueva Blanca, los ocupantes del valle hablan recibi­ do pequefias cantidades de conchas marinas de la costa. Ahora, al aumentar las necesidades ntuales y con una poblaci6n estimada cinco a IO veces mayor que: la del Arcaico, eI tcafico de conchas cobraba visos de flujo constante. Las comuni­ dades de la fase de Tierras Largas Tard{a importaban de la costa del Padfico madreperla (Pinctada sp.), ostra marina (Spondylus sp.) y caracoles de estuario. AI parecer, durante la ocupaci6n de la Casa LTL-I, ~rios miembIOs de la familia murieron y fueron sepultados cerca de ella. Una mujer, de 20-30 afios de edad, fue entercada al oeste del patio de entrada; orca mujer adulta 10 fue en un foso de alma­ cenamiento, tal vez par hallarse convenientemenre abierto y fuera de uso en el momento de su muerte. .,. . - ~ ~ .... --.. . _.... ~ - .. •• - I' . . .
  • 18. En orro foso de almacenamiento, un hombre de 40 anos fue sepultado totalmen­ te exrendido boca arriba. Resulta significativo que en el reUeno de aquel foso se· incluyeran mas de 70 fragmentos quemados de argamasa con impresiones de cana procedentes de las paredes de una casa. Es posible que aquel hombre fuera un jefe de familia mayor de edad, tras cuya muerte la casa fue incendiada deliberadamen­ re y sus vesrigios enterrados con el. Tambien podrla ser que eI hombre y su casa hubieran sido vfctimas de algtin ataque. La muertey los antepasados Los antepasados desempenaron diversos papeles importames en la sociedad de la fase Tierras Largas. Una de las maneras en que se integran las aldeas aut6nomas es mediante Ja pretensi6n de grandes grupos de personas de descender de un antepa­ sado comtin. Asimismo, sepultando a sus antepasados.en tumbas 0 cementerios del asentamiento, los aldeanos se: de:muestran a sf mismos y demuestran a sus veci­ nos que poseen derechos heredirarios a dererminado trow del mundo. Los cerros y eI pie de la montana del Valle de Oaxaca segufan siendo "campo abieno" de las tierras no desarrolladas: eI quijxi, como 10 Haman los zaporecas hoy en dfa. Lo mas probable es que aquel campo abieno fuera com­ partido amis£Osamente, ya que £Odos lo~ aldeanos nec;sitaban disponer de postes de pino, pedernal, cal, pigmento de: he:madta, piezas de cata y sal. Pero alrede:dor de cada aldea habIa entonces un "campo interior" mejorado por la consrrucci6n de casas, la excavaci6n de fosos, el desmollte de yuh kohp y la sepulwra de los ante­ pasados. Existe fa certeza implkita de que aquel campo interior era defendido de los forasreros."· 11 .. Eric R. Wolf. 1966. PtltJants. p. 21. a Rich.rd I. Ford. 1968. (csis de docror.do inedif2. La creacion cUIpmtigio en fa sociedad igualitaria Vasija hcmisferica rojo ··'" sobre am2rillo 1. :---.j~ . ':., j CDc?­ FIGURA VlI.6. Entierro 29 tk SanJosl Mogott, un hombre tk mds tk 40 anos tk edad. Jepuitado en posicion setknu. FIGURA Vl1.7. Trabajadom 1tk SanJosl Mogote excavan ef mtierro tk un varon untado. 97 1 ( I
  • 19. I I I f I ~I ""- '"; '~1 < • ,-.~::- ~';t""::'''-':' :-... ~ ..,. ~~ !·I' ,I H II <:-; I <1'liI tI,;rrtl ,It Sa!{ jos,l it IOJ!o//', I'll 1I1Ii! 0/ rilJdtlrill d,'1 I'il' ell' III Jl{fJ///,IJ/fl, rod"'ldo ell' lil'rm de 11/ CI,lfl' /, 01 "/ 'I,fll,;//,' tI,< FrI,l. /.,1/'''(['' IIlfi, dliligu" d"I,iffl))i" 111," tI I,'re·,! drIN,:" Amy,/,<. /} )111' I',,{(; 1'1/ Itl 1'111'/1' iIIl'l'rior dr I" jn/o< l'" ...... _ _ _ .. _ _ . . . . . _ _ _ _ _ _ - . . . .. . . as~; .
  • 20. La forma en que se enterraba a los antepasados nos dice que la sociedad de la fase Tierras Largas aun careda de muchas de las instituciones ulteriores de los zapotecas hist6ricos. Ninguno de los entierros halladoshasta la fecha muestra algun signo de bienes suntuarios. No tenemos casos de entierros de esposo y esposa; todos, hombre 0 mujer, eran rratados como individuos. Lasposiciones de inhumaci6n no se apegaban a ninguna norma. Si bien la mayorfa de los difun­ tos se colocaban en posici6n rendida, podian estar pronos 0 supinos; rener los brazos a los costados 0 plegados sobre eI pecho; y orienrarse casi hacia cualquier direcci6n. Tres entierros de la fase Tierras Largas Tardia (uno de Tierras Largas y dos de San Jose Mogore) sobresalen por su diferencia. Todos son hombres de mediana edad y estan enterrados en posici6n sedente, muy flexionados, 10 que sugiere que estaban firmemenre envueltos. Por diversas razones, sospechamos que eran indivi­ duos que habfan obtenido e1evada posici6n, tal vez analogos a los hombres "total­ mente iniciados" de las.tierras altas de Nueva Guinea o las. Personas Hechas que habfan pasado por todos losniveles de la sociedad de los indios pueblo. A este res-,­ pecto, estamos influenciados por la importancia de enrierros sedenres en socieda­ des mexicanas y cenrroamericanas ulteriores (capitulo VIII). Sin embargo. insisti­ mos en que nada de 10 enconrrado en esos enrierros de la fase Tierras Largas implica una posici6n h"~dada. Otra dave de la importancia de los anrepasado~ en la vida aldeana puede en­ conrrarse en las figurillas humanas de la fase Tierras Largas; hechas del mismo barro cocido de las vasijas de alfarerfa, su frecuencia aumenr6 en eI transcurso del periodo. En su mayoria represenran mujeres y todas se enconrraron en casas 0 en sus desechos.2 ) No estaban presenres denrro ni en los alrededores de los pequefios '.' Robar D. Drennan. "Rimal and Ceremonial Development a[ the Early Village Level", en Flannery y Marcus (comps.). [98,. pp. 46-50. La cr~acion delpmtigio m fa soci~dad igualitaria FIGURA VlI.9. Figuriilds tk lafast' Til'TTas lArgas. (Izquierda) Fnnmina; (derecha) mascuiina. 99
  • 21. La cr~acion d~Ipmtigio en fa soci~dad igualitaria FIGURA VII.IO. Ruonstruccion artfstica d( una Casa d( los Hombr(s ,u !Lz fas( Ti(rras Largas. SDem 1 Cal apagada FIGURA VII.lI. P!Lzno y vista transvasal,u un foso limo d( cal m un~ Casa ,u los Hombm iU !Lz fas( Ti(rras Largas. edificios publicos que se describiran Ifneas adelante, a los que consideramos anilo­ gos a las Casas de los Hombres 0 a los "tempios de iniciados" de las aldeas aut6no­ mas. Pensamos que la mayor parte de aque!las figurillas representan antepasados femeninos y forman parte de un complejo ritual femenino cenrrado en el hagar. Creemos que habia un complejo ritual masculino aparte, concentrado en las Casas de los Hombres, a cierta distancia de la casa familiar. La vida en fa aLdea masgrande del valle Como ya hemos visto, San Jose Mogote era la mayor comunidad del Valle de Oaxaca por diversos 6rdenes de magnitud. EI sitio es disperso en el nivel domestico, pero agrupado respecto del resro de la regi6n de Eda. Consiste de nueve areas residenciales discretas -cada cual aparen­ temente de las dimensiones de una aldea en cualquier otro lugar del valle-, que ocupaban siete hectareas de estribaci6n del pie de la mon­ tana en la margen izquierda del Rio Atoyac. La estribaci6n esta rodeada por tres lados de tierra de Clase I, hecho que por si solo no basta para explicar su ins61ito tamano y configuraci6n. Alguien, 0 alguna instituci6n, mantenfa aglutinado a un mimero sin precedente de personas. Para la comprensi6n del sido consideramos importante el area residencial del extremo oeste, donde se destinaron ala arquitectura no residencial 300 m'. En cierto momento de la fase, aquella area estuvo dominada por un edificio de una camara que creemos analogo al yofam de los oksmontaneses, 0 el kiva de algun pueblo sudoccidental. Peri6dicamente se arrasaba cada uno de aquellos edificios y se construia uno nuevo, aparentemente en eI mismo sitio. Por medir no mas de 4 x 6 m, aquellas construcciones s610 podian haber albergado a una fracci6n de la comunidad. Dado su pequeno tamano. creemos que estaban restringidas al equivalente de los "totalmente iniciados", esto es, un subgrupo de los hombres de la aldea. Si bien tenian paredes de canas y arcilla, los edificios diferfan de las residencias ordinarias por diversos conceptos: I) se orientabanaproximadamente ocho gra­ dos al oeste del norte verdadero, orientaci6n compartida por edificios religio­ sos ulteriores de Oaxaca; 2) contenfan de dos a tres pilotes de pino mas que las casas ordinarias; 3) a los pisos y las paredes '(interiores y exteriores) se les apli­ caban multiples capas de argamasa de cal, que les daban un color blanco puro; 4) los edificios en si se colocaban sobre plataformas rectangulares de hasta 40 cm de altura, recubiertas de cal, yel acceso a la puerta se hacfa mediante pequenos escalones insertos en la plataforma; 5) algunos de aquellos edificios tenian un foso de almacenamiento incorporado en el piso, recubierto de cal y ubicado en el centro. Cuando se les descubrfa intactos, los fosos mencionados se hallaban !lenos de cal en polvo, almacenada tal vez para usarse con alguna planta ritual como el taba­ co silvestre (queeza en zapoteco), el estramonio (nocu?ma COhUlJ 0 el dompedro. En tiempos de la conquista espanola, tanto los zapotecas como los mixtecas utili­100
  • 22. zaban tabaco silvestre mezclado con cal durante sus ritos.4 •16 Los zapotecas crdan que poseia poderes curativos y podia aumentar la forraleza fIsica;7 10 que hada de eJ una droga adecuada para ser usada antes de las incursiones.18 No creemos que alguien viviera realmente en aquellos edificios, los cuales fue­ ron dejados virtualmente limpios. De tal suerte, no pueden compararse con edi­ ficios como el katiam de Nueva Guinea, donde realmente residen algunos varones mayores. Los consideramos estructuras de entrada restringida en donde un peque­ no numero de hombres "totalmente iniciados" podian reunirse a planear incursio·· nes 0 batidas de caza, realizar ri[Os agrkolas, fumar 0 ingerir plantas sagradas ylo comunicarse con los espfritus. Aunque en aquellos pequenos edificios blancos no se encontraron huesos ni reliquias de los antepasados, tal vez sea significati­ vo haber encontrado cerca dos de nuestros entierros sedentes de hombres de mediana edad. ,Quien construy6 aquellos edificios? En primer lugar, ni en eI esfuerzo de la mano de obra ni en las materias primas involucradas hay alguna sugerencia de que interviniera nadie ajeno a San Jose Mogote. Pese a sus dimensiones, no poseemos indicios de que esta aldea haya superado la au[Onomfa de las aldeas cercanas. En segundo lugar. un enfoque centrado en el actor nos obliga a reconocer que alguien pJane6 la construcci6n de cada uno de aquellos edificios, organizo y alimento a los obreros. dirigio eI trabajo y obruvo eI credito por hacerJo. Por consiguiente, San Jose Mogo[e debe de haber tenido una sucesi6n de dirigentes socialmente ambicio­ sos seleccionados por sf mismos, que sablan como transformar en obras publicas presrigiosas su excedente agrkola difkilmente logrado. El registro etnografico nos dice que esta c1ase de hombres acumula mas que su cuota de esposas, familiares y allegados. tanto como un cuerpo de seguidores que Jes obedecen a cambio de favo­ res y de gloria. Es probable que durante la fase Tierras Largas aquella c1ase de FIGURA VILl2.. Unos trabajtUiom comtruym un muro tU protfccitin alrrduior tUipiso rrcubiato tU cal dr Ia Estructura 6, una Cl1Sa dr los Hombm dr San Josl Mogotr. Es claramrntr visibir rlfoso ubicado rn rtcrntro para Ia cal m polvo. " Mezd.do can cal en paiva. d .,b.cn era us.do par los zaporec2S p.ra I••divin.ci6n. Vbse Jos" Alcin. Franch. 1993, Calt:ndario y rrligion mm 10, rAPOl_COl, pp. 84.85. " Los miXlec.s ,.mbi"n us.b.n t.b.co pulverizado par. sus rito•. Veasc Jill L. Furst, 1978. Cod", Vin,u,bonmli, M(xicanu, I: A Commmlary. pp. 9. 18. ,. Los moras masricaban ,.baco pulveri12do. Vease CCU1 Pacheco. 1960. U'Of. cortumbuf, rdigion: fUpn-slicio­ n",u 10, maYIlJ. p. III. " Whireco[{on, 19n. p. 137. •• Redmond. '994. La creacion delpmtigio m fa sociedad igualitaria 101
  • 23. La creacion delpmtigio en fa sociedad igualitaria liderazgo y no simplemente la tierra de la Clase I haya atrafdo a nueve grupos de familias a San Jose Mogote. Ahora, permftasenos considerar por un momenco como puede el "sistema" haber conformadoa los actores de la fase Tierras Largas. Recordemos la dicotom{a de Wiessner encre: I) eI riesgo compartido entre los miembros del grupo, y 2) eI riesgo aceptado por la familia.>? Remonrandonos al Arcaico, los habitantes de Oaxaca habfan empezado a aceptar eI riesgo familiar. En las aldeas de 1a fase Tierras Largas, 1a familia nuclear de cuatro a cinco personas aun parece represen­ tar una importance unidad de residencia. siembra, almacenamienco yaceptacion del riesgo, separada por 20 0 40 m de su vecino mas proximo. En un sistema basado en eI almacenamiento privado, siempre hay potencial para que una familia siembre mas, trabaje con mayor ahfnco y acumule mayor excedente agrkola que sus vecinos. Andando eI tiempo, d jefe de esa familia puede sufragar mas esposas, atraer mas seguidores, realizar mayores incercambios y sus­ cribir la construccion de mas edificios publicos que otras familias. Potencialmente. e110 podrfa violar dena etica igualitaria. pero puede haber circunstancias mirigantes. En algunas sociedades, eI exito agricola se atribuye a la ayuda sobrenatural del mundo del espfritu y la edificacion de una Casa de los Hombres se considera parrio­ rico. Con trabajo arduo, generosidad evidente y un poco de ayuda del mundo es­ piritual, pueden crearse grandes diferencias de prestigio en una sociedad igualitaria. Ef contexto mas ampfio de fa /llJe TierrllJ LargllJ Desde luego, los cambios sociales de la fase Tierras Largas no se dieron en el vado. Pese a las agrestes montanas que rodean eI Valle de Oaxaca, los aldeanos de la fase Tierras Largas se hallaban en concacto con sociedades que experimentaban cam­ bios simi/ares. Estilos ampliamente compartidos en la decoracion de la alfarerfa vinculan eI Valle de Oaxaca con muchas otras regiones. Por ejemplo, la fase Tierras Largas com­ parte un complejo de vasijas, botellas y jarras rojo sobre amarillo con comunida­ des de la Cuenca de Mexico. el Valle de. Tehuadn ..en Puebla, el Valle de Nochixtlan en el norte de Oaxaca y la Canada de Cuicatian. futa esfera del "rojo sobre amarillo" de las derras altas se disipa a medida que se lIega a las tierras bajas de Tehuancepec, donde la sustituye una esfera ceramica que vincula a Chiapas con el sur de Veracruz.J° Las familias de Tierras Largas recibian productos exoticos de orras regiones. tal vez mediante la estrategia de establecer "sodos comerciales". Algunos, como la obsidiana, aparentemente Ilegaban a las familias, incluso en las aldeas mas pe­ quenas. Otros. como la cera~ica negra lustrosa de barro no local, solo parecen haber Ilegado a San Jose Mogote. Orros productos mas, como las conchas mari­ ., Pauline Wiessner, 1981. "Beyond Willow Smoke and Dogs' Tails: A Comment on Binford's Analysis of Hunter-gatherer Settlement Systems'. Amrrican Antiquity 47. pp. 17H78. l<' John E. Clark. "The Beginnings of Mcsoamnica: Apologia for ,he Soconusco Early Formative", en Thr Formatu:m ofComplt:r Socirty in S()uthraJUm Mrroamaua, William R. Fowler, Jr. (camp.), '99', fig. 8.102
  • 24. La creacion delprestigio en fa sociedadigualitaria FIGURA Vll.I}. Lfmiw aproximados d~ fa zona d~ ~stilo aramica "raja sabr~ amarillo"a fa qu~ p~rtm~da t! Vall~ tk Oaxaca durant~ fa fau Ti~rras Largas. Al~sU fJuuiaba fa zona tk ~$tilo aramico Locona. nas, lIegaban a San Jose Mogote en mayores cantidades que a las aldeas pequefias. Ello podrfa significar que los mismos Grandes Hombres que atra'an a tantos segui­ dores a San Jose Mogote tambien participaban intensamente en el intercambio. Algunos de los mecanismos de aquel intercambio se puedendeducir siguiendo la pista del movimiento de la obsidiana gris desde un yacimiento cercano a Otumba. en fa Cuenca de Mexico. Un estudio de Jane Pires-Ferreira muestra que cuanto mas lejos de Otumba quedara una aldea menos obsidiana recibia de aquel yaci­ mienra." Las aldeas ubicadas en un radio de 40 km ~e Otumba (un viaje de uno a dos dias) recibian casi toda su obsidi~na; aquellas localizadas a una distancia de 245-390 km (un viaje de 8-12 dias) recibfan tal vez una tercera parte. Este patron sugiere que la obsidiana de Otumba paso lentamente de las aldeas de la Cuenca de Mexico a las aldeas de Tehuadn y Oaxaca, guardando cada aldea parte de 10 que recibia y pasando el resto "a 10 largo de la linea"Y Igualmente interesante era la heterogeneidad de su uso una vez que la obsidiana habia lIegado a aldeas como Tierras Largas.ll Al parecer, rados los hogares ten'an cierto acceso a ella, pero las fuentes y las cancidades variaban considerablemente de una casa a ona. La Casa LTL-t(descrita previamente en este cap'tulo) recib'a 84% de su obsidiana de una fuente situadaa 100 km al norte de Tehuadn. Una casa cercana recibfa 70% de la suya de Otumba. Algunas casas tuvieron hasta 25 piezas de obsidiana, orras solo una. tste es eI patron que podrfa esperarse si cada casa se hubiera procurado su obsidiana por sf sola. Se trata de un patron t1pico de las sociedades aldeanas autonomas, en el que cada familia puede tener socios comer­ ciales. parientes politicos, amigos 0 parientes ficticios en las regiones vecinas. Creemos que este tipo de intercambio, negociado individualmente por cada " Jane W. Pires-Fer«ira, 'Obsidian Exchange in Formative Mesoamerica", cn Flannery (comp.), 1976, pp. 292-)06. .. EI concepto d... inr...rcambio -. 10 largo de la Ifnea" fue propu..-<!O prim...ram...nre por A. A.• Rendrcw, J. E. Dixon y J. R. Cann, 1968, -Further Analysis orNear Eastern Obsidians". Proudingsofthr Prrhistoric Socirry )4. p. )29· " Marcus C. Wimer y Jane W. Pires-Ferreira. "Distribution ofObsidian Among Households in Two Oaxacan Villages", cn Flann...ry (comp.), 1976. pp. 306-311. 103
  • 25. La creadem delprestigio en fa sociedadigualitaria F!GURA Vl1.I4. Cuarte planta tklMonticulo 6 tNtk Paso tk Ia Amada, base tk un posibu "umplo Itk inicil1dos"en Ia costa tk Chiapas. Nouu o J I I el dobu portico. Metros familia con socios comerciales -y presumiblemente redproco--, era eI "comer­ cio" dominante de la fase Tierras Largas. Solo en San Jose Mogote vemos indicios de que empezaba a surgir un comercio mas elaborado, acaso negociado por los mismos Grandes Hombres que dirigieron la construccion de las Casas de los Hom­ bres. Aquel comercio puede haberse extendido mas alia de la esfera del rojo sobre amarillo, vinculando a Oaxaca con regiones mas lejanas. (Que estaba ocurriendo en aquellas regiones mas lejanas? Algunas de elIas pasa­ ban por cambios evolutivos similares a los de Oaxaca, en tanto que otras no. AI parecer, la costa chiapaneca del Padfico fue una segunda region de Me­ soamerica en la que surgran dirigentes fuertes de la comunidad, atrayendo seguido­ res y compitiendo para erigir "templos de iniciados" cada vez mas grandes. Sin embargo, las estructuras de Chiapas no eran similares a las de San Jose Mogote, que actualmeme son unicas en su forma rectangular, su uso primitivo del estuco . blanco, sus fosos Henos de cal y su orientacion. Los edificios de Chiapas son tan .,.diferentes que sugieren una tradici6n arquitect6nica independiente de las tierras bajas; tambien son mucho mayores que sus comraparres oaxaquefias. Para echar un vistaw a aquellos edificios nos volvemos hacia el vilIorrio costero de Paso de Ja Amada, excavado por John Clark y Michael Blake.H·J! EI Momfculo 6, uno de los mayores tumulos de tierra de aquel sido, contenfa una secuencia de cuando menOI siete estructuras -tal vez mas- reconstruid~ una sabre otra entre 1400 y IIOO a.C. AI parecer, todas tenian identica orientacion, aproximadamente noroeste-sureste. !. John E. Clark y Michad Blake. 1990. "Investigaciones del Formalivo Temprano dellitoral chiapane,o. Temporada 1990". informe multicopiado dirigido allnstim!o Nadonal de Antropologfa e His!or;a. " Michael Blake. "An Emerging Early Formative Chiefdom a! Paso de I.. Am..da. Chi.pas, Mexico", en Th, Fonnl1fioll 0/Compl,,( Socifl] i1l Soulhrafurn M(fOamcritd. William R. Fowler. Jr. (comp.), 1991, pp. 27-46.
  • 26. La cr~aci&n tklpmtigio m ia Ioci~dad igualitaria N magnbico • Hoyo del poste - - LImite del piso Metcos Como puede apreciarse en las figuras VIl.14 y.YII.I5, aquellas estruccuras eran edificios ovales de bajareque. El que se asocia con la cuarta plama (vease la figu­ ra Vl1.14) tenia 21 m de largo y II de ancho y des~ansaba sobre una plataforma de tierra de 0.75 m de alto. Estaba abierta en ambos de sus lados longitudinales y cada una de aquellas entradas estaba flanqueada por un p6rtico que remacaba una escalinata de tierra. En los excremos opuescos del edificio habfa un par de fogones, <:Jue recuerdan los "fuegos sagrados" gemelos del joiam de Nueva Guinea. A semejanza de las Casas de los Hombres de fu fase Tierras Largas, de las que son comemporaneas. las estructuras chiapanecas se conscruyeron una encima de ona sobre el Monticulo 6. Una etapa posterior. asociada a la segunda planta. media 17.5 por 9 my tenia un plano absidal con rres grandes pilotes centrales para soporrar el techo; cuando menos 25 pilotes mas aparedan a 10 largo de las paredes. <:Jue no estaban recubiercas de mortero de cal sino de arcilla. Blake estima que 25 personas se habrfan llevado 20dfas en construir aquella estructura)6 Si bien no siempre es facil saber si las estructuras de ba;areque son residencias 0 edificios publicos, existen siete razones por las cuales interpretamos como publicas aquellas imporrantisimas estructuras de Paso de la Amada. I) Todas elIas fueron conscruidas sobre uno de los momIculos mas elevados de la aldea, ubicaci6n tfpica para edillcios publicos. 2) Varias de las estructuras conten{an ofrendas de dedica­ cion debajo del piso, rasgo comun de los cemplos, pero no de las residencias primitivas. J) Cada estructura represencaba inversi6n en mana de obra muy su­ perior a las posibilidades de una familia; asociamos ese esfuerzo con la cons­ truccion publica. 4) Si bien no era raro que los templos !11esoamericanos prirni­ "'ldrm. FIGURA VlI.I5. Srgunda planta tkl Montlculo 6 m Paso tk Ia Amada. bau tk un pOJibk "trmplo tk iniciadm" comtruido sobrr Ia cuarta planta. con Ia misma orimtacion.
  • 27. La creacion delpmtigio en fa sociedad igualitana I06 tivos se reconstruyeran sobre eI mismo lugar. siguiendo eI mismo plano. no cono­ Cemos ejemplos de residencias primitivas reconstruidas siete veces de ese modo. sJ Los fogones gemelos y las grandes puertas gemelas de la cuarta planta nos parecen caracterCsticas de una estructura ritual. A semejanza de los cemplos posteriores de Monte Negro (vease eI capftulo xn). sugieren un edillcio en el que los iniciados entraban por una puerta. panicipaban en el rito y salfan por la puerta opuesta. 6) Va­ rios edificios de la secuencia fueron incendiados. posiblemente de manera in­ tencional. Como hemos visto en eI caso de los oks montafieses y los que veremos posteriormente en Oaxaca. los templos eran con frecuencia blanco de incursiones. 1) Varios de losedificios contenfan grandes vasijas decoradas de servicio y desecho de alimentos asociados con elias. Los banquetes rituales son una de las actividades frecuentes en edificios donde se congregan las personas "totalmente iniciadas". Por tamo, abrigamos la fuerte sospecha de que eI Valle de Oaxaca fue la unica de varias regiones de Mexico en la que individuos carismaticos fueron capaces de organizar la mano de obra para obras publicas, atraer gran mimero de seguidores, organizar asimismo eI comercio y estimular la producci6n de artesanias. Sin embargo. en ninguna de aquellas areas encontramos todavfa testimonio de que los di­ rigentes dominaran mas de una aldea. Como los de la fase Tierras Largas. los edi­ ficios de Paso de la Amada no muestran indicios de materiales de consrrucci6n aportados por orras comunidades. Lo que sf muesrran es una forma y una orienra­ ci6n ran diferehtes de las de Oaxaca que las dos rradiciones arquitect6nicas deben de haber tenido origenes independiemes. ~ste es un pumo importante. porque sugiere que nos hallamos ante una evoluci6n paralela. Por ulrimo. nos sorprende nuestra acrual falta de indicios de edificios publicos simi/ares en la cosra del Golfo. al sur de Veracruz y Tabasco. Hace 30 afios. aquella lIanura cosrera, en ocasiones denominada region olmeca, se calillcaba de "precoz" por su evolucion social. Las dos ultimas decadas han mostrado que aquel criterio era en parte acerrado, en parte hiperb61ico y en parte resultado de nuestro descono­ cimiemo previo de Chiapas y Oaxaca. Entre 1400 y I200 a.c., ciertamente hubo aldeas en la regi6n oimeca, pero en fechas recientes su ceramica ha sido calificada de "versi6n provinciana" de la ceramica mas evolucionada de sirios comempora­ neos de la costa chiapaneca.l7 Las limitaciones al crecimiento: continuidades con elArcaico Una de las continuidades mas importantes con eI Arcaico que muestra la sociedad de Tierras Largas es que la dirigencia todavfa no se heredaba. AI acumular seguido­ res, un Gran Hombre elegido por el mismo puede superar remporalmeme la ren­ dencia de su aldea a la escisi6n cuando 6ta alcanza determinado camano; cuando el mu~re, ya no hay modo de mantenerla unida. Mediante su liderazgo en las incursiones, puede inspirar la alianza efimera de dos aldeas en contra de un ene­ .1 Mich2d D. Coc y RiCh2ro A. Diehl. 1980, In tht Lana oftlu Olma, vo!' I: Tht Arr:hatology o[San Lounzo 'Ttnochtitldn. p. 137.
  • 28. migo comun;cuando muere, cada cual va por su lado. Sin dirigencia permanenre. es menos probable que las aldeas realmente lleguen a ser grandes 0 que a su alre­ dedor se desarrollen redes de caserfos dominados. £sras limiraciones al crecimiento fueron puestas en claro por Douglas Oliver en su esrudio de los mumis 0 Grandes Hombres de Bougainville, en las Islas Salom6n.l! La comperencia de estos lCderes carismaricos por e! presrigio esrimulaba la produc­ cion agricola, la construcci6n de las Casas de los Hombres, la acumulaci6n de los ornamentos de concha, la manufactura de ardculos para los rims y la coma de pri­ sioneros de orras aldeas. £1 alto nive! de presrigio del mumi se toleraba porque otros hombres crdan que posela magia 0 recibfa ayuda de poderosos demonios; cuando moria, su deceso se arribula al sorrilegio realizado por hechiceros de algu­ na aldea enemiga. La muerre de un mumi excepcionalmente poderoso con fre­ cuencia conducia a la ruptura violenta de su rdno de influencia, a menudo para evirar la magia negra que habfa causado su fallecimiento. Gran parte de su "di­ nero" de concha podia incinerarse en su pira funeraria y su fanrasma ser invocado mucho ri~mpo despues de su muerte, en la creencia de que aque! fantasma con­ servaba su magia. Si bien nos muesrra 10 estimulante que un Gran Hombre puede ser para la pro­ ducrividad de una sociedad igualitaria, d esrudiode Oliver tambien ensefia las limiraciones del mumi. Este podfa organizar veintenas de seguidores, pero no tras­ mirir eI papd de dirigente a su hijo. Se Ie considera~a poseedor de ayuda sobrena­ rural, pero no se esperaba que sus hijos la tuvieran. Podia ordenar a sus propios seguidores que 10 ayudaran y multarlos si se ~egaban; tambien podfa pagar a miembros de orras aldeas por su ayuda, pero como aquelJas aldeas segufan siendo autonomas, no podfa ordenaries que 10 hicieran ni multados en caso de que se negaran. ,Que ortos cambios deben producitse para que s~ superen las limitaciones ante­ riores? Primero, una manera de garantizar que la aldea siempre esruviera bajo Ja direccion de alguien con re!aciones sobrenaturales poderosas; segundo, una mane­ ra de indudr a pequenas aldeas a renunciar a su auronomfa y ser sarclires de aldeas mayores. Creemos que ambos cambios tuvieron lugar en Oaxaca en d transcurso de los 300 anos siguientes. La cr~acitJn tktpmtigio m fa soci~d.u1 igwditaria ,r Douglas L. Oliver. 1955. A Solomon Island Soci~ty: Kinship and L~admhjp among Ih, Siltai ofBoltgainvill(, I07
  • 29. VIII. El surgimiento de la jerarquia y la perdida de la autonoffiia EN LA EVOLUCl6N de cualquier civilizacion hay momentos definitorios, puntos decisivos en los que se adopta una nueva estructura social. Creemos que eI periodo que va de 1200 a IlSO a.c. puede haber sido ese punto en la evolucion de la civili­ zaci6n zapoteca. Parecerfa que en aque! entonces se dio un paso importante, un paso cuyos efectos se pueden ver durante eI periodo de los 300 afios siguientes. A ese periodo se Ie denomina fase San Jose (Uso-Sso a.C.). y creemos que fue entonces cuando surgio la jerarqula en e! Valle de Oaxaca. Este capitulo estara dedicado a la interrogante de como empezo la jerarqufa y a la manera en que pue­ den identificarla los arqueologos. Los arqueologos difieren en sus explicaciones acerca de la jerarquia. Para algu­ nos, es el resultado inevitable de la presion poblacional sobre los recursos; para orros, es resulrado de un cambio de id(ologla 0 filosoffa politica. Ironicamente, es probable que incluso aquellos que buscan las causas de la desigualdad hereditaria en la presion poblacional 0 en eI dominio de los recursos estrategicos se valgan del cambio ideologico como prueba de que ha surgido la jerarquia. Esto es, se vuelven hacia los sfmbolos de la posicion hereditaria y las maneras especiales en que se sepulta a las personas de e1evada jerarqufa. En este capitulo, consideramos primero eI testimonio de desigualdad heredita­ ria, sello distintivo de la sociedad jerarquica..Luego consideramos los indicios de la perdida de amonomia a1deana, sello distintivo que Roberto Carneiro otorga al sefiorio. Un modelo de 10J origeneJ de fa jerarqufa Uno de los estudios c1asicos sobre la jerarqufa es eI trabajo de Edmund Leach sobre los kachines de las [ierras altas de Birmania.' A 10 largo de los siglos, aquel pueblo de montafieses mantuvo una gum/ao, 0 sociedad igualitaria, que contrastaba con la de los reinos shanes de las tierras bajas cercanas. Pero la region kachin era Fuente del jade , Edmund R. L<:ach, 19)4, Polhind SyIlom ofHighland Burma: A Study ofMchin SocialStruetuu.
  • 30. £1surgimiento Nats superiores Nan superiores tk faj~rarqu{a Segunda I I Segunda : '" ald d"o . I . , I IVat etflO y fa plrdida me lac) n I medlaClon I An d I : tepasa os tk fa autonom{a ~ Unidad superior", nat aldeana ---- --- ...... c;:J de jere . /',. . Primera " " : ~" ... Linajesefiorial I '', Primera':' ~'" mcdiaci6n I' / I I • ' d~ 16 ' I ' '1" H, " / I :: me laCI n ," " ', " I 1 ',, ,',I '''~'' (Iinaje: vago) " I : , , ' , ' '" , / . . ' '-1- ... ' Figura VilLI. El modtdo .. - .. ---- Linajes ._-.... - . . . deJonathan Friedman para t t t t t Producci6n- t t t t td cambio tk sociedad I t . . ' I ' I I • igualitaria a Jociedad t t t t t apropiacion t t t t tjt:rdrquica en t:lsudesu asiatico. Nat z espfritu codiciado por los prfncipes shanes, raz6n por la cual estos empez.aron a enviar mu­ jeres de la nobleza a casar con dirigentes kachines. Aquellos matrimonios e1evaron la posici6n de los dirigentes kachinesy abrieron las puertas del jade a sus suegros shanes. EI casamiento con mujeres shanes se impuso a la filosoffa igualitaria de algunos linajes kachines, dando lugar a la sociedad gurma 0 jerarquica. Considerandose entonces una elite hereditaria, algunos kachines empezaron a vestirse y a actuar como nobles shanes. emuhindolos indwo en la adopci6n del budismo. Sin embargo. eI cambio no fue irreversible, pues aquel comportamiento aristocratico irritaba a otros kachines que no habfan aceptado la nueva ideologfa. estos derrocaban peri6­ dicamente a sus "nobles" kachines y regresaban al viejo sistema igualitario. Los ka­ chines oscilaron durante decadas entre la gumlao y la gurma. EI estudio de Leach nos advierte que nQ se puede obligar a la gente a aceptar la jerarqufa si esta va en contra de su filosoffa polftica. Como aprendimos de los Grandes Hombres de Bougainville, una cosa es dar 6rdenes y oua muy distinta ser obedecido. En tanto que los kachines s6lo aceptabanla sociedad jerarquica peri6dicamente, .. muchos pueblos del sudeste asiatico 10 hacende manera permanente..Basandose tanto enlaobra de Leach como en la propia, Jonathan Friedman ha modelado los cambios filos6ficos necesarios para la evoluci6n de aquellas "formaciones sociales asiaticas".' Su reconstrucci6n del cambio ideol6gico de la sociedad igualitaria a la sociedad jerarquica es pertinente para nuestro estudio de los zapotecas. EI moddo de Friedman empieza con una sociedad igualitaria como las de Birmania (figura VIII.I). Aquellas sociedades esran compuestas de una serie de Ii­ najes de igual prestigio. Cada linaje local tiene su'propio grupo de esplritus ances­ trales, dispuesto en genealogfas de tres 0 cuatro generaciones. Tarnbien hay un espiri­ tu aldeano. lIarnado nat. que representa d territorio local yal que se considera su propietario. Este nat aldeanose concibe como antepasadoremoto de todos los no •Jona!han Fri.dm.n. 1979. Systrm. StTUc/urr, lJ'u/ ContTMiction: Tht" Evolurion of"AJUzric·Sodai Formations.
  • 31. linajes locales. En un plano todavfa mas elevado, se ubica una serie de nats celes­ dales a los que, en su etapa igualitaria, puede acercarse cualquier linaje con ayuda de sus espfritus ancestrales. En eI nivel igualitario, todos los linajes se tuman para patrocinar fiestas riwales a las que se invita a miembros de las comunidades vecinas. Ofrecer una fiesta ver­ daderamente impresionante se considera testimonio de que los nats han sonrddo al linaje del anfitrion, puesto que solo con la aprobaci6n sobrenatural puede este amasar suficientes recursos. Es un poco como la creencia que existe en Bougainville de que los Grandes Hombres logran el exito gracias al respaldo sobrenatural. Se da por sentado que cada linaje asume su tumo patrocinando ritos comuna­ les. Sin embargo, en el modelo de Friedman, un linaje trabaja cOD extraordinario ahinco. acumulando gradualmente suficientes recursos para empezar a hacerse cargo de la tarea de anfitri6n sobre bases permanentes. En muchas sociedades, este hecho despertaria celos, pero en el modelo de Friedman se interpreta como indi­ cio de una asociacion mas cercana con los nats. en otras palabras, indicio de que el linaje opulento realmente Mscimde de esplritus poderosos. La transici6n a una sociedad jerarquica se logra cuando los vecinos de este lina­ je opulento empiezan a verlo como descendiente directo del nat de la aldea que posee todas las tierras pertenecientes a la comunidad. Andando el tiempo, tam­ bien los nat! celestiales se transforman; ahora se les ordena por edad (siguiendo las regJas terrenas de sucesi6n), razon por la que ellinaje humano de alcumia puede hacerse remOntar hasta eI nat celestial mas alto. Puesto que genealogicamente se Jo relaciona c9n los esplritus en cuyas manos esd el bienestar de la aldea, el jefe d~' aquellinaje de elite se constituye en dirigen­ te hereditario. y sirve como mediador entre su comunidad y 10 sobrenatural. Su ~I ubicaci6n genealogica favorecida Ie da derecho a privilegios especiales, que se tole­ . ran porque la vieja filosofia igualitaria ya ha sido remplazada por una filosofIa de desigualdad hereditaria. En rerminos de teoria de la acci4n, este cambio se realiza adoptando uno de los vie­ jos teoremas de la vida igualitaria -Ia creencia de que para amasar recursos se debe contar con ayuda sobrenarural- y convirtiendolo enla creencia de que eI linaje mas exitoso debe rener antepasados sobrenaturales. Esrilisto ya el escenario de la per­ dida de la autonomia aldeana.;Como. el nat celestial mas alto gobierna una region en.., tendida mucho mas alIa de la aldea individual, la autoridad de esos descendientes. humanos tambien debe ser regional. Entonces se pueden usar matrimonios estrategi­ cos para arar a los dirigentes de las aldeas cercanas allinaje de elite de la aldea de ma­ yor dimension. El surgimiento de fa "Tierra''yel "Cielo" EI modelo de Friedman sobre los orIgenes de la jerarquizaci6n es pertinente para el Valle de Oaxaca por su insistencia en la relaci6n geneal6gica entre los seres humanos y los esplrims celestiales.· Durante la fase San Jose vemos en el valle de Oaxaca, grabados en ce'ramica, nuestros primeros ejemplos de los que pudie~an ser los antepasados celestiales de los linajes humanos. El surgimimto M lajaarqula yla ptlrdida M la autonomla III
  • 32. cundo, mejor ejemplificado por un Rayo (Cocijo), cuyo acompa­ fiante era eI Trueno 0 X60 Cocijo, "Terremoto del Rayon. Los antiguos oaxaquenos representaban al Rayo como a una fiera ser­ a d piente de lengua b{fida, de cuyos ojos brotaban llamas.~ El surgimimto de fa jerarqula y fa ptrditk de fa autonomla 1 t:;' t;' ~- '­ ~~ 1 ?,' ( ~~-J!.. '.C c FIGURA V1I1.2. La.~uolucidn tk motivos ntilizados del' Rayoy tkl Tt:mml:/to m fa urdmica tk fa fau San lost. a) EI Rayo como "urpimu d.:fiu'go r~alista':' b) vasidn ~stilizati4 tpica tk a; c) vasija fabrada tk Abasow; d) a Tt:rumoto como mascardn tk "cab~za hmdida" r~alista; e) v~rsidn ~stilizada tfpica tk d; f) vasija fabrada ~ indsa tk Tiaras Largas. Para la mayor parte de los hablames de lenguas otomangueanas, entre elias el zapoteco. la TIerra y eI Cielo eran entidades sobrenaturales importames. En tanto que, por 10 general. se Ie consideraba benevola, la Tierra posda Ia capacidad de mostrar ira. La Tierra resenda que la hirieran 0 la quemaran. como cuando se cavaban fosas para pilotes en su superficie, se recogfan cosechas 0 se desbrozaba la tierra incendiandola.l Una de las maneras en que la Tierra mosrraba su ira a los zapotecas era a tcaves de X60, 0 eI Terremoto. cuando su superficie rugfa y se abrfan grietas en ella. Fue aquella faz iracunda de Ia Tierra la que mas mostraron en eI arte los zapotecas posteriores. valiendose de un glifo para movimiento 0 de un mascar6n terrestre malencarado. con una hendidura en e1 craneo. Era fre­ cuente representar plantas que credan desde 1a hendidura de la tierra. EI Cielo era un lugac tamo de esplritus celestiales como de ante­ pasados metamorfoseados en nubes; el tambien tenCa su lado ira­ La primera vez que el Terremoto y eI Rayo aparecieron en Ia ceramica del Valle de Oaxaca -alrededor de II50 a.C.- fueron sumameme estilizados. De tal suerte que bien pueden haber sido fuerzas sobrenaturales en las que se crda desde tiempo awls y que s610 en fechas recientes sido habran represemadas en a la ceramica. EI Rayo se representaba mediante barras grabadas profundamente. como "u" invertidas equivalemes a las endas de la "serpiente de fuego" y volutas 0 cuevas que figuraban las llamas de sus cejas. La Tierra podra representarse como un mapa, con un centro y cuatro cuadrantes, 0 como Terremoto: un mascar6n finamente inciso con la boca rugiente de un fdino de craneo hendido. Al parecer, la TIerra yel Cielo fueron antc:pasados de dertos gru­ pos de descendientes masculinos de algunas aldeas de la fase San Jose. AIgunas vasijas que ostentaban esos motivos fueron haJladas en entierros de, aI parecer, personajes varones; pero las sepulturas son tan viejas que no es posible saber con precision eI sexo de los personajes. Estas vasijas aparecen tam­ bien en entierros de nifios, pero tan pequefios, que tampoco se ha podido deter­ minar su sexo, aunque presumimos que eran varones, pues se han encontrado otros entierros de nifios con vasijas, como las anteriores, pero con mujeres adultas. Estos dos motivos fueron casi mutuamente excluyentes por su distribudon. Las a1deas pequefias como Abasolo y Tomaltepec tuvieron unicamente vasijas de Cielo (0 Rayo); TIerras Largas ruvo casi exdusivamente vasijas de Tierra (0 Terremoto). En la gran a1dea de San Jose Mogote hubo diferentes barrios residenciales, algunos de ellos ocupados por personas descendientes de la TIerra y otrOS por descendientes del Cielo. Aquella dicotomla de los "espfritus celestiales" de los antepasados se refleja tanto en los entierros como en eI desecho domestico.4 I Julio de la Fuente. '949. YtzLtLtg: 111111 "illa UpDftcll UTTtfntf. p. 165. • Flann"ry y Marcus. 1994. PP' 136-149.III
  • 33. El rurgimiento del estatus en los descendientes Pese a nuesrra incapacidad para identificar el momenta preciso en que tuvo lugar el cambio a sociedad jer:hquica, para la sociedad de la fase San Jost se puede docu­ mentar una esfera de posiciones sociales mucho mayor que para la fase precedente de Tierras Largas . Una linea de indicios involucra diferencias de posicion social que podrian ser heredadas 0 adquiridas, cuando no 10 uno y 10 Otro. Una segunda linea implica diferencias que debm de haber sido heredadas, pues se presentan en niiios demasiado pequeiios como para haber alcanzado por sf solos una elevada posicion social. Un posible testimonio de autoridady subordinaci6n En periodos ulreriores de la prehistaria mesoamericana, los gobernantes rea/zaban su nobleza evitando que varias partes de sus cuerpos tocaran eI sueh Usaban sandalias en va de ir descalzos; pon(anesteras de junco 0 palma sobre los pisos de sus salas de audiencia, y se sentaban sobre tabu­ retes, bancas 0 troncos. Con el tiempo, los artistas mesoamericanos usa­ ron motivos de esteras y taburetes como simbolos de autoridad,l En la fase San Jose vemos por primera va eI uso del morivo de esrera, gra­ bado en cera.mica de San Jose Mogore. En aquel entonces tenemos rambien nuesuas primeras copias en miniatura de los rabureres de cuarro paras, hechas del mismo barro y en la misma escala de las figurillas humanas. En eI siglo XVI, muchos jefes cemroamericanos tenlan taburetes especiales que lIe­ vaban adondequiera que viajaban, a modo de estar sel1rados siempre por arriba de sus subordinados. Sospechamos que nuestras versiones en miniarura fueron hechas para usarse con figurillas sedenres de individuos de elevada posicion social. Creemos que esta es posible, porque en el cercano Chiapas se han hallado figuri­ lias de aquella epoca de varones vestidos de traje y sentados sobre taburetes de cuatro patas.6 De los emierros y las figurillas de la fase San Jose provienen mas indicios de diferenciaci6n social. Unos y orras muestran una dicotomaaentre: r) individuos en posturas de auroridad esrereoripadas, y 2) individuos en "posturas deobedien­ cia" esrereotipadas, como las descriras respecro a los sefiorios de orras latitudes.7 Cerca de Tomalrepec. localizado al pie de las monraiias del subvalle de Tla­ colula, Michael Whalen descubrio un gran cementerio en las inmediaciones de una aldea de 1.2 ha, perteneciente ala fase San Jose.s En eI cementerio habfa mas de 60 tumbas y. como algunas de elias comenian mas de una persona, d numero de individuos se acercaba a los 80. Por primera vez vemos allf entierros apareados de hombres y mujeres, 10 cual significa que para entonces se trataba a algunas per­ • Marcus 1991l. pp. 195. 198. 304-305. 334· , John E. Clark. -Th~ B~ginnings of M~soam~rica: Ap%gia for th~ Soconusco Early Forma{iv~". en Th, Fomu"ion o/Comp/a Soci'fJ in Sourh,asum Mmammcl1. William R. Fowler (comp.), 1991, fig. 5c. d. Marshall D. Sahlin,. 19S8. Socil1l Strafijic4fion in Po/ynnia. • Whalen. [981. El surgimimto de fa jerarquia y faplrdida tk fa autanomia o ) 1 3 L..l-l-'(m FIGURA Vlll.3. EI motiva dt: t:staa, slmbolo dt: autoridad, grabado sabrt: urdmica tit: 14fait: San Josi. FIGURA VlI1.4. Taburt:tt: m miniatura dt: cuatro paras ptrtt:nt:cit:ntt: a una casa dt: 14 fast: San Josi. Didmt:tra: 3 em.
  • 34. El surgimiento de fa jerarquia y fa pirditb de fa llutonomia FIGURA V1I1.5. Entierro II de lOmaltepee. varon de elevatb posicion tk rom: 30-40 arios, sumamenu jlexionado, aeompafiado de do! entierros secundarios. II4 Huesos de dos. , / o----CLJPequefia escudilla hemisfcrica Vasija con motivos de serpiemes de fuego grabadas sonas como esposo y esposa y no individualmente. Una de aqueIIas parejas consis­ rfa de una mujer con un espejo de mineral de hierro y un hombre con una vasija grabada para representar eI Rayo. Tambien habfa entierros primarios acompafia­ dos de entierros secundarios, 10 cual sugiere que, en ocasiones, las personas que morian antes eran exhumadas, a fin de sepulrarlas de nuevo con sus c6nyuges 0 sus familiares. EI cementerio contiene unicamente'personas de edad suficience como para haber pasado por la iniciaci6n de la puberrad: esto es, nohabia meno- . res ni ninos pequenos. Casi todos los entierros primarios se hallaban totalmente exrendidos, boca abajo con los brazos a los costados. Sin embargo, en el cementerio desracaba, por su diferencia, un grupo de seis hombres. Todos fueron sepultados de rodillas, ran flexionados que deben de haber sido arados 0 e.nvuelros. Aunque consrituian s610 12.7% del cementerio. aquellos seis varones re~ian 50% de las vasijas con motivos de Rayo y 88% de las cuentas de jade. Dos tercios de los entierros cubiertos con losas de piedra pertenedan a aquel pequeno grupo; la mayor parte de las inhumaciones secundarias del cemen­ terio rambien se habian agregado a las rumbas de los seis hombres flexionados. sugiriendo que algunos pueden haber renido mas de una esposa. Es casi seguro que se rratara de entierros de dirigemes de la comunidad de Tomalrepec. Un pequeno cemencerio vecinal de San Jose Mogote agrega mas informaci6n a
  • 35. ' - - - - - ­ l___ Cuenta dc jade (en la boca) Coigantcs de concha sumamcn~ descompuestos (sobre d pecho) Cubiertos de pigmemo rojo Losas de piedra caliza --+.ii+'!'r.i':.­ Craneo con dcformacion tabular Cuema de jade en la boca Cucnta de Jade y colgante de .,'"--- malaquita (en la boca) Jarra sin cuello :/griSbrUftida " @f}.~". "'.-#: .---:"--- Jarro rojo pardu2co Escudilla cilfndrica gris Vasija blanco amarillema FIGU:..tA VUI.6. Una probabkparqa tk mariM y mtij" upultadoI en San JOII Mogou. EI hombrt: (izquic:rda) tenIa 3S-40 anos tk t:d4d, Y Uz mujt:r (dc:rc:cha), 2{)-29 anos. FIGUItA VlII.7. Enttt:rTo 17 tk San Jos! Mogou, una mujt:r tk mdstk So anos tk t:dad, mt~ boca abajo.
  • 36. d FIGURA VIILg. a) Figurilkz de un hombre untado con colganft', orqtrasy posibkmmft' dimm afikzdos, de San Josl Mogott'. Altura: 6.8 cm. b) Figurilkz , tU hombre smtado, haJiada en un entiaro del caruntt'rio de Tomaftepec (vistas frontal y kztt'raO. Altura: 8.1 cm. c) Esta figurilkz de San Josl Mogott' podria represmtar a un hombre preparado para su entierrl) m posicion sedenft'. Altura: 8.5 cm. d) Una figurilkz m posibie "postura de obedimcia': San Josl Mogott'. Altura: 15 em. n6 a b la posicion funeraria. A diferencia del cementerio aldeano mayor de Tomaltepec, este contenfa menores y nifios pequefios. ademas de adultos. Estaban presentes ambos sexos y en su mayorfa se hallaban sepultados totalmente extendidos, boca abajo. Casi todos los adultos tenfan una sola cuenta de jade en la boca y una 0 mas vasijas de barro; como de cosrumbre, las vasijas con representaciones de Cielo (e1 Rayo) se encdntraron unicamente con los hombres. Habfa parejas de marido y mujer, como la pareja de la figura VIII.6. EI varon se hallaba inclinado en una tumba delimitada y cubierta de losas de piedra, precursora tal vez de la tumba zapoteca ulterior; la mujer fue sepultada a su lado, pero sin losas. Todos los emie­ rros de este vecindario tenIan ofrendas relativamente modestas y no habia hom­ bres en posicion sedeme 0 Aexionada. Consideramos que los entierros sumamente flexionados de esta fase eran perso­ nas de importancia, cuyos cuerpos fueron liados y conservados durante algtin tiempo antes de su sepultura. Algunos parecen haber sido enterrados con las pier­ nas plegadas, en tanto que otros tenlan las rodillas hacia arriba. Algunos indivi­ duos de uno u ouo grupo tal vez fueron sepultados en posicion sedente sobre taburetes de madera que posteriormeme se desintegraron. En cambio. consideramos que los hombres y las mujeres emerradosboca abajo y totalmente extendidos se hallaban en posicion mas subordinada. Es Ja posicion sepulcral mas comtin del periodo y pareceda aplicarseal mayor grupo de adultos de la sociedad de San Jose. Enterrados en esa posicion, sus cabezas siempre habrlan estado mas abajo que alguien de posicion superior. AI mismo tiempo, las ofrendas con estos entierros inclinados forman un continuum que va de pobre (esto es, nada en absoluto) a re!ativamente rico (es decir, orejeras de jade, colgantes de madre­ perla y ceramica fina). Cuando miramos las pequefias figuras hechas a mano de Ia fase San Jose, nos im­ presiona una dicotomfa de posiciones similar a la de los emierros. Algunas figuri­ lias, como las que mostramos en las figuras VIII.8a y VIII.8b, representan hombres sentados con las manos sobre las rodiIlas. Orras, como la de la figura VIII.SC, podrian representar cadaveres masculinos envueltos hermeticamente para ser enterrados. Otras mas, como la que se mUe5tra en la figura VIll.8d, representan a hombres y mu­ ... ----* . ,._. I c
  • 37. jeres en posicion erecta, algunas con los brazos a los coscados y otras plegados sobre eI cuerpo. La posicion de los brazos plegados se ancoja esrereotipada. como si eI creador de la figurilla hubiera tracado de represemar una "postura de obediencia". Independiemememe de 10 que trarara de comunicar e1 conjumo de figurillas de aQuei periodo, uno de sus mensajes parece ser que habla personas con autoridad y personas subordinadas a ellas. Creemos que aquellas figurillas fueron hechas por mujeres y usadas en ricos de invocacion a sus antepasados recientes, algunos de los cuales tal vex hayan sido personas de auroridad en ramo que otros eran subordinados. La posible representacitfn de un entierro de alcurnia En su oportunidad. las figurillas al parecer fueron dispuestas a modo de formar pequenas escenas rituales. Una de aquellas escenas habfa sido enrerrada bajo e1 piso de la Casa 16, colgadizo agregado a la Casa 17 de San Jose Mogote. Tres figu­ ras humanas yacen enteramente extendidas boca abajo, con los brazos cruzados sobre eI pecho. Arriba de elIas estaba una figurilla en posicion sedente con las manos sobre las rodillas. Originalmenre, esta puede haberse hallado en posicion verrical, antes de caer bajo e1 peso de la tierra. Todas las figurillas usan colgame y ofqeras. Esta escena puede representar a un individuo en una de nuestras posiciones de amoridad, enterrado sobre tres individuos en posicion de subordinacion. Aunque a diferente escala, 1a escena hace recordar la Tumba 26 del sitio de Code, en Panama, eI enrierro de un jefe con 21 dependiemes. tstos fueron enterrados total­ mente extendidos (18 boca abajo, uno boca arriba, dos de costado). E1 Esqueleto n, el jefe, se hallaba en posicion sedenre sobre ellos. Sin duda, el entierro de E/1urgimimto de fa jaarqula y faptrdit14 de fa autonomla FIGURA VIIJ.9. £Ita ucma ritual compu~sta tk cuatro figurillas podrla r~pr~untar a ~ntit:rro d~ un individuo tk alcurnia con tr~s d~pmdimtu. Casa 10, SanjoII Mogot~. Altura tk Ia figurilla mds alta: 15 em. Il7
  • 38. Ei IUrgimimto tk fa jerarqula y fa plrdida tk fa autonomla Codt era mas e1aborado que tOdo 10 encomrado en lafase San Jost. Pero eI con­ cepto -sentar a un individuo de la elite sobre sus subordinados reclinados- tal vez haya sido eI mismo. Los datos etnohistoricos sugieren que los jefes panarnefios con frecuencia eran sepultados en bultos cornpactOs, tras ser desecados en una camara de ahumar.9 A algunos se les emerraba semados en taburetes. Los dependientes sepultados con ellos podlan ser prisioneros tOrnados de senocios enemigos 0 incluso mujeres de su propio grupo que se ofredan como voluntarias para que se les enterrara con eI jefe. Los dependientes sepultados en posici6n inclinada tenlan los brazos a los cos­ (ados 0 plegados sobre eI pecho. Algunos de los entierros boca abajo incluso lleva­ ban oro consigo, sugiriendo que la posicion boca abajo no necesariamente impli­ caba situacion inferior. Postrarse uno rnismo en presencia de un jefe quiz;i. s610 haya sido una manera de mostrar deferencia. FIGURA VlILIO. Tumba 26 ck Codi, Panamd: a mrierro de un jcfi m posicion udmte (Esqutkto 12) con 21 ckpendimtes. Se cree que esta rumba pueckftcharu aproximadammte en 1000 a.c. 1 rn lIS 'Samud K. Lothrop. 1937. Codl: An Arr:ha~o[ogica[ Srudy DfCmtrlll Panama.
  • 39. Posibles bienes suntuarios En las sociedades mesoamericanas ulreriores. losindividuos de la elite utilizaban una variedad de bienes sunruarios para distinguirse de los plebeyo. La nobleza ves~ ria manros de algodon, mienrras que los plebeyos usaban manros de fibra de agave. La nobleza usaba carretes de jade en los 16bulos de las orejas, collares de jade, obwraciones de jade 0 wrquesa para los labios y ornamenros en eI tabique nasal. Sus prendas tenfan flecos de tubos de concha que campaniJlaban wando se movlan; usaban capas tejidas con plumas de variedades de quetzal, colibri, cardenal y pico duro. EI jade, la mrquesa y eI plumaje de quetzal eran aprccia­ dos por ser azul verdosos, color comparrido con eI centro del universo. Muchos de aquellos mareriales aparecen en la fase San Jose y algunos sin duda estaban asociados a las diferencias de posicion. EI problema es demosrrar que aquellas diferencias de posicion eran hm:dadas y no adquiridas. Con fre~ cuencia nos es imposible mosrrar una clara dicoromia entre las personas que podian 0 no usar bienes sunmarios. Para la mayor parte de los mareriales hay un cOlJtinuum de uso mayor a menor; este continuum es dpico de las sociedades jerarquicas. Son ejemplos de ella concha marina, la mica y el jade. Los aldeanos de la fase San Jose evidenremenre se engalanaban con piezas de mica, cortadas de "arados" de surgimienro esponraneo 0 de capas de hojas de esre material. Algunas casas no los renian; orras poseian unos cuamos fragmentos; orras mas los renfan por docenas. evidencia de sobra del rrabajo real de la mica. No era inusual que hombres y mujeres mvieran una simple cuenra de jade colo~ cada en la boca al ser sepulrados. Sin embargo, no cualquiera tenia un collar de jefe como eI hallado en el Enrierro 40 de Tierras Largas. Y el Enrierro 18 de San Jose EIsurgimimto de fa jerarquia y faperdida de fa autonomia FIGURA VIII.II. Trow de mica negra decorada, lase San Jose. Longirud: 7 em. FIGURA VIII.I2. Ornamentos de concha de San Jost! Mi/gote. E/objeto de arriba"a fa iZiJuierda podrla ser un . saporte de madrcperfa para un espejo de magnetita; a fa tkrecha estd una va/va casi . compkta de ostra per//ftra. Il9
  • 40. E1,urgimiento de fa jerarqufa y la perdida de fa autonomia FIGURA VIII.I]. En San}ose f.1ogote se waron perforadores de mlcedonia pam hacer ornamenros de concha. Cnda otlll tiene una 0 mas peqllenlls proyaclones en forllltl de terilla en el borde sUjJeriOl: Alwm de la herramienra superior izqllierda: 2.4 cm. rem FIGURA VII1.14. Pequenos espejos de maglletira de San jose /vfogore, I!O Mogore, una mujer de 50 anos, resulr6 extraordinario por tener dos orejeras de jad~ y rres cuemas del mismo material. Aunque las sociedades mesoame­ ricanas ulreriores restringieron eI uso de las joyas de jade a la nobleza, en 13 sociedad de la fase San Jose hubo un continuum de las personas que no re­ nian ninguna. a las que poseian unas cuamas y a aquellas que tentan muchas, Las variaciones en disponibilidad de concha eran aun mas complejas, porque los anesanos que hacian los ornamenros pueden haber [enido diferemes socios comerciales 0 patrocinadores de la elite. Cerca de los I.mites occidenrales de San Jose Mogote. los ocupantes de la Casa 4 [raba­ jaban principalmente concha del Pacifico; los de la Casa 9 nabajaban sobre wdo la del Atlamico. lnduso hay casos en que una familia parecia haber rrabajado un tipo de concha. pero haber tenidoacceso aornamenros acabados de ono [ipo. La Casa C3, proxima al exnemo oriental de la aldea. posefa ornamenros de concha de'la costa'del Padfico;enrre ellos un sopone de madreperla para un espejo de mineral de hierro; por o[ra pane. los productos hechos con eI desperdicio familiar de concha estaban consti­ tuidos principalmeme de almeja del Adantico.1o Pese a:nuesrra sospecha de que los ornamentos de madreperla y de ostra espinosa pueden haber servido como bienes sunruarios, no nos es posible mosuar ninguna dicotomia entre la genre que podia 0 no usarlos. En cambio, [e­ nemos familias con poca 0 nula disponibilidad de concha; familias con unos cuan­ ros ornamenros. pero sin indicios de rrabajos de concha. y familias con finlsimos ornamenros e indicios de trabajos de concha. Algo que tal vez complique nuestro '" Pires· Ferreira, 1975. p 78.
  • 41. an:l.lisis e:s c:I he:cho de: que: los arte:sanos que: hadan los ornamenros de: concha no sie:mpre: constitufan la elite: sobre: cuyos cuerpos eventualmenre se haria gala de ellos. Ironicameme, es gracias a los minerales de hierro disponibles localmenre y no a las importaciones exoticas extranjeras como podemos dar la mejor explicacion sobre los bienes sunruarios. Un estudio superficial de San Jose Mogote revelo una unica concentracion en una hecrarea de 500 trozos de mineral de hierro, entre ellos magnetita, hematita e ilmenira." Esta cifra equivale a 99% de todo eI mineral de hierro arqueologico hallado en eI valle. Cada casa excavada en aquella parte de la aldea se dedicaba al brufiido yel pulimemo de peguenos espejos, en su mayor parte de magnetita, usando como abrasivo polvo de hematira. La magnerira no muestra eI continuum de disponibilidad observado en la mica, 1a concha y d jade; al parecer, su usc fue mucho mas resrringido. Una mujer de aJcurnia de Tomaltepec fue sepulrada con un espejo de magnerita, pero en eI sido no hubo indicio de que se rrabajara el mineral de hierro. En Tierras Largas se enconrro un trOW de magnetira, pero no se hallaron ornamenros. Tampoco las demas areas residenciales de San Jose Mogore muestran signos del rrabajo de la magnerira, 10 cual sugiere que eI pulimento de espejos puede haberse hallado bajo eI es[ricro control de un grupo de familias. Mas aun, algunos de los espejos hechos en San.Jose Mogote fueron destinados al inrercatnbio con individuos de laelite de orras fegiones de Mexico. Dos espejos hechos de magnetita de Oaxaca fueron encontrados en San Lorenzo, Veracruz, en la costa sur del Golfo; otro se hallo en Etlarongo, Valle de Nochixdan. Un rerron de magnetita oaxaquena de alta calidad lIego al sitio de San Pablo, en eI estado de Mo­ relos." Hay razon para sospechar que en las tres aldeas hubo una elite naciente. Es claro que los gobernames de la sociedad de la fase San Jose se engalanaban con mica, concha. jade y magnetita. Sin embargo. solo en eI caso de la magnetita podemos argumentar que su uso esruvo restringido por las reglas sunruarias. En cuamo a la concha, eI jade y la mica, apreciamos un continuum que va de la genre que poseia muy poco a la que poseia demasiado. Hay dos razones por las cuales no debe sorprendernos el patron mencionado. Primero, porque los senorlos muestran rendencia a tener una gradacion de posicio­ nes sociales mas que una division en dos clases. Segundo, porque las diferencias en logros. como la habilidad para acumular articulos comerciales, sigue siendo im­ portante incluso en las sociedades con jerarquia hereditaria: Gradaciones en la posicion social de la casafamiliar Las moradas de la sociedad de San Jose rambien sugieren una gradacion de prestigio que va de 10 bajo a 10 alro, sin division en estratos sociales. Cerca de uno de los extremos habfa modestas residencias como la Casa 13 de San Jose Mogote; cerca del ouo habia residencias mas e1aboradas como las Casas 16-17. Ademas de sus " Pires- Ferreira. 1975, p. 58. " Ibid, P 60. EI JUrgimimto de fa jerarqula y fa plrdida de fa autonomia HI