El capitalismo neoliberal afronta en nuestros días una crisis general que interpela a la humanidad acerca de seguir otorgando primacía a los intereses del capital o poner en el centro la necesidad de mejorar sustancialmente las condiciones de vida y trabajo de la mayoría de la población y de garantizar la reproducción de la vida humana en simbiosis con su entorno planetario. El primer camino reclama la aplicación de programas de rescate de empresas, o mejor dicho, de empresarios y sus monopolios y oligopolios, en respaldo al proceso de concentración y centralización de capital subyacente a la crisis.
2. La estrategia de acumulación mundial centralizada, la llamada
globalización neoliberal, desplegada en las últimas tres décadas y media,
articula nuevas modalidades de generación y apropiación de riqueza que le
permite a los monopolios y oligopolios transnacionales acceder a fuentes de
ganancia extraordinaria, como: Una nueva división internacional del trabajo
basada en la configuración de cadenas globales de producción y el uso
masivo de fuerza de trabajo barata, la incorporación de la mayoría de los
recursos naturales al proceso de valorización de capital, tanto de la litosfera
como de la biosfera, la privatización de medios de producción y sectores
económicos estratégicos, la sobreexplotación del trabajo directo, generación
de una desbordante sobrepoblación e incremento de la migración forzada,
la privatización del conocimiento mediante la propiedad intelectual y
explotación del “capital humano”, es decir, la pretensión de subsumir
realmente el trabajo científico-tecnológico, donde también participa la
migración de trabajadores altamente calificados.
2
CRISIS DEL CAPITALISMO
3. EDITADA POR:
ADRIANA P. CABRERA R.
C.I: 17.378.826
SECCION: SEM15015-GRUPO C
LCDA. EN CONTADURIA
JENNY YEPEZ
LCDA. EN ESTUDIOS
INTERNACIONALES
La actual crisis entraña una
inevitable depuración de
capitales sobrantes.
Debate sobre la Crisis del
Capitalismo.
La tesis financista no
marcha sola, compite con
otras explicaciones.
La actual crisis entraña una inevitable
depuración de capitales sobrantes.
La actual crisis entraña una inevitable
depuración de capitales sobrantes.
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INDICE
Carácter estructural,
sistémico y civilizatorio .
Complejidad de la crisis.
Respuestas a la crisis.
4. LA ACTUAL CRISIS ENTRAÑA UNA INEVITABLE
DEPURACIóN DE CAPITALES SOBRANTES
El capitalismo neoliberal afronta en nuestros días una crisis general que
interpela a la humanidad acerca de seguir otorgando primacía a los intereses
del capital o poner en el centro la necesidad de mejorar sustancialmente las
condiciones de vida y trabajo de la mayoría de la población y de garantizar la
reproducción de la vida humana en simbiosis con su entorno planetario. El primer
camino reclama la aplicación de programas de rescate de empresas, o mejor
dicho, de empresarios y sus monopolios y oligopolios, en respaldo al proceso de
concentración y centralización de capital subyacente a la crisis.
Esto significa mantener intactos los soporte clave de la acumulación mundial
centralizada, como la explotación del trabajo inmediato aunado a la tentativa
de controlar el trabajo científico-tecnológico, la depredación del medio
ambiente, pero sólo regular la especulación financiera desorbitada, esta puede
derivar un neoliberalismo regulado por el Estado. La otra opción seria colocar en
el centro el sistema de reproducción de la vida humana en el planeta, dentro del
proceso de metabolismo social humanidad-naturaleza.
Esta alternativa entraña la
necesidad de generar cambios
profundos en las estructuras de la
sociedad capitalista y en el
entramado institucional y político
que le da soporte, en beneficio de
la mayoría de las clases sociales
que ha sido paulatinamente
despojada de sus medios de
producción y subsistencia, expuesta
a condiciones altas de explotación
laboral, excluida de los procesos
de producción social y generación
de conocimiento, confinada a
espacios de hacinamiento y
servicios precarios, expuesta a la
compra de alimentos y medicinas
caros , pese a su abundancia en el
mercado, excluida de los procesos
de producción social y generación de
conocimiento, confinada a espacios de
hacinamiento y servicios precarios,
expuesta a la compra de alimentos y
medicinas caros, pese a su abundancia
en el mercado, aunado al hecho de que
la violencia social y estatal se ha
desatado por todos los rincones del
planeta y la militarización ha significado
en distintos ámbitos geográficos una
escalada mortal.
4
5. Esta opción no se inscribe en un abstracto humanitarismo, que no identifica las
relaciones de conflicto y desigualdad prevalecientes en la sociedad capitalista,
sino que reclama la necesidad de ir al fondo del problema y plantear estrategias
posneoliberales y poscapitalistas, porque, al final de cuentas, bajo el comando
del gran capital transnacionales, no hay opciones viables para la mayoría de la
población.
La actual crisis del capitalismo mundial está circunscrita en la órbita económica
y más precisamente, en la financiera. Estados Unidos configura su epicentro, por lo
que para el resto de los países se crea la imagen de que la crisis “viene de
fuera”. El móvil se ubica en la desregulación del mercado y la codicia y
especulación del capital financiero. El factor detonante radica en el estallido de
una burbuja especulativa del sector hipotecario debido a la irresponsable
colocación de créditos incobrables entre población de bajos salarios o ingresos
inestables y a la propagación y negociación sucesiva de estos créditos entre
diversas instancias financieras con el afán de obtener ganancias prontas y
abundantes.
La respuesta política más socorrida
descansa en los programas estatales de rescate
de las grandes corporaciones financieras e
industriales mediante la transferencia de
multimillonarios recursos públicos, sin que exista
transparencia sobre su uso. La tónica ha sido
garantizar la solvencia y riqueza de
empresarios y accionistas, y no el rescate de
empresas, empleos y población excluida y
desposeída. Además se plantea regular al
capital financiero y promover una mayor
participación del Estado. Esta estrategia que se
presenta con la investidura de un keynesianismo
redivivo, por el momento encubre un
neoliberalismo regulado por el Estado.
5
LA ACTUAL CRISIS ENTRAÑA UNA INEVITABLE
DEPURACIóN DE CAPITALES SOBRANTES
6. En el presente artículo se pretende hacer un análisis crítico de la crisis del
capitalismo contemporáneo que supere la visión dominante, que la caracteriza
como una crisis financiera, a fin de vislumbrar sus causalidades históricas,
estructurales y estratégicas, y tomar conocimiento de su carácter multidimensional y
de largo plazo. En esa perspectiva, ensayamos una caracterización de la crisis en
varios planos y niveles, al tiempo en que identificamos sus principales nudos críticos
o paradojas y la serie de respuestas teóricas y políticas que están en la palestra.
La crisis se presenta como una depresión de la economía mundial que fractura el
proceso de valorización luego de una severa caída general de la tasa de
ganancia y posterior a un periodo con altas tasas de ganancia merced a
mecanismos como la desvalorización laboral, abaratamiento de recursos naturales,
financiarización de la economía y transferencia de excedentes de la periferia
hacia el centro del sistema. La ruptura de las dinámicas de financiamiento,
producción, distribución y consumo, tiene como telón de fondo un proceso de
sobreacumulación, donde a la sobreproducción le corresponde el desplome del
consumo masivo.
6
LA ACTUAL CRISIS ENTRAÑA UNA INEVITABLE
DEPURACIóN DE CAPITALES SOBRANTES
Pero más allá de la crisis de valorización,
también postulamos que se trata de una crisis
civilizatoria que pone al desnudo los límites
de la acumulación mundial centralizada
basada en la superexplotación laboral, la
devastación ambiental y la financiarización
de la economía mundial. La idea es que tras
la actual depresión de la economía mundial
subyace una crisis multidimensional de gran
profundidad, amplitud y duración que pone
en predicamento el proceso de metabolismo
social, con lo que no sólo vulnera las
principales fuentes de la riqueza social
(humanidad y naturaleza), sino que también
pone en serio peligro la vida humana en
vastas zonas del planeta.
7. DEBATE SOBRE LA CRISIS DEL
CAPITALISMO
Hoy en día, el capitalismo afronta una
severa crisis de alcance mundial que ha
sido motejada, de manera
reduccionista, como una crisis financiera
que hizo eclosión en Estados Unidos,
nada menos que el centro del sistema
capitalista mundial, debido a la
desregulación del sistema financiero y
a la codicia y especulación del capital
financiero, que en la búsqueda de
mayores ganancias se desprendió de la
llamada economía real y recurrió a
instrumentos financieros como la
titularización, sucuritización,
bursatilización, es decir, lo que se ha
dado en llamar la financiarización.
Bajo ese mecanismo, las superganancias
del capital transnacional, los fondos
soberanos, los fondos de inversión y
otros recursos financieros ingresaban a
la frenética órbita del capital ficticio
que deambulaba los intersticios del
sistema mundial, con el respaldo de las
nuevas tecnologías de la información y
la comunicación y la aquiescencia de
los Estados nacionales, en la búsqueda
de ganancias mayúsculas y prontas.
“la tarea más importante de la
evaluación es la de determinar si
los objetivos premeditados del
programa se han alcanzado de
hecho
Las estafas estuvieron a la orden del
día. Sin embargo, correspondió a los
créditos chatarra otorgados a
población de bajos recursos o ingresos
irregulares de Estados Unidos, entre
ellos los inmigrantes, los nuevos pobres,
presionar para que explotara la
burbuja del sector hipotecario. Los
pobres son invocados, bajo esta
interpretación, como el eslabón más
débil que detonó la gran crisis. Los
efectos nocivos pronto trasminaron en
la industria de la construcción, donde
se ocupa una buena porción de
inmigrantes, y al resto de la economía
de Estados Unidos y del mundo. Ahora,
esa burbuja toma las dimensiones de
una depresión económica mundial.
7
8. LA Tesis FINANCISTA NO MARCHA SOLA,
COMPITE CON OTRAS EXPLICACIONES
La tesis de sobreproducción identifica una contradicción entre la desbordante
capacidad productiva del gran capital y la política de abaratamiento laboral que
desemboca en el declive de la demanda, en una crisis de realización (Katz, 2009).
Para unos analistas, el neoliberalismo está en crisis debido a su incapacidad
congénita para generar crecimiento sostenido y desarrollo humano, y representa
además el fracaso de las políticas de ajuste estructural y de la institucionalidad
capitalista encabezada por el FMI, BM y OMC (Bello, 2008). Aunque el
neoliberalismo, en tanto proyecto de clase, brinda buenos resultados en su
propósito de concentrar capital, poder y riqueza en pocas manos. Los teóricos del
ciclo económico encuentran dificultades serias para explicar la trayectoria
mecánica del capital, por lo que infructuosamente esperan una quinta ola
expansiva (Beinstein, 2009).
Desde el sistema-mundo y del análisis
geopolítico, se anticipa el derrumbe de
Estados Unidos como potencia
hegemónica mundial (Wallerstein, 2005;
Arrighi, 2007), y el advenimiento de
una nueva era comandada por una
gran potencia, como la Unión Europea o
Japón, o por potencias emergentes
como Brasil, Rusia, India y,
principalmente, China. Otros autores
identifican una severa crisis estructural
ante la caída generalizada de la tasa
de ganancia y la imposibilidad de
recomponer una ciclo de valorización de
largo aliento (Vasapollo, 2008).
Desde una visión más abarcadora, la
crisis cimbra al sistema capitalista
mundial en su conjunto y articula la
crisis de valorización y con una
multiplicidad de crisis, como la
alimentaria y la energética. Más aún,
se postula la idea de crisis
civilizatoria para evidenciar el riesgo
no sólo del proceso de valorización
de capital sino de la organización de
la sociedad contemporánea y la
existencia de la vida humana en
diversos ámbitos del planeta.
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9. LAS TRES VERIENTES PARADIGMÀTICAS
DE LA CRISIS
La primera corriente agrupa la visión convencional u
ortodoxa desde la óptica neoclásico y neoliberal, el
llamado pensamiento único, y se ampara en la idea de
que la crisis es un fenómeno localizado, sectorizado y de
corto plazo, con la atenuante de que su respuesta
plantea el rescate de los grandes capitales por el
Estado, sin importar que esta disposición contravenga su
ideología neoconservadora, pero sin que esto signifique
una confesión de parte sobre la invalidez de sus
proclamas políticas.
La segunda corriente, que aglutina a la perspectiva heterodoxa, brinda
cobijo a posiciones neokeynesianas y socialdemócratas, es decir, cubre el
espectro político de centro izquierda, aunque tiene puntos de coincidencia en la
caracterización de la crisis con la visión dominante en el sentido de que se trata
de un fenómeno localizado, sectorizado y coyuntural, sólo que achaca la
responsabilidad a la desregulación neoliberal y a la codicia de los financistas,
por lo que reclama la implementación de nuevas regulaciones y una mayor
participación del Estado en las tareas de la promoción del desarrollo, pese a
que hace una crítica matizada al neoliberalismo no cuestiona los fundamentos
del capitalismo. Su propuesta, en todo caso, pretende rescatar o reformar al
capitalismo neoliberal.
9
La tercer vertiente analítica es crítica por antonomasia y caracteriza a la
crisis, desde distintos ángulos, como estructura, sistémica y civilizatoria, además
de que le coloca los atributos de global, multidimensional y de largo plazo. Si
bien admite que el gran capital y el Estado tienen mano en la aplicación de
políticas de rescate, advierte sobre el hecho de que éstas no hacen más que
postergar el advenimiento de nuevas y quizá más profundas crisis. La única
salida real sería un cambio estructural y sistémico, una nueva civilización. No
obstante, reconoce que a la fecha no existe un agente colectivo alternativo
capaz de confrontar el poderío del gran capital y sus agentes que dan cuerpo
al llamado imperialismo colectivo.
10. CARÁCTER ESTRUCTURAL, SISTÈMICO
Y CIVILIZATORIO
La expansión del capitalismo neoliberal y el régimen de acumulación
centralizado han generado una propensión a crisis recurrentes en distintas
regiones del planeta, particularmente en el mundo periférico. En las últimas tres
décadas se tiene conocimiento de seis crisis importantes. Estas crisis han
cumplido el cometido de brindar salidas al capitalismo mundial para depurar
capitales sobrantes y profundizar la concentración de capital, en este propósito
también han hecho su aparición las guerras desatadas por los países
imperiales en países periféricos con la finalidad de apropiarse de abastos de
recursos naturales, como el petróleo en el caso de Irak, o de derrocar o
persuadir a regímenes políticos opositores con influencia geoestratégica. La
acumulación mundial centralizada ha propiciado la concentración de capital,
poder, riqueza y conocimiento en manos de una delgada élite social en el
plano transnacional y nacional. No obstante, los mecanismos centrales de la
gestión del capitalismo mundial están experimentando un deterioro:
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1) La financiarización de la economía
mundial. La canalización de ingentes
cantidades de ganancias, ahorros y fondos
hacia la inversión financiera,
principalmente bajo pautas especulativas,
configura una fuente apetecible de
ganancias ficticias. Remesas fabulosas de
dinero fueron canalizadas mediante
complejos instrumentos financiero y
estrategias como la titularización,
securitización y bursatilización para
generar una impresionante burbuja
financiera especulativa
11. CARÁCTER ESTRUCTURAL, SISTÈMICO
Y CIVILIZATORIO
2) La sobreacumulación: sobreproducción y su contracara, el subconsumo. La
expansión capitalista generó una enorme capacidad de producción derivado de
la ampliación de cadenas globales de producción, la incorporación de abundantes
recursos naturales baratos y la sobreoferta de fuerza de trabajo barata. Sin
embargo, uno de los soportes de este boom fue la contención y disminución real de
los salarios, lo cual repercutió en un desplome de la capacidad de consumo
masivo. Esto derivó claramente en una crisis de realización. El cúmulo de
mercancías no tenían salida inminente en el mercado vía consumo. El recurso al
crédito dinamizó el consumo, pero pronto sucumbió bajo los meandros de la
financiarización.
3) La superexplotación del trabajo y la exclusión social. Desde una
perspectiva cruda, para el capitalismo, la única crisis que tiene relevancia es
cuando se presenta una caída general en la tasa de ganancia, porque significa
una crisis del proceso de valorización, es decir, una fractura en las dinámicas de
financiamiento, inversión, producción, distribución y consumo. Poco importan las
diversas expresiones de crisis humanitaria, como la pobreza, desempleo,
hambrunas, enfermedades, en todo caso esos son daños colaterales, que
eventualmente pueden resarcirse cuando se recomponga el ciclo natural de los
negocios. La superexplotación del trabajo significa no sólo la contención salarial
y el empobrecimiento familiar, sino también la exposición a riesgos y peligros
laborales, el desgaste prematuro de la fuerza laboral y la posibilidad de ser
despedido y excluido de la órbita de la producción y el consumo.
4) La depredación de la naturaleza. Los recursos
naturales renovables y no renovables son
incorporados a la órbita de la valorización del
capital sin importar los daños ocasionados al
ecosistema o el despojo al que son sometidos pueblos
enteros con la finalidad de explotarlos. El criterio de
máxima ganancia en el menor tiempo posible resulta
demasiado frenético como para que los recursos
renovables se regeneren, y devastador para
aquellos que no son renovables.
12. COMPLEJIDAD DE LA CRISIS
La presente crisis es, en principio, una crisis general del sistema capitalista
neoliberal que se expresa como una severa depresión económica mundial, que a
su vez significa una declinación de la estrategia de reestructuración y expansión
neoliberal basada en la superexplotación del trabajo inmediato, la depredación
ambiental y la financiarización de la economía mundial. Pero más aún, se trata
de una compleja crisis civilizatoria con cariz multidimensional que expone los
límites de la valorización mundial de capital por cuanto atenta, como lo había
advertido Marx (1975), en contra de los fundamentos de la riqueza: el ser
humano y la naturaleza, y porque pone en predicamento el sistema de vida en el
planeta, es decir, el metabolismo social. Desde esta perspectiva, el capitalismo
neoliberal se erige como una poderosa maquinaria destructora de capital,
empleo, población, infraestructura, conocimiento y cultura. Su criterio central, la
maximización de ganancia, está en las antípodas de la reproducción social y las
condiciones biológicas para la producción.
Un punto importante para tomar en cuenta en el
análisis, es el hecho de que la referida complejidad
de la crisis logra encubrirse, provisionalmente, por el
gran descalabro que significa la depresión
económica mundial. Para ir más allá de la simple
apariencia, es indispensable entonces adoptar una
perspectiva histórica, estructural y estratégica.
Además de la depresión económica, que da cuenta
de una crisis de valorización generalizada, la crisis
tiene que enunciarse en plural, como las crisis, o la
convergencia de las varias crisis, puesto que posee
un desfigurado rostro multidimensional. Esta
estrategia analítica necesita superar la tesis
financista, anclada en el análisis de las relaciones
intracapitales, y advertir cómo la acumulación
mundial centralizada acrecienta el dominio del
capital sobre el trabajo, la naturaleza, el dinero y
el Estado, bajo una lógica depredadora, que a la
vez que se apropia y domina, destruye. 11
13. La crisis es de largo plazo, de todo el sistema y multidimensional. Se refiere a
expresiones del agotamiento de la estrategia de expansión capitalista neoliberal,
basada en estrategias espurias, como la explotación extenuante del trabajo
inmediato, la superexplotación del medio ambiente y la financiarización de la
economía mundial. Estas estrategias tratan como mercancías a la humanidad, la
naturaleza y el dinero. Es decir, el capital amplía su dominio sobre las formas de
reproducción de la vida humana y el metabolismo social hombre-naturaleza. Este
tratamiento pone en riesgo la existencia misma de la vida humana en varios
ámbitos del planeta. Además de sus componentes financiero y depresivo, la crisis
civilizatoria puede ser:
1) Crisis laboral. Los países subdesarrollados pierden soberanía laboral, es
decir, la capacidad de generar el suficiente empleo formal de calidad que
demanda su población en edad de trabajar.
2) Crisis alimentaria. El orden agroalimentario global antepone los intereses
de las empresas transnacionales, desmantela los sistemas de producción de
los países subdesarrollados y sus modos de vida campesino, y genera el
problema de la pérdida de soberanía alimentaria y la insustentabilidad
social.
3) Crisis de subsistencia. Según cifras de la FAO para 2007, dentro del rango
de pobreza se ubicaban 4,750 millones de personas en el mundo; casi la
mitad de la población mundial, más de 2,800 millones de personas en el
mundo sobreviven con menos de 2 dólares al día y 1,200 millones de
personas lo hacen con un dólar o menos al día.
4) Crisis ambiental. La desproporción en el consumo de recursos naturales en el
sistema capitalista mundial es desigual: el 20% de la población mundial,
concentrada en los países centrales del norte consume 80% de los recursos
naturales.
12
COMPLEJIDAD DE LA CRISIS
14. 5) Crisis energética. El control oligopólico de los mercados de consumo
convierte a los energéticos en una mercancía volátil expuesta a ataques
especulativos que castiga, sobre todo, a los países subdesarrollados
dependientes de los energéticos, ya sea porque se especializan en su
producción y exportación o porque, al carecer de ellos, dependen de su
importación.
6) Crisis migratoria. Enormes contingentes de población devienen en
redundantes o desechables para las necesidades de valorización del capital.
La cantidad de migrantes laborales que van de sur a norte y el volumen de
las remesas que envían a sus países de origen han experimentado un
crecimiento sin precedentes en todo el mundo.
7) Crisis política. Un andamiaje de poder transnacional aglutina a
corporaciones transnacionales, Estados imperiales, organismos internacionales
y partidos políticos en torno al neoliberalismo. No obstante, hoy se registra
una crisis institucional, vista como una pérdida de legitimidad de las
instituciones neoliberales, estatales y financieras.
8) Crisis cultural. El pensamiento único representado por la ideología
neoliberal se ha inoculado en la sociedad como sentido común, con el
respaldo de los medios masivos de comunicación, dominados por instancias
empresariales monopólicas, plegadas al neoliberalismo. Ante el
agravamiento de las desigualdades sociales, predomina una sensación de
desánimo y apatía, y en menor medida, de resistencia y rebelión. Se
minimiza la cultura, como espacio de crítica, creación y educación, para
reducirla a su mínima expresión, como entretenimiento banal y
desinformación.
9) Crisis teórica. La generación del conocimiento social afronta un momento de
letargo ante la imposición del pensamiento único y la difusión del
posestructuralismo. Asimismo, la adopción de marcos analíticos microsociales
inconexos y descontextualizados. Como resultado, acontece una ruptura en
epistemológica entre lo macro y lo micro, estructura y sujeto, lo global y lo
local, el largo y corto plazos.
12
COMPLEJIDAD DE LA CRISIS
15. Respuestas a la crisis
Las respuestas o salidas a la crisis se expresan en distintos planos teóricos y
políticos. En un primer ejercicio de clasificación, podemos identificar seis
proposiciones diferenciadas.
1. Determinismo tecnológico.
Teóricamente, se supone que las crisis
capitalistas pueden ser superadas
mediante la implementación de nuevas
tecnologías. Recientemente, se ha
planteado que las nuevas tecnologías de
la información y la comunicación (TIC),
aunado a la formación del llamado
capital humano, que en conjunto dan
cuerpo a la llamada sociedad del
conocimiento o al capitalismo
informacional, abrirían una nueve era de
desarrollo capitalista.
2. Neoliberalismo regulado. En su
formulación ideológica, el
neoliberalismo reniega de la
regulación Estatal sobre el mercado. En
la realidad, el Estado es un agente
central para que el proyecto que
representa el neoliberalismo se pueda
implantarse y expandirse. No obstante,
el diagnósticos más socorrido sobre la
crisis achaca la responsabilidad de su
explosión a la codicia y especulación
de financistas sin escrúpulos y, los más
importante, desregulados.
3. Retorno romántico a la comunidad.
Teniendo como antecedente la crítica a
la llamada modernidad occidental, la
idea de progreso y el maldesarrollo, el
posmodernismo postula una serie de
ideas orientadas al retorno a los
ámbitos de comunidad y
convivencialidad, entre sus
proposiciones se encuentran la de
decrecimiento, posdesarrollo y buen
vivir.
13
4. Desglobalización. Desde una
posición crítica hacia el proyecto que
representa la globalización neoliberal,
se postula la desconexión de los países
subdesarrollados a ese entramado
mundial comandado por los grandes
capitales y los Estados centrales. Como
alternativa se pronuncian distintos
proyectos de reinserción a la economía
mundial mediada por la configuración
de nuevos esquemas de integración
regional centrado en la visión e
intereses de los países periféricos
16. 5. Posneoliberalismo.La idea de trascender al neoliberalismo como visión
dominante en la teoría y práctica del desarrollo conjuga a sectores de las más
diversas expresiones y signos ideológicos. Esto es así porque el neoliberalismo se
presenta como la configuración política del capitalismo, como su expresión de
pensamiento único, pero no como el capitalismo en sí mismo.
6. Poscapitalismo. La idea de poscapitalismo no necesariamente se reduce a la
idea de socialismo o comunismo, y menos aún a su expresión como sistema de
propiedad pública o estatal. Sin embargo, estas dos expresiones abarcan la
mayor parte del ideal poscapitalista, pero no lo agotan.
Respuestas a la crisis
La dinámica del capitalismo neoliberal representa una corriente destructora
de capital, población, naturaleza, infraestructura, cultura y conocimiento. Su
objetivo primordial es maximizar las ganancias de los grandes capitales
transnacionales, para lo cual promueve la estrategia del mercado total, la
explotación de fuerza de trabajo barata, la depredación ambiental, la
financiarización de la economía y la militarización de las relaciones
internacionales. La insustentabilidad de la mayoría de la población se
expresa en desempleo y subempleo, migración forzada, pobreza, hambre y
muerte. La crisis general del sistema capitalista mundial no sólo expresa una
crisis del sistema financiero conectada a una crisis de sobreproducción, sino
que representa una crisis del modelo civilizatorio que, más allá de mostrar
diversos rostros truculentos, pone en predicamento la vida humana en
distintos ámbitos del planeta y anuncia una fractura en el proceso de
metabolismo social humanidad-naturaleza.