1. Universidad San Carlos De Guatemala
CUSACQ-QUICHÉ.
CATEDRATICO: Lic. Benjamín Tzarax Torres.
Curso: Comunicación Educativa y Tecnología.
Sección: “B”
Estudiante: Elvis Ignacio Rosales Rosales.
Carne: 201548638
2.
3. La cuna y los pasos.
Los ríos y
los arroyos
son como
los caminos.
Los ríos son caminos grandes y los
arroyos son caminos pequeños, los
ríos y los arroyos sirven para
caminar en sueños.
Se hundía en pensamiento sin
limites. Trataba de imaginar a
donde iba a dar el rio que pasaba
cerca del pueblo y de donde salía
tanta aguapara mantenerlo
siempre lleno era lo que pensaba
Abel.
4. LA VIDA ES UNA CUESTA EMPINADA
La
grandeza
de la
existenci
a no esta
en el
tiempo
que dure,
si no en
lo hondo
de las
huellas
que se
impriman
.
Fue lo que le dijo su abuelo a Abel
antes de morir, le dejo mucha
sabiduría, seguramente la que no
recibió ni en la escuela ni en otras
partes.
5. LOS OTROS CAMINOS DE UNA
ESCUELA VIVA.
La
escuela
– se
decía
Abel -,
puede
ser la
mano
tendída,
la mano
que
oriente o
la que
salve.
El abuelo le dijo a Abel, cuando
rechazaba la escuela que algún día
se daría cuenta de lo que pasaba
en las aulas y de lo importantes que
eran, como las del propio hogar. En
la casa moldeamos las almas y en
la escuela la mente.
6. LOS AÑOS, LOS PASOS Y LOS SUEÑOS.
Abel le
propuso
a
Silvestre
ir al
pueblo
de
Tecún
Umán,
en la
frontera
norte.
Decidieron ir a hacer su
investigación, para ver si en
realidad se había vuelto una ciudad
cosmopolita donde el contrabando
abundado demasiado.
7. LOS SUEÑOS SIN DUEÑOS.
Abel se fue
llenando de
años. Nunca
decayeron
sus sueños,
aunque si
sus fuerzas.
Abel veía y se le amargaba el alma.
El quería algo mejor. Un gramo de
compasión, una mirada abundada
de sencillez, una palabra de
compasión, para los hermanos que
no tenían ojos ni oídos ni voluntad
para decirle no, al sueño falso.
8. ANTE LOS MUROS QUE
DESTROZAN SUEÑOS.
Abel se
volvió un
hombre de
más
reflexión,
de
pensamient
os mas
hondos.
Nunca vas a poder resolver los
problemas de todos pero si los
tuyos, solía decir el abuelo
grandulón. Dios te pone a derribar
gigantes. No lo olvides.