1. INTRODUCCIÓN:
A todos nos gusta la libertad.
Damos gracias a Dios por los paises que valoran
y protegen la libertad. Sin embargo, la libertad
no nos permite hacer lo que queramos, sino que
conlleva responsabilidad de hacer lo correcto
como ciudadanos.
Lo mismo ocurre con nuestra libertad en
Cristo. Gálatas 5.13 dice «vosotros, a libertad
fuisteis llamados; solamente que no uséis la
libertad como ocasión para la carne, sino
servíos por amor los unos a los otros». Un
día, estaremos ante el tribunal de Cristo y
rendiremos cuentas del modo cómo vivimos
(Ro 14.10–12). ¿Cómo podemos prepararnos
para aquel día? Siendo responsables ante el
Señor y rindiendo cuentas de nuestras acciones
los unos a los otros.
DESARROLLO DEL SERMÓN:
La responsabilidad es un principio
bíblico.
El Señor Jesús ilustró la importancia de la
responsabilidad de rendir cuentas en la parábola
de los talentos (Mt 25.14–30). Se les dieron a los
siervos talentos, según su capacidad de manejarlos;
dos de los hombres invirtieron su parte sabiamente
y duplicaron sus recursos. El tercero tuvo miedo
de su señor, y enterró su dinero. Cuando el
señor regresó, elogió la administración sabia de
los dos siervos y reprochó al que escondió su
talento. Aunque esta parábola se refiere al manejo
del dinero, el principio se aplica al uso de
nuestros dones espirituales, talentos, destrezas,
oportunidades, compromisos, habilidades y
tiempo, conforme a las capacidades con que
Dios nos ha dotado.
¿Qué es responsabilidad? Es un medio
de control y equilibrio en nuestra vida que
realmente nos protege del daño que nos haríamos
nosotros mismos o del daño causado por otros.
¿Existen ejemplos bíblicos de
responsabilidad?
I Dios, Adán y Eva: El Señor les llamó a
cuentas y les explicó las consecuencias de
su desobediencia (Gn 3.8–19).
I Cristo y Pedro: El discípulo que por revelación
de Dios lo había confesado como el Mesías, ahora
por su falta de discernimiento procuraba desviarlo
del camino de la cruz. Cristo reprendió a Pedro
por permitir que Satanás influyera en sus
pensamientos (Mt 16.21–23).
¿Cuál es la importancia de la
responsabilidad?
I Buena mayordomía: Una compañía que
no llame a cuentas a sus empleados tendrá
problemas. La gente irresponsable es perjudicial
para todos. Hacemos lo mejor cuando sabemos
que alguien espera lo mejor de nosotros y nos
llama a cuentas.
I Es alentadora: La responsabilidad motiva
cuando sabemos que rendiremos cuentas. En una
prueba de entrenamiento para oficiales de reserva
donde participaba mi nieto, él se sentía confiado
mientras presentaba su prueba de resistencia,
PASAJE CLAVE: Mateo 25.14–30 | LECTURAS DE APOYO: Génesis 2.15–17; 3.8–19 | Mateo 16.16–18, 21–23
Romanos 14.10–12 | Gálatas 5.1, 13
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Un llamado a la responsabilidad
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porque sabia que su abuelo oraba por él. Al
terminar el entrenamiento, se sintió motivado a
compartir los resultados con más entusiasmo.
I Le ayuda a superarse: Es más frecuente que
sean promovidos los subalternos no porque sean
los más talentosos, sino porque sean dignos de
confianza y colaboradores leales; nadie tiene que
vigilarlos cuando se les asignan tareas.
I La responsabilidad es un principio bíblico:
Dios no juzgó por igual al hombre de un talento
que al de cinco; lo juzgó basándose en lo que
cada uno hizo con lo que se le encomendó. Solo
somos responsables de hacer nuestro trabajo de
la mejor manera. Cuando alguien no tiene a
quien rendir cuentas, está en terreno peligroso. El
diablo trabaja y la tentación acecha al creyente,
distrayéndolo para que no rinda cuentas.
I Promueve buenas relaciones: Necesitamos
dar cuentas, para edificar nuestras vidas junto con
otras personas. Si aquellos a quienes debemos
rendir cuentas hacen lo correcto, nos alentarán y
serán fuente de fortaleza para nosotros.
¿Existen requisitos sobre la
responsabilidad?
I Confiabilidad: Ser confiable, honesto(a),
cumplido(a), transparente, sincero(a).
I Convicciones: Tener principios bíblicos
firmes.
¿Por qué se resiste la gente a ser
responsable?
Las personas irresponsables, al ser confrontadas
son prontas a quejarse, acusar a otros o a
excusarse. Critican para defender su error.
I Rebeldía: Algunos no quieren someterse al
Señor. Aunque asisten a la iglesia están atrapados
por la bebida, las adicciones y las malas palabras.
I Pereza: Aquellos que fingen estar enfermo para
no trabajar dañan su testimonio cristiano. O los
que llegan tarde a su trabajo y se van antes de
cumplir con su horario.
I Orgullo: Algunos rehúsan humillarse, incluso
ante Dios. Cerciórese de comenzar cada día
pidiendo la dirección del Señor; así en la noche
al entregar su día a Dios, podrá escucharle
decir: «¡hiciste bien, siervo bueno y fiel!»,
(Mt 25:21, NVI).
¿Qué pasa si no somos responsables?
I Bajo rendimiento: Perdemos la oportunidad
de ayudar a otros.
I Desperdicio de los bienes: Despilfarramos
los recursos en cosas innecesarias.
I Crecimiento espiritual débil: Maduramos
lentamente. Como cristianos somos responsables
de esforzarnos por proseguir hacia la madurez.
I División: Para trabajar como equipo se
necesita la unidad. Todos deben hacer su parte.
I Malversación de recursos: Los funcionarios
del gobierno deberían rendir cuentas al pueblo
que confió en ellos. Cuando nos enteramos de
malos manejos, tenemos derecho a cuestionar
qué está pasando a quienes son responsable
de administrar los recursos que les han sido
confiados.
CONCLUSIÓN:
Debemos estar dispuestos a permitir que otros
nos motiven y a tener amigos que puedan
alentarnos a vivir piadosamente. Cultivemos
relaciones con quienes podamos rendir cuentas
de nuestra responsabilidad, y la libertad para
aceptar la verdad y asumir el desafío.
Si usted nunca ha rendido cuentas de su vida
espiritual, hoy puede empezar. El Señor bendecirá
su obediencia de maneras inimaginables. La
responsabilidad nos motiva a querer «ser lo
mejor, hacer lo mejor y lucir lo mejor» delante
de Dios.
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Un llamado a la
responsabilidad
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