Novedades Banderas Azules en España para el año 2024
Catecismo
1. HONESTIDAD
Es no manejar intencionalmente contradicciones ni discrepancias entre los
pensamientos, palabras o acciones.
Ser honesto con el verdadero ser y con el propósito de una tarea gana la confianza de
los demás e inspira fe en ellos. Es no hacer mal uso de lo que se nos confió.
Es la conciencia clara “Ante Dios, ante mí y ante los demás”. Es el reconocimiento de
lo que está bien y es apropiado para nuestro propio papel, conducta y relaciones.
Con honestidad, no hay hipocresía ni artificialidad que creen confusión y desconfianza
en las mentes y en las vidas de los demás…”
Respiro profundo 3 veces y digo. “En mi hay claridad y verdad en el corazón”.
“Que se muestren dignos de toda confianza” (Ti 2, 10)
2. OPTIMISMO
Forjar un modo de ser entusiasta, dinámico, emprendedor y con los pies sobre la tierra,
son algunas de las cualidades que distinguen a la persona optimista.
Nos ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo
positivo que tienen las personas y las circunstancias, confiando en nuestras capacidades
y posibilidades junto con la ayuda que podemos recibir.
Una actitud permanente de “recomenzar”, de volver al análisis y al estudio de las
situaciones para comprender mejor la naturaleza de las fallas, erros y contratiempos,
solo así estaremos en condiciones de superarnos y de lograr nuestras metas…
Con honestidad, no hay hipocresía ni artificialidad que creen confusión y desconfianza
en las mentes y en las vidas de los demás…”
Hoy enfrentaré las dificultades con buen ánimo y perseverancia. Repito 7 veces: “hoy y
siempre, Dios me bendecirá”
“Hagamos el bien sin desanimarnos” (Gal. 6, 9)
3. RESPETO
Es indispensable para la vida familiar armónica, y para su desenvolvimiento en
sociedad. “El respeto a los demás debe ser interno y externo. Con una actitud abierta
de comprensión y de aceptación. Tiene sentido sí está basado en la realidad objetiva en
lo que es verdadero.
El respeto para las cosas sólo tiene sentido si nos damos cuenta de lo que las cosas
están al servicio del hombre, y que el hombre no hace más que administrar bienes que
son de Dios. Por eso “respetar la Naturaleza” tiene sentido si entendemos que los
motivos para hacerlo son, en primer lugar, que la Naturaleza es de Dios…
Digo en voz alta: respeto la edad, la cultura, el modo de actuar de…(25 nombres de
personas)
Expresen su respeto a Cristo siendo sumisos los unos a los otros. (Ef. 5, 21)
4. PERSERVERANCIA
Insistir para que los buenos propósitos se vuelvan realidad.
Es hermana de la fortaleza. Si somos como un barquito de papel, la menor llovizna nos
hunde irremediablemente. Hace falta la fortaleza.
Es un esfuerzo continuado. Es un valor fundamental en la vida para obtener un
resultado concreto.
Obtendremos el gozo de luchar por lo que queremos. Tal vez no lo logremos de
inmediato sin embargo es importante disfrutar el camino. La perseverancia brinda
estabilidad, confianza y es un signo de madurez. El que persevera alcanza…
“Me esforzaré, insistiré hasta ver los resultados”.
“Cuando la encuentra, se la carga muy feliz” (Lc. 15, 5)
5. PLURALISMO
En nuestra sociedad y en la iglesia se habla hoy mucho de pluralismo, de respeto a
todas las ideologías y formas de interpretar la realidad. Admitir el pluralismo supone
tener conciencia de la relatividad de la verdad, de la laboriosidad, de la unidad, de la
transitoriedad de las situaciones.
La comunicación entre credos, entre las naciones, entre los pueblos y comunidades no
está en la uniformidad, sino en el amor, fruto de la justicia y de la libertad.
Es necesario admitir un pluralismo en todos los ámbitos: por la complejidad de la
verdad, de la que cada uno tenemos una parte; por el respeto a las libertades legítimas
de los individuos y de los grupos; por la independencia del Espíritu en su manifestación
en todo esfuerzo humano que lleva como marca la solidaridad universal…
Repito en voz alta: “Soy complemento de los demás”
“Tomando en cuenta y valorizando las capacidades de cada uno” (Ef. 4, 16)
6. SANTIDAD
Es la perfección de caminar hacia Dios.
Dios creó al hombre y la mujer para que alcanzara su plenitud y su felicidad y la
alcanzará haciéndose santo. Poseyendo el bien sumo, que es el mismo Dios.
Lo más importante para el hombre y la mujer es obrar bien. Captar el bien en lo más
profundo de su conciencia. La voz de la conciencia resuena en su interior advirtiéndole
que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal…
Donde quiera que estaré: me comportaré como si estuviera en misa.
“Procuren estar en paz con todos y progresen en santidad” (Heb. 12, 14)
7. SOBRIEDAD
Nos enseña a administrar nuestro tiempo y recursos, moderando nuestros gustos y
caprichos para construir una verdadera personalidad cristiana católica.
Es poner a tu voluntad y a tu persona por encima de las cosas los gustos y los
caprichos, dominándolos para no vivir bajo su dependencia.
Nos ayuda a saber comprar sólo lo verdaderamente necesario, indispensable y de
utilidad.
Ser sobrios en nuestra forma de hablar, de comportarnos y de vestir. Aprender a
administrar nuestro tiempo y nuestros recursos, además de construir una verdadera
personalidad…
Repito 3 veces: “Gracias a Dios y a mi buena voluntad: hoy no he tomado tóxicos ni
embriagantes”
“El les dará consuelos interior y les hará progresar en todo bien de palabra o de obra”
(2 Tes. 2, 17)
8. SERENIDAD
Enseña a conservar la calma en medio de nuestras ocupaciones y problemas,
mostrándonos cordiales y amables con los demás.
Nos hace mantener un estado de ánimo apacible y sosegado a un en las circunstancias
más adversas, esto es, sin exaltarse o deprimirse, encontrando soluciones a través de
una reflexión detenida y cuidadosa, sin engrandecer o minimizar los problemas.
Hace a la persona más dueña de sus emociones, adquiriendo fortaleza, no solo para
dominarse, sino para soportar y afrontar la adversidad si afectar el trato y las relaciones
con sus semejantes.
Nos sentimos liberados de la ansiedad y el pesimismo, es entonces cuando podemos
pensar y decir…
Me propongo enfrentar la vida con tranquilidad sin afectar mi trato amable y sincero
con los demás.
“El señor es mi socorro, no temeré” (Heb. 13, 6)
9. OBEDIENCIA
Es una actitud responsable de colaboración y participación, importante para las buenas
relaciones, la convivencia y el trabajo productivo.
Requiere docilidad, traducida en seguir fielmente las indicaciones dadas.
Si consideramos que algo no es correcto podemos expresar nuestro punto de vista, pero
nunca hacer algo distinto o contrario a lo que establecen los valores del Reino de Dios.
Además de ser dóciles debemos tener iniciativa, que consiste en poner de nuestra parte
“lo que haga falta” para cumplir mejor con nuestra tarea.
Muchas veces se manifiesta a través de los pequeños detalles…
Repito en voz alta, para mí, 5 veces los diez mandamientos.
“Hágase en mí tal como has dicho” (Lc. 1, 38b)
10. JUSTICIA
Es el resultado de todas las demás virtudes, de tal manera que persona justa es aquella
que es sabia, prudente, fuerte, moderada…
Justicia equivale a la Santidad.
El hombre justo es aquel que se conduce tal y como Dios espera de él.
Es el que se preocupa por el otro, y tiene voluntad perpetua de dar a cada uno lo suyo y
de no dañar a ninguno.
Es el que trata bien a los demás, porque sabe leer en su rostro una deuda de justicia:
contribuye a su dignidad respetando sus derechos… Y por lo mismo es uno de los
valores del Reino.
“Daré a cada uno, lo que le pertenece, lo que por derecho le corresponde”.
“¡Tú no vas a hacer algo semejante, permitir que el bueno sea tratado igual que el
malvado!”. (Gen. 18, 25 a)
11. AMISTAD
No hay riqueza más valiosa que un buen (a) amigo (a). Es un don de Dios. La vida se
nos hace más feliz con un amigo (a). Busca ayudar al amigo (a) sin esperar nada a
cambio.
Se le quiere por ser él quien es, no por lo que me puede aportar.
Es donación y confidencia, nos permite conocer al amigo (a). El amigo (a) no lo tolera
todo. Es franco para hablar claro, para cuestionar y corregir.
Jesús es el amigo que nos enseña a ser amigos: para Él la amistad es: estar juntos,
conocerse, identificarse el uno con el otro, perdonarse mutuamente, estar dispuestos a
dar la vida por el amigo (a)…
Hoy decido cultivar la confianza, el cariño desinteresado, sonreiré a cada persona que
encuentre y oraré por mis amigos y amigas cuando yo era niño (a).
“Un amigo fiel es un refugio seguro”…(Sir. 6, 14)
12. ACOMPAÑAMIENTO
Conocimiento y relación personal.
Consiste en velar, cuidar, poner atención sin distraerse. Estar pendiente, proteger.
Quien acompaña es ejemplo en el cumplimiento del deber, en la responsabilidad y
amor.
Desinteresado, desea únicamente lo mejor para la persona a quien acompaña en todo
sentido. Proceder con prudencia, con diligencia, teniendo una “Presencia de espíritu o
moral” sobre las personas, de manera que se pueda sentir lo que le interesa.
Ejercerlo con ternura, como un intercambio de amor, sin excesiva dureza, y poniendo
toda la persona en él. Se ejerce sobre las personas y sobre uno mismo. Acompañar con
la paciencia que Dios…
Estoy agradecido (a) por la compañía de cada persona que hoy trataré. Hoy regalo
tiempo acompañado al… enfermo, triste.
“Lleven las cargas unos de otros…” (Gal. 6, 2)
13. VALENTÍA
Personas ordinarias haciendo cosas extraordinarias: el valor que forja familias,
empresas y naciones diferentes.
Nos enseña a defender aquello que vale la pena dominar nuestros miedos y
sobreponernos sobre la adversidad.
Sin la valentía, en los momentos difíciles, nuestras vidas podría irse a la deriva, sin
embargo la fortaleza interior conducida por una conciencia recta, pueden llevarnos más
lejos de lo que podríamos imaginar.
En ocasiones, la valentía significa afrontar las consecuencias de nuestros actos, los
productos de nuestros errores.
La valentía es la diferencia entre hundirse o seguir nadando…
En mis debilidades noto la fuerza de Dios. Hoy hago 2 actos buenos que tanto había
pensado hacer.
“Y se pusieron a anunciar con valentía” (Hec. 4, 31)
14. CONFIANZA
Somos dignos de confianza por cumplir responsablemente nuestros compromisos.
Ayudamos a los demás con nuestro consejo o nuestro trabajo, si sabemos cumplir con
las promesas que hacemos, evitamos criticar a los demás.
Generamos un ambiente agradable en las reuniones a las que somos invitados,
comprendemos los errores de los demás y ayudamos a corregir.
Los mejores indicadores de Confianza, son la cantidad de amigos que tenemos, el
número de personas que acuden a nuestro negocio y las responsabilidades que nos
asignan en el trabajo; cuando esto ocurre, podemos decir que somos confiables…
Inicia con la confianza en Dios y en mi mismo (a).
Confío en Dios. Mi familia es buena. El dolor y el sufrimiento cada día será menos: por
eso doy alegría, doy paz, doy confianza.
“Cuanto has aprendido de mí… Confíalo a… personas que puedan instruir a otros.”
(2 Tim. 2, 2)
15. SINCERIDAD
Es ser dignos de confianza.
Valor que caracteriza a las personas por la actitud congruente que mantienen en todo
momento, basado en la veracidad de sus palabras y acciones.
La verdad es una parte de la sinceridad, pero también “actuar” conforme a la verdad, es
requisito indispensable.
En algún momento la sinceridad requiere valor, nunca se justificará el dejar de decir las
cosas para no perder una amistad o el buen concepto que se tiene de nuestra persona.
Es una manera de ser confiables en todo lugar y circunstancia…
Hoy diré la verdad.
“Traten de ser un modelo para su rebaño”. (1Pe. 5, 3)
16. SENCILLEZ
La personalidad sencilla es única, recia, sin adornos ni artificios, no le hace falta
mostrar y poner en un escaparate sus posesiones y cualidades porque son evidentes y
naturales.
Nos enseña a saber quienes somos y lo que podemos. La persona humana esta dotada
de inteligencia, cualidades y habilidades. La sencillez es cortesía.
La persona sencilla no se exalta ni menosprecia, aprecia a las personas por lo que son,
lo cual permite un diálogo amable y una amistad sincera. Todos sus bienes y
posesiones están a disposición de los demás.
Una persona sencilla gana más corazones…
Repito 7 veces la frase: no soy mayor ni menor que las demás personas. Simplemente
soy yo.
“El que quiere ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos”
(Mc. 10, 43)