El documento discute la definición bíblica de autoestima. Define que la autoestima no debe basarse en logros propios u otras cosas terrenales, sino en la relación con Dios. La Biblia enseña que los cristianos deben tener humildad ante Dios y no orgullo en sí mismos. La autoestima verdadera proviene de entender el alto precio que Dios pagó por nosotros a través de Jesús.