Este documento presenta las 95 tesis de Martín Lutero sobre la justificación por la fe. En las primeras tesis, Lutero introduce el tema afirmando que la justicia solo se obtiene a través de Jesucristo y no por las obras. Luego explora conceptos como el pecado, la fe, la sumisión, la conversión y el arrepentimiento, señalando que todos dependen de la gracia de Dios. Finalmente, las últimas tesis discuten temas como la cruz, la seguridad, la relación, la obediencia y las obras
1. 95 Tesis acerca de la Justificación por la fe
Introducción
La teoría dela justificación por la fe es dinamita. Una vez que se la comprende cabalmente, nunca más puede
ser la misma persona. Pero la mera teoría no es suficiente. El verdadero poder se obtiene cuando la
experimenta personalmente. ¡Lo invito hoy amable lector a participar de la experiencia más extraordinaria de
la vida! Las 95 tesis de este volumen se centran en las verdades de la justificación por la fe en Cristo Jesús.
Se trata de un mensaje de aplicación eterna, que irá siempre en aumento hasta el tiempo cuando un interés
prevalezca sobre todos los demás, y un solo tema absorba a todos los demás: Cristo nuestra justicia. (Iglesia
de Wittenberg).
La justicia
1.
El cristiano hace lo que es correcto porque es cristiano, nunca con el fin de llegar a serlo. Juan 15: 5 “Yo
soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque
separados de mí nada podéis hacer”.
2.
La justicia equivale a Jesús. Aparte de él no poseemos ninguna justicia. Romanos 1: 16 – 17 “Porque no
me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío
primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por otros fe y
para fe, como esta escrito: más el justo por la fe vivirá”.
3.
El único modo de encontrar la justicia consiste en acudir a Jesús. Romanos 4: 4 – 5 “Pero el que obra,
no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; más el que no obra, sino cree en aquel que
justifica al impío, su fe le es contada por justicia”.
4.
El cristiano y la salvación no se basan en lo que uno hace, sino en una persona a quien uno conoce.
Romanos 3: 28 “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley”.
5.
Considerar que se obra bien sin hacer el mal, no significa que se obre bien. Considérese bueno porque no
es malo, no significa ser bueno. Mateo 23: 27 – 28 “¡Hay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas por
que sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por
dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la
verdad, mostráis justos a los hombre, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad”.
6.
La justicia puede transformar en una persona ser moral, pero la moralidad no la puede convertir en una
persona justa. Mateo 5: 20 “Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y
fariseos, no entrareis en el reino de los cielos”.
7.
Nuestras buenas obras no pueden ser la causa de nuestra salvación. Nuestras malas acciones tampoco
pueden constituir la razón de nuestra perdición. Romanos 3: 20 “Ya que por las obras de la ley ningún
ser humano será justificado delante de él, por que por medio de la ley es el conocimiento del pecado”.
El pecado
8.
Todo ser humano nace con una naturaleza pecaminosa (egocéntrico), porque todos nacen separados de
Dios. Salmo 58: 3 “Se apartaron los impíos desde la matriz; se descarriaron hablando mentira desde que
nacieron”.
9.
Dios no nos hace responsables por el hecho de haber nacido como seres pecaminosos. Ezequiel 18: 20
“El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del
hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.” Juan 1: 9 “Aquella luz
verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”.
2. 10. Pecamos porque somos seres pecaminosos. No somos pecaminosos porque pecamos. Romanos 7: 14 – 17
“Porque sabemos que la ley es espiritual, más yo soy carnal, venido del pecado. Porque lo que hago, no
lo entiendo; porque no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto
hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que
mora en mí”.
11. El pecado (singular), es decir, vivir separados de Dios, da origen a los pecados (plural): la comisión de
malas acciones. 1ª. De Juan 3: 4 “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el
pecado es infracción de la ley”.
12. Quienquiera que viva separado de Dios, vive en pecado. Juan 16: 8 – 9 “Y cuando él venga, convencerá
la mundo de pecado, de justicia y de juicio.”
La fe
13. La mejor definición de fe es confianza. Tener fe significa depender de otra persona. Mateo 15: 21 – 28
“... Y ella dijo: Sí, Señor, pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.
Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija
fue sanada desde aquella hora...”.
14. El conocimiento de Dios trae como consecuencia la confianza en Dios. Si no se le conoce, tampoco se le
tiene confianza. Si no que se confía en él, es porque no se le conoce. 2ª. de Timoteo 1: 12 “Por lo cual
así mismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quien he creído, y estoy seguro que es
poderoso para guardar mi deposito para aquel día”.
15. La fe es un fruto del Espíritu, no un fruto de la persona. No es algo que nosotros fabricamos ni
construimos. Gálatas 5: 22 “Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.
16. El pensamiento positivo no produce una fe genuina, pero la fe hará que se piense positivamente.
Romanos 10: 17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.
La sumisión
17.
La sumisión consiste en la entrega de la persona, no en el abandono de nuestros
pecados. el abandono de nuestros pecados es el resultado de la renuncia personal y de
buscar a Dios. Romanos 10: 3 – 4.
18. La lucha por el abandono de los pecados puede transformarse en un impedimento para
la entrega de la persona. Romanos 9: 31 – 32.
19. Nadie puede auto justificarse ni efectuar su propia sumisión. Otro debe hacerlo por él.
Gálatas 2: 20.
20. Somos controlados por Dios o por Satanás. El único control que nosotros ejercemos
consiste en elegir quien nos ha de controlar. Romanos 6: 16
21. la sumisión de la voluntad no es otra cosa que la entrega del poder de elección. Pero
utilizamos esta facultad de elegir en lo que respecta a la conducta; retenemos dicha
facultad en lo que concierne a nuestra relación. Filipenses 2: 13; Romanos 6:11.
3. 22. El único esfuerzo deliberado de la vida cristiana consiste en la búsqueda de Dios. esto
producirá un esfuerzo espontáneo por la búsqueda de otras cosas. Juan 15: 5;
Filipenses 4: 13.
23. El cristiano en desarrollo experimenta una sumisión intermitente. A veces depende de
Dios, otras veces de sí mismo. Lucas 9: 54; Mateo 16: 16 – 17, 22 – 23.
La conversión
24. la conversión es la obra del Espíritu Santo, quién introduce en el ser humano un
cambio de actitud hacia Dios y crea en él una nueva capacidad para conocer al Señor.
Juan 3: 3 – 8.
25. la conversión conduce a una vida transformada. Ezequiel 36: 26 – 27.
26. La conversión y el arrepentimiento son experiencias continuas, no algo que sucede una
sola vez. Lucas): 23.
El arrepentimiento
27. El arrepentimiento consiste en sentir tristeza por el pecado y en consecuencia alejarse
del pecado. El arrepentimiento es un regalo. Por lo tanto, la tristeza por el pecado es un
regalo, como lo es igualmente la acción de alejarse de los pecados. Hechos 5: 31.
28. La vida no se transforma con el fin de venir a Cristo. Acudimos a él tales cuales somos
y él transforma nuestra vida. Juan 6: 37.
29. Dios nos da el arrepentimiento antes de concedernos el perdón. Hechos 3: 19.
30. La tristeza humana es un mero lamento por haber quebrantado la ley y haber sido
sorprendido. La tristeza divina es la convicción de haber quebrantado un corazón y de
haber herido a nuestro mejor Amigo. 2ª. Corintios 7: 10.
El perdón
31. El único pecado conocido que no puede ser perdonado es aquel por el cual no nos
arrepentimos y pedimos perdón. 1ª. Juan 1:9.
32. El perdón no le hace ningún bien al pecador a menos que lo acepte. Salmo 86: 5.
33. el perdón divino es ilimitado, pero nuestra aceptación del mismo puede no serlo. Mateo
18: 21 – 22.
34. Las personas a quienes se les perdona mucho, amarán mucho. Los que mucho amen,
también obedecerán mucho. Lucas 7: 41 – 42; Juan 14: 15.
4. 35. El perdón es gratuito, pero no es barato. Costó la vida del hijo amado de Dios. Juan 3:
16.
La cruz
36. Dios perdona a los pecadores, no los pecados; pero la Biblia lo llama el perdón de los
pecados, Jesús murió porque los pecados no se podían perdonar. Isaías 53: 5 – 6, 8.
37. Cristo murió por nuestros pecados, de acuerdo con las escrituras. 1ª. Corintios 15: 3.
38. La cruz permitió que Dios continuara siendo justos y que al mismo tiempo pudiera
perdonar a cualquier persona. Romanos 3: 23 – 26.
39. La muerte de Cristo fue necesaria para que nosotros pudiéramos ser perdonados. Juan 3:
14 – 15.
40. No podemos agregar nada a lo que Jesús hizo en la cruz, pero Dios le puede agregar
bastante. Hebreos 7: 25; 9: 11 – 12.
La seguridad
41. permanecer con Jesús es igualmente importante como acudir a él. Juan 15: 4
42. la seguridad de la salvación continúa gracias a la relación personal que se tiene con
Jesús cada día. 1ª. Juan 5: 11 – 12.
43. Los cristianos deben poseer hoy la seguridad de la salvación. Juan 5: 11 – 12.
44. La Biblia enseña que cuando uno recibe la salvación sigue siendo salvo, durante tanto
tiempo como elija mantenerse salvado. Mateo 24: 12 – 13.
45. la paz no proviene de la victoria, sino que la victoria proviene de la paz. Juan 8:11.
46. una razón por la cual continuamos pecando es el hecho de no creer que hemos sido
perdonados. La seguridad conduce a la victoria. La inseguridad lleva a la derrota. 1ª.
Juan 3: 2 – 3.
La relación
47. La justificación por la fe constituye una experiencia, no solo un teoría. Filipinas 3: 9 –
10
48. La vida devocional del cristianismo no es un asunto opcional. La relación con Dios es el
fundamento mismo de la vida cristiana progresiva. Juan 17: 3
5. 49. Si no tomamos tiempo regularmente para el estudio de la Biblia y la oración, con el
tiempo moriremos espiritualmente. Juan 6:53
50. La sola lectura de la Biblia y la oración no son garantía de una relación genuina con
Dios; pero si no se las práctica, dicha relación no se producirá. Juan 9: 39
51. La sola lectura de la Biblia y la oración no es la obtención de las respuestas, sino
conocer a Jesús. Apocalipsis 3: 20
52. El propósito primordial del estudio de la Biblia no es obtener información, sino
conocer a Jesús. Apocalipsis 3: 20
53. A menudo las cosas empeoran cuando oramos, hasta que aprendemos a buscar a Jesús
por amor a él, no por nuestro propio bien. Job
54. Cualquier persona que se desanima en su relación a causa de su conducta, es un
legalista. Romanos 7: 14 – 24.
La obediencia
55. La verdadera obediencia es un regalo de Dios. ¡El vestido es gratis! Mateo 22: 11 – 14
56. La obediencia real proviene del interior, no viene de afuera. Mateo 23: 25 – 26.
57. La obediencia genuina es natural y espontánea. Solo proviene de una relación de fe con
Cristo. Juan 14: 15.}
58. La persona que depende de Dios para obtener poder no tiene que esforzarse para
obedecer. Más bien se le haría difícil desobedecer. 1ª. Juan 3: 6.
59. La obediencia meramente externa es falsa. Mateo 5: 20.
60. cuando conocemos a Dios como es nuestro privilegio conocerle nuestras vidas se
transforman en una experiencia de obediencia continua. 1ª. Juan 2: 3.
La ley
61. Cualquiera que trata de vivir la vida cristiana separado de Cristo no es cristiano. Es un
legalista, sea conservador o liberal. Gálatas 3: 1 – 3.
62. En la ley no poder para producir una obediencia genuina. El monte Sinaí no tiene valor
sin el monte calvario. Romanos 8: 3.
63. Cristo es el fin de la ley para justicia, pero no es la terminación de la ley. Mateo /: 22 –
6. Las obras
64. Las buenas obras que se realizan aparte de Cristo son obras malas. Mateo 7: 22 – 23.
65. Las buenas obras no tienen el propósito de salvarnos, sino de rendir gloria a Dios.
Mateo 5: 16.
66. Cuando se consideran la fe y las obras genuinas, la una no puede existir sin la otra.
Santiago 2: 17 – 18; 26.
El crecimiento
67. La fe puede crecer en cantidad, no en calidad. El crecimiento radica en la constancia
con que dependa de Dios. Lucas 17: 5 – 6.
68. El crecimiento no se produce por tratar de crecer. Mateo 6: 27.
69. Los cristianos se fortalecen al percatarse de su debilidad. Cuando son débiles, entonces
son pecadores. 2ª. 12: 9 – 10.
70. Podemos hacer todas las cosas mediante Cristo que nos fortalece, pero sin él no
podemos hacer nada. Filipenses 4: 13; Juan 15: 5.
La permanencia
71. Satanás no tiene tiempo para inducir a pecar a las personas que dependen de Dios, pero
los que confían en sus propias fuerzas son vencidos fácilmente. 2ª. Corintios 10: 4 – 5.
72. La relación de permanencia diaria con Dios conduce a una entrega constante, de una
continua dependencia de él. Juan 15: 1 – 5.
73. la preocupación por uno mismo constituye siempre el punto de separación de Dios e
interrumpe la continua dependencia del. Mateo 14: 28 – 30.
74. Dios nunca se separará de nosotros, pero nosotros podemos elegir separarnos de él.
Romanos 8: 35; 38 – 39.
La testificación
75. La razón primordial por la cual Dios quiere que testifiquemos es nuestro bien. Mateo
11: 29.
76. Al cristiano genuino el deseo de compartir le brota espontáneamente. (aunque los
métodos puedan variar). 2ª. Corintios 4: 13.
7. 77. las personas más felices del mundo es la más ocupada en servir a otros. La más
miserable es la más ocupada en servirse a si mismo. Marcos 8: 35.
78. En la vida espiritual, el servicio cristiano corresponde al ejercicio de la vida física.
Hechos 3: 6 – 9.
79. No podemos dar a otros lo que nosotros mismos no poseemos. Marcos 5: 19; Juan 3:
11.
La tentación
80. El asunto critico es la tentación es la decisión de vivir o no una vida separada de Cristo.
Juan 16: 8 – 9.
81. La tentación se transforma en pecado cuando acogemos a ellas en nuestras mentes.
Mateo 5: 21 – 22, 28.
82. Jesús fue tentado a hacer el bien, pero apoyándose en su propia fuerza, lo mismo nos
sucede a nosotros. Mateo 4: 2 – 3.
83. El Señor sabe como librar de la tentación a los piadosos pero no a los impíos. 2ª. Pedro
2: 9.
84. La tentación no se vence en el momento de presentarse, siempre se vence antes.
Hebreos 4: 16.
La victoria.
85. La victoria no es algo que nosotros alcanzamos. Es algo que recibimos. 1ª. Corintios 15:
57.}
86. La lucha cristiana consiste en participar activamente en la batalla de la fe y pasivamente
en la batalle de los pecados. Efesios 6: 10 – 18.
87. La verdadera victoria consiste en salir victoriosos sobre el esfuerzo por ganar la
victoria. 2ª. Crónicas 15: 17.
La perfección
88. La perfección del carácter no es tarea nuestra. Es la obra que Dios efectúa en nosotros.
Hebreos 13: 20 – 21.
89. El tema de la perfección se vuelve peligroso sino nos hace enfocar la atención sobre
nosotros mismos y nuestras propias obras. Gálatas 3: 3.
8. Jesús
90. Jesús era semejante a Adán antes de la caída, porque poseía una naturaleza sin pecados:
no nació separado de Dios. en fortaleza física, fuerza mental y valor moral (espina
dorsal), era como Adán después de la caída. Lucas 1: 35; hebreos 2: 17 – 18.
91. Jesús no tuvo ninguna ventaja sobre nosotros para vencer las tentaciones. Hebreos 4:
15.
92. Jesús venció las tentaciones del mismo modo en que nosotros podemos vencerlas:
mediante el poder que viene de arriba, en lugar de hacerlo con la fuerza que proviene
del interior. Juan 14: 10.
93. Para Jesús, el pecado era repulsivo. Mientras dependamos de Dos, nosotros también
hallaremos repulsivo los pecados. Hebreos 1: 8 – 9.
94. Nunca podremos ser lo que Jesús fue, pero si podemos hacer lo que Jesús hizo. Juan
14: 12.
95. El problema del pecado consiste en una relación interrumpida entre Dios y el hombre.
El propósito de la salvación es restaurar dicha relación. Apocalipsis 19: 7 – 9.